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NOTA: Son nueve (9) frutos en las biblias actuales y doce (12) frutos en la
Vulgata Latina
“Gracias a este poder del Espíritu Santo los hijos de Dios pueden dar fruto. El que
nos ha injertado en la Vid verdadera hará que demos "el fruto del Espíritu, que es
caridad, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre,
templanza" (Ga 5, 22-23).
"El Espíritu es nuestra Vida": cuanto más renunciamos a nosotros mismos (cf. Mt
16, 24-26), más "obramos también según el Espíritu" (Ga 5, 25):
• Alegría. La alegría verdadera nace del bien que hacemos y del bien que recibimos.
Nunca podrá faltarnos la alegría si somos conscientes de la presencia de Dios en
nosotros. Nos alegramos, nos alegramos siempre en el Señor (Flp 4,4).
«Alegráos siempre en el Señor; de nuevo os digo, alegráos» (Flp 4,4). El cristiano
que se alegra en la alabanza de Dios se alegra siempre, sean las circunstancias
hostiles o favorables. Y se alegra siempre en el Señor, de modo que nada ni nadie
podrá quitarle su alegría (Jn 16,22). Es la alegría de aquel cuyos ojos fueron abiertos
por la fe para contemplar al Invisible en el mundo visible (2 Cor 4,18; Heb 11,3)
• Paciencia. Según San Agustín, es «la virtud por la que soportamos con ánimo
sereno los males». Y añadía: «no sea que por perder la serenidad del alma
abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores»
• Afabilidad. Saber tratar bien a los hombres. Es aquella cualidad que consiste en
ser de un acceso fácil para sus inferiores y en escucharlos con benevolencia
1º AMOR Es el primero de los frutos del Espíritu Santo, fundamento y raíz de todos
los demás. Siendo El, la infinita caridad, o sea, el Amor Infinito, es lógico que
comunique al alma su llama, haciéndole amar a Dios con todo el corazón, con todas
las fuerzas y con toda la mente y al prójimo por amor a Dios. Donde falta este amor
no puede encontrarse ninguna acción sobrenatural, ningún mérito para la vida
eterna, ninguna verdadera y completa felicidad. Es lógico, también, que la caridad
sea un dulcísimo fruto, porque el amor de Dios, es alcanzar el propio fin en la tierra
y es el principio de esta unión en la eternidad.
2º ALEGRÍA Es el fruto que emana espontáneamente de la caridad, como el
perfume de la flor, la luz del sol, el calor del fuego, da al alma un gozo profundo,
producto de la satisfacción que se tiene de la victoria lograda sobre sí mismo, y del
haber hecho el bien. Esta alegría no se apaga en las tribulaciones crece por medio
de ellas. Es alegría desbordada.
5º LONGAMINIDAD Este fruto del Espíritu Santo, confiere al alma una amplitud de
vista y de generosidad, por las cuales, ésta saber esperar la hora de la Divina
Providencia, cuando ve que se retrasa el cumplimiento de sus designios y sabe
tener bondad y paciencia con el prójimo, sin cansarse por su resistencia y su
oposición. Longanimidad es lo mismo que gran coraje, y gran ánimo en las
dificultades que se oponen al bien, es un ánimo sobrenaturalmente grande en
concebir y ejecutar las obras de la verdad.
12º CASTIDAD La castidad es la victoria conseguida sobre la carne y que hace del
cristiano templo vivo del Espíritu Santo. El alma casta, ya sea virgen o casada
[porque también existe la castidad conyugal, en el perfecto orden y empleo del
matrimonio] reina sobre su cuerpo, en gran paz y siente en ella, la inefable alegría
de la íntima amistad de Dios, habiendo dicho Jesús: Felices los limpios de corazón,
porque verán a Dios. Con la gracia de Dios.