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Como editores, en Actualidad Evangélica creemos que nuestros lectores se verán beneficiados con
la lectura de este esbozo biográfico sobre una de las figuras más importantes del siglo XX
Dietrich Bonhoeffer
(Redacción, 15/05/2018) Actualidad Evangélica se complace en ofrecer a sus lectores una nueva serie del
teólogo y escritor Máximo García Ruiz, en torno a otro protestante ilustre del siglo XX: Dietrich
Bonhoeffer.
Se trata, según nos indica García, del material utilizado en un curso impartido por el autor en la Escuela
de Militancia de la Iglesia católica en el año 2003, que muestra la experiencia doliente de Dietrich
Bonhoeffer que le llevó a identificar al cristiano como:
2. Alguien que no se queda confortablemente resguardado en los Estados Unidos cuando estalla el
conflicto en su país natal, Alemania, que llevaría al mundo a la locura de la Segunda Guerra Mundial de
la mano de un demente como era Adolf Hitler, y toma el último barco que hace la travesía de regreso para
incorporarse a la lucha contra un régimen diabólico que conduce al mundo a lo más horroroso de los
infiernos;
3. Alguien que no se cubre con el manto de una piedad espuria, y sale de las iglesias contaminadas por el
sistema corrupto para presentar el rostro humano de Dios;
4. Alguien que es capaz a renunciar a los tópicos y sacrificar los convencionalismos eclesiales y litúrgicos
para hablar un lenguaje secular, inteligible al común de los mortales;
En las próximas semanas, en la estructura y extensión más recomendable para la lectura en internet,
iremos ofreciendo los siguientes contenidos de esta serie:
1. El pensamiento de Bonhoeffer
4. Bibliografía
Como editores, en Actualidad Evangélica creemos que nuestros lectores se verán beneficiados con la
lectura de este esbozo biográfico sobre una de las figuras protestantes más importantes del siglo XX, cuya
obra, testimonio y pensamiento trascienden su contexto cultural y siguen siendo actuales en el siglo XXI.
© 2018 - Nota de Redacción: Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no
representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
Bíblica Latinoamericana, licenciado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en Teología por
esa misma universidad. Profesor de Historia de las Religiones, Sociología e Historia de los Bautistas en la Facultad de
Teología de la Unión Evangélica Bautista de España-UEBE (actualmente profesor emérito), en Alcobendas, Madrid y
profesor invitado en otras instituciones. Pertenece a la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Ha publicado numerosos
artículos y estudios de investigación en diferentes revistas, diccionarios y anales universitarios y es autor de 21 libros y
de otros 12 en colaboración, algunos de ellos en calidad de editor.
Pensamiento y teología de Bonhoeffer: "Teología inacabada"
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Este artículo forma parte de una serie sobre el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, escrita por
Máximo García Ruiz (ver introducción / ver artículo anterior)
Dietrich Bonhoeffer
(MÁXIMO GARCÍA RUIZ*, 29/06/2018) | La teología de Dietrich Bonhoeffer es una teología
inacabada, inmadura, truncada por su muerte prematura.
Le falta, sobre todo, el haber elaborado una eclesiología adecuada para ese mundo que tanto le preocupa y
al que atribuye haber llegado a su “mayoría de edad”, un mundo no religioso, lo mismo que había hecho
en su primera etapa referido a un mundo establecido sobre las bases de unas religiones dominantes.
Siendo como era un gran pensador, en su última etapa, aún a pesar
La teología de Dietrich Bonhoeffer
de ser un entusiasta defensor de la iglesia (en su Sanctorum
es una teología inacabada,
communio traza de manera magistral las dimensiones comunitarias
inmadura, truncada por su muerte
de la existencia cristiana), se identifica más con la dimensión
prematura
experiencial que con la reflexión propiamente científica. Se ve
sometido a una situación de crisis continua, en la que tanto la estructura eclesial como la propia comunión
religiosa están sometidas a la experiencia cotidiana.
