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Maestría en Derecho Penal y Procesal Penal

Curso:
Prueba y Proceso Penal

Trabajo:
“Producto Académico N° 08 – “Valoración de la prueba en la Jurisprudencia Penal
Peruana.”

Autor:
Idrogo Bustamante, Maribel

Julca Campos, Hilder Rony

López Santillan, Jhan Marcos

Ramos Arévalo, Willy Jherly

Rodríguez Llatas, Mayra Sucela

Docente:
Dr. Gonzales Samillán Ricardo Bernardino

TARAPOTO – PERÚ
2021
“VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA PENAL
PERUANA”

I. TEMA DE ANALISIS:
La prueba ha sido definida como la actividad procesal de las partes (de
demostración) y del juez (de verificación) por la que se pretende lograr el
convencimiento del juzgador acerca de la verdad de los datos allegados al
proceso. Lo que se prueba, por tanto, son datos, hechos, o siendo exactos,
afirmaciones sobre hechos.
Probar –siguiendo a Roxin– significa convencer al juez sobre la certeza de la
existencia de un hecho. Un primer plano de valoración es establecer si las
pruebas desde las reglas de la lógica, la ciencia y la experiencia han podido
acreditar la existencia del hecho. En un segundo plano, estos hechos son
presupuestos para analizarlos, examinarlos, valorarlos y conectarlos con la
imputación que es el objeto principal del proceso. Solo interesan al Derecho
los hechos que tienen relevancia jurídica.
Uno de los principios base del proceso penal es el de valoración probatoria,
aquel que viene a configurar, en buena cuenta, la percepción por parte del
juez de los resultados de la actividad probatoria que se realiza en un proceso.

I.1. Definición de valoración probatoria:


Según Nieva, J. (2010), “La valoración probatoria es entendida en la
doctrina como la actividad de percepción por parte del juez de los
resultados de la actividad probatoria que se realiza en un proceso” (p. 34).
Dicho de otro modo, la valoración probatoria es entendida como “la
operación intelectual que realiza el juzgador con la finalidad de establecer
la eficacia conviccional que se infiere de los medios de pruebas.

I.2. Sistemas de valoración probatoria:


A lo largo de la historia, el legislador y la doctrina en general siempre han
tratado de prevenir o por lo menos limitar la arbitrariedad que pudiera existir
en el juez en su tarea de apreciación de los hechos y pruebas. En razón a
ello, Castillo, J. (2014), refiere que históricamente, se identifican dos
grandes sistemas de valoración de la prueba: el sistema de la prueba legal
o tasada y el sistema de libre valoración que a su vez se subdivide entre
íntima convicción y sana crítica o valoración racional.

Sistema de la prueba legal o tasada. - Según el autor Castillo, J. (2014).


“Menciona que, en este sistema, es básicamente el legislador quien tiene la
función de juzgar cada caso concreto, por cuanto es él quien determina el
valor jurídico que debe atribuirse a cada clase de prueba, fijando de ese
modo un sistema de numerus clausus de los elementos de prueba,
estableciendo el peso y el valor que el juez debe asignar a cada medio de
prueba”. (p. 37).
No obstante, este sistema no logró cumplir con la finalidad para lo cual fue
creado, debido a que ostentaba una serie de desventajas, siendo que las
principales: el estándar probatorio fijado para la solución de los casos
conducía a dictar sentencias de absolución de instancia, antes que
existiese pronunciamiento de fondo, la jurisdicción penal se había
convertido en una función mecánica y automática al momento de declarar
los hechos probados, los fallos más que buscar la verdad solo revestían
una apariencia formal.

