Está en la página 1de 6

Arqueología y Etnohistoria

La Arqueología estudia la prehistoria e historia humana desde el desarrollo de las primeras


herramientas hace 3 millones de años hasta la actualidad, es la ciencia que estudia la relación entre
las cosas y el humano.

-GAMBLE, Clive. Arqueología básica PP: 58-82

Conceptos Básicos: El trabajo arqueológico propiamente dicho empieza una vez que se han
planteado una serie de preguntas puesto que no hay cosa más muda que un vestigio arqueológico
(vasos, piedras, bronce y huesos) no dicen nada por sí mismos, solo adquieren un significado al ser
interpretados. Para poder interpretarlos hacen falta los temas y las teorías, las preguntas y los
problemas. Tales preguntas, en la actualidad, se formalizan en un proyecto de investigación que
establece lo que queremos conocer, los métodos que vamos a utilizar, y la contribución que
esperamos que signifique la respuesta a la pregunta. Por ejemplo:

‘’La finalidad de este trabajo es presentar una breve descripción del proyecto de investigación en
curso, generado en el marco del proyecto general “Aportes al estudio del patrón de instalación
humana prehispánica en la cuenca de la Quebrada de La Cueva (Departamento de Humahuaca,
Jujuy)”. El objetivo del proyecto general es el estudio de los asentamientos prehispánicos en la
región que conforma la cuenca de la Quebrada de La Cueva y la relación de la localización de los
asentamientos humanos con las áreas de producción económica.’’
-Fragmento extraído del Proyecto de investigación arqueológica: la organización de la tecnología lítica en la Quebrada de La Cueva
(Departamento de Humahuaca, provincia de Jujuy)

Arqueología antes de 1970:

Si bien el propósito de una excavación es explicarse bien y la necesidad de un proyecto de


investigación resulta evidente parecía, no serlo tanto antes de los años 1970, antes de la aparición
de la arqueología procesual, pocos proyectos llegaron a redactarse como seria normal hoy en día
(aunque en esa época también se demandaban se desarrollaban generalmente de forma
insuficiente) La toma de datos consistía y sigue consistiendo en aclarar cuestiones relativas a
cronologías, secuencias y fijación de relación entre diferentes culturas.

Por ejemplo, a escala regional se podía plantear preguntas sobre la influencia mutua entre las
distintas culturas y para obtener la respuesta se haría una prospección a nivel regional y se
excavaría, sin embargo, los defensores de la arqueología procesual insistían en el hecho de que era
poco sistemática. Ante la excavación la pregunta era ‘’ ¿hasta qué punto los datos obtenidos son
representativos de lo que aquí pasaba? ´´ A eso se referían los nuevos arqueólogos en los años 1960
cuando pedían explicaciones.

Fueron entonces Binford y David Clarke quienes plantearon la necesidad de los proyectos de
investigación y las preguntas necesarias para darles sentido a los vestigios, decían: ‘’Los proyectos
han de ser claros, los objetivos fijados, los procedimientos y los métodos quedar detallados’’

Arqueología luego de 1970: Si bien las propuestas de Binford generaron mucha confusión
produciendo comentarios como ´’no sabemos lo que vamos a encontrar hasta que cavemos’’
actualmente son consideradas como algo perfectamente estandarizado. El modelo científico de
Binford y otros investigadores domina actualmente el panorama arqueológico. La arqueología paso
de ser el saber y hacer de unos pocos a una profesión de carácter internacional, hace 50 años era
inconcebible que para llevar a cabo un trabajo de arqueología y que, para obtener el dinero
necesario, se tuviera que dominar una jerga que incluye diversos índices e indicadores de desarrollo
y conceptos.

La Muestra Representativa:

El cambio de clasificación para los proyectos de investigación se resume en que se excave para
responder una serie de preguntas. El objetivo es encontrar una muestra representativa de
materiales con el fin de halar respuestas.

La queja de los historiadores culturales sobre la obligación de redactar sus proyectos incluía un
punto muy interesante, ‘’no sabemos lo que vamos a encontrar`` se trata en efecto de un problema
de muestreo sistemático.

Los arqueólogos no saben cuántos yacimientos encontraran con una prospección (exploración y
análisis) de un territorio. Tampoco cuantos trozos de cerámica hallaran ni con qué frecuencia. Si no
se puede especificar de antemano nuestras poblaciones ¿Cómo podemos esperar encontrar una
muestra que no sea meramente arbitraria?

