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TEMA 4 – ALTERACIONES MOTÓRICAS:

CARACTERÍSTICAS EVOLUTIVAS

1. INTRODUCCIÓN

El desarrollo motor de una persona es la consecuencia de un conjunto de procesos genéticamente


regulados que ocurren en un estricto orden cronológico y espacial. Esto se desarrolla en diferentes etapas
y el conjunto de acontecimientos para conseguir un organismo maduro con todas sus funciones y
potencialidades se denomina ontogenia.

Las funciones motoras básicas del ser humano se desarrollan durante el primer año de vida en un proceso
que Vojta (1991) denomina ontogénesis postural y motora. Por esta razón, es relevante conocer los
sucesos motores normativos que tienen lugar el primer año de vida como base de la motricidad posterior
y también para determinar la posible necesidad de intervención terapéutica lo más pronto posible.

La función motora posibilita a la persona comunicarse con su entorno físico y también expresas sus
vivencias y pensamientos. Así pues, las alteraciones motóricas tienen una gran repercusión sobre el
desarrollo global del niño dependiendo de la severidad de estas.

La función motora es enormemente compleja y en ella intervienen:

• El sistema nervioso central y el periférico


• El sistema osteoarticular
• El sistema músculo-ligamentoso
• El sistema metabólico
• La programación genética

Cualquier afectación a uno o varios de estos niveles, tanto en el periodo prenatal, en el perinatal o en el
postnatal, es causa de un trastorno motor y puede alterar el desarrollo global del niño.

En la actualidad se habla de diversidad funcional a nivel motor como la diferencia de funcionamiento de


una persona al realizar tareas habituales (desplazarse, agarrar, ir al baño, comunicarse…) de manera
distinta a como las hace la mayoría de la población.
2. VALORACIÓN TERAPÉUTICA

Para la valoración neuromotora integral es preciso tener en cuenta:

• La ontogénesis postural y la motricidad espontánea.


• Los reflejos primitivos.
• Valoración del tono muscular.
• El examen neuromotor complementario.
• El entorno socio-familiar, educativo y sanitario.
• La coordinación interdisciplinar.
• La coordinación interinstitucional

2.1. EVALUACIÓN: ONTOGÉNESIS POSTURAL

2.1.1. EVALUACIÓN: ONTOGÉNESIS POSTURAL DECÚBITO VENTRAL


- Se mueve de forma global.
- Su postura es asimétrica, la cabeza esta girada y reclinada.
RECIÉN NACIDO - El centro de gravedad del cuerpo esta desplazado cranealmente.
- No hay apoyos estables.
- Comienza la orientación sensorial.
- El niño se apoya simétricamente en ambos codos.
- El centro de gravedad se desplaza caudalmente hacia el pubis, y el niño es
3 MESES
capaz de mantener la cabeza.
- Aparece la rotación cefálica completa en 180º.
- Después de alcanzar el apoyo simétrico en los codos, el niño es capaz de
dirigir la mirada hacia un lado y al mismo tiempo desplazar el peso del
4 MESES Y MEDIO cuerpo hacia el codo del lado al que mira.
- El niño ha puesto en marcha el patrón postural del apoyo asimétrico en un
codo. La base de apoyo es triangular.
- Aparece el apoyo simétrico sobre las manos.
- El niño extiende los brazos con ligera flexión de codo y apoya las manos
abiertas.
6 MESES - Las manos se apoyan centradas, desaparece el reflejo de prensión palmar.
- Aparecen los movimientos laterales de masticación
- Alcanza la postura a “cuatro patas” desde la que surge el gateo.
- Comienza la verticalización.
9 MESES
- Estando sentado puede elevar el brazo por encima de 120º.
- Aún las piernas no pueden mantener el peso de su cuerpo.
- Comienza la marcha lateral apoyando las manos.
11 MESES - El reflejo de garra plantar ha desaparecido.
- Desplazamiento en el plano frontal.
- Comienza la bipedestación libre.
- Primeros pasos independientes.
12/13 MESES
- Correteo sin detención.
- Mantiene el equilibrio en los pasos hacia delante.

