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David Hume
De una manera agradecida, doy gracias al Ser Supremo por la vida que me presta,
por su mirada puesta en mí, escogiéndome para ser parte de uno de sus elegidos por medio
de la llamada a la vida sacerdotal. Por la salud que me ha regalado y la capacidad
intelectual que me ha dado para descubrir con claridad mi misión en este mundo. A pesar
de las circunstancias y adversidades que forman parte de la existencia las he podido superar
con la gracia del Espíritu Consolador.
A mis padres por ser maestros en las enseñanzas de valores y principios éticos. Por
medio de ellos y por medio del diálogo con Dios en la oración he podido descubrir la
grandeza del misterio salvífico revelado a la humanidad. Doy gracias a ellos por los
momentos y espacios de consejo para conmigo buscando el bien como ser razonable y
cristiano, y mostrándome el mejor regalo como hijo: el Amor. A todos mis familiares por
apoyarme con expresiones positivas y valorativas, haciéndome ver que todo se puede
alcanzar con la unidad familiar.
A los sacerdotes, fieles laicos y seminaristas por formar parte de esta experiencia de
Dios. Gracias a ellos he podido adquirir un bagaje cultural de distintas áreas del saber
teológico y filosófico con la finalidad de dar una interpretación a la realidad. Por último al
catedrático en la materia presbítero Luis Caballero, por comunicarnos la enseñanza de una
autentica filosofía desarrollada en todos sus periodos y épocas.
Al abordar este tema considero que el conocimiento es uno de los rasgos más
importantes del ser humano, es decir, del hombre dotado de racionalidad, que lleva a que
este reflexione sobre las formas en que se relaciona con el mundo, con lo real y la manera
en que es capaz de ofrecer su argumentación. Es indispensable plantearse las siguientes
preguntas ¿Qué es el conocimiento? ¿Es posible el conocimiento? ¿Cuál es el origen del
conocimiento? (¿Proviene de la razón? ¿O de la experiencia...?) ¿Qué es la Verdad?
- Por una parte está el escepticismo este afirma que el conocimiento no es posible, o
mejor, no es posible saber si un conocimiento (un juicio, por ej.) es verdadero o
falso aun cuando éste lo sea. A esta corriente la clasifico como pesimista.
- Por otra parte está el dogmatismo viene del griego γνώμη (opinión), y se aplicó a
aquellos filósofos que sostenían una opinión "fundada en principios".
2
Alejandro Llano. Gnoseología. (Junio 1991). Ediciones Universidad de Navarra, S. A.
(EUNSA), pp. 19
“El concepto de verdad se relaciona estrechamente con la esencia del conocimiento.
Verdadero conocimiento es tan solo el conocimiento verdadero. Un conocimiento falso no
es propiamente conocimiento, sino error e ilusión. Un conocimiento es verdadero si su
contenido concuerda con el objeto mentado. El conocimiento presenta tres elementos
principales: el sujeto, la imagen y el objeto”3.
La cuestión del origen del conocimiento humano puede tener tanto un sentido
psicológico como un sentido lógico. En el primer caso: ¿Cómo tiene lugar
psicológicamente el conocimiento en el sujeto pensante? En el segundo caso: ¿en que se
funda la validez del conocimiento? ¿Cuáles son sus bases lógicas? Ambas cuestiones no
han sido separadas las más de las veces en la historia de la filosofía. Existe una íntima
conexión entre ellas.
Para una mejor comprensión del texto me es necesario ofrecerles algunos medios
del conocimiento:
En un tercer momento esta la Razón: Esta se sirve de los sentidos, elabora los datos
recibidos por ellos los generaliza y los abstrae, transformando la experiencia sensible y
singular en conocimientos que valen en cualquier lugar y tiempo.
Cuando tratamos el problema del origen del conocimiento queremos saber si todo
conocimiento se origina en la experiencia o en la razón; si el hombre viene de por sí dotado
de ciertos conocimientos o, por el contrario, requiere del concurso de las facultades
sensibles e intelectivas a la vez.
Para tratar de responder esta cuestión será necesario admitir que el ser humano tiene
la capacidad de conocer de alguna forma al objeto. Para explicar de qué forma se puede
conocer han surgido diferentes teorías sobre el origen del conocimiento.
