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Tema 17. La musealización de monumentos, zonas arqueológicas, lugares de interés etnológico, conjuntos, sitios y jardines históricos.

1. Delimitación conceptual y antecentes históricos.


La musealización de ámbitos urbanos históricos constituye uno de los temas más complejos conceptualmente y menos definido en la praxis en la
actualidad. En la última década, y al hilo de los cambios experimentados en la concepción teórica del museo, se han sentado las bases de la idea de
musealización urbana a partir fundamentalmente de la experiencia italiana.
Aún cuando pudiera parecer reiterativo, es necesario comentar como punto de partida, el actual planteamiento de Museo-Exposición-
Comunicación. La renovación museológica iniciada en los años 60-70 y consolidada en los 80 se ha plasmado en lo que se ha dado en llamar la
"nueva museologia", que se ha convertido en el vehículo dinamizador de la apertura del museo: junto a innovaciones museográficas han cuajado
de esta forma nuevos planteamientos de museos1.
Sin duda, aún cuando subsistan casos, conceptualmente el Museo se encuentra ya aislado del modelo decimonónico, heredero del coleccionismo.
Sin embargo, se retoma y se asume como algo principal la idea procedente de la Ilustración de la apertura al público de estas instituciones, la
difusión como elemento decisivo, el público como razón de ser de esta institución.
En esta línea, las definiciones de museo se extienden hasta otros ámbitos fuera de los tradicionales espacios físicos de estos centros.

La definición del ICOM hace extensivo lo musealizable a todo el Patrimonio Histórico y al natural 2. Esta idea se plasma en la filosofía legislativa de
nuestro país. Como muestra, la exposición de motivos de la Ley 2/84, de 9 de Enero, de Museos de Andalucía, contiene esa idea:
"Se entiende el museo como la institución en la que se recogen y conservan, con fines de investigación, disfrute y promoción científica, un amplio
conjunto de la actividad del hombre y su entorno natural, que son fundamentos indispensables para el conocimiento de la historia, la ciencia la
antropología y el arte".
"Un planteamiento ampliamente compartido es el que hay que superar la idea de museo como simple depósito de materiales y centro de
investigación reservado a una minoría. Por el contrario, debe incidirse en entenderlo como núcleo de proyección cultural y social con una
continua y decisiva función didáctica. En suma, considerarlo como ámbito de múltiples actividades y usos, siempre desde una aproximación viva
a la cultura"
Esta argumentación extensiva del concepto conlleva un cambio de mentalidad en la proyección social, superándose esa imagen tradicional de
museo como contenedor cerrado. Así, desde la "conservación in situ", los "ecomuseos", los "museos de sitio"... hasta la musealización de zonas
arqueológicas y monumentales, se intenta contextualizar el medio físico frente a la descontextualización extrema que presentan los objetos en un
museo.
Esta idea de musealización es conceptualmente extrapolable a la ciudad histórica, ciudad que presenta unas fuertes características patrimoniales,
contextualizables de la forma más general. De ese modo, la ciudad aparece como el museo más completo a la vez que complejo. Nos ayuda a
entender mejor globalmente lo cotidiano a través del conocimiento de una evolución que ha determinado la vida actual.
Los presupuestos teóricos de partida para formular el concepto musealización de la ciudad pueden concretarse en tres aspectos:
-La superación de la idea MUSEO DE LA CIUDAD, cuando la ciudad es un museo en sí misma, olvidando el obsoleto concepto de museo igual a
almacén. Esa idea aparece tras la Segunda Guerra mundial, y se concreta a partir de los años 60 en instituciones plurales e interdisciplinares, en
las que predomina una formulación historicista-cronológica, reflejo de la identidad y evolución de la ciudad3
-El MUSEO INTEGRAL. En 1972, la UNESCO organiza en Santiago de Chile una Mesa Redonda sobre EL PAPEL DEL MUSEO EN LA AMERICA LATINA
ACTUAL, en la que se realiza una revisión de la dimensión temporal en la concepción tradicional de museo. Se concluye una nueva concepción de
la acción de los museos: "el museo integral", propuesta que conlleva una clara intencionalidad de convertir al museo en una institución
plenamente integrada en toda la problemática de desequilibrio socio-económico y de injusticia del mundo contemporáneo. Entre otros puntos, se
establece que la institución debe participar en la formación de las conciencias de las comunidades, conectando el pasado con el presente para
aclarar los problemas actuales, y responder a las necesidades de la sociedad de conocimiento y disfrute de su patrimonio histórico y natural 4.
Estas conclusiones pueden aplicarse a múltiples contextos, entre ellos la ciudad.
-El MUSEO DEL TERRITORIO, como transgresión de los límites del museo tradicional, y ampliación del conjunto de bienes que tutela, no sólo
muebles, también inmuebles, y otro tipo de aspectos materiales e inmateriales 5.
La museografía italiana ha desarrollado desde hace tiempo esta versión del museo fuera del museo, de la “musealización de la ciudad”, como
muestra el excelente estudio realizado por FRANCO MINISSI y SANDRO RANELUCCI en su libro MUSEOGRAFÍA (1992). En este caso se pretende que
las estrategias museográficas aplicadas al tejido urbano funcionen positivamente en la revitalización socio-económica y cultural de la ciudad
histórica por medio de la activación de procesos de musealización ‘natural’. La propia ciudad se puede interpretar de este modo como museo
arqueológico; como museo de obras arquitectónicas, de espacios, de tejidos y ambientes urbanos; como museo de obras de arte; como museo de
la memoria, entendida ésta como recuerdo o evocación de personajes o acontecimientos históricos, culturales, o religiosos.
