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Leonardo Gorostiza
Gorostiza: Buenos días. Siendo las 13:15 damos comienzo a esta que es la
quinta clase general del propedéutico de fundamentos.
¿Cuánto tiempo, no?, porque hace dos meses que no nos reuníamos así en
conjunto. De todas maneras me han llegado las resonancias del trabajo en los
talleres que parece ser que en general es muy buena, que hay participación
activa de la mayoría de ustedes, con presentaciones, preguntas, y en algunos
casos que se ha suscitado cierto entusiasmo, lo cual creo que deben saber que
es el buen afecto lacaniano, el genuino entusiasmo que se liga al deseo de
saber.
Nos quedan entonces con estas cuatro reuniones generales. Mi idea es tal vez
en estas reuniones no atenerme tanto al texto del Seminario 11, aunque va a
estar presente, ya que eso ustedes lo pueden ver en los talleres
particularmente, sino dedicarme fundamentalmente a los conceptos que vamos
a trabajar, y el tema es el siguiente.
Las clases (digo esto para que las retomen, en algunos talleres lo han visto, en
las próximas reuniones de los talleres) son la clase 10, 11 y 12, [S-11] y
después conviene hacer un salto e ir a la clase 18 y 19 porque es donde Lacan
habla del sujeto supuesto saber de una manera más fuerte.
Hemos dejado de lado (si bien en algún taller donde está Gabriela Basz ha
tomado la cuestión del objeto mirada) la cuestión del campo escópico y la
mirada que es una serie de capítulos que están en el medio del seminario, no
porque no sean importantes sino porque no tenemos tiempo, aunque sirve para
ilustrar la problemática del objeto a (que creo que es lo que Gabriela ha hecho).
Una referencia (creo que la deben haber transmitido en los talleres pero para
que la tengan todos presente) fundamental a revisar, son las viejas
conferencias de Jacques-Alain Miller1 que se encuentran en el librito Recorrido
de Lacan, son las históricas conferencias caraqueñas donde creo que es en la
cuarta y quinta, las dos últimas conferencias caraqueñas, Jacques-Alain Miller
aborda fuertemente la noción de transferencia, particularmente la noción de
sujeto supuesto saber. Son muy claras, así que quienes no las hayan leído es
una indicación fuerte que vayan a hacerlo.
Es una noción tan popular ésta, tan popular, que me parece que se encuentra a
merced de muchos malos entendidos conceptuales, y quiero avanzar en este
sentido. Entonces, yo voy a partir también de una suposición o, tal vez para ser
más preciso, de un prejuicio que no es lo mismo que una suposición. O si
ustedes quieren de una presunción, que no llega a tener el alcance de una
hipótesis que es una cuestión distinta.
1
Jacques-Alain Miller, Recorrido de Lacan, ocho conferencias, Manantial, Buenos Aires, 1989. [cuarta
y quinta conferencias, p. 59 y 79, respectivamente.]
Por ejemplo, Miller dice en el texto La transferencia negativa (que también les
recomiendo leer, está editado en castellano): “esta expresión de sujeto
supuesto saber es magnífica porque siendo compleja –y ahí viene la cuestión,
es compleja- a la vez todo el mundo la entiende. De manera que no parece
requerir ningún conocimiento teórico especial para entender el sujeto supuesto
saber. Es una expresión que bien podría aparecer en los periódicos.” En
Buenos Aires donde están los periódicos con sus secciones psi aparece el
término.
Es cierto que Lacan mismo dijo que la función del sujeto supuesto saber
implica una función de idealización. Él dijo así: “en cuanto al saber es
incuestionablemente una función imaginaria –el saber, fíjense que el saber es
una articulación significante simbólica, pero en tanto coherencia constituye una
función de idealización- dice: una función imaginaria de idealización, -y agrega-
y es lo que hace delicada la posición del analista que en realidad se sostiene
allí en el medio, donde está el vacío, el agujero, el lugar del deseo.”
Esta es una referencia del Seminario 15, El acto psicoanalítico, y que en cierto
modo (como hemos dicho ya) si el lugar del agujero es este, es lo que
escribimos significante del Otro barrado, podríamos decir que el sujeto
supuesto saber es lo que viene a cubrir precisamente este vacío original donde
se encuentra el deseo. Por eso, hago otro corto circuito, quienes hayan leído
las últimas clases verán que Lacan utiliza el mismo término para hablar del
sujeto supuesto saber y el deseo del psicoanalista. El término es “pivote”, dice
que el sujeto supuesto saber es el pivote en todo lo concerniente a la
transferencia. Y más adelante dice que todo se juega en ese punto pivote, dice
“martillo”, una serie de definiciones da que es como un punto de apoyo, que es
el deseo del psicoanalista, y esto es por momentos oscuro en el seminario.