Sistema de libre valoración. - Este sistema surge como respuesta al


modelo de la prueba legal o tasada, siendo que “sus bases ideológicas y
políticas son el respeto al principio de independencia judicial” (Castillo,
2014, p. 46); en tanto, el juez no se encuentra supeditado a determinadas
reglas preestablecidas a través de un sistema de numerus clausus, sino
valora cada medio probatorio según su libre convencimiento.
De acuerdo con Talavera, J. (2017), “se reconocen dos formas de libre
convicción: la íntima convicción y la sana crítica o valoración racional” (p.
163).

I.3. Diferencia entre Prueba y Medio de prueba:


Roxin (2000), sostiene: “La prueba, es aquello que confirma o desvirtúa
una hipótesis o afirmación precedente en el proceso” (p.185).
Prueba. - La prueba es todo aquello que en el proceso puede conducir a la
determinación de los elementos necesarios del juicio. Según Carnelutti
(1982), estipuló:
Distinguió entre fuentes y medios de prueba, considerando que la fuente de
prueba sería el hecho del cual se sirve el Juez para adquirir la verdad,
mientras que el medio de prueba consistiría en la actividad del Juez
desarrollada en el proceso. Así, por ejemplo, para el expresado autor, el
medio de prueba sería el testigo y la fuente lo declarado por el mismo.
(p.28).

Valiosos aportes y apreciaciones en sus ideas de los juristas que nos


proporcionan, por que llegamos al análisis que la prueba es fundamental en
un proceso, toda vez que a los magistrados tomaran conocimiento de los
hechos delictivos a través de las partes procesales que deben acreditar la
existencia o no de un hecho delictivo.

Medio de prueba. - El medio de prueba constituye el canal o el conducto a


través del cual se incorpora el elemento de prueba al proceso penal.
Neyra, J. (2010), sostuvo: “Los hechos objeto de prueba pueden ser
acreditados por cualquier medio de prueba permitido por la ley,
excepcionalmente, pueden utilizarse otros distintos, siempre que no
vulneren los derechos y garantías de la persona, así como las facultades
de los sujetos procesales reconocidas por la ley”. (p.552).
Concordamos con la idea del jurisconsulto, llegando analizar que los
medios de prueba serian todos los distintos elementos ofrecidos por las
partes y acopiados por los magistrados en el proceso y en sus
motivaciones de sus sentencias.

I.4. Criterios de valoración:


Al respecto podemos decir que aquí están las facultades y criterios de
apreciación que llegan los jueces les otorgan el valor probatorio a los
medios de prueba, frente a la etapa de contradicción en que llegan las
partes procesales. Nuestro Código Procesal Penal, establece: Artículo 160°
inciso 2° estable lo siguiente: solo tendrá valor probatorio cuando: a) Esté
debidamente corroborada por otro u otros elementos de convicción; b) Sea
prestada libremente y en estado normal de las facultades psíquicas; c) Sea
prestada ante el juez o el fiscal en presencia de su abogado; y, d) Sea
sincera y espontánea.
I.5. Valoración de los Medios probatorios:
Conforme lo establece nuestro Nuevo Código Procesal Penal, establece:
artículo 158° inciso 1° En la valoración de la prueba el Juez deberá
observar las reglas de la lógica, la ciencia y las máximas de la experiencia,
y expondrá los resultados obtenidos y los criterios adoptados.
La valoración de la prueba es la operación intelectual o mental que realiza
el Juez destinada a establecer el mérito o valor – eficacia conviccional de
los elementos de prueba actuados en el proceso. Con la valoración de la
prueba se establece cuál es su utilidad a los fines de búsqueda de la
verdad y reconstrucción del hecho imputado.

