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Propedéutico: Fundamentos del Psicoanálisis

Leonardo Gorostiza

Clase 5: 3 de septiembre 2008

Gorostiza: Buenos días. Siendo las 13:15 damos comienzo a esta que es la
quinta clase general del propedéutico de fundamentos.

¿Cuánto tiempo, no?, porque hace dos meses que no nos reuníamos así en
conjunto. De todas maneras me han llegado las resonancias del trabajo en los
talleres que parece ser que en general es muy buena, que hay participación
activa de la mayoría de ustedes, con presentaciones, preguntas, y en algunos
casos que se ha suscitado cierto entusiasmo, lo cual creo que deben saber que
es el buen afecto lacaniano, el genuino entusiasmo que se liga al deseo de
saber.

Nos quedan entonces con estas cuatro reuniones generales. Mi idea es tal vez
en estas reuniones no atenerme tanto al texto del Seminario 11, aunque va a
estar presente, ya que eso ustedes lo pueden ver en los talleres
particularmente, sino dedicarme fundamentalmente a los conceptos que vamos
a trabajar, y el tema es el siguiente.

Hoy nos dedicamos a la transferencia.

La próxima reunión, primer miércoles de octubre, nos vamos a dedicar a las


operaciones de constitución del sujeto, es decir, alienación y separación, para
intentar situar allí una serie de indicaciones clínicas que son muy importantes,
que hacen a pensar por ejemplo las estructuras en función de la modalidad del
sujeto en relación a estas dos operaciones, que son las operaciones de
causación del sujeto.

La siguiente, que sería la penúltima reunión general que va a ser en la primera


semana de noviembre, nos vamos a dedicar a la pulsión.

Y la última, en el concepto que recorre todo el seminario, y que es el punto


arquidémico de la operación de Lacan (que lo hemos dicho) que es el deseo
del psicoanalista. Allí nos vamos a dedicar en particular a la última clase del
seminario, la clase 20 si no recuerdo mal, en ti más que a tú. (Marina Recalde
empezó a bailar acá). Y en esa última reunión, como les anticipé, mi idea sería
que le dediquemos mitad de la reunión a hablar sobre el deseo del
psicoanalista, y finalmente dejar al menos una hora para un intercambio del
conjunto con el conjunto del equipo docente acerca de todas las preguntas,
dudas, observaciones, que hayan quedado del recorrido que hicimos este año.

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Bien, vamos a ver entonces la noción o el concepto de transferencia, me


parece que los dos primeros conceptos que hemos abordado: el inconsciente y
la repetición, han quedado bastante afirmados, y creo que lo hemos hecho con
bastante precisión. Recordarán que la operación que hemos destacado es que
Lacan desdobla o muestra dos caras del inconsciente: el inconsciente
estructurado como un lenguaje, inconsciente freudiano reprimido
secundariamente hemos dicho; y el inconsciente como hiancia que se liga a la
dimensión de la represión original en Freud, pero donde Lacan introduce su
aporte particular, singular, que es plantearlo como una pulsación temporal, el
inconsciente en su dimensión de apertura y cierre.

Y vimos que también él desdobla o muestra dos caras de la repetición: la


repetición como insistencia de los signos, la dimensión significante que es lo
que llama a partir de Aristóteles el automathon; mientras que introduce otra
dimensión de la repetición que es el encuentro siempre fallido, el malogro, que
es la tyche, y que eso nos permite articular la repetición con una dimensión
estrictamente real.

Hoy entonces vamos a ver el concepto de transferencia, donde también Lacan


opera un desdoblamiento. Un desdoblamiento que está presente en este
esquema de una manera que ya les transmití que escribió Jacques-Alain Miller,
y que implica pensar la transferencia en relación a su dimensión simbólica que
es lo que llamamos (muy consabidamente) el sujeto supuesto saber, y que es
lo que de alguna manera articula la transferencia con el inconsciente, es decir,
que esta perspectiva sería la transferencia sujeto supuesto saber. Pero lo que
introduce aquí también Lacan (ahora vamos a verlo con detalle) es otra
dimensión de la transferencia que está articulada con la dimensión de la
pulsión, no estrictamente de lo real (vamos a ir sobre esto) sino la dimensión de
la pulsión. Y es en este punto que la transferencia se articula con la pulsión y
con el objeto a. Recuerdan que habíamos dicho que tanto el inconsciente como
la transferencia, es fundamentalmente una cuestión de sujeto, mientras que la
repetición y la pulsión son fundamentalmente una cuestión ligada al objeto a.

Las clases (digo esto para que las retomen, en algunos talleres lo han visto, en
las próximas reuniones de los talleres) son la clase 10, 11 y 12, [S-11] y
después conviene hacer un salto e ir a la clase 18 y 19 porque es donde Lacan
habla del sujeto supuesto saber de una manera más fuerte.

Hemos dejado de lado (si bien en algún taller donde está Gabriela Basz ha
tomado la cuestión del objeto mirada) la cuestión del campo escópico y la
mirada que es una serie de capítulos que están en el medio del seminario, no
porque no sean importantes sino porque no tenemos tiempo, aunque sirve para
ilustrar la problemática del objeto a (que creo que es lo que Gabriela ha hecho).

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Vamos a entrar en primer lugar, porque mi idea es la siguiente, es no plantear


esta cuestión de las dos dimensiones de la transferencia como un par
meramente oposicional y binario, cara simbólica y cara pulsional de la
transferencia, sino poder indicar los puntos de articulación que existen en estas
dos dimensiones.

Una referencia (creo que la deben haber transmitido en los talleres pero para
que la tengan todos presente) fundamental a revisar, son las viejas
conferencias de Jacques-Alain Miller1 que se encuentran en el librito Recorrido
de Lacan, son las históricas conferencias caraqueñas donde creo que es en la
cuarta y quinta, las dos últimas conferencias caraqueñas, Jacques-Alain Miller
aborda fuertemente la noción de transferencia, particularmente la noción de
sujeto supuesto saber. Son muy claras, así que quienes no las hayan leído es
una indicación fuerte que vayan a hacerlo.

Vamos a comenzar entonces con la noción de sujeto supuesto saber, que es


una operación fundamental que hace Lacan que no estaba en Freud, por lo
menos explícitamente, que implica articular el concepto de transferencia al
saber. Y para ello hace otra articulación que es la articulación del sujeto
(término tampoco presente como tal en Freud) al saber.

Como reiteramos, el sujeto supuesto saber es el fundamento transfenoménico


de la transferencia. Cuestión a tener presente, que no hay que confundir al
sujeto supuesto saber con el fenómeno experiencial por decir así,
transferencial.

Es una noción tan popular ésta, tan popular, que me parece que se encuentra a
merced de muchos malos entendidos conceptuales, y quiero avanzar en este
sentido. Entonces, yo voy a partir también de una suposición o, tal vez para ser
más preciso, de un prejuicio que no es lo mismo que una suposición. O si
ustedes quieren de una presunción, que no llega a tener el alcance de una
hipótesis que es una cuestión distinta.

¿Cuál es esa presunción, ese prejuicio? Es el siguiente: que hay muchos


supuestos en torno a la noción de sujeto supuesto saber. Particularmente el de
que coincidimos al nombrarlo en su caracterización conceptual. Y digo esto
también para nuestro ámbito lacaniano más cercano. Para decirlo muy
rápidamente, mediante un corto circuito, hay al menos como dos formas de
hablar del sujeto supuesto saber. Una forma que llamaría light, una forma
difusa que se confunde con la dimensión fenoménica de la transferencia,
suponerle saber a alguien, las figuras del sujeto supuesto saber. Y en una
forma mucho más dura, que es una forma que está formalizada, y vamos a
verlo con el algoritmo de la transferencia, que es un concepto ya
eminentemente técnico, y que es fundamental que lo precisemos porque es un
esfuerzo de lógica que hace Lacan para elaborar su concepto de la
transferencia.

1
Jacques-Alain Miller, Recorrido de Lacan, ocho conferencias, Manantial, Buenos Aires, 1989. [cuarta
y quinta conferencias, p. 59 y 79, respectivamente.]

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Por ejemplo, Miller dice en el texto La transferencia negativa (que también les
recomiendo leer, está editado en castellano): “esta expresión de sujeto
supuesto saber es magnífica porque siendo compleja –y ahí viene la cuestión,
es compleja- a la vez todo el mundo la entiende. De manera que no parece
requerir ningún conocimiento teórico especial para entender el sujeto supuesto
saber. Es una expresión que bien podría aparecer en los periódicos.” En
Buenos Aires donde están los periódicos con sus secciones psi aparece el
término.

