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SINTESIS DE LA MATERIA DE ECLESIOLOGÍA.

MTRO. MIGUEL ALBERTO TOLEDO IBARRA.

ASPECTOS BASICOS DE LA MATERIA DE ECLESIOLOGÍA.

“Los Santos Padres no sintieron la necesidad ni el interés de elaborar una reflexión


sistemática sobre la Iglesia. Ofrecieron tratados sobre las personas divinas, sobre los
sacramentos, sobre la encarnación, Ello no quiere decir que no posean una conciencia viva,
clara y precisa de lo que es la Iglesia.”1.

Aspectos más destacados:


a) “La Iglesia es descubierta y entendida desde la categoría misterio en cuanto
despliegue de la historia de la salvación narrada en la Biblia; tan engarzada se
encuentra en el designio salvífico de Dios que la consideran preexistente a la
creación, presente desde los inicios de la historia de la humanidad. Tratan, desde ese
presupuesto, de identificar el papel y la función de la Iglesia en la economía de la
salvación, y de hacer patentes los aspectos que desvelan una realidad mistérica más
grande que ella misma”2.

b) “La meditación constante del relato bíblico en el ámbito sagrado de la celebración


litúrgica posibilita y suscita una concepción simbólica y tipológica de la realidad
eclesial; en la Iglesia de la Nueva Alianza ven realizadas y cumplidas las
prerrogativas de Israel y las promesas del Antiguo Testamento; todo lo expresan
mediante una amplia gama de imágenes y metáforas (Pueblo de Dios, Cuerpo de
Cristo, madre y virgen, Esposa de Cristo, comunión de los santos”3.

c) “La Iglesia es experimentada como un organismo vivo del que se participa


existencialmente. Podríamos aplicar al conjunto de los Padres lo que Móhler

1
Sapienta Fidei. Serie de manuales de teología. Eclesiología. Eloy Bueno de la Fuente. 2ª Edición. Biblioteca
de Autores Cristianos. Madrid 2007. Pág. 4
2
Ibid. Pág. 4
3
Ibid. Pág. 4
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afirmaba de san Atanasio: «Se adhiere a la Iglesia como un árbol se adhiere al suelo
en que extiende larga y profundamente sus raíces»”4.

d) “Sensible a las necesidades del momento, pero como expresión espontánea de su


propia vida, la Iglesia irá mostrando de modo reflejo y temático el contenido de sus
estructuras o elementos esenciales: en la tradición, la sucesión apostólica, la regla
de la fe, los ministerios eclesiales...”5.

e) “Son testigos de la experiencia de un cristianismo que se extiende y propaga como


multiplicación de iglesias que se mantienen en comunión 5. Queda integrada de
modo equilibrado una doble perspectiva: como comunidad que reside y peregrina en
una ciudad determinada supera todo aislamiento para abrazar «todas las
"parroquias" de la santa y Católica Iglesia» en cualquier lugar en que se encuentren;
al descubrirse en el interior del conjunto de los creyentes reunidos en Cristo Jesús
son igualmente conscientes de que no puede haber más que una Iglesia en el
mundo”6.
El nacimiento de la eclesiología: “La eclesiología hace su aparición en un contexto
polémico, marcada por condicionamientos socio-políticos: las disputas entre Felipe el
Hermoso (1285-1314) y Bonifacio VIII (1294-1303). Ha de arrastrar por ello desde su
origen una curiosa paradoja: no existió cuando la Iglesia era algo obvio, cuando estaba más
fuertemente afirmada, y se hizo inevitable cuando esa evidencia y esa presencia fueron
cuestionadas o cuando se hicieron más agudas las tensiones del doble frente mencionado
anteriormente. El contexto polémico acabó resultando más estrecho aún porque las teorías
teológicas concernientes a la Iglesia se desarrollaron al margen del cuadro sacramental
tradicional durante el primer milenio. Se quiebra la íntima relación entre eucaristía e
Iglesia, y el Corpus Mysticum (como se denomina ahora a la Iglesia) queda disociado del
Corpus verum (que no designa ya a la Iglesia sino a la eucaristía tras la controversia con
Berengario)10. Resultará inevitable que la jerarquía sea entendida como potestas, una vez
4
Ibid. Pág. 4
5
Sapienta Fidei. Serie de manuales de teología. Eclesiología. Eloy Bueno de la Fuente. 2ª Edición. Biblioteca
de Autores Cristianos. Madrid 2007. Pág. 5
6
Ibid. Pág. 5
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desconectada de la referencia eucarística, y que se genere una estructura clerical y