2.1.2. EVALUACIÓN: ONTOGÉNESIS POSTURAL DECÚBITO DORSAL


RECIÉN NACIDO - En decúbito dorsal o supino, mantiene una postura asimétrica.
- Su patrón motor más conocido en este período es el reflejo de Moro.
- El 70% de los niños comienzan a fijar la mirada y son capaces de concentrarse
durante algún tiempo.
- Los medios motrices no están tan diferenciados como para permitir al niño
desviar únicamente la cabeza en dirección al objeto.
- El componente motor de la fijación óptica se manifiesta con un movimiento
6 SEMANAS global que lleva al niño a la postura del esgrimista, un paso para el decúbito
dorsal.
- A partir de la octava semana el niño ya puede permanecer en decúbito dorsal
un corto espacio de tiempo, comienza a jugar con sus manos colocándolas en
el centro de su cuerpo y bajo el control visual.
3 MESES - A partir de los tres meses coordinación mano-mano. (Función prensora)
4 MESES Y MEDIO - Aparece la función de prensión
5 MESES - Comienza el cruce de la línea media, en el seguimiento del objeto.
6 MESES - Al final del segundo trimestre aparece el volteo del decúbito dorsal al ventral.
- A los 8 meses el niño adquiere la sedestación oblicua y es capaz de liberar una
mano para prender el objeto colocado arriba.
- Aparece la prensión en tenaza.
- Al final de los 8 meses el niño adquiere la sedestación libre, liberando los
8/9 MESES miembros superiores del apoyo para llevar a cabo la función prensora.
- Al inicio del 9º mes aparece la oposición del pulgar, separándose el índice y el
pulgar del resto de los dedos. (Función prensión en pinza).
- A los 10 meses el niño se puede poner de pie, pero no puede realizar marcha
10/13 MESES bípeda y utiliza el gateo.
- A partir de los 12- 13 meses alcanza la marcha bípeda
2.2. HERRAMIENTAS DE EVALUACIÓN

Se pueden usar distintas pruebas para valorar la edad de desarrollo motor en niños pequeños con el
objetivo de establecer un diagnóstico de retraso evolutivo, ya sea específico del área motriz o en
combinación con otras áreas del desarrollo.

2.2.1. ALBERTA INFANT MOTOR SCALE (AIMS).

Es una escala de observación para valorar la motricidad gruesa en los niños desde el nacimiento hasta la
marcha independiente (12/13 meses)

2.2.2. MOVEMENT ASSESSMENT OF INFANTS (MAL) (CHANDLER ET AL., 1980).

Permite evaluar el tono muscular, los reflejos, las reacciones automáticas y los movimientos voluntarios
desde el nacimiento hasta los 12 meses.

2.2.3. TEST OF INFANT MOTOR PERFORMANCE (TIMP) (CAMPBELL ET AL., 1995).

Valora la habilidad para orientarse, la estabilización de la cabeza en el espacio y las respuestas a los
estímulos, la alineación del cuerpo, el control selectivo de los movimientos distales y el control
antigravitacional de las extremidades. Es útil para la valoración desde las 32 semanas de gestación hasta
los 4 meses posparto.

2.2.4. GROSS MOTOR FUNCTION MEASURE (GMFM) (RUSELL, ROSENBAUM ET AL., 1990).

Fue diseñado para valorar la función motriz gruesa.

2.2.5. PEABODY DEVELOPMENT MOTOR SCALES (PDMS) 1983 (FOLIO Y FEWELL, 1983;
HINDERER ET AL., 1989).

Valora el desarrollo de la motricidad gruesa y fina de niños entre el nacimiento y los 83 meses de
desarrollo.

