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TEMA 1.

MATERIALIDAD, CULTURA MATERIAL Y REGISTRO


ARQUEOLÓGICO.
Etimológicamente el término Arqueología significa el tratado de lo antiguo; esta es una ciencia
auxiliar de la Historia, mientras que para la Historia sería una fuente más, en el caso de la
Prehistoria sería la única. La Arqueología tiene como campo de acción el registro arqueológico
que puede aportar datos a cualquier período de la historia y debemos entender la Arqueología
Prehistórica en el sentido de reconstrucción del pasado prehistórico a base de unos de
recuperar, analizar e interpretar los restos materiales. La Arqueología trata de recuperar los
restos materiales para intentar reconstruir las diferentes etapas de nuestro pasado, por lo tanto,
la arqueología es una ciencia en la que tiene una enorme importancia lo material como fuente
de conocimiento, es una disciplina de fuentes históricas. Cualquier objeto que contribuya a
ilustrar o descifrar el pasado es un dato arqueológico, y estos datos comprenden desde los
monumentales restos arquitectónicos hasta cualquier objeto o artefacto e incluso restos de
polen, semillas, huesos de animales… etc. Todo indicio puede ser útil por lo que es importante
registrar y anotar todos los datos posibles para estudiarlo todo mejor a pesar de que es posible
que se pierda algo.
La Arqueología como ciencia surge en el siglo XIX, y fue naciendo a la vez que la geología;
esto es así porque los objetos están enterrados por numerosas capas de sedimentos. No obstante
la arqueología tiene que ver con personas y no con objetos, ya que los objetos sirven sobre todo
para interpretar la realidad de un momento concreto y a partir de ellos tratar de ver las formas
de vida de las personas de cada época. Hasta nosotros llegan los restos arqueológicos que se
conservan, pero no basta con que las cosas se conserven pues tenemos que encontrarlas.

TEMA 2. HISTORIAS EN LA TIERRA Y ARQUEOLOGÍA A FLOR DE TIERRA:


YACIMIENTOS, SITIOS Y PAISAJES.
Los restos materiales que nos sirven para interpretar el pasado parecen en los lugares que
llamamos yacimientos arqueológicos; con este término designaos el lugar en el que se han
conservado los restos materiales fruto y testimonio de que han estos seres humanos habitando
ahí. Las diferencias entre estos yacimientos son de todo tipo, desde la diversa extensión del
terreno, una ciudad romana o un hallazgo aislado, al tipo de función del mismo: yacimientos de
habitación, funerarios, lugares de culto, talleres, depósitos…. Etc. En cualquier caso y con
independencia de la calidad y cantidad de restos que se conserven en cada uno de los
yacimientos arqueológicos, todo aquello que fue utilizado por el hombre en el pasado nos
ayudará, en mayor o menor grado, a reconstruir lo que pudo ser. Es evidente que de la época a
la que pertenece un yacimiento dependerá de que haya más estructuras y restos materiales, el
tipo de éstos dependen de la ubicación, del grado de conservación e incluso del hecho de que
sean lugares con alto grado de destrucción in situ, como consecuencia de repetidas
ocupaciones, labores agrícolas, construcciones e incluso violaciones a la búsqueda del tesoro.
Los yacimientos arqueológicos son los lugares en los que los hombres que nos precedieron
desarrollaron sus actividades cotidianas y que después fueron quedando cubiertos enterrando
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así los datos que el arqueólogo busca por medio de la excavación arqueológica; para así
reconstruir el dónde, el cómo y, si es posible, el por qué, vivieron nuestros antepasados o , más
concretamente, en que entorno ambiental se movieron, de qué se alimentaba, que instrumentos
utilizaban y para qué, cómo se organizaron, si lo hicieron, socialmente y cómo evolucionaron
en este sentido y, por último, cuáles fueron, si las tuvieron, sus creencias y manifestaciones
espirituales. Actualmente, los arqueólogos se han dado cuenta de que existe una gran variedad
de datos arqueológicos fuera de los yacimientos, o que no constituyen yacimientos
propiamente dichos; va desde objetos diversos a estructuras, huellas de arado, límites de
campo…etc. En el descubrimiento de estos yacimientos y datos han intervenido con frecuencia
factores ajenos a la voluntad humana, tanto físicos, como es el caso de la erosión, como
animales, formación de madrigueras, o humanos, labores agrícolas y construcciones de todo
tipo. Pero también ha habido y hay una búsqueda voluntaria y concreta de los mismos, que es
lo que se conoce como prospección arqueológica.
TEMA 3. LA PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA: TÉCNICAS Y TRATAMIENTO DE
LA INFORMACIÓN.
Llamamos prospección arqueológica al conjunto de trabajos que conducen poder localizar los
yacimientos, estudiado una zona concreto con el fin de descubrirlos; pero no es exclusivamente
eso. La prospección arqueológica se usa actualmente cada vez más, y no sólo con un medio de
localización y trabajo previo de delimitación, sino también como una labor paralela
complementaria o, incluso, sustitutoria de la propia excavación. Ya no es solamente una fase
previa en el trabajo de campo, sino que se estudian paisajes enteros a través de prospecciones
comarcales. El elevado coste y destructividad de la excavación hace que los arqueólogos
realicen, cada vez con mayor frecuencia, prospecciones superficiales y geofísicas de
yacimientos que emplean mecanismo de teledetección que no son destructivos. No hay un
único método ideal de prospección, como se desprende del hecho de que no hay dos
yacimientos iguales, y en consecuencia, hay que tener en cuenta las variables de cada caso en
particular; pero sí unas ciertas estrategias o normas de carácter general.
Lo primero que nos planteamos es dónde y cómo prospectar, con respecto a dónde prospectar
hay que analizar toda la información de la zona recogida en:
 Mapas topográficos con datos geológicos, suelos agrícolas, vías de comunicación,
fuentes de agua, salinas… etc.
 Fotografías aéreas, utilizadas con fines catastrales y bélicos desde la primera
guerra mundial, ya que proporcionan datos tales como sombras que pueden testimoniar la
presencia de estructuras enterradas, crecimiento diferencial de los cultivos o del color,
que pueden proceder de la misma causa o, incluso, restos materiales en la superficie del
terreno.
 La toponimia de la zona.
 Las descripciones escritas.
Tras este trabajo previo, comenzará el de campo, que consiste en buscar y describir los
yacimientos; el primer paso será el de la selección del área a prospectar en función de los
recursos que dispongamos, de la topografía, de las dimensiones y de los límites del área que
hay que examinar. El segundo paso consistirá en elegir el tipo de prospección, que hay dos
tipos, la prospección total y la de muestreo.