1.5.1 Valoración de la prueba indiciaria:


El artículo 158.3 del Código Procesal Penal establece las reglas para
valorar la prueba por indicios de tal forma que se pueda llegar a una
conclusión mediante una inferencia válida, esto es que sé que se descubra
un hecho desconocido mediante las reglas de la lógica, la ciencia o la
experiencia. La inferencia hay que entenderla como una evaluación que
realiza el juzgador mentalmente entre los indicios probados que, al ser
relacionados intelectualmente, permiten trazar una línea de implicación
lógica de tal forma que se pueda deducir un hecho consecuencia. La
inferencia, debe moverse dentro de los marcos fijados por las reglas de la
lógica y de la experiencia, de suerte que de los indicios surja el hecho
consecuencia y que entre ambos exista un enlace preciso y directo.
ROSAS YATACO considera como una de las pruebas de mayor
importancia dentro del proceso penal. Se dice que la prueba indiciaria,
rechazada por imperfecta, en contraposición a las llamadas pruebas
legales es, no obstante, la más razonable cuando el nexo que debe mediar
entre los supuestos conocidos y el hecho que se quiere demostrar es tan
íntimo, que el raciocinio cree ver entre lo que aspira a probar y los medios
de prueba una verdadera relación de causa a efecto.
5.1.2. Valoración de testimoniales / Testimonios de referencia:
Los testimonios de los testigos de oídas o de referencia, así como la
declaración de arrepentidos o colaboradores, solo podrán ser validados con
otras pruebas que corroboren sus testimonios. Si no hay corroboración no
se podrán emplear esas declaraciones para dictar una medida cautelar o
dictar contra el imputado una sentencia condenatoria. Así lo señala el
artículo 158.2 del Código Procesal Penal.

5.1.3. Retractación de los testigos. -


En la Ejecutoria Suprema vinculante, R.N. N° 3044-2004-Lima del uno de
diciembre de dos mil cuatro en una causa por delito de terrorismo se
analizaron versiones contradictorias de testigos que habían declarado
preliminarmente en presencia de su defensor y el fiscal y que
posteriormente en el juicio oral se retractaron. En principio la tendencia
jurisprudencial de la Corte Suprema ha sido restar valor a la credibilidad de
testigos o inculpados con versiones distintas. Es una realidad inobjetable el
temor de los testigos por las represalias de los presuntos autores si prestan
declaraciones testimoniales incriminatorias.
En el Perú se ha dado este fenómeno en los casos de terrorismo, por temor
a que las organizaciones terroristas procedan a asesinarlos bajo el
argumento de “soplonaje”. En los casos de tráfico de drogas donde los
cárteles emplean sicarios, el testigo debe ser protegido y extender la
protección a su familia. En general las organizaciones criminales tienen sus
aparatos de intimidación de testigos a efectos de garantizar la impunidad
de sus miembros.

5.1.4. Valoración de la declaración de coimputado


¿Qué valor se le debe dar a la declaración incriminatoria de un
coimputado? La jurisprudencia constitucional española ha construido
algunas pautas de valoración, como anota Jaén Vallejo, quien refiere que
según la doctrina del Tribunal Constitucional cuando la única prueba de
cargo es la declaración de un coimputado hay que tener en cuenta que el
acusado a diferencia del testigo, no solo no tiene la obligación de decir la
verdad sino que puede callar total o parcialmente o incluso mentir en virtud
de los derechos a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable.
Dado que estas razones pueden invalidar la declaración del coimputado,
para poder valorar correctamente su versión es necesario que se le
adicione algún dato que corrobore mínimamente su contenido.
Nuestra Corte Suprema señala que debe valorarse la personalidad del
coimputado, ¿bajo qué pautas debe hacerse ese examen? Pues, en
principio, se debe establecer la naturaleza de su relación con el imputado.
La idea es determinar que el relato del coimputado con el que afecta al
imputado no tenga como origen el odio, venganza, revancha o el
pragmático motivo de obtener beneficios de cualquier tipo. Además, el
Supremo Tribunal dice que se debe advertir si la declaración del
coimputado tiene como finalidad exculparse de su propia responsabilidad.
La declaración del coimputado debe estar corroborada con datos indiciarios
en contra del sindicado. Además, debe observarse la coherencia y solidez
del relato del coimputado, y la persistencia de sus afirmaciones.