2.2.6. PEDIATRIC EVALUATION OF DISABILITY INVENTORY (PEDI) (FELDMAN ET AL., 1990).

Fue diseñado como un instrumento de valoración funcional en niños, y es fácilmente comprensible para
el fisioterapeuta y el personal de rehabilitación. Además, ayuda a valorar el progreso funcional y la
decisión del programa terapéutico.
3. TIPOS Y OBJETIVOS DE TRATAMIENTO

3.1. TIPOS DE TRATAMIENTO

Se realizan diversas modalidades de tratamiento:

3.1.1. TRATAMIENTO DIRECTO EN EL CENTRO DE ATENCIÓN TEMPRANA


Los objetivos se centran tanto en aspectos cuantitativos como cualitativos del desarrollo del niño. En este
caso, las herramientas metodológicas son muy variadas, adaptando a cada caso las más adecuadas.
Además, es preciso tener en cuenta que la familia desempeña un papel primordial en la consecución de
los objetivos planteados, es esencial conseguir su implicación.

3.1.2. SEGUIMIENTO
Este tipo de tratamiento se lleva a cabo como consecuencia de diferentes factores. Entre ellos se
encuentran: una evolución positiva y una baja del tratamiento directo, competencia de otros servicios
(hasta los 6 años), casos susceptibles de normalización dando pautas orientativas adecuadas o por
saturación del servicio y falta de recursos.

3.1.3. ATENCIÓN DOMICILIARIA

3.2. OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO EN ATENCIÓN TEMPRANA

Los objetivos del tratamiento en atención temprana son los siguientes:

• Ejercitación del desarrollo

La mayor parte de los sistemas de tratamiento sugieren que se sigan las secuencias de desarrollo motor
normal del niño. Las opiniones difieren en cuanto a si hay que seguir de manera estricta las secuencias o
se deben hacer con modificaciones al ejercitar una función motora total como puede ser descomponer
cada función en elementos.

• Tratamiento del tono

El terapeuta, en lugar de coleccionar técnicas para tratar un tono anormal, debe:

- Enfatizar la ejercitación de funciones motoras compuestas de reacciones posturales y


movimiento voluntario.
- Ampliar la cantidad y la variedad de capacidades motoras.
- Ejercitar el mejor modelo de rendimiento de manera que se evite o disminuya la deformidad.
- Concentrarse en las deformidades que pueden llegar a formarse, o en las establecidas que
pueden bloquear la función. Por ejemplo, los pies en flexión plantar que contribuyen a una
bipedestación de “puntillas” y aumentan las dificultades en la posición de sentado.
- Atender el tratamiento de la deformidad, que incluye una gran cantidad de métodos, cirugía
ortopédica y el uso de férulas, yesos y equipos especiales.

• Ejercitación de los modelos de movimiento

Es conveniente estimular movimientos, primero mediante modelos masivos primitivos, reflejos,


movimientos confusos o mediante movimientos sincinéticos. Tras esto, se deben modificar estas
combinaciones primitivas de movimientos en modelos más avanzados y controlados, y por último, en
movimientos selectivos o aislados.

• Uso de estímulos aferentes

Si un niño con deficiencias graves no puede realizar una actividad por sí solo, se le ayuda con estímulos
aferentes o manipulación por parte del terapeuta para que pueda comenzar la actividad motora. En este
caso, se muestra al niño cómo y dónde moverse por medio de los estímulos aferentes del terapeuta para
lograr los movimientos automáticos y las posturas. No obstante, el niño suele obtener mayor beneficio
de una actividad motora correctiva cuando la realiza él mismo.

• Utilización del movimiento pasivo y activo

La corrección pasiva mediante la colocación de férulas, yesos o cirugía ortopédica cambia de manera
pasiva las posiciones del niño y así se obtiene una experiencia propioceptiva o una posición a partir de la
cual desarrolla la función motora activa. El movimiento pasivo puede utilizarse para mostrar al niño el
tipo de movimiento que se requiere pero, aún así, los estímulos aferentes son más eficaces ya que ofrecen
una mejor información propioceptiva que el movimiento pasivo.

• Prevención de la deformidad

La prevención de la deformidad está contemplada en todos los métodos de tratamiento pues esta permite
desarrollar una buena función motora. En ciertos casos, se necesita ayuda ortopédica e incluso cirugía
ortopédica.

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