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Siempre que sea posible, LÍDERES EDUCATIVOS –

PUCV intentará usar un lenguaje inclusivo, no dis-


criminador, ni sexista. Conscientes de que existe un
debate al respecto, consideramos que las soluciones
que, hasta ahora, se han propuesto para nuestro
idioma no son sistemáticas y muchas de ellas obs-
taculizan la lectura. Por lo tanto, en los casos que
sea pertinente, se usará el masculino genérico, que
la gramática española entiende que representa a
hombres y mujeres en igual medida.

Cuando el presente y el
futuro son inciertos...
Planificar Formación Local
en un entorno VICA
El mundo en el que vivimos es altamente complejo y se mueve a una velocidad nunca
antes vista. En este escenario, los establecimientos escolares requieren hacer frente a
múltiples y rápidos cambios globales y locales. Entre ellos, pensar cómo ofrecer más,
mejores y oportunos espacios de aprendizaje a estudiantes que viven en un mundo
interconectado, cambiante y digital.

Durante el año 2020, la irrupción de la pandemia modificó en gran parte la forma de


funcionamiento de los establecimientos escolares, especialmente, en términos de cómo
pensar la educación en un nuevo espacio de aprendizaje. Las actividades presenciales
quedaron pausadas, obligando a los equipos directivos y técnicos pedagógicos a
desplegar su labor en el ciberespacio. Todo esto, en medio de incertidumbres y desafíos
complejos de abordar, tanto para las y los estudiantes, como para los y las profesoras,
familias y equipos directivos.

Frente a este cambio abrupto e imprevisto, una primera reacción parece haber
sido intentar sostener el mundo planificado antes de la pandemia, demostrando
perseverancia e ingenio para cumplir con ello, a pesar de todo. Por ejemplo, sostener
horarios, metas de aprendizaje, organización interna, formas de vincularse, estándares,
entre otros aspectos. Sin embargo, rápidamente nos dimos cuenta de que las formas
validadas en el pasado (aunque fuera un pasado muy reciente, como el de antes de
COVID-19) no sirven en un desafío profundamente distinto y aún en proceso. Entonces,
¿qué nos queda por hacer en este contexto altamente complejo?

Existe un concepto que puede ayudarnos a comprender y avanzar en los desafíos que
los cambios rápidos y complejos a los que nos vemos expuestos: el entorno VICA1. Este
acrónimo refleja la Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad del mundo
en el que vivimos actualmente e intenta explicar sus principales atributos, mientras
propone desafíos para habitar en él.
Dificultad para predecir resultados

C
COMPLEJO
V
VOLÁTIL

A
AMBIGUO
I
INCIERTO
Uncertain

Dificultad para conocer la situación

1 VUCA en inglés (Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity)


En el siguiente cuadro, podemos observar las principales características y desafíos de
liderar en un mundo VICA:

CARACTERÍSTICA CÓMO ABORDARLA

La volatilidad se lidera desde la visión. Es decir, definir el


La volatilidad hace referencia a
“norte”, hacia dónde queremos dirigirnos. Tener clara la
situaciones inesperadas que generan
VOLATILIDAD visión panorámica del futuro, que se quiere crear, nos
inestabilidad y cambios, sin tener
ayudará a tomar decisiones en contextos de cambios
claridad sobre cuánto tiempo durarán.
rápidos de escenario.

La incertidumbre es la falta de La incertidumbre se lidera desde los esfuerzos por


predictibilidad sobre las situaciones. comprender o entender. Para ello, es necesario reflexionar,
Esto hace que se tengan más preguntas escuchar, observar y recoger información, indagar,
INCERTIDUMBRE
que respuestas, se desconozcan futuros preguntar y hacer esfuerzos especiales por traer aquellas
resultados de lo que se está viviendo, voces que pueden aportarnos perspectivas distintas a las
siendo difícil tomar decisiones. propias.

