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PSICOLOGÍA DE LA INTERVENIÓN SOCIAL TEMA 2.

MODELOS
TEÓRICOS PARA LA INTERVENCIÓN SOCIAL

TEMA 2.
MODELOS TEÓRICOS PARA LA INTERVENCIÓN SOCIAL

Si la Psicología Comunitaria se ocupa teórica e interventivamente del comportamiento


de personas y grupos en relación a sus contextos sociales de pertenencia (especialmente
los más inmediatos y significativos, comunitarios), particularmente en relación a la
resolución de los probemas psico –sociales y el desarrollo humano integral alcanzados a
través del cambio social activamente co-protagonizado por esas personas, necesitamos
guías teóricas para los componentes básicos – subrayados- del campo. Guías
conceptuales, para las ideas puntuales; modelos para los componentes operativos y
relacionales.

MODELOS TEÓRICOS: ANALÍTICOS Y OPERATORIOS.

Los modelos (básicamente) analíticos sirven para comprender y explicar el


funcionamiento de la comunidad, intentando explicitar conceptos substantivos básicos
(comunidad, cambio social, desarrollo humano, problemas psicosociales) y elementos
relacionales o procesales (comportamiento humano en contextos sociales y generación
de los problemas psicosociales).

Los modelos analíticos podemos clasificarlos en:

1- Globales (nivel macrosocial): Estos se centran en el marco global socio-cultural del


desempeño comunitario, permitiendo relacionar los fenómenos psico-sociales - de
interés directo de la psicología comunitaria- con sus determinantes y correlatos
macro-sociales. Entre ellos podemos citar el modelo de la comunidad y el de los
“problemas sociales”, como esquema analítico generacional que liga ciertas
transformaciones estructurales y sociales con unos efectos psico-sociales
problemáticos, objeto central de la intervención comunitaria.

2- Psicosociales (nivel mesosocial): Estos se inscriben en un nivel mesosocial –propio


de la PC- ligando los dos términos básicos de referencia de la Psicología
Comunitaria –individuo y sistema social- a varios niveles: Inter-acción o inter-
relación entre individuos; inter-relación grupal; relación e inter-acción individuo-
sistema social; y confluencia o conjunción individuo-sistema. Incluiríamos aquí
como más apropiados para la PC los modelos adaptativos (ej: estrés, apoyo social y
recursos), ecológico-sociales, interactivos y transaccionales (centrados en las
relaciones entre individuos y sistemas sociales como 2 partes diferenciadas) y los
sistémicos, que acentúan más los aspectos inter-relacionales y dinámicos dentro de
sistemas formales en general.
Deben de mencionarse aquí también los modelos de desarrollo humano como el de
los suministros de Caplan.

Los modelos (básicamente) operativos sirven para actuar, operar o dirigir,


ligando relacionalmente los dos núcleos básicos: Cambio social –en un lado- y
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problemas psicosociales y desarrollo humano –en el otro -, como correlatos posibles del
primero.

Entre los modelos operativos, podemos distinguir aquellos que definen los objetivos o
metas de actuación y aquellos que, centrándose en la acción y sus efectos, guían y
orientan la realización de la intervención comunitaria desde la Psicología. Naturalmente,
no se puede –ni se debe- establecer una separación tajante entre ambos que están
bastante inter-relacionados siendo, no pocas veces, cara y cruz de un mismo proceso
interventivo.

Los conceptos comúnmente reconocidos como objetos o metas de la acción comunitaria


son:

- Salud mental positiva, que pretende transcender los conceptos patológico-médicos


de base (enfermedad) hacia su complemento positivo, la salud.
- Calidad de vida, cercana al anterior pero enfatizando los componentes cotidianos,
dinámicos, relacionales y contextuales y su percepción psicológica.
- Competencia; subraya el desarrollo personal a través de la acción efectiva y el
dominio del entorno, frente al análisis, la auto- realización personal o la afiliación
social.
- Sentido psicológico de comunidad, que subraya la aportación de significado e
identidad personal desde la comunidad, y dotación de poder (empowerment)
propuesta por Rappaport y centrada directamente en el poder –psicológico y social-
(y, por tanto para la Psicología Comunitaria).

Entre los modelos de actuación, que guían la intervención y trabajo comunitario desde
la Psicología, podemos citar los siguientes:

- Modelo de prevención, procedente de la salud pública.