El punto de partida es el planteamiento de que la musealización de la ciudad equivale a su revitalización; en lo que se refiere a la ciudad histórica
propone un conjunto de operaciones de conservación y restauración sobre los bienes culturales, entre los que se incluyen múltiples factores
dentro de una concepción integral, como el paisaje y los valores medioambientales. Ello implica la reactivación socioeconómica de los cascos
históricos, utilizando técnicas museográficas que permitan su lectura histórica y evolutiva.
Así, implica revitalización, reactualización, vivificación del bien, en este caso la ciudad, como objeto de conocimiento y disfrute.
En su día, la crisis que afectó a la organización museal desembocó en propugnar la extensión del arte y la cultura a todos los ámbitos de la vida
cotidiana, desbordando los propios espacios museísticos. Se comenzó así a insistir en llevar el arte a la calle, abriéndose un amplio espectro de
nuevas posibilidades. En ese paso hacia un museo vivo y participativo se halla la ciudad como elemento ejemplificador.
La musealización tiene como objeto el conocimiento de la ciudad en sí misma. La ciudad es un museo vivo, un gran museo contenedor de un
conjunto patrimonial que se conserva y transmite a las generaciones futuras fuera de los ámbitos museísticos. Pero también se transforma, se
descontextualiza o, incluso, se destruye.
La función museal de preservar materiales del pasado - y presente - para educar y comunicar en el futuro es adecuadamente extrapolable a la
ciudad para el estudio de la interacción entre el hombre y su medio, utilizando el sistema didáctico para establecer y difundir esa relación con
muy diversas fórmulas.
Entendiendo la urbe como museo integral, vivo y dinámico, se concibe éste conceptualmente como muestra global de las distintas categorías del
Patrimonio Histórico. No se trata sólo de un conjunto de inmuebles destacados e individualizados, sino que nos encontramos ante un contenedor e
imbricador de múltiples aspectos derivados de la actividad humana y de su incidencia en este medio determinado, que con la adecuada difusión y
planteamiento didáctico constituye un fundamento indispensable para el conocimiento de la evolución histórica, medio-ambiental, etnológica,
etc., base a su vez para el entendimiento de la vida actual y base también de una rentabilización social.
Desde ese punto, no puede disociarse monumento de ciudad, teniéndose que entender desde el concepto de entorno: el monumento no es un
hecho aislado, sino que se concibe con los elementos urbanos a él asociados. Cuando los entornos de diversos monumentos llegan a unirse o se
superponen existe la interacción mútua monumento/ciudad. Se entiende así cada inmueble como micromuseo y la ciudad como macromuseo,
contenedor y articulador de un conjunto de intereses patrimoniales. Es una forma de contextualización frente a la descontextualización que
presentan los objetos en los museos tradicionales. Resta aplicar a este conjunto las medidas de tutela: protección y conservación, potenciación del
conocimiento a través de la investigación y la adecuada difusión, y escenificación de lo urbano.
De este modo, se hace imprescindible la necesidad de plantear la ciudad de forma integral, estableciendo medidas que contemplen su
funcionamiento como conjunto y no como la simple suma de edificios y otros elementos urbanos singulares a conservar aislados. Y también el
propósito de aunar dos realidades indisolubles: la urbana/arquitectónica y los restos arqueológicos que determinan la configuración de aquella.
El ejercicio de musealización ha de abordarse desde la conjunción de tres líneas indisolubles: el conocimiento-investigación, el debate conceptual
y la reflexión de futuro.
La relación de convivencia entre sociedad y legado patrimonial debe constituir un rico diálogo entre lo que nos muestra el monumento y la
comprensión particular que percibe el espectador en su contexto social. Incrementar esta comprensión, este nivel de conocimiento, hacerlo
accesible al espectador -especializado o no- debe ser uno de los objetivos de la musealización.
Una finalidad esencial de la musealización es el acercamiento del espectador a las claves del conocimiento del patrimonio. Hay que hacer posible
el diálogo entre el espectador y el monumento. El bien patrimonial muestra su fisonomía, algunos fragmentos de su memoria, e incita a seguir el
diálogo en el recuerdo de las cosas olvidadas, en la motivación de sensaciones, en el acercamiento a la comprensión de su realidad histórica.
En suma, la musealización establecería una puesta en valor de la ciudad con criterios y técnicas derivadas de la extensa y contrastada experiencia
de la institución museo.
Aplicando la filosofía de la Tutela de los Bienes Culturales (concretada en cinco puntos fundamentales: Conservación, Protección, Investigación,
Gestión y Difusión) ha de tratarse la ciudad igual que una institución museística, con la única salvedad de que al constituir un elemento vivo hay
que utilizar mecanismos acordes con sus características. Un aspecto principal es el de planificar y establecer un programa general: interpretar,
musealizar, establecer a nivel conceptual la línea argumental que imbrique todos los aspectos.
La musealización de espacios abiertos rompe y trasciende los límites físicos pero no los conceptuales.
CÓRDOBA es un paradigma de ciudad donde aplicar la teoría de musealización de la ciudad. Por sus especiales características patrimoniales, puede
concretarse un modelo urbano cultural, con potenciación de importantes aspectos socioeconómicos producto de la difusión de su patrimonio.
En los últimos años, se está produciendo en algunas ciudades un fenómeno de planificación urbanística en el que se contempla especialmente la
distribución de espacios culturales, elegido por ciudades concretas como símbolo de las mismas:
-Como antecedente de esta idea podemos remontarnos a la la ciudad ilustrada. CARLOS III planea “LA COLINA DE LAS CIENCIAS” con un museo de
ciencias y un jardín botánico, tratándose de recuperar la zona sur de Madrid a través de una avenida donde se situaran esos elementos urbanos7.