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En la actualidad se realizan muchas prospecciones totales o intensivas con las que se busca
rellenar lagunas de investigación en zonas concretas. Con este sistema se descubren todos, o al
menos casi todos, los yacimientos de la zona, lo que permite sacar conclusiones sobre la
dispersión del poblamiento o bien sobre la contemporaneidad, así como la evolución de los
diferentes tipos de yacimientos y sus relaciones con el medio ambiente. Sin embargo, debido a
que este es un método lento, se recurre en ocasiones a las prospecciones de muestreo,
realizadas en un área amplia. Lo más frecuente es un muestreo sistemático, realizado a
intervalos regulares, en zonas denominadas transeptos, alargadas y estrechas, y un segundo
muestreo aleatorio de cuadrículas simples. La intensidad de la prospección varía según el
detalle con el que se desee explorar la superficie del área elegida.
Localizado el yacimiento, hay que describirlo de la manera más completa y detallada posible,
recopilando el máximo de información, comenzado por su localización, croquis topográfico, el
sistema o sistemas de acceso, el estado en que se encuentra, los restos superficiales y todos
aquellos datos del yacimiento en sí mismos que podamos observar. También es fundamental la
descripción del entorno: geología, relieve, clima, tipos de suelo, fauna, vegetación, visibilidad,
vías cercanas de comunicación… etc. En ocasiones, se realiza un muestreo bajo tierra con el
fin de tratar de delimitar la posibilidad de áreas diferenciadas, tanto funcional como
cronológicamente, dentro del yacimiento; se trata de sondeos para intentar complementar los
datos obtenidos al observar la superficie. Hasta mediados del siglo XX, se utilizaban barras de
metal o barrenas, que se introducían en el subsuelo que se iba a explorar con el fin de observar
si tocaban estructuras o cuerpos sólidos enterrados. Posteriormente, se mejoró la técnica,
introduciendo en el terreno un tubo con una mini cámara que permitía ver lo que estaba
enterrado; esto también provocaba que se alterara el yacimiento.
PROSPECCIONES GEOFÍSICAS Y GEOQUÍMICAS
Además de estas prospecciones sobre el terreno, tenemos otros métodos para examinar algunos
aspectos del subsuelo sin excavar y que no son destructivos; esto es el caso de las
prospecciones geofísicas y las geoquímicas.
 Las prospecciones geofísicas se basan en tres métodos diferentes:
 El primer método está basado en la conductividad eléctrica de la tierra y en el
hecho de que algunos materiales ofrecen mayor resistencia que otros, consiste en medir
estas posibles alteraciones de la curva. El grado de conductividad de la corteza terrestre
varía y por ello es posible detectar irregularidades en la estructura del subsuelo; el
problema que plantea es el de que dichas alteraciones pueden reflejar objetas enterrados,
pero no siempre éstos serán arqueológicos. El procedimiento es bastantes simple: se
introducen en el suelo cuatro electrodos a los que se acopla un contador de resistividad y
se hace pasar por ellos una corriente eléctrica. Aunque también hay que destacar, que a
cuanta mayor humedad tenga el suelo menor es la resistencia que presta a la corriente
eléctrica lo que es importante para detectar zonas con residuos orgánicos abundantes, por
ejemplo.
 El segundo método es la medición de las variaciones locales del campo
magnético terrestre o arqueomagnetismo: el arqueomagnetismo de un material es el
conjunto de propiedades magnéticas de ese material, resultante de una transformación
física que ha actuado en el pasado, fijando en los materiales considerados los parámetros
del campo magnético del lugar donde se encuentran, en el instante de su transformación.
Como el campo magnético terrestre ha evolucionado en el transcursos de milenios en
inclinaciones y declinaciones, se puede datar un material arqueo magnéticamente si no ha

