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Puntos Importantes Del Discernmiento Espiritual
Puntos Importantes Del Discernmiento Espiritual
salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son creadas para el hombre y para que le ayuden en la
prosecución del fin para que es criado.
es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas
En rigor, se discierne espíritus. Es decir, se discierne si mis decisiones me acercan o alejan de lo que Dios quiere de mí.
Las mociones son los deseos profundos del alma. Las mociones que son del buen espíritu, las que son movimientos del
Espíritu Santo, son acompañadas de la consolación espiritual. (EE 316).
Mociones del mal espíritu se llaman tentaciones, o engaños. A veces, son acompañadas de lo que Ignacio llama la falsa
consolación, una especie de ardor fraudulento que lleva lejos de las cosas celestiales, que pone la salvación en peligro.
Otras veces, el movimiento del mal espíritu produce desolación: oscuridad del alma, ansiedad, moción a las cosas bajas y
terrenas; inquietud, agitaciones y tentaciones. Hace perder la fe, sentirse sin esperanza, sin amor; hallándose todo
perezoso, tibio, triste y como separado de su Creador y Señor (EE 317).
El discernimiento ignaciano es un método que ayuda a distinguir entre el buen espíritu, origen de los movimientos
interiores que provienen de Dios, y el maligno, que milita en contra. San Ignacio parte de un presupuesto; en toda
persona, existen tres “voces” internas; la del buen espíritu que viene de Dios, la del mal espíritu que viene del malo y una
tercera que es las propias inclinaciones de uno. En este sentido, nuestra libertad también tiene algo que decir en los
discernimientos.
Consolación: cuando el alma se produce alguna moción interior, con la cual viene el alma a inflamarse3 en amor de su Criado
y Señor, y como consecuencia ninguna cosa criada sobre la faz de la tierra puede amar en sí, sino en el Criado r de todas ellas.
Lágrimas que mueven a amar más a Dios, sea por dolor de pecados o por la pasión de Cristo nuestro Señor, o por otras cosas.
Todo aumento de esperanza, fe y caridad y toda alegría interna que llama y atrae a las cosas celestiales y a la propia salud de su
alma, aquietándola y pacificándola en su Criador y Señor. (316)
- Piense cómo deberá actuar cuando esté desolado (323)
- Quien está consolado procure humillarse y abajarse cuanto pueda, pensando para qué poco vale en el tiempo de la desolación,
sin esa gracia o consolación. (324)
Desolación espiritual. Oscuridad del alma, turbación en ella, inclinación por las cosas bajas y terrenos, inquietud de varias
agitaciones y tentaciones, moviendo a desconfianza, sin esperanza, sin amor, hallándose el alma toda perezosa, tibia, triste y
como separada de su Criador y Señor. (317)
No cambiar unos primeros propósitos. (318)
Reaccionar intensamente contra la desolación. Insistir más en la oración y meditación, examinarse, hacer penitencia. (319)
Considerar cómo el Señor le ha dejado en prueba con sus facultades naturales, para que resista a las varias agitaciones y
tentaciones del enemigo. Pero puede por la gracia que le ha sido dada superar este estado. (320)
Trabajar por mantenerse en paciencia, que es contraria a las molestias que le vienen. (321)
EL ENEMIGO. Es débil ante la fuerza y fuerte ante la condescendencia. Es propio del enemigo debilitarse y perder ánimo,
huyendo sus tentaciones, cuando la persona que se ejercita en las cosas espirituales pone mucho rostro contra las tentaciones del
enemigo, haciendo lo diametralmente opuesto; y por el contrario, si la persona que se ejercita comienza a tener temor y perder
ánimo en sufrir las tentaciones. (325)
- Se porta como vano enamorado queriendo mantenerse en secreto y no ser descubierto. Porque fácilmente deduce
que no podrá salir con la empresa comenzada. (326)
- Combate por la parte más débil. Mira en torno a todas nuestras virtudes teologales, cardinales y morales; y por donde
nos halla más débiles y más necesitados para nuestra salvación eterna, por allí nos combate y procura tomarnos. (327)
III.- Tres ejercicios para tercer tiempo
1er Ejercicio: mirar a un hombre que nunca se ha visto ni conocido, y deseando yo toda su perfección, considerar lo que yo le
diría que hiciese y eligiese para mayor gloria de Dios nuestro Señor y mayor perfección de su alma, y hacer yo lo mismo.
2º Ejercicio: Considerar que estoy al borde de la muerte, y ver qué me hubiera gustado elegir en este momento, y realizar eso.
3er Ejercicio: Mirando y considerando cómo me hallaré el día del juicio final frente al Señor, pensar cómo entonces querría
haber elegido, y la opción que entonces querría haber tenido, tomarla ahora, porque entonces me halleré con entero placer y
gozo.
Es propio de Dios y de sus ángeles, en sus mociones, dar verdadera alegría y gozo espiritual quitando toda tristeza y turbación.
Da consolación sin causa precedente, porque es propio del Criador entrar, salir, hacer moción en ella, elevándola toda en amor
de su divina majestad. (329)
Con causa puede consolar al alma tanto el ángel bueno, como el malo, por fines contrarios. El ángel bueno para lo bueno y el
malo para lo contrario. (331)
El enemigo induce a la tristeza y turbación. Guerrea contra esa alegría y consolación espiritual. Se disfraza de ángel de luz,
entrar con lo que gusta al alma devota y salir con el mal que él pretende. Empezar bien y traerla al mal. (329)
Se disfraza de ángel de luz, entra con lo que gusta al alma devota y así salir con el mal que pretende. Trae pensamientos buenos
y santos y despué
Debemos advertir mucho el curso de los pensamientos: principio medio y fin. (333)
Quien descubre que fue tentado debe mirar el curso de sus pensamientos para sacar experiencia de ello y guardarse así de los
engaños.