piramidal para concebir la Iglesia”7.

Desde muy antiguo se usó la palabra "ekklesia" para designar un grupo de personas que era
llamado a una reunión pública, una asamblea; no importando el carácter de la reunión. En
esta forma, cuando los creyentes del Nuevo Testamento se unieron para adorar a Dios, se
llamaron una "ekklesia"8.

La Iglesia es un misterio: es a la vez divina y humana, visible e invisible, terrena y celestial,


temporal y eterna. Etimológicamente, Iglesia = griego: “ekklesia”, hebreo: “qahal”.
Significa “asamblea convocada” o “reunida”. La Iglesia no se entiende sin Cristo, que la
fundó para perpetuar en la historia su misión. La Iglesia es “sacramento universal de
salvación” (Lumen Gentium 48). Es signo eficaz y real de la acción redentora de Cristo
entre todos los hombres hasta el final de los siglos.

1. Valora críticamente en qué medida la Iglesia es sujeto y objeto de la fe.

La Iglesia es sujeto en cuanto que es Cuerpo Místico de Cristo, donde Él es la cabeza y a su


vez es la Esposa, por lo tanto como cuerpo y como esposa está sujeta a la cabeza porque en
ella habita corporalmente toda la plenitud de la Divinidad, lo colma de bienes Divinos para
que ella se encamine y llegue a toda la plenitud de Dios. La Iglesia tiene puesta su
confianza en Cristo, porque Cristo mismo es quien actúa en ella a través del Espíritu Santo
por quien la Iglesia se deja conducir9.
Es objeto de fe puesto que a ella se le ha confiado el depósito de la revelación Divina, para
que la anuncie y proclame a toda la humanidad, para que así el hombre pueda adherirse a
Cristo mediante la Iglesia para formar una sola familia de creyentes en Cristo, cuerpo
místico y cabeza de la Iglesia.

7
Ibid. pág. 7
8
Gran Enciclopedia Rialp, tomo VIII, Rialp, S.A. Madrid 1993, p. 197
9
Espinoza Hernández José Luis, Eclesiología, apuntes de clases 2010, CIESEN
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La sacramentalidad de la Iglesia significa que ésta forma parte del ámbito de la fe como su
objeto y contenido parcial. Esta visión, que condiciona tan profundamente la conciencia
católica acerca de la Iglesia como comunidad de los creyentes, como asamblea de muchos
sujetos que creen en la revelación de Dios y que en la Iglesia han pasado a ser un único
sujeto comunitario de la fe. En cuanto sacramento la Iglesia ha de ser considerada bajo
ambos aspectos. En el primero de ellos cabría pensar que la Iglesia es aquella realidad
misteriosa, humanamente visible, aunque divinamente santificada, que solo puede ser
comprendida en la fe. Pero en cuanto sacramento la Iglesia es también expresión de la fe10.

