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REFLEXIÓN PEDAGÓGICA

Durante este periodo me he cuestionado mucho sobre el verdadero quehacer docente, sobre la
manera en la que el docente debe ser y estar en el aula, pues si bien es quien debe impartir
conocimiento y enseñar unos referentes para que sus estudiantes aprendan y adquieran
aprendizajes significativos, también y desde mi perspectiva, es quien fomenta valores, transmite
confianza, seguridad y sobretodo lee el contexto en el que se encuentra el estudiante y a partir de
allí genera conocimiento.

Cuando un docente sabe llegar a sus estudiantes desde el respeto, la autoridad, pero también
desde el amor, puede cambiar la calidad educativa, pues un niño o niña feliz en su escuela o
colegio, es un niño que genera conexiones muy importantes a nivel social. Cuando un maestro
sabe identificar las dificultades y diversidades que hay en un aula de clase y sabe abordarlas de tal
manera que ningún estudiante se sienta atropellado, seguramente va a generar una empatía en él,
que sus aprendizajes no sólo serán significativos, sino que también serán transmitidos a los suyos.

Desde este sentido, se puede pensar en la formación de una educación inclusiva, la cual de
“sentido al currículo”, puesto que es el paso vital para desarrollar una preparación para un mundo
rico en diversidad, permitiendo así el reconocimiento de cientos de problemas escolares, que
conlleven a analizar el currículo y fomentar nuevas estrategias que permitan incluir a los
estudiantes en un ambiente integral, puesto que es así como debemos preguntarnos acerca de
¿cómo maestros podemos llegar a dar sentido al currículo cuando las necesidades de los alumnos
parecen tan diversas?, tal interrogante ha de conducirnos al reconocimiento global de la
educación, además a la ceración de un marco curricular común, que ofrezca un nuevo currículo
rico en significados, pero también que mida los resultados individualizadamente basado
constantemente en el denominado currículo oculto dentro del entorno escolar.

Tales ideas han de permitir la creación de un importante e interesante marco curricular común, el
cual permita establecer de manera constante las prioridades educativas que faciliten en cierto
sentido el proceso educativo de los alumnos y así llegar a formular nuevas estrategias, que
conlleven a adaptar el currículo de acuerdo a las necesidades de sus estudiantes, siendo así como
debemos prestar atención a las actividades o contextos generales, importantles para el alumno, en
vez de llegar a redactar listas largas de habilidades y objetivos que no tienen sentido alguno en las
rutinas diarias de los estudiantes, ya que es necesario tener presente objetivos educativos, para sí
construir un currículo verdaderamente significativo.

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