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cambiado de sitio y si se conocen del lugar de aparición las curvas de variación del campo
magnético a lo largo del tiempo. Esta transformación hace intervenir el calor, por ello el
arqueomagnetismo también es conocido con el nombre de Termorremanencia,
manifestándose en tierras quemadas y rocas volcánicas (óxido de hierro), y también en
hoyos y zanjas, estructuras que producen distorsiones del campo magnético terrestre.
Estas variaciones pueden ser consecuencia de que hay estructuras enterradas que, o fueron
calentadas en su momento (cerámicas, hornos, hogares…) o bien alteradas y removidas.
Los aparatos que se utilizan son los llamados magnetómetros, que pueden ser de protones
o de flujo, los gradiómetros e incluso los detectores de metales. El magnetómetro e s un
simple sensor que está rodeado de una bobina eléctrica y está conectado por un cable a un
cuadro electrónico; es muy fácil de usar, pero hay que tener en cuenta que le afectan
interferencias producidas por líneas de alta tensión y vías férreas. El gradiómetro registra
las diferencias de intensidad magnética en superficies de un metro y su ventaja es que
realiza lecturas continuas.
 El tercer método es la combinación de los dos métodos anteriores que es lo que
se conoce como prospección electromagnética: su desventaja es que solamente detecta 1,5
metros de profundidad. El detector electromagnético fue ideado por los militares para
descubrir las minas y es capaz de detectar todos los objetos magnéticos como también
objetos cerámicos, tejas, ladrillos, piedras ferruginosas… etc.
 Las prospecciones geoquímicas: aquí se analizan los fosfatos que sirve para
localizar yacimientos en donde carecemos de restos superficiales y también para detectar
dentro de un yacimiento diferentes áreas de actividad. Se basa en el ciclo del fósforo que se
produce entre el suelo, las plantas y los animales, y que mantiene constante este elemento
en el subsuelo. Las actividades humanas rompen esa constancia, por ejemplo, incrementado
la proporción de fosfatos en lugares con residuos orgánicos, ya que, aunque los
componentes orgánicos de los yacimientos de ocupación desaparecen con los años, si
pueden analizarse los inorgánicos como magnesio y calcio, pero sobre todo los fosfatos que
son más fáciles de identificar y cuya concentración está claramente relacionada con la
posible existencia de antiguos asentamientos.
Aun así, hay otro sistema de prospección que es la fotografía aérea; fueron los ingleses los que
empezaron a utilizar este método, a partir de la primera guerra mundial. Este permite
comprender la estructura geográfica de una región, así cualquier alteración del subsuelo
proporciona unas señales que no siempre son visibles desde el terreno, porque carecemos de
perspectiva, pero sí lo son para la fotografía aérea. Hay algunas señales que pueden producir
los restos sepultados: las señales pueden ser de vegetación, del subsuelo, y sombras provocadas
por la luz rasante. Las señales que ofrecen los dos primeros casos son la diferencia del
crecimiento de la vegetación en una misma zona, el distinto grado de porosidad de los úselos y
los escombros. Las avanzadísimas técnicas de fotografía y también el uso de ésta, hacen que
este método sea actualmente casi imprescindible para estudiar cualquier región, siendo un
ayudante fundamental en Arqueología. Cada vez en mayor medida, la prospección sistemática
va sustituyendo al azar en los descubrimientos de yacimientos arqueológicos, siendo además
un método de estudio previo y, en ocasiones paralelo, a la excavación.
RECUPERACIÓN DE LOS DATOS: EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA
La excavación arqueológica es el medio que nos permite descubrir los restos que estén
enterrados en los yacimientos arqueológicos. Es el primero de los medios de arqueología y sin
ella es muy difícil poder reconstruir el pasado del que no hay otras fuentes. Pero por desgracia
la excavación es un método destructivo y solamente se hace una vez, por ello, la excavación
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ideal sería aquella que nos permitiera reconstruir en el laboratorio el yacimiento tal y como
estaba antes de excavarlo. Por esta causa se ha planteado la polémica de si conviene o no
excavar, para así conservar los yacimientos para el futuro. El hecho de que se produzca una
destrucción, ha llevado a algunos investigadores a la idea de que solamente deben hacerse
excavaciones de urgencia, preservando, en lugar de excavando, los yacimientos arqueológicos.
Pero también hay posturas menos radicales que sugieren que se debe excavar, pero teniendo en
cuenta algunas consideraciones tales como excavar yacimientos de un tipo abundante, que
tengan datos de interés… etc. Pero el problema básico es que muchas veces esta información
sólo se obtiene excavando. Los investigadores americanos proponen excavar aquellos lugares
que sirvan para contrastar hipótesis, o bien para llenar un vacío en la investigación, o buscar
modelos explicativos de determinados grupos humanos.
Actualmente se usan todo tipo de análisis no destructivos para obtener la mayor parte de los
datos posibles sin excavar: análisis de restos superficiales y su relación con el subsuelo,
análisis geofísicos, de fosfatos… etc, así como las excavaciones localizadas o de sondeo. A
pesar de la importancia cada vez mayor de la prospección, de la exactitud de las técnicas de
teledetección, de la fiabilidad de los datos superficiales y de ver en realidad qué es lo que
queda de un yacimiento, el único método para comprobar todo ello es la excavación.
La excavación proporciona la evidencia más fiable para los dos tipos de información que en
mayor medida interesan a los arqueólogos: las actividades humanas en un determinado período
del pasado y los cambios experimentados por esas actividades de una época a otra. Pero antes
de excavar se tiene que obtener un permiso de la correspondiente Comunidad Autónoma en el
que se especificará en donde y cuando se puede excavar y también a qué Museo hemos de
enviar los materiales encontrados. Hay que dejar claro con respecto a las excavaciones
arqueológicas que:
 Un bien de dominio público es aquel que es inalienable, imprescriptible e
inexportable.
 La Junta de Comunidades de Castilla La Mancha es la que autoriza y controla las
excavaciones arqueológicas.
 Ya sobre el terreno, se decide la estrategia o modus operandi, teniendo en cuenta
las condiciones del yacimiento a excavar, así como los medios que disponemos para
hacerlo.

Hay diferentes sistemas de excavación entre los que podemos citar:


 El más común y conocido es el desarrollado por Mortimer Wheeler y Katheleen
Kenyon en 1954 y 1956 respectivamente: este método nace en Inglaterra como la primera
Arqueología estratigráfica y se exporta a todas partes. Se basa en un sistema de ejes y
cuadrículas que consiste en subdividir el terreno, previamente delimitado y orientado,
partiendo de unos ejes perpendiculares de referencia, en cuadrículas o rectángulos de un
tamaño determinado y dejando entre ellos unos pasillos de tierra, denominados testigos,
que sirven también para poder pasar por ellos. Requiere que estas cuadrículas sean claras y
convenientemente subdivisibles, capaces de ser ampliadas sin romper las líneas de
referencia previas, ser accesibles y estar bien orientadas. Este método permite tener un
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excelente control vertical del yacimiento, pero hay quienes opinan que este sistema no
proporciona una visión horizontal del mismo y que impide determinar la distribución
espacial en áreas grandes. Desde finales de los años 50 y se empieza a superar,
inventándose nuevos métodos que en la segunda mitad de los 70 y los 80 se establecen por
todas partes.
 Actualmente se utiliza otro sistema de excavación llamado abierto, en el que se va
levantado nivel por nivel: es un método válido para yacimientos superficiales y para
aquellos en los que el enfoque horizontal es lo más importante, como es el caso de
yacimientos paleolíticos o mesolíticos.
 Por otro lado hay otro método intermedio que consiste en excavar una parte del
yacimiento por un sistema abierto y otra reservando los testigos para reflejar la estratigrafía
vertical. Esto es así porque en una excavación hay dos dimensiones: la horizontal, que nos
muestra el estado del yacimiento en un omento puntual y concreto, y la vertical, que nos
ofrece una secuencia temporal de los cambios producidos dentro del yacimiento, y la
relación de un período con los que le precedieron y los que le siguen. En torno a utilizar los
testigos se discute entre los investigadores que algunos dicen que son innecesarios y
anticuado pero por ejemplo para los yacimientos de estratigrafía vertical y estructuras, es
conveniente dejarlos.
 Un cuarto método es uno que se ha utilizado para yacimientos de localización
unitarios como tholoi o megalitos y se conoce como sistema Van Gieffen o de cuadrantes.
Consiste en subdividir el área a excavar en cuadrante e ir excavando los opuestos, dejando
entre ellos testigos que se levantan al final.
 Hay un quinto método que es la forma más antigua de excavación, pero que
actualmente solo se utiliza para estructuras lineales como muros, fosas o calles; son las
denominadas trincheras. Su ventaja es que se obtienen muy rápido los datos pero su
inconveniente es que es difícil generalizar estos datos.
En cuanto a las técnicas de excavación que se refieren al modo de eliminar o retirar la tierra
que cubre los restos arqueológicos son principalmente dos: la primera consiste en seguir la
estratigrafía natural del terreno, aunque no siempre es posible utilizarla porque es difícil
distinguir los estratos, y la segunda consiste en sacar capas o niveles artificiales de un espesor
determinado. Hay características que indican cambios en el terreno como:
 El color: que indica un cambio en la composición de los sedimentos
 La textura, que es el aspecto que presenta al tacto o al gusto; la textura suele
depender del grosor del sedimento
 La Compacidad, ya que hay sedimentos más compactos que otros, por ejemplo la
arena es poco compacto y el cemento muy compacto.
Cada vez que se produce un cambio de estos sedimentos es que hay un cambio de unidad
estratigráfica; aunque también se pueden producir cambios en la composición del material
(tener un 20% de calcio o un 50%). Por supuesto para llegar a esto es necesario contar con
arqueólogos, con geólogos… etc. Este método tomado de la geología se basa en el principio de
que cada acumulación de depósitos naturales o humanos, las capas más antiguas se depositan
en primer lugar, acumulándose sobre ellas, de manera sucesiva, las más modernas; estos se
llaman estratos que se forman por procesos naturales y antrópicos cuyas características son:

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poseen una superficie horizontal, inclinada da o vertical, delimitada por un perímetro, que
posee un relieve, un volumen y una posición estratigráfica, así como una cronología.
En condiciones normales, la superposición de estratos ofrece una secuencia cronológica
vertical, de los más antiguo a lo más moderno, y horizontal, coetaneidad de todo aquello que se
encuentra en el mismo nivel. Puede haber alteraciones ya sean mecánicas o antrópicas pero en
general se cumple este principio básico; un ejemplo de las primeras es la erosión o bien la
solifluxión. Dentro de esta secuencia estratigráfica horizontal hay estructuras verticales que
rompen o alterna ésta; son las fosas excavadas en el suelo que sirvieron de enterramientos,
fosas para cocinar alimentos, semejantes a rudimentarios hornos, fosas de almacenamientos
para conservar alimentos, basureros, e incluso, simples agujeros que corresponden a marcas de
antiguas estacas, que hoy no se conservan, y que pudieron sustentar las techumbres de posibles
chozas o bien relleno de foso, terraplenes, muros, empalizadas… etc.
TEMA 4. LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA: CONTEXTOS ESTRATIGRÁFICOS
Y TÉNICAS DE PRODUCCIÓN Y ARCHIVADO DE LOS DATOS
ARQUEOLÓGICOS.
En una excavación arqueológica hay dos tipos de datos que hay que registrar; los datos de esas
estructuras que se conservan y que, en consecuencia, pueden ser examinadas y revisadas una
vez que se termine la excavación, y el otro tipo de datos son el registro de los objetos o cosas
que han tenido que ser destruidas por la excavación. En ambos casos deben ser registrados los
datos con todo detalle en el momento y contexto en el que aparecen y antes de que se retiren
las cosas del yacimiento. Algunos de lo elementos indispensables para recabar datos son el
diario de excavación, el inventario de materiales, los planos de cada una de las áreas
excavadas, las fotografías y los dibujos. Para decidir si se excava un yacimiento primero se
realiza una fase de prospección y los criterios para seleccionar el yacimiento que hay que
excavar pueden ser de diversos tipos:
 El Salvamento: es cuando se decide excavar un yacimiento que se localicen en un
área que va a verse afectada total o parcialmente por las obras. Este criterio es obligado por
ley pero lamentablemente son frecuentes los casos en los que se incumplen.
 Las Lagunas de conocimiento: es cuando en una determinada zona es evidente la
escasez de datos en torno a una etapa histórica por lo que es conveniente primear los
proyectos de excavación que persigan aportar información sobre dicho periodo.
 Las Líneas de investigación: las excavaciones arqueológicas están en manos de
instituciones científicas y académicas que marcan unas directrices en los estudios sobre el
pasado que condicionan los proyectos de excavación que impulsan.
Una vez que hemos decidió el yacimiento sobre el que vamos a desarrollar una actuación
arqueológica debemos cumplir una serie de requisitos legales definidos en la ley de patrimonio
de 1985 y desarrollados en las diferentes legislaciones sobre patrimonio que han aprobado las
distintas comunidades autónomas. Cuando se han obtenido la autorización del propietario del
terreno y el permiso de excavación de la Conserjería de Cultura correspondiente, se deben
planificar una serie de operaciones previas que faciliten el posterior desarrollo de la
excavación. Es conveniente realizar un estudio previo del área del yacimiento para la
organización logística, que debe tener presente los accesos. La presencia de posibles
obstáculos, la ubicación de infraestructuras básicas para guardar el material de excavación,
situación del terreno, alojamiento del equipo de excavación, establecimiento de un
laboratorio…. Etc. Además es conveniente realizar la topografía del yacimiento para la

