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PSIC.

GENOVEVA MUÑOZ ALVAREZ


MASTER EN EDUCACION Y TERAPIA FAMILIAR
TANATÓLOGA
ATENCIÓN PREVIA CITA
TEL. (044)921-13-6-98-92
FACEBOOK: Consultorio Psicológico (Psicóloga Genoveva).

DIALOGA CONTIGO MISMO

Para lograr un diálogo efectivo con uno mismo, se requiere comenzar dando definición a
la comunicación, la cual tiene como elementos para ser posible: al hablante, al oyente y al
mensaje. Consiste en que una persona expresa su opinión sobre un tema, el otro le
escucha y da su opinión, este ciclo se repite una y otra vez dando lugar a la
comunicación.

El diálogo es a diferencia de la comunicación un ejercicio más complicado de realizar, ya


que requiere de mayor tiempo, tolerancia, paciencia y disposición de quienes lo practican,
y consiste en hablar, escuchar y acordar. Puede resultar de primer momento un poco
complicado llegar a acuerdos con otros e incluso con uno mismo, más como cualquier
ejercicio, si se practica constantemente se facilita e incluso se convierte en parte de
nuestras vidas, en algo común y natural.

El diálogo consiste en contar algo de la vida propia, puede ser un problema, una duda, un
simple comentario, una dificultad presente, pasada o futura, y ser escuchado por aquel
quien se ha elegido como fuente de sabiduría para alimentar positivamente el echo por el
cual se dialoga, aunque en realidad algunas veces se necesite ser escuchado por alguien
que se desconoce (aunque se cree saber) cómo reaccionará y qué dirá. Una vez que se
ha dicho lo que se quería comunicar, toca a la persona que escuchaba dar su punto de
vista sobre lo que oyó atentamente, y finalmente llegar juntos a un acuerdo o conclusión.
Por supuesto que, si en el primer ejercicio no se logra un acuerdo, se tendrá que repetir la
escucha tantas veces sea necesario de ambas partes para poder llegar a un arreglo, o
bien podrá ser dialogado los días que sea necesario.

Si ambas partes dan su punto de vista y son escuchados el uno por el otro sin llegar a un
acuerdo, no hay diálogo, hay comunicación. Cabe resaltar que el acuerdo o conclusión no
siempre tiene que implicar que ambas partes estén acorde con lo que se discute, si
ambas partes convergen con la misma idea de resolución de conflicto y consideran que es
la mejor… ¡adelante!, no obstante otro acuerdo de diálogo puede ser respetar la ideología
del otro sin dificultad en la relación y continuar conviviendo satisfactoriamente, esto como
resolución del diálogo, es decir una alianza, y no como resignación por la falta de
acuerdo. La diferencia es que, a través del diálogo y la escucha constante de las
opiniones del otro, se logra comprender su punto de vista, aceptarlo y respetarlo aunque
no sea el propio; y en una resignación queda reservado el enojo, molestia o coraje de no
haber convergido en la misma idea resolutoria.

En diferentes ocasiones de la vida nos ha asaltado la pregunta: ¿quién soy yo?, ¿qué
hago aquí?, ¿por qué me siento así?, ¿qué es lo que realmente siento?, ¿qué es lo que
realmente pienso?, ¿qué sucede conmigo?, ¿por qué dije eso?, ¿por qué hice eso?, y un
sinfín de interrogantes más que atañen a uno mismo. No sólo en la adolescencia ocurren
estos conflictos, aunque sí es la etapa en donde más tienen lugar.
El ser humano es un ser sociable por naturaleza y esa misma naturaleza a la que
pertenecemos nos orienta a necesitar conocer a otros individuos semejantes o
completamente diferentes a nosotros, háblese de diferencia o similitud al referirse a la
forma de pensar, sentir, creer y actuar, en esa constante monotonía de estar rodeado de
personas ajenas a uno mismo la convivencia se convierte en algo tan imprescindible que
en ocasiones se nos dificulta estar solos.

El conocer a otros individuos es algo que se nos facilita tanto que el descubrirnos a
nosotros mismos queda en segundo plano y se va postergando a tal grado que aún
cuando nuestra edad de vida avanza, nuestro autoconocimiento decrece o se estanca.

Todas las personas tenemos la capacidad de percatarnos de lo que sucede en nuestro


ser, es decir, en nuestro cuerpo, con nuestros sentimientos, en nuestros pensamientos,
con nuestro comportamiento, no obstante, también es una habilidad que necesitamos
desarrollar, y como toda habilidad si no se practica menos hábil se es.