Entonces, me parece que en primer lugar hay que poner en cuestión,


interrogar, ciertas concepciones que si bien no son inexactas, privadas de esa
complejidad que plantea Miller desmerecen el alcance subversivo que tiene la
noción de sujeto supuesto saber. La elaboración de Lacan de la noción sujeto
supuesto saber es una elaboración conceptualmente subversiva con respecto
al saber.

¿Cuáles son esos dos aspectos?

Primero: la formulación que resume el aspecto fundamental del sujeto supuesto


saber diciendo (como hemos dicho) que es la cara simbólica de la
transferencia. Es cierto pero es insuficiente.

Segundo: la que pone el acento en su aspecto imaginario ahora de


idealización, y que desde esta perspectiva si uno toma solamente ese aspecto,
el aspecto idealizante que hay en el sujeto supuesto saber, se puede llegar a
confundir lo que Lacan sitúa como condición del final de análisis, que es la
destitución subjetiva, que es la destitución del sujeto supuesto saber, si
ponemos el acento en la cara de idealización que tiene este concepto
confundimos destitución del sujeto, destitución subjetiva, con desidealización, y
no es lo mismo. El analista puede estar desidealizado y no por eso está
eliminado la estructura misma del sujeto supuesto saber.

Es cierto que Lacan mismo dijo que la función del sujeto supuesto saber
implica una función de idealización. Él dijo así: “en cuanto al saber es
incuestionablemente una función imaginaria –el saber, fíjense que el saber es
una articulación significante simbólica, pero en tanto coherencia constituye una
función de idealización- dice: una función imaginaria de idealización, -y agrega-
y es lo que hace delicada la posición del analista que en realidad se sostiene
allí en el medio, donde está el vacío, el agujero, el lugar del deseo.”

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Esta es una referencia del Seminario 15, El acto psicoanalítico, y que en cierto
modo (como hemos dicho ya) si el lugar del agujero es este, es lo que
escribimos significante del Otro barrado, podríamos decir que el sujeto
supuesto saber es lo que viene a cubrir precisamente este vacío original donde
se encuentra el deseo. Por eso, hago otro corto circuito, quienes hayan leído
las últimas clases verán que Lacan utiliza el mismo término para hablar del
sujeto supuesto saber y el deseo del psicoanalista. El término es “pivote”, dice
que el sujeto supuesto saber es el pivote en todo lo concerniente a la
transferencia. Y más adelante dice que todo se juega en ese punto pivote, dice
“martillo”, una serie de definiciones da que es como un punto de apoyo, que es
el deseo del psicoanalista, y esto es por momentos oscuro en el seminario.

Por un lado está la suposición de saber pero también lo que dice ahí Lacan en
el S-11 es que además no solamente se le supone al analista un saber, sino
que se le supone desear, y ¿qué es desear? Desear salir al encuentro del
deseo inconsciente, es decir, que pueda emerger el deseo inconsciente del
analizante.

Y esta es la posición del analista, que tiene que ver con esa dimensión de
vacío que no está recubierta por el saber, excepto cuando se instala el sujeto
supuesto saber que viene como a velar esa oquedad fundamental.

Es por eso que, mi idea es que si nosotros privamos la noción de sujeto


supuesto saber de la articulación con otra noción como la del acto analítico, y la
noción función deseo del psicoanalista que Lacan introduce fuertemente en el
S-11, es un concepto que muestra cierta docilidad para ser importado, es decir,
incluido en otras teorizaciones que le quitan (lo que planteaba antes) la
dimensión subversiva radical que tiene el concepto mismo.

Por ejemplo, Horacio Echegoyen (deben conocerlo a Horacio Echegoyen) es


un gran amigo del EOL, viene en las jornadas, ha mantenido un diálogo muy
interesante con Jacques-Alain Miller, y es excelente realmente, contamos con
alguien que es un interlocutor sumamente válido, tiene una posición distinta de
otros psicoanalistas de la IPA.

Pero a él le gustaría (por su posición) que uno debatiera con algo que él
formula, y por ejemplo, en un libro que se llama Los fundamentos de la técnica
psicoanalítica, es un libro de Amorrortu, de color rojo, un libraco, 500 páginas,
que es interesante porque él hace un resumen de todas las concepciones
psicoanalíticas desde Freud en adelante. Cuando llega a Lacan fíjense lo que
dice con respecto al sujeto supuesto saber: “es evidente que en cuanto le
asigna al analista la posición de sujeto supuesto saber, el analizado intenta
establecer una relación imaginaria y narcisista. Si el paciente afirma que el
analista sabe lo que le pasa a él, al paciente, es porque analista y paciente son
uno. Pero si el analista no se deja colocar en esa posición, y la denuncia como
un mero supuesto del paciente, entonces alcanza el nivel simbólico. De esta
forma, como todos sabemos, la función del analista es quedar finalmente
excluido de la vida y de la mente del analizado.”

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Esta última frase es impecable, es cierto, el analista tiene que quedar


finalmente excluido, caído, dejar de ser un significante del inconsciente del
analizante, por eso Lacan dice que el psicoanalista forma parte del concepto de
inconsciente, y dejar de ser un objeto de atracción libidinal, tiene que quedar
excluido, la última parte estamos de acuerdo. Pero ven que la concepción es
como una versión imaginaria de una suerte de fusión donde hay una especie
de automatismo mental (eso es lo delicado), supuestamente el paciente
pensaría que el analista sabe todo acerca de él, y que habría que interpretar
eso, interpretar la transferencia, denunciarlo como un error, para que se
produzca la simbolización de la ilusión imaginaria.

Esto no es así en Lacan, Lacan lo dice con todas las letras en el S-11, que no
hay que confundir, más bien es al revés, en general el paciente que va a ser el
analizante se encarga de decirle al analista que no se la crea demasiado, que
no se vista con el ropaje de sujeto supuesto saber, y que si tenemos una
situación como esta, que cree que alguien sabe sus pensamientos, tenemos un
problema de estructura en juego, que es lo delicado del inicio de la cura con la
psicosis, el modo de la asociación libre, el analista en la realidad, o más bien
en lo real, se vuelve aquel que sabe de los pensamientos del analizante, o sea
que no es la misma posición.

Alumna: Porque nosotros llevamos al taller ese libro, justamente para poder
leer ahí lo que Echegoyen retraduce o comenta sobre Ida Macalpine, ya que
hace referencia a Lacan, pero justamente una de las cosas que nos llamaba la
atención es que él va a decir que a excepción de Miller y de Lacan, para todos
los otros autores repetición y transferencia siempre van unidas, o sea que él
está en la posición de que no se puede separar, muy coherente con esto último
que vos estás leyendo.

Gorostiza: Que es la cuestión de concebir a la transferencia como una


repetición ilusoria. Es muy importante (lo vemos luego) que Lacan insiste en
que la transferencia no es un medio, es una fórmula fuerte de Lacan, Lacan lo
mantiene esto siempre hasta el Seminario 21, año 1973, 1974. Dice “el único
medio que tenemos es la palabra”. Entonces, hay que pensar cómo estos
conceptos se articulan con lo que son el medio de la experiencia analítica.

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Y la transferencia no es un medio, ¿qué es?, no es un medio de rectificación de


las relaciones del sujeto con la realidad, que es lo que plantea aquí Horacio
Echegoyen. En hacer caer la ilusión que sería la transferencia para que tenga
una adecuada relación con la realidad, eso está implícito. La transferencia es
un resultado de ese medio que es la palabra. Y (quiero volver de todas
maneras sobre el eje) esto lo que implica fundamentalmente es que, en Lacan
como en Freud, no hay liquidación de la transferencia, término muy fuerte en el
post-freudismo. Si yo pienso que la transferencia es ilusoria y es un desvío
neurótico con lo que sería la captación precisa de los objetos de la realidad,
una vez concluido el análisis, el sujeto advendría a la buena relación con la
realidad y se eliminaría la transferencia. Lacan dice “en todo caso puede haber
liquidación del sujeto supuesto saber” que es destitución subjetiva. Pero es
imposible que haya vuelta a cero de la transferencia. ¿Por qué?, porque toma
sencillamente la primera formulación de Freud con respecto a la transferencia.
La primera formulación de Freud está en La interpretación de los sueños
cuando dice que la transferencia es la transferencia de carga, de libido, de
significación, de un elemento a otro. Es el ejemplo de los restos diurnos, que se
toma un resto nimio, indiferente, y se le da una significación, una carga libidinal
desmesurada. Freud lo llama al inicio de sus primeros textos sobre la histeria
“la falsa conexión”. Es decir, en lugar de tener la libido conectada a la
representación paterna, se hace una falsa conexión y se conecta con el
analista, por ejemplo.