5.1.5. Valoración de la declaración del agraviado:


Respecto a la valoración de la declaración del agraviado el Acuerdo
Plenario N° 2-2005/CJ-116 dice en su décimo considerando:
“10. Tratándose de las declaraciones de un agraviado, aun cuando sea el
único testigo de los hechos, al no regir el antiguo principio jurídico testis
unus testis nullus, tiene entidad para ser considerada prueba válida de
cargo y, por ende, virtualidad procesal para enervar la presunción de
inocencia del imputado, siempre y cuando no se adviertan razones
objetivas que invaliden sus afirmaciones. Las garantías de certeza serían
las siguientes: i) Ausencia de incredibilidad subjetiva, es decir, que no
existan relaciones entre agraviado e imputado basadas en el odio,
resentimientos, enemistad u otras que puedan incidir en la parcialidad de la
deposición, que por ende le nieguen aptitud para generar certeza. ii)
Verosimilitud, que no solo incide en la coherencia y solidez de la propia
declaración, sino que debe estar rodeada de ciertas corroboraciones
periféricas, de carácter objetivo que le doten de aptitud probatoria. iii)
Persistencia en la incriminación, conforme lo antes señalado.
5.1.6. Valoración de las pericias:
Siguiendo el mismo sistema de valoración se debe en principio acreditarse
ante el juez la capacidad del perito, lo que le dará una pauta sobre el
resultado del peritaje, esto implica proveerle de información respecto de su
capacitación, formación y experiencia. La valoración deberá tener en
cuenta el informe, así como lo que exponga en juicio. Uno de los problemas
que se presentan cuando hay pericia científica es determinar “que ciencia”
merece ser admitida y usada en los procesos judiciales. Otro problema es
resolver bajo qué reglas el juez, quien tiene conocimientos de profano,
puede decidir en qué pericia es la que debe basarse para sustentar un
fallo. El juez no puede equipararse con un perito científico. Entonces para
apoyarse en una prueba fiable en principio tiene que verificar la fiabilidad
de la ciencia empleada y la acreditación de la experticia del perito, de tal
forma que pueda ser una premisa de autoridad para darle un valor a su
dictamen.

II. PROBLEMÁTICA.
Podemos llegar a analizar respecto a lo que precisa el Código Procesal Penal,
que no existen directivas u otros impedimentos que nuestros jueces puedan
apreciaran libremente a las pruebas o medios probatorios; habiendo regulado
que deben ceñirse a las reglas de la lógica, la experiencia y la ciencia. Es por
eso que los operadores judiciales, los magistrados, deben ser personas
dotadas de alta idoneidad y con un amplio conocimiento de la ley penal,
jurisprudencia y doctrina; pues se han visto casos en donde resulta evidente
que las pruebas aportadas han sido ignoradas por el juzgador, incurriendo
muchas veces en una valoración arbitraria e irrazonable, las cuales no
obedece a los marcos legales de razonabilidad y equidad, originando como
lógica consecuencia la lesión a derechos y garantías fundamentales.

Podríamos decir a la convicción que tiene que llegar el magistrado para


realizar una adecuada valoración de las pruebas, es tener la certeza de que si
se cometió el hecho delictivo por parte del inculpado. Entendiendo que
estaremos ante una valoración de la prueba arbitraria, irracional y contraria a
la equidad, cuando se de alguna de las siguientes circunstancias: 1) cuando
no se hayan respetado las normas. 2) Cuando no se hayan respetado los
principios de la recta razón. 3) Cuando la valoración se haya basado en
criterios éticos o políticos no previstos en el ordenamiento.