Bonhoeffer es un crítico de la Iglesia, pero nunca se desprende del valor y relevancia de la Iglesia. Busca
la iglesia del futuro; y se percibe en sus reflexiones una anticipación profética de esa iglesia. Anhela una
iglesia que sea capaz de comunicarse con el mundo secular, y se da cuenta de que “las viejas palabras”
carecen de sentido y, por consiguiente, tienen que enmudecer.
De Bonhoeffer puede decirse que fue un teólogo devenido en místico para terminar como mártir. Su obra,
como su vida, hay que enmarcarla en dos grandes etapas:
En su primera estancia en el Union Theologial Seminary de New York, Bonhoeffer era más bien un joven
conservador, de origen social impecable, que tocaba el piano con brillantez y jugaba bien al tenis. Al
finalizar la década de los 30 había nacido una persona nueva. De Bonhoeffer puede decirse que
Partiendo de una formación clásica luterana, una iglesia ligada al fue un teólogo devenido en místico
Estado, a partir de los acontecimientos protagonizados por Hitler y, para terminar como mártir.
especialmente, a partir de 1935, cuando se abre el Seminario de Finkenwalde para la formación de futuros
pastores de la Iglesia confesante, Bonhoeffer va radicalizando su vida espiritual, buscando como
referencia única la vida de Jesús, remarcando desde un principio que por mantener tal postura habría de
pagar un precio.
Bonhoeffer busca un Dios mucho más privado o inescrutable de lo que era habitual en el entorno luterano
en el que se mueve. Como teólogo luterano, no vive encerrado en el marco de la teología alemana, sino
que se abre a otras influencias, especialmente la anglosajona, que estudia en sus estancias en Londres y
New York.
El advenimiento de nazismo marcará tanto su vida como su Bonhoeffer busca un Dios mucho
teología. Desde un principio se declara abiertamente contrario y más privado o inescrutable de lo
beligerante contra la ideología que acaudilla Adolfo Hitler. Desde que era habitual en el entorno
su concepción cristiana de la vida, no puede entender ni admitir que luterano en el que se mueve.
la Iglesia-institución se acomode tan fácilmente a un sistema político que, a su juicio, encarna los
antivalores cristianos. Así es que lucha contra:
Es, por supuesto, un teólogo protestante, luterano, para más señas. Y no podemos perder de vista ese
detalle a la hora de hacer una aproximación a su vida. En la teología protestante destacan dos elementos
fundamentales:
. La ética.
. La piedad.
(Próximo artículo: El místico: Espiritualidad y Vida comunitaria)
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Este artículo forma parte de una serie sobre el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, escrita por
Máximo García Ruiz (ver introducción / ver artículo anterior)
Dietrich Bonhoeffer
(MÁXIMO GARCÍA RUIZ*, 15/06/2018) | En un mundo secularizado, con una iglesia desorientada,
confundida, equivocada, ¿será posible presentar un cristianismo sin religión? ¿Cómo hablar de Dios sin
religión? El teólogo alemán se plantea el cristianismo desde una visión “no religiosa” para alcanzar “un
mundo mayor de edad”. Es precisamente en el año 1944, en la cárcel, cuando Bonhoeffer plantea sus
famosas cuestiones acerca de Dios y el hombre en el mundo contemporáneo:
. ¿Qué es el cristianismo?
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Como avanzamos hace unos días, hoy iniciamos esta serie de artículos sobre Bonhoeffer escritas
por el teólogo protestante Máximo García Ruiz.
Dietrich Bonhoeffer
(MÁXIMO GARCÍA RUIZ*, 05/06/2018) | Dietrich Bonhoeffer contempla la sociedad moderna no
como una nueva forma de paganismo, sino como una oportunidad que se le ofrece a la Iglesia para
proclamar un mensaje desprovisto de todo ropaje religioso (mensaje secular para el hombre secular).