La respuesta está en el espacio. Binford encontró la salida al problema categorizando cuatro tipos de
población que requerían de muestra:

 Los elementos culturales muebles (objetos)


 Los elementos culturales inmuebles (edificaciones, pozos, templos, etc.)
 Los ecofocos (huesos de animales, sedimentos, semillas carbonizadas)
 Los yacimientos (como foco de actividad que contiene las 3 poblaciones anteriores)

El espacio es la solución para saber de dónde hay que obtener muestras. Antes de pisar el terreno
hay que fijar unas unidades espaciales y obtener muestras de las mismas como si ya supiéramos lo
que hay ahí.

Las unidades de medidas pueden ser arbitrarias. También se puede obtener una muestra
estratigráfica para tener en cuenta el mapa del suelo y la geografía de la zona. Pero lo importante
es que la cuadricula venga determinada siempre por el tipo de pregunta que se plantea, dentro de
la cuadricula se obtienen muestras del material de una misma estocada, por lo tanto, se obtienen
muestras del espacio no de los objetos que contiene. Con esta base se obtiene sistemáticamente
muestras representativas que pueden luego ser cuantificadas.

La Prospección y Excavación:

Los últimos 30 años han sido testigos de cómo los arqueólogos abandonan las excavaciones como
principal método para investigar el pasado. La prospección no destructiva, principalmente la
fotografía aérea, ha resultado un instrumento muy poderoso y sus resultados se complementan con
los datos aportados por sensores remotos por satélites.

Paisajes históricos de todos los periodos han sido destruidos o están amenazados de destrucción.
Las técnicas no destructivas, particularmente, la prospección geofísica junto con otros métodos
como el radar y los detectores de metales, permiten actualmente el rápido registro de los elementos
enterrados sin la necesidad de excavar, así como, si se llegara al momento de la excavación poder
trazar una estrategia de excavación.
Toda excavación resulta cara, de modo que cada vez más se contempla como el último recurso.

La Recuperación:

La excavación total es actualmente muy pocas veces la opción deseada, por una razón: el registro
arqueológico es altamente repetitivo. Hay mucha redundancia en relación a determinados aspectos
como el tipo de materiales, el uso del paisaje o las formas de enterramiento. Esta repetición hace
que pueda haber un muestreo de lo representativo.

El muestreo no garantiza la recuperación de lo raro, pero el interés de la arqueología se encuentra


en lo común y no en lo único. Antiguamente lo que sufría las consecuencias de una determinada
orientación de la arqueología eran los objetos ordinarios (vasos, huesos y piedras) que simplemente
eran abandonados.

La recuperación es un tipo de actividad que si podemos controlar o por lo menos realizar de forma
sistemática. La recuperación de pequeños elementos (huesos, restos de animales) se tiene que tener
muy en cuenta, puesto que su ausencia puede significar condiciones adversas en el suelo,
procedimientos de excavación anteriores o actividad humana.

Unidades Arqueológicas:

Lo que descubrimos y recogemos en nuestras cuadriculas ha de ser organizado, este trabajo se


repartirá entre análisis, exámenes y desplazamiento hacia el museo, laboratorio o taller. Existen tres
unidades básicas que nos permiten investigar en torno a una cuestión arqueológica clave: el porqué
de la variación en el tiempo y espacio que observamos en las culturas. En orden ascendentes son:
Atributo, Objeto y Conjunto.

1. Atributos: los objetos se analizan atreves de los atributos que presentan. Se trata de
observar su composición, materia prima, forma y decoración, así como las técnicas de
manufactura y los contextos en que se han hallado, también importa con que otras cosas se
han hallado. La cantidad también es un elemento importante, así como todos los atributos
que permitan establecer una cronología independiente.
2. Objetos; El tamaño de los objetos es enormemente variable, pasa lo mismo con su cantidad.
El termino objeto abarca una gama enorme de vestigios, desde los más comunes (objetos
cotidianos de fácil manejo humano) hasta construcciones a escala humana como una casa.
Entre los objetos menos habituales que podríamos citar paisajes enteros utilizados o
transitadas por gentes diversas, como, por ejemplo, el parque nacional Dartmoor que fue
creado en la edad de bronce, cuando se parcelo el bosque y se fue aclarando gradualmente
convirtiéndose en un elemento más de la cultura material.
3. Conjuntos: El conjunto fue definido por David Clarke como una colección de tipos de objetos
coetáneos asociados. A partir del conjunto solo resta un peldaño más para obtener las
diversas tipologías que identifican a un conjunto de un nivel estratigráfico o unidad
cronológica. El debate más importante que ha habido en relación a la interpretación de
conjuntos arqueológicos se basó en datos del paleolítico y tuvo como objeto los conjuntos
de piedras hallados en distintos niveles estratigráficos de diversas cuevas y abrigos situados
al sudoeste de Francia utilizados por los neandertales hace entre 100.000 y 400.000 años.
Uno de los abrigos más famosos encontrados es Le Moustier, del cual toma nombre la
cultura Musteriense. Cada conjunto contenía una proporción diferente de tipos y una
aplicación variable de técnicas de talla, el debate se centró en la explicación de estas
variables ¿se trataba de marcadores étnicos de cinco tribus distintas como planteo Bordes?
O acaso ¿se trataba de un kit de herramientas que correspondían a necesidades distintas
como especulo Binford? ¿o se trataba, como propuso Mellars, de diferentes etapas de un
mismo desarrollo? Este tipo de estudios de conjuntos centrados en las tipologías y en la
frecuencia de aparición de los distintos tipos, abundan en la arqueología referida a los otros
vestigios como la cerámica u objetos de metal