Para comprender con mayor claridad lo que es dialogar con uno mismo, es imprescindible
tener presente que el ser humano está constituido por:

1. Su ser biológico: en esta parte de sí se abarca su salud física, y se abordan sus


reacciones corporales como la sudoración ante un temor o miedo, el dolor de
cabeza como resultado de tener en mente un pensamiento rumiante, el llanto
como expresión o respuesta corporal de demasiada presión o dolor, la ansiedad
ante lo desconocido… todas las reacciones corporales y la homeostasis o
equilibrio en la salud corporal se abordan en este rubro.

2. Su ser psicológico. Esta parte del individuo puede ser dividida en dos
(sentimientos, pensamientos y conductas) para lograr su totalidad psicológica. En
su ser psicológico el hombre requiere tener plena conciencia de sus creencias
ideologías y cómo éstas repercuten en sus decisiones, sentimientos y
comportamiento. Por ejemplo: si se cree que usar lentes le hace lucir menos
belleza, es certero que al usarlos se sentirá con menor belleza; ahora bien, si cree
que usar lentes le hace lucir con mayor porte e inteligencia, entonces usarlos
logrará beneficiarle en sentirse inteligente e interesante.

Los pensamientos y creencias que yacen en la mente tienden a determinar en


gran proporción las decisiones y comportamiento de los seres humanos. Usando
el ejemplo anterior, si un sujeto se percibe con menor belleza puede elegir
sentirse triste por la falta de belleza de la que cree carecer, puede sentir enojo
porque existe quién posea mayor belleza que él o ella, puede sentir vergüenza
por percibirse menos agraciada, entre otros ejemplos. Nótese que el echo es el
mismo y la interpretación puede variar de acuerdo a la historia de vida de cada
persona y sus experiencias.

Quien piensa que es correcto lo que desea realizar, lo lleva a cabo y quien piensa
que eso no es correcto, buscará evitar hacerlo. Por tanto, las ideas que se poseen
en los pensamientos determinan en gran medida el cómo se comportan.

Las creencias que se tienen son en gran cantidad heredadas, aprendidas de


otros, parte de la idiosincrasia del lugar donde se nace, parte de la cultura, de la
creencia religiosa que se profesa, la ideología política que se acepta. Y ante este
cúmulo de información depositada en la mente, resulta complicado descifrar entre
un pensamiento puro y uno aprendido.
3. Su ser espiritual. El ser espiritual va más allá del cuerpo, la mente, los
sentimientos y la conducta condicionada. Victor Frank explica al igual que otras
teorías que el ser humano por naturaleza posee bondad en sí mismo que
responde a su propia naturaleza al formar parte del todo, es decir, el todo es la
naturaleza misma, la vida…

Continuará…

Recuerde que buscar ayuda a tiempo reduce mucho sufrimiento y que ante el sufrimiento
buscar ayuda es mejor opción.
PSIC. GENOVEVA MUÑOZ ALVAREZ
MASTER EN EDUCACION Y TERAPIA FAMILIAR
TANATÓLOGA
ATENCIÓN PREVIA CITA
TEL. (044)921-13-6-98-92
FACEBOOK: Consultorio Psicológico (Psicóloga Genoveva).

DIALOGA CONTIGO MISMO (Parte 2)

El ser humano es un ser sociable por naturaleza, el conocer a otros individuos es algo que
se nos facilita tanto que el descubrirnos a nosotros mismos queda en segundo plano y se
va postergando a tal grado que aun cuando nuestra edad de vida avanza, nuestro
autoconocimiento decrece o se estanca.

Todas las personas tenemos la capacidad de percatarnos de lo que sucede en nuestro


ser, para ello es necesario comprender con mayor claridad lo que es dialogar con uno
mismo, y tener presente que el ser humano está constituido por:

1. Su ser biológico: en esta parte de sí se abarca su salud física y reacciones


corporales.

2. Su ser psicológico. Sentimientos, pensamientos y conductas.

3. Su ser espiritual. El ser espiritual va más allá del cuerpo, la mente, los
sentimientos y la conducta condicionada. Victor Frank explica al igual que otras
teorías que el ser humano por naturaleza posee bondad en sí mismo que
responde a su propia naturaleza al formar parte del todo, es decir, el todo es la
naturaleza misma, el mundo, el universo, la vida misma. De tal forma que todo
aquello que no profese la vida y conduzca a la muerte a lastimar la vida, no es
espiritual. ¿Qué cosas duelen o hieren al ser humano apartándolo de la vida (bajo
esta perspectiva de espiritualidad)?, la respuesta es fácil: el odio, el rencor, el
orgullo, la soberbia, la traición, la deslealtad, la mentira, la falsedad, entre otros
mucho ejemplos.

