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INTEGRANTES:
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INTRODUCCION
Esta revisión pretende mostrar una generalización del concepto de cultura organizacional
y la evolución cronológica en los métodos de medición utilizados en los estudios
empíricos que la definen, temática que está introduciéndose fuertemente en
Latinoamérica y de la que muchos autores presentan aportes de gran valor en su estudio.
Para ello, se hace un recorrido desde la simple observación y análisis, hasta la elaboración
de instrumentos especializados que sean apropiados para el nivel requerido en cada
eslabón de la historia, funcionales para distintos sectores económicos (hotelero,
construcción, educativo a nivel básico y de pregrado, entre otros), y apropiados para
medir la relación con variables particulares en las organizaciones (liderazgo,
colectividad, Total Quality Management, gestión y demás), para de esta manera, conocer
el instante tecnológico en el que se está y hacia dónde se quiere llegar en investigaciones
sobre cultura organizacional.
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La estructura del presente trabajo parte de un acercamiento al concepto de cultura
organizacional tomando como referencia sus principales precursores. Posteriormente, se
revisan los estudios fundamentales sobre la medición de la cultura organizacional, se
identifican las dimensiones o factores críticos de medida y algunos aspectos importantes
del trabajo de cada autor. Y, por último, se finaliza el trabajo con algunas conclusiones
de importancia sobre el tema.
OBJETIVO GENERAL
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OBJETIVO ESPECÍFICO
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MARCO TEÓRICO
Con el paso de los años, han sido muchos los intentos del hombre por elevar la
productividad en todos los campos laborales, y de esta necesidad tan apremiante es como
fueron surgiendo progresivamente distintas escuelas que con ideas y filosofías diferentes
buscaban una respuesta acerca de esta problemática. El concepto de cultura
organizacional influye en la productividad, por eso ha adquirido gran importancia dentro
de las organizaciones y se ha vuelto objeto de estudio de diversos autores.
Este concepto se fue generando a partir de los diversos aportes de la Escuela de las
Relaciones Humanas de la Administración, comenzando con una serie de experimentos
en los cuales se trataba de investigar cómo afectan los factores ambientales y las
condiciones físicas al desarrollo del trabajo. Estos estudios fueron realizados en la fábrica
Hawthorne de Western Electric, por un grupo de investigadores, entre los que se
encontraba Elton Mayo. Sin embargo, el concepto de cultura organizacional se va
desarrollando a finales de los años setenta con Pettigrew (1979, p. 574), quien la describe
como ''el sistema de significados públicamente y colectivamente aceptados operando para
un grupo determinado en un tiempo dado''.
Tal concepto influye en Dandridge, Mitroff y Joyce (1980), quienes introducen el término
''simbolismo organizacional'', con el cual aluden a que un análisis de los símbolos y sus
respectivos usos traerá consigo una comprensión completa de todos los aspectos de un
sistema. Por ende, se estudiará mejor la cultura organizacional a partir de la revelación
profunda de los aspectos de una organización.
Posteriormente, aparecen Schwartz y Davis (1981, p. 33), que afirman que la cultura
organizacional es ''un patrón de las creencias y expectativas compartidas por los
miembros de la organización. Estas creencias y expectativas producen normas que,
poderosamente, forman la conducta de los individuos y los grupos en la organización''.
Concepto ampliado, años más tarde, por Barney (1986), quien agregó que es posible
convertirla en una ventaja competitiva.
Luego de un par de años, aparece Schein (1983, p. 14) manifestando que una cultura
organizacional depende de un número de personas que interactúan entre sí con el
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propósito de lograr algún objetivo en su entorno definido. Por lo que define la cultura
organizacional como ''el patrón de supuestos básicos que un determinado grupo ha
inventado, descubierto o desarrollado en el proceso de aprender a resolver sus problemas
de adaptación externa y de integración interna, y que funcionaron suficientemente bien a
punto de ser consideradas válidas y, por ende, de ser enseñadas a nuevos miembros del
grupo como la manera correcta de percibir, pensar y sentir en relación con estos
problemas''. Cabe anotar, que esta definición es la más difundida y aceptada en los
estudios de cultura organizacional y Schein la utiliza para escritos posteriores en relación
con el tema.