-Otro ejemplo sería THE NATIONAL MALL de Washington. Tras la Guerra de Independencia se planifican tres grandes avenidas formando triangulo;
la principal, THE MALL, es de inmensas proporciones y conforma un amplio eje con organismos de carácter cultural e institucional: la National
Gallery, el Museo del Espacio, el Museo de Historia, etc8.
-Existen otros muchos ejemplos de planificación urbana con carácter cultural que van desde los parques monográficos de EE.UU. a la rehabilitación
integral de pueblos o villas para instalar ecomuseos.
-En PARÍS se crean dos grandes nuevos núcleos museísticos en LA VILLETE.
-Una experiencia interesante es la de FRANKFURT, núcleo de comunicaciones, con dos grandes líneas de organización urbana de los museos: la
RIBERA DEL RIO MENO con un avanzado eje de importantes centros y galerías de exposición, y los museos puntuales del casco urbano, de un
carácter más general y tradicional. La rehabilitación del centro urbano con museos, galerías y centros culturales proporcionan un elemento vivo de
máxima actualidad a la ciudad.

-En ese mismo orden de cosas se encuentra Berlín, con su MUSEUMINSEL, uno de los mayores complejos museológicos del mundo9.
-Otro ejemplo sería la ciudad de SOFÍA con un urbanismo contemporáneo que coexiste en armonía y de forma natural con monumentos
arqueológicos de distintas épocas, tras la reconstrucción efectuada después de la Segunda Guerra Mundial.
-Y, como no, el tan difundido caso de BILBAO y el GUGGENHEIM
Por su parte, los MUSEOS ARQUEOLÓGICOS DE SITIO constituyen la experiencia más numerosa y conocida: se trata de unir yacimiento y museo.
El MUSEO ARQUEOLÓGICO Y ETNOLÓGICO de CÓRDOBA contiene en sus zonas interiores los restos del imponente teatro de Colonia Patricia
Corduba -en estudio actualmente-, bien que se une a las colecciones y al edificio que las alberga constituyendo un conjunto patrimonial cultural
complejo, reflejo de la misma esencia de lo que es la ciudad de Córdoba. Esta institución se perfila como el elemento articulador de las distintas
realidades patrimoniales de la ciudad. Para la comprensión de las mismas, se hace necesario la articulación de un discurso explicativo generado
desde el museo. La actualización permanente del discurso histórico- arqueológico de la ciudad es una función a asumir por este museo, con
coherencia conceptual y formal.
Así, se convierte en el centro que provee el discurso conceptual que articule las distintas realidades patrimoniales de la ciudad, las ponga en
relación con los materiales que contiene y establezca los puntos del guión explicativo de la lectura histórica urbana habría que establecer, como ya
se ha señalado, una planificación que perfile distintos ejes con puntos museísticos o centros de interpretación coordinados, los cuales rentabilicen
el patrimonio y racionalicen el uso urbano. Desde una concepción globalizadora de hacer inteligible la lectura histórica, hay que huir de las
actuaciones parciales e inconexas: habría que trasladarlas a un programa medido y actualizado que relacione unas y otras.
En Córdoba existirían distintos programas a relacionar; dejando a un lado las iglesias, la arquitectura civil y otras realidades patrimoniales, la
arqueología centra la función referida. Sin olvidar que musealizar implica la salvaguarda de todos los valores patrimoniales no sólo materiales,
también los intangibles, los que crean el medio: el trazado viario heredado, el urbanismo y parcelario, el tipo de tráfico vial, los patios como
elemento fundamental de regulación climática, la contaminación acústica, atmosférica, etc., incluso el especial ecosistema del Guadalquivir
alrededor del "puente romano" y los molinos de origen islámico: los "Sotos de la Albolafia", donde se aúnan los valores naturales e históricos.
Algunos de los programas que integrarían el discurso, susceptibles de musealización serían, entre otros:
-La evolución urbana y las pervivencias históricas que configuran la ciudad actual.
-La actuación que contempla el Plan Especial del Casco Histórico, creando una terraza en la Cuesta de Peromato , especie de mirador para
reconocer la topografía del teatro -Los restos arqueológicos del teatro romano
-El Templo romano de la C/ Claudio Marcelo
-Los mausoleos del Paseo de la Victoria como ejemplo de la arquitectura funeraria romana
-Las Murallas
-La Zona Arqueológica de Cercadilla
-La Ruta de los baños islámicos
-Las casas islámicas del s.XII conservadas en el Huerto del Palacio de Orive.
-La iglesia de Santa Clara, con la mezquita y la iglesia bizantina.
-La Ruta de los alminares y antiguas mezquitas.
-La Mezquita
-Catedral, necesitada de forma urgente de un tratamiento integral en cuanto a investigación, conservación, difusión y gestión por medio de la
creación de una Comisión Técnica Asesora, de un equipo interdisciplinar de gestión , investigación e intervención, de la programación de proyec tos
de investigación, y de una puesta en valor que contemple de forma integral todos los valores de este complejo bien cultural.
-El Palacio Califal, creando su centro de interpretación
-La Sinagoga y la Judería. Existe una especial necesidad de rentabilización social y puesta en valor de este elemento en relación al ámbito de la
Judería como núcleo espacial concreto y definido temáticamente.