Su pensamiento teológico pasa por varias fases. Comienza ocupándose de la Iglesia y este interés termina
derivando en una cristología cada vez menos eclesiástica.
Se mueve entre pastoral y mundo universitario. Aunque, curiosamente, Bonhoeffer ejerció como pastor
en Barcelona y en Londres, pero nunca en Alemania.
La gente, cuando oye hablar de Dios a los teólogos, a los clérigos, no les toma en serio. Por eso hay que
explicar a Dios con otro lenguaje. Bonhoeffer pone las bases para desacralizar el mundo. El mundo no es
Dios; la naturaleza no es Dios, la política no es Dios, los símbolos religiosos no son Dios. La religiosidad
administrada por la iglesia se ha convertido en una barrera que dificulta la comunicación de Dios con el
hombre.
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Este artículo forma parte de una serie sobre el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, escrita por
Máximo García Ruiz (ver introducción / ver artículo anterior)
Dietrich Bonhoeffer, detalle de la portada del libro, "Dietrich Bonhoeffer y la Teología de la Vida que
predica", de Michael Pasquarello
(MÁXIMO GARCÍA RUIZ*, 10/07/2018) |
ENTRE MI PRÓJIMO Y YO ESTÁ CRISTO
Por consiguiente, para entender a Bonhoeffer no debemos perder de vista su arraigada formación luterana.
El luteranismo crea un sentido de respeto a las autoridades y jerarquías del Estado; el rompimiento con la
dependencia de Roma en el siglo XVI devino en una veneración y respeto a las autoridades civiles,
promoviendo la intercesión ante Dios a su favor, aunque no necesariamente tenga que haber un
sometimiento a dicha autoridades. Y es precisamente en este contexto en el que hay que valorar el
rompimiento de Bonhoeffer con la Iglesia institucionalizada y su compromiso con la Iglesia confesante,
mientras que abría un frente de oposición al régimen nazi.
Un lema marca la vida de
Un lema marca la vida de Bonhoeffer: “entre mi prójimo y yo Bonhoeffer: “entre mi prójimo y yo
está Cristo”. Es el fundamento de su idea de comunidad, sabiendo, está Cristo”. Es el fundamento de
además, que el prójimo quiere ser amado tal y como es; por esa su idea de comunidad, sabiendo,
razón, por las diferencias que nos separan y por los egoísmos que además, que el prójimo quiere ser
nos asedian, no podemos encontrar al prójimo sino a través de amado tal y como es
Cristo, mediante el amor espiritual. Sólo por Cristo tenemos acceso los unos a los otros.
Su referente espiritual se encuentra en la Comunidad. La experiencia de vida comunitaria en el
Seminario de Finkenwalde fue decisivo para Bonhoeffer. Su teología trascendente se encarna en los
hermanos, descubriendo que la alabanza a Dios se hace más efectiva a través de la presencia del hermano.
Esta experiencia la dejará registrada en su libro Gemeinsames Leiben, que podemos leer en castellano
bajo el título Vida en Comunidad, publicado en 1939.
Bonhoeffer descubre que el hermano es un signo visible y misericordioso de la presencia de Dios. Y a
través de esta vivencia percibe la vida en comunidad como una gracia extraordinaria, un privilegio
inaudito. Ahora bien, para Bonhoeffer comunidad cristiana se forma cuando está presente Jesucristo.
Sólo Jesucristo hace posible la comunión; se trata de una comunidad de creyentes en cuyo testimonio
encontramos la palabra de Dios, siempre a través de Jesucristo, único mediador que nos acerca a Dios y a
los hombres. Es la esencia de la teología luterana y, por extensión, de todo el movimiento de la Reforma.
Para Bonhoeffer la fraternidad cristiana es un don de Dios que se produce en el orden espiritual, en un
plano real, ajeno a esa atmósfera de experiencias embriagadoras y de exaltación piadosa que tanta
atracción ejerce sobre tantos cristianos. Distingue entre “la comunidad de nuestros sueños (la de los
ensueños piadosos) y la “comunidad fundada en la realidad que nos ha sido dada”.