1. Origen y finalidad de la Iglesia.

Iglesia significa congregación, asamblea, convocación. Esta última palabra es más propia
porque todos tenemos vocación a ser santos, pero nadie alcanza la santidad
individualmente, sino en el seno de la institución fundada por Cristo y viviendo la Caridad
fraterna. Es más, recordemos que la santidad es la plenitud de la caridad. El término se usa
en AT como asamblea, congregación, reunión del pueblo para ver algún asunto y para
señalar a Israel como “comunidad santa”, “pueblo de Dios” que se reúne para alabar a Dios.
En el NT tiene ese doble significado: convocatoria y congregación. Esto le da un sentido
definitivo: comunidad de los santos, nuevo Pueblo de Dios redimido por Cristo. La
comunidad que responde al llamado de Cristo a ser santos y extender el Reino de Cristo en
la tierra11.

Los primeros cristianos usaron el término para designar la asamblea litúrgica o toda la
comunidad local: Iglesia de Corintio, Éfeso, etc., o al conjunto de la Iglesia universal. Al
Pueblo de Dios extendido por el mundo entero. Y es que la Iglesia es universal y local, y su
momento álgido es la reunión en la asamblea litúrgica, en el Sacrificio de la Santa Misa. La
Iglesia es un reflejo e imagen de la Santísima Trinidad. Ese proyecto divino de salvación se
desarrolla en el tiempo: es la historia de la salvación, que comenzó desde Adán y Eva, con
su caída, pasó como prefigura al pueblo de Israel y su cumbre y plenitud es Jesucristo.
Alcanzará su fin al final de los tiempos, con la segunda venida de Cristo.

10
Mystrerium Salutis, Manual de Teología como historia de salvación, Cristiandad, Madrid |1992 2, p.323
11
Espinoza Hernández José Luis, Eclesiología., op. cit.
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Estamos en el tiempo de la Iglesia: desde Pentecostés hasta la segunda venida de Nuestro


Señor y está para salvar a todos los hombres de todos los pueblos, y así cumplir el mandato
de Cristo: “Id, pues y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado” (Mt
28,19-20). La Iglesia tiene por fin llevarnos a la vida eterna (un fin sobrenatural) y su
origen es Cristo que la fundó.

1. Notas básicas de la Iglesia.

La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica, éstos son cuatro atributos inseparablemente
unidos entre sí, que indican el rasgo esencial de la Iglesia y su misión12. Esta es la única
Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica.
Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos esenciales de la
Iglesia y de su misión. La Iglesia no los tiene por ella misma; es Cristo, quien, por el
Espíritu Santo, da a la Iglesia esas notas características, y Él es también quien la llama a
ejercitar cada una de estas cualidades.

Naturaleza de la Iglesia

La Iglesia en su naturaleza tiene una parte visible y otra invisible; una compuesta de
pecadores (todos los que somos fieles suyos en la tierra: Iglesia militante) y otra de almas
que terminaron su paso por la tierra y están en el purgatorio (Iglesia purgante) y las que ya
arribaron al Cielo (Iglesia triunfante). 13
La dimensión visible de la Iglesia Católica está constituida por la Jerarquía (Papa y
Obispos) y el Cuerpo Místico de Cristo (todos del Romano Pontífice al último de los
bautizados). Ese organismo tiene la misma fe, están unidos por lazos de Caridad, todos
alrededor del Romano Pontífice y en comunión de él en la fe, Sacramentos, disciplina y
moral y derecho eclesiástico. En esa institución divina se han ido creando, por necesidad de
vivir en la tierra, elementos humanos (Cardenales, Patriarcas, Conferencias episcopales,
etc.)

12
LG 8
13
Espinoza Hernández José Luis, Eclesiología., op. cit.
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La dimensión invisible: la unión con Cristo, y por medio de Él, a la Trinidad Beatísima.
Misterio de Comunión: antes que unión y amor con todos los fieles, comunión con el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo: y esa unión es la más importante, las demás son derivadas.
Comunión en la Eucaristía, donde hay que afirmar la presencia real de Jesús en el
Sacramento y en el Sacrificio de la Santa Misa; Comunión con todos los santos, Comunión
con nuestros hermanos en la fe y con la humanidad entera. En término comunión como se
ve lo estamos usando en sentido analógico. (Comunión es amor y comunicación).

