SEGURIDAD

SOCIAL
Colaboraciones
Comentarios a la
iniciativa del Ejecutivo
para reformar el
sistema de pensiones
del IMSS

¾ Gustavo García Cuenca

Especialista en derecho laboral y seguridad social

Introducción

La iniciativa de reformas a la LSS en materia de pensio-

nes, enviada por el Ejecutivo a la Cámara de diputados el
pasado 25 de septiembre de 2020, tiene por objeto me-
jorar el sistema de pensiones de retiro del Seguro Social.

A partir del 1o. de julio de 1997, fecha en la que entró

en vigor la actual LSS, las pensiones de retiro (cesan-
tía en edad avanzada y de vejez) no son financiadas ni
otorgadas por el IMSS como se establece en la ley de
1973, sino que los trabajadores tienen que comprarlas
mediante compañías aseguradoras privadas que debe-
rán ser pagadas con los fondos de la cuenta individual
del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), manejados
por la administradora de fondos para el retiro (Afore), es
decir, las pensiones las deberán adquirir los trabajado-
res o sus beneficiarios en caso de fallecimiento, con el
dinero de su cuenta de ahorro.
Estudios de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) han revelado que quie-
nes se pensionen con este nuevo sistema de cuentas
individuales capitalizables solamente podrán alcanzar
en el mejor de los casos, una pensión de 20 o 25% de
sus últimos ingresos, por lo que ahora, a un año de que
se cumplan las primeras 1,500 semanas requeridas
para tener derecho a las pensiones de cesantía con 60
años, o de vejez a los 65 años de edad, el gobierno
federal presentó una iniciativa para reformar dicho sis-
tema de pensiones, por lo que en principio llega tarde
la iniciativa de reformas a las pensiones de la Ley del
Seguro Social, justo un año antes de que egrese la pri-
mera generación de pensionados con esa ley.
La exposición de motivos de la iniciativa (EM) es muy
elocuente y prolija en gráficas que evidencian algo que
ya todos sabemos, que es la necesidad de que se refor-
me la ley y se mejoren las pensiones de retiro, además
de indicarse que habrá un aumento a las pensiones fu-
turas, así como un mayor número de trabajadores que
recibirán una pensión garantizada.
Cabe precisar que en la exposición de motivos se seña-
la que con la información de la Base de Datos Nacional
del SAR, se estima que para 2021, año en que egresa
la primera generación de pensionados, únicamente el
34% de los trabajadores afiliados al IMSS en edad de re-
tiro tendrán derecho a recibir una pensión garantizada.
También se informa que con la ley de 1997 únicamente
el 56% de los trabajadores alcanzarán una pensión vi-
talicia (de bajo monto), mientras que el 44% restante
sólo recibirá la cantidad total de su ahorro del SAR en
una sola exhibición al momento de retiro, ya que no hay
fondos suficientes para adquirir una pensión, lo que da
indicio de un panorama desolador (pág. XV, EM).

