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Intervención sociocomunitaria en

programas de rehabilitación psicosocial:


Un estudio de casos en dos equipos del
sur de Chile
Avello Saez, D., Román Morales, A., & Zambrano Constanzo, A. (2017). Intervención
sociocomunitaria en programas de rehabilitación psicosocial: Un estudio de casos en dos
equipos del sur de Chile. Psicoperspectivas, 16(1), 19-30.

Esta investigación caracteriza las prácticas en rehabilitación psicosocial de


dos equipos de profesionales, profundizando en el análisis de la dimensión
sociocomunitaria. Los datos fueron producidos a partir de entrevistas
grupales a profesionales del área de las regiones del Biobío y La Araucanía
(Chile).

Metodología

Diseño

En la investigación se empleó metodología cualitativa descriptiva, de casos


múltiples (Hernández, Fernández, & Baptista, 2010; Stake, 2007; Yin, 1994). Se
emplearon datos cualitativos, de origen primario generados en base al debate
(Hernández, & Villasante, 2012), en una construcción dialógica entre los
participantes.

Participantes

Los sujetos de investigación seleccionados son trece profesionales de dos equipos


técnicos, de los cuales cinco se desempeñan en el programa de infracción de ley y
ocho en el de rehabilitación de adicciones. Ambos equipos  forman  parte  de 
instituciones  privadas  (ONG) que se han adjudicado las licitaciones para
constituirse en ejecutores de estos programas. Fueron seleccionados a través  de
un muestreo intencionado de casos típicos por accesibilidad (Yin, 1993, 1994).

Los criterios de selección de la muestra son los siguientes: (a) profesionales que
desempeñen labores de trato directo con la población atendida, (b) que
pertenezcan a distintas áreas del conocimiento, (c) que se encuentren cumpliendo
funciones por al menos una año dentro del programa, (d) que desempeñen sus
funciones en los programas psicosociales en modalidad de medio cerrado en las
regiones de la Araucanía y el Biobío, y (e) que sean de ambos sexos.

Es relevante señalar que la muestra de profesionales que intervienen, lo hacen con


sujetos de similares características: (a) varones mayores de 18 años, (b)
infractores de ley y/o consumidores problemáticos de sustancias, y (c) que cumplen
su proceso de rehabilitación en regímenes cerrados.

Técnicas

Se empleó como técnica de producción de datos la entrevista grupal (Villasante,


Montañés, & Martín, 2001), guiadas por una pauta de preguntas validada por un
grupo de expertos. Cada entrevista tuvo una duración de tres horas y fue realizada
en espacios externos al lugar de trabajo habitual de los profesionales. La modalidad
de registro de datos fue la grabación de audio.

Es importante señalar que previamente se llevó a cabo un pilotaje (Yin, 1993) en la


Región de los Ríos con un equipo de intervención de similares características, lo que
posibilitó comprobar la aplicabilidad de la pauta de entrevista y la realización de
ajustes a la misma.

Los resultados muestran que ambos equipos mantienen una concepción de su


trabajo en plena sintonía con la intervención psicosocial, predominando una visión
ecológica de la intervención que integra diferentes niveles de acción (sujeto,
relaciones, contexto de vida, red institucionales), así como también la idea de
autonomía y empoderamiento en los sujetos de intervención (Alvis, 2009; Blanco, &
Valera, 2007; Sánchez, 2015). Componentes sociocomunitarios integran esta
comprensión de la intervención psicosocial.

En el plano operativo, y pesar de las restricciones institucionales y sociales


reportadas en el estudio, se realizan esfuerzos por integrar recursos institucionales
y comunitarios en la intervención al interior de los centros y también se orientan a
movilizar redes familiares y comunitarias. El balance de los equipos permite
apreciar que, aunque estas valoraciones son transversales en el trabajo
desarrollado, sólo recientemente han podido realizar acciones concretas en este
ámbito.

El abordaje de la dimensión sociocomunitaria se ha traducido fundamentalmente en


un esfuerzo por atraer diferentes agrupaciones sociales al espacio de cada centro,
de modo de favorecer una interacción con personas diferentes a las que componen
su entorno de internamiento. El propósito fundamental es fortalecer el desarrollo de
habilidades sociales, propiciar vínculos con personas externas y evitar los efectos
de la institucionalización.

Lo anterior pone de relieve que en ambos programas, aunque se valora un trabajo


más intenso y extenso con los entornos próximos de vida de los sujetos de
intervención y redes institucionales, lo que pueden concretar en la práctica apunta
al desarrollo del empoderamiento personal y las capacidades de los sujetos para la
inclusión sociocomunitaria, con intervenciones individuales y en menor medida
grupales. Hallazgos similares fueron reportados por Krause y Jaramillo (1998),
donde se aprecia que los equipos tienden a favorecer el componente individual en
sus intervenciones, en términos de abordar aquellos obstáculos o necesidades de
los sujetos, promoviendo el desarrollo de habilidades y recursos personales para
mejorar su participación en distintos contextos.