Jerarquía de la Iglesia.
Por disposición divina (cf Mt 16, 18) pone a Pedro como cabeza del Colegio apostólico que
había nombrado (Mc 3,14; Lc 6, 12-16) quiere que su Pueblo de Dios esté guiado y
pastoreado por el Colegio apostólico, con una cabeza al frente. De modo tal que el Colegio
no puede nada sin Pedro, ni menos contra Pedro. Y el Romano Pontífice, sucesor de Pedro,
es inapelable; y el Colegio apostólico tiene como sucesores a los Obispos. El Romano
Pontífice es el dulce Cristo en la tierra, vicario suyo y que actúa bajo el impulso del Espíritu
Santo en cuestiones de fe y costumbres (moral). Y ahí es infalible. Los sacerdotes son
colaboradores de los Obispos, los cuales gobiernan una porción del Pueblo de Dios. Su
misión es predicar lo mismo que predicó Cristo y servir como Cristo mismo14.

Misión de la Iglesia.
La Iglesia “recibe la misión de anunciar y establecer en todos los pueblos de la tierra el
Reino de Cristo y de Dios. Ella constituye el germen y el comienzo de este Reino en la
tierra” Agrupa a los fieles, como Pueblo de Dios y Familia de Dios y hermanos uno del
otro; tiene que ser una escuela de caridad, y así conducir a la humanidad al Reino
definitivo; para eso tiene que dar a cada uno los medios para llegar al Cielo. “Para realizar
su misión, el Espíritu Santo la construye y dirige con diversos dones”. Se puede decir que
la misión de la Iglesia consta de tres aspectos: enseñar, lo cual incluye custodiar, proclamar
y enseñar con autoridad la doctrina de Cristo (es lo que se llama “Magisterio”). De

14
Espinoza Hernández José Luis, Eclesiología., op. cit.
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santificar: dar los medios de santificación; de modo especial los Sacramentos. De gobernar
a los fieles en lo que se refiere a su fin sobrenatural15.

La Iglesia es Madre:
Engendra (Bautismo) educa en la fe a sus hijos, los cuida. Ahí realizamos nuestra vocación
como cristianos: recibimos la Palabra de Dios y los Sacramentos de la fe y aprendemos el
ejemplo de santidad de muchos cristianos. No confundir la Iglesia como una especie de
Cruz Roja, aunque su función de Caridad es abundante, y lo ha sido a lo largo de toda su
existencia. La Iglesia existe porque la fundó Nuestro Señor Jesucristo. Todos los actos de
su vida son fundacionales, pero hay momentos más intensos: la promesa del Primado a
Pedro (Mt 16, 16), la institución del Colegio Apostólico, su Muerte en la Cruz, y el final,
que es la aparición de la Iglesia en el mundo: la venida del Espíritu Santo16.

Misterio de Comunión.
No es algo ni meramente humano, ni sólo divino; sino que se entrelazan ambos aspectos.
La Iglesia no es el centro de los misterios de nuestra fe; pero sí quieren salvaguarda el
“depósito de la fe”. La Iglesia sí es objeto de nuestra fe, lo vemos en el Credo. Nuestra fe
descansa en Dios, en la Santísima Trinidad, que nos ha revelado Jesucristo. Pero la Iglesia
es el cauce para llegar a Cristo y no perderlo. Comunión (unión y amor) con Dios y con
nuestros hermanos en la fe.

El concepto de comunión está "en el corazón del autoconocimiento de la Iglesia", en cuanto


misterio de la unión personal de cada hombre con la Trinidad divina y con los otros
hombres, iniciada por la fe, y orientada a la plenitud escatológica en la Iglesia celeste, aun
siendo ya una realidad incoada en la Iglesia sobre la tierra17.

Sentido teológico de la Iglesia. Puntos de la a hasta h.

