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“VIVIENDA ANODINA”.

Propuesta de vivienda social sostenible para Montería basado en


la investigación de casos de estudio.

La investigación como gestor de conocimiento en temas relacionados con la


vivienda y su entorno, y HÁBITAT PARA LA HUMANIDAD incentiva la búsqueda de
soluciones habitacionales adecuadas a las condiciones de comunidades de
familias vulnerables a fin de poder contribuir a superar el ciclo de pobreza. Como
estudiantes de arquitectura de la zona, que hemos tenido la suerte de conocer de
cerca la cultura y costumbres de las comunidades objeto del proyecto, no
podíamos quedarnos inamovibles, y debemos poner a consideración de los demás
propuestas que ayuden e algo a mejorar la calidad de vida.

Es del vivir del sinuano, heredado de la cultura Zenú; la vida alegre y el jolgorio
conjugado en sus fiestas y tradiciones como la corraleja, el fandango, el aire
musical del porro sabanero, las fiestas religiosas; que identifican su cultura
caribeña, forjada en el campo, con el olor a finca y a ganado. Este modo de ser se
ve reflejado además en su manera de habitar, en el cual los espacios son
fragmentados, la casa se dispersa en el lugar generando fluidez espacial por la
que circula la brisa, los olores, el mismo entorno, y los animales domésticos entre
otros. Son característicos de este modo de vivir, el ranchón o área social que ha
evolucionado a nuestras terrazas tanto interior como exterior en la cual
dependiendo la hora y condición climáticas ocupan; la terraza exterior o frontal es
usada como sitio de encuentro, sobre todo en las horas vespertinas para recibir
visitas o tomas el fresco de las brisas de la tarde, hasta altas horas de la noche.
La terraza interior es una evolución del área de faenado del campo, se utiliza para
la reunión de la familia y es usada también como comedor informal. El mobiliario
propio de esta cultura son la infaltable hamaca, el taburete; recostado a un horcón
o a una pared, el “banquillo” y la “mariapalito” o mecedora.

La propuesta “Viviendas anodinas” es una intención del rescate del modo de vida
del sabanero traducido a un contexto contemporáneo, en el que aquellas familias
que en busca de oportunidades o huyendo de la violencia, se ven obligadas a
migrar a la ciudad, trayendo consigo una tradición habitacional que en nuestras
ciudades se ven insatisfechas. No se puede ofrecer viviendas cien por ciento
citadinas al sabanero tradicional, al campesino y tratar de encajarlo en habitáculos
nada parecidos a su hábitat tradicional.

Se debe respetar la tradición, ofrecer las terrazas, el espacio fluido, la vivienda


fragmentada, los techos altos (doble altura en el área social), con una mezcla de
materiales tradicionales como la madera, las cañas y fibras vegetales, pero con
imagen de contemporaneidad. Desde lo tradicional y vernáculo ofreciendo un
proyecto con identidad y sabor sabanero, saliéndonos de los estereotipos
arquitectónicos ofrecidos comercialmente para viviendas de esta categoría, que en

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nada vinculan el modo de vivir, el sentir o el calor alegre de la sabana y el caribe a
los proyectos.

Consideramos que el ranchón, ramada, cadrizo o media agua; como se conoce en


la región debe ser parte de la volumetría, arraigando lo vernácular.

Además, La vivienda debe obedecer a las condiciones bioclimáticas y ancestrales


del lugar, fachadas y cerramientos con enrejillados, permitiendo el paso de las
brisas propias de la sabana de Córdoba, específicamente Montería, cubiertas altas
con grandes aleros como respuesta al candente sol del caribe colombiano
propiciando un microclima refrescante.