El balance crítico de ambos equipos es que si bien los sujetos pueden vivir procesos
de desarrollo personal, las condiciones contextuales no experimentan
modificaciones respecto de aceptar a la personas y brindarle apoyo y acceso a
oportunidades.

Siguiendo el modelo de inclusión sociocomunitaria, se aprecia que de los cuatro


ejes propuesto por Martínez (2016), los equipos se centran fundamentalmente en el
desarrollo de las capacidades de las personas para la inclusión comunitaria y en
menor medida de las instituciones para la inclusión de los sujetos de intervención,
cuestión que se mantiene durante el proceso de intervención, pero que tiende a
desaparecer luego que los sujetos egresan de los programas. De esta forma, el
propósito de la “autonomía anclada” no se alcanza, ya que el acceso a apoyo y
recursos requeridos para el ejercicio de los derechos de los sujetos tendería a no
estar presente cuando retornan a su contexto de vida.
La naturaleza del trabajo realizado en un medio cerrado, por los procesos de
institucionalización implicados, impone condiciones particulares de trabajo que
afecta la inclusión de los sujetos en sus comunidades de origen (Tsukame, 2016) y
tienen unos efectos adversos en los sujetos (Goffman, 2001). Por tanto, pareciera
ser que los esfuerzos de los equipos tienden más bien a disminuir los efectos de la
prisionización e institucionalización y a disminuir el comportamiento problemático,
más que a generar condiciones de inclusión sociocomunitaria. Las posibilidades que
se generan en los distintos espacios les permiten ser mediadores, operando como
una suerte de “bisagra” entre recursos institucionales/comunitarios y los sujetos,
con pobres resultados para que este acceso se mantenga en el tiempo
independiente de esta mediación.

Como se puede apreciar, existen condiciones de posibilidad en ambos equipos que


tensionan el logro de los objetivos que ellos se plantean para la rehabilitación e
inclusión sociocomunitaria. Por un lado se identifican un conjunto de condiciones
institucionales y programáticas que dificultan una intervención de largo aliento
como lo exige el trabajo con redes institucionales y comunitarias, por lo que lo
“posible de hacer” son acciones focalizadas que no necesariamente tributan a
objetivos de mayor alcance. La precariedad de las condiciones contractuales y la
incertidumbre respecto de la continuidad de los programas son aspectos que
imponen fragilidad al trabajo sociocomunitario. A ello se suma la escasa orientación
metodológica de las intervenciones en este plano en los lineamientos
programáticos, así como debilidades de formación en el área.

Por otra parte, ambos equipos presentan algunas condiciones que les permite ir
trazando una ruta incipiente en torno al trabajo sociocomunitario. Los liderazgos
técnicos, la disposición y valoración de este componente así como los recursos que
los equipos logran movilizar permiten algunos avances.

La escasa capacidad inclusiva reportada de parte de las instituciones, es atribuida


por ambos equipos a la desconexión y desvinculación intersectorial, cuestión
señalada en otros estudios (Alfaro, Sánchez, & Zambrano, 2012; Pierri, 2012). Se
infiere que una escasa vinculación con otras redes y poco apoyo recíproco entre
programas puede deberse al escenario de alta competitividad que viven los
programas sometidos a procesos de licitación. Generar confianzas con otros
equipos supone invertir tiempo y recursos humanos, que se ven limitados para este
propósito dado el diseño de los programas.

En el plano de la comunidad, llama la atención que a pesar de que los equipos


valoren su abordaje y expliciten la necesidad de incorporarla a la intervención, sean
consideradas a la vez como una amenaza. Esto podría asociarse a varios
elementos, primero, a que las redes focales próximas a los sujetos se muestran
aisladas y con graves problemas de convivencia interna, facilitando el consumo de
sustancias o delitos; y segundo, se asocia a la débil respuesta e incluso rechazo de
la comunidad y las instituciones a los sujetos que retornan a sus espacios de vida.

En conclusión, los datos obtenidos permiten argumentar la necesidad de una


política intersectorial que oriente cambios en el funcionamiento de una red
articulada en materia de inclusión sociocomunitaria. Lo que se puede apreciar en el
estudio es que ciertos aspectos de lo que se requiere para este propósito, desborda
las capacidades y posibilidades de los equipos según el diseño actual de los
respectivos programas.

Se considera que lo sugerido por Zambrano, Muñoz y Andrade (2014) para la


intervención psicosocial con adolescentes infractores de ley, permitiría responder a
los desafíos en el plano sociocomunitario en los programas en estudio. Los autores
plantean la necesidad de articular  tres planos complementarios de actuación, el
primero centrado en el sujeto y su red focalizada, abordando aspectos conectados
con el desarrollo de capacidades/competencias, resolviendo conflictos y
necesidades que se asocian a la delincuencia y/o al consumo de alcohol y otras
drogas. Una segunda dimensión, conecta desde un modelo de gestión de redes, la
construcción de una infraestructura institucional articulada para responder a los
requerimientos de la intervención y de la inclusión del sujeto. Un tercer nivel
aborda la dinamización comunitaria, en la lógica del fortalecimiento comunitario
(Montero, 2009; Zambrano, Muñoz, & Andrade, 2015) tendiente a conectar
recursos internos en la comunidad que favorezcan la inclusión, solventando
aquellos aspectos que favorecen en ese territorio la presencia de problemas
psicosociales como los atendidos (Zambrano, Muñoz, & González, 2012).