La complejidad se contrarresta con claridad. Con ello,


La complejidad advierte que las
se hace frente al caos que generan las situaciones
situaciones tienen múltiples variables y
COMPLEJIDAD complejas, buscando aportar simplicidad cuando sea
partes interconectadas.
posible, focalizando en lo que realmente importa. Confiar y
transparentar procesos y conexiones es importante.

La ambigüedad apunta a la escasa


claridad sobre las amenazas y La ambigüedad se contrarresta con agilidad. Es necesario
oportunidades que ofrecen las comunicar y moverse rápidamente en la búsqueda de
situaciones, existiendo múltiples posibles respuestas ante la situación, aprendiendo del error,
AMBIGÜEDAD interpretaciones respecto de una siendo flexibles y abiertos. Trabajar a pequeña escala,
misma situación. Por lo tanto, implica antes de tomar decisiones estructurales, para dar espacio
desconocer lo desconocido, ya no que al aprendizaje incremental y a los ajustes que los cambios
hay precedentes sobre lo que se está están exigiendo.
viviendo.

El COVID-19 nos trae la experiencia del mundo VICA con mucha claridad, y nos invita a
reflexionar y desafiar muchas de nuestras creencias. Nos desafía a no seguir tratando
de responder a un contexto distinto con estrategias que fueron útiles en el pasado, pero
poco efectivas en la actualidad. También, nos ayuda a no poner las energías en tratar
de cambiar el contexto para hacerlo más estable, cuando por naturaleza no lo es. Nos
ayuda a navegar en él, desarrollando nuevas capacidades personales, interpersonales
y organizacionales.
¿CÓMO PLANIFICAR EN UN
MUNDO VICA?
¿Cómo proyectar nuestras acciones en un futuro incierto? ¿Cómo tener claridad cuando
se desconoce el fenómeno? ¿Cómo saber dónde poner la energía si no sabemos si lo
que esperamos será lo que buscamos o lo que necesitamos?

Vamos a partir desde una comprensión general del planificar como “el proceso de
preparar un conjunto de decisiones para la acción futura, dirigidas al logro de objetivos
por medios preferibles” (Dror, 1963).

Al contrario de lo que a veces nos parece, la planificación no debería ser, por naturaleza,
una estructura que comanda nuestra acción per se, sino una herramienta de libertad, ya
que implica que somos capaces de crear futuro y no sólo de aceptar resignadamente lo
que el destino le depare (Matus, 1993).

Sin embargo, muchas veces actuamos como si el plan -en general, un documento-
fuera, en sí mismo, el fin que comanda la toma de decisiones. Esto, lejos de darnos
espacio de libertad, nos pondrá en una situación de querer, a toda costa, implementar
acciones que pueden perder sentido cuando el entorno cambia.

Algunas exploraciones desde esta pregunta nos llevan a las siguientes ideas:

● Planificar con foco en el proceso más allá del plan como producto. Esto nos
permite comprender la planificación como un sistema abierto, que surge
con el propósito de marcar la hoja de ruta de la propia institución (...) en un
contexto donde conviene adelantarse en el tiempo, asumiendo una actitud
proactiva que favorecerá el cumplimiento de los propósitos de la organización
(Fernández, 2001).

● Planificar nos lleva a poner sobre la mesa la pregunta sobre el sentido, el
propósito y la visión. La razón de ser de este acto es definir una ruta para
arribar al lugar que deseamos. Es fundamental que este lugar se encuentre,
claramente, anclado al aprendizaje de los y las estudiantes, y de su bienestar.

● Planificar nos desafía a habitar en el mundo de las preguntas para sostener
el proceso con conciencia sobre las señales del entorno. ¿Qué podemos hacer
para alcanzar aquello que los y las estudiantes necesitan hoy? ¿Qué necesitan
aprender los niños, niñas y jóvenes hoy? ¿Qué necesitamos para lograrlo?
¿Cómo avanzamos hacia allá? ¿Con qué recursos disponemos hoy? ¿A quién
necesitamos pedir ayuda? ¿Cómo sabremos que vamos avanzando? ¿Qué
estrategia usaremos para estar atentos/as a las señales que nos indican remirar
lo que estamos haciendo? ¿Cómo nos aseguramos de aprovechar el máximo de
oportunidades para aprender? ¿Cómo traemos el máximo de perspectivas a la
conversación, para maximizar la posibilidad de caminar la ruta más adecuada?

