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48. El debate ético-político en Sócrates y los sofistas

0. Introducción

En la segunda mitad del siglo V a. C. se produce una reorientación del


foco de interés de la filosofía: los pensadores de la época aparcan la
investigación de la physis y centran su atención en cuestiones
relacionadas con el ser humano, con la educación, la política y las
costumbres. "Numerosas son las maravillas del mundo, pero la más grande de las
maravillas es el hombre". proclama Sófocles en su Antígona

1. Los sofistas

Causas de su aparición:
Las causas de este " giro antropológico" fueron, entre otras, el
fracaso de la filosofía presocrática y el nuevo escenario socio-político
creado por la democracia en Atenas.
Los primeros filósofos se habían ocupado de la physis. Éstos
buscaban el arjé de todo lo existente. Pero cada uno de ellos había
identificado ese arjé con un elemento o elementos distintos, por lo
que sus respuestas a la pregunta por el origen y la naturaleza , del
universo físico eran distintas e, incluso, mutuamente excluyentes.
Esta diversidad de respuestas acabó provocando una cierta
desconfianza acerca de la capacidad de la razón humana para
conocer la naturaleza íntima de todo lo real, e hizo que la filosofía
dejara a un lado la investigación de la physis, para centrarse en la
reflexión acerca del hombre. Puesto que no parecía posible conocer
plenamente la constitución del mundo físico, se trataría ahora de
comprender el mundo humano. "El hombre más que el mundo, llenaba el
pensamiento de los hombres", nos dice el profesor Ramón Xirau. Y sigue "y
los sofistas son los primeros filósofos que debemos calificar de humanistas"
Como decimos, en esta reorientación del foco de interés de los
filósofos también desempeñó un papel destacado el nuevo escenario
creado por la democracia ateniense.
"Los sofistas eran maestros de los hombres de estado y de los futuros políticos" dice
Xirau.

La educación.

La novedad de la enseñanza sofística es la idea según la cual la areté o


virtud podía obtenerse para la vida pública y privada, con esfuerzo y
ejercicio, por medio del aprendizaje, es decir, sin necesidad de ser
noble (concepción homérica). Como consecuencia el significado de la
palabra areté sufrió una modificación en su época: pasó de ser
concebida como un don natural a significar la “habilidad y el conjunto
de técnicas para triunfar en la vida”.
Los sofistas representan un nuevo tipo de pensador, muy diferente
del filósofo presocrático. Son profesionales del saber: poseen una
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cultura muy amplia y transmiten a los demás sus conocimientos y,


para escándalo de los atenienses, cobraban por ello
Ofrecían conocimientos generales sobre física, geometría, leyes,
música, etc.; es decir, prácticamente, sobre todos los temas.
Ahora bien, como su objetivo era preparar a los ciudadanos
para una participación exitosa en la vida pública, sus enseñanzas se
centraban en la oratoria (arte de hablar con persuasión), la retórica
(arte de construir bellos discursos) y la erística (técnica de discutir
que busca vencer, y no convencer, al contrincante).

Escepticismo y relativismo.

Los sofistas renunciaron a conocer la verdad; reconocen la


incapacidad del hombre para alcanzar un conocimiento absoluto de la
realidad. El carácter práctico del conocimiento sofístico implica una
visión pragmática y utilitaria de la verdad: sólo es verdadero aquello
que sirve para conseguir alguna finalidad práctica.
La mayoría de los sofistas eran grandes viajeros y habían tenido la
oportunidad de comprobar que las creencias religiosas, los principios
morales y las organizaciones políticas variaban de una cultura a otra.
Por eso no es extraño que se plantearan la naturaleza de estas
creencias: lo bueno y malo, lo justo e injusto, etc. varía de unas
sociedades a otras y de unos momentos históricos a otros, pues son
relativos a las mismas sociedades y al momento concreto que viven.
Sin embargo queremos hacer una lectura positiva de este
escepticismo cognoscitivo. otra vez recreamos las palabras del
profesor Xirau: "Muchos sofistas fueron escépticos, pero el escepticismo, la duda,
prepara el camino para que se encuentre la verdad".

doctrina ético-política

En la sociedad estamental anterior al nacimiento de la Filosofía, la


palabra nómos significaba costumbre, norma de conducta o ley
(humana), y tenía un fundamento religioso: las normas y las
instituciones se fundamentaban en la voluntad de los dioses. En los
filósofos naturales, todas las leyes estaban fundamentadas en la
naturaleza misma (phýsis); en caso de mal funcionamiento de las
leyes, las causas de su disfuncionamiento se atribuían a un desajuste
en lo que se refiere a la naturaleza de las cosas. Con la democracia y
la llegada de la sofística la palabra nómos pasó a significar convención,
norma o contrato, en contraposición a phýsis. Las leyes o instituciones
políticas son acuerdos o convenciones humanas, y por consiguiente,
nada impide que puedan ser modificadas.