En la década de los ochenta, muchos autores aportaron detalles a las definiciones antes
mencionadas; Martin y Siehl (1983) explican que la cultura de una organización puede
sufrir cambios espontáneos, ya sea intencionados por la gerencia, o por causa de
subculturas que podrían ayudar a reforzar la cultura principal. Wilkins (1983) describe
que la cultura es el comportamiento acostumbrado de las personas y la manera en cómo
ven el mundo (historias, lenguaje y costumbres), de ahí que a partir de diversos análisis,
Wilkins y Ouchi (1983) expresen que la cultura es difícil de cambiar.
De igual manera, Denison (1996, p. 624) apoya ideas anteriores y menciona que ''el
significado es establecido por la socialización de una variedad de grupos identificados
que convergen en el lugar de trabajo''. Tal diversidad es descrita por Martin (2002) en una
publicación en la cual menciona que las manifestaciones culturales generan patrones de
significado que mantienen a la organización a veces en armonía, en conflictos entre
grupos y hasta en relaciones de ambigüedad, paradoja y contradicción.
En pleno siglo XXI se encuentra el aporte de Azevedo (2007) citado por Leite (2009), el
cual se refiere a la cultura organizacional como el único factor que diferencia las empresas
sostenibles, debido a la complejidad, singularidad y el silencio que se maneja, lo que hace
que se vuelva muy difícil de duplicar o imitar.
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un clima de compañerismo, y al mismo tiempo, de entrega en el trabajo favorable a su
nivel de producción (Soria, 2008).
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Concepto de cultura
1979
Simbolismo Organizacional
1980
1981
Schwartz y Davis
1982
Schwartz y Davis, afirman que la cultura organizacional es ''un patrón de las creencias y
expectativas compartidas por los miembros de la organización. Estas creencias y
expectativas producen normas que, poderosamente, forman la conducta de los individuos
y los grupos en la organización''.
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El concepto de Shein
1983
1985
Shein: Propone tres ángulos ligados distintos, pero ligados entre sí para el estudio de la
Cultura: Artefactos y creaciones, Valores y creencias fundamentales. Dos enfoques de la
Cultura organizacional
1990
1991
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Denison
1996
Denison apoya ideas anteriores y menciona sobre la cultura organizacional que ''el
significado es establecido por la socialización de una variedad de grupos identificados
que convergen en el lugar de trabajo''.
2017
"La cultura no es aprendida de forma consciente por los miembros de la organización, por
lo que los comportamientos se condicionan de manera inconsciente". Zapata 2007
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Igor Ansoff la define como “un conjunto de normas y valores de un grupo social que
determinan su preferencia por un tipo de comportamiento estratégico”. (Ansoff, pág.123)
Por otra parte, la cultura en su desarrollo como conjunto de normas, creencias, virtudes,
etc. manifiesta una influencia recíproca, tanto entre las masas como en las
individualidades.
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CREENCIAS, VALORES E HIPÓTESIS
Creencia: Es una proposición acerca de cómo funciona el mundo, que el individuo acepta
como verdadera, es un hecho cognoscitivo para la persona.
Valores: Creencias acerca de lo que es algo deseable, algo bueno y lo que es indeseable
o algo malo. Sirven de guía al comportamiento humano. Se puede afirmar que los valores
crean un sentido de identidad del personal con la organización a la que pertenece. Deben
ser aceptados y compartidos por todos los miembros de la organización.
Hipótesis: son creencias que se consideran como algo tan valioso y obviamente correcto
que se dan por sentadas y muy rara vez se examina o se ponen en duda.