- Modelo de la “competencia” –o de las habilidades -. Modelo de actuación
individual y pequeño - grupal, formado por una serie de estrategias personales y
relacionales dirigidas a adquirir “habilidades” o destrezas en diversos campos que
mejoren la competencia de las personas.
- Modelo de cambio o acción social basados casi siempre en la acción social
solidaria y “desde abajo” para forzar una redistribución del poder u otros recursos
sociales escasos.

En realidad algunos de los modelos citados como analíticos tienen (o pueden tener)
también un fuerte uso operativo. Por ejemplo, los sistémicos en el campo familiar
(terapia familiar sistémica) o los de desarrollo humano en el campo educativo – escolar
o político – legislativo.
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 MODELOS ANALÍTICOS GLOBALES.

LA COMUNIDAD.

Dentro de la comunidad hay una estructura formal (instituciones) y otra informal (la
familia, voluntariado, etc.). Cuando hay un fallo en una de las dos o en ambas, las
intervenciones irán dirigidas a ambas.

PROBLEMAS SOCIALES. (De este punto no hay nada en la bibliografía)

- Definición: discrepancia entre lo que es y lo que debería ser (norma). (Merton,


1976).

- Utiliza el modelo tripartido (Sánchez Vidal).

Para la definición de necesidades y problemas se deben utilizar tres criterios:

- Criterio social: repercusiones sociales del problema.


- Criterio subjetivo: aquellas personas que experimentan un tipo de malestar durante
ciertas situaciones.
- Criterio profesional: teorías que nos hacen entender los problemas.

 MODELOS ANALÍTICOS PSICOSOCIALES.

ESTRÉS, APOYO SOCIAL Y RECURSOS.

En el campo psicológico, el estrés, podría ser definido como un “proceso en el que


fuerzas o acontecimientos ambientales, llamados estresores amenazan la existencia y
bienestar del organismo”. Según la tradición de Caplan, el estrés es un desequilibrio o
discrepancia significativo entre –por un lado- las demandas (externas o, también
internas) hechas a un individuo en relación con valores, metas o condiciones
subjetivamente percibidas como vitales para su supervivencia o bienestar y –por otro
lado- los recursos adaptativos de ese organismo (su capacidad aprendida de respuesta).

• Los programas para la prevención de los efectos del estrés se basan en la siguiente
secuencia de acciones:

1. Identificación de acontecimientos, situaciones, procesos o sistemas sociales que


consistentemente producen consecuencias desagradables o indeseables en las
personas sometidas a ellos.
2. Estudio de esas consecuencias negativas y distribución epidemiológica de esos
efectos en las poblaciones afectadas.
3. Desarrollo de programas interventivos experimentales con objeto de : a) Disminuir o
eliminar en lo posible el estrés o los aspectos estresantes de la situación o sistema
social en cuestión; b) si no se puede evitar el estrés, disponer de programas de
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fortalecimiento y confrontación para las personas expuestas a él o c) de programas


de intervención para revertir o limitar las consecuencias del estrés no evitable en los
individuos afectados.

La intervención de crisis es el campo aplicado que cubre este tipo de acciones


preventivas y reparativas a nivel individual.

• Frente al estrés se formulan enfoques positivos o de recursos que se caracterizan


por:
- Actitud potenciadora.
- Recursos y capacidades. (Para poder mejorar la respuesta frente al
estrés)

El modelo teórico clásico de confrontación (coping) es el de valoración o evaluación de


Lazarus. Según el modelo, las reacciones a una situación estresante dependen de la
evaluación de ella como amenazante para la supervivencia física o psíquica del
individuo. La reacción emocional es función de esa valoración primaria del potencial de
peligro o daño de la situación. La secundaria, se refiere a las alternativas o recursos
confrontativos del sujeto. La reevaluación de la situación estresora se produce como
resultado de las dos valoraciones previas y de los cambios internos o externos ocurridos
a lo largo del proceso. El significado psicológico o subjetivo del estresor para el sujeto
así como otros parámetros –como su locus de control, autoestima, sentido de potencia o
impotencia, etc.-, constituirían importantes elementos disposicionales, que median en el
proceso adaptativo. (Esto es lo que hay en la bibliografía del punto anterior).

• Pasos de la intervención: (De este punto no hay nada en la bibliografía)

1) Identificar capacidades personales y recursos sociales formales e informales.


2) Apoyar los recursos existentes, en lugar de buscar un servicio externo.
3) Mejorar y desarrollar los recursos potenciales, mediante la formación, ayuda
externa u organización social.

