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Universidad Nacional Experimental

"Francisco de Miranda".

Área: Ciencias de la Salud.

Programa: Ingeniería Biomédica,

ENSAYO DE BIOETICA

Integrante:

Janeiry Gonzalez C.I .26.018.266


Hernández Stefani C.I 28.046.078
Jimenez Fransuha C.I 27.885.512
Jimenez Carlos C.I 27.216.527
López Yozhanna C.I 27.052.096

Santa Ana de Coro, enero 2022


Bioética:

La Bioética es el estudio sistemático de la conducta humana en los campos


de las ciencias biológicas y de la atención de la salud, en la medida en que esta
conducta se analiza a la luz de los principios y valores morales.

La misma intenta dar una respuesta adecuada a la complejidad creciente en


la atención sanitaria y en las políticas de salud, fundamentalmente, en la
ciudadanía en general y en los profesionales de manera especial, la reflexión que
debe ayudar a conocer cuáles pueden ser las mejores opciones a tomar respecto
a nuestra vida en una sociedad de personas libres.

La bioética no defensa una actitud moral concreta ni busca ofrecer


respuestas determinadas y definitivas. Huye de los posicionamientos morales
extremos, pero busca una reflexión fundamentada, crítica y argumentada que se
centre en la singularidad de la situación concreta.

Ciertamente, la sociedad se caracteriza por la disparidad de creencias e


ideas del bien. En el ámbito de la salud, por ejemplo, surgen conflictos entre la
voluntad de los pacientes y el criterio de los profesionales. La bioética no es como
un protocolo que dictamina cuál de las dos actitudes es la correcta, sino que
aporta unos elementos de reflexión que ayudan a analizar la situación concreta
con el fin de construir la decisión más acertada. La bioética no determina cual es
el bien, sino que alienta a las personas inmersas en la situación del conflicto para
que lleguen a un acuerdo a través del diálogo y el respetuoso.

Experimentación en seres humanos:

La bioética también es considerada para otros, el estudio sistemático de la


conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención de la salud,
en la medida en que esta conducta se examine a la luz de los valores y principios
morales. Abarca la ética médica pero no se limita a ella.

Es importante tener en cuenta las especificaciones esenciales para realizar


experimentación en seres humanos y estas son las siguientes:
 Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano.
 El experimento debe ser útil para el bien de la Sociedad, irreemplazable por
otros métodos o medios de estudio y de la naturaleza que excluya el azar y
la no necesidad.
 El experimento debe ser de tal manera diseñado y basado en los resultados
de la experimentación animal y del conocimiento de la historia natural de la
enfermedad o de otros problemas en estudio, que los resultados esperados
deberán justificar el desarrollo del experimento.
 El experimento debe ser ejecutado de tal manera que evite todo sufrimiento
físico, mental y daño innecesario.
 Ningún experimento debe ser ejecutado cuando existan razones a
prior¡ para creer que pueda ocurrir la muerte o un daño grave, excepto,
quizás, en aquellos experimentos en los cuales los médicos
experimentadores sirven como sujetos de investigación.
 El grado de riesgo a tomar nunca debe exceder el nivel determinado por la
importancia humanitaria del problema que pueda ser resuelto por el
experimento.
 Deben hacerse preparaciones cuidadosas y establecer adecuadas
condiciones para proteger al sujeto experimental contra cualquier remota
posibilidad de daño,- incapacidad y muerte.
 El experimento debe ser conducido solamente por personas científicamente
calificadas. Debe requerirse el más alto grado de destreza y cuidado a
través de todas las etapas del experimento, a todos aquellos que ejecutan o
colaboran en dicho experimento.
 Durante el curso del experimento el sujeto humano debe tener libertad para
poner fin al experimento si ha alcanzado el estado físico y mental en el cual
le parece a él que es imposible continuarlo.
 Durante el curso del experimento, el científico a cargo de él debe estar
preparado para terminarlo en cualquier momento, si él cree que en el
ejercicio de su buena fe, habilidad superior y juicio cuidadoso, la
continuidad del experimento podría terminar en un daño, incapacidad o
muerte del sujeto experimental.

Trasplante de órgano:

Toda la actividad trasplantadora debe tener un objetivo claro: ser


beneficentes para con los pacientes y, al mismo tiempo, actuar de manera justa y
responsable también respecto de la sociedad. Ello nos obliga a trabajar con la más
elevada calidad técnica y humana en todas y cada una de las actuaciones que al
final hacen posible la realidad del trasplante, desde el tratamiento a nuestros
pacientes al diagnóstico de la muerte cerebral, la información a las familias, la
solicitud del consentimiento familiar, el respeto al cuerpo del cadáver y el
anonimato y la confidencialidad de los datos, la elaboración y el cumplimiento
estricto de los criterios de selección de donantes y receptores, así como los de la
distribución de los órganos, la realización de campañas de sensibilización pública
sobre la necesidad de órganos, la defensa de los valores de la solidaridad y el
altruismo, la información veraz sobre nuestras actuaciones con nuestros fallos y
nuestros aciertos y, por qué no, de nuestros logros, de las vidas salvadas, de las
vidas mejoradas, de las sonrisas recuperadas.

