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Resumen Grupo 9

Tratamiento Térmico Criogénico

El tratamiento criogénico también llamado temple criogénico o transformaciones


criogénicas, el cual utiliza bajas temperaturas para modificar la microestructura de
los metales y otros materiales, convirtiendo estas en estructuras más homogéneas
a través de la conversión de Austenita a la deseada Martensita. Los tratamientos
criogénicos son una extensión a los tratamientos térmicos a altas temperaturas ya
que la aplicación de estos se complementa directamente, en los materiales tratados
se observan muchos cambios y beneficios en su rendimiento y estructura.

El tratamiento criogénico tiene dos modalidades: el tratamiento seco y el tratamiento


húmedo. En el primero las piezas están en contacto con nitrógeno gaseoso durante
todo el proceso, mientras que en el segundo las piezas al llegar a la temperatura de
sostenimiento pueden estar en contacto con el nitrógeno líquido.

Se basa en predeterminar un ciclo térmico que involucre un enfriamiento de las


piezas en una cámara criogénica, manteniendo el material a esa temperatura
durante 20-40 horas, y finalmente recalentar hasta temperatura ambiente. Las
velocidades de enfriamiento y calentamiento deben ser tales que no induzcan,
tensiones residuales ni un choque térmico a las piezas tratadas.
Tratamiento Térmico Sub-Cero

Como su nombre lo indica, consiste en someter a los materiales templados a un


enfriamiento por abajo de cero grados usando para ello nitrógeno líquido o hielo
seco. Los materiales con mucha aleación o con exceso de carbono en las
superficies cementadas o carbonitruradas tienen tendencia a producir austenita
retenida. La austenita retenida es parte del material que fue transformado en
austenita al calentar por arriba del punto de transformación de cada material para
luego ser transformado en martensita con el enfriamiento brusco que implica el
temple.

A veces esa transformación de austenita en martensita es incompleta y con este


proceso se completa totalmente la misma.

El proceso incompleto trae inconvenientes:

1) Quedan puntos blandos en la superficie y no se alcanza la máxima dureza


posible con ese material.

2) Esos puntos de austenita, a veces, no terminan de transformarse en


martensita con el revenido, pero cuando la pieza es sometida luego a alguna
exigencia en el uso cotidiano, pueden transformarse en martensita y fisurarse
porque es equivalente a usar un material templado sin haberlo revenido, o
sea sin sacarlo de su punto de máxima tensión.

El tratamiento subcero se utiliza para el zunchado por expansión, cuyo proceso es


el siguiente: a una pieza a temperaturas bajas esta llega a contraerse, lo cual da
paso a introducir algún anillo o cojinete el cual se encuentra a temperatura ambiente,
para finalizar la pieza que sufrió el tratamiento subcero, al empezar a estabilizar su
temperatura, nuevamente gana volumen lo cual nos proporciona un apriete
perfecto.

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