Apunte A - La CPF y Las FE

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Corteza prefrontal y funciones ejecutivas
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Corteza prefrontal
En este apunte, retomaremos nuestro estudio de la corteza prefrontal y las funciones

ejecutivas, para ampliar conceptos, repasar otros, conocer sus investigadores y los
primeros casos que demostraron la importancia de esta área cerebral.
La corteza prefrontral y las funciones ejecutivas
No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que

mejor responde al cambio.
Charles Darwin
El lóbulo frontal representa la parte del cerebro que se sitúa por delante del surco
central. En su región anterior, se ubica la corteza prefrontal (CPF).
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La CPF es el área más evolucionada de nuestro cerebro y el hogar de la

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autoconciencia: en ellos residen nuestras facultades superiores, que hacen posible

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la vida en sociedad y, lo que es más importante, una vida orientada más allá de la
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supervivencia inmediata y del corto plazo, que en definitiva permite acumular capital
y cultura.
La CPF es la región cerebral más nueva, lo que significa con un desarrollo filogenético
y ontogenético más reciente. Es la parte del ser humano que de manera más
significativa nos diferencia de otros seres vivos y mejor refleja nuestra especificidad
(Goldman, 1984).
Filogenia y ontogenia:
La clasificación filogenética es una categorización científica de las distintas especies

basada en las relaciones de proximidad evolutiva
entre ellas, reconstruyendo la historia de su
diversificación (filogénesis) desde el origen de la
vida en la tierra hasta la actualidad.
El "árbol de la vida" del naturalista británico

Charles Darwin explica cómo las especies están
interrelacionadas a lo largo de la historia de la
evolución.
Un árbol filogenético muestra las relaciones evolutivas entre varias especies u otras
entidades que se cree tienen una ascendencia común.
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Para su armado se utiliza información proveniente de fósiles, así como aquélla

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generada por la comparación estructural y molecular de los organismos.

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El árbol filogenético tiene un tronco y ramas que muestran las relaciones entre
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especies. Se construye tomando en cuenta la teoría de la evolución, que nos indica

que todos los organismos son descendientes de un ancestro común: la protocélula.
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Para el desarrollo y prueba de su teoría, Darwin recolectó durante sus expediciones
una enorme cantidad de restos prehistóricos fosilizados. Hace poco tiempo, en el
año 2012, el paleontólogo Howard Falcon Lang, de la Universidad de Londres,
encontró en un viejo armario de madera 314 placas de vidrio que contenían algunos
de los fósiles extraídos por Darwin. Entre los restos se hallaban algunos
recogidos durante su famosa expedición en el HMS Beagle, que cambió la carrera
del joven graduado de Cambridge y sentó las bases de su trabajo sobre evolución.
La genética moderna, sin embargo, considera que representar la historia de la

evolución en forma de árbol puede confundir, y muchos científicos argumentan que
sería más realista utilizar una especie de soto (un sitio poblado de árboles y arbustos)
impenetrable para representar las interrelaciones entre las especies. (Eric Bapteste
y Marie Curie).
La ontogenia (también llamada morfogénesis u ontogénesis) describe el desarrollo

de un organismo desde el óvulo fertilizado hasta su forma adulta. Esta disciplina es
estudiada por la biología del desarrollo.
La corteza prefrontal:
La CPF nos permite observarnos, hacer metacognición, trazar planes, plantearnos

cambios, por lo cual, nos permite crecer y mejorar como personas.
Evolutivamente se desarrollaron durante la etapa de transición entre homínidos y

humanos.
La CPF o córtex prefrontal, se encuentran por delante de la corteza motora primaria

y la corteza premotora.
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En las imágenes que siguen veremos los cráneos de diferentes homínidos y la
característica del nuestro ―los homos sapiens sapiens―. Éste, por su forma,
permitió un mayor desarrollo del área prefrontal.
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Posible filogenia de los homínidos (I. Tattersall, 1993).

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La CPF ocupa un área de la corteza cerebral mucho mayor a la de cualquier otro

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animal. Las áreas prefrontales corresponden, en el hombre, al 30% del total de la

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corteza; en el chimpancé, al 18%; en el macaco, al 7% y en el conejo, al 3%.
(Brodmann, 1905; en Pimienta y col., 1999).
La CPF está formada por distintas áreas que, integradas en un armónico conjunto,
son los constructores de todas las cualidades consideradas esencialmente humanas.
Según palabras de uno de sus más importantes

investigadores, el neuropsicólogo Elkhonon Goldberg,
(neurólogo de la Universidad de New York y director del
Instituto de Neuropsicología y funcionamiento
Cognitivo) “son los directores de la orquesta”.
También los compara con los directores ejecutivos,

CEOs y líderes de una organización.
Igual que en una gran empresa o en una gran orquesta,

