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POSGRADOS
MAESTRIA EN EDUCACIÓN
MODELOS PEDAGÓGICOS
Breve reflexión
Esta tendencia es explicada por Sisto (2006) clasificando estas tendencias en tres líneas:
el paradigma cognitivo, el modelo de la inteligencia emocional y el modelo del apego;
haciendo énfasis en que no necesariamente tienen relación entre sí, además se
encuentran en niveles de complejidad diferentes.
A principios del siglo XX surge el paradigma denominado cognitivo, el cual sugiere que los
seres humanos son individuos que están separados de su entorno y que su interacción
con éste se produce a través del procesamiento de la información, que consiste en
ordenar y categorizar la realidad (Sisto, 2006). En esta perspectiva teórica la mente es
comparada con una computadora, la cual depende de procesos internos para su
funcionamiento y de elementos proporcionados por el entorno. Estos aspectos (internos y
externos) actúan independiente mente, lo cual hace que los seres humanos generen
como resultado conductas derivadas de los estímulos recibidos del contexto y procesadas
e interpretadas por la mente. De esta manera, las emociones son introducidas en la
medida en que sirven a la cognición y se las piensa como un elemento que se desglosa
en una serie de habilidades que pueden servir tanto para lograr los objetivos de la vida
cotidiana como los de la educación. Mayer & Salovey, 1990, p.189
Esta perspectiva ha generado una tendencia en el ámbito de la investigación, señalando
su importancia y pertinencia para considerarlos en la elaboración de estudios, desarrollo
de teorías que vinculan la dimensión emocional del aprendizaje y su importancia en el
desarrollo de la educación formal, para desarrollar y fortalecer la inteligencia emocional
(Ibáñez, 2002; Miras, 1990; Shapiro, 1997; Vallés & Vallés, 2000).
La ultima perspectiva mencionada por Sisto, se desarrolla durante los años 1969 a 1980
John Bowlby desarrolló dentro del campo de la psicología una teoría para comprender la
relación profesor- estudiante y para hacer propuestas en la esfera emocional de la
educación, explicando cómo los vínculos impactan en la salud mental y el comportamiento
de los estudiantes. Años después, esta teoría fue retomada por otros autores como Mary
Ainsworth afirmando que ciertos comportamientos normativos respecto de cómo debe
comportarse la figura significativa del niño o niña, que usualmente es la madre, puede
ayudar a disminuir el riesgo de generar un aparato psíquico disfuncional, dando paso a
aseveraciones como la siguiente: “El apego es dinámico (se enriquece, remodela y está
sujeto a la experiencia de la persona) y dura toda la vida, por eso cuando los niños van
ampliando su mundo fuera del hogar encuentran otras figuras de apego, como puede ser
el profesor” (Toro & Berger, 2012, p. 19).
Esta perspectiva teórica proponía nuevos retos y exigencias para los profesores con
relación a las dinámicas afectivas con los estudiantes, convirtiendo la escuela en un
espacio terapéutico (Bergeret al., 2014; Céspedes & Silva, 2013), dejando de lado las
necesidades educativas, para lo que no estaba preparado el docente y podían
desencadenarse conflictos de roles, intereses y malentendidos derivados del trato y el
acercamiento afectivo con los estudiantes.
Por lo tanto se buscará desarrollar los ámbitos emocionales, sociales y culturales para
integrar y dirigir las competencias relacionadas con las emociones en el ámbito escolar
para los procesos de socialización e integración de conocimientos y actitudes aplicables al
desarrollo del estudiante en diferentes ámbitos de su vida para que su adaptación al
contexto y entorno le sea más llevadera y eficaz, sin comprometer los objetivos
educativos de la institución y el profesorado.
Referencias
Orbeta, C. T., & Bonhomme, A. (2019). Educación y emociones: coordenadas para una teoria
vygotskiana de los afectos. Psicologia Escolar e Educacional, 23. Recuperado de:
https://www.scielo.br/j/pee/a/HNVxSVbfsMjDRqsZW3j55LR/?format=pdf&lang=es