• Ejemplo: familia adolescente. (De este punto no hay nada en la bibliografía)

1) Recursos familiares (Olson, 1979).


- La cohesión familiar.
- Adaptabilidad familiar (capacidad de cambio y adaptación que tiene la
propia familia)

2) Como mejorar:
- Comunicación familiar.
- Negociación.

• Desarrollo de recursos. (De este punto no hay nada en la bibliografía)

- Objetivo: el desarrollo humano.


- Blanco o destinatario: el sistema social con todos sus miembros.
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- Recurso: algún aspecto o dimensión que se puede promover para poder alcanzar
determinados objetivos.
- Método: uso de mecanismos sociales para conseguir el desarrollo.

• Pasos para el desarrollo de recursos.

- Definir con claridad y explícitamente los objetivos del sistema.


- Determinar los comportamientos instrumentales para alcanzar esos objetivos.
- Ligar las conductas instrumentales positivas con premios y las negativas con
castigos.
- Reforzar y hacer cumplir esa conexión o correspondencia entre objetivos y
comportamientos por medio de sistemas efectivos de premios y castigos.

• Contenido de programas de desarrollo de recursos.

- Premios y concursos a la excelencia.


- La competición.
- Distribución de poder, recursos y empowerment personal.
- Educación y desarrollo de habilidades.

MODELO DE SUMINISTROS DE CAPLAN. (Dentro de los modelos analíticos


psicosociales).

El de los aportes o suministros es un modelo –específico para la PC (Psicología


Comunitaria)- positivo, de desarrollo a diferencia de otras teorías negativas o
carenciales. Caplan lo describe como un modelo macroscópico, como los mapas de gran
escala que incluyen los elementos principales pero no la totalidad, de forma que a falta
de una teoría y conocimientos detallados pueda servir de guía para quienes se mueven
por esta zona. Según él, hay 3 tipos de suministros necesarios para el desarrollo
adecuado de una persona: físicos, psicosociales y socioculturales.

• Los suministros o aportes físicos incluyen la alimentación, vivienda, estimulación


sensorial y posibilidad del ejercicio físico. Son “precisos para el crecimiento y
desarrollo corporal y para el mantenimiento de la salud y protección contra el daño
físico, tanto antes como después del nacimiento”.

• Los suministros psicosociales, incluyen la estimulación y desarrollo intelectual y


afectivo de una persona por medio de la acción interpersonal de miembros
significativos de la familia, los iguales y los superiores jerárquicos de la escuela,
iglesia y trabajo, a través de la influencia ejercida en los intercambios cara a cara
entre cada individuo y las personas con que se relaciona y compromete
emocionalmente y con las que desarrolla relaciones continuadas o duraderas.

• Los suministros socioculturales se refieren a las influencias ejercidas sobre el


desarrollo y funcionamiento de la persona por las costumbres y valores de la cultura
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y estructura social en que está inmersa. Las expectativas, normas, valores e


ideología de ahí emanadas, influyen también sobre las acciones, sentimientos e
interacciones de los individuos, fijando su lugar en la estructura social y
permitiéndole alcanzar recompensas y seguridad externas. Por ejemplo: un
individuo que crece en un grupo aventajado y en una sociedad estable con roles
sociales, normas y valores claros, tendrá mayores oportunidades para un desarrollo
saludable que si lo hace en el seno de un grupo marginado o pobre, en una sociedad
inestable o en un periodo de cambios profundos y rápidos.
Los suministros socioculturales tendrían una gran influencia sobre el desarrollo de la
percepción social del individuo, sus actitudes, opiniones, valores, nivel de
aspiración, etc. Caplan concede gran importancia a estos suministros al tener una
doble influencia sobre los individuos:

1. Directa, (dan normas y valores para funcionar) como “herencia” sociocultural


con que parte el sujeto en su vida. Si es positiva, enriquecerá su propia dotación
constitucional ayudándole a resolver los problemas y dificultades vitales. Si, por
el contrario, es neutra o negativa el individuo queda sólo con sus propios
recursos o, peor, ha de enfrentarse a los problemas adicionales derivados de esas
carencias externas, a la hora de resolver las dificultades y tareas vitales básicas.