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correcta disposición posterior de los planos y dibujos y efectuar un reportaje fotográfico y de
video para determinar cuál era la fisionomía del yacimiento antes de iniciar la excavación para
que el proceso de excavación resulte eficaz y los restos hallados puedan ser referenciados
correctamente.
Se debe realizar la cuadriculación del yacimiento que de tener en cuenta el levantamiento
topográfico que hayamos realizado previamente y los puntos cardinales para la orientación de
los ejes, se puede cuadricular totalmente el yacimiento o tan solo el área que hay que excavar;
de este proceso se obtienen unas unidades de excavación cuya forma y tamaño dependerán del
tipo de yacimiento. Este método de cuadriculación basado en establecer coordenadas
cartesianas fue establecido por Wheeler y actualmente es el más empleado. Entre cada
cuadrícula se suele dejar un testigo de ancho variable cuya función es doble, como zona de
paso y para el control estratigráfico al quedar reflejados en los perfiles la sucesión de niveles
arqueológicos representados por diferentes tipos de estratos en los que varían los tonos y la
textura de la tierra. Hay que tener cuenta el contenido no artefactual que puede aparecer en los
sedimentos arqueológicos como semillas, restos de fauna, polen y otros elementos que a través
de estudios de laboratorio como el C14 o la termoluminiscencia posibilitan una mayor
aproximación a la cronología y el contexto del yacimiento.
En el diario de interés se anotarán todos aquellos datos de interés que surgen cada día, como
son las circunstancias de los hallazgos, las técnicas empeladas, los tipos de tierra, las posibles
alteraciones, los objetos, estructuras y sus relaciones. Actualmente, en muchos casos este diario
se ha sustituido por hojas de formato mecanizado en las que se refleja toda la información tanto
de las unidades estratigráficas como de sus materiales, e, incluso, la topografía. Lo mismo
ocurre con el inventario de materiales previamente lavados, que deben incluir los datos de
identificación o signatura: nombre del yacimiento, año de la campaña, coordenadas, número de
orden que lo identifica y contexto que, en general, figura en una nota aparte. La descripción de
los objetos inventariados, una vez lavados, rotulados y dibujados, completa este registro de
datos. El dibujo y las fotografías, tanto de niveles y estructuras como de objetos, son una parte
importante del registro de datos. El dibujo puede ser indirecto que sirve de instrumentos
ópticos y directos que se sirve de medidas tomadas por el sistema de triangulación. Este se
ocupa de las planimetrías y secciones que se realiza en un papel milimetrado, con escalas
diferentes según los datos concretos a reflejar; la más utilizada es la escala 1:20. Los dibujos de
alzados recogen la estratigrafía del yacimiento, concretamente se refleja en los testigos de este.
Por otro lado, la fotografía de estructuras y materiales es un buen complemento del dibujo y es
imprescindible recordar algunos preceptos básicos como son el uso del trípode, la medición de
la luz en el punto exacto del objeto a fotografiar, y la documentación de la misma con una
escala gráfica y una pizarra con los datos de identificación y localización. Es una manera más
exacta y más detallada que el dibujo, pero disminuye la capacidad de observación; lo ideal es
complementar ambos tipos de información. Actualmente es muy frecuente utilizar un
ordenador en la excavación para la documentación escrita como las fichas, para elaborar
gráficos e imágenes y archivo de éstas. Los materiales, además del dibujo y la fotografía, deben
de ser restaurados, al igual que las estructuras, cuando sea posible; este sería el trabajo de
laboratorio que es complementario al trabajo de campo.
MATRIZ DE HARRIS
La matriz de Harris es una forma de relacionar entre sí las distintas unidades estratigráficas de
un yacimiento; hay dos criterios que permiten relacionar la secuencia, dependiendo si son más
antiguos o más recientes los restos. Los criterios son:

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1. Superposición: establece que los depósitos más profundos serán los más antiguos
y los más superficiales los más recientes.
2. Intrusión: establece que una intrusión debe ser más reciente que el depósito que
corta; cuando algo está rellenado se considera algo siempre posterior.
Después se reconstruye el proceso tratando de leer la evidencia; la legislación española
transfiere a las comunidades autónomas la legislación en patrimonio histórico, incluyendo la
arqueología. Este patrimonio histórico es de dominio público y los objetos arqueológicos son
también aunque se encuentren en propiedades privadas. Es por tanto la JCCM quien tiene la
competencia de autorizar o no prospecciones arqueológicas; en cuanto a los parques nacionales
y las aguas jurisdiccionales, la autorización la tiene que dar el Estado.
LA ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA
La arqueología subacuática se desarrolla con la excavación científica de los pecios
submarinos. Desde el punto de vista prehistórico, resulta de gran interés, ya que la subida
de los niveles marinos y lacustres del Holoceno originó que numerosos yacimientos
prehistóricos estén actualmente sumergidos: pueblos palafíticos de las laderas de lagos,
pueblos neolíticos de las cosas del mar, grutas paleolíticas o embarcaciones hundidas. La
arqueología subacuática ha desarrollado sus propias técnicas: penetrador de lodos,
magnetómetros de protones, detectores magnéticos y electromagnéticos, fotogrametría
subacuática, televisión y vídeo subacuático… etc. Pero la dificultad y el coste que supone
aplicar esos nuevos avances tecnológicos pone límite, desgraciadamente, a su práctica
regular en Prehistoria y requieren instrumentos y aparatos, incluso personal especializado.
De todos modos, es necesario señalar que se está poniendo a prueba en nuestros días,
cuando ello es posible, asilar los yacimientos en campanas herméticas y practicar las
excavaciones como si fueran terrestre. Aunque también hay que decir que los avances
técnicos de los últimos años como los equipos autónomos de buceo y los submarinos
miniatura, han hecho aumenta el número y han mejorado las condiciones de las
excavaciones subacuáticas.