El racionalismo: Esta postura sostiene que es el pensamiento, la razón, la fuente
principal del conocimiento humano. Para los racionalistas el conocimiento sólo
merece este nombre cuando es lógicamente necesario y universalmente válido.
Cuando juzgamos, a partir de la razón, que una cosa tiene que ser precisamente
como es y no podría ser de otro modo, y que así es siempre y en todas partes,
estamos entonces ante un verdadero conocimiento. Evidentemente, una forma
específica de conocimiento ha servido de modelo a la interpretación racionalista del
conocimiento y son las matemáticas, puesto que se trata de una forma de
conocimiento fundamentalmente conceptual y deductivo. En especial en la
geometría, todos los conocimientos se derivan de axiomas y conceptos supremos; de
manera que el pensamiento se desarrolla con absoluta independencia de la
experiencia, siguiendo sus propias leyes. Los planteamientos más antiguos del
racionalismo los encontramos en Platón, quien estaba profundamente convencido de
que la experiencia no puede llevarnos a un saber autentico; lo que proporcionan los
sentidos no es una Episteme, sino una Doxa, no un saber, sino una mera opinión.
¿Qué estudia?
La gnoseología se centra en el estudio de la naturaleza, origen, obtención y relación
del conocimiento en el ser humano, sin tomar en cuenta áreas de estudio particulares. Es
decir, se limita a determinar cómo el hombre es capaz de saber la verdad y la realidad desde
la interacción del sujeto y el objeto. Según la etimología de la palabra, esta deriva de los
términos griegos gnosis, que significa «facultad de conocer»; y logos que se refiere a
doctrina o razonamiento.
Características
Problemas de la gnoseología
La gnoseología considera los distintos problemas del conocimiento, los cuales son:
Posibilidad
Los filósofos cuestionan la posibilidad de conocimiento del objeto de estudio.
Origen
Plantea si el conocimiento se obtuvo por la experiencia o por la razón.
Esencia
Está relacionado con la interacción del sujeto y el objeto, a la vez que se pregunta cuál de
ambos tiene la verdadera importancia.
Justificación
¿Cuál es la diferencia entre creencia y conocimiento? Algo sería verdadero y conocimiento
si sus razones/justificaciones son fiables, válidas y fundadas. En caso contrario, sería una
opinión, convicción, creencia o fe.
d) Filosofía y Conocimiento
Al examinar estos dos ámbitos lo primero que debemos tener presente es las
nociones de filosofía y conocimiento, para obtener así una interpretación más argumentada
de nuestra realidad. Conocemos con el pasar del tiempo y de los estudios que el nombre
filosofía significa, en griego, amor a la sabiduría. Una antigua tradición cuenta que los
primeros pensadores griegos se llamaron sabios, y que Pitágoras por modestia, sólo quiso
llamarse amante de la sabiduría o filósofo: de ahí vendría el uso del término filosofía.
“Santo Tomas de Aquino cambia el nombre de sabio por el de filósofo, y el nombre de
sabiduría por el de filosofía”4. Ama a la sabiduría quien la busca por sí misma y no por otro
motivo; pues quien busca algo por otro motivo, ama a ese motivo más que a lo que busca.
El hombre posee un afán de conocer y esto lo lleva a plantearse interrogantes sobre las
cosas que lo rodean. “Puedo decir que la filosofía es el ejercicio del pensamiento humano
que lo lleva a dar una interpretación de la realidad” 5. “Ciencia de la totalidad de las cosas
por sus causas últimas, adquirida por la luz de la razón”6.
Por parte del conocimiento es difícil dar una definición verdaderamente esencial y
general del conocimiento. Considero que la dificultad está en superar la oposición entre el
conocimiento del mundo y la conciencia de sí. “El conocimiento es un acto, espontaneo en
cuanto a su origen, inmanente en cuanto a su término, por el que un hombre se hace
intencionalmente presente alguna región del ser”7. Yo pienso que el conocimiento es la
facultad del ser humano para comprender por medio de la razón la naturaleza, cualidades y
relaciones de las cosas.
4
Mariano Artigas. Introducción a la filosofía. EUNSA.
5
Jaime Hernández B, (2022).
6
Rafael Gambra. Historia sencilla de la filosofía. EDICIONES RIALP, S.A. MADRID
7
Cf. Maquart, Connaissance, Vérité et Objet formel, en “Revue thomiste” 1928
Conocimiento filosófico: Es el proceso de conocer a partir de la reflexión, del pensamiento
sin que intervengan factores de la realidad para ser probados. Dicho conocimiento está
fundamentado y apoyado en doctrinas del pensamiento epistemológico o teoría del
conocimiento.
