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LA UNIÓN HIPOSTÁTICA DE CRISTO

INTRODUCCIÓN

El concilio de calcedonia en el 451 suele ser el evento y el lugar decisivo en

cuanto a la historia de la cristología luego de una línea constante de herejías.

En el concilio se definió la observación de las dos naturalezas de Cristo es

decir; la humana y la divina unidas en su sola persona.

Dos documentos tuvieron lugar en cuanto a influencia en el concilio de

calcedonia y son precisamente dos cartas con remitentes y destinatarios; la

primera de Cirilo a Juan Antioqueño y la segunda de León (1) a Flaviano de

Constantinopla en ambas cartas se encuentra un extracto maravilloso del

pensamiento que prevaleció en el concilio de calcedonia.

“Por tanto confesamos que nuestro Señor Jesucristo, el unigénito Hijo de

Dios, es completamente Dios y completamente ser humano” (De Cirilo a

Juan Antioqueño) (extracto de la carta)

“la posibilidad de derrotar a Satanás, que es lo que realmente Jesús logro

en la cruz. Solo se puede vencer la muerte con la muerte, pero esa muerte fue

la del cordero perfecto” (De León 1 a Flaviano)


“reconociendo que existe inconfundiblemente (Jesús) inalterablemente,

indivisiblemente e inseparablemente en dos naturalezas, puesto que la

diferencia entre las naturalezas no es destruida por causa de la unión, sino al

contrario; el carácter de cada naturaleza es conservado y ambas se reúnen

en una persona y una hipostasis, no dividida ni desgarrada en dos personas

si no uno y el mismo hijo.” (Extracto de las declaraciones del concilio de

calcedonia)

Es por consiguiente, que ese entiende que la persona de Jesús abarca dos

realidades distintas; la divina y la humana. Calcedonia ubicó la unión de estas

dos realidades en la persona de Cristo utilizando el término griego

“HIPÓSTASIS” y es por eso que a esta enseñanza se le conoce como la unión

hipostática de Cristo.
EVIDENCIAS BÍBLICAS SOBRE LA NATURALEZA HUMANA DE

CRISTO.

Ya en el primer siglo poco después de la asunción de Cristo a los cielos se

empezó a desarrollar la herejía de los gnósticos los cuales aseguraban que la

materia era maligna y que por lo tanto Cristo Jesús no podía haber poseído un

cuerpo humano debido a que este era maligno. Teniendo en cuenta esto

muchos se descarriaron y pecaron contra su cuerpo de diferentes maneras

aduciendo que no importaba lo que se hiciera con el cuerpo ´puesto que no

tenía ninguna importancia; no obstante este es otro tema. Lo importante y

destacable es el hecho de la negación de que Cristo fue verdaderamente un

humano como todos nosotros lo cual hace el sacrificio expiatorio una obra

limitada y menos eficaz que como lo presenta en realidad las escrituras a

continuación la evidencia bíblica de que Jesús verdaderamente fue un humano

en la su total dimensión.

Según Berkhof en su teología sistemática pg. 396 “Los hombres algunas

veces han olvidado al Cristo humano en su reverencia por el divino. Es muy

importante sostener la realidad e integridad de la humanidad de Jesús

admitiendo su desarrollo humano y sus limitaciones humanas; El esplendor

de su de su deidad no debe acentuarse tanto que oscurezca su verdadera

humanidad”
Bíblicamente hablando Jesús se llamó así mismo hombre y así le llamaron

también aquellos que le conocieron veamos lo que dice Hechos 2:22 “Pueblo

de Israel, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por

Dios”; en este pasaje de la Escritura vemos como Pedro dirigiéndose a la

multitud llama a Jesús y le reconoce como un hombre y sobreentiende que sus

oyentes también así los conocen. En Romanos 5:15 Pablo dice lo siguiente:

¡Cuánto mas el don que vino por la gracia de un solo hombre Jesucristo

abundó para todos! Vemos en este pasaje que Pablo se refiere a Jesucristo

como un hombre en contraste con la naturaleza de Adán, la naturaleza humana

en estado puro. De la misma forma Jesús utiliza el título Hijo del hombre para

referirse a sí mismo, haciendo énfasis en este elemento. Por otro lado se

afirma claramente que el Mesías ha sido manifestado a la naturaleza humana

como lo afirma Juan 1:14 y 1 Timoteo 3:16. También la biblia nos enseña que

Jesús aun siendo Dios estaba sujeto a leyes ordinarias del desarrollo humano a

las necesidades y a los sufrimientos humanos; por ejemplo, veamos Lucas

2:40 “El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría y la gracia de

Dios lo acompañaba”; así podemos encontrar muchas más evidencias bíblicas

que Jesús fue verdaderamente humano.

EVIDENCIAS BÍBLICAS DE LA DIVINIDAD DE CRISTO


En cuanto a la divinidad de Jesús, Stanley Horton en su libro teología

sistemática dice lo siguiente: “Los escritores el nuevo testamento le atribuyen

la divinidad a Jesús en varios pasajes importantes”

Efectivamente en Juan 1:1 se nos dice que Jesús como verbo existía como

Dios mismo; lo cual por supuesto es una afirmación clarísima sobre la

divinidad de Cristo, pues es una expresión que contrasta con Génesis 1:1 y

sitúa a Jesús en la eternidad junto a Dios Padre; así también en Juan 8:58

encontramos una poderosa afirmación de Jesús en cuanto a su preexistencia

cuando en un sermón dice lo siguiente: “ciertamente les aseguro que antes de

que Abraham naciera, Yo soy; palabra utilizada para denotar la existencia

continúa sin interrupciones del Dios Todopoderoso revelado a Moisés en el

Sinaí.

Pablo, poderoso teólogo, como bien es conocido de manera contundente

reconoció totalmente la divinidad irrefutable de Cristo, su Señor a quien sirvió

de todo su corazón desde el momento de su conversión hasta su muerte y

escribió en su carta a los Filipenses 2:5-7 “Haya pues en ustedes este sentir

que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó

ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo

tomando forma de siervo hecho semejante a los hombres. En esta declaración

el griego utilizado es poderosamente contundente “hos en morfé zeú


hyparjón”, el cual se debe traducir como quien existiendo en la forma de Dios

nos dice que Pablo quería destacar el estado de existencia de Jesús en igualdad

con Dios.

Según Stanley Horton “cuando usamos todos los datos del nuevo testamento

sobre este tema nos damos cuenta de que Jesús no dejó de ser Dios durante la

encarnación. Lo que hizo fue renunciar al ejercicio independiente de los

atributos divinos. Aún seguía siendo plenamente Dios en su mismo ser pero

cumplió algo que parece haber sido una condición para la encarnación que

sus limitaciones humanas fuesen reales, no artificiales, pág 339”.

A pesar de toda esta evidencia siguen habiendo críticos, especialmente los

eruditos modernos que son contrarios a la sobrenaturalidad del evangelio, los

cuales se han negado a aceptar la doctrina tradicional de la hipóstasis de

Cristo, argumentando que esta conclusión de la doctrina ha sido un mero

desarrollo del estudio de la persona de Cristo en la historia de la iglesia

primitiva, según el cual, la doctrina es una reflexión de la iglesia empezando

por los apóstoles y la iglesia y no que haya sido así desde el principio cuando

Cristo vivió entre nosotros.

En conclusión diremos que la iglesia en el concilio de calcedonia como

también hasta nuestros días no pretende explicar a cabalidad lo que se


entiende como un misterio divino, revelado a los hombres; sino más bien

desechar las herejías que des configuran por completo las verdades explícitas

en la escritura que nos hablan de la naturaleza humana de Cristo como

también de su naturaleza divina.

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