¿recompensa la innovación?, ¿ahoga la iniciativa?, etc., de ahí que la cultura debe ser
entendida también como autoimagen, como la percepción global que el personal de una
empresa tiene de ésta.
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En la literatura empresarial, parece que existe un amplio acuerdo en que la cultura
organizacional se refiere a un sistema de significados compartidos entre sus miembros, y
que distingue a una organización de las otras.
Una cultura dominante expresa los valores centrales que comparten la mayoría de los
miembros de la organización. Cuando hablamos de la cultura de una organización nos
referimos a su cultura dominante. Esta macro visión de la cultura es la que da a la
organización su personalidad distintiva, cuando más compartidos sean los valores,
creencias, etc., más fuerte es la cultura corporativa.
De acuerdo con esta definición, una cultura fuerte tendrá una gran influencia sobre el
comportamiento de sus miembros porque la intensidad y el alto grado en que se comparte
crea un clima interno de mucho control conductual.
Un resultado específico de una cultura fuerte debe ser una menor rotación de empleados.
Una cultura fuerte muestra un alto grado de acuerdo entre los miembros acerca de lo que
simboliza la organización. Tal unanimidad de propósito propicia cohesión, lealtad y
compromiso organizacional. A su vez, estas cualidades disminuyen la propensión de los
empleados a abandonar la organización.
Por tanto, la cultura desempeña diversas funciones dentro de una organización, entre ellas,
se pueden señalar las siguientes:
Se puede suponer que la cultura es el pegamento social que ayuda a mantener unida a la
organización, al proporcionar normas apropiadas para lo que deben hacer los empleados.
Por último, sirve como mecanismo de control que guía y modela las actitudes y el
comportamiento de los empleados, es decir, la cultura define las reglas del juego.
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La cultura favorece el consenso respecto a la misión de la empresa y sobre los
procedimientos para llevarla a la práctica, es lo que diferencia una simple declaración de
intenciones de la referencia más importante para orientar el comportamiento colectivo e
individual de la empresa en su entorno y en el seno de ella misma. El sentido de
pertenencia al grupo y a la empresa es quizás la manifestación más genuina de la cultura
organizacional.
El concepto aquí esbozado por estos autores, no niegan las premisas básicas necesarias
para que la cultura emerja como fenómeno, las cuales son:
Existencia de un grupo.
Este tenga una historia.
Visión compartida del mundo.
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Reconoce además que la cultura se forma a partir de las interacciones entre:
Sin embargo, cada día es más frecuente encontrar en el vocabulario de quienes participan
en estas operaciones, conceptos más sutiles. Se habla acerca de que el éxito y la vitalidad
organizacional dependen de culturas y valores apropiados.
El desarrollo teórico de la Ciencia de la Dirección recoge, cada vez con más fuerza, la
percepción de la Cultura Organizacional como parte integrante del proceso de
administración, encontrando, de manera frecuente, autores que, en sus enfoques sobre la
necesidad e importancia de conocimiento de la cultura organizacional, la presentan como
forma de actuar estratégica y eficiente dentro de una organización. Schein (1984).
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FORMACIÓN DE LA CULTURA EN UNA ORGANIZACIÓN
La rapidez del cambio tecnológico también promueve la innovación, los ciclos de vida de
los productos han pasado de años a meses y ha disminuido además el tiempo para
desarrollar nuevos productos e introducirlos, todo lo cual demanda una nueva forma de
hacer las cosas que conlleva al cambio de la cultura desarrollada por cada grupo dentro
de la organización.
A tales efectos García, S. y Dolan, S.M, 1996 plantean: “Una cultura de empresa que se
anquilosa significa que se empeña en mantener una buena forma de pensar y hacer las
cosas que pudo servir en el pasado pero que está resultando ineficaz en el presente”.