III. FUNDAMENTOS DE CADA POSICIONES SOBRE EL PROBLEMA.


La valoración de las pruebas conduce al juez a definir en la sentencia la
situación jurídica de un procesado, y esta valoración tiene relación íntima con
la motivación de las resoluciones, puesto que no basta que allí se exprese
una determinada apreciación de la prueba, sino que este razonamiento debe
realizarse de acuerdo a las reglas de la lógica; no es admisible que se valoren
las pruebas en el sentido de absolver a un procesado y al final se resuelva
condenándolo. Cuando se refiere a la ciencia se entiende aquella o aquellas
que explican los fenómenos como resultados naturales, aquí se ve la relación
causa-efecto; por su parte, las máximas de la experiencia tienen que ver con
aquellas reglas que han sido creadas a partir del método de inducción, esto
es del análisis de casos concretos.

La apreciación de la prueba nos va a llevar a recorrer un camino y al final a


conclusiones que van a tener incidencia sobre los sujetos procesales. Entre
los resultados que tendrá como efecto la absolución del imputado tenemos: 1.
La inexistencia del hecho. 2. La existencia de un hecho pero que no
constituye delito. 3. La existencia de un hecho que es delito, pero el imputado
no ha intervenido en él. 4. Los medios de prueba no son suficientes para
establecer la responsabilidad penal del imputado. 5. La existencia de duda
sobre su responsabilidad penal. 6. Se prueba una causal que lo exime de
responsabilidad.

El otro resultado implica que el hecho punible se ha probado plenamente y se


ha establecido la intervención del imputado de tal forma que se le puede
declarar culpable. Aquí se ha llegado a un grado de certeza que, como dice
Lino Palacio, se caracteriza como el estado psicológico del juzgador en cuya
virtud este llega a abrigar la plena convicción sobre la existencia o
inexistencia del hecho incriminado y de la participación o no del imputado en
su producción.

IV. APRECIACIÓN DEL GRUPO SOBRE EL PRESENTE TEMA


- Consideramos que, mucho influye que los actores del proceso tengan que
ofrecer los medios probatorios en su etapa preparatoria, para que
posteriormente sean considerados en la etapa de juzgamiento en donde el
juez tendrá que considerarlos como pruebas en dicha etapa, es decir
considerar las pruebas como verdaderas, que les servirán para su
valoración en su etapa previa a la sentencia, donde la apreciara en base a
su sano criterios podrá considerarlas según hayan las partes tanto el fiscal
como los abogados de la defensa y el abogado del actor civil las hubieran
ofrecidos y argumentado las mismas para que el juez se cree una
convicción de las misma y pueda sentenciar, dándole su motivación a la
misma y obteniendo como sentencia favorable aquel que demostró a
través de su teoría del caso la inocencia de su patrocinado o en su caso el
fiscal la culpabilidad o inocencia del inculpado, del cual el juez los absolver
o sentenciara a una pena de acuerdo a la gravedad del delito en cual ha
incurrido el acusado.
- Podemos determinar que los mismos hechos por sí solos generan los
indicios, medios probatorios y posteriores a las contradictorias pruebas,
donde el juez llegara a la convicción de la existencia de un delito, lo que
hará que valore los indicios, medios probatorios y las pruebas para su
posterior apreciación y sana critica al momento de sentenciar.
- Ahora sobre el valor de la prueba indiciaria es igual al de las pruebas
directas. Entonces para efectos de sostener el resultado del raciocinio
judicial hay que tener muy claro que se debe previamente acreditar los
indicios; por eso el inciso 3.a del artículo 158 del Código Procesal Penal
fija como regla que el indicio esté probado con los diversos medios de
prueba.

