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Fundamentos epistemológicos.

En el desarrollo de la primera parte se hace énfasis en la importancia de los postulados que


sustentan la epistemología y su definición como itinerario en el proceso de la construcción y gestión
del conocimiento. Todo ser humano tiene presente la reflexión, el interés por conocer, comprender
mejor el sentido y el valor de las ciencias, partiendo de una explicación clara del aporte de autores
y teorías más significativas en el desarrollo del pensamiento.

Desde sus inicios el ser humano siempre ha tenido la necesidad de preguntarse: ¿quién es?, ¿cuáles
son sus dimensiones como persona?, ¿por qué es importante el conocimiento para lograr
comprender una parte del todo? En este sentido, sin duda alguna necesita tener una visión integral
de sí mismo para relacionarse con los demás y lograr una mejor comprensión de la realidad según
lo que describe a continuación:

El hombre tiene muchos medios para progresar en el conocimiento de la verdad, de modo


que puede hacer cada vez más humana la propia existencia. Entre éstos destaca la filosofía,
que contribuye directamente a formular la pregunta sobre el sentido de la vida y a trazar la
respuesta: ésta, en efecto, se configura como una de las tareas más nobles de la
humanidad… El interrogarse sobre el porqué de las cosas es inherente a su razón, aunque
las respuestas que se han ido dando se enmarcan en un horizonte que pone en evidencia la
complementariedad de las diferentes culturas en las que vive el hombre. (Carta encíclica La
fe y la razón (Fides et ratio), Juan Pablo II, numeral 3).

Es importante conocer la filosofía de la ciencia y el propio ámbito de la epistemología y los diferentes


aportes relacionados con la teoría del conocimiento, pero lo esencial es reflexionar cómo influye el
desarrollo del pensamiento y los aportes de los diferentes modelos pedagógicos a partir de las
diferentes ciencias. Gevaert, J. (2008) al referirse a la certeza del ser humano respecto de la verdad,
el conocimiento y el pensamiento citado de Descartes, describe:

… la certeza fundamental del hombre, su verdad primera e indubitable es la conciencia


egológica que piensa al mundo: cogito, ergo sum (pienso luego existo). Esta verdad está en
el mismo hombre, esto es, en la persona individual que reflexiona sobre sí misma. Los
filósofos, sobre todo del siglo XX, no han dejado de criticar la inconsistencia de este
razonamiento. Además, el yo del cogito es un yo fuertemente empobrecido, un yo
abstracto. En el idealismo 3 Parte I: Fundamentos epistemológicos poskantiano se hace
plenamente visible la pérdida del yo. Kant había visto ya claramente que el yo de la
conciencia científica, orientada hacia el mundo, es un yo vacío y sin densidad real…
Asimismo, David Hume, señala que el yo es en el fondo, el resultado de múltiples
impresiones e ideas (interpretadas también éstas como una variante de las impresiones e
ideas). Así pues, ¿qué es el yo? Nada más que “una o colección de percepciones que se
siguen unas a otras con gran velocidad, en eterno movimiento. (pp. 29-30).

Los sentidos de certeza, verdad y conciencia parten de las diversas manifestaciones del pensamiento
humano que implica reflexión de la propia realidad personal con su entorno que asume el ser
humano desde sus percepciones, impresiones de lo que aprende y proyecta desde su existencia y
de las diferentes formas de concebir el conocimiento. En este mismo sentido, Gevaert, J. (2008)
señala que el conocimiento humano revela tres aspectos característicos de encarnación: está ligado
a los sentidos, a la palabra y a la praxis; lo explica así:

Entre el conocimiento sensitivo del hombre y el del animal no habría prácticamente ninguna
diferencia. El conocimiento intelectivo, por el contrario, sería privilegiado del hombre. No
hay en el hombre un conocimiento sensitivo totalmente idéntico al del animal, como
tampoco hay un conocimiento intelectivo puramente espiritual e independiente del cuerpo.
Por consiguiente, conocimiento sensitivo y conocimiento intelectivo no indican dos
conocimientos diversos, sino solamente aspectos verdaderos y reales de un único
conocimiento humano. El actuar y el obrar del hombre, creando una cultura concreta, es el
camino obligado del pensamiento. No es la praxis lo que constituye o determina a la verdad,
en el sentido de que el pragmatismo interpreta a la verdad. Se trata, por el contrario, de ver
que la verdad no puede conquistarse o poseerse fuera de una praxis determinada. El
conocimiento humano concreto forma una unidad inseparable de experiencia y de
pensamiento conceptualizante (pp. 149-180).

Al decir del mismo Gevaert, J. (2008:227) las palabras y los conceptos están vacíos sino interpretan
la realidad concreta. El conocer es un contacto concreto e inmediato con la realidad, no es algo
aislado del ser humano. Esto se explica desde la propia filosofía de la existencia; se emplea el
término existir para señalar precisamente esa comunión concreta y consciente con la realidad. El
significado propio del término experiencia es el que ha puesto de relieve la filosofía de la existencia
frente al conocimiento. Por lo tanto, la experiencia es un concepto muy amplio y lleva a muchas
interpretaciones, 4 Epistemología y fundamentos de la investigación científica pero precisamente le
corresponde a la filosofía establecer sobre la base de una reflexión crítica su verdadera apertura.

Para Abaggnano, N. (2010) el “conocer” entendido como teoría del conocimiento que se deriva de
la epistemología, la misma es denominada, asimismo epistemología o, con menor frecuencia,
gnoseología; sin embargo, a la luz de la producción filosófica más reciente, en todo caso, es
indudable que incluso un análisis filosófico en relación a nuestras posibilidades de conocer y de
nuestras adquisiciones cognitivas, inspiradas en la historicidad y la contingencia de tantos
problemas que transmite, aún mantiene una vitalidad intacta y la misma ambición cognoscitiva. (pp.
218-219).

En términos de Beuchot, M. (2016:51) es importante anteponer la ontología a la epistemología,


porque la ontología es conocimiento directo de la realidad, mientras que la epistemología es
conocimiento reflejo y de segundo orden, que ve los alcances y límites del conocimiento directo;
pero, al igual que lo dijimos en cuanto a la lógica (y la filosofía del lenguaje, que antes era parte de
ella), el orden expositivo, que es deductivo (contrario al inventivo, que es inductivo), lo exige así.

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