Estos autores acotan que las creencias y valores que sustentan las estructuras y procesos
de las empresas, también se han de ir transformando continuamente si han de permanecer
vivas, es decir, si han de tener éxito adaptativo en su lucha por la supervivencia. Es decir,
que las organizaciones más capaces de enfrentar el futuro no creen en sí mismas por lo
que son, sino por su capacidad de dejar de ser lo que son: no se sienten fuertes por sus
estructuras, sino por su capacidad de hacerse con otras siempre que sea necesario.
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A su vez cultura, estructura, estrategia y entorno también deben lograr una relación de
adaptación, si existe un cambio en uno de estos cuatro sistemas y no se traza una estrategia
de cambio para lo demás conforme a ese cambio, las relaciones entre estos se vuelven
disonantes y se desincronizan, lo cual trae consigo una pérdida de eficiencia y eficacia de
la organización imposibilitando su capacidad de sobrevivir, adaptarse, mantenerse y
crecer.
Por lo general, los líderes presentes o pasados de una organización ejercen una influencia
definitiva en la cultura. Es frecuente, además, que coexistan varias subculturas entre los
departamentos particulares de la organización, que a su vez están influidos por los líderes
de esos niveles.
Las relaciones establecidas entre los miembros de los grupos en las áreas funcionales o
departamentos que, en ocasiones pueden estar establecidas por normas y valores que
pueden contradecir o simplemente ser diferentes a los generales de la empresa, pueden
resultar positivas o no a la hora de implantar una estrategia, sobre todo en el caso de
subcultura informales que facilitan, o perturban, la colaboración entre los individuos,
Siempre que las subculturas se hayan creado de acuerdo con los fundamentos básicos de
la Cultura general, y siempre que no existan pugnas entre ellas, no habrá problema; pero
desde el momento en que la subcultura de un subsistema impida la puesta en práctica de
la estrategia de otro subsistema, este hecho exigirá una extremada cautela Ej. Una
estrategia comercial de precios competitivos, no podrá ser viable si existe una subcultura
en el área de producción que favorece la calidad, ante todo, aunque ello suponga un
aumento en los costos.
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La organización desarrolla y refuerza las culturas de diferentes maneras. Los cinco
mecanismos primarios son:
Aquello a lo que los líderes prestan atención, miden y controlan: los líderes
pueden comunicar su visión de la organización y lo que quieren que se realice con
la mayor eficacia al hacer hincapié continuamente en unos mismos temas en las
reuniones, en comentarios y respuestas espontáneas, y en debates sobre
estrategias, reacciones de los líderes ante incidentes críticos y crisis internas: los
métodos que emplean los líderes para resolver las crisis pueden dar orígenes a
nuevas creencias y valores y poner de manifiesto ciertos supuestos subyacentes
en la organización.
Modelación deliberada de roles, enseñanza y entrenamiento: la conducta de los
líderes, tanto en los contextos formales como en los informales, tiene notables
efectos en las creencias, valores y conductas de los empleados.
Criterios para la asignación de compensación y estatus: los líderes pueden
comunicar rápidamente sus prioridades y sus valores vinculando coherentemente
las compensaciones y los castigos con las conductas deseables.
Criterios para el reclutamiento, selección, promoción y retiro del personal: las
clases de personas que se contratan y que tienen éxito en una organización son las
que aceptan los valores de la organización y se comportan consecuentemente.
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CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA ORGANIZACIONAL:
1. Aprendida
La cultura organizacional es
aprendida a través de la práctica en la
empresa. Nadie entra en una empresa
sabiendo puntualmente cómo
funciona todo allí, pero después de un
tiempo puede quedar claro qué cosas
están bien vistas y son apreciadas,
además quedan claros los aspectos
peor recibidos por compañeros y superiores. A raíz de la propia experiencia dentro
de la empresa una persona puede hacerse una idea de cuál es la cultura de la empresa.
2. Interacción
La forma de aprender dicha cultura es exclusivamente bajo la interacción con otros
personales de la empresa. Sin esta interacción no hay forma de saber qué está bien
dentro de la empresa y qué hay que evitar. Esta cultura de la empresa no depende de
una sola persona, sino que es algo global que incluye a todos los trabajadores, por lo
que si aumenta el número de interacciones se podrá percibir de manera más global.