Y, ¿qué decimos desde Lacan?, que siempre hay falsa conexión. Quiere decir
que como el objeto que hubiera sido el buen objeto de la realidad siempre está
perdido por estructura, porque estamos en el campo del lenguaje, siempre va a
haber transferencia. Y esto en Lacan llega hasta plantear que puede haber
liquidación del sujeto supuesto saber, pero como no hay vuelta a cero de la
transferencia, hay otras formas de transferencias que (Miller desarrolló mucho
esto) es lo que llamamos la “transferencia de trabajo”, que es una
transformación de la transferencia que implica una relación (debería implicar)
una relación distinta con el sujeto supuesto saber. Esto es un excursus pero
fundamental para ver cómo Lacan toma la primera formulación freudiana para
pensar y sostener que no hay liquidación de la transferencia. La transferencia
no tiene nada que ver con una rectificación realizante, así lo llama en el S-11,
que es rectificar las relaciones del sujeto con la realidad, no es un instrumento,
no es un medio para eso, es un resultado.

Hay algo sobre lo que hemos insistido que es lo siguiente, la sigla Sujeto
Supuesto Saber, SSS, puede ser leída al menos de tres formas: Sujeto
Supuesto Saber, la fórmula canónica; Sujeto Supuesto Sentido, es decir es el
sujeto supuesto al sentido supuesto de los síntomas, de los lapsus, de los
sueños; y además Sujeto Sin Sustancia, recuerdan que cuando hablamos de
sujeto insistimos que se trata de un sujeto no sustancial, por eso el
inconsciente no es ninguna sustancia, no es un ente, no es un ser, es del orden
de lo no realizado, lo que busca realizarse.

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Yo hice en una oportunidad (lo comento muy rápidamente que puedan ustedes
reconstruir esto si les interesa) es ir a ver estos tres términos, sobre todo los
dos primeros, en la filosofía porque son términos filosóficos. Y uno se
encuentra algo así como (o es mi lectura al menos) que la fórmula sujeto
supuesto saber es una especie de ironía de Lacan, ¿por qué digo esto? Por
ejemplo, el sujeto en la ontología tradicional, ¿qué define el sujeto, el
subjectum?, es la sustancia, la primera sustancia, el ser individual, indiviso e
indivisible. Es el sujeto, el subjectum, de lo cual se afirma o se niega algo. Es
decir, que aparece (es la vertiente escolástica) una confusión entre sustancia y
sujeto, en la filosofía. Es lo permanente, lo que siempre estaría que no sería
variable porque variables son los accidentes, que son los que sí cambian.

Hemos visto que la noción de sustancia implica también estar debajo de,
substare, lo que yace por debajo, y es el soporte de los accidentes. Y
recuerdan (creo que lo mencionamos esto) que Lacan sigue a Heidegger en la
lectura que él hace de Aristóteles, barriendo con el desvío que introdujo la
escolástica. Y dice que en realidad en Aristóteles hay dos nociones: ousia que
es sustancia precisamente, que es lo que se mantiene, la constante en
nuestros términos; y el otro término que es hipokeimenon en griego, que es lo
que se produce cuando se profiere o se dice algo de los entes. Esta es la
lectura de Heidegger que rescata lo genuino de Aristóteles. ¿Y por qué importa
esto?, porque si el hipokeimenon, es lo que surge de lo que se dice de los
entes, ya es algo que no tiene sustancia, es algo vaciado de sustancia. Implica
que el sujeto, nuestro sujeto supuesto saber, el sujeto en general no es una
constante, no es una sustancia, no es algo que permanece, sino que es una
variable, el sujeto es una variable.

Y una formulación que da Lacan en la proposición del 9 de octubre, que es del


año 1967, tres años después del S-11, donde él escribe el algoritmo de la
transferencia, su fórmula de la transferencia, dice que el sujeto supuesto saber
es el significado de la pura relación significante. Tengo un significante, tengo
otro significante, y ¿qué tengo allí?, un significado (esto es una s minúscula),
esto habíamos dicho al comienzo del curso. Pero ven que el sujeto supuesto
saber está subpuesto, puesto abajo, por una articulación, que él dice que es
una pura relación significante. Cuando ven el término “puro” o “pura” en Lacan,
en general, ¿qué quiere decir?, que no importa cuál es este significante y cuál
es este otro significante, puede ser cualquiera, pero basta que se produzca
esta articulación entre dos significantes para que se produzca este efecto, que
es el efecto sujeto, que él lo escribe como un significado. Y si es un significado,
y tenemos primacía del significante sobre el significado, el significado es una
variable de la articulación entre los significantes. Ven que no es ninguna
constante, ninguna sustancia.

Y además, acá Lacan escribe significado para hablar del sujeto supuesto saber,
pero como el sujeto también es el sujeto tachado, podemos decir que si del
lado de la sustancia, que Lacan va a ubicar del lado de la sustancia el goce,
podemos encontrar una plenitud de ser, del lado del sujeto que es significado
encontramos la falta en ser. Entonces el sujeto supuesto saber también es falta
en ser. Es una armazón, Lacan dice que no es de artificio, pero tiene una
dimensión ficcional porque está hecho de significantes.

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No insisto mucho sobre las referencias filosóficas, si ustedes van a buscar


“supuesto”, es lo mismo. Supuesto viene de supossitum, y también es lo
mismo, es la sustancia perfectamente subsistente e incomunicable. Es el sujeto
al cual se le atribuye existencia.

Y tengan presente que no es lo mismo “suposición” que “existencia”. La


existencia, Lacan la va a ubicar del lado de lo real, si ustedes quieren no es
exactamente el ser pero bueno por ahí avanza primero el ser, el goce, eso
existe como el síntoma, tiene existencia. En cambio el Gran Otro, el sujeto
supuesto saber, tienen que ver con la suposición, que es lo que Freud llamaba
“la hipótesis de inconsciente”. Y Lacan en el S-20 va a decir que el sujeto
supuesto saber es la hipótesis, cada vez que formulo una hipótesis introduzco
una suposición que después debo verificar, esto cuando elaboro algún tipo de
saber.

Entonces, es importante separar “existencia” y “suposición”. En el S-11 hay un


momento (lo han visto en algunos de los talleres), donde en la clase 10, La
presencia del psicoanalista, Lacan dice que la presencia del psicoanalista es la
que hace existir al inconsciente, es decir, que no es algo que estaría dado de
antemano. Es el deseo de Freud que lo hizo aparecer, que lo inventó en
realidad, y la presencia de cada analista con apuntar a que el sujeto se
pregunte qué es lo que sus síntomas quieren decir, que lo hace existir. En ese
momento Lacan no diferencia tanto “suposición” de “existencia”. Pero el
inconsciente que se constituye como saber, que es el sujeto supuesto saber,
que está hecho de semblantes, ficcionales como tales, eso es un efecto de
suposición y no hay que confundirlo con la existencia. El síntoma es lo que va a
existir, ser el núcleo duro, el hueso de cada uno, lo que decimos que vuelve
una vez y otra vez, y no puedo dejar de..., y retorna.

Y, por supuesto, el otro término, el de “sujeto”, sabemos que hay que


diferenciar este sujeto que es efecto de la articulación significante, de la noción
clásica del sujeto cognoscente del mundo que tendría una connaturalidad con
su objeto.

Hay una definición muy importante de Lacan (y aquí sí abran las orejas quienes
nunca lo hayan leído), en la proposición del 9 de octubre, Lacan dice lo
siguiente: “un sujeto no supone nada. Es supuesto por un significante para otro
significante.” Nosotros cuando hablamos de manera light, decimos “vino el
sujeto a la consulta”, y entonces parece que le supone saber al analista. No. En
todo caso es un fenómeno, pero el fundamento transfenoménico que es el
sujeto supuesto saber es otra cosa. “Un sujeto no supone nada. Es supuesto
por un significante que lo representa para otro significante”. Lo fundamental
que está en juego acá es una suerte de corrección que hace Lacan sobre si
mismo. Si ustedes van al S-1, S-2, los primeros escritos, año 1953, 1954, ¿por
dónde iba?...

