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Relacionismo y socialculturalismo
Racionalismo y método:
Las reglas de este método deben ser sencillas y asimilables por todos. De hecho el filósofo
racionalista consideró que con cuatro reglas bastarían:
– Primera regla: claridad y distinción: no debemos aceptar como verdad aquello que no sea
evidente, claro y distinto. En este primer paso hacemos uso de la intuición, la más mínima duda
sobre un conocimiento nos llevará a rechazarlo.
Segunda regla: el análisis: debemos dividir las dificultades que encontremos durante la
investigación tantas veces como sea preciso hasta la máxima simplicidad.
Tercera regla: orden y síntesis: con esta regla de lo simple pasamos a lo complejo a través de la
deducción, de este modo reconstruimos el orden de las ideas.
Cuarta regla: enumerar y revisar: finalmente debemos enumerar los elementos del análisis y su
orden para revisar todo el método y estar seguro de que no hemos omitido elementos ni reglas.
Aplicando este método, Descartes llegó a deducir la existencia del yo (cogito) como algo
indubitable y autoevidente.
El racionalismo es una corriente filosófica que se desarrolló en Europa continental durante los
siglos XVII y XVIII, formulada por René Descartes, que se complementa con el criticismo de
Immanuel Kant, y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la
adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la
experiencia, sobre todo el sentido de la percepción.
El racionalismo se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico
francés del siglo XVII René Descartes, quien decía que la geometría representaba el ideal de
todas las ciencias y también de la filosofía. Descartes aseguraba que solo por medio de la razón
se podían descubrir ciertas verdades universales, contrario en su totalidad a la idea que
manejaba el movimiento racionalista. A partir de aquellas verdades es posible deducir el resto
de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí
eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros
filósofos europeos, como el holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán
Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David
Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.
El catolicismo ejerció una gran influencia en Descartes a lo largo de toda su vida. Tras realizar
numerosos viajes residió en París desde 1625 a 1628. En 1649 fue invitado a acudir a Esto colmo
para impartir clases de filosofía a la reina Cristina de Suecia
Blaise Pascal
"Pascal creía que el progreso humano se estimulaba con la acumulación de los descubrimientos
científicos"
La última obra importante de Pascal fue Pensamientos sobre la religión y sobre otros temas,
publicada también en 1670.En los escritos de Pascal, que defienden la aceptación de un modo
de vida cristiano, se aplica frecuentemente el cálculo de probabilidades; argumentaba que el
valor de la felicidad eterna.
Pascal fue uno de los más eminentes matemáticos y físicos de su época y uno de los más grandes
escritores
Baruch Spinoza
Filósofo y teólogo holandés, considerado como el exponente más completo del panteísmo
durante la edad moderna.
Nació en Amsterdam el 24 de noviembre de 1632. Sus padres eran judíos emigrados de España
(su apellido Spinoza deriva del original español de su familia, Espinosa) a Portugal y, más tarde,
a las Provincias Unidas.
Durante cinco años residió en las afueras de dicha ciudad, puliendo lentes para vivir. Fue en ese
periodo cuando escribió su primer trabajo filosófico, Tractatus de Deo et homine ejusque
felicitate (Tratado acerca de Dios, el hombre y su felicidad), donde se prefiguran ya las líneas
maestras del que sería su sistema filosófico
Explicó la individualidad de las cosas, ya fueran objetos físicos o ideas, como modos particulares
de sustancia. Todos los objetos particulares son las formas de Dios, contenidas en el atributo
extensión; todas las ideas particulares son las formas de Dios contenidas en el atributo
pensamiento.
Leibniz nació en Leipzig en 1646. Desde su más temprana edad empezó a saciar su deseo de
saber, puesto que su padre era profesor de moral. Su formación fue autodidáctica; inventó el
cálculo integral , fue diplomático y fundó en Berlín la Academia de las Ciencias, luchó por la
unidad de las iglesias cristianas
Leibniz fue el primero en llamar el tratado racional de Dios, Teodicea, es decir, justificación de
Dios. Además de aceptar los argumentos tradicionales de la existencia de Dios, utiliza su propio
argumento, como es el a priori, que se basa en verdades eternas y necesarias.