Las teorías que aceptan un ser espiritual en el hombre plantean que este ser
espiritual es sublime, no se enferma y promueve la vida. Es decir, el ser espiritual
siempre está sano, en armonía y paz. Así, nace la pregunta obligada ¿y entonces
si todos los seres humanos poseen un ser espiritual porque no se encuentran en
paz y armonía?, esto es muy fácil de responder, de acuerdo a las teorías antes
mencionadas, el ser biológico y el ser psicológico se desarrollan tanto durante la
vida que estos tienden a opacar al ser espiritual, y a pesar de que pareciera que
el ser espiritual no está, en realidad el ser biológico y el ser psicológico no le
permiten expresarse.

Cuando se lleva a cabo el diálogo con uno mismo, el ser humano se hace
consciente de su ser biológico, de lo que éste experimenta, de cómo ve el mundo,
de lo que piensa de lo que sucede a su alrededor, de cómo lo interpreta; también
toma conciencia de su ser psicológico y de igual forma hace consciente lo que
piensa (sus pensamientos), sus creencias, sus convicciones, sus esperanzas, sus
anhelos, sus ilusiones, sus sueños, sus miedos, sus objetivos, su metas, lo que
siente y por qué lo siente, cómo actúa y qué le lleva a elegir dicho
comportamiento, entre otras miles cuestiones que describen su cuerpo y mente.
Cuando esta conciencia invade al hombre, entonces éste se permite apartar de sí
su cuerpo y su mente, para dar lugar a lo espiritual, a aquello que va más allá de
sí mismo, que no tiene reglas, que no tiene antivalores, que simplemente guía con
paz y armonía hacia la vida, hacia la plenitud.

El ser espiritual es capaz de permitir la luz al ser biológico, al ser psicológico y


favorecer la homeostasis. Para lograr conocer su ser espiritual, el hombre
necesita el autoconocimiento. Cuando se llega al diálogo con uno mismo, se
permite sobresalir al ser espiritual por encima del físico y el mental.

El ser espiritual está por encima del cómo se quiere ser o cómo se debe ser, va
más allá de reglas y deberes, “es” simplemente.

Cada ser humano puede encontrar la forma de llegar al diálogo consigo mismo, la forma
de lograrlo es:

 La introspección: Es la capacidad de llegar a lo profundo de sí mismo, se lleva a


cabo mediante ejercicios de respiración profunda. Consiste en cerrar los ojos y
tener contacto con el cuerpo, los pensamientos, los sentimientos y el estilo de
actuar de cada uno para así analizar si es lo que se quiere o no, en caso de ser
así continuar realizándolo de la misma manera, y en caso de no serlo, entonces
decidir cómo se quiere. La introspección favorece el autoconocimiento.

Si se practica la introspección se llega a tener consciente lo que gusta, lo que


desagrada, lo que se siente, el motivo por el cual se siente eso, qué es lo que ha
llevado a pensar o sentir de determinada manera, qué se quiere en la vida, qué se
desea lograr en la misma, qué es lo que se desea evitar, el motivo de lo que se
desea y evita, es decir, permite el autoconocimiento.

Lograr el autoconocimiento y practicar la introspección es como estar aliado


consigo mismo y ser el propio apoyo y motivador, y por supuesto al lograr
comprenderse a sí mismo, la convivencia con otros será mucho más facilitada.

La introspección es un compromiso por conocerse primero a sí mismo, antes que


a cualquier otro individuo.

La introspección puede llevarse a cabo en un lugar silencioso donde se sienta cómodo,


recostado en la cama, escuchando música de la naturaleza, observando lo bello de la
naturaleza, viendo jugar a los niños, viendo una rosa florecer, en la iglesia, haciendo
oración, realizando cualquier actividad que le permita que el ser biológico y el psicológico
callen para escuchar al ser espiritual.

El diálogo con uno mismo es una invitación de verse a sí mismo a través de los propios
ojos y no de los que le han enseñado, los que ha aprendido, los que ha conocido, los que
cree que son los mejores. Es verse antes de ver a otros, es ser responsable de sí mismo
y de lo que le rodea, ya que al ser espiritual forma parte de sí y del todo.

En conclusión, el ser biológico y el psicológico necesitan guardar silencio para escuchar al


ser espiritual. El cuerpo, las ideas, los comportamientos impulsivos, nublan al ser
espiritual y lo opacan.
Atrévete a conocerte y a identificar tus patrones de respuesta ante la vida, para que
rompas con ellos y cada experiencia de vida sea vivida plena y responsablemente como si
fuera la primera.

Y si tras los ejercicios de introspección encuentras situaciones que te impidan llegar a tu


plenitud, recuerda que buscar ayuda a tiempo reduce mucho sufrimiento y que ante el
sufrimiento buscar ayuda es mejor opción.

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