Estos constituyen tan sólo algunos de los ejemplos de elementos presentes en esta ciudad, suceptibles de musealización dentro del comentado
programa global.
El análisis de estos elementos conduce en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba, dentro de su Programa Museológico, a la potenciación
de determinados aspectos culturales en base a la relevancia de las colecciones y a las etapas históricas más representativas.
Se establece así la selección temática por un argumento histórico desarrollado y condicionado por un ámbito espacial definido: Córdoba. A esto se
une un básico hilo conductor del discurso museográfico: la ciudad. La organización urbana sería un aspecto a primar por su importancia y
significación, como elemento articulador históricamente del territorio en los períodos de mayor eclosión cultural y representativos de la misma,
constituyendo el hilo conductor argumental de los grandes bloques temáticos presentados en el museo.
Por último, y dentro del mismo concepto de musealización de la ciudad, el museo se consolida como instrumento educativo de cara a la sociedad en
dos principales vertientes. Una, la divulgación y el conocimiento de los restos materiales del pasado y su interpretación histórica. Y la segunda,
implicar al ciudadano en la protección y conservación del Patrimonio Histórico como bien social, ya que previamente ha conocido por medio de
la exposición para qué sirve la recuperación del mismo. Se trata de que el ciudadano asuma este patrimonio, lo viva y lo acrecente para su
trasmisión a las futuras generaciones.
Genéricamente, el planteamiento se reduce a una simple pero importante finalidad: conocer la historia y la evolución del espacio urbano para
comprender el presente y afrontar el futuro, estableciendo las pautas fundamentales del tipo de ciudad que queremos, asumiendo que las ciudades
históricas proporcionan por su escala y configuración una calidad de vida inigualable. Para que la ciudad no se construya a golpes de intereses
fragmentarios es imprescindible la planificación a todos los niveles, no sólo de planeamiento urbanístico, también en los aspectos tantas veces
reiterados de investigación, conservación, protección y difusión
En cualquier caso, la musealización requerirá el esfuerzo de elegir un camino de futuro, una dirección de trabajo, un mensaje a transmitir. Un
futuro que precisará de otro camino y otro mensaje; el espectáculo sobre el que se trabaja es el mismo, los espectadores serán otros".
Un caso de interés para el tema propuesto en este epígrafe es el de ciudades con un patrimonio arqueológico significativo. En ciudades Patrimonio
de la Humanidad como MÉRIDA, el peso del legado romano marca la imagen de la ciudad. El MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO es un
excelente ejemplo de museo de sitio que contextualiza y posibilita la prolongación del recorrido museográfico hacia el conjunto monumental del
teatro y anfiteatro romanos. Pero por otra parte, la propia ciudad entendida como yacimiento o ciudad romana, está siendo objeto de la
aplicación de una metodología museológico-museográfica e interpretativa justificada y avalada por la ampliación del concepto de museo
contenida en la definición del ICOM.

Concretamente se engloba en el término CONJUNTO URBANO, SITIO O CONJUNTO ARQUEOLÓGICO, tratándose además “de espacios
patrimoniales en los que se investiga, se documenta, conserva, comunica y exhibe, con el testimonio original como referente directo”. Resulta
interesante el objetivo basado en propiciar la integración de los monumentos y restos arqueológicos en el tejido urbano de la ciudad entendido
como un continuum espacio-temporal, a través de circuitos de visitas guiadas que conectan los vestigios monumentales y los diversos períodos
entre sí, y de forma compatible con la vida cotidiana de la propia población residente y su acceso al disfrute del patrimonio20.
Este es también el caso de la VILLA VIEJA de MÉRTOLA, en Portugal. Se trata de un Proyecto de Museología Local, intervención y recuperación
social y patrimonial del centro histórico (Villa Vieja). En este caso el propio pueblo es el museo, un espacio donde se articulan hallazgos
arqueológicos romanos e islámicos importantes, calles, volúmenes, arquitecturas, espacios públicos, materiales construcción, que constituyen los
objetos museales...“La museografía no puede concebirse ajena a la rehabilitación urbana. En este contexto, se comprende fácilmente que el
principio que ha presidido el proyecto “Mértola, Vila Museu”, es el de la polinuclearización, es decir, instalar los diferentes espacios
museográficos en puntos distintos del centro histórico, organizados de forma temática, y en la medida de los posible, en el lugar del hallazgo o en
un espacio relacionado directa o indirectamente con el objetivo pedagógico pretendido”21. De este modo, los museos, se entremezclan con
monumentos e hitos –castillo, iglesia-mezquita, casa romana, barrio islámico, acrópolis romana y otros- conservados in situ dentro de un itinerario
urbano, que permite realizar una lectura espacio-temporal de la villa antigua.
La asociación entre políticas culturales y museísticas y políticas urbanísticas tendentes a la revitalización de zonas deprimidas o abandonadas ha
contado con múltiples ejemplos reseñables en las últimas décadas. El MANCHESTER MUSEUM OF SCIENCE AND INSDUSTRY, se configura como el
núcleo revitalizador de un conjunto industrial desmantelado, en el marco de una operación de recualificación urbanística de los barrios
portuarios de Castlefield y Salford Quays. Se trata de una iniciativa mixta que comprende la ubicación de varios museos y centros culturales,
llegando a generar un segmento amplio dentro de la trama urbana mediante la ocupación de diver- sos edificios históricos industriales y un trazado
de línea ferroviaria.