Conocimiento técnico: que se obtiene del estudio de la manera como están estructuradas
las cosas; un teléfono, un televisor, un radio, una máquina.
En el sucesor de Kant, Fiche, la teoría del conocimiento aparece por primera vez
bajo el título de “teoría de la ciencia”. Pero ya en él se manifiesta esa confusión de la teoría
del conocimiento y la metafísica, que se desborda francamente en Schelling y Hegel, y que
también se encuentra de un modo innegable en Schopenhauer y Eduard Von Hartmann. En
oposición a esta forma metafísica de tratar la teoría del conocimiento, el neokantismo,
aparecido hacia el año setenta del siglo pasado, se esforzó por trazar una separación neta
entre los problemas epistemológicos y los metafísicos. Pero puso tan en primer término los
problemas epistemológicos, que la filosofía corrió peligro de reducirse a la teoría del
conocimiento. El neokantismo desenvolvió además la teoría kantiana del conocimiento en
una dirección muy determinada. El exclusivismo originado por ello hizo surgir pronto
corrientes epistemológicas contrarias. Así es como nos encontramos hoy ante una multitud
de direcciones epistemológicas.
¿Qué es la verdad? Ha sido una pregunta que se han formulado los filósofos de
todos los tiempos. “La verdad es la adecuación de la cosa y el entendimiento” 8. Podemos
mencionar dos características sobresalientes de esta definición: 1) en ella se expresa
formalmente la razón de lo verdadero, es decir, se realiza lo que la verdad es en su propia
esencia y 2) se trata de una definición que comprende todos los sentidos que puede tener la
verdad, que es extensivas a todos ellos.
La noción de verdad, en efecto, añade algo a la de ente, pero no como algo extraño a
él, porque al ente no se le puede añadir nada que sea como una naturaleza ajena, ya que
toda naturaleza es esencialmente ente. La verdad añade algo al ente, en cuanto que expresa
una formalidad un aspecto que viene expresado por la misma palabra «ente»: su interna
inteligibilidad. “El concepto de verdad presupone el de ente, se basa en él, está
implícitamente en él contenido”9.
8
Santo Tomas de Aquino. Sobre los planteamientos actuales acerca del problema de la
verdad
9
Alejandro Llano. Gnoseología. (Junio 1991). Ediciones Universidad de Navarra, S. A.
(EUNSA)
Consideremos primero tres definiciones de la verdad que no parecen satisfactorias:
la idealista, la sociológica y la pragmatista. A continuación se analizan las tres
concepciones.
b) La relación de adecuación
Es difícil hablar correctamente de la verdad. Lo primero que debemos de tener bien
claro es que la verdad es una relación entre la inteligencia y el ser. Reside primero en la
inteligencia en cuanto está conforme con el ser. Dice santo Tomas que la verdad designa
aquello hacia lo que tiende mi inteligencia. Hay que tener presente que la verdad esta
primero en la inteligencia y se dice de las cosas solo por derivación. “las ideas están en mi
10
Roger Verneaux. Epistemología general o crítica del conocimiento. (1997). Herder
Editorial, S.L., Barcelona
11
Roger Verneaux. Epistemología general o crítica del conocimiento. (1997). Herder
Editorial, S.L., Barcelona
como pinturas o imágenes”12. “las ideas son copias débiles de nuestras impresiones” 13. El
conocimiento es un ser intencional, distinto del ser natural que tiene el objeto y el sujeto. La
verdad del conocimiento no es, ni puede ser una conformidad física. La adecuación de la
inteligencia con realidad exige la diversidad natural de los dos términos: aequalitas,
diversorum est. La relación de adecuación que constituye la verdad es una correspondencia
entre la inteligencia y la realidad.
Cuando conozco algo yo poseo su forma, me «conformo», me adecuo con ello, pero
de un modo inmaterial, intencional. La conformidad veritativa es una adecuación
cognostiva. El entendimiento, cuando su acto goza de la propiedad de la verdad, adquiere la
misma forma que la cosa entendida tiene ya en si propia.