3. Recompensas
El establecimiento de la cultura de la organización está íntimamente relacionado con
el sistema de recompensas dentro de la empresa. Cada empleado tiene unas
necesidades y deseos diferentes y es consciente de qué tipo de comportamientos van
a obtener recompensas para cubrir esas Semana 6 CCO necesidades. Estas
recompensas pueden ser afectivas, económicas, personales o de otro tipo
dependiendo de la situación.
4. Personal
Cada miembro contribuye en el desarrollo de la cultura organizacional. La cultura
dependerá exclusivamente de las personas de la compañía. No hay un organismo que
dicte una serie de normas o recomendaciones, sino que estas se van creando con el
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paso del tiempo y las experiencias personales. Cada persona de la compañía
contribuye a su manera a la creación y mantenimiento de esta cultura.
5. Identitaria
Los empleados deben sentirse
identificados de alguna manera
con la cultura de la organización y
deben compartir una serie de
valores o creencias similares a las
establecidas. Si no sucede de esa
manera, el trabajador acabará sin
encajar dentro de la cultura propia
de la empresa, lo que creará cierto rechazo por parte de otros trabajadores y
desembocando en problemas de grupo.
6. Difícil de cambiar
Como depende de las personas, si estas no cambian su forma de actuar es complicado
que la cultura organizacional vaya a variar. Además, las empresas acostumbran a
atraer y contratar a personas que se puedan adaptar correctamente a su cultura, y
tienen sistemas de valores o creencias similares, por lo que se suele perpetuar en el
tiempo sin grandes cambios. Cuando se producen cambios son pequeños y requieren
tiempo.
7. Implícita
La cultura organizacional se crea por
respuestas a situaciones concretas. Dentro
de la organización no hay un organismo
encargado de establecer la cultura y vigilar
su cumplimiento, sino que son los propios
trabajadores los que de manera implícita la
establecen y la cumplen. Además, se trata de elementos que, aunque se quisieran
plasmar en papel resultaría muy complicado puesto que son respuestas a situaciones
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concretas dentro de la empresa que cada persona tiene ya interiorizada y hace de
manera inconsciente.
8. Distintiva
Cada empresa tiene una cultura propia ya que esta depende únicamente de las
personas que integran la plantilla. Como no hay dos empresas con las mismas
personas, es imposible que haya dos compañías con exactamente la misma cultura.
Además, no se puede establecer niveles comparativos de culturas mejores y peores
puesto que cada una está adaptada a una organización.
9. Integral
La cultura organizacional es consistente entre los distintos elementos que la forman.
Aunque no se sea consciente, la cultura dentro de una empresa está integrada en todos
los elementos que la forman. Se manifiesta en todos los lugares, elementos y
situaciones que puedan ocurrir dentro de la organización. Además, es consistente
entre los distintos elementos que la forman.
10. Subculturas
Normalmente dentro de una organización hay una cultura dominante, sin embargo,
dentro de algunos departamentos o en algunos grupos de trabajadores se pueden
encontrar subculturas. El problema llega cuando en una organización hay varias
subculturas diferentes y ninguna cultura dominante o común a todos los trabajadores.