2. La musealización del territorio
El territorio posee valores patrimoniales dispersos. En los últimos años es habitual la puesta en marcha de planes y políticas de planificación
territorial dirigidos a promover nuevas alternativas de desarrollo. Dentro de estos planes un papel prioritario para aspirar a un desarrollo
equilibrado y sostenible del territorio rural lo constituye la explotación del patrimonio in situ y la creación de museos. Este planteamiento
coincide con posturas ideológicas críticas hacia los modelos del desarrollismo urbano y con actitudes proclives a valorar aspectos como la
ecología, el medio ambiente o los valores autóctonos. Pero también con el auge del turismo cultural y de interior que busca recrearse en estos
destinos y puede proporcionar una dimensión más comercial al fenómeno.
La conservación de la identidad comunitaria o la memoria colectiva es una de las bases ideológicas que presiden muchas actuaciones . La
conciencia de que el patrimonio territorial, al igual que el paisaje, es un “constructo cultural”, el producto de una evolución histórica sobre un
medio natural transformado, tanto funcional como estéticamente. Puede parecer paradójico, pero en el momento en que asistimos a una mayor
transformación del paisaje por la tecnología contemporánea, asistimos también a su ultraconservación o ansia de congelación museística.
Antes se ha hecho mención a la idea de “territorio-museo”. Según PADRÓ MIRÓ Y GARCÍA Esta idea parte de la concepción del territorio como
espacio físico en el que transcurre el tiempo, dentro del cual, el devenir de la historia lo va convirtiendo en un yacimiento cultural al sedimentarse
las aportaciones de las diferentes culturas que lo han habitado23. Una de las estrategias de interpretación de diversos elementos a escala
territorial será el de la tematización, es decir, bajo un tema o concepto común ordenar itinerarios y bienes articulando puntos de interés dispersos.
Los instrumentos con los que opera esta metodología de interpretación de un conjunto de bienes a escala territorial son, según M. Miró son los
siguientes:
 El centro de interpretación, de acogida e información. Es el lugar cerrado donde se recibe la información y la contextualización de
los valores patrimoniales del territorio y donde en ocasiones se exponen objetos procedentes del mismo. En ocasiones habría que
añadir museos que tienen que ver con el objetivo temático.
 Los ámbitos temáticos: conjuntos de bienes patrimoniales accesibles, organizados para “fabricar un sentido”: monumentos
diversos, arquitectura popular, elementos etnográficos, plásticos, paisajísticos, etc.
 Programas de animación: talleres didácticos, jornadas gastronómicas, festivales, excursiones....
 Dada la imbricación entre interpretación del patrimonio y turismo cul-ural, el “conjunto interpretativo” debe ser atractivo y
estimulante complementándose con servicios como alojamientos, restauración, tiendas, etc.24.
Las legislaciones que afectan a la ordenación del territorio y a la gestión y conservación del patrimonio están promulgando de manera generalizada
que el patrimonio cultural y los museos deben ser piezas clave de estrategias de regeneración social y económica rural y territorial, integrando
nuevas figuras como parques culturales, paisajes y espacios culturales, cuyo tratamiento afecta a unidades territoriales amplias y significativas por
sus valores paisajísticos y culturales. A menudo la estrategia generalizada será la creación de redes de conjuntos cultura- les, históricos o
arqueológicos a escala territorial, junto a la redacción de planes de intervención integrada para la protección y conservación de la arquitectura tradi-
cional y de los paisajes vinculados a la misma.
2.1. Tipologías museísticas relacionadas con el territorio
El territorio es el gran objeto de estudio patrimonial y objeto de aplicación de metodologías museográficas en una dimensión espacial-temporal,
tanto sincrónica como diacrónica, que conlleva, por tanto, la necesidad de cambiar y coordinar nuevos modelos de planeamiento y gestión
integral. El paisaje territorial está compuesto por pueblos, ciudades, obra pública, conjuntos industriales, restos arqueológicos, paisajes naturales,
elementos de naturaleza heterogénea- muebles, inmuebles, inmateriales, entre otros-, que conviven en un proceso cultural donde el cambio es
inevitable. A la hora de sintetizar algunos de los rasgos o reflexiones compartidos por las diversas temáticas y tipologías desarrolladas sobre la figura
de museo-territorio, podríamos destacar los siguientes puntos:
 La idea de conjunto de bienes dispersos y de itinerancia, lo que implica activar instrumentos de proyección y planificación,
creación de infraestructuras de comunicación y de servicios terciarios, junto a la articulación de un discurso narrativo que
proporcione sentido al conjunto.
 Vinculación de bienes naturales y culturales.
 Creación de redes que vinculen museos y otros bienes en un sistema disperso en el territorio.
 Programación basada en el museo tradicional: investigación, conservación y difusión.
 Museografía basada en la necesidad de rescatar el espíritu del lugar.
 Rehabilitación arquitectónica, de conjuntos, trazados viarios históricos y de paisajes en declive, junto a la inserción a veces de
arquitecturas de nueva planta.
 Relación entre monumento aislado y entorno circundante, entre dimensión espacial y temporal.
 Rentabilidad económica y social. El debate se centra en la necesidad de compatibilizar política cultural y política turística,
conservación y desarrollo turístico, lo cual no siempre y en todos los casos resulta fácil. El uso turístico se convierte en un
potencial riesgo de alteración de los sistemas sociales tradicionales, del entorno social y natural, y del propio patrimonio cultural .
La sostenibilidad se encuentra estrechamente relacionada con el logro de modelos turísticos integrados en la economía y la
sociedad local, respetuosos con el patrimonio urbanístico y con el medio ambiente25.
 Ampliación de los límites de lo museable al patrimonio inmaterial, como fiestas, tradiciones, entre otros.