12
René Descartes
13
David Hume
14
Santo Tomas de Aquino
cambian, habrá nuevos juicios verdaderos. Significa que la verdad tomada formalmente no
cambia.
Verdadero es lo que es. Estos dos sentidos de la verdad se añaden, por lo tanto, al
de adecuación del intelecto y la cosa. La verdad se dice en tres sentidos fundamentales. 1)
Como conformidad del entendimiento con la cosa, 2) como conocimiento verdadero, 3)
como verdad de las cosas. La noción de adecuación esta, presente en las tres
significaciones. En la primera se considera en sí misma. En la segunda, se atiende a lo que
esta adecuación causa y en la tercera nos referimos a la cusa de la adecuación. La verdad se
encuentra de un modo más principal en el entendimiento que en las cosas. Los entes
causan la verdad, pero donde primariamente se encuentra la razón formal de la verdad es en
el entendimiento.
Humana Práctica
Especulativa
Inteligencia
Divina
La inteligencia humana práctica del artífice es causa del hacerse de las cosas
artificiales y es la medida de su verdad.
e) La verdad en el conocimiento
III. El empirismo
15
Lectura in Evangelium Joannis .cap. 18. Lect. 6. n. 11
tenemos experiencia, como epistemológico, es decir, que legamos al conocimiento después
de haberlo experimentado personalmente.
Así, pues, según los empíricos no existe la posibilidad de que un argumento sea
considerado completamente valido porque los datos que nos darán la experiencia siempre
serán tratados como probabilidades. Así no se usa el término de verdad sino que aparece la
fuerza inductiva es decir el grado de probabilidad que tiene una tesis de ser real. Dentro de
las características de la filosofía moderna empírica destacamos las siguientes.
Rechazo de las ideas innatas: según el empirismo, el ser humano no tiene ideas de forma
natural, sino que las va consiguiendo a medida que va viviendo en el mundo y por tanto va
acumulando experiencia.
El conocimiento procede de la experiencia propio: esta puede ser tanto interna como
externa, pero las propias vivencias en el mundo son las que nos darán nuestra base
filosófica y nos permitirán conocer mejor la naturaleza.
Importancia de los sentidos: a diferencia de los racionalistas, esta corriente promovía que
los sentidos y sensaciones eran la base del conocimiento porque este comienza con la
propia experiencia.
a) Thomas Hobbes
Nació en Malmesbury Inglaterra el 5 de abril de 1588 y que falleció el 4 de
diciembre de 1679, fue un filósofo británico que a través de su obra Leviatán estableció los
principios generales de la filosofía política moderna. Tuvo oportunidad de estar en contacto
durante los viajes con su tutor con grandes figuras de las ciencias como Descartes y
Galileo, entre otros.
El conocimiento
Hobbes es empirista en cuanto al problema del conocimiento y por su admiración
hacia la nueva ciencia y el método matemático usado en ella, su teoría posee rasgos
racionalistas. Para este filósofo el conocimiento de las ciencias físicas es solamente
probable, no absoluto; y su fisica es deductiva no experimental, a partir del análisis siendo
la parte más destacada de su doctrina, su teoría política. La naturaleza humana es solo
material, el hombre no tiene ni alma ni mente, ya que el que piensa y reflexiona es el
cuerpo y la característica esencial del ser humano es el instinto de conservación, el cual le
produce el conflicto con los demás.
Para solucionar este problema, Hobbes propone establecer un contrato social entre
los hombres, que obedezca a la razón y con el poder de un soberado absoluto,
comprometiéndose a renunciar a los derechos y la libertad que dio la naturaleza, en
beneficio de la paz y el respeto por la ley.
En lo que se refiere a las emociones humanas, para este filósofo, son solamente
movimientos del cuerpo provocados por los deseos, y en cuanto a la voluntad, no es libre
porque está determinada por los objetos externos lo cual genera el movimiento interior que
es el deseo.
Se puede decir que Hobbes es el principal exponente del absolutismo con una
concepción materialista del Estado, en el que considera una maquina política producida por
el hombre, la forma es contrato social que hace posible la vida en comunidad; y la energía
es el poder del soberano absoluto.
Su obra más conocida es el leviatán, donde expone su teoría sobre absolutismo,
sobre la base de un estado soberano totalitario, y sobre el presunto contrato social necesario
para la protección de las personas.
