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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN,

CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Decreto Ejecutivo 575 del 21 de julio de 2004
Acreditada mediante Resolución
No 15 del 31 de octubre de 2012

FACULTAD DERECHO Y CIENCIAS FORENSES


LICENCIATURA EN CRIMINALÍSTICA Y CIENCIAS FORENSES
ASIGNATURA PROCEDIMIENTO JURÍDICO
Infografía con el tema “Fuentes, Medios y Objeto de Prueba”.

Autor: Militza Madrid


Cédula: 0-00-0000
Tutor: ______________
Panamá, 12 de febrero, 2023
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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................3
1. Concepto de Prueba.........................................................................................................4
2. Fuentes, medios y objeto de la prueba........................................................................6
2.1 Fuentes de la prueba................................................................................................6
2.2 Medios de prueba......................................................................................................7
2.3 Objeto de la prueba...................................................................................................8
2.4 Diferencias entre las nociones de fuente, medio y objeto de la prueba....10
3. Actividad del juez al analizar, para sentencia, las nociones de fuente, medio y
objeto de la prueba.................................................................................................................11
CONCLUSIÓN...............................................................................................................................15
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INTRODUCCIÓN

En todo proceso judicial existe la necesidad de satisfacer la idea de comprobar un


hecho según la necesidad de las partes, es por ello que la tarea del juez dentro del
proceso será meramente de investigación deductiva de los alegatos,
fundamentación jurídica de lo expuesto y calificación jurídica de los elementos
probatorios que sean adheridos al proceso por los medios de prueba que se
vinculen a los hechos.

En el presente análisis se expresará puntos de vistas comparativos de los


términos y diferencias que existan entre ellos. Además, se adecuarán las
intervenciones de profesionales juristas que aportaron por sus obras a la doctrina
judicial, para conceptualizar los términos empleados. El jurista italiano Carnelutti
establece definiciones comparativas y descriptivas de la prueba, así desglosando
cómo esta se lleva a cabo en los actos procesales.

Se establecerá las diferencias necesarias entre “fuentes, medios y objeto de


prueba” para la comprensión individualizada de los términos que en modo jurídico,
ayudan al convencimiento del juez según se de con la comprobación del hecho
alegado.
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DIFERENCIAS ENTRE MEDIO, FUENTE Y OBJETO DE LA PRUEBA

1. Concepto de Prueba
La intervención del juez por naturaleza jurídica requiere dentro del proceso la
indagación sobre los medios en cuanto quiera conocer la realidad de los hechos
en un conflicto, es por ello que, antes de pensar en una aplicación de las normas
según la finalidad del proceso, se requiere durante la etapa procedimental
considerar como pilar fundamental a la etapa probatoria, esta donde el juez como
sujeto judicial adecúa lo expresado por las partes, sus argumentos, sus posturas
frente a una realidad de lo sucedido de modo parcial, a un método analítico por el
cual este pueda concluir en justo fundamento a la controversia que ha sido
requerido como parte sentenciadora.

Las partes proponen hipótesis argumentativa al proceso y está en el juez la


función investigativa de encontrar en estas hipótesis planteadas veracidad de las
mismas contemplando los actos jurídicos necesarios o interpuestos por las normas
(herramientas) de modo que, la deducción de los hechos puntuales sea correcta
ante la orientación que se lleve en la etapa probatoria y posterior, para así concluir
con una etapa decisiva, utilizando o interpretando el Derecho, pero más que todo
un resultado llevando el proceso a la justicia.

Al conceptualizar el término “prueba” debemos enfocarnos en el ámbito donde


vayamos a utilizarlo, ya sea en lo social o jurídico. La prueba en el proceso puede
verse de diversas maneras, como el texto lo expresa, esta puede ser una “cosa o
hecho, actos procesales” que sirva como medio del juez a la hora de crear un
convencimiento sobre la situación objeto del conflicto; también, de manera
subjetiva el juez estimará la prueba como su convencimiento mental posterior al
análisis de los hechos referidos en el proceso jurídico. En la prueba se presentan
tres aspectos: manifestación formal (medios que llevan al juez al convencimiento
de los hechos), contenido esencial (razones o motivos que deducen a favor de la
existencia o no de los hechos) y, resultado subjetivo (convencimiento en la mente
del juez).
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Cuando se trate el término “prueba”, se tendrá en cuenta una distinción jurídica