2. Indirecta, (influyen en la consecución) modificando los aportes psicosociales


(por ejemplo: familia, amigos, relaciones de trabajo) y físicos (dieta, entorno
físico y urbano, etc.), que afectan al individuo a otro nivel. Esos aportes no serán
los mismos si la persona crece en una clase social alta, en tiempos de
tranquilidad económica y social que si lo hace en una clase más baja, en la
pobreza o en tiempos de cambio económico y/o social intenso.

El individuo no es, naturalmente, un receptor pasivo de suministros, sino un sujeto


interactivo, en la medida en que puede contribuir a crearlos o a modificar su
entorno. Los grupos o poblaciones vulnerables que se enfrentan a situaciones de
pérdida de suministros estarían a riesgo de desarrollar disfunciones mentales y
psicosociales al enfrentarse a situaciones de crisis que exceden sus capacidades de
respuesta. Éstas podrían darse según Caplan ante 3 tipos de situación:

a) Pérdida repentina de aportes físicos, psicosociales o socioculturales (por


ejemplo, ruptura familiar o despido de trabajo).
b) Amenaza de esa pérdida de suministros (inestabilidad familiar o laboral).
c) Exigencias asociadas con oportunidades derivadas del aumento (o disminución)
de esos aportes (ascenso en el trabajo, nacimiento de un niño, matrimonio).

La prevención primaria del trastorno mental y la disfunción social tendría, por tanto,
como objetivo (meta comunitaria) asegurar y mantener el nivel social e individualmente
adecuado de esos aportes. La intervención –política, social, legislativa, etc.-, destinada a
mantener el suministro social de aportes sería la acción social; la destinada a mantener
el acceso de los individuos a esos aportes o a ayudarles a repasar los efectos de su
pérdida –o amenaza de ello- sería la acción interpersonal (próxima a la psicoterapia
individual). El campo de intervención así generado sería el de intervención de crisis,
uno de los más desarrollados –junto a la consulta- en el campo comunitario.
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El modelo de Caplan aparece como interesante y susceptible de mayor desarrollo y


elaboración de cara a la construcción de una teoría comunitaria integrada.

 MODELOS OPERATIVOS (OBJETIVOS).

SALUD MENTAL POSITIVA. (Qué hay que conseguir para que las personas se
desarrollen de forma saludable). (No se encuentra en bibliografía).

Criterios de salud mental positiva:

- Actitud positiva hacia uno mismo.


- Crecimiento / actualización personal.
- Integración – equilibrio interior.
- Autonomía razonable.
- Percepción correcta de la realidad.
- Dominio / maestría razonable del entorno.

COMPETENCIA.

La competencia se usa con un tono más psicosocial, refiriéndose tanto a individuos


como a comunidades (Iscoe, 1974), e indicando la dirección potenciadora de las
disciplinas comunitarias, por contraste con otros modelos tradicionales basados en
defectos o trastornos (Albee, 1984) y asociados al modelo médico de enfermedad. El
concepto de competencia va ligado –aunque no sea equivalente- al de potenciación
(empowerment) psicológico en lo social y a los de autoeficacia, autoestima y al
desarrollo de destrezas y resolución de problemas en lo psicológico y personal.

Para Robert White (1959), que propuso la idea de competencia desde una
perspectiva dinámica, ésta indica una fuerza motivadora y propulsora más allá de las
clásicas pulsiones freudianas, basadas en la mera reducción de la tensión como motor y
fuente de placer. Mediante los procesos de competencia, los organismos aprenderían a
interactuar efectivamente con su entorno (físico, psicológico y social). La competencia
incluiría, pues, actividades selectivamente dirigidas a interactuar con el entorno.
La conducta competente tendería a la “efectancia” (tendencia a producir “efectos”)
como base motivadora, y produciría como resultado la experiencia o sentimiento de
eficacia. Esta formulación expresa una idea psicológica, central y recurrente de gran
utilidad en su aplicación a individuos, grupos y comunidades.

En resumen, la competencia es como una fuerza motivadora o impulsora hacia la acción


o la conducta, de tal modo que:

1. Los organismos desean producir un efecto en el ambiente.


2. Tratan de interactuar efectivamente o competentemente con el ambiente.
3. Como resultado se derivan sentimientos de eficacia o competencia.
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White (1974) ha estudiado también las estrategias adaptativas de los individuos


dirigidas, según él, a lograr un compromiso aceptable y operativo entre la dependencia y
la autonomía del entorno. El autor considera 3 factores o procesos principales en la
adaptación y el logro de competencia:

1. Búsqueda del volumen óptimo de información sobre el ambiente para no generar


una carga excesivamente alta o excesivamente baja de información.
2. Organización interna o estructural satisfactoria, libre de tensiones psicológicas o
físicas que dificulten la interacción competente con el entorno.
3. Autonomía en la iniciación y mantenimiento de la acción del individuo, de manera
que la acción está autodirigida desde el propio individuo y no impuesta desde su
entorno.