Por un lado está la suposición de saber pero también lo que dice ahí Lacan en
el S-11 es que además no solamente se le supone al analista un saber, sino
que se le supone desear, y ¿qué es desear? Desear salir al encuentro del
deseo inconsciente, es decir, que pueda emerger el deseo inconsciente del
analizante.
Y esta es la posición del analista, que tiene que ver con esa dimensión de
vacío que no está recubierta por el saber, excepto cuando se instala el sujeto
supuesto saber que viene como a velar esa oquedad fundamental.
Pero a él le gustaría (por su posición) que uno debatiera con algo que él
formula, y por ejemplo, en un libro que se llama Los fundamentos de la técnica
psicoanalítica, es un libro de Amorrortu, de color rojo, un libraco, 500 páginas,
que es interesante porque él hace un resumen de todas las concepciones
psicoanalíticas desde Freud en adelante. Cuando llega a Lacan fíjense lo que
dice con respecto al sujeto supuesto saber: “es evidente que en cuanto le
asigna al analista la posición de sujeto supuesto saber, el analizado intenta
establecer una relación imaginaria y narcisista. Si el paciente afirma que el
analista sabe lo que le pasa a él, al paciente, es porque analista y paciente son
uno. Pero si el analista no se deja colocar en esa posición, y la denuncia como
un mero supuesto del paciente, entonces alcanza el nivel simbólico. De esta
forma, como todos sabemos, la función del analista es quedar finalmente
excluido de la vida y de la mente del analizado.”
Esto no es así en Lacan, Lacan lo dice con todas las letras en el S-11, que no
hay que confundir, más bien es al revés, en general el paciente que va a ser el
analizante se encarga de decirle al analista que no se la crea demasiado, que
no se vista con el ropaje de sujeto supuesto saber, y que si tenemos una
situación como esta, que cree que alguien sabe sus pensamientos, tenemos un
problema de estructura en juego, que es lo delicado del inicio de la cura con la
psicosis, el modo de la asociación libre, el analista en la realidad, o más bien
en lo real, se vuelve aquel que sabe de los pensamientos del analizante, o sea
que no es la misma posición.
Alumna: Porque nosotros llevamos al taller ese libro, justamente para poder
leer ahí lo que Echegoyen retraduce o comenta sobre Ida Macalpine, ya que
hace referencia a Lacan, pero justamente una de las cosas que nos llamaba la
atención es que él va a decir que a excepción de Miller y de Lacan, para todos
los otros autores repetición y transferencia siempre van unidas, o sea que él
está en la posición de que no se puede separar, muy coherente con esto último
que vos estás leyendo.
Y, ¿qué decimos desde Lacan?, que siempre hay falsa conexión. Quiere decir
que como el objeto que hubiera sido el buen objeto de la realidad siempre está
perdido por estructura, porque estamos en el campo del lenguaje, siempre va a
haber transferencia. Y esto en Lacan llega hasta plantear que puede haber
liquidación del sujeto supuesto saber, pero como no hay vuelta a cero de la
transferencia, hay otras formas de transferencias que (Miller desarrolló mucho
esto) es lo que llamamos la “transferencia de trabajo”, que es una
transformación de la transferencia que implica una relación (debería implicar)
una relación distinta con el sujeto supuesto saber. Esto es un excursus pero
fundamental para ver cómo Lacan toma la primera formulación freudiana para
pensar y sostener que no hay liquidación de la transferencia. La transferencia
no tiene nada que ver con una rectificación realizante, así lo llama en el S-11,
que es rectificar las relaciones del sujeto con la realidad, no es un instrumento,
no es un medio para eso, es un resultado.
Hay algo sobre lo que hemos insistido que es lo siguiente, la sigla Sujeto
Supuesto Saber, SSS, puede ser leída al menos de tres formas: Sujeto
Supuesto Saber, la fórmula canónica; Sujeto Supuesto Sentido, es decir es el
sujeto supuesto al sentido supuesto de los síntomas, de los lapsus, de los
sueños; y además Sujeto Sin Sustancia, recuerdan que cuando hablamos de
sujeto insistimos que se trata de un sujeto no sustancial, por eso el
inconsciente no es ninguna sustancia, no es un ente, no es un ser, es del orden
de lo no realizado, lo que busca realizarse.
