Diario del AltoAragón — Viernes, 10 de agosto de 2018
CULTURA Y TRADICIONES
piernas efectos realistas al
perfilar en tales extremidades
el diseño de sus venas. Y, den-
tro de la estética rococó, inter-
preta con ausencia de carga
dramática la escena de los
martirios, como en los reta-
blos de San Sebastián de las
parroquiales de Guasa y de
Aragüés del Puerto. En am-
bas obras retablísticas, el artí-
fice infunde a dicho santo una
serena expresión, alejada de
todo atisbo de dolor.
Casi con toda seguridad, el
maestro Ubalde debió de es-
tar al corriente de todo lo que
se fraguaba dentro del pano-
rama artístico de su época.
Debió de conocer la obra del
afamado escultor aragonés
José Ramírez de Arellano, al
menos a través de dibujos o
grabados. Pues sabemos que
para la realización de la escul-
tura de San Gil Abad -que co-
locó en el ático del retablo
mayor de la iglesia de Majo-
nes- se inspiró directamente
en un dibujo realizado por es-
te artífice, que fue grabado
por el oscense José Estrada.
Coincidiendo con los ini-
cios de la Guerra de la Inde-
pendencia, la intensa vida del
maestro navalés se debilitaba.
Hacia esas fechas Ubalde ca-
ía gravemente enfermo y for-
malizaba testamento el 20 de
mayo de 1808. Su fallecimien-
to acontecerá el 30 de diciem-
bre de ese año. Por tanto, den-
tro de unos pocos meses, se va
a cumplir doscientos diez
años de su muerte. Pero, a pe-
sar de las numerosas vicisitu-
des que conlleva el paso del
tiempo, su legado artístico -el
cual pudimos dar a conocer
en nuestra tesis doctoral- si-
gue permaneciendo entre no-
sotros. 
píritu de un libro que no apues-
ta por la facilidad sino por la
profundidad y la reflexión mul-
tidisciplinar. La autora recono-
ce desde un principio que las
ciencias físicas son las raíces
materiales de toda su obra y, a
través de un recorrido por su fa-
milia y por los episodios vitales
más destacados en su recuerdo,
se somete a una radiografía
personal de muy amplio espec-
tro. Son fundamentales en su
formación las disímiles pero
poderosísimas personalidades
de sus padres, Severino Bello
Poeyusán (1866-1940), el inge-
niero que construyó el pantano
de La Peña, obra pionera en su
tiempo, y Adelina Lasierra
Campaña (1877-1961), mujer hi-
persensible, genial y de gran
simpatía, cuyas cualidades, en
uno u otro grado, heredaron
Diario del AltoAragón - 10/08/2018. Página 116
PERSONAJES
Espartero en Candasnos (1842)
Por VALERIANO C. LABARA
BALLESTAR
Correspondiente en Huesca de la
Real Academia Matritense de
Heráldica y Genealogía (RAMHG).
B
ALDOMERO Espartero
(Granátula de Calatrava,
Ciudad Real, 1793 — Lo-
groño, Rioja, 1879) fue
uno más de los numerosísimos
viajeros que pasaron por este
pueblo-camino que ha sido y es
Candasnos.
Espartero fue militar y políti-
co. Hombre hecho a sí mismo,
pese a ser el hijo de un carretero,
llegó a ostentar los títulos de Vi-
rrey de Navarra, Príncipe de Ver-
gara, Duque de la Victoria, Du-
que de Morella, Conde de Lucha-
na y Vizconde de Banderas. Fue
presidente del Consejo de Minis-
tros en tres ocasiones (1837,
1840-41 y 1854) y regente del rei-
no de 1840 a 1843. Más tarde, en
1869, le llegó a ser ofrecida la co-
rona de España, que él rechazó
con buen criterio. Espartero fue
un militar con una trayectoria
meteórica, un hombre de su
tiempo y de su siglo, el románti-
co, en una España en la que po-
día pasar de todo.
En 1842, en medio de una cri-
sis industrial algodonera, se su-
blevaron los barceloneses y Es-
partero tuvo que acudir a sofo-
car la revuelta. Téngase en cuen-
ta que el 27 de noviembre per-
noctó en Candasnos y el 3 de di-
ciembre mandó bombardear
Barcelona, desde Montjuich, sin
contemplaciones. Por este hecho
se le atribuye a él, pero también,
maliciosamente, a Azaña, presi-
sus siete hijos y, en especial,
Adelina. La autora manifiesta
que desde niña supo que tenía
que escribir y que ideas y viven-
cias precisaban de ese refuerzo
para ser compartidas y enten-
dibles. Nos habla de la forma-
ción de su sensibilidad en la que
tuvo gran importancia su ma-
dre, que consideraba incom-
prensible que la humanidad
fuera capaz tanto de proporcio-
nar dolor a los animales como
de servirse de ellos. Sin que fal-
te el repaso a los hechos concre-
tos, su biografía es, sobre todo,
una “historia de su proceso in-
telectual” y, en palabras de Ra-
fael Santos Torroella: “un muy
personal replanteamiento de
uno de los grandes enigmas –el
del sentimiento de superviven-
cia- que gravitan sobre la espe-
cie humana. La formación en
dente de la II República, la frase
de que, para ir bien, convendría
bombardear la Ciudad Condal, al
menos, cada cincuenta años.