Por otro lado, en el campo de las indicaciones, enfermedades que hasta


hace poco se consideraban contraindicaciones formales, tanto para la donación
como para recibir un órgano, están en proceso de revisión y eliminación de la lista
de exclusiones, entre ellas determinadas hepatitis, la infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana, etc. Algo similar está pasando con los límites de edad.
Son éstas cuestiones que deben ser analizadas detenidamente para evitar
discriminaciones de cualquier tipo que conduzcan a injusticias en la distribución de
los recursos. Los trasplantes ya no se justifican únicamente porque salvan vidas.
El proceso de trasplante también debe salir airoso del análisis de coste-beneficio
del tipo que socialmente se haya consensuado. Porque los trasplantes se
financian entre todos, y a las necesidades de todos deben responder a trasplante
de órganos
Eutanasia:

La Bioética definió eutanasia como una “acción producida por un médico u


otro miembro del equipo de salud con la intención de matar a un paciente para
reducir su sufrimiento”

Ampliar la bioética para la clínica, como propuso Campos7 ,corresponde a


considerar la eutanasia no como una entidad conceptualmente separada de los
sujetos involucrados en el proceso, sino como un hecho singular, determinado por
la historia y los recursos de cada individuo, familia o grupo social. Más allá del fin
intencional de la vida biológica, aunque sea ética, la eutanasia consiste en un
evento complejo que involucra relaciones de poder, conocimientos, sentimientos,
afectos, creencias religiosas y valores culturales, tanto del individuo como de la
sociedad en la que se insertan los sujetos.

Por lo tanto, la bioética ampliada no se limita a reconocer dos tipos de


eutanasia, pasiva y activa. También se interesa por otros temas e invita al
paciente y otros sujetos a participar en las decisiones sobre el cuidado y el
proceso de la muerte, sin evitar los desafíos emocionales, sociales, culturales y
económicos que conlleva esta dinámica.

Al abordar la eutanasia desde la perspectiva de la bioética ampliada, es


bienvenido y valorado lo que muchas veces es infravalorado por el entorno social,
especialmente en el mundo científico: los discursos de estas personas. Se le
devuelve al sujeto la autonomía, su capacidad de gestionar su propia vida y su
muerte. Se abre el espacio para la negociación, al sacar a los enfermos y
familiares de la condición de estar dominados por el consentimiento. De este
modo, esta perspectiva se acerca al pensamiento de Sartre al impedir que el
paciente sea solo un espectador, ofreciéndole la posibilidad de pensar y decidir,
de tomar decisiones conjuntas, aunque le produzca alguna angustia, sobre todo si
viola las reglas morales.

La clínica y la bioética ampliadas van más allá de lo que la razón y la


conciencia nos permiten ver, incluyendo en sus prácticas conceptos de teoría
psicoanalítica. En otras palabras, consideran los conflictos personales presentes
en el inconsciente de cada individuo como determinantes de sus acciones.

La relación de las personas con la muerte cambió a lo largo de la historia.


Hasta finales de la Edad Moderna, la vida y la muerte convivían en el ámbito
doméstico y familiar, pero a partir del siglo XIX las muertes empezaron a darse en
los hospitales, sujetas a la fría racionalidad de los profesionales de la salud27 . La
bioética ampliada, que valora la narrativa de los pacientes, demuestra ser potente
para abordar los problemas actuales relacionados con el final de la vida, como la
eutanasia, los cuidados paliativos y las directivas anticipadas de la voluntad.

Ingeniería genética:

La ingeniería genética es el proceso de la utilización de la tecnología del


ADN recombinante (ADNr) para alterar la composición genética de un organismo.
Tradicionalmente, los seres humanos han manipulado indirectamente los genomas
mediante el control de la reproducción, así como seleccionando aquella
descendencia que tenga las características deseadas. La ingeniería genética
implica la manipulación directa de uno o más genes. Lo más común es que un gen
de otra especie se introduzca en el genoma de un organismo para producir el
fenotipo deseado.

La ingeniería genética es un término que se introdujo por primera vez en


nuestro lenguaje en la década de los 70, para describir la naciente tecnología de
recombinación del ADN y algunas de las cosas que estaban ocurriendo alrededor
de la misma. Como la mayoría de la gente que lee libros de texto sabe, la
tecnología del ADN recombinante comenzó con cosas muy simples - la clonación
de partículas muy pequeñas de ADN y su cultivo en bacterias - y ha evolucionado
a un campo enorme donde genomas completos puede ser clonados y transferidos
de una célula a otra, utilizando técnicas que se podrían definir de un modo muy
amplio como ingeniería genética.
Para mí, la ingeniería genética, en sentido general, significa que se están
tomando fragmentos de ADN y combinándolos con otras piezas de ADN. Esto
realmente no sucede en la naturaleza; es algo que producimos en tubos de
ensayo en el laboratorio. Y después se toma lo que hemos producido y se propaga
en diferentes organismos que van desde células de bacterias, a las de levaduras,
a las plantas y los animales. Así que mientras no haya una definición más precisa
de la ingeniería genética, lo que mejor la define es que incluye el campo de la
tecnología del ADN recombinante, la genómica y la genética en el siglo 21.