A lo dilatado del siglo XXI ha aumentado la posibilidad en las cuatro metas de describir,
agorar, desembrollar y controlar el comportamiento humano en la responsabilidad. Ese
creciente expectativa por el comportamiento organizacional nace del volición filosófico
de crear un lugar de cometido más humanístico y de la apuro experiencia de trazar
ambientes de obligación más rentable. A consecuencia de estas fuerzas, el
comportamiento organizacional constituye hoy elemento interesante de los programas de
las escuelas de delegación, de ingeniería y filtro. Más aún, se prevé que la consideración
en los programas académicos y en los seminarios de proceso gerencial de las empresas
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aumenta todavía más gracias a adhesiones. Los principales grupos educacionales de EUA
y en EUROPA han confirmado un llamado inmediato para reencausar los objetivos de la
instrucción en los programas administrativos y de recurso. Todavía insisten en el
apresuramiento de efectuar hincapiés nuevamente en el desarrollo de las habilidades no
cognoscitivas. Entre ellas se encuentran las habilidades de liderazgo, del proceso
organizacional y del tratado. El acto organizacional es una disciplina que ha ido
acrecentando con aplanamiento y latitud y lo atenderá haciendo en la expectación. Ese
afán girara más o menos los procesos relacionados con el cambio de teorías, la
prospección y la rutina gerencial.
Hay organizaciones simples, en las cuales el vendaje se reduce a una entidad dichoso con
descripciones sencillas de los puestos. Se sabe que la interacción entre los departamentos
implicará al lucro de las estrategias. Cada chaparra, mediana y gran empresa tiene su
estructura reflejada en su organigrama; aunque, pocas veces se plantean si esas estructuras
sirven o no para el interés de las metas establecidas, es decir, a veces la planeación exige
retos que pueden ser mermados por una estructura que no permite que las cosas relevantes
fluyan.
Diversos autores plantean que el vendaje organizacional puede ser diseñada para replicar
a los siguientes factores: situación, volumen de la organización, tecnología, estrategias de
la compañía, las operaciones globalizadas y finalmente uno muy destacado que es los
bienes humanos. De su habilitación a los cambios, de su preparación continua, de su
motivación someter sea además el interés de la operatividad organizacional. Hemos frase
que las estructuras son diagramas o diseños funcionales para administrar de la mejor
manera supuesto el obligación. No obstante no deben ser eternas, visto que deben ser
suficientemente cambiables o adaptables para poder sobrevivir.
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La tendencia existente se dirige en torno a las organizaciones participativas, adonde el
diálogo reservado produzca aprendizajes colectivos. En estos casos el rediseño de la
estructura debe ser apoyado por los bienes humanos, porque son ellos los usuarios de los
cambios propuestos. Por lo tanto, el cultivo que cierra los cambios en las estructuras son
las del proceso de las personas, visto que son ellos los que deben prepararse para el
proceso en las organizaciones.
Las personas constituyen en estos últimos tiempos el integrante esencial del cambio
estructural y organizacional. Sin su apoyo, nadie rediseño estructural puede ocurrir la
eficacia esperada. Las actitudes inapropiadas perjudican los logros esperados de una
mejor empresa del encargo. El cuajo al desarrollo, la sorpresa a evolucionar y el desinterés
a hacerlos son problemas continuos en las empresas. Atrás de muchas renuncias a cambiar
están los pensamientos deformadores en las mentes de las personas. Dichos pensamientos
dificultan la puerta al fresco apelación y que ápice ayudan a la consumación de las tareas.
El cambio no puede conducirlo únicamente el jefazo, tiene que acodarse en personas que
crean, vivan y profesen los cambios propuestos, que conozcan las causales del entorno
que litigio dichos cambios y que puedan allanar que el cambio ocurra en otros. Las
personas que facilitan estos cambios son conocidas como agentes del cambio. Pueden ser
los operadores, los supervisores, los directores, los consultores, los administradores, entre
otros, con la exigencia de que estén convencidos del acuciamiento del recurso y puedan
divulgar al resto de la empresa su convencimiento y entusiasmo para cobrar las nuevas
disposiciones con mayor comprensión y optimismo.
Los asociados de obligatoriedad se forman por diversas razones. Aun cuando las personas
tienen alguno capricho para elegir los asociados a los que corresponderán, primeramente
cuando acaban de aparecer al organismo, en su mayor constituyente tienen relativamente
pocas opciones para elegir a cuál senda incorporarse.
Los asociados incluso suelen asimilar porque las personas comparten intereses comunes.
