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Cabe mencionar que este tipo de ejercicio no es obligatorio. Sin embargo, realizar
conciliaciones bancarias de forma periódica te proveerá de información útil para
la toma de decisiones sobre tu empresa, así como para enfrentar auditorías.
Además, si llevas una administración ordenada, el proceso de conciliación
bancaria será muy sencillo, pues el banco ya lleva un registro de las operaciones
que has realizado. Si al mismo tiempo tú llevas el registro de las cuentas de tu
empresa en libros contables —ya sean físicos o digitales— simplemente deberás
comparar que las transacciones y las cantidades coincidan. Recuerda que en
empresas pequeñas y medianas, el registro de todos los movimientos, incluso los
más pequeños, son indispensables para que se facilite la labor de contabilidad.
Para realizar una conciliación bancaria basta con tener tres elementos: 1)los libros
de contabilidad en los que registras las operaciones de tu empresa; 2) el estado
de cuenta que tu banco te envía mensualmente; y 3) un documento de
conciliación .
Recuerda que los estados bancarios tienen una fecha de corte, y en caso de que
realices algún movimiento con posterioridad, este no se verá reflejado en el
documento que te envía tu banco, aunque posiblemente sí esté registrado en los
libros contables. Por ejemplo, si registraste un cheque que apenas se va a reflejar
en tu siguiente corte bancario, esto causará que las cuentas no sean iguales, pues
sí aparecerá en los libros, pero no en el estado de cuenta, provocando desajustes.
Al lado de cada operación aparecerá una casilla que te permitirá comparar las
transacciones con la cuenta bancaria, así como los montos respectivos. Sólo
deberás revisarlas una por una e ir marcando si coinciden. Si todas coinciden, el
sistema te mostrará una notificación en la parte superior derecha de tu pantalla,
indicando que la diferencia entre tus cuentas y las del banco es igual a “cero”. Y
así de fácil, habrás terminado.