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Evaluación e intervención
psicológica en residencias
de personas mayores
Índice
Esquema 3
Material de estudio 6
11.1. Introducción y objetivos 6
11.2. Las residencias de personas mayores 7
11.3. La intervención psicológica de las personas
mayores que viven en residencias 8
11.4. La evaluación psicológica de las personas
mayores que viven en residencias 22
11.5. La eficacia de los programas de intervención
psicológica y las principales barreras para llevarlos a
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cabo 27
11.6. Conclusiones 30
11.7. Referencias bibliográficas 32
A fondo 40
Test 42
Esquema
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Como se podrá comprobar a lo largo del tema, el psicólogo que trabaja en los centros
de personas mayores tiene un papel fundamental ya que tendrá que trabajar para
garantizar el máximo bienestar posible, tanto a los usuarios como a sus familias,
teniendo que realizar por ello un trabajo muy diverso y muy amplio en los centros. A
su vez, debido a que la vida de los usuarios en los centros es cambiante con el paso
del tiempo, el psicólogo va a verse obligado a ir adaptando su intervención a los
diferentes momentos y fases por los que vayan atravesando los usuarios y sus
familiares en el centro.
Conocer el rol del psicólogo dentro de las residencias de personas mayores, así
como el trabajo dentro de un equipo multidisciplinar.
Según un informe del IMSERSO (2012), las residencias para personas mayores han
experimentado un notable ascenso desde el año 2000. Mientras el incremento
poblacional de las personas mayores en España ha sido del 17 %, el ascenso del
número de plazas en los centros residenciales supone un 73 %. Datos del 2011
indican que en ese año en España había 5 418 residencias y 372 628 plazas. En cuanto
a las características de los usuarios, los últimos informes sostienen que:
A lo largo del tema, se profundizará en el papel del psicólogo dentro de las residencias
de personas mayores, especificando los principios y criterios de actuación y las
pautas de intervención en cada fase del proceso de adaptación de la persona y de
sus familiares al centro, así como los métodos de evaluación de las diversas
intervenciones realizadas. Finalmente, se mostrarán evidencias científicas de la
eficacia de las intervenciones con personas mayores realizadas en las residencias y se
realizará una breve exposición de algunas de las principales barreras que se
encuentra en psicólogo en sus intervenciones dentro de estos centros.
Por todo ello, la intervención psicológica en los centros residenciales debe situarse
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Son diversos los autores y organismos que defienden que la actuación profesional
hacia las personas mayores debe estar sujeta a una serie de criterios y principios
básicos (Naciones Unidas, 1991; Gobierno de Francia, 2003; Consejería de Asuntos
Sociales del Principado de Asturias, 2000 y 2001; Rodríguez, 2006).
Los criterios y principios de actuación sientan la base teórica sobre la que establecer
objetivos y diseñar, planificar y desarrollar planes de actuación. La literatura existente
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Es variado el espectro de problemáticas a las que tienen que hacer frente las
residencias y el personal que en ellas trabaja, no solo en relación con la propia
persona mayor, sino también con sus familiares, con las dinámicas sociales entre los
residentes, con la dotación de recursos, etc. En este sentido, se torna complejo el
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En el campo que nos ocupa, los psicólogos deben estar preparados y formados para
abordar los siguientes objetivos generales:
Figura 10. Pautas de actuación del psicólogo en el proceso de adaptación al centro en la fase de ingreso.
Fuente: a partir de Montorio, 1996.
La adaptación no finaliza una vez que se ha producido el ingreso del nuevo usuario,
sino que este proceso se alarga mucho más. En este sentido, podría estimarse que la
persona mayor está en constante adaptación al centro, ya que sus circunstancias
individuales y sus necesidades van a ser cambiantes.
Los diferentes trabajadores del centro, así como los familiares, deben jugar un papel
activo en este proceso de adaptación, teniendo siempre presente que no solo es la
persona mayor la que se tiene que adaptar al centro, sino que también es el propio
centro el que debe hacer todo lo posible por adaptarse a las necesidades de sus
usuarios.
Según los postulados de este modelo, la conducta resultante de una persona mayor
es una consecuencia de la relación entre el contexto o ambiente de la persona
mayor y sus capacidades de manejo. Las competencias o capacidades de manejo
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pueden variar en un sentido más o menos positivo, al igual que las demandas
contextuales o ambientales.