El primer nivel debería ser responsabilidad de equipos como los aquí estudiados,
conectando con el segundo y tercer nivel en función de los requerimientos de cada
“caso”, coordinando con equipos especializados que lideren esos procesos a nivel
territorial y a nivel intersectorial. Esto requeriría una coordinación y articulación
técnica coherente con medidas prácticas, como la formación especializada de
interventores comunitarios, orientaciones técnicas difundidas y procesos de control
de calidad concertados (Sandoval, Sanhueza, & Williner, 2015).
Intervenciones psicológicas perinatales
en depresión materna y vínculo madre-
bebé: una revisión sistemática
Olhaberry, M., Escobar, M., San Cristóbal, P., Santelices, M. P., Farkas, C., Rojas, G., &
Martínez, V. (2013). Intervenciones psicológicas perinatales en depresión materna y vínculo
madre-bebé: una revisión sistemática. Terapia psicológica, 31(2), 249-261.

La depresión perinatal constituye un trastorno de alta prevalencia con


repercusiones negativas en la madre y en el bebé. A partir de estos
antecedentes se revisa la literatura existente sobre intervenciones
psicológicas focalizadas en reducir la depresión y/o favorecer un vínculo
madre-infante positivo desde el embarazo hasta los dos años del niño/a. Se
consideran 27 estudios publicados entre los años 1996 y 2012, que incluyen
grupos experimental y control.

Método

Se realiza una revisión sistemática de los estudios que consideran intervenciones


psicológicas para reducir la depresión materna y favorecer un vínculo adecuado
madre-infante, desde 1996 hasta julio del 2012. Las siguientes bases de datos
fueron revisadas: Science Direct, Web of Sciences, PsychINFO, y Pubmed.

Estudios dirigidos a reducir la depresión materna

Dentro del grupo de intervenciones enfocadas específicamente en reducir la


depresión materna, el estudio de Matthey, Kavanagh, Howie, Barnett, y Charles
(2004) implementa una intervención durante el embarazo para prevenir depresión
postparto y reducir el estrés materno. La intervención se enfoca en crear un diálogo
con los participantes, entregándoles información acerca del proceso de ser padres
primerizos y considera los niveles de autoestima en las madres como una variable
relevante. El estudio incluye un grupo control que aborda la forma en que los
padres juegan con sus bebés y un espacio de conversación sobre la importancia de
esta actividad entre padres e hijos/as pequeños. Los resultados del estudio
mostraron que las mujeres que mostraban niveles bajos de autoestima, se
beneficiaban de la intervención, mejorando su ánimo y aumentando su sensación
de competencia. Este estudio destaca la importancia del sentido de competencia
para la crianza adecuada del bebé, ligándola a los trastornos del ánimo.

El estudio realizado por Milgrom, Schembri, Ericksen, Ross y Gemmill (2011),


desarrolla un programa compuesto por 9 unidades, basado en el modelo cognitivo
conduc-tual. Considera un libro de auto-ayuda y apoyo telefónico semanal realizado
por psicólogos, para reforzar y discutir los contenidos abordados en cada unidad.
Los contenidos revisados consideran maternidad y paternidad, resolución de
problemas, pensamientos saludables, cuidados del bebé, equilibrio y bienestar,
entre otros. La intervención se realiza durante el embarazo y continúa luego de
nacido el bebé, los resultados muestran puntajes significativamente inferiores en
depresión, ansiedad y estrés en las madres pertenecientes al grupo experimental.

El modelo cognitivo-conductual es el utilizado con mayor frecuencia en las


intervenciones exitosas dirigidas a reducir la depresión materna, considerando
principalmente modalidades grupales y visitas domiciliarias (Austin et al., 2008;
Lara, Navarro y Navarrete, 2010; Crockett, Zlotnick, Davis, Payne y Washington ,
2008; Meager y Milgrom, 1996; Muñoz et al., 2007; Rahman, Malik, Sikander,
Roberts y Creed, 2008; Tandon, Perry, Mendelson, Kemp y Leis, 2011; Ugarriza,
2004). Incluyen en sus contenidos la entrega de información sobre depresión
perinatal, la promoción de pensamientos positivos, el desarrollo de actividades
placenteras, así como la activación de redes de apoyo. Algunos estudios consideran
sólo intervenciones educativas y entrega de información sobre depresión postparto
a las madres, incluyendo la entrega de trípticos a las madres (Ho et al., 2009;
Webster, Linnane, Roberts, Starrenburg, Hinson y Dibley, 2003). Otro estudio que
considera el modelo cognitivo conductual y muestra resultados favorables en la
reducción de la depresión, complementa la intervención psicoeducativa grupal con
visitas domiciliarias realizadas por enfermeras (Honey, Bennet y Morgan, 2002).