El cristianismo de Bonhoeffer toma como paradigma el referente de los primeros años, antes de su
institucionalización. Bonhoeffer tomó a Jesús suficientemente en serio como para tratar de imitarlo. Para
él “la Iglesia solo es iglesia cuando existe para los demás” (“El esbozo de un trabajo”, verano de 1944, cf.
Resistencia y Sumisión, p.267).
LA GRACIA BARATA Para Bonhoeffer la presentación de
Uno de los libros por el que más se conoce a Dietrich Bonhoeffer esa “gracia barata” por parte de la
es El precio de la gracia. El seguimiento”. El habla de “gracia” y Iglesia es una negación de la
“gracia barata”. La gracia barata es el enemigo mortal de nuestra Palabra de Dios, una negación de
iglesia (perdón, consuelo, sacramento malbaratados). No cuesta Jesucristo, una burla de Dios; es la
nada. Lo tenemos todo gratis. Señala a la devaluación producida en predicación del perdón sin
la rutina de la vida cristiana de una de las doctrinas emblemáticas arrepentimiento.
de la Reforma.
Para Bonhoeffer la presentación de esa “gracia barata” por parte de la Iglesia es una negación de la
Palabra de Dios, una negación de Jesucristo, una burla de Dios; es la predicación del perdón sin
arrepentimiento. La “gracia cara”, por el contrario, demanda búsqueda, seguimiento, entrega de la vida,
Es cara porque le ha costado cara a Dios (dar a su Hijo). Esta gracia (la proclamada por Lutero según la
interpreta Bonhoeffer) consuela, libera de la esclavitud, perdona los pecados, pero no libera del
compromiso, del trabajo.
Bonhoeffer tiene muy presente la teología luterana de la cruz, muy diferente a la teología de la gloria,
paradigma de la época medieval, recuperada en nuestros días, entre otros, por los seguidores de
la teología de la prosperidad. Sufrir y ser rechazado no es lo mismo. Sufrir y ser rechazado es la
expresión sintética de la cruz de Jesús. Seguir a Jesús es voluntario (“si alguno quiere...”), pero exige
renuncia de sí mismo... y tomar la cruz. Y anticipa, como una premonición respecto a su persona: “Toda
llamada de Cristo conduce a la muerte”. El sufrimiento es para Bonhoeffer uno de los signos de la
verdadera iglesia, tal y como Lutero lo expuso.
(Próximo artículo: Bonhoeffer: Aspectos destacados de su vida)
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Este artículo forma parte de una serie sobre el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, escrita por
Máximo García Ruiz (ver introducción / ver artículo anterior)
Familia de académicos: Dietrich Bonhoeffer (de frente a la izquierda de la imagen) en el estudio de su
padre, el psiquiatra y neurólogo Karl Bonhoeffer, en julio de 1938 / Archivo de imágenes del patrimonio
cultural prusiano / Biblioteca del Estado de Berlín / / +Ampliar
(MÁXIMO GARCÍA RUIZ*, 24/07/2018) |
Introducción y aproximación biográfica. Hacer una aproximación a teólogos como Dietrich
Bonhoeffer, Harvey Cox, Karl Barth y otros pensadores protestantes del siglo XX, requiere un esfuerzo
intelectual importante. De Bonhoeffer podríamos decir que es un renombrado teólogo del siglo XX, pero
al decir esto, nos quedaríamos excesivamente cortos. Para hacerlo de una forma muy esquemática,
podemos decir que Bonhoeffer, que tenía un carácter multidimensional, era:
. Un pastor luterano.
. Un profesor carismático.
. Un filósofo-teólogo de la vida.