Por todo ello, resulta fundamental que las residencias para personas mayores estén
diseñadas atendiendo a la base científica existente que focaliza sobre las variables
que mejoran el bienestar de las personas mayores, en concreto en aquellas que viven
en residencias.
Son diversos los autores que han respaldado la propuesta de un plan general de
intervención (PGI), elaborado por Yanguas y su equipo (1998), en un intento de
Si bien cada centro residencial tiene autonomía para desarrollar su propio plan de
intervención, no solo resulta útil que los centros dispongan de una propuesta de
actuación general en las residencias de personas mayores, sino que, además, es una
medida más de control de cumplimiento de los criterios y principios de actuación
descritos en apartados anteriores.
A continuación (figuras 11-15), se presenta una propuesta de PGI para los centros
residenciales (Martínez, 2009). Se desglosa una propuesta de los principales
programas de intervención susceptibles de ser llevados a cabo dentro de una
residencia para personas mayores y sus principales planes de actuación.
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Figura 11. Propuesta de un PGI para personas mayores en residencias. Fuente: Martínez, 2009.
Figura 14. Propuesta de un PGI para profesionales de residencias de mayores. Fuente: Martínez, 2009.
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Figura 16. Actividades o programas de intervención en las residencias de personas mayores. Fuente: Martínez,
2009.
En cuanto a la intervención del psicólogo de las residencias con las familias, el eje
de su actuación debe ir encaminado a favorecer el apoyo de los familiares (agentes
de apoyo afectivo y apoyo instrumental). Por ello, las familias tienen que estar
perfectamente integradas en el centro y en la toma de decisiones. Un momento
importante para los familiares es la fase de ingreso en el centro de la persona mayor,
en la cual es posible que aparezcan una serie de estados emocionales, cognitivos y
conductuales determinados.
satisfacer las diversas necesidades que puedan presentar los familiares de la persona
mayor ingresada en el centro. La literatura informa de las diferentes fases por las que
suelen pasar los familiares a lo largo del proceso de vida de la persona mayor en la
residencia, así como de los objetivos de intervención que debe de poner en marcha
el centro en cada una de estas fases y las pautas de actuación específicas (Martínez,
Figura 17. Fase de preingreso de la persona mayor en el centro. Fuente: Martínez, 2009.
Figura 18. Fase de ingreso de la persona mayor en el centro. Fuente: Martínez, 2009.
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Figura 19. Fase de período de vida de la persona mayor en el centro. Fuente: Martínez, 2009.
pueden centrarse en tres ejes, a saber: el propio individuo y/o sus familiares, los
programas de intervención y los servicios del centro. Los mecanismos de evaluación
estarán determinados por el eje que se pretenda evaluar.
Los objetivos de la evaluación de las personas mayores que viven en residencias son
los siguientes:
En cuanto a las áreas de evaluación de una persona mayor que vive en una residencia,
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Salud física.
Capacidad funcional.
Para poder realizar una adecuada evaluación, los psicólogos deberán tener
una formación adecuada no solo en gerontología, sino también en evaluación
con personas mayores.
Cada uno de los once instrumentos consta de una serie de subescalas, las cuales
evalúan, entre otros aspectos, las características arquitectónicas y físicas del centro,
En esta línea, Cody y su equipo (2002) diferencian entre barreras internas específicas
del centro residencial y barreras externas al mismo. Según su propuesta, las
principales barreras o dificultades en el trabajo con las personas mayores que viven
en residencias suelen ser las siguientes (figura 22):
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Figura 22. Barreras habituales en las intervenciones no farmacológicas en las residencias de personas
mayores. Fuente: Cody et al., 2002.
Las dificultades en las relaciones sociales pueden ser debidas a una actitud de
custodia por parte de los profesionales del centro, que les lleva a no interactuar con
los usuarios. El entorno físico también puede suponer barreras en el desarrollo de
intervenciones dentro de las residencias de personas mayores. Algunas de las más
destacables son los ruidos procedentes de alarmas, teléfonos, música, etc. También
pueden generar dificultades el diseño o la decoración de las instalaciones, entre
otros.
Así mismo, se hace necesario que, desde los propios centros, se apliquen programas
de formación y de intervención que permitan disminuir el impacto que estas
barreras tienen en el proceso de adaptación de la persona mayor en el centro y de
su calidad de vida.