Field et al. (2007, 2009 y 2011), tratan la depresión materna a través del uso de
masajes terapéuticos en el embarazo considerando distintas variaciones, masajes
desarrollados por la pareja, por personas significativas y por un experto. Todas
estas intervenciones reportan una mejoría en la sintomatología depresiva de las
madres, agregándose en algunas de ellas la reducción del cortisol y una menor
frecuencia de partos prematuros y bajo peso en el bebé (Field et al., 2009). Un
resultado interesante en la inclusión de la pareja para la realización de masajes, fue
la mejora reportada en la relación entre la mujer embarazada y su pareja, lo cual
probablemente realiza una contribución positiva al estado de ánimo.

La psicoterapia interpersonal individual también es utilizada reportando resultados


favorables en la reducción de la sintomatología depresiva luego de 12 sesiones
semanales (O'Hara, Stuart, Gorman y Wenzel, 2000). Al implementarla desde el
embarazo en mujeres con sintomatología depresiva previa, se obtienen efectos
positivos en la disminución de la aparición de sintomatología postparto (Zlotnick,
Miller, Pearlstein, Howard y Sweeney, 2006).

Estudios dirigidos a reducir la depresión materna y a favorecer un vínculo positivo


madre-bebé

De los estudios revisados, se encontraron cinco que se enfocan en el apego y la


depresión como variables a modificar. El estudio de Onozawa, Glover, Adams, Modi
y Kumar (2001) aborda madres que presentan puntajes por sobre el punto de corte
en la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EDPE) a través de masaje
infantil y la participación semanal en grupos de apoyo por 5 sesiones, para el
desarrollo de estrategias para lidiar con sus dificultades cotidianas. El programa de
masaje infantil es monitoreado por un instructor entrenado y certificado, quien guía
a las madres en la aplicación de masajes a sus bebés, destacando la lectura de las
señales infantiles durante el procedimiento. Esta intervención en particular, mostró
una disminución en los puntajes en sintomatología depresiva materna y mejoras en
el vínculo madre-bebé con diferencias significativas entre los grupos experimental y
control. Una limitación importante de este estudio fue el alto porcentaje de
deserción a lo largo de la intervención en masaje, lo cual impidió revisar analizar
adecuadamente los efectos específicos de este módulo del programa.

La intervención desarrollada por Gelfand, Teti, Seiner y Jameson (1996), se focaliza


en mejorar los niveles de aceptación del bebé y sus características por parte de la
madre, así como aumentar la eficacia en el rol materno a partir de visitas
domiciliarias. Junto con estos dos objetivos, también buscaban fomentar
interacciones positivas con el bebé a través de intervenciones individuales para
abordar las necesidades de cada madre y técnicas de crianza. Los síntomas
depresivos disminuyeron después de la intervención, pero no mejoró la sensación
de eficacia en el rol de las madres. En cuanto a la calidad del vínculo madre -
infante, el apego inseguro fue prevalente en los dos grupos, intervención y control.
Murray, Cooper, Wilson y Romaniuk, (2003), considera en su intervención 4 grupos
de mujeres con depresión postparto, 3 que reciben una modalidad de intervención
psicoterapéutica y un grupo que recibe los cuidados habituales. La primera
modalidad de intervención definida como consejería, se centra en el relato
espontáneo de las madres sobre sus dificultades habituales y considera apoyo del
terapeuta para resolverlas, la segunda modalidad es una intervención desde el
enfoque cognitivo conductual y la tercera considera una psicoterapia psicodinámica
breve. Se evalúan los resultados en relación a la depresión materna, la relación
madre-infante y el desarrollo infantil. Los resultados muestran que en todas las
modalidades de intervención se observa disminución de la sintomatología
depresiva, pero sólo con la intervención psicodinámica se reduce la depresión
clínica. En relación al vínculo madre-infante los 3 grupos de intervención muestran
diferencias significativas en relación a las dificultades tempranas con el bebé en
comparación con el grupo que recibe los cuidados habituales. En el largo plazo, la
consejería muestra un mayor incremento de la sensibilidad materna y mejores
indicadores emocionales y conductuales en el niño/a a los 18 meses, que la
intervención cognitivo conductual y la psicodinámica.

Conclusiones

Numerosas intervenciones han sido implementadas para reducir la depresión


materna y favorecer un vínculo madre - infante positivo, dando cuenta de la
importancia y el creciente interés clínico en estas dimensiones. Los modelos
cognitivos conductuales aparecen como alternativas adecuadas para la reducción de
la sintomatología depresiva materna pero no necesariamente para mejorar el
vínculo madre - infante. En este sentido, las intervenciones grupales que
consideran modalidades corporales que favorecen la conexión con el bebé, las
visitas domiciliarias y las intervenciones psicoterapéuticas individuales muestran
resultados positivos en la modificación de ambas variables, depresión y vínculo. La
consejería, la psicoterapia cognitivo conductual y psicodinámica breve se asocian a
menores dificultades en la entrega de cuidados al bebé, pero sólo la consejería a la
madre se asocia a mejoras en sus niveles de sensibilidad y a indicadores
emocionales y conductuales positivos en el niño/a a los 18 meses de edad, siendo
necesario desarrollar estudios longitudinales con mediciones a largo plazo en el
niño.