(Intervención inaudible)

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Gorostiza: Ah, la cuestión de la intersubjetividad, es lo siguiente. Él va a


plantear que hay dos tipos de intersubjetividad: una intersubjetividad que
podemos llamar “buena”; y una intersubjetividad que podemos llamar “mala”.

La mala intersubjetividad sería lo que Lacan llama la “relación de yo a yo”, de


un sujeto que se confunde con el yo con otro yo, y hay todo un psicoanálisis
que se desarrolla por esa vía. Eso está en el esquema Lambda, lo escribimos
una vez más: esto sería la intersubjetividad concebida imaginariamente de yo a
yo, y él dice “esa intersubjetividad no va porque esos son yoes que se
interrelacionan”.

Y esta sería la buena intersubjetividad porque como está el campo del Otro
permite que los sujetos se relacionen entre si en tanto sujetos como efecto
simbólico.

Después Lacan, y es cuando dice “un sujeto no supone nada sino que es
supuesto”, dice “no hay para nada intersubjetividad”, o sea que es una
corrección sobre si mismo. Hay un único sujeto en la experiencia analítica que
va a ser el sujeto producido por el discurso del analizante, y se espera que el
analista pueda (las más de las veces) ocupar el lugar del objeto. Pero no hay
ningún tipo de intersubjetividad, tal es así que llega a decir que la transferencia
(este concepto que estamos viendo) es quien refuta la noción de
intersubjetividad. No voy a avanzar mucho más sobre esto pero ténganlo muy
presente porque hay un psicoanálisis americano, en California especialmente,
que utilizando algunas nociones de Lacan (está en la vía de lo que planteaba
anteriormente con Echegoyen) establece una suerte de lacanismo
imaginarizado, donde hay una relación de sujeto a sujeto, hablan de sujeto
supuesto saber inclusive, pero como desconocen la noción de lo real que es lo
que Lacan introduce con el objeto a, degradan digamos, el concepto mismo de
sujeto supuesto saber.

Hay antecedentes del concepto “sujeto supuesto saber” en Lacan. Hay un


antecedente importante en Función y campo de la palabra, hay otra mención
en Variantes de la cura tipo, y todo se fundamenta en que como Lacan está
haciendo el retorno a Freud a partir de las leyes de la palabra, las leyes del
lenguaje, tiene que elucidar también el fundamento de la transferencia a partir
de esas leyes.

Lo resumo, que es cuando Lacan dice que en realidad el receptor del mensaje
está en el origen del mensaje mismo, y que da esta fórmula (que deben haberla
escuchado muchas veces) que es que el emisor recibe su propio mensaje del
receptor en forma invertida, que esto es lo que dibujamos siempre con lo que
llamamos la “celda elemental del grafo de la comunicación”, que hay
significante, es el sujeto que va hablando, pero en realidad es del lugar del
Gran Otro como su propio mensaje le va a llegar en forma invertida. Y ese Otro
es el inconsciente, en ese momento para Lacan es el inconsciente como
verdad, el inconsciente como lugar de la palabra, que ven que es el lugar a
donde va a ir necesariamente el analista.

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El analista va a ir al lugar del Gran Otro. Es como hacerse equivaler al


inconsciente del sujeto. O sea que ésta sería como una primera formulación del
sujeto supuesto saber. Tal vez, para ser más precisos, sería el sujeto supuesto
verdad ya que él ubica aquí el lugar de la verdad inicialmente. Es lo mismo que
en el esquema Lambda ubicar este lugar, el lugar del Gran Otro. Bastará que el
analista interprete, escanda, para que para el analizante en su discurso, en su
bla bla, eso emerja un sentido. Tal es así que Lacan en Función y campo de la
palabra dice que el analista es el amo del sentido, quién decide el sentido de lo
que el analizante ha proferido.

Como ven, toda esta noción es solidaria de una crítica radical de la noción del
lenguaje signo, del lenguaje que se refiere a los objetos de la realidad, todo eso
Lacan lo ha puesto en cuestión.

Ahora bien, hay un párrafo que ustedes pueden encontrar en la página 296 de
Función y campo de la palabra (varios de ustedes asienten, supongo que están
con Claudio Godoy viendo Función y campo de la palabra)…

Alumna: Ya lo vimos. El cuatrimestre pasado.

Gorostiza: ¿Con Godoy? Perfecto, es este párrafo, página 296. Vamos a


recordarlo. No es la ultimísima edición de los escritos, que salió una nueva
ahora, es la anterior, y dice así: “de hecho esa ilusión que nos empuja a buscar
la realidad del sujeto, más allá del muro del lenguaje –el está criticando a los
analistas que dicen que el lenguaje del paciente es algo así como un obstáculo
para hablar de lo que estaría siempre más atrás, es una vieja fórmula que se
usaba mucho en una época, “usted habla de esto porque no quiere hablar de lo
otro”, siempre es la idea de que habría algo, un más allá que es substancial,
que sería el que explicaría estos enunciados, dice-: esa ilusión es la misma por
la cual el sujeto cree que su verdad –ven el lugar de la verdad- está en
nosotros ya dada, que nosotros la conocemos por adelantado, y es por eso
igualmente por lo que está abierto a nuestra intervención objetivante.” Es decir,
la posibilidad de nuestra intervención analítica, está definiendo el lugar del
analista como sujeto supuesto saber. Dice: “sin duda uno tiene que responder
por su parte de ese error subjetivo, que confesado o no en su discurso, es
inmanente –lo que sería ese error subjetivo- al hecho de que entró en análisis,
y de que ha cerrado su pacto inicial.” Un pacto inicial que no es la alianza con
la parte sana del yo. Este es el pacto inicial, que instaló al analista en el lugar
del sujeto supuesto saber, ser el amo del sentido de lo que él va profiriendo.
“Tanto menos cuanto que encontramos en él –en ese pacto- la razón de lo que
podríamos llamar –fíjense- los efectos constituyentes de la transferencia, en
cuanto que se distinguen por un índice de realidad de los efectos constituidos
que le siguen.” Y hay una nota al pie donde en el año 1966 que es cuando
aparecen los escritos, Lacan agrega: “aquí se encuentra pues definido lo que
hemos designado más tarde como el soporte de la transferencia, a saber, el
sujeto supuesto saber.”

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 11 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 12 de 18

Entonces, tenemos efectos constituidos y efectos constituyentes. Este efecto


constituyente es el fenómeno, no es el fenómeno, es el fundamento
transfenoménico constituyente de otros fenómenos que son los que tienen la
dimensión de la realidad más imaginaria, que es el amor, el odio, todos los
fenómenos que describen la fenomenología de la transferencia. Pero eso no es
sin este fundamento transfenoménico que es un efecto constituyente, cuando
Lacan dice “efecto constituyente”, ¿cómo leerlo?, que es ya, desde ese
momento, en el 1953, que es un efecto de la articulación significante, que es un
efecto del medio que es la palabra.

Es interesante porque en Variantes de la cura tipo, no lo voy a leer ahora, les


digo la página: página 320, si se detienen, él va a decir que el inconsciente es
un sujeto francamente constituyente del sentido de los síntomas. Y no es lo
mismo decir que es un efecto constituyente, ya Lacan está ubicando allí el
sujeto como un efecto de la palabra. Decir que es un sujeto constituyente
puede deslizar (aún en Lacan mismo) una cierta sustancialización de que
habría un sujeto allí, como si fuera una alforja, un reservorio el inconsciente, y
el sujeto es lo que le daría la consistencia.

Una cuestión importante es que en este momento de su enseñanza, en los


años 50’, y lo vimos cuando hablamos de la transferencia como repetición, ¿se
acuerdan?, a propósito de intervención sobre la transferencia. El aspecto
libidinal de la transferencia queda circunscripto al eje imaginario. Vamos a verlo
en alguna reunión cuando trabajemos la pulsión probablemente, los
paradigmas del goce, que establece Jacques-Alain Miller con respecto a los
distintos momentos de la enseñanza de Lacan.

Y el primer paradigma dice, es que Lacan ubica lo que va a llamar el goce en


relación a la libido, y se ubica en el eje imaginario. Entonces, desde esta
perspectiva lo simbólico tendría como una pureza que es querer hacerse
escuchar, y lo imaginario sería la inercia libidinal que lleva al éxtasis, al
detenimiento. Entonces, Lacan ubica la transferencia como obstáculo en el eje
imaginario, en el de la dimensión libidinal. Mientras que la transferencia como
motor está ubicada del lado de lo simbólico, que es el lado de lo que anticipaba
como sujeto supuesto saber.