Clonación:

La clonación afecta al derecho individual a tener un genoma propio y no


alterado por terceros. Este derecho se inscribe en la realidad de la unicidad de la
persona. La clonación es un atentado a esta unicidad en su dimensión biológica
(unicidad genética) y por lo tanto afecta a la integridad personal.

Se encarga de alimentar la idea de que algunos hombres pueden tener un


dominio total sobre la existencia de los demás, hasta el punto de programar su
identidad biológica la cual se selecciona sobre la base de criterios arbitrarios.
La Bioética es la búsqueda médica aplicada al progreso bioético.

La misma es compleja y ofrece la posibilidad de avances científicos que


pueden mejorar nuestra vida como es la utilización de células primitivas de
embrión que pueden transformarse en células de médula ósea, permitirá crear
animales cuyos órganos tengan coincidencia genética con los humanos y que en
algunos casos se comporten como fábricas productoras de fármacos vivientes.

Trasplantes:

Para profundizar en las consideraciones bioéticas del trasplante de


órganos, antes es necesario entender que se trata de un procedimiento mediante
el cual se implanta un órgano o tejido procedente de un donante a un receptor,
con el objetivo de sustituir la función del órgano afectado.
La donación y el trasplante de órganos han supuesto un enorme avance en
el conocimiento de la biología y en el bienestar de las personas al tiempo que han
originado preguntas éticas sobre alguno de los aspectos relacionados con ellos.
Así, los trasplantes de órganos plantean múltiples cuestiones sobre el significado
de la muerte, la constitución de la identidad humana, las fronteras entre los
individuos y entre las especies, las diferencias entre la naturaleza y la cultura, el
tipo de ciencia biológica y médica que nuestra sociedad desarrolla, etc.
Los trasplantes nos dicen mucho sobre nosotros mismos porque revelan
valores culturales que asignamos al cuerpo y, a su vez, nos descubren nuevos
terrenos sobre los que reflexionar para entender los límites que definen los lazos
sociales, y cuestionan muchas asunciones generalizadas sobre la relación entre el
cuerpo y la identidad personal. Los éxitos conseguidos en las últimas dos décadas
han provocado la extensión de la tecnología de trasplante a nuevos tipos de
pacientes y la posibilidad de extenderla a órganos no vitales.
Las cuestiones éticas nos obligan a reflexionar sobre cuáles son los
objetivos de las cosas que hacemos (y de las que no hacemos) y sobre la forma
en que las hacemos para que cumplan unos mínimos éticos básicos y, si se
puede, lleguen a ser, además, excelentes. El trasplante de órganos conforma una
de las acciones humanas más beneficentes y solidarias que se dan en medio de lo
que algunos califican como una medicina excesivamente teologizada y
deshumanizada.

Vivir y morir con dignidad:

La idea, de que el hombre tiene del "derecho a vivir y  morir con dignidad"
ha dominado el debate bioético contemporáneo relacionado con el final de la vida
humana. Se afirma así, que nadie tendría derecho a imponer la obligación de
seguir viviendo a una persona que, en razón de un sufrimiento extremo, ya no lo
desea.

La bioética vela por humanizar la vida a través de una nueva concepción


del mundo, del ser humano y de su destino, de la relación correcta entre él y su
entorno, y del logro de una calidad de vida que compagine la moralidad con la
satisfacción de necesidades básicas y secundarias y de esta forma no caer en el
peligro de destruir la vida en búsqueda de un falso bienestar o de una vana ilusión
de felicidad, expresados en las políticas mundiales de apertura comercial y
globalización, y los vertiginosos avances científico el ser humano ocupa la cima
ontológica en el orden dinámico de la creación material, precisamente por su
excelsa participación en el ser, tal como se desprende de la filosofía de Santo
Tomás.

Para dilucidar lo que significa vivir y morir con dignidad es necesario saber
qué es la dignidad, ya que la expresión puede usarse en los sentidos más
diversos. Es especialmente grave la confusión que, a raíz del caso Sampedro, se
ha producido en nuestro país entre eutanasia y morir dignamente. Todos estos
aspectos bioéticos del final de la vida, en especial el de una “muerte digna”,
obligan al profesional en salud a que reflexione cuidadosamente sobre sus propias
creencias religiosas y culturales, a la luz de los principios éticos, los códigos
profesionales y la normativa legal, antes de tomar cualquier decisión que defina el
desenlace de la existencia de un ser humanos, tecnológicos y de las
comunicaciones.

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