La corriente racionalista ha sabido sumergirse en cada una de las circunstancias actuales, puesto
que es la razón la parte esencial del hombre que lo constituye como tal
La influencia de la razón, toca todos los ámbitos de la sociedad; a nivel político, económico,
educativo y religioso, es el intento del hombre por querer conocer el mundo y así mismo
conocerse sabiendo razonar correctamente estos aspectos que marcan la vida de un país.
El social culturalismo
El valor está dado por el momento histórico que está viviendo la sociedad. Al crear cultura se
crean valores. Representante: Herbert Marcuse
Herbert Marcuse
Biografía
Nació en Berlín, hijo de Carl Marcuse, un fabricante de productos textiles de origen judío
procedente de Pomerania y de Gertrud Kreslawskyun.
Herbert sirvió como soldado en la primera Guerra Mundial y participó en la revolución alemana
de noviembre de 1918.
En enero de 1933, el mismo mes de la toma del poder por Hitler, Leo Löwenthal (1900-1993)
puso en contacto a Marcuse con Max Horkheimer y sus colaboradores del Instituto de
Investigación Social, entre los que se encontraban Theodor W. Adorno y Erich Fromm.1 Debido
a las dificultades para continuar con el proyecto bajo el régimen nazi por su condición de judío,
Marcuse emigró a Suiza y ese año dirigió en Ginebra la sucursal del Instituto, que agrupaba a
quienes habían emigrado desde Frankfurt del Meno. Continuó rumbo a París, ya convertido en
un destacado teórico de la Escuela de Fráncfort.
En 1934 se trasladó a los Estados Unidos y continuó trabajando en Nueva York, en la Universidad
de Columbia, que había puesto a disposición una nueva sede para el Instituto de Investigación
Social. Obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1940. Durante la Segunda Guerra Mundial
trabajó para la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos (US Office of Strategic
Services), precursora de la CIA, analizando informes de estrategia sobre Alemania (1942, 1945,
1951).
En 1952 inició una carrera docente como filósofo político, primero en la Universidad de
Columbia y en Harvard, luego en la Universidad Brandeis desde 1958 hasta 1965, donde fue
profesor de filosofía y política, y finalmente (ya jubilado), en la Universidad de California, San
Diego. Trabajando como profesor en esta universidad participó activamente en los debates
sociopolíticos de las décadas de 1950 y 1960, en los que alcanzó tal notoriedad que se llegó a
hablar de las 3M: Marx, Mao y Marcuse. Fue amigo y colaborador del sociólogo e historiador
Barrington Moore Jr. y del filósofo político Robert Paul Wolff. Con posterioridad a la guerra, fue
el miembro más políticamente explícito e izquierdista de la Escuela de Frankfurt, debido a su
dedicación a aplicar políticas de emancipación, como la liberación de la mujer o las ideologías
juveniles a la primera Teoría Crítica. Empieza a ser consciente de las principales limitaciones
prácticas de la primera escuela de Frankfurt, y de la necesidad de perfilar las tesis sobre cultura
y sociedad, identificándose a sí mismo como marxista, socialista y hegeliano. Fue además un
referente teórico para los movimientos juveniles de protesta, como el movimiento hippie.
Pensamiento
Lo que Marcuse quería destacar era una culturalización de la teoría de la felicidad de Freud:
principio de realidad y principio de placer no tienen por qué ser opuestos si se consigue revelar
las causas de la infelicidad. Marcuse se opone a lo abstracto del pensamiento racionalista
cartesiano, que entiende al individuo como sujeto ideal, descartando el valor de lo corporal y de
lo erótico.Y precisamente estos dos factores son imprescindibles para analizar el paso del ser al
deber ser en lo cotidiano del ser humano. Esto coloca a Marcuse en una posición de vitalismo
integral, entendiéndolo como una actitud de liberación tanto individual como colectiva, sacar a
la luz lo más alejado de las convenciones, entendido por Freud como el "ello".