V. DESARROLLO JURISPRUDENCIAL:
V.1. La  Casación 96-2014, Tacna, de fecha 25 de mayo de 2017, se publicó
en el diario oficial El Peruano, que establece como doctrina
jurisprudencial vinculante sobre la valoración de la prueba, que, en un
sistema de sana crítica la valoración de la prueba no se deja librada a la
íntima convicción del juez, al contrario, debe valorarla teniendo en
consideración las circunstancias cambiantes locales y temporales, así
como las particularidades del caso concreto, mediante una valoración
razonada, la que debe ser motivada, a través de criterios normativos que
sirven al juez en una actitud prudente y objetiva con la finalidad de emitir
juicios de valor.
V.2. El Tribunal Constitucional en el EXP N° 08459-2013-PHC/TC PIURA
JOSÉ JACKSON LOUIS LUJÁN IAZO. Recurso de agravio
construccional interpuesto por don Alexander Falcón Pérez a favor de
don Marco Antonio Figueroa Falcón contra la sentencia expedida por la
Primera Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte
Superior de Justicia de Lima, declaró infundada la demanda. En el
presente caso, el tribunal advierte confirmó también tiene una deficiente
argumentación por incurrir en el mismo error. En efecto, la sala
emplazada no ha argumentado ni explicado que pruebas de cargo
vinculan al favorecido con el delito de estafa y prueban su
responsabilidad. Tampoco se ha argumentado ni razonado por qué su
conducta (devolver el dinero a Ios agraviados) se subsume en el delito
de estafa. Consecuentemente, el tribunal estimo que las resoluciones
cuestionadas vulneran los derechos a Ia motivación de Ias resoluciones
judiciales y a la presunción de inocencia en conexidad con el derecho a
la libertad del favorecido.
V.3. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SEGUNDA SALA PENAL
TRANSITORIA R. N. N° 5378-2006 Cusco. Sustentado su sentencia
absolutoria únicamente en el peritaje efectuado soslayando el deber de
apreciar en conjunto todas las pruebas aportadas durante el proceso.
Que, la afirmación del procurador recurrente, respecto a que la Sala
Penal Superior al momento de emitir su pronunciamiento solo habría
merituado el dictamen pericial contable de fojas cuatrocientos sesenta y
seis, y no las demás pruebas actuadas durante el proceso, es un
argumento que no resulta cierto, puesto que, en el considerando noveno
de la sentencia recurrida el Colegiado Superior sí valoró todas ellas,
debiendo precisarse, que este tipo de exámenes especiales solo se
dirigen a determinar un posible perjuicio económico a la parte agraviada,
y no así, la responsabilidad o inocencia de Ios imputados, la que es de
exclusiva competencia del Juzgador valorando congruente y
concatenadamente todo el material probatorio.
V.4. Acuerdo Plenario N° 2-2005/CJ-116 del treinta de setiembre de dos mil
cinco, estableció como reglas de valoración de las declaraciones de
coimputados y agraviados, testigos, victimas las que se describen en los
párrafos 9 y 10 del presente acuerdo plenario. En consecuencia, dichos
párrafos con las prevenciones señaladas en el párrafo 11 constituyen
precedentes vinculantes.

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA:
Neyra, J. (2010). Manual del nuevo proceso penal & de litigación oral. Editorial
Moreno S.A. Lima – Perú.
Nieva, J. (2010). La valoración de la prueba. España, Madrid: Marcial Pons
Castillo, J. (2014). La motivación de la valoración de la prueba en materia
penal. Grijley. Lima, Perú.
Rosas, J. (2016). La Prueba en el Nuevo Proceso Penal. Lima, Perú: Ediciones
Legales EIRL.
Hernández, E., Salas, C., Arbulu, V., Pérez, J., Herrera, M., Chinchay, A.,
Benavente, H., Velásquez, P., Villegas, E., Espinoza, B., Pilfil, D. y
Vásquez, A. (2012). La Prueba en el Código Procesal Penal de 2004.
Lima, Perú. Gaceta Jurídica S.A.
Talavera, P. (2017). La prueba penal. Perú, Lima: Instituto Pacífico.
La Casación 96-2014, Tacna, de fecha 25 de mayo de 2017, diario oficial El
Peruano, Recuperada de https://img.lpderecho.pe/wp-
content/uploads/2020/07/Casaci%C3%B3n-96-2014-Tacna-LP.pdf

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