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Se indica también que al cierre del primer semestre del
presente año el rendimiento de las Afore ha sido en pro-
medio anual de 11.81%, al que, una vez descontado el
factor inflacionario, se tiene un rendimiento en pesos
constantes del 5.81% anual, es decir, que se muestran
cifras muy halagüeñas, pero en realidad no se tradu-
cen en mejores pensiones para los trabajadores de las
próximas generaciones (pág. XVIII, EM).
Se refiere además, que de lograrse como se pretende
la reducción del cobro de comisiones de las Afore, de
llegarse a disminuir a la mitad, de acuerdo con la Co-
misión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro
(Consar), el ahorro promedio del trabajador se incre-
mentaría en un 12%, lo que aumentaría las pensiones;
sin embargo, no se muestra sustento objetivo alguno
para alcanzar dicha meta (pág. XXV, EM).
Objetivos concretos de la reforma
Primero: semanas de cotización requeridas
Se propone reducir el número de semanas de cotiza-
ción que son necesarias para tener derecho a una pen-
sión, ya sea de cesantía en edad avanzada o de vejez,
de 1,250 a 1,000 semanas cotizadas, de manera gra-
dual a partir de 2021, empezando con 750 semanas,
con incremento anual de 25 semanas hasta llegar a
las 1,000 semanas en el año 2031 (artículos 154, 162 y
cuarto transitorio). Con ello se empezaría a beneficiar a
un mayor número de trabajadores para tener derecho a
una pensión.
Segundo: aumento de la cuota patronal
Se propone un incremento de la cuota patronal del se-
guro de cesantía en edad avanzada y de vejez, de 5.15
a 13.87% (incluyendo el 2% del seguro de retiro), lo que
sería conforme al salario de cotización de los trabajado-
res, como se muestra en la tabla del artículo 168, frac-
ción II, inciso a, que se propone reformar; ahí se obser-
va que en el caso de los trabajadores de salario mínimo
seguirá siendo de 5.15%, para incrementarse hasta lle-
gar al equivalente a 4.01 unidades de medida y actuali-
zación (UMA) en adelante. El incremento máximo sería
de 11.875%, que sumado al 2% de la cuota patronal de
retiro llagaría en esos casos solamente al 13.87%, es
decir, para los trabajadores que ganen menos, la cuota
patronal sería menor y superior a la de los de mayor
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salario, debiendo ser lo contrario, para beneficiar a los
trabajadores de menores ingresos.
También se observa que desafortunadamente al dero-
garse la fracción III del actual artículo 168 se suprimiría
la cuota del Estado para financiar el seguro de cesantía
y vejez, que es de 7.143% del total de las cuotas patro-
nales de estos ramos, es decir, de 0.225% del salario
de cotización de los trabajadores, lo que reduciría en
principio el importe de la cuenta individual de ahorro
de los trabajadores y consecuentemente las pensiones.
En su lugar se modificaría la fracción IV del artículo 168,
que considera la cuota social que actualmente aporta
de forma mensual el Estado por cada día de salario
cotizado, para trabajadores que ganan hasta 15 veces
el salario mínimo; en este caso, para los trabajadores
de salario mínimo la cuota social de $3.87077 y para
los que ganan hasta 15 veces el salario mínimo es de
$3.22564. Dichos montos se han venido actualizando
trimestralmente de acuerdo con el INPC desde el 1o. de
julio de 1997 hasta la fecha.
En la iniciativa se propone que el Estado aporte men-
sualmente por cada día de salario cotizado una canti-
dad por concepto de cuota social, sólo para trabaja-
dores que ganen hasta cuatro veces la UMA, que va
de $10.75 para trabajadores de salario mínimo y hasta
$6.25 para trabajadores con salario de 3.51 a 4 veces
la UMA.
Como se observa, la cuota social del Estado se in-
crementaría, pero se limitaría sólo a trabajadores que
ganen salarios hasta cuatro veces la UMA, que actual-
mente es de $86.88 x 4 x 30 = $10,425.60 mensuales.
Los trabajadores de mayor salario no recibirían la apor-
tación social del Estado, ni tampoco la cuota respectiva
de 0.225% del seguro de cesantía en edad avanzada y
de vejez comentada en párrafos anteriores.
Otro comentario, respecto a la tabla que se propone en
el artículo 168, fracción II, inciso a, es que empieza con
base en el salario mínimo y posteriormente con base en
la UMA, cuando lo procedente sería que toda la tabla
se basara en el salario mínimo y sus múltiplos, pues la
SCJN ha determinado en jurisprudencia definida que
aplica el salario mínimo y no la UMA, para la determina-
ción y cálculo de las pensiones.
En la exposición de motivos se señala que para el año