Los sofistas defendieron el carácter convencional no sólo de las


instituciones políticas, sino también de las normas morales. Para
llegar a esta afirmación los sofistas contaron con una doble
argumentación: por un lado, la falta de unanimidad acerca de lo que
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es bueno y malo en las distintas culturas conocidas; y , por otro, las


conclusiones derivadas de comparar las normas morales vigentes con
la naturaleza humana. Los sofistas utilizaron al niño y al animal como
objetos de observación para dilucidar lo que verdaderamente es la
naturaleza humana. Sus conclusiones fueron que hay dos normas
naturales de comportamiento: la búsqueda del placer y el
dominio del más fuerte. Si las normas morales atentan contra
estos principios, se puede decir que la moral vigente es antinatural.
No hay, pues, ninguna verdad universalmente válida, cada cual tiene
derecho a seguir su arbitrio y sus inclinaciones, y si las leyes y las
costumbres de la pólis se lo impiden, eso constituye una lesión de ese
derecho natural, una coacción que nadie está obligado a aceptar.
Para Calicles(éste aparece en el dialogo platónico llamado "Gorgias"),
la sociedad no quiere que el hombre actúe según sus deseos
naturales y han inventado una serie de frenos que llamamos leyes.
Estas leyes han sido un invento de los más débiles para oponerse al
dominio de los fuertes.

1.1. Algunos sofistas

1.1.1 Protágoras de Abdera (+480a.C.)

Protágoras es quizá el primero autodenominarse con el término


sofista. Su tesis más conocida afirma que “el hombre es la medida de todas
las cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son”.
Al haberse perdido el marco de referencia, un libro titulado “Acerca
de la verdad”, no hay consenso unánime en interpretar estas
palabras, pero hay acuerdo en reconocer que se está exponiendo un
programa relativista del conocimiento cuyo límite es la experiencia
humana.
El relativismo implica la identificación del ser con la apariencia. Es
una proclamación del fenomenismo: lo que me parece, es.
En el "Protágoras", Platón nos presenta a nuestro sofista exponiendo
sus opiniones ético-políticas. "Si la verdad absoluta no existe nadie piensa
erróneamente". Por eso la ciudad ha de organizarse a partir del consenso
entre distintas opiniones igualmente legítimas. La cultura no forma
parte del equipamiento natural del hombre. Es la necesidad, a través
de una visión evolucionista del progreso, la que genera la cultura.
Con respecto a la educación, ésta debería tener muy presente las
tradiciones éticas del Estado, de manera que se pudiera así garantizar
su perpetuación.

Por lo que se refiere al problema teológico, el pragmatismo, el


empirismo y el escepticismo son las principales características del
pensamiento de Protágoras. En el fragmento de su obra "Acerca de
los dioses", nos dice “Acerca de los dioses yo no puedo saber si existen o no, ni
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tampoco cuál sea su forma; porque hay muchos impedimentos para saberlo con
seguridad: lo oscuro del asunto y lo breve de la vida humana” Esta tesis refuerza
la idea de Protágoras como un pensador profundamente escéptico.

1.1.2. Gorgias (+483)

Gorgias se mueve en el mismo clima intelectual que Protágoras, pero


sus opiniones son más radicales. Otorga una importancia suprema a
la palabra, pero afirma que el lenguaje no manifiesta la realidad:
mantiene un escepticismo lingüístico. Como citas de Gorgias nos han
quedado estas de su libro Acerca del no ser: “Que nada es, que si
algo fuera, sería incomprensible y si la pudiéramos comprender no la
podríamos comunicar”. Con palabras del profesor R. Xirau "Para
Gorgias, afirmar que nada existe consiste en decir que nada existe fuera de la
sensación"

Hay quien ha visto un cierto matiz nihilista, "en la medida que pone a la
nada como fundamento del todo" De todos modos Gorgias negaría la
identificación parmenídea entre ser y conocer. Realidad y lenguaje
son dos cosas distintas. La palabra para Gorgias no es portadora de
significación intersubjetiva, pero sí que es un instrumento de dominio
a través de la persuasión y la retórica. A través del lenguaje se puede
mantener cualquier postura.