Para investigaciones futuras focalizadas en reducir la depresión materna y favorecer


un vínculo madre - infante de calidad, sería importante considerar algunas variables
que muestran relevancia en los estudios revisados. Una de ellas corresponde a la
evaluación sintomatológica de la depresión en las madres, frecuentemente
evaluada en los estudios revisados y otra a la existencia de episodios previos,
considerada en menor medida. Tener en cuenta estos aspectos permitiría
comprender los resultados de las intervenciones considerando la cronicidad de la
depresión en las madres, asociada a un peor pronóstico y mayores dificultades para
generar cambios. En este sentido, la disminución o el incremento de la
sintomatología depresiva materna post intervención sin considerar la cronicidad,
pudiera reflejar de manera incompleta los resultados.

Otro aspecto a considerar es el momento en que las intervenciones se realizan,


mostrando los estudios que aquellas que se implementan durante el embarazo,
especialmente en mujeres con episodios depresivos previos, pueden cumplir una
función preventiva en relación al riesgo de desarrollar una depresión postparto. En
esta misma línea, resulta importante que los programas de intervención dirigidos a
favorecer un vínculo positivo madre - infante, sean realizados en distintos
momentos del período perinatal, embarazo, postparto, y etapas posteriores, ya que
permitiría monitorear la evolución de las díadas y brindar apoyo diferencial en
etapas con características y necesidades diferentes. Por último, considerar que las
modalidades grupales e individuales pudieran complementarse, para brindar apoyo
psicoeducativo en el contexto grupal y psicoterapéutico a aquellas mujeres con
trastornos depresivos de larga data.
UNA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN EL DEPORTE UNIVERSITARIO MEXICANO: EL CASO
ITESO DE GUADALAJARA

Karen Anaid Solís González

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO)


González, K. A. S. (2011). Una intervención psicológica en el deporte universitario mexicano: el
caso ITESO de Guadalajara. Cuadernos de Psicología del Deporte, 11(2), 37-45.

Una gran cantidad de métodos han sido utilizados por la Psicología del Deporte a través del
tiempo para mejorar el rendimiento de los atletas. En el caso de los deportistas universitarios,
las metodologías suelen ser distintas. México es actualmente uno de los países en el mundo
que ha desarrollado trabajo en esta área donde se busca no solo llegar a tener a los mejores
atletas sino también colaborar en la construcción y fortalecimiento de su proyecto de vida.
Actualmente, el ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara cuenta con un Laboratorio de
Psicología del Deporte donde el entrenamiento mental de los atletas está orientado hacia: el
planteamiento de objetivos, atención, planes de competencia e intervenciones en
competencia. El presente material ofrece una ruta sobre cuatro fases que fueron desarrolladas
para mejorar el rendimiento de los equipos.

MÉTODO Participantes La intervención fue llevada a cabo con 11 equipos representativos de la


Universidad ITESO contando con una media de edad de 20 años. Los deportes que participaron
fueron: Futbol Varonil, Futbol Femenil, Basquetbol femenil y varonil, Animación, Atletismo,
Tenis y Volibol Varonil y Femenil. Procedimiento En la Universidad ITESO de Guadalajara, los
objetivos deportivos durante la temporada (agosto 2010- Julio 2011) fueron planificados para
obtener un perfil de rendimiento donde la universidad alcanzara un Ranking de entre los
primeros 20 lugares a nivel Nacional según la participación en CONADEIP, dado esto, la
integración del trabajo psicológico fue fundamental para la colaboración con el Centro de
Educación Física y Salud Integral en la búsqueda de objetivos de rendimiento. Ante este
respecto, el Laboratorio de Psicología del Rendimiento Deportivo tiene a su cargo la
preparación psicológica de los 11 equipos representativos de la Universidad, siendo esto, una
población de 200 deportistas que se distribuyen en deportes individuales y de conjunto.
(Anexo 2. Tabla de Deportes y tipo de competencia) El presente trabajo muestra la
planificación y aplicación psicológica que se integró a los macrociclos de trabajo de los equipos
representativos de la universidad, siendo solo la primera parte de la temporada la que se
muestra en este trabajo. El primer ciclo de la temporada dio inicio en el mes de Agosto del
2010 y hasta el 17 de Diciembre del mismo año. Como se muestra en la Tabla 1 las selecciones
cuentan con competencias fundamentales (CONADEIP), sin embargo se planificó el trabajo
psicológico para todas las disciplinas teniendo como eje principal el encuentro deportivo Inter
Suj (8 al 12 de noviembre de 2010) ya que dicho evento es muy importante para la red de
Universidades Jesuitas en México además de ser un evento deportivo clave previo al
CONADEIP que se llevará a cabo durante el semestre de Enero a Mayo 2011. La red de
Universidades Jesuitas que participará en el INTER SUJ se constituye de las siguientes
universidades: Universidad ITESO de Guadalajara, Universidad Iberoamericana Santa Fe.
Ciudad de México, Universidad Iberoamericana Torreón, Universidad Iberoamericana Tijuana,
Universidad Iberoamericana León, Universidad Iberoamericana Puebla, Universidad
Iberoamericana Loyola. Acapulco, Guerrero, Centro de Estudios Ayuuk de la Universidad
Intercultural Ayuuk (CEA- UIIA). Oaxaca, Universidad Rafael Landívar. Guatemala.