SENTIDO DEL LUGAR


La vieja Montería y sus barrios tradicionales son una ciudad con arquitectura
vernácular y republicana de un hermoso paisaje, que muestra más allá del
horizonte las frescas aguas Rio Sinú y verdes sabanas, ciudad donde cada 18 de
junio se encuentran caballos, hombres, mujeres y músicos de banda para disfrutar
de sus tradiciones y eventos culturales, degustando los “sabores del porro” y su
gastronomía. Es un lugar; como lo representa su escudo de emblemáticas
viviendas vernáculas en palma y bahareque, riachuelos y una gran riqueza de
fauna y flora, y Región de tradición agrícola por las bondades fértiles de su suelo.

CONDICIONES DEL LUGAR (Barrio San Remo)

La temperatura media anual de Sincelejo está cercana a los 28 °C, con


temperaturas mínimas de 19°C y máximas de 37 °C. Con bajas temperaturas en la
madrugada durante el verano y fuertes calores en las horas de la tarde. Con la
llegada de las lluvias tienden a estabilizarse las temperaturas, con menos
variaciones y una ligera disminución general debida al aumento de la humedad
relativa.

RESPETO POR LO TRADICIONAL. RESILIENCIA AMBIENTAL Y CULTURAL.


No se trata de rescatar lo vernáculo, “¿Rescatar? ¿Por qué rescatar si estas
técnicas están vivitas?” (Jorge Luis Huelvas, maestro constructor de San
Cayetano, abril de 2015). Más bien se trata de preservar las tradiciones espaciales
y constructivas de este modo de vivir, la vivienda vernácula de las sabanas de
Córdoba (Herencia de los Zenues), no son espacios habitables, son un modo de
vida compilado en el sistema constructivo y conformación de espacios, sus
costumbres, su mobiliario particular, la manera de usarlos, la convivencia con los
animales domésticos, el uso de las herramientas propias del campesino sabanero,
su manera de vestir entre otros, lo que le da el tinte característico a este estilo de
vida ancestral. Lo vernáculo se asocia a su identidad, a lo cotidiano y lo que esta
enraizado en la historia y la memoria de los habitantes del lugar.

DESARROLLO PROGRESIVO.

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La vivienda se propone progresiva a través del tiempo, ya que el núcleo siempre
está en un constante cambio, que además es un ciclo que rige a cualquier hogar,
por lo que hay que destacar que la vivienda debe adaptarse y ser flexible
acoplándose a las exigencias que así la familia lo requiera. “el problema de la
vivienda social no es la producción de unidades habitacionales sino el estudio de
la vivienda como proceso” (Gonzales, 2012, pág. 66).

Los proyectos deberían potenciar estrategias de diseño de viviendas social


progresiva, usando materiales sustentables y promoviendo la organización
comunitaria. Así, las soluciones propuestas pueden consolidarse tanto en el casco
urbano de las ciudades, como también las zonas de crecimiento intermedio o en
zonas rurales. Mediante el uso de un sistema constructivo optimizado, el proyecto
propicia el uso eficiente y racional de materiales de construcción tradicionales,
locales y de bajo costo, generando comunidades autosuficientes, arraigadas
socialmente y vinculadas a sus fuentes laborales.

ESPACIOS PRODUCTIVOS.
La vivienda “constituye uno de los ejes más importantes en la planificación urbana,
una vivienda adecuadamente diseñada en función de las características,
necesidades y expectativas de los usuarios, su entorno y la relación con la ciudad,
resulta esencial para el desarrollo psicológico y social, favorece la sustentabilidad
urbana y contribuye a elevar el bienestar con un menor costo futuro, reduciendo a
la vez el impacto ambiental.” (Pérez-Pérez, 2014, pág. 5). Por medio del desarrollo
de vivienda productiva, se logrará mejorar la calidad de vida de la población y del
lugar, lo que permita incluir alternativas económicas, sociales y ambientales, esto
estará apoyado en el diseño de la vivienda de uso flexible, permitiendo adaptar el
espacio asignado según las necesidades requeridas y modo de habitar el lugar.
Otra opción propuesta es el desarrollar producción en los patios como huertas
urbanas las cuales permitan integrar alternativas sostenibles para auto
sostenimiento de la población incluyendo, un pequeño modelo de trabajo y
desarrollo económico.

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