Bien, este es un antecedente, pero ¿dónde introduce Lacan el concepto “sujeto


supuesto saber”? Sabemos que es en nuestro S-11, donde dice que es el
principio, el pivote, con respecto al cual se articula todo lo concerniente a la
transferencia.

¿Saben lo que es pivote? Pivote es un palo, digamos, un eje en torno a lo cual


giran las cosas. En básquetbol el pivote es el más lungo que va a la llave (lo
que se llama la llave) y va recibiendo las pelotas y las devuelva, y hace girar a
los demás en torno a él.

Se puede hacer una diferencia en Lacan entre el término “pivote” y “resorte”.

FIN LADO A

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 12 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 13 de 18

Gorostiza: ...la transferencia, que es lo que en S-11 llama la “puesta en acto


de la realidad sexual del inconsciente”, ese es el resorte de la transferencia. Y
uno puede especular acerca de por qué dice “resorte” porque si uno piensa en
un resorte es algo que puede estar como muy comprimido y tener una potencia
muy fuerte cuando se desata para lanzar algo hacia fuera, en los dos sentidos,
o avanzar en el análisis o la interrupción de la cura también, que es lo que
vamos a ver que Lacan ubica del lado de lo que llama el “cierre del
inconsciente”.

Ahora bien, siguiendo con el sujeto supuesto saber. Lacan lo menciona en el


Seminario 8, La transferencia, en la página 79-80, año 1960, 1961 es esto, y
dice así: “he aquí un hombre, el psicoanalista, de quién se viene a buscar la
ciencia –es decir, el saber- de lo más íntimo que uno tiene. Este es ciertamente
el estado de ánimo con el que por lo común es abordado, y por lo tanto, de lo
que de entrada se debería suponer que le es más ajeno- es decir, que el
analista no sabe absolutamente nada de esa intimidad que el analizante (o el
que puede ser analizante) viene a buscar-, y sin embargo al mismo tiempo,
esto es lo que encontramos al comienzo del análisis. Esta ciencia –este saber-
se le supone tenerla.” Es un modo alusivo de hablar acá del sujeto supuesto
saber como un saber que detentaría, que tendría el analista. De lo más íntimo
del potencial analizante.

Después hay en el Seminario 9, que se llama La identificación, y en el


Seminario 10, Sobre la angustia, dos menciones al sujeto supuesto saber.

Pero, fundamentalmente son como indicaciones negativas que hace Lacan del
sujeto supuesto saber, porque identifica el sujeto supuesto saber a la
conciencia de si, a la selbstbewusstsein2 hegeliana, que sería la conciencia que
se sabe a si misma. Y lo que va a plantear él es que el psicoanálisis y el
inconsciente, el inconsciente pensado como S(A/) (Significante de A tachado),
ese inconsciente radical, es lo que objeta la idea de que puede haber una
conciencia que se sepa a si misma y que se pueda cerrar en un conjunto
armónico de significantes, que es eso el saber, un conjunto armónico de
significantes.

Yendo al S-11, recuerden página 240, cuando él dice: “en cuanto hay en algún
lugar el sujeto que se supone saber, hay transferencia.”

Como les dije, no voy a insistir sobre estas referencias, ustedes las van a ver
en los talleres. Pero, lo fundamental que es que… y esto es lo que confunde en
el S-11, a mí inicialmente me confundía mucho (supongo que comparten
conmigo esto), es que en el momento en que Lacan desarrolla, promueve este
concepto fundamental de sujeto supuesto saber como soporte de la
transferencia, al mismo tiempo, él formula que la transferencia es la puesta en
acto de la realidad del inconsciente, y dice que la realidad del inconsciente es
sexual, y uno se confunde porque ¿en qué quedamos señor Lacan? O es el
sujeto supuesto saber (un obsesivo se pondría así) o es la puesta en acto de la
realidad sexual del inconsciente, ¿en qué quedamos? Son las dos cosas, y se
arma un berenjenal que hay que orientarse.
2
[literalmente auto-conciencia]

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 13 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 14 de 18

Como seguimos a nuestra brújula, que es Jacques-Alain Miller, él dice lo


siguiente (esto lo van a encontrar en La transferencia negativa, en ese texto):
“pero en el momento en que Lacan formula esta expresión “sujeto supuesto
saber” dice a su vez como contrapunto “realidad sexual del inconsciente””, ¿por
qué? Porque Lacan quiere recuperar la dimensión libidinal de la transferencia,
pues si me quedo solo con la cara epistémica, la cara de saber simbólica,
libido, pulsión, van por su lado, cuando dice “es la puesta en acto de la realidad
sexual del inconsciente” parecería desmentir en parte lo que había elaborado
hasta entonces sobre el estatuto simbólico de la transferencia. “Creo –dice
Miller- que su esfuerzo es articular los dos aspectos: que la transferencia es
una articulación de saber siendo –como dijimos al comienzo- la articulación
misma del sujeto con el saber, pero que toda esto –y escuchen bien-
articulación del sujeto con el saber no funciona sino se vincula con la realidad
sexual del inconsciente. Creo que –concluye Miller- se ha destacado más el
sujeto supuesto saber en su elaboración cuando lo que él quería acentuar es
que la transferencia se concentra más en el momento en que se borra el sujeto
supuesto saber”, que es lo que Lacan llama en el S-11 “cierre del inconsciente”,
porque el cierre ¿de qué inconsciente se trata?, mi lectura es que se cierra el
inconsciente como saber. Puede haber distintas lecturas al respecto, pero creo
que se cierra el inconsciente como saber y entonces “no me venga a decir
ninguna cosa ni interpretarme, que lo que yo siento con usted tiene que ver con
mi mamá, mi papá, o lo que fuera, no, es con usted”, y es transferencia
negativa, transferencia amorosa, pero es una cuestión que está cerca de la
certidumbre porque está la dimensión libidinal y la dimensión pulsional, y si
bien del lado del sujeto, representado por un significante para otro, del lado del
saber, del semblante, tenemos indeterminación (como dijimos al comienzo), no
hay certidumbre, del lado de la vertiente libidinal, pulsional, de la transferencia
hay certidumbre, o seguridad que no es exactamente lo mismo pero lo dejamos
allí porque…

Inclusive, si ustedes van a la página 238 del S-11, es cuando Lacan dice (es
muy fuerte esto) que lo que tenemos es algo muy preciado como analistas,
cuando se instala el sujeto supuesto saber, que es la confianza del analizante
que viene a hablarnos de lo más íntimo suponiendo que el secreto de lo más
íntimo de sí está ya dado en nosotros.

Y si decimos confianza es que no hay certeza. Se excluyen “confianza” y


“certeza”. La confianza presupone un salto, alguna vez Miller dijo que todo acto
de confianza en cierto modo es confianza ciega, porque no puedo anticipar
todo del otro, entonces hay un acto de confianza. Después podrá haber
movimientos: “que sí”, “que no”, “no estuvo a la altura”, “no le va muy bien la
vestimenta”, etc., pero está el acto de confianza. Y esto se opone a la certeza,
por eso digo, la confianza se liga al sujeto supuesto saber que en tanto es
articulación significante, articulación de semblantes, no le dan al sujeto la
certeza, solamente puede ser confiar en que allí hay un saber que va a poder
ser extraído.

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 14 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 15 de 18

En este sentido no es azaroso además, que Lacan haya introducido estas dos
dimensiones de la transferencia cuando trabaja las operaciones de alienación y
separación (que vamos a ver la vez que viene). Para decirlo rápidamente para
quienes no lo hayan nunca trabajado: la alienación es al significante en primera
instancia, después hay una alienación al deseo también, pero alienación al
significante, al S1 y al S2; y la operación de separación está ligada al objeto a.
Y entonces uno puede empezar a ubicar las dos transferencias en relación a
estas dos operaciones. Por eso se podría hablar (así lo hace Miller también) de
la transferencia de alienación, y la transferencia de separación, que no hay que
confundir con separarse del analista. Es separación con respecto al Otro del
saber, pero más aún, siendo transferencia de separación en términos
estructurales, es conexión con lo que no es saber en el Otro, es decir, conexión
con el deseo del Otro. Esto vamos a verlo con detalle cuando hablemos del
deseo del psicoanalista. Y en esa transferencia de separación se ubica el
objeto a, y precisamente, la realidad sexual del inconsciente, es decir, la
dimensión pulsional.