El objetivo de rendimiento que se estableció para los equipos representativos de la


Universidad ITESO en el encuentro deportivo de Inter SUJ colocaron a todos los equipos
representativos ITESO ante la exigencia de obtener podio ya que las ediciones anteriores del
evento habían arrojado resultados deportivos positivos donde todas las selecciones obtuvieron
uno de los tres primeros lugares. Dichos datos permitieron establecer los procesos de
intervención más relevantes con los actores involucrados en el proceso deportivo de los
Equipos de la Universidad, por tal motivo la participación de las ciencias multidisciplinares y en
esta ocasión muy en específico del Laboratorio de Psicología del Movimiento y Rendimiento
Deportivo permitió llegar a la etapa de intervención de manera directa. La obtención de datos
para la elaboración tanto del programa de intervención como de la conformación del mismo
proceso de aplicación fue de manera cualitativa (de la Primera a la Cuarta Fase de
Intervención) La fase competitiva ya tuvo un carácter cuantitativo. Los instrumentos que se
utilizaron para la obtención de datos fueron:

- Entrevistas con Coordinador de Equipos Representativos ITESO: 2 entrevistas al finalizar el


semestre Enero - Julio en donde se observó el panorama general de los objetivos para la
temporada así como el plan de trabajo de la coordinación.

- Entrevistas con Cada uno de los Entrenadores de los Equipos Representativos de la


Universidad: Reconocimiento de las necesidades individuales (por equipo) y coordinación de
fechas de aplicación así como constante retroalimentación durante el semestre sobre el
trabajo realizado.

- Sesión de Capacitación con entrenadores: 4 horas de capacitación sobre temáticas de


psicología del deporte para favorecer en el rendimiento deportivo.

- Juntas mensuales con Entrenadores y Coordinación de Equipos Representativos: Revisión de


temáticas administrativas así como evaluación del trabajo psicológico en relación con el
desempeño de sus equipos en los torneos locales y entrenamientos.

- Juntas de trabajo semanal con la Coordinación de Equipos Representativos: 1 hora de trabajo


semanal para la coordinación de actividades en conjunto, seguimiento de procesos con
entrenadores, colaboración con actividades de la coordinación y establecimiento de
parámetros del estado psicológico a alcanzar durante la competencia.

- Focus Group con miembros de los Equipos Representativos: Sesión única de Focus Group con
10 miembros de los Equipos Representativos con el objetivo de obtener información relevante
sobre la percepción de la identidad universitaria en los equipos así como necesidades
concretas que posteriormente pudieran encontrar una salida eficiente desde el área
correspondiente.

Sesión de capacitación con Capitanes: Sesión de dos horas de duración donde se revisaron
temáticas sobre las características de los líderes eficaces, obligaciones y beneficios de los
capitanes así como también el conocimiento puntual del proyecto de Equipos Representativos
ITESO temporadas 2010-2013.

- Intervención con equipos: Se dividió la temporada en 4 fases de intervención directa con los
equipos. En la fase cuantitativa se tomó el período competitivo del 8 al 12 de Noviembre para
obtener datos sobre el perfil psicológico de la Delegación Iteso, en dicha fase se aplicaron
instrumentos de lápiz y papel que posteriormente fueron analizados para obtener los datos
que se buscaban.

RESULTADOS

El diseño de la intervención psicológica para la Delegación ITESO integró conocimientos que


permitieron establecer relaciones entre los objetivos de resultado y los objetivos de ejecución
que el propio Centro de Educación Física y la Coordinación del mismo previamente habían
especificado en un trabajo previo, por tanto el posicionamiento de la parte psicológica entre
los actores principales: Jefe del Centro, Coordinación del Centro, Entrenadores, Ciencias
Multidisciplinares y Deportistas fue fundamental para la estructuración del trabajo realizado.
Cuadernos de Psicología del Deporte, 2011, Vol 11, núm. 2, supl. pp. 37-45 41 K.A Solís Una
intervención psicológica en el deporte universitario mexicano… Aún cuando los objetivos de
resultado no fueron desde el propio planteamiento de la Coordinación de Equipos
Representativos la principal preocupación para llevar a cabo la intervención, en la tabla
contigua se puede observar la efectividad lograda por parte de los Equipos ante la
competencia. Es fundamental tener los resultados alcanzados a través de la aplicación de los
instrumentos de lápiz y papel que se aplicaron en momento de competencia para obtener los
datos sobre el perfil psicológico competitivo de la Delegación ITESO y con ello establecer las
metodologías más adecuadas para la discusión sobre la forma de intervención que seguirá
desarrollándose en el proyecto de Equipos Representativos ITESO.