15
Origen y naturaleza. http://www.vaticanstate.va/content/vaticanstate/es/stato-e-governo/note-
generali/origini-e-natura.html Recuperado mayo 2016
16
CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen Gentium, 1, 11
17
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_28051992_com
munionisnotio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith
_doc_28051992_communionis-notio_sp.html Recuperado 13 mayo 2016 no. 3
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De los datos aportados por el Nuevo Testamento emergen algunos elementos básicos para
la eclesiología y para la autoconciencia eclesial que podemos resumir del modo siguiente:

a) La Iglesia debe ser vista siempre dentro de la dialéctica continuidad- discontinuidad


entre Antiguo y Nuevo Testamento: continúa la misma historia de la alianza antigua y por
ello hereda la vocación, la misión y el potencial mesiánico de Israel; pero al mismo tiempo
consumado y matizado por el mesianismo de Jesús, por la novedad de la Pascua y por la
efusión del Espíritu18.

b) El Pueblo de Dios no puede ser considerado más que en su dimensión trinitaria, según la
expresión de san Cipriano: «La Iglesia es el pueblo unificado que participa en la unión del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo»19.

c) La Iglesia, como pueblo y asamblea, hace patente la dimensión comunitaria de la fe y de


la vida cristiana; el cristiano se hace en el seno del pueblo. Nadie puede decir «yo creo»
sino en la sinfonía del «nosotros creemos», y por lo mismo nadie puede decir «yo soy la
Iglesia» más que integrándose en el «nosotros somos la Iglesia»20.

d) Al ser categoría previa y fundamental pone en primer plano la igualdad básica de todos,
en base precisamente a la radicalidad de la confesión de fe en Jesús. Todas las
diversificaciones no pueden por ello acontecer más que en el interior del pueblo y como un
servicio a su misión. Por ello, a la luz del Nuevo Testamento, todas las formas y
realizaciones eclesiales deben ser reconducidas a la ekklesía, al Pueblo de Dios21.

18
Sapienta Fidei. Serie de manuales de teología. Eclesiología. Eloy Bueno de la Fuente. 2ª Edición. Biblioteca
de Autores Cristianos. Madrid 2007. Pág. 39
19
Ibid. Pág. 39
20
Ibid. Pág. 39
21
Ibid. Pág. 39
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MTRO. MIGUEL ALBERTO TOLEDO IBARRA.

e) Afirma a la Iglesia como sujeto histórico insertado en el peregrinar del conjunto de los
pueblos. Por ello no puede considerar ajena ninguna preocupación o dimensión de la
existencia colectiva de los pueblos22.

f) Recordando su componente escatológico, establece a la Iglesia como peregrina: al


actualizar la victoria escatológica del Padre en Jesús y al anticipar la meta a que apunta la
historia, la libera de toda tentación de triunfalismo; como no puede convertir su propia
provisionalidad en lo definitivo, la hace humilde y servicial para entregar generosamente lo
que ella ha recibido como gracia23.

g) Muestra unas enormes implicaciones ecuménicas en varios frentes: de cara a todos los
hombres la hace solidaria con sus dramas y desventuras al margen de colores o creencias;
de cara a las otras confesiones cristianas hace presente un punto de unidad y de encuentro
que es previo a cualquier otra diferencia; respecto a otras religiones recuerda que todos los
hombres proceden del mismo origen y aspiran a encontrar al mismo Dios creador y
recapitulador24.

h) El Vaticano II conjuga a la vez la referencia a la herencia veterotestamentaria y el


destino universal25.

22
Ibid. Pág. 39
23
Sapienta Fidei. Serie de manuales de teología. Eclesiología. Eloy Bueno de la Fuente. 2ª Edición. Biblioteca
de Autores Cristianos. Madrid 2007. Pág. 40
24
Ibid. Pág. 40
25
Ibid. Pág. 40

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