Dado que no hay ideas innatas ¿de dónde proceden las ideas? Según Locke todas las
ideas que hay en nuestro entendimiento/ razón proceden de la experiencia sensible. Por ello
nuestro conocimiento está limitado a lo que nos muestras los sentidos.
La noción de idea
Locke utiliza la noción de idea con el mismo significado que Descartes, es decir,
para referirse a las imágenes o nociones que nuestra mente tiene de las cosas es decir para
referirse a todo contenido mental. Las ideas son los objetos inmediatos de nuestro
conocimiento o dicho de otro modo los objetos que percibe de modo inmediato nuestro
espíritu/ mente, y entre tales objetos no solo están los conceptos abstractos sino también los
colores que vemos, el calor que sentimos, los deseos etc. Por tanto idea es todo lo que
percibe nuestra mente. Las ideas son pues representaciones mentales o imágenes que la
mente tiene, tanto de una realidad exterior a ella, como de sí mismo.
Clases de ideas
Ideas simples: son aquellas ideas no complejas que recibe nuestra mente a través de: La
sensación: (o experiencia de la realidad externa a la mente por medio de los sentidos):
como por ejemplos, colores, sabores, las formas de los objetos, etc.
Ideas complejas: son todas aquellas ideas que forma activamente nuestro entendimiento
combinando ideas simples, como por ejemplo, la de manzana, que está formada por las
ideas simples de color, sabor, olor, forma geométrica etc. Locke distingue tres grandes
clases de ideas complejas: las ideas que se refieren a sustancias (cosas) como la idea de
manzana u hombre; las ideas que se refieren a modos (propiedades o modificaciones
particulares de las cosas) como la idea de que esta manzana es reineta o la de que este
hombre es alto; y las ideas que se refieren a relaciones (conexiones existentes entre las
cosas) como la idea de que la manzana está en el árbol o la de que este hombre es hijo de
aquel.
La idea de sustancia
Vamos a detenernos en el análisis que hace Locke de la idea de sustancia. Tal idea
es compleja pues está siempre compuesta por una serie de ideas simples. Tomemos una
sustancia cualquiera como por ejemplo una manzana ¿Qué percibimos de ella, es decir, que
experiencia sensible tenemos de tal sustancia? Un cierto olor, una figura, un tamaño, un
olor, un sabor, una sensación suave al tacto etc., es decir un conjunto de ideas simples.
Pero ¿es la manzana solamente el conjunto de tales ideas simples? Locke piensa que no,
que es el olor, el color, la figura etc., no son la manzana, son el olor de la manzana, el color
de la manzana etc. Entonces ¿en qué consiste la sustancia de la manzana a la que
atribuimos esas cualidades que captan nuestros sentidos? Locke afirma que puesto que de
lo único que tenemos experiencia es del color (de la manzana) el olor (de la manzana) etc.,
hemos de concluir que no sabemos en qué consiste realmente la sustancia de la manzana,
sustancia que suponemos existe como simple imagen de las cambiantes cualidades
sensibles que percibimos. La sustancia por tanto es una realidad incognoscible utilizando
una expresión de Locke, es un no sé qué.
Impresiones e ideas
Locke había utilizado el término idea con el mismo significado que Descartes para
referirse a todas las imágenes que hay en la mente acerca de las cosas. Hume va a reservar
el término idea para referirse a una clase de percepciones de la mente, lo que percibe la
mente puede ser de dos clases:
Impresiones: son las percepciones que afectan con más intensidad a nuestra mente. Hay
impresiones de la sensación (percepción de colores, sabores, formas etc… de objetos que
están presentes a los sentidos) e impresiones de la reflexión (percepción de emociones,
deseos, sentimientos etc. Actuantes en el interior de la mente) pueden ser simples o
complejas.
Ideas: son las copias o huellas que en nuestra van dejando las impresiones una vez pasadas.
Son percepciones menos intensas que las impresiones. También pueden ser simples o
complejas. Hume niega que tengamos ideas innatas, como han afirmado los racionalistas.
Para él todas nuestras ideas proceden de alguna impresión anterior, es decir, son huellas o
copia de impresiones pasadas. Solo las impresiones poseen la claridad y distinción que
Descartes exigía a las ideas. Estas por el contrario según Hume son a menudo confusar y
su significado no es claro por lo que se hace necesario para saber que significan indicar de
qué impresión proceden. El significado de una idea remite siempre a la impresión que la
forma en nuestro espíritu/ mente. Por tanto, dice Hume, si encontramos alguna idea en
nuestra mente de la que no podemos indicar cuál es la impresión que la origino, hemos de
rechazarla, pues carece de significado y por tanto no se retiene a ninguna realidad que
puedan ser conocida, ya que es una idea falsa.
