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1.

VITAMINAS
Las vitaminas  A, C y E combaten directamente la formación de radicales libres.
La A se obtiene de las zanahorias, el melón, el brócoli, la col, las espinacas y los
camotes. La C está presente en los cítricos y en el brócoli, los pimientos, el melón
y el tomate. Por último, la E se encuentra en los frutos secos y aceites vegetales.
Las vitaminas del complejo B fortalecen el sistema nervioso central y tienen un
efecto sedante. Se encuentran en la levadura de cerveza, lácteos, carne, cereales,
la palta, col y vainitas.

2. MINERALES
Potasio, magnesio y calcio son imprescindibles porque estimulan la reacción
orgánica frente a las hormonas que el cuerpo segrega como respuesta al estrés.
Tienen propiedades relajantes y mantienen el ritmo cardíaco. Frutas, cereales
enteros y carne son alimentos ricos en potasio. El magnesio se encuentra en las
verduras, en los frutos secos, cereales y semillas, también lo contienen, pero hay
que consumirlos enteros porque el magnesio se destruye en el proceso de
trituración. El calcio es conocido como “el tranquilizante natural”, que se
encuentran principalmente en los lácteos, por lo cual se recomienda tomar un vaso
de leche tibia antes de acostarse.

3. ALIMENTOS RELAJANTES
Otras opciones qué estimulan el buen funcionamiento de las células nerviosas son
el plátano, las almendras, el germen de trigo, la levadura de cerveza y las semillas
de girasol.

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