A pesar de identificar en el hombre una forma de sumisión mucho más desarrollada y difícil de
penetrar, Marcuse remarca los valores de la vanguardia en el arte cuando habla de Bertolt
Brecht o dice por ejemplo: "La lucha por hallar este medio, o más bien dicho la lucha contra su
absorción en la unidimensionalidad predominante, se muestra en los esfuerzos de la vanguardia
por crear un distanciamiento que haría la verdad artística comunicable otra vez" (Herbert
Marcuse, “El hombre unidimensional”, pág 96). Este distanciamiento que pretende realizar
Marcuse está marcado por la intencionalidad de alejar al ser humano del dominio que está
impuesto en toda la sociedad. Y pretende reorientar el rumbo de la cultura hacia el arte, hacia
lo estético.
Objetivos
Marcuse muestra un análisis muy profundo y duro en cuanto a los procesos de cambio, a pesar
de eso él reconoce "la posibilidad de alternativas" y los diferentes caminos y sobre todo la tarea
de la filosofía en este aspecto. Una nota al pie muy curiosa de su libro El hombre unidimensional
dice: “Todavía existe el legendario héroe revolucionario que puede derrotar incluso a la
televisión y a la prensa: su mundo es el de los países ‘subdesarrollados’” (Herbert Marcuse, El
hombre unidimensional, pág. 101, nota 14). Pero la pretensión de hacer posible el
distanciamiento a través del arte para evitar la dominación, muestra claramente un problema
que impide utilizarlo como medio de evasión. Según Marcuse, el arte es capaz de sacarnos de la
vida diaria, nos hace ver la realidad de otra forma porque nos coloca en otra posición. Sin
embargo, el arte está distanciado, pero no separado de la realidad porque está mercantilizado,
por lo tanto, no se puede utilizar como medio de evasión porque está bajo el control de la clase
dominante, como el resto de los ámbitos de la sociedad.
En diferentes pasajes se evidencia su idealismo que luego se traduce a su militancia política. Esta
contradicción es reconocida por Marcuse, quien vivió en una eterna disputa teórica acerca de la
interrogante fundamental de si la sociedad tenía la posibilidad o no de cambiar desde adentro
y por tanto de trascender el statu quo. Está clara la existencia de esperanza en su pensamiento,
aunque el análisis de la realidad y los acontecimientos se contrapongan a este tema. Para ilustrar
esta contradicción, en sus conclusiones sobre el "hombre unidimensional" Marcuse cita al final
una frase de Walter Benjamin que dice lo siguiente: "Sólo gracias a aquellos sin esperanza nos
es dada la esperanza" (Herbert Marcuse, “El hombre unidimensional”, pág 286)
En la era presente, se han invalidado las fronteras entre la psicología por un lado y la filosofía
social y política por el otro, gracias a la condición actual del hombre. Por eso en Eros y civilización
hace uso de categorías psicológicas, ya que antes los procesos psíquicos, antiguamente
autónomos e identificables ahora están siendo absorbidos por la función del individuo en el
estado, por su existencia pública. Por lo mismo los problemas psicológicos se transforman en
problemas políticos: el desorden privado refleja más directamente que antes el desorden de la
totalidad, y la curación del desorden personal depende más directamente que antes de la
curación del desorden general. La psicología puede ser elaborada y practicada entonces como
una disciplina especial tan sólo en tanto la psique pueda mantenerse a sí misma contra el poder
público, en tanto la vida sea realmente deseada y construida por sí misma, y afirma Marcuse,
que si el individuo no tiene ni la habilidad ni la posibilidad de ser para sí mismo, los términos de
la psicología llegan a ser los términos de las fuerzas sociales que definen la psique.