TEMA 5. ARQUEOLOGÍA DE LOS ARTEFACTOS: OBJETOS Y TECNOLOGÍA.

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LA TELEDETECCIÓN DEL SUBSUELO: LOS MÉTODOS NO DESTRUCTIVOS
 El Radar: desde el aire se emiten unos ecos que se captan en el subsuelo, lo cual
puede determinar la eventual presencia de yacimientos arqueológicos en el subsuelo; una
vez que se detecta una anomalía en le subsuelo se hace una prospección.
 Termografías: permiten obtener mapas de temperatura del subsuelo, y esto puede
permitir ver eventuales yacimientos en el subsuelo; la temperatura dependerá de la
composición del suelo.
LA DETECCIÓN GEOFÍSICA TERRESTRE
La diferencia con la teledetección es que la detección geofísica es a ras de suelo y no desde el
aire; se emite un estímulo físico y se evalúa la posibilidad de que haya un yacimiento
arqueológico. Hay varios tipos:
 La Prospección eléctrica: consiste en enviar una corriente eléctrica al subsuelo y
ver qué pasa, se mide la corriente que se manda y la corriente que llega. La diferencia de
corriente determina si podría haber un eventual yacimiento arqueológico y para que este
procedimiento funcione bien debe haber humedad en el suelo. Tiene la ventaja de ser
rentable, ya que permite cubrir grandes superficies de terreno; con 12 V funciona la
corriente.
 La Prospección magnética: con un magnetómetro de protones se crea un campo
magnético y veo como ese campo magnético se refleja en el subsuelo; si hay estructuras en
el subsuelo que han recibido un choque térmico se evidenciarán.
 La Prospección electromagnética por detectores de metales.
 El Georradar: es un radar que en lugar de ir en el aire va a flor de tierra.
Análisis químicos.
A veces, la actividad humana puede dejar evidencias en el suelo que varían la composición
química del suelo y analizando esos elementos del suelo puede saberse si hay un eventual
yacimiento arqueológico. El método de análisis son los Sondeos: los sondeos o catas son
agujeros de una extensión limitada que tienen como objeto determinar la sucesión de depósitos
y hacerse una idea del yacimiento en general. Una vez realizado el sondeo se realiza la
planificación del yacimiento y se ponen en marcha los recursos necesarios. Los pasos para
realizarlo son:
 Realizar una planimetría completa con la información textual y gráfica que seamos
capaces de producir; el nivel de rigor en la toma de datos del yacimiento debe ser altísimo,
debe quedar todo registrado, utilizando todas las técnicas modernas que permitan realizar
una planimetría completa.
 Sobre esos planos se planifica la excavación.
 Llevar a cabo los sondeos: el sistema Wheeler produjo una mejor es u momento,
pero ahora está anticuado y se ha impuesto ahora la excavación en grandes áreas abiertas.
Este sistema permite una mejor visión global ya que no hay pardees artificiales por medio.
Junto con el proceso de excavación hay que poner en marcha un sistema de coordenadas
que permita situar en el espacio cada uno de los hallazgos que se hagan y es por esto que
siempre las excavaciones se hacen formando cuadriláteros.

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Podemos conocer bastantes cosas sobre la tecnología con que han sido fabricados unos objetos
a raíz del estudio de los elementos que lo componen. La Osteometría se refiere a medir los
huesos.

TEMA 6: ARQUEOLOGÍA DEL CUERPO HUMANO.


Los restos antropológicos son tan singulares que a día de hoy ha surgido una disciplina
encargada de estudiar estos restos como la bioantropología, la paleontología humana…etc.
Estos paleo antropólogos son indispensables para el trabajo de campo porque ven cosas que los
arqueólogos profesionales no ven; hay información que podemos obtener con el estudio de
estos restos antropológicos, para empezar la morfología, como un objeto, lo medimos
(osteometría) y lo describimos, y determinamos toda una serie de parámetros que nos permiten
adquirir más información. Dependiendo de la conservación podemos saber datos como su edad,
porque los huesos tienen marcas del proceso de crecimiento; otro parámetros que se puede
averiguar es sexo. Dependiendo del tipo de huesos podemos saber el sexo del cadáver; el hueso
que tenemos que tener en cuenta es la cadera, la pelvis; en caso de que no aparezca la pelvis, se
considera que los huesos de los varones son más robustos, más pesados, mientras que los de las
mujeres son más gráciles.
Después llega la paleo patología, que es una ciencia que sirve para identificar las enfermedades
con el estudio de los huesos. Por otro lado está la paleo medicina con la que podemos deducir
los remedios medicinales, como la trepanación el cráneo; también podemos saber en cuanto a
la paleo nutrición, a través de la composición de los huesos podremos saber si la dieta se
basaba solamente en el consumo de la carne, o si predominaba el pescado y la leche. También
hay marcas en los huesos que nos permiten saber un periodo de crisis alimenticia; las líneas de
Harris también da información como el tipo de alimentación que tenía y si tuvo dificultades
para alimentarse. La biología molecular, es el estudio de marcadores moleculares genéticos de
fósiles o vivos; podemos recuperar el código genético, mitocondrias, cromosoma Y… etc.
Todo esto aporta mucha información, el problema es su empleo y conservación; el ADN se

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contamina muy fácilmente y no se conserva. Los marcadores de actividad, es donde la práctica
de alguna actividad dejan una marca en los huesos (mineros, posturas… etc).