Tanto las impresiones y las ideas se pueden dividir en simples y complejas. Las
simples responden a una sensación, significan que no admiten división, por ejemplo, la
impresión de rojo que tengo ahora que la estoy percibiendo, o la idea de rojo que tengo
cuando pienso en el rojo percibido. Las ideas complejas, al contrario se pueden dividir en
partes por ejemplo la impresión de una manzana (su color, dureza y olor) son impresiones
de ideas complejas en algunos casos.
Estos conocimientos carecen de evidencia racional, pues aunque estamos muy seguros por
experiencia de lo afirmado en ellos, siempre nuestro entendimiento puede concebir lo
contrario sin contradicción. En fin son verdades de hechos, es decir, son conocimientos
cuya verdad se deriva de lo observado hasta ahora; para tales verdades no son
racionalmente necesarias, sino únicamente probables.
Critica a la causalidad
Es imposible conocer y demostrar a Dios pues de Dios aunque se tenga ideas estas
no se puede reducir a impresiones sobre todo cuando se niega el valor de principio de
causalidad que es un apoyo imprescindible de su demostración. En todas las pruebas de la
existencia de Dios se recurre a la causalidad: todo tiene su causa y por ello este mundo es
causado la de tener un hacedor.
George Berkeley fue “el pensador británico más importante de la primera mitad del
siglo XVIII”. Dedicado a un proyecto apologético en contra del materialismo, el ateísmo y
los librepensadores, Berkeley desarrolló una teoría del conocimiento nominalista y
fenomenista, llena de argumentos ingeniosos y de intuiciones que con posterioridad a él
seguirán preocupando e interesando a numerosos filósofos durante mucho tiempo.
En 1707 llegó a ser Fellow del College, y entre 1707 y 1708 redactó una serie de
apuntes (los Comentarios filosóficos) que contienen los rasgos fundamentales de su
proyecto filosófico. En 1709 publicó en Dublín el Ensayo para una nueva teoría de la
visión; al año siguiente, en 1710, publicó -a la edad de sólo 25 años- el Tratado sobre los
principios del conocimiento.
Avancemos de forma ordenada. Junto con Locke, Berkeley defiende que nuestro
conocimiento es un conocimiento de ideas y no de hechos. «Para cualquiera que examine
los objetos del conocimiento humano, resulta evidente que éstos son ideas impresas en los
sentidos en el momento actual; o ideas percibidas al prestar atención a las emociones y a los
actos de la mente; o por último, ideas formadas con ayuda de la memoria y de la
imaginación, uniendo, dividiendo o simplemente representando las ideas que habían sido
recibidas de manera originaria según los [dos] modos anteriores.» Por tanto, los objetos de
nuestro conocimiento son ideas. ¿De dónde provienen estas ideas? «A través de la vista -
responde Berkeley obtengo las ideas de la luz y de los colores, con sus diversos grados y
sus diferencias. Con el tacto percibo lo duro y lo blando, el calor y el frío, el movimiento y
la resistencia, etc., y todo ello en una cantidad o grado mayor o menor. El olfato me
proporciona los olores, y el gusto, los sabores; el oído transmite a la mente los sonidos en
toda su variedad de tonos y combinaciones.» Las ideas, pues, son sensaciones. Éstas
proceden de los sentidos.