La promoción de estos tres procesos adpatativos (muy similares a algunos de los


criterios de Jahoda sobre salud mental positiva) serían metas del trabajo comunitario, al
conducir al desarrollo de la competencia de individuos y grupos y al incremento de los
sentimientos derivados de poder, eficacia, potencia y autoestima.

Iscoe (1974) ha identificado el desarrollo de “comunidades competentes” como


meta básica de la PC. Ese desarrollo incluiría el uso de información y otros recursos, de
forma que los individuos puedan tomar decisiones razonadas sobre las cuestiones y
problemas que los aquejan para poder confrontarlos y dominarlos de la manera más
competente posible. Los componentes de la competencia individual y social serían,
según Iscoe: 1) Un repertorio de posibilidades y alternativas; 2)el conocimiento para
acceder a los recursos psicosociales; 3) potencia, y 4) – como consecuencia de lo previo
-, autoestima, esperanza y poder.

Adler (1982) ha propuesto los siguientes componentes y funciones del concepto


de competencia en su aplicación comunitaria:

1. Capacidad de cumplimentar roles sociales relevantes (la característica más


importante).
2. Mantenimiento de un autoconcepto apropiado.
3. Capacidad de funcionamiento interpersonal o interactivo.
4. Apropiado manejo del afecto.
5. Resolución no traumática de las crisis evolutivas.
6. Manejo exitoso de eventos estresantes.
7. Acceso a los recursos disponibles.
8. Funcionamiento cognitivo apropiado.

Como se puede ver, esta formulación presenta amplias comunalidades con las de Iscoe
(1974) y Jahoda (1958).
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EMPOWERMENT.

Rappaport (1981 y 1987), lo describe como un constructo multinivelar


aplicable tanto a individuos como a organizaciones o comunidades y necesario para el
desarrollo de una teoría ecológica en PC, al designar una cualidad fundamental de la
relación interactiva entre la persona y su entorno comunitario o físico exterior.

Así pues, el empowerment (cuya traducción castellana más fiel, sería


potenciación o fortalecimiento), es un proceso o mecanismo a través del cual personas,
organizaciones o comunidades adquieren control o dominio sobre los asuntos o temas
de interés que le son propios. Etimológicamente, empowerment hace referencia a
“permitir” o “capacitar”, a “autorizar” o “dar poder” sobre algo, alguien o para hacer
algo, asumiendo que hay una condición de dominio o autoridad sobre ese algo.

Rappaport distingue 2 componentes en el constructo de empowerment (referido a


personas en este caso):

1. La capacidad individual de determinación sobre su propia vida, denominada


autodeterminación personal.
2. La posibilidad de participación democrática en la vida de la comunidad a que uno
pertenece, a través de estructuras sociales como escuelas, iglesias, vecindarios y
otras organizaciones voluntarias. A esto le llamamos participación, determinación o
autogestión social.

Berger y Neuhaus han delineado el marco global del empowerment,


explicitando a través de un influyente ensayo (1977) las condiciones político – sociales
para dotar de poder a las personas. Ese empowerment o dotación de poder podría
realizarse a través de las estructuras sociales intermedias (vecindario, familia, iglesia y
asociaciones voluntarias, entre otras) entre la vida privada de las personas y las grandes
instituciones despersonalizadas (gubernamentales, burocráticas y corporaciones
industriales) de la vida pública.
Esas estructuras vehicularían, además, la participación –socialmente organizada
y relativamente autónoma de las macro-estructuras gubernamentales- de los individuos
en la sociedad. El empowerment de los ciudadanos se daría indirecta –inter-
mediadamente-, facilitando la participación activa de esas estructuras sociales
intermedias en la realización de la política social de una sociedad.

De aquí se extraerían 2 principios básicos:

1. Una “minimalista”: La política pública debe cesar de dañar, interferir o intentar


controlar o co-optar esas estructuras sociales intermedias, debiendo, al contrario,
protegerlas, apoyarlas y fomentarlas.
2. La política debe realizarse, siempre que sea posible, a través de esas estructuras
intermedias.