La Gazeta, órgano de expre-
sión del Estado, antecedente del
BOE actual, nos daba cuenta del
paso por Candasnos de Su Alte-
za, el Regente, en estos términos:
Parte del presidente del
Consejo de Ministros, Rodil,
al ministro de Estado
Ildefonso Díaz de Rivera
Ministerio de la Gue-
rra.—Excmo. Sr.: Consiguiente a
lo que signifiqué a V.E. en mi par-
te de ayer, salió S.A. el Regente
del Reino de Zaragoza [sic] a las
ocho de la mañana, y llegó a este
pueblo sin la menor novedad a
las seis de la tarde. La jornada de
trece leguas y media fue pesada
por el mal piso, a causa de las úl-
timas lluvias, y aunque se había
propuesto pernoctar en Lérida
no ha sido posible verificarlo por
el motivo indicado.
Mañana al amanecer parte
S.A. de aquí con el ánimo de ade-
lantar cuanto se pueda hacia
Barcelona.
Tanto entusiasmo manifesta-
ron los zaragozanos al recibir a
S.A. como al despedirle a la hora
arriba expresada, y los pueblos
por donde pasó hoy no economi-
zaron ninguna clase de atencio-
nes para patentizarle de la ma-
nera más explícita cuán graba-
dos están en sus corazones los
eminentes servicios del Regente
hechos a la patria.
Y lo digo a V.E. para noticia de
los señores ministros y del públi-
co en general. Dios guarde a V.E.
FUE UNA MUJER DE
GRAN
INTELIGENCIA Y
ORIGINALIDAD,
CUYA FORMACIÓN
FUE PLANIFICADA
POR SU PADRE,
QUE LA ENVIÓ A
ASHFORD PARA SU
EDUCACIÓN
SECUNDARIA
El general Espartero
muchos años. Cuartel del Regen-
te en Candasnos a 27 de noviem-
bre de 1842, a las doce de la no-
che.— El Marqués de Rodil.—
Excmo. Señor Ministro de Es-
tado
Al periódico La Postdata, poco
afecto al general manchego, co-
mo podrá verse, le faltó tiempo
para sacarle punta al hecho de
haber hecho parada y y fonda en
nuestro pueblo:
“El general Espartero se detu-
vo a pernoctar en Candasnos, di-
ce el parte de la Gaceta. Hemos
buscado en un mapa antiguo es-
te pueblo para saber cuál es su
posición y nos encontramos con
que su primitivo nombre era
camp — d’asnos, que traducido
al idioma vulgar significa Cam-
po de los burros. Nosotros en lu-
gar del general Espartero, no hu-
biéramos elegido para descanso
aquel pueblo, quitando así todo
pretexto a las hablillas de los
murmuradores, que han de que-
Ciencias Naturales, así como las
propias y reales vivencias en
torno a las mismas, comunes a
todos los Bello, hacen que este
libro de Adelina, con su repre-
sada vehemencia introspectiva
y las reflexiones y clarificacio-
nes en él desarrolladas, sea, a
un tiempo, tan desasosegador
como estimulante”. Efectiva-
mente, Adelina manifiesta su
confianza en que la Física no ha
de tardar en lograr la inmorta-
lidad del hombre, cuestión más
transcendente que cualquier
otra que pudiera plantearse.
Aparte de aparecer en mi Dic-
cionario de Autores Aragoneses
Contemporáneos (1885-2005),
las únicas menciones que co-
nozco de Adelina correspon-
den, al citado Rafael Santos To-
rroella, que la cita varias veces,
ya que fue en ella quien le pro-
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rer explotar tan rara coinciden-
cia.”
Me hubiera gustado encontrar
esta referencia cuando preparé,
hace ya 25 años, la primera me-
moria para la adopción del escu-
do y demás símbolos municipa-
les de Candasnos. El humor no
debe estar reñido con la etimolo-
gía, así como ésta no lo puede es-
tar con la heráldica. Ya ha podi-
do verse cómo, posteriormente,
otros —precisamente los mis-
mos catalanes a quienes bom-
bardeaba Espartero— han hecho
del burro símbolo de carácter, de
humildad y de tenacidad, virtu-
des que yo creo que son más ara-
gonesas que catalanas, como ha
quedado bien patente, en espe-
cial desde finales del verano pa-
sado.
No debe confundirse tampoco,
pues, tenacidad o tesonería con
tozudez y obstinación irracional.
Si espoleamos a un caballo, ha-
cia un precipicio, el “noble bruto”
saltará con nosotros en su lomo.
Si no somos Roldán y volvemos
a dar un salto tan mítico como el
que dibuja el horizonte paisajís-
tico de nuestra “Huesqueta”, se-
guro que acabaremos franca-
mente maltrechos. En cambio, si
montamos un burro es posible
que nosotros acabemos igual de
mal, pero el “animal”, pese a su
fama de tonto y terco, saldrá in-
cólume, puesto que frenará y no
saltará, por más que nos empeci-
nemos. 
Fuentes:
El Heraldo de Madrid, 1.12.1842, P. 3.
La Postdata, de Madrid, 3.12.1842.
p. 4.
porcionó muchos datos acerca
de la familia, en el artículo “Un
genio en busca de autor: Pepín
Bello”, publicado en el libro co-
lectivo Dalí residente (1992). Su
hermano se refiera asimismo a
ella en La desesperación del té,
el ilustrativo libro de conversa-
ciones que mantuvo con José
Antonio Martín Otín “Petón”.
También Félix Romeo -a quien
presté La resurrección por la
ciencia, único tomo que había
conseguido por entonces- le de-
dicó una columna, “Elenora” en
Heraldo de Aragón (17-VIII-
2008).
Es curioso que en estas fechas
en las que se reivindica cual-
quier mujer que hubiera tenido
algún protagonismo literario o
artístico, Adelina continúe co-
mo habitante del limbo del olvi-
do.