DISCUSIÓN

Los programas psicológicos de intervención con deportistas universitarios son en México por
mucho, escasos. Las variables con las que se trabajó con mayor intención como lo fueron el
planteamiento de objetivos, el control de presiones, atención y preparación de competencia
permitieron establecer parámetros de evaluación sobre los momentos de competición y por
tanto dentro de la misma competencia establecer formas de intervención adecuada. La
formulación del perfil del deportista de Equipos Representativos es una de las grandes tareas
que aún deberán seguirse trabajando, ya que posibilitaría el fortalecimiento del proyecto
deportivo así como de los resultados que se espera puedan reflejarse en competencia. La
revisión y puesta en común de programas de deporte educativo en otros lugares del mundo es
también una herramienta a la cual deberá recurrirse en corto tiempo ya que esto permitirá
hacer una comparativa entre el modelo propio, lo que se busca alcanzar y las maneras que
otras universidades exitosas tienen ya integradas en su capital intelectual y material.
Dificultades en la intervención psicológica de un caso clínico
complejo de ansiedad y obsesiones: la importancia del análisis
funcional
Pardo Cebrián, R., & Calero Elvira, A. Dificultades en la intervención psicológica de un caso
clínico complejo de ansiedad y obsesiones: la importancia del análisis funcional.

El análisis de casos derivado de la práctica clínica contribuye al avance de intervenciones


eficaces, especialmente, cuando se exponen casos complejos y las dificultades que surgen en
su tratamiento. Con este objetivo, se presenta el caso de un varón de 26 años con problemas
de ansiedad y obsesiones que interfieren significativamente en su funcionamiento diario. Se
enfatiza el empleo del análisis funcional como elemento clave en la toma de decisiones sobre
el plan de intervención e indispensable para garantizar el éxito en aquellos casos complejos. Se
expone la intervención realizada centrándose en el tratamiento de los problemas más
interferentes: la conducta de andar y hablar solo durante largos períodos temporales y las
comprobaciones sociales.

Caso clínico

Identificación del sujeto y motivo de consulta

Manuel es un varón de 26 años que acudió al Centro de Psicología Aplicada de la Universidad


Autónoma de Madrid por problemas que él mismo describía como ansiedad y muchas manías.
Actualmente vive con sus padres, está comenzando una relación de pareja y está estudiando
una carrera universitaria. Según el discurso atropellado del cliente, le preocupan muchos
temas, prácticamente encuentra dificultades en todas las áreas de su vida y prácticamente en
cualquier momento del día. Algunos de los problemas más notables que identifica cuando
acude a consulta son: el miedo a fracasar y ser rechazado en sus relaciones sociales, la elevada
ansiedad producida por una “falta de tiempo” para realizar sus actividades diarias que pueden
ser desde estudiar, hasta tener tiempo para dedicarle a su relación de pareja. También
manifiesta dificultades y preocupaciones sobre sus relaciones sexuales, sobre la actualidad
política y las consecuencias catastróficas que pueden derivarse, elevada ansiedad ante los
exámenes y preocupaciones sobre conflictos familiares y el futuro de su familia. Por otra parte,
Manuel cuenta que tiene ciertas manías como atesorar cosas y realizar conductas
supersticiosas (decir una palabra, hacer algo, tocar, etc.) para evitar que algo malo pase. De
todo lo que le ocurre, hay dos cuestiones que le preocupan en gran medida: la primera de ellas
es que se pasa muchas horas hablando solo y andando sin poder parar, lo suele hacer en dos
tipos de situaciones: para desahogarse tras situaciones que le generan REBECA PARDO
CEBRIÁN, ANA CALERO ELVIRA 21 Análisis y Modificación de Conducta, 2015, vol. 41, nº 163-
164 mucho malestar (las constantes preocupaciones por cuestiones cotidianas hace que
experimente niveles muy altos de ansiedad de forma constante) o bien para recompensarse
cuando está satisfecho con su actuación en algún ámbito. Esto hace que no pueda hacer gran
parte de las tareas del día, tales como estudiar, quedar con amigos, etc. La otra dificultad tiene
que ver con las comprobaciones sociales que realiza cada vez que piensa que alguien se ha
podido molestar por algo que haya hecho. Estas obsesiones con respecto a los otros y las
comprobaciones que emite cada vez le quitan más tiempo y le genera niveles muy elevados de
ansiedad que se ve incapaz de manejar y que, a su vez, están relacionados con la otra conducta
problemática de andar y hablar, pues hace que ésta aumente también. Manuel ha pasado por
múltiples tratamientos a lo largo de su vida para tratar problemas obsesivos y de ansiedad; la
primera vez que acude a terapia psicológica tiene 13 años, desde entonces, ha continuado de
forma más o menos regular con diferentes tratamientos con escaso éxito a medio y largo
plazo. Cuando era pequeño acudió a terapia psicoanalítica, el tratamiento duró unos diez años.
Posteriormente acudió a otras terapias, humanista y cognitivo-conductual, pero las abandonó
o bien porque notaba que no le ayudaban o bien porque el esfuerzo que tenía que hacer al
realizar las tareas pautadas era demasiado elevado. Desde que comenzó las primeras
intervenciones psicológicas, las combinó con tratamiento farmacológico. Comenzó a tomar
fármacos para el déficit de atención e hiperactividad y, más adelante, en la época adolescente,
el diagnóstico cambió a trastorno obsesivo compulsivo y empezó entonces a tomar
ansiolíticos, antipsicóticos y antidepresivos; esta medicación la mantiene en la actualidad,
concretamente: la dosis del psicofármaco antidepresivo es Adofen (fluoxetina), 20 mg 1-0-0; la
dosis del psicofármaco antipsicótico, Quetiapina es de 100mg 0-0-1; y, por último, la del
psicofármaco del grupo de las benzodiacepinas, Rivotril (clonazepam) es de 10 gotas 0-0-