Así vemos, como los empleados de diversos departamentos de una empresa de seguros
se podrían asociar a una muchedumbre de trabajo para hablar de mejorar el linaje del
empuje gremial.
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CARACTERÍSTICAS DE LOS GRUPOS DE TRABAJO EFECTIVOS
Los grupos de trabajo efectivos se suelen foguear porque existen metas e intereses
comunes. Un tropel billete de trabajo es encanto y está inherente. El simpatía se representa
en la metropolitano en que las personas quieren concernir al grupo y va agigantando
oportuno se considera que el senda coopera más, adquiere mérito, fomenta la interacción
entre los comité del hatajo, es relativamente enano y los demás lo perciben como exitoso.
La metas más efectivas son desafiantes, específicas, mensurables y aceptadas por los
miembros del hato. La equivocación de una curva clara, relacionada con el desempeño,
que sirva como empleo focal en ciernes para el hato es una de las causas principales de
los fracasos de los equipos de obligatoriedad.
El segundo sistema se denomina tirano benévolo, y se caracteriza porque los gerentes dan
ordene, por el contrario, los empleados tienen alguna libertad para comentar acerca de las
mismas, se da lenidad adentro de los límites acordados y se recompensan los logros
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obtenidos, no obstante, la actitud de los gerentes es condescendiente cerca de los
empleados y estos a su vez son cautelosos para dirigirse a los mismos.
Por otra parte, las organizaciones con un sistema consultivo fijan metas desde la mando,
las cuales son discutidas con los empleados, quienes tienen la autorización para acoger
sus propias decisiones sobre la forma en la que desempeñan sus tareas en otras palabras,
que las decisiones fundamentales son tomadas en la bóveda. a continuación,
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CONCLUSIONES
Existe un consenso entre los investigadores para describir la cultura organizacional como
el conjunto de los significados compartidos, creencias y entendimientos pertenecientes a
una colectividad (Martin y Siehl, 1983; Schein, 1983; Wilkins, 1983; Barney, 1986;
Hofstede, et al., 1990; O'Reilly, et al., 1991; Denison, 1996; Martin 2002). El estudio de
la cultura organizacional a través del proceso de medición ha sido fundamental para
establecer parámetros respecto a los métodos más eficientes para recopilar la información
más certera y el rango de valores ajustables a la realidad de los contextos estudiados.
Se debe seguir trabajando para analizar y construir las relaciones que tiene la cultura
organizacional con otros constructos y variables que pueden afectar al comportamiento
de la organización y el cumplimiento de los objetivos organizacionales, como el
mejoramiento continuo, la productividad, la competitividad, entre otras, de tal manera
que se conozcan los efectos de esas relaciones y se propongan estrategias con base en lo
encontrado.
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RECOMENDACIONES
Las organizaciones son sistemas sociales complejos que interactúan con el ambiente, con
su entorno. Hoy en día, muchos de los problemas de las organizaciones provienen de los
rápidos cambios en las exigencias del ambiente, de las amenazas y de las oportunidades.
A medida que cambia el entorno, la organización se debe adaptar, eso cada vez resulta
más necesario, lo que implica la necesidad de desarrollar en las empresas una cultura que
responda a esas exigencias.
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Bibliografía
Cortina Adela. (1993). Etica aplicada y democracia radical. Ediciones TECNOS. Madrid
28
López, M. (2013). La cultura organizativa como herramienta de gestión interna y de
adaptación al entorno. Un estudio de casos múltiple en empresas murcianas (tesis
doctoral). Universidad de Murcia. Murcia-España.
Philip Kotler y Eduardo L. Roberto (1992) Marketing Social. Ediciones Díaz de Santos.
SA.
Philip Kotler (2013) Dirección de Marketing. 14 edición. Ediciones Díaz de Santos. SA.
Schein, Edgar (1992) «La cultura organizacional y el liderazgo» Ediciones Pirámide S.A
Madrid,.
29