. Un mártir
Su estancia en España y, posteriormente, en los Estados Unidos, donde las iglesias estaban muy
implicadas en las luchas sociales y económicas de un capitalismo vacilante, le hacen romper con su
confortable estabilidad intelectual. Ante él se plantean nuevas posibilidades para el ministerio religioso:
por una parte, como crítico político y social y, por otra, si llega a ser necesario, como activista.
Dietrich Bonhoeffer es un estudiante brillante y precoz. A los 17 años se decidió a estudiar teología,
primero en Tubinga y luego en Berlín. En su etapa de estudiante trabajó con los grandes representantes de
la renovación del luteranismo: Karl Holl y Reinhold Seeberg (autor del Manual de la Historia de las
Doctrinas, 2 tomos en español). Con 21 años, defiende su primera tesis doctoral: Santorum Comunio.
Su corta vida se mueve entre un intelectualismo lúcido apoyado en las categorías del saber de su primera
época de estudiante-teólogo y un misticismo creciente, especialmente en la tercera fase de su vida, ya en
la cárcel, apoyado en el valor de la experiencia. Podemos señalar tres grandes etapas de su vida (más
adelante nos detendremos a desgranar algunos detalles de cada una de esas etapas):
1) Primera etapa: estudiante, pastor, universidad y ecumenismo (1923-1932).
Brillante alumno de teología sistemática en la Universidad de Berlín. En esta época descubre el tema de
la iglesia: la iglesia real, visible. En sus viajes percibe la iglesia universal y desarrolla su dimensión
ecuménica.
2) Segunda etapa: Iglesia confesante (1933-1943).
Un tiempo marcado por una gran creatividad. Nos encontramos con un investigador de los tiempos
futuros. Solitario, reflexivo, en contacto como nunca antes con el sufrimiento y la frustración. Descubre
que Dios también está en el mundo sin religión, fuera de la Iglesia; que la religión puede llegar a ser una
barrera para que los hombres se encuentren con Dios. Descubre lo que denomina “la mayoría de edad del
mundo”.
De la misma forma, su obra está diferenciada en función de la época en que fuera escrita, con tres
énfasis claros:
1) La Iglesia.
2) El mundo.
En nuestra próxima entrega veremos con mayor detalle lo relevante de cada una de estas etapas…
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LUNES, 06 DE AGOSTO DE 2018 00:00
ESCRITO POR MÁXIMO GARCÍA RUIZ
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Este artículo forma parte de una serie sobre el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, escrita por
Máximo García Ruiz (ver introducción / ver artículo anterior)
Por Barth muestra una gran admiración, aunque no se identifica plenamente con su teología, debido a su
temor a una ortodoxia asfixiante derivada de la postura aún no evolucionada de Barth como teólogo
vertical del acontecimiento, poco abierto a la dimensión horizontal de la iglesia.
1932: Nombrado profesor de teología de la Universidad de Berlín. Da varios cursos sobre las relaciones
entre la filosofía y la teología.
Segunda etapa: La Iglesia confesante
LA ALEMANIA DE HITLER.
Alemania había sido derrotada en la I Guerra Mundial. El Tratado de Versalles (25/6/1919) mediante el
cual le fueron impuestas las condiciones de los vencedores fue tremendamente humillante para Alemania
como nación y como pueblo. El orgullo alemán había sido pisoteado sin consideración. En este contexto
social no debe causar excesiva extrañeza que el programa de Hitler tuviera tan favorable y rápida acogida
entre el pueblo alemán. La iglesia protestante alemana se acomodó rápidamente a Hitler. Las
universidades también se pusieron muy pronto de su parte, con la excepción de unos pocos.
Dos días después Bonhoeffer cuestionó la noción de “Führer” en una intervención radiofónica que fue
interrumpida bruscamente. Se trataba de un acto inusual para su entorno.