Yo hice en una oportunidad (lo comento muy rápidamente que puedan ustedes
reconstruir esto si les interesa) es ir a ver estos tres términos, sobre todo los
dos primeros, en la filosofía porque son términos filosóficos. Y uno se
encuentra algo así como (o es mi lectura al menos) que la fórmula sujeto
supuesto saber es una especie de ironía de Lacan, ¿por qué digo esto? Por
ejemplo, el sujeto en la ontología tradicional, ¿qué define el sujeto, el
subjectum?, es la sustancia, la primera sustancia, el ser individual, indiviso e
indivisible. Es el sujeto, el subjectum, de lo cual se afirma o se niega algo. Es
decir, que aparece (es la vertiente escolástica) una confusión entre sustancia y
sujeto, en la filosofía. Es lo permanente, lo que siempre estaría que no sería
variable porque variables son los accidentes, que son los que sí cambian.
Hemos visto que la noción de sustancia implica también estar debajo de,
substare, lo que yace por debajo, y es el soporte de los accidentes. Y
recuerdan (creo que lo mencionamos esto) que Lacan sigue a Heidegger en la
lectura que él hace de Aristóteles, barriendo con el desvío que introdujo la
escolástica. Y dice que en realidad en Aristóteles hay dos nociones: ousia que
es sustancia precisamente, que es lo que se mantiene, la constante en
nuestros términos; y el otro término que es hipokeimenon en griego, que es lo
que se produce cuando se profiere o se dice algo de los entes. Esta es la
lectura de Heidegger que rescata lo genuino de Aristóteles. ¿Y por qué importa
esto?, porque si el hipokeimenon, es lo que surge de lo que se dice de los
entes, ya es algo que no tiene sustancia, es algo vaciado de sustancia. Implica
que el sujeto, nuestro sujeto supuesto saber, el sujeto en general no es una
constante, no es una sustancia, no es algo que permanece, sino que es una
variable, el sujeto es una variable.
Y además, acá Lacan escribe significado para hablar del sujeto supuesto saber,
pero como el sujeto también es el sujeto tachado, podemos decir que si del
lado de la sustancia, que Lacan va a ubicar del lado de la sustancia el goce,
podemos encontrar una plenitud de ser, del lado del sujeto que es significado
encontramos la falta en ser. Entonces el sujeto supuesto saber también es falta
en ser. Es una armazón, Lacan dice que no es de artificio, pero tiene una
dimensión ficcional porque está hecho de significantes.
Hay una definición muy importante de Lacan (y aquí sí abran las orejas quienes
nunca lo hayan leído), en la proposición del 9 de octubre, Lacan dice lo
siguiente: “un sujeto no supone nada. Es supuesto por un significante para otro
significante.” Nosotros cuando hablamos de manera light, decimos “vino el
sujeto a la consulta”, y entonces parece que le supone saber al analista. No. En
todo caso es un fenómeno, pero el fundamento transfenoménico que es el
sujeto supuesto saber es otra cosa. “Un sujeto no supone nada. Es supuesto
por un significante que lo representa para otro significante”. Lo fundamental
que está en juego acá es una suerte de corrección que hace Lacan sobre si
mismo. Si ustedes van al S-1, S-2, los primeros escritos, año 1953, 1954, ¿por
dónde iba?...
(Intervención inaudible)
Y esta sería la buena intersubjetividad porque como está el campo del Otro
permite que los sujetos se relacionen entre si en tanto sujetos como efecto
simbólico.
Después Lacan, y es cuando dice “un sujeto no supone nada sino que es
supuesto”, dice “no hay para nada intersubjetividad”, o sea que es una
corrección sobre si mismo. Hay un único sujeto en la experiencia analítica que
va a ser el sujeto producido por el discurso del analizante, y se espera que el
analista pueda (las más de las veces) ocupar el lugar del objeto. Pero no hay
ningún tipo de intersubjetividad, tal es así que llega a decir que la transferencia
(este concepto que estamos viendo) es quien refuta la noción de
intersubjetividad. No voy a avanzar mucho más sobre esto pero ténganlo muy
presente porque hay un psicoanálisis americano, en California especialmente,
que utilizando algunas nociones de Lacan (está en la vía de lo que planteaba
anteriormente con Echegoyen) establece una suerte de lacanismo
imaginarizado, donde hay una relación de sujeto a sujeto, hablan de sujeto
supuesto saber inclusive, pero como desconocen la noción de lo real que es lo
que Lacan introduce con el objeto a, degradan digamos, el concepto mismo de
sujeto supuesto saber.