Culturas arqueológicas:

Las culturas constituyen tanto el elemento a clasificar como el elemento a interpretar. Hay dos
definiciones clásicas de culturas que proceden de planteamientos distintos: la propuesta por Gustav
Kossina y la dada por Gordon Childe.

Kossina sostenía que había: ‘’unas provincias arqueológicas claramente definidas y delimitadas y
perfectamente caracterizadas, que se correspondían sin lugar a dudas con el territorio detentados
por determinados pueblos y tribus’’

Childe, por su parte definido la cultura arqueológica de la siguiente forma: ‘’Encontramos ciertos
vestigios –cerámica, útiles, ornamentas, ritos de enterramientos y formas de casas- que
constantemente se repiten en conjunto. Podríamos llamar a este complejo de rasgos asociados
<<grupos culturales>> o simplemente <<cultura>>. Aceptamos que tal complejo es la expresión
material de lo que hoy llamaríamos cultura.

Culturas antropológicas:

La definición que propuso Childe fue innovante al brindar paso a una explicación social del pasado.
Su hipótesis de que cultura equivalía a pueblo tomo en consideración el carácter de mosaico que
tenía la arqueología europea pero el concepto de cultura de la antropología tiene un alcance mucho
mayor que esto. E. B. Tylor delimito su ámbito de estudio en el siglo XIX de esta forma:

‘’cultura o civilización es esta totalidad compleja que incluye conocimientos, creencias, arte, ley,
preceptos morales, costumbres y cualquier otra capacidad y habito adquiridos por el ser humano
como miembro de una sociedad’’ - Tylor

Se trata de algo adquirido y trasmitido:

‘’la cultura se refiere a experiencias aprendidas y acumuladas. Una cultura tiene que ver con las
pautas socialmente trasmitidas a través del comportamiento característico de un determinado grupo
social’’ -Kessing

Se puede contemplar en términos adaptativos y funcionales:

‘’entendemos por cultura un continuum temporal y extrasomatico de elementos y acontecimientos


dependientes de la simbolización. Un mecanismo al servicio de los grupos e individuos de la especie
humana cuya función es hacer más segura la vida contribuyente a su comunidad’’ -White

Estas posiciones distanciadas constituyen una de las razones por las que el concepto de cultura se
contempla como algo muy problemático para la antropología.

Dos Principios:

Las unidades de atributos, objeto, conjunto y cultura constituyen el material básico con los que
construir el edificio de la arqueología, sirven para establecer clasificaciones y para presentar
interpretaciones, como vimos en el debate de Musteriense las interpretaciones podían diferir, pero
todos estaban de acuerdo en que aparecían unos conjuntos perfectamente identificables. Hay dos
principios que nos ayudan a comprender porque los arqueólogos con criterios diferentes
concuerdan en relación a estos materiales. Estos principios son:

-Frecuencia de aparición: este principio se aplica a los objetos, a las tipologías, estilos, rasgos
específicos de las manufacturas, decoraciones y usos. Cuando la frecuencia de aparición fluctúa
significa que se ha producido un cambio en el registro arqueológico que generalmente se explica
invocando a la difusión de pueblos o la diseminación de ideas. La frecuencia de aparición cambia con
el tiempo y a través del espacio. Este principio también presupone que las cosas son parecidas
porque la gente comparte las mismas ideas y las mismas premisas culturales. Para los historiadores
culturales como Bordes cualquier tipo de útil de piedra es comprensible en la misma medida en que
lo es una gorra francesa o un sombrero de hongo inglés. Todos expresan el mismo imperativo
cultural, porque el hecho de compartir normas de comportamiento sirve para fijar las identidades de
grupo. Pero este imperativo no se analiza nunca, sino que se asume. Esta falta de claridad condujo a
gente como Binford a repensar seriamente que era lo que media realmente el principio de
frecuencia de aparición.

-Estratigrafía: frecuencia de aparición y estratigrafía son dos principios que van de la mano. La
esencia del análisis estratigráfico es la determinación de las capas separadas que se disponen unas
sobre otras y el examen de sus contenidos.