TEMA 7: GEOARQUEOLOGÍA, ZOOARQUEOLOGÍA Y ARQUEOBOTÁNICA.


En cuanto al contenido vegetal: los sedimentos arqueológicos tienen restos vegetales, es
materia orgánica que es menos perecedera. Con diferencia los restos vegetales (botánicos) son
más habituales los restos de polen porque se conservan bien. La Palinología es la disciplina que
estudia los pólenes y si tienen relación con la arqueología se llama arqueo palinología. Los
palinólogos van comparando los pólenes encontrados con datos de colecciones de pólenes y así
los identifican pero los pólenes solo se pueden diferenciar hasta el género, pero no a la especie
concreta porque dentro del mismo género las diferencias entre especies de los pólenes son muy
pequeñas y difíciles de apreciar. Los pólenes de pinos son capaces de volar decenas de
kilómetros mientras que otros pólenes no son capaces de alcanzar largas distancias.
Además de polen puede haber en los yacimientos macro restos vegetales, que se pueden ver a
simple vista (semillas, frutos, hojas, cortezas, pequeños restos de madera). A menudo estos
restos se conservan gracias a que han sido quemados (carbonización), ya que la carbonización
destruye parte de la materia orgánica, mineralizando lo que carboniza. Las semillas
proporcionan también mucha información (su disciplina se llama carpología. Un antracólogo,
que se dedica a la antracología, es decir, el estudio de los restos de carbón, es capaz de sacar
muchas informaciones de un simple trozo de carbón a condición de que tenga al menos 3 mm.
Esto les permite identificar la especie de la planta quemada; comparan las muestras con
colecciones de referencia de maderas quemadas.
Con respecto a los restos animales: se han encontrado animales momificados, en Egipto, y
sobre todo, lo normal es que aparezcan huesos fragmentados; en los yacimientos encontramos
fauna de todo tipo y entre los invertebrados es la malacofauna los que más aparecen
(moluscos).

TEMA 8: EL TIEMPO DE LA ARQUEOLOGÍA: TÉCNICAS DE DATACIÓN.


La cronología puede ser relativa o absoluta.
 La cronología relativa: es aquella que no da fechas, solo dice si un objeto es
anterior o posterior a otro, los métodos de cronología relativa son:

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 El método estratigráfico: en función del estrato en el que se encuentre un objeto
en un yacimiento arqueológico podremos saber si es más antiguo o más reciente con
relación a otros objetos encontrados en otros estratos.
 El método tipología: a partir del empleo de fósiles guía podemos conocer con
cierta aproximación la adscripción cultural de un yacimiento o de un nivel concreto.
 El método de depósitos cerrados: cuando se produce el hallazgo de diversos
objetos en un mismo contexto debemos pensar en principio que se trata de elementos
contemporáneos entre sí, si bien no hay que descartar la existencia de pervivencias.
 El método de cronología cruzada: Cuando en un estrato encontramos objetos
pertenecientes a diferentes culturas podemos suponer que se trata de culturas
contemporáneas entre sí, aunque también es preciso tener en cuenta la posibilidad de
pervivencias que distorsionen la datación.
 La cronología absoluta: es aquella que da fechas aproximadas de la antigüedad del
objeto y en ella hay 2 tipos de métodos, los no radiactivos y los radiactivos. Los métodos
no radiactivos de cronología absoluta son:
 Las varvas glaciares: tras la última glaciación, la de Wurm, el deshielo anual de
los glaciares nórdicos deposita arena y arcilla en los lagos escandinavos, estos depósitos
son primer de textura gruesa y clara y después fina y oscura. Los estratos que se forman se
denominan varvas y su grosor depende de la intensidad del deshielo producido. A partir de
1878 el geólogo De Geer estudió los estratos y llegó a elaborar una secuencia de unos
12.000 años. Este método presenta el problema de una reducida área de aplicación y los
escasos restos arqueológicos que se documentan en esta zona, aunque ha permitido
comprobar la fiabilidad de otros métodos como la dendrocronología o el carbono 14.

 La Dendrocronología: se basa en el crecimiento anual de los árboles; la mayoría


de los árboles producen cada año una nueva anilla de madera y contándolos podemos
conocer su edad, pero para saber cuándo vivió un determinado árbol es preciso conocer
una secuencia o diagrama donde pueda ser enmarcado. Este método de datación mediante
árboles fue establecido por Douglas en 1913, quien lo aplicó al estudio de las culturas
indoamericanas. Para su aplicación es preciso contar con una zona boscosa, con buenas
condiciones para la conservación de la madera y disponer de especies apropiadas que son
las sensitivas como la secuoya gigante y el pino de Colorado, que son longevos y
sensitivos. Los árboles sensitivos presentan un mismo patrón de crecimiento de sus anillos
y de este modo se puede realizar una secuencia continua y prolongada que se remonte
desde la actualidad a miles de años atrás, incluso a más de 9.000 años. Este método solo
puede ser aplicado en aquellas regiones donde existan amplias secuencias, y se utiliza
sobre todo para el estudio de las culturas amerindias, la edad media, las culturas palafíticas
y sobre todo la calibración del radiocarbono. En cuanto a los poblados palafíticos se
pueden conservar la madre de los soportes de las casas del Paleolítico; hay maderas que
pueden registrar cualquier modificación climática. Hoy ha calendarios de los últimos 9.000
años para muestras de pino en Norte América, mientras que en Europa tenemos una
secuencia para 7.500 años para roble.
 El Arqueomagnetismo: se basa en las variaciones del campo magnético en el
pasado, tanto en dirección como en intensidad; se han elaborado tablas o curvas con los