Procedimiento de evaluación

La evaluación se realizó a lo largo de cinco sesiones con periodicidad semanal y se emplearon


diferentes métodos: entrevista clínica (con él y con personas relevantes de su contexto),
observación directa de conductas problema en la propia sesión, historia biográfica, inventario
sobre trastorno obsesivo compulsivo y autorregistros. No obstante, es importante señalar que
la evaluación es una actividad clínicamente relevante en el proceso terapéutico y como tal, no
se da únicamente en un momento inicial de la terapia (Froján, Montaño, Calero, & Ruiz, 2011).
Además, dada la complejidad del caso, los numerosos objetivos a abordar, el surgimiento de
nuevas demandas y la extensa duración del proceso terapéutico, la evaluación fue una
actividad muy presente a lo largo todo el tratamiento. Para recoger datos sociodemográficos y
generales de las diferentes áreas de la vida del consultante se utilizó la Historia Biográfica,
instrumento del propio Centro de Psicología Aplicada.

Objetivos de intervención

Dada la variedad y cantidad de problemas del consultante, así como las áreas afectadas y la
interferencia que todo ello le causaba, los objetivos generales y transversales de la
intervención fueron: reducir los niveles de ansiedad, reducir la interferencia o incapacidad que
los problemas le causaban, mejorando así su calidad de vida de forma global. Para mostrar la
extensión y complejidad del caso, en la tabla 3, están descritas todas las conductas problema y
sus correspondientes objetivos, ordenados por relevancia tal y cómo se fueron abordando
durante el proceso terapéutico en función del grado de interferencia en su vida, junto con las
técnicas de intervención que se pudieron en marcha para lograr cada uno de ellos. A pesar de
no ser un objetivo propuesto al inicio de la intervención, a lo largo del tratamiento se planteó
el objetivo de reducir, y llegado el caso, eliminar la medicación una vez se hubiesen adquirido
la gran mayoría de los objetivos planteados y M. tuviese las herramientas suficientes para
manejar de forma exitosa las situaciones que le generaban malestar. Dado el deficitario
funcionamiento general, la variedad de áreas de su vida afectadas, los numerosos contextos
que contribuían al mantenimiento del problema y la interacción de unos problemas con otros,
la planificación específica del tratamiento era un punto central en este caso. La consecución de
determinados objetivos, en un primer lugar, era condición imprescindible para poder alcanzar
otros.
Discusión

Teniendo muy presentes las limitaciones de este estudio de caso, consideramos que la
intervención realizada ha sido eficaz. Los datos obtenidos apuntan que el consultante ha
alcanzado, en gran medida, los objetivos terapéuticos que se planteó al comienzo de la
terapia. De forma global, se han reducido los niveles generales de ansiedad y ha aumentado su
nivel de funcionamiento cotidiano. En lo que se refiere a los problemas que más le interferían,
ha disminuido la conducta de andar y hablar solo y, en su lugar, regula sus emociones con
otras estrategias más adaptativas. Por otra parte, se han reducido las obsesiones y
comprobaciones sociales y, en su lugar, se comporta de forma más habilidosa en sus
interacciones sociales. Además de los parámetros de duración y frecuencia, también se
evaluaba en sesión la intensidad de ambas problemáticas y se comprobó que la intensidad
disminuyó notablemente cuando lo hizo la duración de cada episodio. La evolución en ambos
objetivos no fue lineal ni breve aunque su curso sí estuvo sincronizado: a medida que
disminuía la conducta de andar y hablar solo, disminuía también la conducta de comprobar;
cuando aumentaba una también solía aumentar la otra. Como se ha comentado, la similitud
funcional entre uno y otro problema era clara y probablemente cuando M. se “desbordaba” y
no conseguía aplicar las pautas adecuadamente en situaciones estimulares determinadas,
también le era complicado hacerlo en otros eventos semejantes. Además de los cambios
mencionados, se han logrado otros muchos objetivos importantes a lo largo de la intervención
de este caso con múltiples problemáticas: se han eliminado rituales de organización y se ha
aprendido a planificar su tiempo de forma flexible, han disminuido los conflictos y las
respuestas de ira en diferentes contextos, M. ha aprendido a almacenar sólo la documentación
imprescindible, decreciendo la conducta de atesorar cosas y se ha reducido la medicación que
tomaba antes de comenzar la intervención.

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