procesal, ya que, podemos entender en un momento dado que “probar” y “prueba”
es lo mismo en el panorama jurídico. Probar según autores profesionales no es
más que el método por el cual se aportarán elementos de convicción que
concreten o refuercen el argumento a través de procedimientos judiciales
contemplados en la normativa jurídica y que estos demuestren la veracidad en los
hechos; ahora, la prueba judicial sería la motivación o razón que se da al proceso
como tal. Algunos juristas tratan de distinguir estos dos términos, lo que es
entendible, sería fácil pensar que son lo mismo, aunque generen efectos
diferentes.

El procesalista argentino Alsina deja un aporte significativo que ayuda a entender


la distinción de estos términos, pues plasma lo siguiente:

“… probar es demostrar la verdad de una proposición, pero en su

significación corriente expresa una operación mental de

comparación. Así la prueba judicial resulta la confrontación de la

versión de cada parte con los medios producidos para abonarla”.

(Alsina. 1958)

Con este aporte logramos entender que es prudente separar el objetivo de obtener
la veracidad entre las posturas de las partes (ese enfrentamiento comparativo de
lo que se argumenta) y cómo las partes judiciales demostrarán esto, entendiendo
que una concepción por parte del juez no necesariamente tendrá como influencia
estricta la intervención de un aporte material o hecho, aunque este mismo jurista
exprese luego en sus obras que, también puede entenderse el término prueba
como todo elemento de convicción, prueba testimonial, instrumental, documental,
entre otros que suelen ser medios probatorios dentro de un proceso. Respecto al
último punto de vista mencionado, sería la referencia del término más conocida en
lo social, yéndose más a la doctrina general.
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Una última idea relacionada del término por parte del autor antes mencionado se
encuentra en lo subjetivo del juez por cuanto pueda este calificar si los medios
aportados fundamentan o prueban la orientación de un hecho.

Ahora, un segundo jurista (Francesco Carnelutti) nos muestra una forma de


conceptualizar la prueba en los dos puntos de vistas que mencionaba Alsina. Este
nos dice que la prueba en un sentido social no es más que la comprobación de
algo, de un hecho, sin considerar el desencadenamiento de actos procesales,
procedimentales; a este acto de “probar” no solo se le atribuye a quien pretenda
presentar una verdad, sino también a quienes participen aportando medios que
ayuden a la comprobación del hecho. En otro sentido, uno jurídico, entiende el
término “prueba” como la comprobación de hechos que intervengan en un proceso
mediante procedimiento judiciales; para este jurista la ejecución de la prueba no
necesariamente debe llegar a obtener la verdad, sino ejecutar el presupuesto
judicial que establecen las normas en cuanto a los medios suministrados para
esclarecer la relación de los hechos con la verdad. Personalmente, ahora hace
más sentido mantener por separado la ejecución de la prueba con la finalidad de
la prueba, aunque el objetivo dentro del proceso parezca lo mismo.

Al final se logra obtener un concepto concreto de todo lo antes mencionado: “es


todo motivo discutido en un proceso que procura la demostración de la verdad
formal de hechos históricos a partir de medios legales, mediante la creación del
conocimiento y la convicción en el juez, de que los mismos se sucedieron o no del
modo alegado por las partes”.

2. Fuentes, medios y objeto de la prueba


Es necesario comprender cómo se distinguen estos términos, llevando consigo
particularidades “teórico-práctico” que permiten una vez analizados, establecer las
diferencias que ayuden a ubicar cada uno de ellos dentro de un proceso.
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2.1 Fuentes de la prueba


Nuevamente interviene el jurista italiano Francesco Carnelutti para definir las
fuentes de la prueba como “los hechos percibidos por el juez y que le sirven para
la deducción del hecho a probar”. A esto lo divide en dos categorías, las cuales se
basarán en la constitución o no de la representación del hecho; la primera de esta
categoría sería la fuente de prueba, constituidas por la representación del hecho y;
la segunda, fuentes de presunción, todos aquellos hechos que sirven para la
deducción del hecho a probar y que no están constituidos por la representación de
éste.