Lo resumo, que es cuando Lacan dice que en realidad el receptor del mensaje
está en el origen del mensaje mismo, y que da esta fórmula (que deben haberla
escuchado muchas veces) que es que el emisor recibe su propio mensaje del
receptor en forma invertida, que esto es lo que dibujamos siempre con lo que
llamamos la “celda elemental del grafo de la comunicación”, que hay
significante, es el sujeto que va hablando, pero en realidad es del lugar del
Gran Otro como su propio mensaje le va a llegar en forma invertida. Y ese Otro
es el inconsciente, en ese momento para Lacan es el inconsciente como
verdad, el inconsciente como lugar de la palabra, que ven que es el lugar a
donde va a ir necesariamente el analista.
Como ven, toda esta noción es solidaria de una crítica radical de la noción del
lenguaje signo, del lenguaje que se refiere a los objetos de la realidad, todo eso
Lacan lo ha puesto en cuestión.
Ahora bien, hay un párrafo que ustedes pueden encontrar en la página 296 de
Función y campo de la palabra (varios de ustedes asienten, supongo que están
con Claudio Godoy viendo Función y campo de la palabra)…
FIN LADO A
Pero, fundamentalmente son como indicaciones negativas que hace Lacan del
sujeto supuesto saber, porque identifica el sujeto supuesto saber a la
conciencia de si, a la selbstbewusstsein2 hegeliana, que sería la conciencia que
se sabe a si misma. Y lo que va a plantear él es que el psicoanálisis y el
inconsciente, el inconsciente pensado como S(A/) (Significante de A tachado),
ese inconsciente radical, es lo que objeta la idea de que puede haber una
conciencia que se sepa a si misma y que se pueda cerrar en un conjunto
armónico de significantes, que es eso el saber, un conjunto armónico de
significantes.
Yendo al S-11, recuerden página 240, cuando él dice: “en cuanto hay en algún
lugar el sujeto que se supone saber, hay transferencia.”
Como les dije, no voy a insistir sobre estas referencias, ustedes las van a ver
en los talleres. Pero, lo fundamental que es que… y esto es lo que confunde en
el S-11, a mí inicialmente me confundía mucho (supongo que comparten
conmigo esto), es que en el momento en que Lacan desarrolla, promueve este
concepto fundamental de sujeto supuesto saber como soporte de la
transferencia, al mismo tiempo, él formula que la transferencia es la puesta en
acto de la realidad del inconsciente, y dice que la realidad del inconsciente es
sexual, y uno se confunde porque ¿en qué quedamos señor Lacan? O es el
sujeto supuesto saber (un obsesivo se pondría así) o es la puesta en acto de la
realidad sexual del inconsciente, ¿en qué quedamos? Son las dos cosas, y se
arma un berenjenal que hay que orientarse.
2
[literalmente auto-conciencia]
Inclusive, si ustedes van a la página 238 del S-11, es cuando Lacan dice (es
muy fuerte esto) que lo que tenemos es algo muy preciado como analistas,
cuando se instala el sujeto supuesto saber, que es la confianza del analizante
que viene a hablarnos de lo más íntimo suponiendo que el secreto de lo más
íntimo de sí está ya dado en nosotros.
En este sentido no es azaroso además, que Lacan haya introducido estas dos
dimensiones de la transferencia cuando trabaja las operaciones de alienación y
separación (que vamos a ver la vez que viene). Para decirlo rápidamente para
quienes no lo hayan nunca trabajado: la alienación es al significante en primera
instancia, después hay una alienación al deseo también, pero alienación al
significante, al S1 y al S2; y la operación de separación está ligada al objeto a.