Se propugna aquí, como se ve, el fortalecimiento de las personas a través de su


participación en estructuras intermedias, generadas “desde abajo”( muy cercanas, en
ciertos casos, a la auto-organización y auto-ayuda) diferentes de las macroestructuras
administrativas estatales o gubernamentales –de las que no son parte.
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 MODELOS OPERATIVOS (ESTRATEGIAS).

MODELO DE CAMBIO SOCIAL.

El cambio social se refiere a la modificación de la estructura de un sistema social dado,


es decir, la alteración de los sistemas normativos, relacionales y teleológicos (fijación de
metas) que lo gobiernan y que afectan a la vida y relaciones (horizontales y verticales)
de sus miembros.

En el verdadero cambio social (“cambio de segundo orden”) se da una alteración


de la relación entre los elementos o subsistemas básicos del sistema (individuos, grupos,
comunidades e instituciones) a través del cambio de las “reglas del juego” constitutivas
(normas, valores, roles, sistemas de comunicación o de distribución de poder, etc.) de
ese sistema que posibilitan su mantenimiento como tal y el de sus outputs personales (el
individuo socializado en el sistema).
El cambio de “primer orden” consistiría, por el contrario, en alterar un elemento
(individuo) del sistema o su situación dentro de él (mejora de la salud mental o cambio
de empleo), pero sin afectar el sistema en su conjunto.

Katz (1974) ha distinguido –desde una perspectiva psicosocial- 4 clases de


cambio a nivel teórico que tienen en cuenta tanto al individuo como el sistema social.
Estas clases (de las que las 3 últimas constituirían cambio social) son:

1. Cambio individual: Cambio en características personales, como la psicoterapia o el


aprendizaje individual. Puede o no persistir a través de los diferentes grupos sociales
y no trasciende, en principio, la esfera del propio individuo.
2. Cambio social incremental (gradual): Modifica la estructura social existente
(elaborándola o modificando la dirección o ritmo de sus procesos), sin destruir la
urdimbre (maquinar y disponer alguna cosa con cautela para la consecución de algo)
social, política o económica de base. La extensión del sufragio universal o de la
política de bienestar social en una sociedad capitalista ilustraría este tipo de cambio.
3. Cambio social radical: Conduciría a una modificación drástica de la estructura
social, sobre todo en los sistemas políticos y económico, de forma que las relaciones
de poder y de recompensas de la actividad humana se vean alteradas. Las
revoluciones políticas –especialmente las que siguen la línea marxista- serían un
ejemplo.
4. Cambio cultural: Cambio de actitudes, valores y comportamientos en el conjunto del
sistema social. No requiere una modificación de la estructura social aunque también
puede darse este cambio (como precedente usualmente) en sus dos variantes –
radical o gradual- descritas. La “occidentalización” de Japón ilustraría este tipo de
cambio.

PRINCIPIOS O CARACTERÍSTICAS OPERATIVAS ESENCIALES ELABORADOS


DESDE DIVERSAS EXPERIENCIAS Y MODELOS TEÓRICOS:

PRINCIPIOS OPERATIVOS I.
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• Las partes o subsistemas de un sistema social son interdependientes : Un input o


cambio que afecte a una de las partes afectará a: 1) Su relación con el resto del
sistema y 2) otras partes con las que aquella tenga relación. Una alteración de una
relación inter – subsistemas afectarán a todos los subsistemas ligados por esa
relación. Los efectos producidos en cada subsistema dependerán de las
características y contenido de su relación con el subsistema afectado y de las
posibles interacciones potenciadoras o decrecientes entre los diversos efectos.

• El cambio sistémico o social tiene efectos múltiples , no sólo el o los previstos o


deseados, al afectar a elementos y partes interdependientes y subordinados. Hay que
tener en cuenta estos “efectos secundarios” al planificar y evaluar el impacto del
cambio social, ya que algunos son negativos e indeseables, creando a su vez nuevos
problemas. Otras veces, en cambio, los efectos secundarios son buscados como
positivos o deseables. Por ejemplo: la discusión pública de un tema delicado (efecto
secundario) en una campaña dirigida a la prevención de enfermedades de
transmisión sexual (“póntelo, pónselo”). Antes de intentar cambiar el sistema en una
dirección previsible hay que conocer: 1) su estructura o composición, 2) la relación
entre las partes, que nos ayudará a comprender los efectos secundarios sobre cada
una de ellas.