2.2. Musealización del patrimonio industrial y etnográfico
El concepto de arqueología industrial nace en el Reino Unido en la década de los años cincuenta del S. XX ligado a la recuperación de su
patrimonio industrial, si bien los ecomuseos franceses ya mostraban la necesidad de conservar también poblaciones industriales en el ámbito rural
(Le Creusot). En zonas que contienen un patrimonio constituido por fábricas, hornos, vías ferroviarias, minas, maquinaria y otros elementos en
desuso, se restauran y rehabilitan estos bienes, creándose museos al aire libre que incluyen núcleos de población ligados a estas industrias. El
desmantelamiento de industrias ligado a procesos de recon- versión u obsolescencia funcional, genera grandes áreas en la trama urbana y el
territorio, cuya arquitectura es susceptible de rehabilitación para fines culturales, insertando sobre todo museos y centros de interpretación
destinados a la minería, la industria, la técnica, y/o centros de arte contemporáneo. La arqueología industrial como fenómeno que irrumpe en la
práctica museológica europea en los setenta ha generado una serie de problemas y reflexiones que, como señala MASSIMO NEGRI, abarcan una
dimensión física y conceptual novedosa, ya que hemos pasado de la exhibición de las grandes máquinas aisladas, objeto de la museografía de las
célebres exposiciones universales de fines del S. XIX, a la exhibición de elementos “anclados” en el territorio: infraestructuras o complejos como
canales, puentes, líneas ferroviarias...., además, de paisajes, como el de las cuencas mineras, o partes del tejido urbano dedicadas a usos industriales
(conjuntos fábricas, por ejemplo).
Son numerosos a su vez los proyectos nacionales e internacionales que han tenido como objetivo la conservación y rehabilitación de los espacios e
instalaciones de la minería con fines expositivos. Entre ellos destaca el ejemplo del conservación de los bienes in situ, se halla el IRONBRIDGE
GORGE MUSEUM (1973), mítico lugar cuna de la industrialización. Situado en el valle del Río Severn, incluye en su circuito el primer puente de
hierro de la historia (1779), y el primer alto horno alimentado con carbón de coque. En el Ironbridge, existe un excepcional patrimonio industrial,
arqueológico y arquitectónico que ha sido rehabilitado in situ, junto a poblaciones y paisajes del valle del río Severn. El primer objeto de la
colección es el propio puente conservado in situ y su relación con su contexto paisajístico y funcional.
Los objetos del museo -edificios, instalaciones y maquinaria- forman parte del paisaje del lugar, aunque hayan sido trasladados y reubicados unos
metros o kilómetros por necesidades del discurso expositivo. Al modo de los eco- museos, aspiran a la reactivación socio-económica de un área
rural. Como es habitual en este tipo de museos –objeto a veces de la crítica de la museología tradicio- nal-, se aplican técnicas de una museografía
didáctica y sensorial a través de pro- cesos de inmersión ambiental. El resultado es una puesta en escena desacralizada, cuya idea principal reside
en participar en una experiencia educativa a través de recursos lúdicos.
2.3. Paisajes, parques y espacios culturales
El concepto de “parque” se define como “una organización de interés público con vocación científica y cultural, responsable de un territorio
controlado y delimitado, conservado en su calidad de unidad representativa de tipos de naturaleza salvaje o humanizada, propicia a la
preservación de faunas y floras salvajes o domésticas, y cuya unidad constituye el hábitat permanente o temporal: parque natural. En tanto que
portador de hábitats humanos prehistóricos, protohistóricos o históricos abandonados, y que han pasado al estado de yacimientos, excavados o
no, en ruinas o no en la superficie del suelo: 2 parque arqueológico. Para conmemorar un monumento de la historia local, regional, nacional e
internacional en lugares que han sido su teatro de operaciones: parque histórico”27.
“Paisaje cultural”, frente a “paisaje natural”, implica la contribución humana, la transformación o modificación del paisaje por la actuación humana
a lo largo del tiempo. En el texto que recoge la CONVENCIÓN EUROPEA DEL PAISAJE (Florencia, 2000), se insiste en la consideración del paisaje
como un recurso favorable para la actividad económica, además de su contribución a la consolidación de la identidad de los pueblos . LAS
MEDULAS (León), entra dentro de esta categoría, resultado de los diversos procesos históricos acaecidos sobre el territorio dentro del marco
principal de la explotación minera de época romana28.
El PARQUE CULTURAL es en España una figura creada en la Comunidad Autónoma de Aragón. Según la ley de parques culturales aprobada en
Cortes aragonesas en 1997, “es un territorio que contiene elementos relevantes del patrimonio cultural, integrados en un marco físico de valor
paisajístico y/o ecológico singular, que gozará de promoción y protección global en su conjunto, con especiales medidas de protección para
dichos elementos relevantes”29. En esta musealización territorial es prioritaria la reactivación social y económica de comarcas en declive como las
de la montaña aragonesa, inmersas en procesos de despoblación, bajo nivel de renta o crisis de antiguas producciones. En estos momentos en la
Comunidad Autónoma de Aragón hay en marcha cinco parques culturales: Albarracín, Maestrazgo, Río Martín, Río Vero y San Juan de la Peña. Para
ello se ha creado una red de infraestructuras museísticas y de interpretación del patrimonio cuyo objeto es la puesta en valor de los recursos
patrimoniales existentes usando las tecnologías más avanzadas, e interrelacionando los bienes y recursos dentro de un marco geográfico dado,
sin olvidar servicios complementarios para el turismo como gastronomía, productos de artesanía, tradiciones festivas o la práctica de algún
deporte de aventura30.