Y entonces uno puede empezar a ubicar las dos transferencias en relación a
estas dos operaciones. Por eso se podría hablar (así lo hace Miller también) de
la transferencia de alienación, y la transferencia de separación, que no hay que
confundir con separarse del analista. Es separación con respecto al Otro del
saber, pero más aún, siendo transferencia de separación en términos
estructurales, es conexión con lo que no es saber en el Otro, es decir, conexión
con el deseo del Otro. Esto vamos a verlo con detalle cuando hablemos del
deseo del psicoanalista. Y en esa transferencia de separación se ubica el
objeto a, y precisamente, la realidad sexual del inconsciente, es decir, la
dimensión pulsional.
Esta es una fórmula muy simple de decir que el sujeto supuesto saber, que es
un efecto del significante, un efecto de significación, ocupa el lugar del
referente latente que es el objeto a, y que es el que se va a manifestar en
ciertos momentos de la cura, y especialmente hacia el final del análisis, pero en
distintos momentos de la cura. Y aún (la vez que viene por ahí lo vemos) está
desde el inicio en juego la relación con este objeto a. Hay que deshacerse un
poco de la idea de que viene primero la vertiente simbólica, la transferencia
positiva sublimada al que sabe, todo eso se va desarrollando, y después recién
aparece la dimensión del objeto a. No es así, porque sino no tendría
congruencia lo que plantea Miller de que en realidad si no está esto, que es la
vertiente libidinal, esto no funciona, el sujeto supuesto saber. Tiene que estar
eso como un punto de anclaje.
Gorostiza: La vez que viene vamos a ver esto porque vamos a hablar de cómo
leer la operación de alienación y separación en la psicosis, por ejemplo. Lo
dejamos en suspenso.
Y (deben haber leído) el ejemplo que utiliza Lacan para explicar cómo se
obtura lo que sería el rememorar, el recuerdo, la asociación libre, es el ejemplo
de la nasa. Algunos lo han visto, otros no. Lo dibujo muy… no sé si va a poder
percibir. La nasa es un instrumento de pesca, para pescar langostas, pulpos
también, grandes calamares, no pulpos muy grandes eh, pulpitos chiquitos, y
es aproximadamente un cilindro hecho de juncos, de mimbre, entretejido, y que
acá (esto es hacia adentro) tiene un tejido también, en los dos sentidos, y dos
orificios, más o menos se ve. Entonces, la cuestión es que con el movimiento
del agua como tiene cierta flexibilidad y el agujero también tiene cierta
flexibilidad, las langostas marinas entran, está la carnada dentro, por supuesto.
Entran, y como estos círculos, estos orificios son un poco puntiagudos, pero
tienden a cerrarse una vez que entró la langosta, tiene flexibilidad, la langosta
misma es la que no puede salir y tapona el orificio de la nasa.
Y (como les decía) esto que por ser un efecto de la articulación significante, es
un efecto de significación, ocupa el lugar del referente, dice, “aún latente”, que
es el objeto a. Él no escribe esto, yo lo vuelvo a agregar, como algo que estaría
acá abajo digamos.
Ahora bien, más o menos un sujeto no supone nada, el sujeto es supuesto por
la articulación de un significante para otro, efecto de significación. El saber
inconsciente se va a ir articulando como tal porque se produjo el efecto sujeto.
Y el sujeto tiene la función de hacer consistir al menos dos significantes y
armonizarlos, darles coherencia como saber. Y el sujeto va a ir asociando
libremente, por la confianza que tiene de que eso algo quiere decir, y va a ir
produciendo estos significantes.
Una paciente una vez vino a verme por dos razones: analista lacaniano que le
da mucha importancia a la palabra; otra por mi apellido que tiene resonancias
literarias, era alguien vinculada a las letras. Tanto mi “apellido” como “analista
lacaniano” había que tomarlos como un significante cualquiera, ¿qué es lo que
apareció?, que a ella le faltó (lo formuló así) la palabra de su padre. Y entonces
un analista que le da importancia a la palabra, y que además tiene un apellido
que se vincula a la palabra, es un significante cualquiera. Ahora bien, para
poder ocupar ese lugar y no creérsela es necesario saber que uno pasó por
esta experiencia que es el objeto a que no tiene ningún significante que lo
nombre. Y es por eso que el analista va a ir al lugar del objeto.
Podemos decir que desde esa perspectiva tengo los dos significantes, que
instalan inmediatamente la suposición de sentido que es el sujeto supuesto
sentido, el sujeto supuesto saber. Y toda la cura sería cómo van apareciendo
las diversas declinaciones del significante Ratten, de un lado, del otro,
homofónicas, polisemánticas, etc., hasta que el sujeto (en Freud es así) cura su
obsesión.