● Planificar contribuye a aunar criterios y perspectivas. Hacer una y otra vez la
pregunta sobre cómo hacemos realidad aquello que soñamos, contribuye a que
los y las integrantes de la organización hagan el esfuerzo colectivo de traducir
la visión en objetivos y los objetivos en prácticas concretas.

● Planificar ayuda a explorar posibilidades, organizar recursos, buscar y
desarrollar talentos, abrir opciones, desafiar la creatividad para encontrar
soluciones oportunas y efectivas para los desafíos de aprendizaje y bienestar
de los y las estudiantes.

● Planificar intenciona la mirada sobre la propia práctica y la necesidad de hacer
explícitas algunas creencias y expectativas tácitas sobre lo que se considera
deseable y positivo.

● Planificar nos desafía a aprender permanentemente y ser flexibles. Las
organizaciones no pueden predecir el futuro, pero deben darle sentido para
sobrevivir.

● Planificar en un mundo VICA nos invita a ampliar o resignificar la comprensión
de improvisación. Como decía Carlos Matus en Huerta (1999) decía: “la
planificación es la herramienta para pensar y crear el futuro. O sabemos
planificar o estamos obligados a la improvisación.” Improvisar, hoy en día,
es un nuevo talento. No en el sentido de responder impulsiva, errática o
irreflexivamente, sino en el sentido de ser capaces de actuar desde una escucha
flexible y profunda de lo que el futuro está requiriendo en el presente. Esta nueva
comprensión está más cerca de la improvisación que se observa en una banda
de jazz: ser capaces de percibir profundamente, y en tiempo real, las señales del
entorno para responder con una creación que, en su conjunto, tiene coherencia
y cumple el propósito.

● Planificar nos desafía a escuchar con detención y atención para saber cuál es el
movimiento adecuado y el momento en que debe ser realizado.

● Planificar en un mundo VICA no es un ejercicio que se puede realizar
individualmente. Es un desafío colectivo, donde cada uno cuenta, porque aporta
una perspectiva, una comprensión, un recurso, un talento e, incluso, un punto
ciego que contribuye a dar claridad, a traer la visión al centro, a comprender
más ampliamente y responder desde la agilidad.
Y EN PARTICULAR, ¿CÓMO UTILIZAR LA
COMPRENSIÓN DEL ENTORNO VICA PARA
AVANZAR HACIA UNA NUEVA MIRADA DE LA
PLANIFICACIÓN LOCAL DEL DESARROLLO
PROFESIONAL DOCENTE?
Antes de la pandemia, las necesidades de desarrollo profesional eran diferentes, porque
las necesidades de los y las estudiantes también lo eran. Cada adulto y adulta, de la
comunidad educativa, se ha visto afectado en diferentes niveles. Por lo tanto, también
se han visto modificados, probablemente, los objetivos que como institución pudimos
habernos propuesto.

¿Qué referentes podrían ayudarnos a asumir el desafío de planificar la formación local


hoy?

Desde la necesidad de diseñar acciones, en el contexto de la formación local, las


Orientaciones Sobre Plan Local de Formación Docente para el Desarrollo Profesional
en la Escuela, buscan darnos claridad y foco, indicando fundamentos, características
y propósitos generales de la formación continua al interior de los establecimientos
escolares.

La posibilidad de focalizarnos en los principios activos de DPD, implementando


estrategias de Retroalimentación de la Práctica Pedagógica y el Trabajo Colaborativo
entre Docentes, nos ayuda a priorizar. También ayuda a la claridad, sostener la
centralidad de las necesidades de los y las estudiantes, los principios activos del
aprendizaje de adultos/as y de las experiencias de desarrollo profesional, como focos
para tomar decisiones sobre la formación local.