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cambios conocidos que en algunas zonas llegan a 10.000 años, aunque estas curvas tienen
un alcance máximo de 1.500 kilómetros. Para datar por la dirección es preciso que la
muestra no se haya movido; la arcilla contiene óxidos férricos como la hematita y la
magnetita, los que en el proceso de cocción por encima del denominado punto Curie se
liberan del magnetismo anterior y adoptan el del campo magnético de la Tierra en ese
instante. Es un método importante para calibrar radiocarbono.
 El Paleomagnetismo: fu desarrollado por Runcorn en 1954 y se basa en dos
principios; el campo magnético terrestre ha cambiado a lo largo del tiempo habiéndose
producido épocas de polaridad inversa y, en el momento de la formación de las rocas sus
partículas magnéticas se alinean según el campo magnético existente. De este modo han
podido constatar distintas épocas de polaridad normal e inversa que en los últimos 5
millones de años serían:
o Gilbert, desde hace 4,9 a 3,3 millones de años, inversa.
o Gauss, desde hace 3,3 a 2,4 millones de años, normal.
o Matsuyama, desde hace 2,4 millones de años a 700.000 años, inversa.
o Brunhes, desde hace 700.000 años hasta hoy, normal.
La física nuclear ha demostrado que los fenómenos atómicos, concretamente los procesos de
desintegración se producen a una velocidad constante de forma precisa. La arqueología ha
aprovechado esta circunstancia para datar gracias a diversos métodos que analizan la velocidad
de desintegración de diversos isótopos radioactivos.
Los métodos radiactivos de cronología absoluta son:
 El Carbono 14 o radiocarbono: es un método desarrollado por Libby a partir de
1949, analizando el comportamiento del C14 que junto al C12 parte del CO2 que pasa a los
seres vivos. La proporción de C14 es constante en la atmósfera y en los seres vivos, pero
cuando mueren empieza a desintegrarse a una velocidad constante. Libby calculó que la
mitad del C14 de cualquier muestra tardaba 5.530 años en desintegrarse. Pasados 50.000
años queda muy poca cantidad de C14, por lo que precisa de una muestra menor y permite
ampliar la datación hasta casi 100.000 años. Este método se puede aplicar a carbón,
madera, conchas, huesos y a hierro fundido con carbón vegetal. Su aplicación requiere
tener en cuenta, la vida media del radiocarbono, la ausencia de contaminación de la
muestra, la distribución uniforme de C14 en el mundo y la variación en el tiempo de la
concentración atmosférica de C14. Los depósitos de C14 son 3; en la atmósfera, en el agua
del mar y se deposita en los fondos oceánicos y en la biosfera y en concreto en las plantas y
en los grandes bosques. Par medir la muestra de C14 se puede hacer de dos maneras: con
un procedimiento convencional que hacen falta 3 granos de carbono puro y es a base de
contadores; en este se abarca desde el siglo XV hasta hace 50.000 años. Por otro lado el
AMS (Espectometría de Aceleración de Masas, que es lo que se conoce como acelerador de
partículas; hace falta menos muestra y se consigue mayor profundidad cronológica. Este
puede abarcar desde el siglo XV hasta hace 100.000 años por lo que este es preferible.
 La Termoluminiscencia: es un método radiactivo, hay determinadas rocas
cristalinas que emiten luz al ser calentadas por encima de 500º C, como el cuarzo y el
sílice, y esta emisión de luz es proporcional al tiempo transcurrido a un calentamiento
anterior a esa temperatura. En arqueología esto es aplicable a los materiales que siendo de

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este tipo, han sido calentados antes (por ejemplo, por hornos). En la práctica lo que se hace
es tomar una muestra, por ejemplo una cerámica, ésta se lleva al laboratorio, se calienta y
se mide la emisión de luz. La intensidad de luz se compara con la dosis de carga anual y la
dosis de carga anual es la cantidad que aumenta año a año la luminosidad de la muestra.
Cada cristal tiene su horquilla cronológica, es decir que el método funciona muy bien para
los últimos 10.000 años, aunque puede alcanzar fechas de hasta 500.000 años. Si hay un
incendio o le pasa algo a la pieza que la caliente a más de 500º C en algún omento posterior
a su primer calentamiento, entonces estaremos midiendo la fecha a partir del último
calentamiento.
 El Potasio-Argón: es un método adecuado para fechas muy antiguas superiores a
100.000 años; la muestra analizada solo puede ser de origen volcánico donde se crea el
potasio cuyo isótopo radioactivo K40 se transforma en el isótopo inerte Argón 40 a una
velocidad constante. El argón se presenta en estado gaseoso por lo cual el que aparece en
las rocas solo puede proceder de la descomposición del K40. Este método es la clave para
la datación de nuestros más viejos antepasados.
 Uranio-Torio: este método se basa en la desintegración del uranio y su conversión
en torio, se aplica a carbonatos cálcicos, huesos y conchas, y su alcance oscila de 50.000 a
500.000 años Cuando se forma un carbonato, este contiene uranio pero no torio, por lo que
el torio que encontremos en la muestra habrá aparecido tras la formación del carbonato.
IDEAS REFERENTES A LOS MÉTODOS RADIOACTIVOS
1. El principio de radioactividad natural: en nuestro mundo hay mucha
radioactividad natural, por naturaleza está, y se desintegra de forma natural.
2. El concepto de isótopo: significa mismo lugar, es una variedad de un elemento
químico dado. En algunos casos hay isótopos que son naturalmente radioactivos y en
consecuencia inestables.
3. La velocidad de desintegración y vida media: disminuye la masa y la
radiactividad de forma constante; la vida media es el tiempo que tarda ese isótopo
radioactivo en reducirse a la mitad de su masa y libera así radiación.

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