La fuente de prueba servirá al juez para que deduzca la realidad de los hechos
según lo que perciba de los medios, creando así su propio criterio de las hipótesis
o alegatos por las partes. Esta deducción necesaria varía en su interacción con la
fuente de prueba dependiendo si la misma es directa o indirecta (el hecho que se
va a probar es distinto al hecho que sirve de prueba). La fuente de la prueba
consiste en hechos representativos de otros o simplemente expresivos de si
mismos, constituyendo hechos distintos de los que se pretenden probar.

La fuente de prueba es lo que permite el conocimiento originario sobre el objeto de


prueba y que posteriormente será ofrecido para su actuación en juicio. Por
ejemplo, un testigo (que también es un órgano de prueba) es una buena fuente de
prueba.

2.2 Medios de prueba


La prueba es integrada al proceso según lo permita el ordenamiento jurídico en
base a la regulación estricta de los medios de prueba, por así decirlo, serán todos
los que la ley permita. Los medios de prueba son para el juez el instrumento por el
que encuentra motivos de convicción ante los hechos descriptivos.

Según el autor Francisco Ricci, los medios de prueba son aquellos adecuados
para provocar en el juez el convencimiento de que un hecho dado se ha verificado,
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fundando los mismos en los determinados por la ley. Carnelutti nos deja otra idea
sobre medios de prueba, pues este nos dice que medios de prueba es la
percepción del juez, pero es un poco complicado mantener esta ideología sin
incluir elementos que interfieren en la aplicación o ejecución de medios de prueba;
en este caso haría falta mencionar que, para poder que el juez contemple los
medios de prueba en su percepción, necesita de la intervención de sujetos que
según su capacidad idónea puedan ser auxiliar del juez cuando se requiera una
inspección judicial, práctica de habilidades o técnicas periciales u otros actos
judiciales. Finalmente, Carnelutti nos deja una definición breve de lo que es medio
de prueba, “se llama medio de prueba a la propia actividad del juez, la cual se
manifiesta en los órdenes señalado: el perceptivo que se coloca sobre el hecho
exterior y el deductivo que culmina con la inclusión de las presunciones”.

Los medios de prueba se pueden ver desde las siguientes perspectivas:

 Los medios de prueba como la actividad del juez o las partes, orientada a
lograr en el juzgador el conocimiento de los hechos en el proceso a través
de la percepción y deducción (confesión de las partes, declaración de un
testigo, dictamen de un experto, entre otros).
 Los medios de prueba como instrumentos y órganos que suministran al juez
el conocimiento (la parte confesante, declaración de testigo, el experto,
entre otros).

Desde un punto de vista objetivo, según el ordenamiento jurídico, los medios de


prueba existirán en cuando la legislación lo permita, puesto que, en la regulación
judicial se establecen qué tipo de pruebas pueden ser introducidas en un proceso
y cuál es la formalidad que se exige para que las mismas puedan ser legítimas en
la etapa probatoria. Es decir, los medios de prueba que se pretendan utilizar
estarán limitados en cuanto se requiera su apreciación por la viabilidad,
permisibilidad y aceptación de la propia ley.
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2.3 Objeto de la prueba


El objeto de la prueba se entiende como toda pretensión estimada en el proceso,
por lo que habrá por los medios de prueba, llegar a la demostración de la
existencia o inexistencia de los hechos alegados. Cuando se formule como tal un
argumento de las partes, el cual en la etapa probatoria sea comprobado a través
de actos judiciales, se estará frente a el objeto de comprobar el argumento, es así
como de manera repetitiva se puede confirmar el objeto de la prueba.

El abogado colombiano Hernando Deivis Echandía menciona algo muy importante


y que en ideas pasadas se encontraba ausente, y es que, “por objeto de prueba
debe entenderse lo que se puede probar en general, es decir, resulta aquello
sobre lo que puede recaer la prueba y que sea susceptible de comprobación…” .
Con esta perspectiva nos alejamos de considerar solamente el objeto dentro de la
prueba, sino que dicho objeto sea por naturaleza comprobable en un hecho.