En la proposición del 9 de octubre, cuando Lacan escribe el algoritmo (que


ahora vamos a ir yendo a eso) de la transferencia, dice que el algoritmo de la
transferencia que es el sujeto supuesto saber, ocupa el lugar (así dice) del
referente aún latente. Ese referente aún latente es el objeto a. Vamos a verlo
con detalle con un ejemplo ahora, además. Y si, como decíamos antes, el
sujeto supuesto saber, que es un efecto de significación, no vale, no sirve, no
pasa nada, si no está articulado a la dimensión libidinal, el sujeto supuesto
saber tiene que estar articulado al referente latente, que es el objeto a, que es
algo así como el punto de constancia que va a poner al analista en el lugar de
objeto, de objeto libidinal.

Entonces, como esquema general podríamos escribir así: alienación,


separación, si la alienación (como dije) es al significante pongo: S1, S2; si la
separación está articulada al objeto a pongo sencillamente objeto a; pongo del
lado de la transferencia: alienación, lo que dije antes, el sujeto supuesto saber;
pongo del lado de la separación, que es el cierre del inconsciente como saber:
puesta en acto; y agrego algo más, que podríamos llamar la vertiente
transferencial ligada al sujeto supuesto saber, la vertiente lectura; mientras (lo
hemos dicho) la vertiente separación de la transferencia, el aspecto libido.

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 15 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 16 de 18

¿Qué significa la vertiente lectura?, que es lo mínimo, que si un paciente trae


un síntoma y supone que eso algo quiere decir, se supone que tiene un
enunciado, algo que está escrito que hay que poder leerlo, y eso es el sujeto
supuesto saber, supongo que hay un saber allí oculto que yo desconozco y
tengo que leer, es lo que en Freud es la represión, y que voy a alguien que
supongo también que… ven que yo estoy diciendo “que yo supongo” cuando
en realidad el sujeto no supone nada, sino que es supuesto, supongo que es
alguien que está en condiciones de ayudarme a la lectura de ese enunciado
inconsciente y descifrarlo, es el abc freudiano inaugural, por eso es la vertiente
lectura, así lo llama Jacques-Alain Miller. Pero, ¿qué ocurre?, que está muy
bien, el analista lee... ayuda a leer el síntoma, se va descifrando, se va
descifrando, y de un momento (lo que le pasó a Freud) se encuentra con que
de golpe la persona del analista se vuelve un atractivo fundamental, ya sea de
amor o de odio. Es decir, que la libido se concentró en el analista como objeto,
no como sujeto supuesto saber. Entonces, este aspecto es la vertiente libido de
la transferencia.

Y si bien (y voy a esto ahora para pasar al algoritmo) ponemos el sujeto


supuesto saber acá, y el objeto a acá, (como les dije al comienzo) si pensamos
que hay una articulación entre ambas dimensiones de la transferencia, uno
podría hacer así y poner en el medio sujeto supuesto saber, y el objeto a abajo.

Esta es una fórmula muy simple de decir que el sujeto supuesto saber, que es
un efecto del significante, un efecto de significación, ocupa el lugar del
referente latente que es el objeto a, y que es el que se va a manifestar en
ciertos momentos de la cura, y especialmente hacia el final del análisis, pero en
distintos momentos de la cura. Y aún (la vez que viene por ahí lo vemos) está
desde el inicio en juego la relación con este objeto a. Hay que deshacerse un
poco de la idea de que viene primero la vertiente simbólica, la transferencia
positiva sublimada al que sabe, todo eso se va desarrollando, y después recién
aparece la dimensión del objeto a. No es así, porque sino no tendría
congruencia lo que plantea Miller de que en realidad si no está esto, que es la
vertiente libidinal, esto no funciona, el sujeto supuesto saber. Tiene que estar
eso como un punto de anclaje.

Silvia Salmann: No, que en el Seminario de la angustia Lacan dice que el


objeto a es la posibilidad de la transferencia, es decir, que casi, podríamos
decir, es condición para que se instale el sujeto supuesto saber, invirtiendo un
poco la lógica del fenómeno.

Gorostiza: ¿Escucharon lo que dijo Silvia? Desde que el objeto a está


trasladado al Otro, al campo del Otro, que es la condición misma de la
neurosis, no es el sujeto que es el objeto a sino que lo trasladó, ahí está la
condición fundamental de la transferencia que se reviste con este efecto de
significación que es el sujeto supuesto saber.

Nora González: Yo quería saber si cuando durante las operaciones de


separación y de alienación no se produce la extracción del a y la estructura
queda del lado de la psicosis, ¿hay transferencia?

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Gorostiza: La vez que viene vamos a ver esto porque vamos a hablar de cómo
leer la operación de alienación y separación en la psicosis, por ejemplo. Lo
dejamos en suspenso.

Recuerdan que vimos antes en el esquema Z que el obstáculo estaba en la


libido a nivel imaginario, es el objeto imaginario. Y Lacan dice que todas las
resistencias son del psicoanalista, como mas bien ubica hasta la transferencia
misma como obstáculo, del lado de un déficit de la posición del analista.

Acá no es lo mismo pero hay algo equivalente porque ya el goce, la pulsión, la


libido, no está en lo imaginario sino en este objeto que tiene un estatuto real, en
este seminario. Pero ven que también es el punto dónde se produce una
detención de la cadena asociativa, es lo que llama él “cierre del inconsciente”.

Y (deben haber leído) el ejemplo que utiliza Lacan para explicar cómo se
obtura lo que sería el rememorar, el recuerdo, la asociación libre, es el ejemplo
de la nasa. Algunos lo han visto, otros no. Lo dibujo muy… no sé si va a poder
percibir. La nasa es un instrumento de pesca, para pescar langostas, pulpos
también, grandes calamares, no pulpos muy grandes eh, pulpitos chiquitos, y
es aproximadamente un cilindro hecho de juncos, de mimbre, entretejido, y que
acá (esto es hacia adentro) tiene un tejido también, en los dos sentidos, y dos
orificios, más o menos se ve. Entonces, la cuestión es que con el movimiento
del agua como tiene cierta flexibilidad y el agujero también tiene cierta
flexibilidad, las langostas marinas entran, está la carnada dentro, por supuesto.
Entran, y como estos círculos, estos orificios son un poco puntiagudos, pero
tienden a cerrarse una vez que entró la langosta, tiene flexibilidad, la langosta
misma es la que no puede salir y tapona el orificio de la nasa.

Recordarán que Lacan lo dibuja de una manera un poco enigmática porque él


hace así, y pone el objeto a ahí chiquitito, y uno no tiene bien de qué se trata,
pero si van a Internet, ponen “nasa”, van a encontrar toda la cuestión de la
astronáutica, pero pongan “nasa pesca” y ahí van a encontrar diversas
imágenes de esto.

Pero la idea es que es el objeto a, la dimensión libidinal, la que viene a cerrar el


recordar la cadena asociativa, es decir, el inconsciente como saber. Lacan dice:
“podemos concebir el cierre del inconsciente –página 151 está esto- por la
incidencia de algo que desempeña el papel de un obturador. El objeto a
succionado –dice, lo cual aludiendo a la pulsión sabemos que hay una
referencia a la pulsión oral-, aspirado por el orificio de la nasa.”

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Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 18 de 18

Bien, vamos entonces ahora al algoritmo de la transferencia. Tal como Lacan lo


escribe en la proposición del 9 de octubre. Esta fórmula está escrita de manera
definitiva en la versión escrita de la proposición del 9 de octubre, que está en
una vieja publicación de Manantial que se llama Momentos cruciales de la
experiencia psicoanalítica. Ahí está esta proposición de Lacan que es cuando
él propone el dispositivo del pase a su escuela, y habla precisamente de la
transferencia y del sujeto supuesto saber, y dice una fórmula muy linda que es:
“la destitución subjetiva inscripta en la tarjeta de entrada”, justo cuando escribe
este algoritmo que vamos a ver, que quiere decir que él cuando escribe el
algoritmo está con la escritura misma del algoritmo denunciando, por decir así,
algo que es un fenómeno de la estructura que es este sujeto supuesto saber y
que ha tenido y sigue teniendo un peso enorme en la filosofía y en el
pensamiento. Y él dice, “de todas maneras al inocente en ese caso,- que va a
ser el analizante, que se cree culpable pero que es inocente,- nada lo va a
detener e igualmente va a hacer la experiencia analítica”, es decir, que se
supone que aunque hablemos de que esto es un fenómeno de estructura,
efecto de significación, no por eso vamos a decir “entonces no me analizo
porque es todo ficción”, no es así porque es un efecto de la estructura misma y
hay que hacer todo el recorrido para que se produzca la destitución del sujeto
supuesto saber.

