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Thomas Paine dice lo siguiente: “No hay historia escrita de la época en que se
diga que habría vivido Jesucristo, que aluda a la existencia de una persona u
hombre”. Existieron y existen personajes que no creen en que Jesucristo haya
existido, y en esta lectura vemos uno de ellos. Sin embargo, existe muchas
pruebas de que sí existió porque el cristianismo verdadero depende por entero de
la verdad y la veracidad de Jesucristo. Y prueba de ellos es que los documentos
del Nuevo Testamento son evidencia históricamente confiable. La evidencia
histórica del Nuevo Testamento muestra que Jesús afirmaba ser Dios, y confirmó
esta proclama mediante señales prodigiosas que culminaron en su resurrección.
Por lo tanto, hay evidencia histórica confiable de que Jesucristo es Dios.
Algunas personas modernas optan con conceptos que tienen acerca de Cristo
como: Jesús nunca existió, y es que cuando Pablo habla de Él solo son ideas de
mitos antiguos, dicen. O Jesús sin teología ni milagros. Que Jesús vivió, pero no
es confiable porque no sabemos nada de Él. O el Jesús mitologizado, o no
importa, es decir, que haya resucitado o no, pues no importa, lo que importa es
creer. Y es que para refutar este tipo de comentarios nada mejor expresado en los
cuatro evangelios que dan veracidad de Jesús de manera histórica.
También sus discípulos le atribuyeron que Jesús era Dios. Los apóstoles lo
llamaron, de acuerdo con su Señor, “el primero y el último” (Ap. 1:17; 2:8); aquella
luz verdadera (Juan 1:9).
Pero, ¿Qué evidencia dio Jesús para apoyar sus afirmaciones? Un milagro es un
acto divino que confirma la verdad de Dios asociada con ese milagro. Jesús
ofreció tres líneas de evidencia milagrosa para confirmar su proclama de que era
Dios: el cumplimiento de las profecías, su vida sin pecado y milagrosas obras, y su
resurrección. Por lo tanto, los milagros de Jesús confirman que Él es Dios. Y en Él
se cumplieron las profecías mesiánicas donde iba a nacer de una mujer (Gén.
3:15; Gál. 4:4); nacido de una virgen (Is. 7:14; Mt. 1:21), etc., etc. Aunque
existieron y hay posturas que solo fue como suerte el que en Jesús se hayan
cumplido estas profecías, sin embargo, no es así. Dicen que Jesús no fue quien
murió en la cruz, que solamente era un espíritu, pero en los evangelios hay una
gran riqueza de afirmaciones que Jesús murió, pero resucitó al tercer día.