El objeto de la prueba debe ser complementado con la necesidad de la prueba,


puesto que, en un proceso, cuando las partes accionen mediante una demanda,
está en ellas la obligación o la carga de las pruebas, estas mismas son las que
fundamentarán sus afirmaciones en la controversia por la que se haya iniciado el
proceso. En esta línea de idea, todo lo que se argumente debe estar probado, es
por ello que surge la necesidad de probar su postura con los elementos
probatorios vinculados a los hechos. Aquí nace el conflicto teórico si el objeto de la
prueba está relacionado con los hechos o más bien con las afirmaciones de las
partes.

La intervención de elementos de prueba, como confesiones, testimonios, entre


otros, pueden ser objeto de prueba según la esencia de la misma. Tratando de
explicar más a detalle esta noción puedo estimar que, cuando se adhiera un sujeto
testimonial a una etapa probatoria, es objeto de la prueba conocer si dicho sujeto
testimonial tiene la capacidad de brindar información vinculada a los hechos que
genere legítimamente un convencimiento ante el juez para que este pueda tomar
una correcta postura o afirmar los hechos. Otra intervención de elementos de
prueba que no necesariamente deba estar sujeta a un sujeto procesal son los
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eventos de la naturaleza, en cuanto estos mantengan consigo aspectos históricos


trascendentales que interesan para conocer la veracidad de los hechos; habría
que demostrar que el evento de la naturaleza sucedió como se ha descrito por una
o ambas partes, siendo así objeto de la prueba el comprobar previamente lo
sucedido en el evento.

Existen más elementos probatorios (permitidos por la legislación) que, para ser
considerados por el juez en cuanto a su deducción final, deba comprobarse si
estos elementos son adecuados a los hechos. De esta manera podemos concluir
sobre el objeto de prueba manteniendo una ideología generalizada en cuanto se
requiera o necesite la comprobación de una prueba integrada e interesada.

2.4 Diferencias entre las nociones de fuente, medio y objeto de la prueba


Habiendo conocido antes las conceptualizaciones de fuente, medio y objeto de la
prueba, junto a sus aspectos especiales, consideraciones jurídicas y aportes
doctrinales, es prudente establecer las diferencias que existen entre estos
términos según sus efectos.

En cuanto a fuente de prueba y medio de prueba, la fuente se manifiesta a través


de los medios el cual se entiende como la actividad del juez o las partes, orientado
a lograr en el juzgador el conocimiento de los hechos en el proceso a través de la
percepción y deducción, o sea, a través de estos medios el juez conoce la fuente
de la prueba y deduce el hecho que va a probar. En cuanto a los medios, estos no
se conciben como hechos, sino como una actividad o instrumento, cosa o
circunstancia en los que el juez encuentra el fundamento de su convicción.

Las fuentes de prueba son los elementos que existen en la realidad, y los medios
consisten en las actividades que es preciso desplegar para incorporar las fuentes
al proceso. La fuente es anterior al proceso y existe independientemente de él.

Así, en la prueba testifical el testigo y su conocimiento de los hechos (fuente)


preexiste y existe, aunque el proceso no llegue a realizarse nunca. Iniciado el
proceso, una de las partes se servirá de esa fuente para convencer al juzgador de
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la realidad de sus afirmaciones de hecho, ofreciendo la ley para ello un método o


sistema de aportación o incorporación consistente en la declaración del testigo,
regulando esa actividad (medio). Lo mismo ocurre con el resto de las pruebas. En
el interrogatorio de la parte la fuente es la persona que es parte y su conocimiento,
y medio de prueba su declaración; en la documental, la fuente es el documento y
el medio la actividad que debe realizarse para su aportación al juicio. Debe
tenerse muy presente que la prueba es actividad y que los medios de prueba
incorporan la fuente al proceso. Lo que se desarrolla en el proceso son los medios
de prueba, esto es, los instrumentos utilizados por las partes para trasladar los
hechos de la realidad a la presencia judicial.

Ahora, al diferenciar entre fuente y objeto de la prueba, la última se refiere a todo


aquello que puede ser susceptible de demostración y donde surge el hecho que se
quiere probar y la fuente es la que genera como tal el objeto de la prueba (la
necesidad de comprobar ante el hecho).

