Está en la página 1de 4

SIGLO XX:

El primer interrogante que nos planteamos es qué es la novela, pero no hay una respuesta
definida. Hablar de la novela en el XX es hablar casi de algo imposible. Normalmente, el XX
comienza a partir de la primera Guerra Mundial. Los novelistas de finales del XIX y principios
del XX, se plantean de forma fuerte qué es la novela. Sabemos que respondieron a esa
pregunta, y ninguna de ellas coincidía. La vía del naturalismo parece que ha llegado a su fin, las
fórmulas en las que se formaba están agotadas. La novela también se fundamenta en el cine,
por lo menos los franceses, porque era una forma distinta de ver las cosas. El novelista de
estos primeros años se encuentra en un terreno difícil, no importa tanto que es la novela, sino
si se sigue pudiendo escribir la novela.

Otra cuestión importante es que por primera vez hay una perspectiva distinta de las cosas. Hay
todavía la tentación de seguir el esquema naturalista o por el contrario el simbolismo, pero
también, en los primeros años, va a estar marcado por un hecho histórico decisivo, el caso
‘Dreyfus’. Zola durante este suceso publica un artículo llamado ‘yo acuso’ donde publica la
inocencia del capitán, y después tiene que exiliarse a Inglaterra, y al volver a Francia muere.
Este asunto que tambalea a la tercera república, saca a relucir el primer caso de antisemitismo.
Con el ‘dreyfus’ se pone de hecho el compromiso del escritor, el hombre de letras no puede
quedar al margen de los asuntos de poder.

El yo del escritor tiene que desembocar en un nosotros. De esto trata una obra trascendente
de este siglo: el culto del yo (trilogía). Es en ese momento y en ese entorno, donde surgen 2 de
los novelistas que van a tener más influencia en el siglo XX: Marcel Proust y André Gide.

PROUST:

Autor de “en busca del tiempo perdido”. Puede ser una novela psicológica, sin embargo,
tenemos que entender que todos los personajes no son presentados según el esquema
tradicional, y no vemos caracteres ni personalidades definidas. Otros, la han visto como una
novela sociológica, dos mundos distintos con rituales distintos. Puede ser una novela
sentimental. Es una novela que esconde una reflexión del arte, que es uno de sus hilos
conductores. En esta obra, el narrador esta en busca de su vocación, quiere ser escritor.
Podemos decir que es una novela de aprendizaje. Pero sin embargo, no es nada de eso. Una de
las cosas más importantes, es que es una novela escrita en primera persona, pero NO
autobiográfica. Estos escritores no hablan de una persona, sino de un yo vacío. El lenguaje es
una representación, funciona en ausencia.

Destaca la decepción, uno de los pensamientos que pasa continuamente por el autor es que el
mundo existe, pero que hay dos continentes separados. En esta obra, los personajes son
poliédricos, que desaparecen y aparecen, que cuando reaparecen se presentan de forma
distinta. Este mundo de la realidad, permanece siempre desconocido, pero hay un mínimo de
intersección, entre los otros y el yo, y a ese punto de intersección lo llama la impresión. Esta
inmensa decepción, no es más que el recorrido de cualquier yo, un recorrido vital de un
individuo. Nunca la realidad está a la altura que nosotros esperamos. Todo es un fracaso.
Cabe destacar la experiencia clave de la búsqueda del tiempo perdido. Experiencia en sentido
etimológico. La última parte se centra en esta experiencia, en un orden intrascendente, es lo
que el narrador denomina como memoria involuntaria, ligada a una sensación de tipo olfativo.
El descubrimiento de esta sensación no es tanto que ese olor nos resucite algo que estaba
fuera, sino lo que resucita es ese yo que estaba muerto. De este descubrimiento deriva cual es
la obra que hay que escribir.

Hay dos cuestiones que va a señalar Proust: Leer no es conversar. Va a señalar hasta qué punto
no es necesaria esta conversación. Lo que sí se busca es un conocimiento. El lector está
desposeído de sí mismo. Para Proust, el arte no significa nada, y su sentido implica
necesariamente al lector.

GIDE:

Toda la obra de Gide es la exploración de todos los yos que me habitan. Gide va a romper con
el pacto de lectura tradicional: el narrador en primera persona y el lector, comulgan en una
serie de principios. Esta ruptura consiste en que la escritura de alguna manera es aquello que
deforma a ese yo, y la idea de sinceridad del yo consigo mismo y con los demás, demuestra
hasta qué punto es una farsa. El narrador a través de un discurso transparente hace una
confesión trucada. Toda la obra de Gide, y toda la del siglo XX, exige esta colaboración del
lector.

NOVELAS DESPUÉS DE LA GUERRA:

SARTRE:

El primer descubrimiento es la idea de que lo primero es la existencia, y que precede a la


esencia. Entonces, ¿Cuál es el modo de existencia de nosotros? El Para-sí, es decir, la no
esencia. . El Para-sí es la absoluta indeterminación, la forma de existencia de los seres es la
indeterminación, significa la infinita libertad. Sartre insiste en que no podemos escapar de la
libertad, somos libertad. Todo nuestro mundo está asentado con ser algo o alguien, con tener
esa existencia de las cosas. Hay otro modo de ser, y es el ser para otro.