Las ideas son sensaciones y los objetos son series o combinaciones constantes de
sensaciones. Siempre en opinión de Berkeley, no existen ideas abstractas, como por
ejemplo la idea abstracta de hombre, de extensión, de color, etc. Berkeley, en suma, pone
en tela de juicio la teoría según la cual la mente humana tendría la capacidad de abstraer, y
niega el valor de las ideas abstractas. Únicamente percibimos ideas. Y toda idea no es más
que una sensación individual. No percibimos al hombre, sino a este hombre; no tenemos la
sensación de color, sino de este color que posee esta tonalidad; de igual modo, no oímos el
sonido, sino este sonido. « ¿Qué son la luz y los colores, el calor y el frío, la extensión y las
formas, en una palabra, todo lo que vemos y tocamos, sino otras tantas sensaciones,
nociones, ideas o impresiones de los sentidos? ¿Es posible acaso separar, aunque sólo sea
mentalmente, una cualquiera de esas cosas, de la percepción? [...] Por lo tanto, ya que me es
imposible ver o tocar algo si no siento de manera actual esa cosa, también me es imposible
concebir en mis pensamientos una cosa o un objeto sensible distintos de su sensación o su
percepción.» Toda sensación es singular, no abstracta. No puedo tener la idea de triángulo
si al mismo tiempo no pienso en un triángulo escaleno, en un triángulo isósceles o en un
triángulo equilátero. «Hombre» es sólo una palabra: nuestros recuerdos, sensaciones o
imaginaciones -esto es, nuestras ideas- siempre se refieren a un hombre particular. Las
ideas abstractas son meras ilusiones; e ilusiones peligrosas, ya que inducen a ontologizar, a
crear substancias o substratos más allá de nuestras sensaciones. Nos empujan a concebir
mundos fantásticos de esencias (el hombre, el color, los cuerpos materiales, etc.), que se
presumen como reales. En esto consiste el nominalismo de Berkeley. Además, de esta
concepción extraerá conclusiones interesantes e influyentes, en contra de la filosofía de la
ciencia de su época. Dicho en pocas palabras: sólo conocemos ideas; éstas coinciden con
las impresiones de los sentidos; las impresiones sensoriales siempre son singulares, es
decir, concretas e individuales; por consiguiente, es errónea la teoría de Locke sobre la
abstracción; y se trata de un error grave, ya que genera la ilusión de que existen substancias,
esencias u otras cosas más allá de nuestras percepciones, como substratos de éstas.
En realidad, las ideas abstractas son ilusorias; todas las ideas son particulares.
Llamamos «general» a una idea particular cuando la tomamos y la utilizamos para
representar a todas aquellas ideas que se le parecen, y únicamente en ese caso. Empero, una
idea en general no es en absoluto una idea abstracta, una idea que habría de prescindir de
todos y cada uno de sus rasgos perceptibles con nuestros sentidos. No conocemos al hom-
bre, sino siempre a este o a aquel hombre; no conocemos la extensión, sino siempre a esta o
a aquella cosa extensa; no conocemos la casa, sino siempre a esta o a aquella casa, y así
sucesivamente. La realidad es que nosotros en cada caso poseemos sensaciones distintas,
concretas e individuales que al presentarse juntas de manera constante hacen que emerja la
idea de casa, de hombre, de río o de extensión. Hay que rechazar, por lo tanto, las ideas
abstractas de Locke. A ellas hay que atribuirles la creencia en substancias que existen con
independencia de nuestras sensaciones y que serían la causa de éstas. Ellas constituyen la
razón de esa «opinión curiosamente extendida» según la cual «las casas, las montañas, los
ríos, en definitiva, todos los objetos sensibles poseen una existencia, real o natural,
diferente del hecho de ser percibidos por el intelecto». Sin embargo, señala Berkeley, «por
grande que sea la certidumbre y el consenso con que hasta ahora se haya aceptado tal
principio, el que se proponga colocarlo en tela de juicio se encontrará -si no me equivoco-
con que implica una evidente contradicción. En efecto, ¿qué son, decidme, los objetos antes
enumerados, sino cosas que percibimos a través de los sentidos? ¿Y qué otra cosa podemos
percibir, que no sean nuestras propias ideas o sensaciones? ¿No resulta, acaso,
contradictorio el que una cualquiera de éstas, o cualquier combinación de éstas, pueda
existir sin ser percibida?» Una vez aceptado que todo nuestro conocimiento consiste en
sensaciones, se vuelve evidente que el criterio para afirmar que una cosa existe es que sea
percibida. No hay percepción de la nada. Sólo percibimos nuestras ideas o sensaciones. Por
tanto, carece de sentido hablar de cosas materia les que estén más allá de nuestras
percepciones. Del mismo modo, es inútil hablar de substancias no perceptibles, expresadas
mediante ideas abstractas, substancias que constituirían el sub-stratum de nuestras sensa-
ciones. Nuestro conocimiento está formado por sensaciones; la mente percibe sensaciones y
las combina. No va más allá de éstas y no puede ir más allá.