“Unos días después del ascenso de Hitler al cargo de canciller, Bonhoeffer alzó su voz, se enfrentó al
nazismo tachándolo de idólatra, habló en defensa de los judíos y advirtió vigorosamente contra la
dirección en la que su nación se encaminaba. Y mientras lo hacía, su intervención radiofónica fue
interrumpida bruscamente” (p. 24 de “Escritos Esenciales”).
Tanto la iglesia protestante como la católica vieron en Hitler el “renacimiento nacional” que iba a
librarles de la humillación del Tratado de Versalles (25/6/1919).
Hitler obliga a la Iglesia luterana a aceptar el párrafo ario que prohíbe a todos los que tengan entre sus
antepasados algún judío, no ya a que sean miembros de la iglesia, pero sí que ejerzan en ella un ministerio
público. La facultad de teología de la universidad de Berlín lo acepta también.
Bonhoeffer dijo de Hitler que era “un seductor” pensando en la figura del tentador del Génesis: como la
serpiente evocada por la Biblia, Hitler hechizó a las masas.
Es en ese contexto en el que se constituye la liga de urgencia de los pastores en torno a Niemoeller el 21
de septiembre de 1933, que señala el comienzo de la Iglesia Confesante, como una respuesta crítica a
Hitler y a la Iglesia luterana, con sus cuatro grandes sínodos, reunidos entre mayo de 1934 y febrero de
1936: Barmen, Dahlem, Augsburg y Oeynhausen. Bonhoeffer participó desde el comienzo en este
combate.
La Iglesia confesante no constituyó jamás una iglesia autónoma. Fue siempre un movimiento confesional
en el interior de las iglesias evangélicas alemanas, un claro precedente inspirador de las “Comunidades de
Base” de la Iglesia Católica Romana, que surgiera a partir del Vaticano II.
Establece contactos con adversarios políticos de Hitler. Se le prohíbe el trabajo pastoral y docente en
Berlín.
Aconsejado por sus amigos, especialmente Reinhold Niebuhr, acepta la invitación para dar un curso en
EE.UU. Llega a N.Y. el 2 de junio y el 7 de julio, pero ante las perspectivas de la guerra, regresa
voluntariamente a Alemania, en el último barco anterior al estallido de la guerra. Ninguno de sus amigos
entendió esta arriesgadísima decisión, cuando ya se sabía que la guerra era inevitable. Se encuentra en
una especie de vacío: no tiene derecho para predicar, ni para publica, ni para enseñar. Tiene prohibido
hablar en público.
A partir de esa fecha, la Iglesia Confesante (cuyos vicarios habían sido enviados al frente) le encomienda
algunas misiones especiales. Colabora en la resistencia clandestina contra Hitler. A través de su cuñado
Hans von Dohnanyi, que trabajaba con el general Oster, Bonhoeffer entra en contacto con los ambientes
que llevaron a cabo el complot contra Hitler del 20 de julio de 1944.
LA CONJURACIÓN Y LA ÉTICA
En esta época Bonhoeffer está cubierto por una orden de misión del Servicio de Contraespionaje Alemán
(Abwehr), que dirigía el almirante Canaris, complicado también en el complot. Explica su compromiso
político con estas palabras: “He visto a un loco conduciendo su coche por una calle superpoblada y he
comprendido que tenía que impedirle que siguiera conduciendo. No bastaba con que me pusiera a
curar a las víctimas; tenía que ponerme yo mismo ante el coche para pararlo” (cit. A. Dumas, Dietrich
Bonhoeffer. Una iglesia para los no religiosos, Ed. Sígueme (Salamanca:1968).
A fin de hacer justicia a la historia, debemos dejar constancia de que Bonhoeffer fue hecho prisionero
más por sus ideas políticas, que por su compromiso religioso. Fue un prisionero político. Desde mi punto
de vista, un precursor de los teólogos comprometidos de América Latina (teología de la liberación).