En Sartre, la libertad es radical. Buscan desesperadamente ser algo, y esa búsqueda es lo que
nos confiere el ser algo. Sartre nos dice hasta que punto ser ese algo o ese alguien es
codificarse. ¿Qué pasa cuando ese hombre se codifica? El hombre renuncia a su libertad, a lo
que le hace propiamente humano. El impacto en el siglo XX de ese descubrimiento es la
deshumanización del hombre (Hannah Arendt: concepto de la banalidad del mal). La sociedad
de masas es una sociedad despolitizada, privada de esa idea de comunidad, de espacio de
convivencia. ¿Qué hace el individuo común? Despolitización. La ausencia de pensamiento es lo
que caracterizaría a esta banalidad, las respuestas de este individuo es un comportamiento por
clichés.

Tiene que sucedernos algo para que nuestros prejuicios se vengan abajo. Heidegger describe la
angustia como una experiencia, que consiste en un apartamiento de aquello que tiene un
significado para nosotros. Sartre lo llama la nausea. Camus hablará de lo absurdo. Ese
cuestionamiento desde el momento en el que se siente mal en esas categorías
preestablecidas, probablemente, el individuo pueda ser ‘salvado’.
EL ABSURDO DE CANOU:

Es una experiencia que nace de una lectura de lo cotidiano o del mundo de la cotidianidad. Lo
cotidiano nos impone nuestras maneras de pensar. Lo más esencial de lo cotidiano es que
siempre nos proyecta a un futuro. La cotidianeidad es lo contrario al cuestionamiento, estamos
arrastrados por este presente. Hasta el momento en el que lo absurdo irrumpe en nuestras
vidas. Hay que evitar la tentación de que el mundo y el hombre son absurdos, Canou dice que
no lo es, lo absurdo nace de la confrontación, un enfrentamiento sin tregua, ya que estamos
condenados a la no comprensión. Es evidente que el hombre experimenta la angustia y la
desesperanza. Desde esta perspectiva de lo absurdo, hombre feliz, se plantea la cuestión de
que lo que el absurdo descubre es otra manera de vivir, alejada de todo lo que arrastra ese
cotidiano. Lo cotidiano es el mundo de los preceptos, moral que funciona mediante
obligaciones sociales, que reposan sobre la idea de que la vida tiene un sentido fijado. De
alguna manera, este tipo de moral, hace de cada uno de nosotros un culpable en potencia. La
conclusión es que el absurdo nos libera de vivir bien y nos introduce en la experiencia de la
cantidad. Por lo tanto, no se trataría de vivir bien, sino de vivir más plenamente.

NUEVA NOVELA:

Engloba a una serie de escritores como: Robbe Grillet, Claude Simon, Nathalie Sarraute.
Empieza en los 50 y llega a su apogeo en los 70. Se caracterizan por el antihumanismo. No hay
una ética. Proclamar la caducidad de la novela tal como lo había hecho Balzac en el XIX. La
característica que parece unirlos es el rechazo a cualquier característica de narratividad.

En la obra de Claude Simon hay una escena clave, que va a ser reescrita en todas sus novelas.
Vamos a ver como se sustituye la idea de experiencia por la de acontecimiento.

Nathalie SArraute, todo lo describe como un agujero negro, que lo atrae todo, el lenguaje es
una experiencia de desgarre absoluto.

Robbe Grillet tiene la misma experiencia, y en sus novelas hay un silencio absoluto sobre esta
cuestión.

Si algo caracteriza a la modernidad es el fin de los relatos. A cada época le corresponde un


relato hasta el siglo XX.

LA JALOUISE DE GRILLET:

En esta obra tenemos solo una mirada sobre unos objetos. No hay personajes en el sentido del
término. Además, hay una ausencia extraña de narrador. Toda la novela es una descripción,
totalmente pura y liberada del sujeto, es una mera mirada. La nueva novela se caracteriza
entre otras cosas porque sus objetos se presentan sin esa transcendencia humana sin ser
símbolos de nada.
En la novela de La Jalouise hay tres o cuatro cosas que son el objeto de una mirada que no
sabemos de quién parte. Hay un núcleo que sistemáticamente es objeto de repetición. La
primera cuestión para analizar es el hecho de que el título no aparece por ningún lado en el
texto, aunque en realidad sea el núcleo de esta novela en la que no tiene importancia la
narración (celosía). Esta novela une dos cosas que en lenguaje ordinario están necesariamente
separadas. Nuestro lenguaje es solo un modo de comunicación o descomunicación. El lenguaje
en esta nueva novela recupera toda su espesura, lo que es desconcertante no es tanto la
realidad sino la realidad del lenguaje. Cuando se recupera la función expresiva y poética del
lenguaje se recupera toda esa profundidad. Las palabras no son solo objetos
comunicacionales, nuestra memoria opera a través de las palabras. En este sentido la nueva
novela sería un trabajo sobre el lenguaje, somos lenguaje y solo lenguaje.

También podría gustarte