• Todos los sistemas tienen una cierta “inercia funcional” tendiendo a


autorreproducirse. Por tanto, un intento de cambio demasiado brusco o extenso que
no tenga en cuenta esos factores puede encontrar reacciones contrarias o fuertes
resistencias que suelen tender a hacer retomar el sistema a su estado de equilibrio
inicial, o incluso, a un estado más alejado en la dirección contraria a la pretendida
por el cambio.

• Es más apropiado definir la conducta o problemas humanos en términos adaptativos


o interactivos (interacción de una persona con su entorno) que absolutos (“buena” o
“mala”, “sana” o enferma”). Los requerimientos funcionales de un sistema o entorno
son distintos de los de otro; lo que es apropiado en uno (hospital psiquiátrico,
prisión) puede no serlo en otro (comunidad). Las modificaciones pueden hacerse en
cualquiera de las partes para optimizar su congruencia o interacción: en la persona,
incrementando sus recursos adaptativos e interactivos (“habilidades”), en el sistema
o entorno, disminuyendo o flexibilizando sus requerimientos funcionales o
aumentando sus posibilidades y posiciones adaptativas –“nichos funcionales”-
socialmente apropiados (por ejemplo, los roles posibles y aceptados, no definidos
como “desviados”). O, también, en la relación entre personas y sistema.

PRINCIPIOS OPERATIVOS II.

• Ciertas transformaciones pueden requerir una intervención en dirección opuesta a la


lógica o esperable para conseguir una reacción o efecto dado (por ejemplo,
amplificar o escalar un conflicto para poder resolverlo), o sea, una intervención
paradójica. Por ejemplo: la legalización de las drogas.

• En todo sistema social hay (como en las personas) recursos y potencialidades por
desarrollar (poder político, bienes económicos, poder psicológico, liderazgo,
expectativas positivas, interacciones, cohesión social, etc.) El objetivo de la
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TEÓRICOS PARA LA INTERVENCIÓN SOCIAL

intervención social sería la creación y desarrollo de recursos, si esos son ilimitados


(desarrollo de programas y liderazgo, organización política, etc.), y la redistribución
o reciclado (administrativo, político, etc.) de recursos si esos recursos son limitados
(acción social).

• Todo sistema tiene una evolución (o regresión) determinada e interpretable como


una sucesión dinámica de estados (o ajustes) cuasi-estacionarios de adaptación a su
entorno o a los estados –y cambios- precedentes. Hay que conocer, y tomar en
cuenta, la dirección y tasa de cambio del sistema antes de intervenir. Una
intervención directamente opuesta a la dinámica global del sistema será muy
probablemente ineficiente.

• El proceso mismo del cambio y la relación establecida entre interventor y sistema


social son tan importantes –o más- que el contenido mismo de la intervención. La
atribución del protagonismo, causación y responsabilidad de la intervención son, así,
esenciales: Si el protagonismo y responsabilidad son para el interventor (modelo
prescriptivo o técnico) se incrementarán su sentido de potencia (poder psicológico)
y autoestima, en detrimento de los del sistema (humano) o comunidad.
Si la intervención es protagonizada por la comunidad, ésta se atribuirá la causación
de sus efectos produciéndose su crecimiento (no el del interventor), así como el
incremento de su poder psicológico y competencia social.
En el caso intermedio de colaboración y corresponsabilidad (posible y deseable) el
crecimiento psico-social será compartido aumentando, además, la integración mutua
interventor- sistema social.

CONCLUSIONES.

• Tener en cuenta a la comunidad en su conjunto.


• Llevar a cabo una adecuada definición de los problemas sociales.
• Apresar los estresores y los recursos de todos los grupos.
• Potenciar y desarrollar los recursos con medidas desde abajo y desde arriba.
• Facilitar el desarrollo humano integral de todos los grupos.
• Facilitar el desarrollo de las competencias para manejarse con el entorno.
• Contribuir a mejorar la distribución social del poder dinamizando la organización
colectiva de los grupos.
• Facilitar el cambio social teniendo en cuenta las características y dinámicas de la
sociedad.

MEMORANDUM: “No vamos a cambiar la injusticia social de la noche a la mañana


pero con pequeñas intervenciones podemos contribuir a manejarlo progresivamente”.

Nota: Todo lo que está subrayado y en negrita es lo que aparece en las trasparencias.

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