Bien, ¿cómo es el algoritmo? Obviamente, por lo que dijimos, primero un


significante. Un significante que Lacan llama “significante de la transferencia”,
él no lo escribe con una t, yo lo voy a agregar ahora porque es más claro así,
pero él lo escribe como un significante solo, una S. Dice “el significante de la
transferencia por su implicación –pone la flecha de la implicación- que es “solo
si” se articula con otro significante”, que le llama “cualquiera”, “quelconque” que
puede ser “alguno” también creo en francés. Entonces se pone S q. Esta
relación, esta implicación de un significante de la transferencia con un
significante cualquiera, ¿qué efecto produce? (lo escribimos antes), produce un
efecto de significado que es el sujeto, y él allí dice “el sujeto es la s minúscula”.
Pero, al mismo tiempo, automáticamente produce también otra suposición, que
es la suposición de que hay un saber, es decir, que los significantes están
articulados de una manera armónica, forman un conjunto armónico, esa
siempre es la idea del saber, que no hay significantes sueltos, dispersos, sino
que constituyen una coherencia, el saber supone siempre coherencia. Y él
pone dos paréntesis, y uno podría decir por ahora que ahí no hay nada (estoy
abriendo un poco lo que aparece como algoritmo), que en realidad ¿qué es lo
que hay acá?, dice “los significantes supuestos en el inconsciente”. Entonces,
yo vengo con un síntoma, y se establece el sujeto supuesto saber, voy a tener
la suposición de que hay significantes allí pero todavía no sé cuáles son los
significantes del inconsciente, eso es lo que va a empezar a aparecer a partir
del desarrollo de la cura. Lacan igual escribe ahí rápidamente: S 1, S2, … Sn,
como que hay una serie de significantes supuestos en el inconsciente.

Y (como les decía) esto que por ser un efecto de la articulación significante, es
un efecto de significación, ocupa el lugar del referente, dice, “aún latente”, que
es el objeto a. Él no escribe esto, yo lo vuelvo a agregar, como algo que estaría
acá abajo digamos.

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Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 19 de 18

Ahora bien, más o menos un sujeto no supone nada, el sujeto es supuesto por
la articulación de un significante para otro, efecto de significación. El saber
inconsciente se va a ir articulando como tal porque se produjo el efecto sujeto.
Y el sujeto tiene la función de hacer consistir al menos dos significantes y
armonizarlos, darles coherencia como saber. Y el sujeto va a ir asociando
libremente, por la confianza que tiene de que eso algo quiere decir, y va a ir
produciendo estos significantes.

La cuestión en esto es cuál es la posición del analista y qué es el significante


de la transferencia. El analista ¿adónde va?, al lugar del significante cualquiera,
por eso dije antes al pasar que es otra forma de leer con esto lo que dice que el
psicoanalista forma parte del concepto del inconsciente, no solo porque lo hace
existir con su presencia, con su deseo, sino que va a ser tomado como un resto
diurno, como un elemento de la concatenación significante del sujeto. Y Lacan
dice “ “cualquiera” significa que es un particular”, no es un singular, un
particular es alguno entre otros. Y es el rasgo, a mí al menos me parece
importante en las entrevistas preliminares preguntar por qué razón eligió
llamarme alguien y venir a tener la entrevista, y empezar a detectar allí cuál es
el rasgo. Y Lacan insiste en la proposición que aunque fuera el nombre propio,
el nombre propio no es sino un significante cualquiera. Es decir, no se crean
que es porque ah fulano de tal cómo sabe, menganito, no, es el rasgo, y a
veces coincide con condiciones de goce del propio analista, que han quedado,
que quedan necesariamente porque la experiencia analítica no es de una
pureza absoluta, queda siempre algo de impureza del goce singular de cada
uno. Pero si toman el nombre propio habría que ver cómo ese nombre propio
se articula como significante cualquiera que no pocas veces es un significante
que viene al lugar de subsanar la falla paterna por ejemplo.

Una paciente una vez vino a verme por dos razones: analista lacaniano que le
da mucha importancia a la palabra; otra por mi apellido que tiene resonancias
literarias, era alguien vinculada a las letras. Tanto mi “apellido” como “analista
lacaniano” había que tomarlos como un significante cualquiera, ¿qué es lo que
apareció?, que a ella le faltó (lo formuló así) la palabra de su padre. Y entonces
un analista que le da importancia a la palabra, y que además tiene un apellido
que se vincula a la palabra, es un significante cualquiera. Ahora bien, para
poder ocupar ese lugar y no creérsela es necesario saber que uno pasó por
esta experiencia que es el objeto a que no tiene ningún significante que lo
nombre. Y es por eso que el analista va a ir al lugar del objeto.

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 19 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 20 de 18

Y ¿cómo ver esto con un ejemplo? A mí el que me gusta repetir es el del


hombre de las ratas. La mayoría se debe acordar, quienes no, lo van a leer en
el propedéutico de neurosis: el hombre de las ratas va a ver a Freud con su
síntoma, lo que Lacan llama el gran trance obsesivo, que es ese síntoma, que
después de haberse encontrado con el capitán cruel (así lo llama Lacan) en un
momento de descanso de las maniobras, y haber escuchado que había un
tormento que se realizaba en Oriente, que era introducir ratas por el ano, al tipo
le agarra toda una cuestión porque le habían mandado, el había perdido los
anteojos, pidió que le mandaran anteojos de repuesto, y no había pagado la
deuda, las 3,80 coronas, y arma todo un lío que tenía que ir a la oficina de
correos y hacer toda una escena con el teniente (ya no me acuerdo si es el A,
el B), le pasara el dinero y entonces dárselo a la empleada de la estafeta
postal, bueno, una locura total. Pero, ¿qué era lo importante allí?, que si él no
llevaba a cabo lo que Lacan llama la “comedia del reembolso de dinero”, el
tormento de las ratas le será aplicado a mi amada, a la dama de mis
pensamientos, y a mi padre en el más allá, el padre del hombre de las ratas
estaba muerto pero igual tenía la idea disparatada. Y ¿qué ocurre?, que él está
con estas ideas, estas elucubraciones, y le cae en la mano Psicopatología de la
vida cotidiana. Descubre Freud, el médico vienés, neurólogo, que escribe esto,
y dice: “en realidad este señor Freud –está el aspecto narcisista- tiene
pensamientos como los míos, busca hacer elucubraciones como las que hago
yo constantemente, algo debe saber de esto.”, y entonces lo va a ver a Freud.
Recuerdan que va a verlo a Freud para que le haga un certificado primero, le
pedía un certificado para poder hacer toda la comedia del reembolso, pero
rápidamente el tipo se da cuenta que no [es eso] porque ya entró con
transferencia.

Entonces, ¿cuál es el significante de la transferencia? “Rata” porque en el


síntoma obsesivo que es la obsesión compulsiva de llevar a cabo el acto
obsesivo, lo crucial es ese significante “Ratte3” que está ahí, está dentro del
tormento de las ratas. Eso es lo que hace a un síntoma que se vuelva analítico,
no que tenga la compulsión obsesiva, la ideación obsesiva, eso es generar las
estructuras. El asunto es que haya un síntoma particular que esté incluido allí
que se pueda aislar.

Entonces, tenemos significante de la transferencia “rata”, que se implica con un


significante cualquiera, y fíjense que Lacan dice en el S-11 que Freud no era
sujeto supuesto saber, sino que él sabía porque él inventó el psicoanálisis. Sin
embargo, se podría decir que el significante cualquiera que soporta Freud es
ser el autor de Psicopatología de la vida cotidiana, que precisamente es un
libro magnífico para encontrar el sentido supuesto y oculto a los síntomas.

Podemos decir que desde esa perspectiva tengo los dos significantes, que
instalan inmediatamente la suposición de sentido que es el sujeto supuesto
sentido, el sujeto supuesto saber. Y toda la cura sería cómo van apareciendo
las diversas declinaciones del significante Ratten, de un lado, del otro,
homofónicas, polisemánticas, etc., hasta que el sujeto (en Freud es así) cura su
obsesión.