El ESPACIO CULTURAL, es una realidad compleja con valores culturales y naturales, tangibles e intangibles, vinculados al territorio en que se
ubica.
La SIERRA DE ATAPUERCA comprende una serie de yacimientos parque-paleontológicos excepcionales para la investigación de la evolución
humana. En 1991 se encarga un Plan Director con el objetivo de su protección, investigación y difusión. Se crean en las poblaciones de Ibeas y
Atapuerca aulas arqueológicas que contribuyen a la comprensión del conjunto a través de la recreación de los aspectos más significativos del
enclave. En 1998 abre al pie de la sierra de Atapuerca el PARQUE ARQUEOLÓGICO ATAPUERCA que está formado por un pequeño centro de
interpretación donde se contextualiza la dimensión temporal y cultural del lugar a través de escenas que reproducen distintas etapas culturales
de la prehistoria y espacios para realizar actividades programadas. A su vez, en la programación se ha hecho hincapié en la protección y
conservación del espacio natural que sirve de soporte al yacimiento, la sierra de Atapuerca , estableciendo itinerarios para el senderismo,
explicando los cambios que ha experimentado el paisaje desde el momento de los hallazgos investigados, haciéndose eco de la visión integral de
patrimonio natural y cultural que se viene reivindicando desde el origen de la Nueva Museología.
Declarado por la Junta de Castilla y León ESPACIO CULTURAL DEL BIEN DE INTERÉS CULTURAL, SIERRA DE ATAPUERCA (2007), constituye el primer
espacio cultural declarado por esta Comunidad31.
2.4. Yacimientos y parques arqueológicos
La presentación del patrimonio arqueológico insitu a través de la musealización de yacimientos arqueológicos es una recomendación contenida
en diversos documentos internacionales como la CARTA INTERNACIONAL PARA LA GESTÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO (ICOMOS, 1990), y
el CONVENIO EUROPEO PARA LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO aprobado en La Valette en 1992.
En el caso español, desde hace una década aproximadamente, contrariamente a la situación previa limitada a la excavación e investigación
arqueológica, los yacimientos han sido instrumentos impulsados desde las administraciones públicas para contribuir al desarrollo sostenible del
territorio por medio de una política de creación de redes o sistemas de yacimientos, a veces emplazados en lugares alejados de los circuitos
oficiales de la cultura y el turismo cultural. La importancia del medio natural generalmente asociado a estos yacimientos se hace patente a través
de planes o proyectos que aspiran a la conservación del yacimiento dentro de su entorno paisajístico o medio natural -paisaje arqueológico,
parque arqueológico- entendido también como un elemento que dota de significado al lugar 32, permite extralimitar el recorrido museográfico
más allá de los muros del centro interpretación se presenten o no objetos originales, es decir, exista o no un museo de sitio , la exposición en estos
yacimientos, sitios arqueológicos o parques, está ligada al concepto de interpretación analizado anteriormente.
En consecuencia, se demandan no sólo contextualizaciones en el propio yacimiento, sino también la necesidad de proyectar un museo, aula
arqueológica o centro de interpretación donde explicar con claridad el contenido del yacimiento o zona arqueológica. Una característica común de
las presentaciones de estos enclaves, tanto al aire libre como en el interior de un edificio, consiste en el empleo de una museografía
eminentemente didáctica, que no duda en emplear profusamente textos, gráficos, dibujos, maquetas, diaporamas, réplicas, reconstrucciones,
escenificaciones de actividades del pasado, etc.
En la Dordogna francesa, la importancia cualitativa y cuantitativa de los hallazgos prehistóricos, ha conducido, desde los años setenta a una eficiente
recreación de ecosistemas paleolíticos. De este modo, las grutas y yacimientos originales, los museos -como el Museo Nacional de la Prehistoria de
Les Eyzies-de- Tayac-, los principales santuarios del arte parietal paleolítico -entre ellos Lascaux, la Madeleine, les Combarelles, le Moustier-, se
imbrican con parques de la prehistoria y otros centros de interpretación, articulando un auténtico y turístico “terri- torio de la Prehistoria”. Lo real, el
simulacro, el original y su réplica se combinan sin tensiones. En este contexto, aparecen en el valle de la Vezère - declarado patrimonio mundial dela
UNESCO-, los primeros sitios artificiales ligados a la prehis- toria, el Centro de Thot (1972), y el facsímil Lascaux II (desde 1973). Sobre este hecho,
hay que destacar que el valor de la copia o réplica es cada vez más aceptado en el mundo de determinadas temáticas museológica s, debido a
diversas razo- nes: por necesidades de conservación (necesidad de clausurar originales por los riesgos de deterioro irreversible al masificarse el
fenómeno de las visitas) y por motivos didácticos y lúdicos (al facilitar el aprendizaje, aumentar el disfrute al recrear un contexto). La investigación
de los yacimientos del territorio se hace compatible con una mayor divulgación del mismo para todos los públicos, acentuando el fenómeno de
desacralización del conocimiento, y aprovechando la rentabilidad económica vinculada al turismo cultural. Todo ello forma la base de la creación
de estas grandes infraestructuras o redes de patrimonio y museos a escala territorial cuyo principal atractivo es la presentación del patrimonio in
situ o dentro de un contexto.
2.5. Jardines históricos
Según la Ley de Patrimonio Histórico Español en su artículo 15, un Jardín Histórico es:
“El espacio delimitado, producto de la ordenación por el ser humano de elementos naturales, a veces completado con estructuras de fábrica, y
estimado de interés en función de su origen o pasado histórico o de sus valores estéticos, sensoriales o botánicos.”