2023, la aportación total de la cuenta individual del SAR
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de los trabajadores, que es actualmente de 6.5%, se in-
crementará a 15%, incluyendo el aumento de la cuota
patronal y la cuota social del Estado, pero sólo para al-
gunos trabajadores, dependiendo del monto de su sala-
rio, como se muestra en la tabla del artículo 168.
En esta reforma permanece intacta la cuota que aportan
los trabajadores para las pensiones de cesantía y vejez,
que es de 1.125% del salario de cotización, es decir,
que por cada $100 que reciben los trabajadores por
concepto de salario, aportan solamente un peso con 12
centavos, lo que es muy bajo e insuficiente para obtener
un pensión decorosa, siendo que en otros países los
trabajadores aportan alrededor de un 6%, por lo que se-
ría conveniente que estos úlitmos hicieran un esfuerzo y
aporten de manera obligatoria un poco más, para tener
mejores pensiones de retiro.
Tercero: pensión garantizada
En la actual ley (art.170) se establece que la pensión
garantizada es aquella que el Estado asegura a quienes
reúnan los requisitos de edad y semanas cotizadas para
pensionarse, y su monto mensual será el equivalente a
un salario mínimo general, cantidad que se ha venido
actualizando anualmente conforme al INPC.
En este tema se propone reformar el artículo 141 que
regula la pensión de invalidez la cual es distinta a las
de retiro, cuyo monto es de 35% del salario promedio
de la últimas 500 semanas cotizadas, para establecer:
“En caso de que la cuantía de la pensión sea inferior
al promedio de las pensiones garantizadas, que co-
rrespondan a un salario mínimo y 60 años de edad, de
acuerdo con la tabla del artículo 170, el Estado aportará
la diferencia a fin de que el trabajador pueda adquirir
una pensión vitalicia”, que conforme a dicha norma de-
berá ser de 35% del salario promedio del trabajador, por
tratarse de una pensión de invalidez.
En la exposición de motivos se señala que la pensión
garantizada actualmente asciende a $3,289 mensua-
les; sin embargo, conforme a la reforma se calcularía
considerando las semanas cotizadas, el promedio del
salario de cotización y la edad del trabajador, para lo
cual se propone en el artículo 170 una tabla en la que
se determina el monto de la pensión garantizada que va
de $2,622 mensuales (que es inferior al actual salario
mínimo) a un máximo de $8,241 mensuales, para traba-
jadores que ganen el equivalente a cinco veces la UMA
en adelante.
Ello significa que se reduciría en algunos casos la pen-
sión garantizada que inició con el salario mínimo ac-
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tualizado de acuerdo con el INPC, lo que seguramente
afectaría las pensiones de trabajadores de bajo salario,
ya que no tendrían segura una pensión equivalente si-
quiera a un salario mínimo para poder subsistir, e igual-
mente su aplicación sería en forma gradual hasta el año
2030 como se indica en las tablas de los artículos 170 y
cuarto transitorio.
Comisiones de las Afore
Con la iniciativa se propone reformar el artículo 37 de la
Ley del SAR para que las Afore disminuyan sus comisio-
nes, y quedar sujetas a un máximo el cual resultaría del
promedio de los cobros que en esta materia se realizan
en Estados Unidos, Colombia y Chile, que son menores
a las que cobran las Afore en México; se espera que en
la medida en que las comisiones en esos países ten-
gan ajustes a la baja, serían aplicadas las mismas en
nuestro país, pero en caso contrario, se mantendría el
promedio que hoy se está aplicando.
Resulta un poco iluso pensar que en tales países pue-
dan bajar las comisiones en la administración de los sis-
temas de contribución definida y esperar a que ellos de-
cidan reducirlas, eso sería depender de lo que se haga
en otros países.
Qué faltó a la iniciativa para mejorar las pensiones
Para mejorar el monto de las pensiones de retiro del
IMSS, se requiere una reforma a fondo que unifique el
régimen financiero de todas las pensiones que com-
prende la LSS, y que son las siguientes:
1. Del seguro de riesgos de trabajo:
a) Pensión por incapacidad permanente par-
cial, cuando el trabajador pierde alguna par-
te de su cuerpo o alguna función orgánica, a
causa de algún accidente o enfermedad de
trabajo.
b) Pensión por incapacidad permanente total,
cuando el trabajador queda imposibilitado
para laborar a causa de un riesgo de trabajo.
c) Pensión de viudez y en su caso de orfandad,
para el supuesto de que fallezca el trabaja-
dor pensionado.
2. Del seguro de invalidez y vida:

a) Pensión de invalidez que procede cuando el
trabajador se encuentra imposibilitado para
laborar el resto de su vida, a causa de un ac-
cidente o enfermedad que no sea riesgo de
trabajo.
b) Pensión de viudez y orfandad en su caso,
para el supuesto de que fallezca el trabaja-
dor, ya sea en activo o pensionado.
3. Del seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y
vejez:
a) Pensión de cesantía en edad avanzada, que
procede cuando el trabajador queda cesan-
te del empleo involuntariamente y tiene de
60 a 64 años de edad.
b) Pensión de vejez, que procede cuando el
trabajador tiene 65 o más años de edad.
c) Pensión de viudez, en caso de que fallezca
el pensionado por cesantía o vejez.
Todas estas pensiones deberán comprarse mediante
compañías aseguradoras privadas, con los fondos de
la cuenta individual del SAR, manejados por la Afore.
Ahora bien, de acuerdo con los artículos 58 y 64, frac-
ción II, de la LSS, las pensiones de riesgos de trabajo
deberán ser adquiridas de la siguiente manera:
Las pensiones por incapacidad permanente parcial o
total, según el artículo 58, “al monto constitutivo se le
restará el saldo acumulado de la cuenta individual
del trabajador y la diferencia positiva será la suma ase-
gurada que deberá pagar el instituto a la institución de
seguros elegida por el trabajador para la contratación
de los seguros de renta vitalicia y de sobrevivencia”.
Por su parte, el artículo 64 de la LSS establece que “si
el riesgo de trabajo trae como consecuencia la muerte
del asegurado, el instituto calculará el monto consti-
tutivo al que restará los recursos acumulados en la
cuenta individual del trabajador fallecido, a efecto de
determinar la suma asegurada que el instituto deberá
cubrir a la institución de seguros, necesaria para obte-
ner una pensión, ayudas asistenciales y demás pres-
taciones económicas previstas en este capítulo a los
beneficiarios”.
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Mientras, el artículo 159, fracción VII de la LSS dispone
que el “monto constitutivo es la cantidad de dinero que se
requiere para contratar (comprar) los seguros de renta vi-
talicia y de sobrevivencia con una institución de seguros”.
Por otro lado, el artículo 120, fracción II de la LSS pres-
cribe que “la pensión (de invalidez) y el seguro de so-
brevivencia a que se refiere esta fracción, se contratará
por el asegurado con la institución de seguros que elija.
Para la contratación de los seguros de renta vitalicia y
de sobrevivencia, el instituto calculará el monto consti-
tutivo necesario para su contratación. Al monto consti-
tutivo se le restará el saldo acumulado en la cuenta
individual del asegurado y la diferencia positiva será la
suma asegurada que el instituto deberá entregar a la
institución de seguros para la contratación de los segu-
ros a que se refiere esta fracción”.
El artículo 127, fracción IV de la LSS se refiere en los mis-
mos términos en el caso de la pensión de viudez del se-
guro de vida, y precisa que el instituto otorgará la suma
asegurada, que adicionada con los recursos acumulados
de la cuenta individual del SAR del trabajador fallecido
deberá ser suficiente para integrar el monto constitutivo,
con cargo al cual se pagará la pensión de viudez.
La cuenta individual del SAR es aquella que se abre a
cada trabajador asegurado en la Afore que elija, para
que se depositen las cuotas obrero-patronales y del Es-
tado por concepto de seguro de retiro, cesantía en edad
avanzada y vejez, así como los rendimientos correspon-
dientes (art. 159, frac. I, LSS).
Régimen financiero de las pensiones
Actualmente, la cuenta individual del SAR se integra y
se financia de la siguiente manera:
1. Subcuenta de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez
a) Retiro de 2% de aportación patronal.
b) Cesantía en edad avanzada y vejez, cuya
cuota patronal es de 3.150%, la del traba-
jador de 1.125% y la del Estado de 0.225%,
más una cuota social para trabajadores con
ingresos hasta 15 SMG.
2. Subcuenta de vivienda, compuesta por las aporta-
ciones patronales de 5% del Infonavit, cuyo objetivo
es completamente distinto al de las pensiones.
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3. Subcuenta de aportaciones voluntarias que pueden efectuar los trabajadores o los patrones (art. 168, LSS).