La invitación a trabajar sobre una acción y un movimiento clave antes -o para- definir
o implementar un plan más amplio, así como la oportunidad de trabajar con una
modalidad que sea escalable y a medida, dan espacio para estar atentos y atentas
a lo que nos dice el presente, en función de realizar los ajustes necesarios a la luz de
un gran propósito: aumentar las oportunidades de aprendizaje y bienestar de las y los
estudiantes.

Probablemente, antes de la pandemia estábamos convencidos de que el desarrollo


profesional docente, al interior de los establecimientos escolares, solo podía generarse
de manera presencial. Hoy, la realidad nos ofrece la oportunidad de pensar la formación
local de manera virtual. Ciertamente, al ser una nueva situación, los equipos directivos
y técnico-pedagógicos pueden sentirse inseguros, sobre el impacto de las decisiones
tomadas para formar profesionalmente a los y las docentes.

Para aumentar la confianza sobre las decisiones tomadas en el contexto de la formación


local y disminuir la ansiedad e inseguridad, ofrecemos las siguientes preguntas que
contrarrestan la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad que podría estar
ocasionando la pandemia en los establecimientos escolares.

Preguntas para contrarrestar la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad:


PREGUNTAS PARA LIDERAR EN...

¿Cuáles son los propósitos de la formación local?


VOLATILIDAD ¿Hacia dónde deseamos movilizar a nuestros profesores y profesoras?
En un futuro cercano, ¿qué esperamos observar en nuestros y nuestras docentes y estudiantes?

¿Cuáles son las necesidades de aprendizaje de nuestros y nuestras estudiantes?


INCERTIDUMBRE ¿Cuáles son las necesidades de formación profesional de nuestros y nuestras docentes?
¿Qué voces no estamos escuchando? ¿Qué perspectivas no estamos viendo?

¿Qué es lo que más importa en estos momentos? ¿Por dónde necesitamos iniciar el trabajo? ¿Con
quiénes?
COMPLEJIDAD ¿Qué estrategias de desarrollo profesional utilizaremos? ¿Por qué esas y no otras? ¿Cuáles de estas
estrategias podrían tener mayor impacto desde una mirada sistémica?

¿Cómo sabremos que vamos avanzando? ¿Qué acción será nuestro piloto y cuándo sabremos que
podemos escalar?
AMBIGÜEDAD ¿Cómo podemos responder ágilmente sin caer en la tentación de hacerlo impulsivamente?
¿Cómo responder a las necesidades urgentes que aparecieron en este tiempo, para asegurar calidad en
el resultados, procesos y cuidado de las personas?

Finalmente, queremos invitarlos e invitarlas a que puedan escuchar las preguntas que
les empiezan a aparecer en este contexto. No necesariamente para responderlas con
certeza y rapidez, sino para explorarlas y usarlas con la finalidad de generar capacidad
en la comunidad educativa.

Reconocer que vivimos en un entorno VICA suma a los desafíos de formación docente,
aquellas competencias requeridas para habitarlo: capacidad de sostener la visión,
entendimiento sobre los fenómenos, claridad y agilidad.

Entonces, nos aparece también la pregunta: ¿Cómo nos estamos haciendo cargo, como
comunidad educativa, del desarrollo de las capacidades para habitar el mundo VICA en
los niños, niñas y jóvenes? ¿Qué podríamos implementar para hacernos cargo de este
desafío?
REFERENCIAS

Dror, Y. (1963). El proceso de planificación: un diseño de facetas. Revista Internacional de Ciencias


Administrativas , 29 (1), 46–58. https://doi.org/10.1177/002085236302900108

Fernández, H. (2001). Gestión de instituciones educativas inteligentes. Madrid: Mc Graw Hill.

Huertas, F (1993). El método PES. Entrevista con Carlos Matus. Mimeo, Ecuador.

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