Desde el punto de vista político, Gorgias defenderá la democracia en


Atenas y también un cierto ideal panhelénico que explicitaba en sus
exhortaciones a la concordia entre los griegos. No en vano afirma que
“las victorias sobre los bárbaros suscitan cantos de alabanza, las victorias sobre los
griegos llantos fúnebres”.

1.1.3 Hippias de Elide.(+449 a.C.)

Activo hacia finales de s. V, propuso un tipo de conocimiento


enciclopédico, enseña el arte de la memoria (mnemotécnica). Daba
mucha importancia al estudio de las matemáticas y de la naturaleza,
porque pensaba que el conocimiento de la naturaleza era
indispensable para una buena conducta en la vida, que debe seguir,
precisamente las leyes de la naturaleza, más que las leyes humanas.
"La naturaleza une a los hombres, mientras que la ley, con frecuencia los divide" Así
la ley será tanto más regresiva en tanto más se oponga a la ley
natural. La ley natural es necesaria, las leyes humanas son
contingentes.

1.1.4 Antifonte de Atenas.(+480 a.C.)

Los dos tratados más importantes de los que tenemos noticias, se


titulan "Sobre la verdad" y "Sobre la concordia".
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Explica que todo es uno para el logos y por tanto nada existe de
forma individual para los sentidos ni para el conocimiento humano.

Identificaba el mundo de la verdad con la naturaleza y el mundo de la


apariencia, el humano. De esta forma, ante la convención que
representan las leyes, éstas pueden ser transgredidas. "pues las
exigencias de las leyes son accidentales; las de la naturaleza, en cambio son
necesarias" y otro fragmento nos dice "Transgredir las leyes, sin conocimiento de
aquellos que las han convenido, no merece castigo; en cambio si se descubre si"

Para la construcción de la propia humanidad, Antifonte postula la


necesidad de alcanzar la libertad e igualdad humana, superando los
apetitos individuales.

2. Sócrates.(+470a.C.)

Sócrates no escribió nada. Conocemos su figura, muy compleja, a


través del relato que nos hacen de él en las obras de sus discípulos,
Platón y Jenofonte.

a. Saber y virtud

Sócrates se propone descubrir el verdadero saber, el saber sobre la


esencia de las cosas por la cual se afana en una actividad incesante
con sus contertulios. No le basta con que los hombres obren
rectamente, sino que conviene que sepan también por qué lo hacen.
Lo que hay en el fondo de la filosofía de Sócrates es la idea del
“saber”. Pero esta concepción del saber socrática no guarda
separación entre virtud y conocimiento, no hay distinción entre ser y
obrar. No se concibe un saber sin virtud, ni una virtud sin saber.
Su gran idea era la transformación y restauración de la vida moral de
la sociedad, de la polis, por medio de la ciencia.

b. El método socrático

Según Aristóteles, Sócrates aportó dos grandes adelantos a la


filosofía: la definición universal y el razonamiento inductivo.
En oposición al individualismo y relativismo de los sofistas, Sócrates
buscó definiciones universales que contuvieran una verdad necesaria
y válida para todos los casos. La búsqueda socrática de la definición
no comporta un simple proceso lógico, sino que quiso que
constituyera una sólida roca para la regulación del comportamiento
ético y la negación del relativismo de los planteamientos de los
sofistas. Si encontramos una definición universal de justicia, pensaba
Sócrates, encontraremos un fundamento sólido para enjuiciar los
comportamientos éticos tanto individuales como comunitarios.
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El método socrático usó del razonamiento inductivo con el fin de


llegar, a partir de situaciones concretas, a definiciones universales.
Su puesta en práctica consistía en entablar una conversación con un
interlocutor al que interrogaba por las ideas tenía sobre un tema
determinado. En el transcurso de la conversación, Sócrates iba
poniendo trabas a los intentos de definición de su acompañante que,
a su vez, modificaba su antigua definición por otra nueva. De este
modo se avanzaba hacia una definición más perfecta.

Podemos diferenciar dos momentos dentro del método socrático: la


ironía y la mayéutica. Gracias a la ironía Sócrates llevaba a su
interlocutor al reconocimiento de la propia ignorancia sobre el tema
que se trataba. Con la segunda parte del método, la mayéutica,
Sócrates intentaba que el interlocutor diera a luz aquellas ideas
verdaderas que, sin saberlo, tenía a su disposición.

c. Contenido de la doctrina socrática.

