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Pedro Bryan Gómez Loayzat

La apostolicidad de la iglesia

En la apostolicidad de la Iglesia se hace patente, de algún modo el conjunto y la


interioridad de la misma comuna comunidad de Dios, familia de Cristo y templo del
Espíritu Santo, con ello se pone también de manifiesto su condición de sacramento
universal de salvación, primordialmente desde sus origines para la humanidad entera,
cuenta las palabras de apóstol porque somo hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para
obras buenas, las que Dios preparó de antemano para que al practicáramos Ef. 2, 10.
Así pues vemos unos puntos de la teología dogmática como lo son :

La realidad social y viva que es comunidad de Dios, familia de cristo y templo del Espíritu
Santo, se sostiene en este mundo sobre los tres elementos de la libertad del hombre, su
misión y su capacidad de llenarse del Espíritu. Estos dos últimos elementos forman un
todo , pues lo visible y lo invisible, el exterior y el interior, lo histórico y lo supra histórico,
la libertad y su poder decisorio son cosas que reclamen y hacen posibles la misión y el
Espíritu.

Al comienzo está la vida interior y trinitaria de Dios, que en nuestra teología humana se
expresa mediante las definiciones de la no generación del Padre, la generación del Hijo por
el Padre y la espiración del Espíritu por el Padre y por el Hijo.

Los llamados no obstante, han de renovar de continuo y seguir libremente la llamada de ese
envió y solo desde su misión pueden trabajar por el reino de Dios sobre la tierra , una vez
que han recibido el Espíritu. Exactamente igual que Cristo sólo inicio su ministerio publico
después que se hubo manifestado su medianidad al ser bautizado en el jordán, mediante el
descenso del Espíritu en forma corporal de una paloma, ese mismo Espíritu que fluye de la
fe inconmovible en la gracia de Cristo.

Una primera restricción histórica y objetiva lo experimenta el objetivo apostólica en el S. II


durante la lucha contra la gnosis. Ya Justino llama a los evangelios memoriales de los
apóstoles y de sus sucesores. Ireneo de Lyon habla ampliamente de la tradición apostólica
que él ve compendiada en dos realidades la tradición doctrinal y la sucesión en el ministerio
cuando escribe la tradición anunciada por los apóstoles en todo el tiempo, puede
Pedro Bryan Gómez Loayzat

encontrarla en cualquier Iglesia todo aquel que quiera ver la verdad, y nosotros podemos
enumerar los obispos de cada una de las Iglesias instituidos.

Tertuliano da un paso adelante cuando no solo habla de la conexión de la verdad doctrinal y


de los obispos con los apóstoles sino que, se refiere también a las comunidades apostólicas,
de este modo todas son originarias y apostólicas, porque forman una sola, como pruebas de
la unidad sirven la mutua preservación de la paz, el llamarse hermanas y la mutua solicitud
hospitalaria, así pues consta que toda doctrina en armonía con aquellas Iglesias apostólicas
las Iglesias matrices y originarias de la fe.

Tertuliano habla ya de las Iglesias apostólicas como matrices y originarias, así también con
el desarrollo de los patriarcados en el S. IV y mas aun a lo largo del V sólo se denomina
iglesias apostólicas aquellas que podrían presentar una prueba histórica de su fundación por
alguno de los apóstoles conocidos y se habla ya de la sede apostólica. Pero el pensamiento
humano es menormente proclive a convertir una gracia en un derecho y poder del hombre
del hombre. Y así Constantinopla como roma junior reclama la misma categoría y honor
que la antigua Roma, y el papa Gregorio VII exigía para Roma en su dictantes papa y por el
hecho de que conservaba las tumbas de Pedro y Pablo e titulo exclusivos de sede
apostólica y la posición primacial del papa.

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