Las diferencias estratigráficas pueden deberse a la geología (variación en el suelo y sedimentos que
se identifican por los cambios de color o textura) o por el rastro dejado por la actividad humana
(construcción de muros, acumulación de desechos) la excavación estratigráfica empezó a principios
del siglo XIX siendo uno de sus mayores exponentes J. J. A. Worsaae y Giuseppe Fiorelli.

No todos los arqueólogos siguieron por el mismo camino, ni todas las excavaciones se registraron
correctamente, ya que la mayoría de las excavaciones solo pretendían la recuperación de objetos, en
cambio la amplitud de los intereses que Worsaae perseguía era la recuperación y análisis de restos
orgánicos con el fin de reconstruir el ambiente que condicionaban la subsistencia de los seres
humanos.

La atención a la estratigrafía de los yacimientos procuro a los arqueólogos un medio adecuado de


comparación de resultados que servía para construir una cronología relativa. En cada parte del
mundo la revolución estratigráfica siguió su propia evolución. En América del norte se tardó más en
llevar a cabo que en Europa.

Datación:

Datación por seriación: combinando frecuencia de aparición y estratigrafía se obtiene una seriación,
que es un procedimiento arqueológico estándar que sirve para clasificar series de atributos y
objetos, y poder interpretarlos

Datación relativa: La estratigrafía proporciona una secuencia: B viene después de A, pero antes que
C.

Datación absoluta: La medida absoluta del tiempo se logró por primera vez contando las varves (Una
varva es cada una de las capas sedimentarias de pequeño espesor formadas estacionalmente en el
fondo de lagos) anuales en medio lacustre (Del lago o que tiene relación con él) y en los anillos de los
árboles. Ambos procedimientos proporcionan dataciones muy precisas. Pero la solución a muchos
problemas se lograría con el desarrollo de los métodos de desintegración de isotopos, en primer
lugar, se desarrolló el método del radiocarbono y a continuación llegaron otros métodos que
empleaban diversos isotopos asociados con el uranio, el potasio, el argón y el torio. Actualmente
existen métodos de geomagnetismos de termoluminiscencia del espín de resonancia electrónica y la
racemización de los aminoácidos.

Las viejas técnicas no fueron abandonadas, al contrario, sirvieron para refinar y calibrar los
resultados que se obtenían con las nuevas técnicas.

La datación por radiocarbono (c14) es muy útil ya que está presente en casi todas partes. La
aplicación de esta técnica en todo el mundo permitió a los arqueólogos comparar culturas y
procesos a nivel planetario de modo que se pudieron poner las bases para el desarrollo de una
comparativa globalizada. Los métodos de datación científica son parte de la revolución arqueológica
llevada a cabo en los años 1950 y 1960.

El registro arqueológico:

La medición absoluta del tiempo no hizo más fácil el trabajo de interpretacion del arqueólogo. Al
contrario, contribuyo a abrir un debate fundamental sobre la naturaleza y composición del registro
arqueológico. ¿Qué es exactamente el registro arqueológico? ¿Cómo se forma? ¿Cómo ha de
investigarse?

Además, todos los progresos no eran suficientes para poder puntear con exactitud el abismo que
seguía abierto entre datos y realidad, ¿Cómo pasar de los hechos estáticos que podían obtenerse de
la excavación al comportamiento dinámico, aunque invisible que se produjo? La nueva arqueología
corría el riesgo de no ser considerada como una disciplina científica.

Teoría del alcance medio: la respuesta de Binford a esa problemática fue establecer unos principios
que sirvieran de puente entre lo estático del registro arqueológico (los huesos y los fragmentos de
cerámica) y las dinámicas del comportamiento humano del pasado. La llamo teoría del alcance
medio y en la práctica se basó en la experimentación y observación del comportamiento corriente
de personas y animales en el mundo actual, todo lo cual debía servir para entender de qué forma se
crean en el mundo real aquellos patrones.

La formación de los yacimientos: Michael Schiffer desarrollo un método que privilegiaba el estudio
del comportamiento humano, especialmente en relación a la producción, uso y desecho de objetos.
Los procesos de formación de los yacimientos podían ser de dos tipos: naturalmente y culturales.
Ambos tipos afectaban a los objetos y a las asociaciones de objetos de una forma que podía
predecirse.

Propósito de la arqueología:

Según Schiffer: en cualquier momento y lugar, son las relaciones entre los comportamientos
humanos y la cultura material.

Según Binford: es alcanzar el entendimiento suficiente de las transformaciones evolutivas tales


como el paso de la depredación a la agricultura o la sustitución de los neandertales a los humanos
modernos

También podría gustarte