3
[Encuentro en el diccionario: Ratte = rata, pero Rate es cuota, pago, plazo, consulta (zu Rate ziehen)]

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 20 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 21 de 18

Ahora bien, lo que agrega Miller con respecto a este ejemplo, que es un dato
más porque volvemos al tema de que todo esto no vale si no está la dimensión
libidinal, la dimensión de goce. Entonces, si uno va a los que llaman los
Original records, que son las notas que tomaba Freud que quedaron del caso,
descubrimos que un día el hombre de las ratas le comenta a Freud, que él
pensó cuando fue a verlo que Freud tenía que ver algo con otro Freud que era
un asesino serial en los trenes de Austria. Es decir que no solo le suponía
saber, sino le suponía estar animado por un goce asesino. Miller dice que era
de una familia de asesinos, y entonces ahí Freud dice “no, para nada, usted
está totalmente equivocado, no tengo nada que ver con ese Freud”. Pero es un
buen modo, me parece, de mostrar cómo la dimensión del goce estaba ya
desde el vamos aunque aparezca proferida más tarde por el paciente. Esa
sería la dimensión libidinal, pulsional.

Y efectivamente es lo que le da esa fuerza a la transferencia que tiene el


hombre de las ratas con Freud, que hace que desde la primera sesión el tipo se
levante vaya como enloquecido, que tenga miedo de que Freud le pegue,
¿recuerdan, no? Freud dice “no me anima ninguna crueldad.”

Marina Recalde: Lo que está inscripto en la tarjeta que se sabe aprè coup.

Gorostiza: En un sentido amplio sí, algo que estaría inscripto que es esta
dimensión del goce, que se puede ver al final, la vemos al comienzo también.

Marina Recalde: En el transcurso cuando él confiesa que el asesino que iba


en los trenes, es que se resignifica en todo caso, la elección primera.

Gorostiza: Se resignifica en el sentido que emerge la condición de goce de la


elección original de Freud, no era solamente el saber de psicopatología, sino
que era el goce asesino que no es sino el goce cruel de la rata, de él, su propio
goce asesino.

Bárbara: Para entender mejor, ¿podría dar un ejemplo más de cómo se ubica
esto al significante de la transferencia?, tal vez en algún caso suyo.

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Gorostiza: Bueno, tomo el caso que comentaba antes, más extenso. Pero el
síntoma que se pudo aislar en esta sujeto, aparecían como dimensiones
pulsionales en juego que no tenían el estatuto sintomático, como tendencias
bulímicas podríamos decir, trastornos oculares, problemas en el cuerpo, una
histeria. Pero lo que se aisló es que esta mujer venía siempre rengueando,
caminaba levantando el pie izquierdo. Y comenta que eso era consecuencia de
una fractura que había tenido muy jovencita cuando era adolescente (es una
mujer que venía del campo, del interior del país), que ante la mirada de su
padre (siempre está el tema del padre en la histeria), que estaba sentado en un
bar al lado de la plaza, y él le advierte que vaya con cuidado con el caballo, ella
está montando a caballo, empieza a corretear alrededor de la plaza con el
caballo hasta que el caballo se encabrita, la tira a una zanja y se fractura el
tobillo izquierdo. Y entonces ella tenía que venir siempre con zapatillas y
siempre con esa renguera que tiene una base orgánica, Freud lo llamaría esto
“complacencia somática”, que es un término que Lacan cuestionó un poco.

En una oportunidad, que fue cuando esto tomó forma de síntoma, ella por todo
el tema del lenguaje teatral, la palabra, ella dice “yo siempre le doy el pie a mi
papá”, como se dice en teatro, es la fase para que el otro tome la palabra, y yo
ahí intervine y le dije: ¿cuál, el izquierdo?, se produjo un efecto de chiste
interpretativo y después notablemente el efecto histérico (ese, hay otras
cuestiones más) se redujo, desapareció, y ella se rió mucho y recordó mucho
siempre esta interpretación.

En ese sentido te podría decir algo así como que el significante de la


transferencia podría ser algo en relación a lo que es el síntoma conversivo,
porque hay una conversión histérica, que está ligado a darle el pie al padre.
¿Para qué?, para que el padre tome la palabra, que es lo que se articula con el
significante cualquiera que es un analista que por un lado o por el otro tiene y le
da mucho valor a la palabra. No sé si por este lado te aclara la cuestión pero…
hay más cuestiones relativas, se podría pensar el tema del goce pero llevaría a
abrir todo el caso porque apareció la dimensión pulsional oral como algo muy
fuerte.

Lo último, no lo voy a extender ahora, pero mi pregunta era ¿qué pasa después
con la noción sujeto supuesto saber? Retomo algo que en cierto modo
planteaba Silvia Salmann recién, lo que va a venir al lugar del algoritmo de la
transferencia… recuerden que algoritmo (para quienes no lo sepan) es un
procedimiento resolutivo automático, quiere decir que es una fórmula que
permite esto que estábamos haciendo o intentando hacer, que se pueden
ubicar distintos elementos, y se puede ver cómo con distintos elementos se
produce el mismo efecto.

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¿Qué es lo que viene a sustituir este algoritmo?, el discurso analítico. Si


ustedes ven, acá tenemos, hay algo (disculpen quienes no están al tanto de los
discursos)… pero si uno pone acá en lugar de este S1, pone acá S2, pone acá
Sujeto tachado, y pone acá esto que está como latente, tenemos el discurso
del amo, que es el discurso del inconsciente como el inconsciente que repite. Y
esto, efectivamente, me parece que le generaba un problema a Lacan, porque
estaba lo libidinal pero de algún modo todavía como no separado de la fuerza
de la lógica del significante por decir así, que es lo que estructura este
algoritmo. Lacan lo que va a escribir es el reverso del discurso del amo que es
el discurso del analista, donde lo que aparece en primer lugar es precisamente
el analista en lugar del objeto a. Para interpelar al sujeto, para que trabaje el
sujeto analizante, no el individuo sino el sujeto, para producir los significantes
primordiales a los cuales se alienó (vamos a ver la vez que viene el tema de la
alienación), y para eso es cierto que el saber, el S2, tiene que estar en estado
de reposo. Este es un lugar que podemos llamar “lugar de la verdad” pero es el
lugar del reposo, del descanso, que es distinto de este que es el lugar del
trabajo. En ese sentido, el discurso analítico es como el afinamiento que hace
Lacan del algoritmo de la transferencia, y uno podría decir que este saber
subpuesto (ven que está puesto abajo) es lo que se articula con el objeto a que
(y esta es la cuestión) aún en la proposición, que es del año 1967, tres años
luego del S-11, el objeto a es algo así como una nada, como un vacío, sigue
siendo fundamentalmente como un efecto del significante, mientras que más
adelante Lacan va a llamar al objeto a “plus de gozar”, le va a dar consistencia,
que tiene que ver con la presencia del analista, lo que decimos que el analista
tiene que poner el cuerpo de alguna manera, es la presencia del analista como
objeto a pero en tanto plus de gozar. En ese sentido va avanzando Lacan, él
tiene una fórmula que creo que está en el S-11, que es cuando él dice que el
analista tiene que ser Tiresias, es decir, ser supuesto saber, el adivino Tiresias,
pero dice que además tiene que tener tetas. Recuerdan cómo se transforma en
mujer a Tiresias, las mamas, etc., es decir, tiene que tener una presencia real,
no ser una pura articulación significante, porque sino eso mortifica al analista.

Y lo que se abre a partir de esto, hacia el final de la enseñanza de Lacan, que


esto que aparece como separado que es el goce o la pulsión por un lado, y la
articulación del significante por otro, que es lo que hay en el S-11, Lacan lo va a
unir, va a unir el significante con el goce, los va a articular, y el problema que se
abre es que no basta con el descifrado, porque vía el descifrado del sujeto
supuesto saber del sentido supuesto de los síntomas se puede eternizar los
análisis en el goce, en el goce mismo del análisis que es el goce del descifrado.
Esto presupone que Lacan articule significante y goce, que en el S-11 están
articulados pero no totalmente imbricados, por decir así.

La vez que viene lo vemos con respecto a alienación, separación, que implica
cómo se articula un elemento que es de goce o de pulsión en un aparataje
significante, pero no es que el significante y el goce tienen una interpenetración
por llamarlo de alguna manera más fuerte. Por eso, la última enseñanza de
Lacan apunta a eso, generamos un efecto que es gozar del inconsciente,
bueno ¿cómo le ponemos también límite a ese goce del bla bla?

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 23 de 18


Leonardo Gorostiza Fundamentos del Psicoanálisis p. 24 de 18

Dicho esto del goce del bla bla, me callo, y nos vemos, yo con ustedes, el
primer miércoles de octubre.

FIN LADO B

Francisco E. Díaz Trepat Clase V del 3 de septiembre de 2008 p. 24 de 18

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