Una definición tardía de medios de prueba es “la forma como la parte traslada el
hecho histórico al proceso y que va a permitir sostener un alegato del que se
pretende derivar consecuencias jurídicas y que obviamente debe estar autorizado
por la ley”. En cuanto a la diferencia entre objeto y fuente de la prueba, la última es
donde surge el hecho y el medio es la forma como se trae dicho hecho al proceso.

3. Actividad del juez al analizar, para sentencia, las nociones de fuente,


medio y objeto de la prueba
Bien se sabe que el juez como sujeto procesal juzgador, deberá determinar en
base al conocimiento adquirido por los hechos comprobados según los alegatos
de las partes dentro del proceso, la veracidad de las hipótesis plasmadas.
Recordando el objeto de la prueba, toda prueba tendrá la necesidad de comprobar
su conexión con los hechos y llevar a cabo una deducción acertada por parte del
juez.
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El juez tendrá como actividad procesal la formación de conocimiento y convicción


referente a los objetos de la investigación que se lleve a cabo; estos objetos son:
fuente, medio y objeto de la prueba.

Por la labor del juzgador, deberá juntar y valorar las pruebas que las partes
hubiesen aportado y tomará todas aquellas medidas necesarias para suministrar
los medios probatorios y hacerlos aprovechables para el proceso. Estas medidas
resultan de muy variada índole pudiendo abarcar, por ejemplo, la individualización
de testigos y la apreciación de señales que indiquen que los declarantes son o no
dignos de fe, comprendiendo también los indicios resultantes del comportamiento
de las partes en el proceso, en esta etapa el juez deberá colectar las pruebas para
formar convicción para luego apreciarlas en la sentencia definitiva, es decir poner
en claro hasta qué punto merecen fe los diversos elementos probatorios. Aquí el
juez deberá de igual modo discernir si esos elementos proporcionan una base
suficiente para dar por sentado los hechos que constituyen el verdadero objetivo
del saber, correspondiéndole en la sentencia la apreciación de los medios de
prueba, vale decir, si un documento es auténtico y su contenido verídico, si un
testigo ha expuesto los sucesos tal como realmente fueron, etc. Esta apreciación
no escapa de la condición de ser humano del juzgador, aquí el juez se nos
presenta más que como un conocedor del derecho como un ente reflexivo que en
ocasiones se permite dar una apreciación anticipada de la prueba, ponderando
subjetivamente la idoneidad de un experto, la confianza de un testigo y en general
todo aquello que le permita crearse una mejor convicción. De esta manera, por
ejemplo, cuando se toma la declaración de un testigo, la misma se inicia con la
percepción de la persona a declarar y al hacer esto, recoge apreciaciones que de
forma inmediata valora instintivamente y formarán parte de su apreciación futura.
En una segunda fase, que pudiéramos catalogar con E. DOHRING, de apreciación
definitiva de la prueba, el juez pasa a considerar el material probatorio en su
conjunto. En tal sentido procede a comparar los testimonios con los documentos,
los documentos con las inspecciones judiciales y relaciona éstos con los informes
de los expertos con el propósito de verificar si en su conjunto se configura un todo
unitario y coherente, de igual modo las apreciaciones iniciales y que formaron un
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criterio subjetivo previo deberán ponderarse e integrarse, brindándole al juzgador