Por otra parte, el financiamiento de las pensiones del seguro de riesgos de trabajo y del seguro invalidez y vida es el
siguiente:

1. Las pensiones del seguro de riesgos de trabajo deberán ser cubiertas íntegramente por las cuotas patronales
que se determinan en relación con la cuantía del salario de cotización de los trabajadores y conforme a los ries-
gos inherentes a la actividad de las empresas, así como al número de accidentes anuales y sus resultados, cuya
cuota patronal va de 0.5% como mínima, hasta el 15% como máxima (arts. 70, 71 y 74, LSS).

2. Las pensiones del seguro de invalidez y vida se encuentran financiadas de manera tripartita, por los patrones que
aportan una cuota de 1.75% del salario de cotización, los trabajadores, con el 0.625%, y el Estado, cuya aporta-
ción es de 0.125% (arts. 147 y 148).

Según se observa, todas estas pensiones del Seguro Social se pagan con los fondos de la cuenta individual del SAR, in-
cluyendo las relativas a riesgos de trabajo y las de invalidez y vida, no obstante que éstas tienen un financiamiento diverso;
por lo que se deberían incluir en la cuenta individual del SAR las cuotas-obrero patronales y del Estado de dichos seguros.

Conclusión

La iniciativa de reformas a las pensiones de retiro del Seguro Social pretende mejorar su monto, pero resulta
confusa e insuficiente, pues se requiere una reforma integral y más profunda del sistema de todas las pensiones
del Seguro Social.

El Estado dejará de aportar la cuota que siempre había aportado de 0.225% del salario de los trabajadores, para
el seguro de cesantía en edad avanzada y vejez, que es el correspondiente a las pensiones de retiro, por lo que
se podrán ver afectados trabajadores que ganen más del equivalente a cuatro veces la UMA.

Actualmente, la pensión garantizada es el equivalente del salario mínimo, y con la iniciativa podría ser de canti-
dades inferiores a dicho salario.

De manera indebida, se relaciona el salario mínimo con la UMA, lo que da lugar a confusión y desconcierto, por lo
que se debería tomar en cuenta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó en jurisprudencia definida
que para el cálculo y la determinación de las pensiones del Seguro Social se deberá aplicar el salario mínimo y no
la UMA.

Desde luego, sería conveniente que se redujera el monto de las comisiones que cobran las Afore, por la adminis-
tración y manejo de las cuentas individuales del SAR, pero hacerlo como se pretende en la iniciativa de reformas
es inapropiado, pues depender de que otros países como Estados Unidos, Chile y Colombia reduzcan las comi-
siones que cobran en inversiones similares resulta iluso y eventualmente inconstitucional, lo que seguramente
será impugnado mediante juicio de amparo por las Afore.

Por último, cabe precisar que cuando un trabajador se pensiona ya sea por cesantía o vejez, significa que no tuvo
ninguna incapacidad permanente total, ni tampoco una invalidez y menos aún fallecimiento, y por tanto implica
que no se utilizaron las cuotas obrero-patronales y del Estado de los seguros de riesgos de trabajo ni de invalidez
y vida, por lo que resultaría procedente acumular dichas cuotas o una parte de ellas a la cuenta individual del SAR
para incrementar el monto de las pensiones de retiro.

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