11.6. Conclusiones
Las conclusiones que se pueden extraer de este tema son las siguientes:
El psicólogo debe atender a los diferentes momentos en los que se encuentre cada
residente dentro del proceso de estancia en el centro, desde el preingreso hasta
incluso el fallecimiento, ya que, en función de cada momento, la intervención del
psicólogo tendrá que focalizar sobre determinados factores.
Son diversos los autores que han respaldado la propuesta de un plan general de
intervención (PGI), elaborado por Yanguas y su equipo (1998), en un intento de
ofrecer un conjunto de programas de intervención interrelacionados y ajustados a
un contexto residencial que tienen el objetivo general de mejorar la adaptación y
satisfacción de los residentes.
independence in old age: an intervention program for staff. Psychology and Aging,
9(2), pp. 179-188.
Cody, M., Beck, C. y Svarstad, B. (2002). Mental Health Services in Nursing Homes:
challenges to the use of nonpharmacologic interventions in nursing homes.
Psychiatric Services, 53(11), pp. 1402-1406.
Cohen-Mansfield, J., Thein, K., Marx, M. y Dakheel, M. (2012). What are the barriers
to performing nonpharmacological interventions for behavioral symptoms in the
nursing home. JAMDA, 13, pp. 400-405.
Consejería de Asuntos Sociales del Principado de Asturias (2000). Centros de día para
personas mayores con dependencias. Recuperado de:
https://www.asturias.es/Asturias/descargas/PDF_TEMAS/Asuntos%20Sociales/Cali
dad/publicaciones/centros_de_dia.pdf
Frizelle, D. J., Lewin, R. J., Kaye, G., Hargreaves, C., Hasney, K., Beaumont, N. y Moniz-
Cook, E. (2004). Cognitive-behavioural rehabilitation programme for patients with an
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381-392.
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within a framework for service delivery and evaluation. BMC Palliative Care, 17, pp.
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http://www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/infoppm
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Wahl, H. W., Iwarsson, S. y Oswald, F. (2012). Aging well and the environment: toward
and integrative model and research agenda for the future. The Gerontologist, 0, pp.
1-11.
Hijas:
• Creencias: expectativas de ingreso (miedos, inseguridades...).
• Capacidad de adaptación en el centro: necesidades de las hijas que tiene que
cubrir el centro, aspectos positivos que pueden aportar las hijas al centro.
• Cómo desean implicarse en el centro.
Centro:
• ¿Qué le puede ofrecer el centro a Carmen y a sus familiares?
• ¿Qué aspectos del centro pueden suponer un hándicap para Carmen y sus hijas
(¿existe posibilidad de modificación?)?
• ¿Qué profesionales tienen que incorporar su trabajo a este caso?
Según la información que viene aportada en el caso. Tener en cuenta que, tras la
evaluación, surgirán nuevos objetivos de intervención.
Carmen:
• Creencias: expectativas de ingreso (miedos, inseguridades): «tengo dudas, no
sé si es la mejor decisión».
• Mejorar hábitos de sueño y de alimentación de Carmen.
Hijas:
• Creencias: expectativas de ingreso (miedos, inseguridades): «Tenemos miedo
de que se deprima al venir a vivir aquí».
• Implicarlas en la vida del centro y de Carmen.
Centro:
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Cody, M., Beck, C. y Svarstad, B. (2002). Mental Health Services in Nursing Homes:
challenges to the use of nonpharmacologic interventions in nursing homes.
Psychiatric Services, 53(11), pp. 1402-1406. Recuperado de
https://www.researchgate.net/publication/11057665_Mental_Health_Services_in_
Nursing_Homes_Challenges_to_the_Use_of_Nonpharmacologic_Interventions_in_
Nursing_Homes
Cohen-Mansfield, J., Thein, K., Marx, M. y Dakheel, M. (2012). What are the barriers
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nursing home. JAMDA, 13(4), pp. 400-405. Recuperado de
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3262905/pdf/nihms311577.pdf
En los presentes artículos se hace una descripción de las principales barreras que
suelen encontrarse los profesionales de los centros residenciales en la aplicación de
programas de intervención. Así mismo, los documentos ofrecen una serie de
recomendaciones para solventarlas.
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Se debe respetar la
individualidad y la dignidad de
las personas mayores,
Principio de integralidad 1 A
independientemente del nivel
de capacidad funcional y
cognitiva que tengan.
Se debe atender a la
Principio de multidimensionalidad de las
2 B
participación personas mayores como seres
biopsicosociales.
Evaluación de la medida de
Eficacia 1 A
consecución de los objetivos