la oportunidad de apreciar críticamente el material probatorio en su totalidad. Aquí
se deberán excluir de valoración aquello medios probatorios inadmisibles, es decir
cuyo empleo no está permitido por la ley, así como los que hayan sido obtenidos
en violación de normas legales. Al momento de sentenciar al juez deberá hacerlo
sobre la base de la valoración de las pruebas expuestas en el proceso y ello va a
depender del resultado obtenido por el litigante al promover sus probanzas. Este
resultado puede ser positivo o negativo según que el juez valore, o no, como
suficiente la prueba para demostrar el hecho. El proceso de valoración por parte
del juez en la fase de sentencia tiene como antecedentes necesarios varias etapas
de la actividad probatoria, éstas abarcan, entre otras, la preparación, promoción,
presentación y admisión. Con relación a esta última, los conceptos estudiados
adquieren una gran importancia ya que es aquí donde el juzgador tiene que
examinar el medio probatorio, el objeto de la prueba y la necesidad de la prueba,
para de esta manera pronunciarse al inicio por si la prueba es legal, pertinente,
conducente, útil y necesaria, es decir lo que constituyen los requisitos intrínsecos
de la misma. De igual modo el juez deberá considerar los elementos extrínsecos
del medio probatorio empelado por el abogado, como lo son sus formalidades, la
tempestividad, es decir si fue promovida dentro del lapso establecido por la ley o
ante el juez competente o no, si existe legitimación o no para promoverla, etc. Sin
embargo, es práctica común entre los jueces admitir con todo a lugar en derecho
las pruebas promovidas, a reserva de analizarla en la definitiva. A nuestro juicio es
en esta etapa de la admisión, que se debe analizar la posibilidad de incorporar el
medio probatorio al proceso y una vez hecho esto, en la fase de sentencia deberá
valorarlo. Creemos que, al impugnarse un medio probatorio por la contraparte, el
juzgador debería declarar su admisibilidad o inadmisibilidad en este estado del
proceso, pues de esta manera se evita un desgaste innecesario de la actividad
probatoria de las partes, evitando de tal forma un empleo inútil tanto de tiempo
como de dinero. Pudiéramos afirmar que el juez al momento de sentenciar lo que
hace es establecer los hechos que se deben probar, los enumera y declara cuales
de ellos se han probado. Esta última etapa pasa por el análisis previo de cada
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medio de prueba, para posteriormente al ser valorados, producir una sentencia


que es el resultado de la convicción creada en el juez de que los hechos se
corresponden con la realidad y así ésta podría ser estimatoria o desestimatoria de
la pretensión del demandante o del demandado, según el caso. Por último, resulta
claro que al analizar la actividad probatoria ésta tiene en el juez al destinatario de
la prueba, en tal sentido no puede ser considerado sujeto activo o pasivo, sino
simplemente destinatario de la misma, promovida por el actor, el demandado o el
tercero que intervienen en un determinado juicio. Por ello, insistimos que la
valoración de la prueba debe entenderse en sentido abstracto y sentido concreto.
Cuando nos planteamos la valoración en sentido abstracto, estamos haciendo
referencia concretamente al derecho subjetivo de probar, tal como lo haríamos con
el derecho de accionar. En cambio, cuando hacemos la valoración concreta, el
juez está determinando el resultado específico de la prueba. Cuando el juez
analiza una prueba que no es pertinente, es decir que no tiene ninguna relación
con lo que se está debatiendo, desde el punto de vista concreto, esa prueba no
constituye objeto de valoración, sin embargo, desde el punto de vista abstracto, se
trata de un derecho que el promoverte tiene, sin que ello implique de modo alguno
para el juzgador, la carga procesal de analizarla positivamente. En virtud de los
principios de comunidad y adquisición de la prueba, el juez debe proceder a
analizarlas, pero de ninguna manera está obligado a valorarla de forma positiva.
Por ello el juez al entrar a considerar el resultado de las pruebas, para su
correspondiente valoración, deberá tomar en cuenta estos factores
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CONCLUSIÓN

Por el presente análisis literario, podemos considerar que, inicialmente la prueba


es la actividad de las partes procesales dirigida a proporcionar la evidencia
necesaria para obtener convicción del Juez frente a la controversia en que se esté
presente. La prueba puede ser adherida a un proceso mediante actos judiciales,
distinguiéndola de otros términos, claramente no solamente de los procedimientos,
sino en cuanto forma jurídica.

La comprobación de los hechos es el objeto como tal de la prueba, es innegable


que en cuanto las partes tengan la carga de las pruebas, está en ellas el interés
de demostrar mediante los medios de prueba, la veracidad de los hechos.

La intervención del juez no es individual o absoluta, en cuando se requiera (según


sea el caso), tendrá consigo la intervención de sujetos procesales idóneos por
actos judiciales que sirvan como elementos para la deducción del juez antes de
formalizar su perspectiva y decisión.

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