El principio general de la ética socrática es que toda virtud se


fundamenta sobre el verdadero ser. Todos sus esfuerzos se
encaminan a restaurar la moralidad mediante el saber. Para llegar a
una verdadera moralidad es preciso, que el hombre obtenga su
norma de conducta a partir de un saber claro y seguro, mas este
principio es formulado con un exclusivismo unilateral: el saber no es
sólo condición indispensable y medio auxiliar para la verdadera
moralidad, sino la totalidad de la misma; si falta este conocimiento en
la base de cualquier acción, por muy virtuosa que haya demostrado
ser, será rechazada por Sócrates.

Sócrates no tenía el propósito de ofrecer una exposición sistemática


de las actividades morales. Desarrollaba sus ideas en torno a casos
determinados según se presentaba la ocasión, tal como podemos leer
en los diálogos platónicos.

d. Dimensión política de Sócrates

Ya hemos dicho que la mayoría de los sofistas fueron viajeros


desarraigados. Sócrates por el contrario destacó por su clara
conciencia ciudadana.

Sócrates pensó y vivió para Atenas, ciudad de la que nunca salió


salvo para cumplir sus deberes como ciudadano. La legalidad de su
propia ciudad era, para Sócrates, como algo digno de ser conservado
y por lo que había que luchar.

Los enfrentamientos que Sócrates mantuvo con los sofistas se


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debieron, sobre todo, a la consideración de las doctrinas de éstos


como disolventes y corrosivas de la moral tradicional. Las críticas
sofísticas al nómos generaron desarraigo ciudadano. La recuperación
de los lazos entre individuo y Polis es planteada por Sócrates a partir
de la conciencia individual de los ciudadanos ya que la tarea de hacer
mejor la ciudad pasa por hacerse mejor a uno mismo. Es pues, un
compromiso personalizado de cada ciudadano pues, para Sócrates, la
virtud está en el interior de uno mismo, de ahí el “conócete a ti
mismo".

Podemos entender los lazos que unieron a Sócrates con la pólis


ateniense al modo de una religiosidad interiorizada, fuertemente
cívica y legalista, que contempla los asuntos de la naturaleza, justicia
y de la política como asuntos del saber. Por esa razón algunos
autores hablan del intelectualismo socrático.

e. Conclusión: Sócrates y los sofistas

La interrelación de ambas tendencias ha sido investigada en múltiples


direcciones durante las últimas décadas. Mientras que antes existía
acuerdo unánime en considerar a Sócrates como el gran adversario
de los sofistas, en la actualidad esa tendencia ha cambiado. Hegel
fue el primero en considerar que Sócrates compartía con los sofistas
la tendencia al relativismo y la reflexión. Guthrie fue más lejos en
sus consideraciones sobre la supuesta oposición entre la filosofía
socrática y la sofística: "si para definir a los sofistas nos atenemos únicamente a
la significación histórica de la palabra, es decir, a aquel maestro público que pretende
formar a la juventud para la vida práctica, entonces Sócrates podría ser calificado
también como tal".

En cualquier caso es una idea contraria a la verdad histórica oponer la


figura de Sócrates con los sofistas, como si aquel representara a la
verdadera filosofía y éstos a la falsa, como el bien contra el mal, etc.

E. Zeller, en cambio, afirma que no pueden colocarse en la misma línea el


escepticismo de pensadores como Protágoras y Gorgias y la filosofía conceptual
de Sócrates, ni compararse la proposición sofista de Protágoras según
la cual el hombre es la medida de todas las cosas, con la demanda socrática
que exhorta a obrar de acuerdo con la propia convicción, ni hacer
caso omiso de la superficialidad retórica de los antiguos sofistas y la
peligrosidad y falta de carácter científico de la ética posterior. A los
sofistas les falta precisamente aquello en que se funda la grandeza de
Sócrates: la orientación hacia un saber de validez universal
objetivamente verdadero y el método para llegar a él. Los sofistas
saben poner en entredicho todo lo que antes se tenía por verdad,
pero no saben señalar un camino nuevo y más seguro para llegar a
ella.
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4. Bibliografía:

-Reale G. y Antíseri D.(2007) Historia de la filosofía. San Pablo


Bogotá
-Melero A.(2002) Los Sofistas: testimonios y fragmentos. Gredos
Madrid.

-Xirau R.(2011) Introducción a la historia de la filosofía. Unam


México.

-Tovar A.(1999) Vida de Sócrates. Alianza Editorial. Madrid.

-Zeller E. (1991) Sócrates y los sofistas. Gredos Madrid


-Guthrie W. K. C.(1990) Historia de la filosofía Gredos. Madrid.

-CALVO, T.(1986) De los sofistas a Platón: política y pensamiento,


Madrid: Cincel

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