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Este artículo forma parte de una serie sobre el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, escrita por
Máximo García Ruiz (ver introducción / ver artículo anterior)
Bonhoeffer en la prisión militar de Tegel en Berlín
(MÁXIMO GARCÍA RUIZ*, 20/08/2018) | La corta vida de Bonhoeffer se mueve entre un
intelectualismo lúcido apoyado en las categorías del saber de su primera época de estudiante-teólogo y un
misticismo creciente, especialmente en la tercera fase de su vida, ya en la cárcel, apoyado en el valor de
la experiencia...
Tercera época: Los años de prisión
Tres meses después (5/4/1943) es arrestado por la Gestapo, junto a su cuñado Hans von Douhanyi y su
esposa Christine. Bonhoeffer es acusado de alta traición y encarcelado en la prisión de Tegel, Berlín. La
acusación sería luego por desmoralizar al ejército.
El 20 de julio de 1944 tuvo lugar el atentado contra Hitler. El 22 de septiembre la Gestapo descubrió unos
archivos con pruebas de la colaboración de Bonhoeffer y los demás conjurados.
Durante muchos meses el censor de la cárcel permitió solamente cartas de los padres con intervalos de
diez días (nota p. 25 RS).
Era fumador.
En torno a 1941 sufre un largo periodo de enfermedad (R. Y S, p 54) hasta enero de 1942 (p. 57). En la
prisión sufre un dislocamiento de cadera (carta de 3/7/43, R. Y S., p. 62).
En Tegel salía media hora al día al aire libre. Tres horas al día paseaba por la celda.
El tiempo de cárcel lo vivió pendiente de los acontecimientos familiares, como la boda de su hermana.
FAMILIA
La familia Bonhoeffer, marzo de 1943, cinco días antes de la detención de Dietrich. Dietrich está en el
extremo izquierdo. Rüdiger Schleicher, Klaus Bonhoeffer, y Friedrich Perels, también en la imagen,
fueron ejecutados en 1945
Padre: Karl Bonhoeffer (Profesor numerario de Psiquiatsría) Tenía 75 años cuando encarcelaron a su hijo
Dietrich).
Madre: Paula von Hase, de una familia burguesa.
Su abuelo, Karl Alfred von Hase, era profesor de teología.
Hermanos (ocho en total, contando a Dietrich). Todos reciben una buena formación musical.
Klaus, abogado.
Christine (Christel)
Hans von Dohnanyi, marido de Christine (magistrado del Tribunal del Reich), asesinado el 23 de abril de
1945 (este dato hay que verificarlo).
Sabine, hermana gemela de Dietrich, esposa del profesor de derecho público de ascendiente judío
Gerhard Leibholz.
Marianne, hija.
Renate
Susi
Rüdiger Schleicher, cuñado, funcionario ministerial y profesor de derecho aéreo de Berlín. Detenido el
4/10/44 y asesinado el 23/4/1945.
Los hermanos Bonhoeffer. Fotografía familiar de 1908; presenta en escala los siete hermanos
Bonhoeffer, aún no había nacido Susanne (luego casada con Walter Dress). Los más pequeños son los
gemelos Sabine y Dietrich, nacidos en Breslau (= Wroclaw, hoy Polonia) el 4 de febrero de 1906. Sabine
luego se casará con Gerhard Leibholz. Siguen en fila: Christine, que se casará con Hans von Dohnanyi,
Ursula, luego casada con Rüdiger Schleicher, y finalmente los tres hermanos mayores: Klaus, que se
casará con Emmi Delbrück, Walter, que cae en el frente en 1918, y Karl-Friedrich, casado luego con
Grete von Dohnanyi, hermana de Hans.
(Próximo artículo: Bonhoeffer: Bibliografía)
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Este artículo forma parte de una serie sobre el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, escrita por
Máximo García Ruiz (ver introducción / ver artículo anterior)
(MÁXIMO GARCÍA RUIZ*, 22/08/2018) | Para quienes deseen profundizar en la biografía y la obra
de Dietrich Bonhoeffer, aquí va una relación de textos imprescindibles; unos escritos por el propio
Bonhoeffer y otros de autores que escribieron acerca de él.