3
[Encuentro en el diccionario: Ratte = rata, pero Rate es cuota, pago, plazo, consulta (zu Rate ziehen)]
Ahora bien, lo que agrega Miller con respecto a este ejemplo, que es un dato
más porque volvemos al tema de que todo esto no vale si no está la dimensión
libidinal, la dimensión de goce. Entonces, si uno va a los que llaman los
Original records, que son las notas que tomaba Freud que quedaron del caso,
descubrimos que un día el hombre de las ratas le comenta a Freud, que él
pensó cuando fue a verlo que Freud tenía que ver algo con otro Freud que era
un asesino serial en los trenes de Austria. Es decir que no solo le suponía
saber, sino le suponía estar animado por un goce asesino. Miller dice que era
de una familia de asesinos, y entonces ahí Freud dice “no, para nada, usted
está totalmente equivocado, no tengo nada que ver con ese Freud”. Pero es un
buen modo, me parece, de mostrar cómo la dimensión del goce estaba ya
desde el vamos aunque aparezca proferida más tarde por el paciente. Esa
sería la dimensión libidinal, pulsional.
Marina Recalde: Lo que está inscripto en la tarjeta que se sabe aprè coup.
Gorostiza: En un sentido amplio sí, algo que estaría inscripto que es esta
dimensión del goce, que se puede ver al final, la vemos al comienzo también.
Bárbara: Para entender mejor, ¿podría dar un ejemplo más de cómo se ubica
esto al significante de la transferencia?, tal vez en algún caso suyo.
Gorostiza: Bueno, tomo el caso que comentaba antes, más extenso. Pero el
síntoma que se pudo aislar en esta sujeto, aparecían como dimensiones
pulsionales en juego que no tenían el estatuto sintomático, como tendencias
bulímicas podríamos decir, trastornos oculares, problemas en el cuerpo, una
histeria. Pero lo que se aisló es que esta mujer venía siempre rengueando,
caminaba levantando el pie izquierdo. Y comenta que eso era consecuencia de
una fractura que había tenido muy jovencita cuando era adolescente (es una
mujer que venía del campo, del interior del país), que ante la mirada de su
padre (siempre está el tema del padre en la histeria), que estaba sentado en un
bar al lado de la plaza, y él le advierte que vaya con cuidado con el caballo, ella
está montando a caballo, empieza a corretear alrededor de la plaza con el
caballo hasta que el caballo se encabrita, la tira a una zanja y se fractura el
tobillo izquierdo. Y entonces ella tenía que venir siempre con zapatillas y
siempre con esa renguera que tiene una base orgánica, Freud lo llamaría esto
“complacencia somática”, que es un término que Lacan cuestionó un poco.
En una oportunidad, que fue cuando esto tomó forma de síntoma, ella por todo
el tema del lenguaje teatral, la palabra, ella dice “yo siempre le doy el pie a mi
papá”, como se dice en teatro, es la fase para que el otro tome la palabra, y yo
ahí intervine y le dije: ¿cuál, el izquierdo?, se produjo un efecto de chiste
interpretativo y después notablemente el efecto histérico (ese, hay otras
cuestiones más) se redujo, desapareció, y ella se rió mucho y recordó mucho
siempre esta interpretación.
Lo último, no lo voy a extender ahora, pero mi pregunta era ¿qué pasa después
con la noción sujeto supuesto saber? Retomo algo que en cierto modo
planteaba Silvia Salmann recién, lo que va a venir al lugar del algoritmo de la
transferencia… recuerden que algoritmo (para quienes no lo sepan) es un
procedimiento resolutivo automático, quiere decir que es una fórmula que
permite esto que estábamos haciendo o intentando hacer, que se pueden
ubicar distintos elementos, y se puede ver cómo con distintos elementos se
produce el mismo efecto.
La vez que viene lo vemos con respecto a alienación, separación, que implica
cómo se articula un elemento que es de goce o de pulsión en un aparataje
significante, pero no es que el significante y el goce tienen una interpenetración
por llamarlo de alguna manera más fuerte. Por eso, la última enseñanza de
Lacan apunta a eso, generamos un efecto que es gozar del inconsciente,
bueno ¿cómo le ponemos también límite a ese goce del bla bla?
Dicho esto del goce del bla bla, me callo, y nos vemos, yo con ustedes, el
primer miércoles de octubre.
FIN LADO B