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crucificado y el Dr. Alexander Metherell demostró que Jesús no pudo haber sobrevivido a
las torturas de esa ejecución. En 1a de Corintios Pablo afirma en dos pasajes que él mismo
se encontró con el Cristo resucitado. En 9:1 pregunta: "¿No soy apóstol? ¿No he visto a
Jesús nuestro Señor?" y en 15:8 dice: "y por último... se me apareció también a mí". Esta es
parte del antiguo credo de la iglesia primitiva, como lo indicó William Lane Craig, la
resurrección de Jesús. La parte final del credo (versículos 5 al 8) tratan sus apariciones
cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. Luego se apareció a Jacobo, más tarde a
todos los apóstoles". Luego agrega Pablo: "y por último, como a uno nacido fuera de
Aunque esto sólo esté registrado en una sola fuente, es el pasaje más antiguo y
mejor autenticado de todos. En segundo lugar, parece que Pablo tuvo contacto con estas
personas "la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto". Él las
conocía o se lo dijo alguien que las conocía y sabía que todavía estaban con vida y
dispuestos a ser entrevistados. Nadie nunca haría tal afirmación, a menos que tuviera la
seguridad de que esas personas confirmarían que en verdad sí habían visto a Jesús con vida.
En cuanto a lo que al respecto incluyen los Evangelios, hay razones para confiar en
estos relatos, por ejemplo, carecen de muchas tendencias mitológicas típicas. Toda la
evidencia de los Evangelios y Hechos, incidente tras incidente, testigo tras testigo, detalle
primitivo... la resurrección de Jesús de entre los muertos fue un hecho real de la historia, el
propio fundamento de la fe, y no una idea mítica salida de la imaginación creativa de los
creyentes." Habermas dijo que la gente se agarra de un pelo al tratar de dar cuenta de las
apariciones. Sin embargo, nada encaja mejor con toda la evidencia que la explicación de
Otra prueba es también el hecho de que los apóstoles estuvieron dispuestos a morir
por algo que ellos habían visto con sus propios ojos y tocado con sus propias manos. No
solo creían que Jesús se levantó de entre los muertos sino que lo sabían con certeza. Y
cuando hay once personas confiables sin motivos ocultos, sin nada que ganar y todo que
perder.
La gente no muere por sus creencias religiosas si sabe que son falsas. Los
Evangelios nos dicen que la familia de Jesús, entre ellos Jacobo, estaban avergonzados por
quién decía ser Jesús. No creían en él; lo confrontaban. Saulo Como fariseo, aborrecía todo
lo que estorbara las tradiciones del pueblo judío. Para él, pertenecer a este nuevo
La única manera puede explicar que en tan poco tiempo no solo un judío sino toda
una comunidad de por lo menos diez mil judíos, estuvo dispuesta a abandonar sus cinco
prácticas claves, las cuales les habían servido en el aspecto social y teológico por tantos
para afirmar que Jesús resucitó de los muertos. Aunque otros movimientos religiosos
conjuntamente inclinan la balanza hacia la conclusión de que Jesús resucitó de los muertos.
continuo encuentro con el Cristo resucitado que ocurre en todo el mundo, en todas las
culturas, por parte de personas de todo tipo de trasfondos y personalidad: bien educados y
no, ricos y pobres, los que piensan y los que sienten, hombres y mujeres. Todos declararán
que más que cualquier otra cosa en sus vidas, Jesucristo los cambió.