DE DIETRICH BONHOEFFER
“Acto y ser”. Filosofía trascendental y ontológica en la teología sistemática, (2ª tesis doctoral).
“Protestantismo sin reforma”, escrito en 1930. Es una reflexión en torno a las ortodoxias y a la
investigación libre, provocada por su observación del protestantismo en los Estos Unidos. En él pesa “la
ciencia del mundo antiguo y la experiencia del mundo nuevo; la teología científica alemana y el
cristianismo práctico americano.
“¿Quién es y quién fue Jesucristo?”, Curso impartido en la Universidad de Berlín (verano 1933).
“Nachfolge” (El precio de la gracia: el seguimiento), escrito en 1935 y publicado en 1937. Obra de
piedad, polémica. “No basta con creer”, escribe, “la fe está pidiendo obediencia”. Privada del
“seguimiento” de la vida, la salvación por la fe se reduce a una justificación barata del pecado, pero que
no llega a la costosa justificación del pecador. La palabra clave es seguimiento, ya que hemos de
acompañar a Jesucristo en el camino.
“Gesammelte Schiften”, ¿publicado en 1938?
“Gemeinsames Leben” (“Vida en comunidad”), escrito en 1935/1936 y publicado en 1939. Reflexión
sobre las relaciones entre lo espiritual y lo psíquico en la vida comunitaria. Confronta la subjetividad
entusiasta con la disciplina del seguimiento a Jesucristo. Se mezcla activismo y pietismo. Analiza la
piedad comunitaria. La experiencia de Finkenwalde alcanzó así categoría del testimonio universal.
“A los jóvenes hermanos de la Iglesia Pomerania”, carta de finales de enero de 1938.
“Los tesoros del sufrimiento”, sermón sobre Romanos 5 (marzo 1938).
“Cristus Victor”, Palabras en la Cena del Señor del día de difuntos en el Vicariato de Wendisch-Tychpw
(Sigurdshof), 26 de noviembre de 1939.
“Carta de Adviento a los pastores de la Iglesia Confesante”, 29 noviembre 1942.
“Ethik” (Ética), editado por Eberhard Bethge en 1949.
EN CASTELLANO
“Escritos esenciales”, editado por Robert Coles, Editorial Sal Terra
“El Precio de la Gracia: el seguimiento”, Ed. Sigueme, S.A.
Fruto de las inquietudes que venían preocupándole en los últimos años. Términos clásicos de la teología
luterana como fe, justificación y santificación son reformulados a partir de la idea del seguimiento a
Jesucristo que le obsesiona. “La respuesta del discípulo no consiste en una confesión de fe en Jesús, sino
en un acto de obediencia” (p. 26). Recupera la dimensión comunitaria de la fe.
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Hoy completamos este esbozo biográfico sobre una de las figuras más importantes del siglo XX y les
ofrecemos todos los contenidos de la serie
Dietrich Bonhoeffer
(Redacción, 23/08/2018) Después de varias entregas periódicas, hoy concluímos esta serie sobre
Bonhoeffer del teólogo bautista y colaborador de Actualidad Evangélica, Máximo García Ruiz.
Esta serie sobre el teólogo y mártir alemán asesinado por el régimen nazi que, según nos indica García,
procede del material utilizado por el autor en un curso impartido en 2003 en la Escuela de
Militancia de la Iglesia católica. En ella el autor subraya la experiencia doliente de Dietrich Bonhoeffer
que le llevó a identificar al cristiano como:
3. Alguien que no se cubre con el manto de una piedad espuria, y sale de las iglesias contaminadas por el
sistema corrupto para presentar el rostro humano de Dios;
4. Alguien que es capaz a renunciar a los tópicos y sacrificar los convencionalismos eclesiales y litúrgicos
para hablar un lenguaje secular, inteligible al común de los mortales;