Partiendo de esta definición, podemos decir que este tipo de jardines cuentan con una estructura arquitectónica y tienen cierta relevancia histórica
o tradición cultural. Es un Bien de Interés Cultural, lo que se conoce como BIC, y recibe por ello una consideración administrativa especial. Del
mismo modo, necesita ser conservado para que perdure, como cualquier otro tipo de BIC.
En Andalucía los ejemplos más conocidos son Los Jardines de los Reales Alcázares en Sevilla, también el parque de Maria Luisa, Los Jardines del
Generalife en Granada, del rey Moro en Ronda… todos ellos catalogados como BIC en su categoría de Jardín Histórico. Los jardines históricos son
una categoría dentro de la declaración más amplia de bienes de interés cultural.
El catálogo de jardines históricos es gestionado por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales a través de la Subdirección General de
Protección del Patrimonio Histórico mediante el Registro General de Bienes de Interés Cultural en el que también participan las distintas
comunidades autónomas españolas.
Por su parte, el Instituto del Patrimonio Cultural de España tiene la misión y funciones de restauración, investigación, documentación, formación y
asesoría en la conservación del patrimonio histórico en todo aquello no delegado a las Comunidades autónomas.
El Registro General de Bienes de Interés Cultural de España incluye un centenar de jardines de más de 13.000 monumentos.
2.5.1. Características de un Jardín Histórico
Los jardines históricos están destinados a ser vistos y recorridos, su acceso debe ser restringido en función de su extensión y fragilidad, de forma
que se preserven su integridad física y su mensaje cultural.
Las características fundamentales son:
 Es una composición arquitectónica cuyo material es esencialmente vegetal y, por lo tanto, vivo, perecedero y renovable. Por lo tanto es
cambiante a lo largo de los años y de las estaciones.
 Puede estar o no ligado a un edificio o monumento, pero en ningún momento puede desligarse de su entorno.
 Tiene un interés público, ya sea desde el punto de vista histórico o artístico.
 Tiene figuras de protección específicas. En España, los jardines históricos están declarados Bien de interés cultural.
 La protección de los jardines históricos exige que estén identificados e inventariados.
 Precisa intervenciones diferentes, a saber: de mantenimiento, de conservación y de restauración.
 El jardín histórico debe ser conservado en un entorno apropiado. Toda modificación del medio físico que ponga en peligro el equilibrio
ecológico debe ser evitada.
2.5.2. Legislación en España
Además de en la Ley de Patrimonio Histórico Español, la figura del jardín histórico se haya recogida en la legislación específica de las comunidades
autónomas de Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid, Baleares, Aragón, Canarias, Extremadura, Asturias, Castilla y
León y Navarra, donde los jardines históricos también son clasificados como bienes de interés cultural, en un apartado específico titulado jardines
históricos. En las de Galicia y Cantabria, su legislación hace referencia a los jardines y parques que tengan valor artístico, histórico, antropológico o
paisajístico. Finalmente, en La Rioja, los jardines históricos se clasifican como lugares culturales. Sin embargo, la Ley de Patrimonio Cultural Vasco de
1990, no establece ningún apartado expreso que haga mención a los jardines históricos.
2.5.3. Recomendación de la UNESCO sobre el Jardin Histórico.
Como no podía ser de otra manera, la UNESCO tiene una Recomendación destinada a favorecer la conservación de este tipo de bienes culturales.
Esta carta se conoce como Carta de Florencia y fue elaborada en 1981.
En esta recomendación se especifica que el jardín debe tener, además de un interés y valor histórico, artístico o cultural, un interés público. Como
siempre, el Patrimonio Cultural debe ser apreciado por la gente. De lo contrario deja de tener razón de ser.
Además, destaca el jardín histórico como “un lugar de deleite, propicio a la meditación […] un “paraíso” […] pero que da testimonio de una cultura,
un estilo una época y, en ocasiones, de la originalidad de un creador artístico. Una definición un tanto cursi pero en fin.
En la Carta de Florencia, se hace hincapié también en la necesidad de mantener, conservar, restaurar y recuperar este tipo de jardines, no sin antes
realizar los estudios previos, con el fin de que perduren en el tiempo y puedan ser disfrutados por la gente. Si te fijas, aspectos muy similares, por no
decir iguales, a las medidas a llevar a cabo con cualquier tipo de BIC, pero con sus peculiaridades, claro.
Entre los problemas generados de la gestión de estos jardínes históricos están su destrucción, bien sea por vandalismo o or dejadez y falta de
mantenimiento. Es necesario establecer una gestión apropiada de este bien, del mismo modo que con cualuqier otro tipo de Patrimonio, con el fin
de favorecer su accesibilidad, hacerlo visitable para el ocio y disfrute de la gente y tratar de abordar la Restauración para evitar su degradación. Otra
faceta importante radica en la difusión. Recuerda que el Patrimonio, si no se conoce, no tiene sentido.
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Mari angeles Layuno, UNIVERSIDAD DE SEGOVIA

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( 1 0 ) El Programa Museológico del Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba (redactores: Francisco Godoy Delgado y Ma Dolores Baena
Alcántara) es el fundamento del Proyecto de ampliación y rehabilitación del mismo, cuya primera fase -la actuación de ampliación- se prevee
comience en 1999-2000.

( 1 1 ) F. RIOBOO CAMACHO y M1 D. BAENA ALCANTARA, "En la ciudad como en el Museo". En: Patrimonio y dudad, Cuadernos V, Instituto Andaluz
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