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el cerebro consta de diversos componentes que

contribuyen y sirven en distintas funciones. Y, del mismo modo que en las
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organizaciones humanas, el cerebro tiene su CEO, director o líder: en la corteza

frontal (E. Goldberg - El cerebro ejecutivo).
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Debido a esta multiplicidad de funciones, las primeras teorías de organización
cerebral no consideraban que tuvieran mayor importancia y se los llamaba los
lóbulos silentes.
No obstante, las últimas décadas de estudios le han dado el valor que realmente
tienen. La corteza prefrontal desempeña un papel fundamental en el establecimiento
de objetivos y fines, concibe e implementa planes y luego ordena y evalúa el
resultado en relación con nuestras intenciones. Por este motivo, se la relaciona con
la visión a futuro.
Un poco de historia:
El estudio científico de la neuropsicología del lóbulo frontal se inicia con Alexander

Luria (1973), quien atribuye al lóbulo frontal la responsabilidad de la planificación,
la coordinación y la monitorización del comportamiento.
Luria consideraba que las áreas prefrontales debían estar

preservadas para que se realizaran de modo satisfactorio las
funciones ejecutivas, encargadas de iniciar, supervisar,
controlar y evaluar la conducta. Una lesión en estas áreas
produciría una profunda alteración en los programas
conductuales complejos y la notoria desinhibición ante
estímulos irrelevantes.
Alexander Luria fue un neuropsicólogo y médico ruso nacido en Kazán, Moscú (1902
- 1977) y fundador de la neurociencia cognitiva.
Dos de sus obras más importantes son: La afasia traumática y Las funciones
corticales superiores del hombre. Están basadas en su investigación de los casos de
heridas cerebrales durante la Segunda Guerra Mundial. En la segunda de ellas, en
1966, es donde se hace alusión a las funciones ejecutivas, aunque sin utilizar este
término concretamente.
El concepto de función ejecutiva (FE) fue aportado por

Joaquín Fuster, neurocientífico catalán, profesor en la
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UCLA y autor del libro Cortex and Mind. Fuster es uno de

los grandes investigadores del cerebro humano en su
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conjunto, aunque el lóbulo frontal y sus principales

características (su interior, cómo se forma y cómo
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mantiene la memoria a corto plazo) fueron los temas que

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más despertaron su interés.
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Pero quien popularizó el término fue Muriel Lezak,
en 1982, ya que lo llamó funcionamiento ejecutivo.
Muriel Lezak es una reconocida neuropsicóloga y

profesora de Neurología de la Oregon Health and
Science University y de la Escuela de Medicina. Ella
ha centrado sus investigaciones en la evaluación y
rehabilitación de las lesiones cerebrales.
El caso Phineas Gage:
Un caso emblemático que permitió comprender la

relación e importancia de la CPF en nuestras conductas
fue el de Phineas Gage.
Gage, un hombre de 25 años reconocido por su

responsabilidad y respeto hacia los otros, trabajaba
poniendo explosivos como obrero del ferrocarril hasta
que el 13 de septiembre de 1848 sufrió un accidente que
cambió su vida para siempre.
La barra de 6 Kg. de peso y un metro de largo que

utilizaba para poner dinamita, por un error en el
procedimiento, salió volando y atravesó su rostro.
Ingresó por debajo de su ojo izquierdo y salió por la parte superior de su cabeza.
El médico que lo atendió, el Dr. Harlow, quedó sorprendido por el accidente, pues
Gage había perdido parte del lóbulo frontal izquierdo y mucha sangre. Luego, sufrió
una importante infección ―difícil de tratar para aquella época―, pero finalmente
sobrevivió.
Sin embargo, ya no fue la misma persona: su personalidad había cambiado, se volvió

impulsivo, irresponsable, e incluso emitía frases groseras.
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El reconocido neurólogo Antonio Damasio ha

estudiado en profundidad el caso de Phineas Gage,
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al igual que su esposa Hanna Damasio, quien utilizó

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los restos del cráneo y la barra para hacer una

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simulación por ordenador de la posible trayectoria

y zonas lesionadas.
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El caso de Gage es considerado como una de las primeras evidencias científicas que
sugerían que la lesión de los lóbulos frontales podía alterar aspectos de la
personalidad, la emoción y la interacción social. Antes de este caso, los lóbulos
frontales se consideraban estructuras sin función y sin relación alguna con el
comportamiento humano.
Este hecho es también un pilar básico en el concepto de "funciones ejecutivas",

aquellas que nos permiten dirigir nuestra conducta hacia un fin e incluyen la
capacidad para planificar, llevar a cabo y corregir nuestra conducta.
Un poco más de historia del caso Gage
Phineas Gage era un capataz de ferrocarril, considerado por sus

empleadores y compañeros como un hombre responsable,
educado y capaz.
Una de sus tareas era la de realizar explosiones. En aquellos

tiempos, las explosiones eran algo complicado, que exigían mucha
atención en cada uno de los pasos a seguir.
Gage debía hacer un agujero en la roca, colocarle pólvora, insertar

una mecha y colocar arena, a la que se golpeaba cuidadosamente
con una barra de hierro.
Pero un día en el que debía hacer detonar una gran roca, sufrió
un terrible accidente. Con 25 años, el día 13 de septiembre de
1848 en Cavendish, Vermont, se distrajo cuando alguien lo llamó para hacerle una consulta, y al
volver a su tarea, olvidó poner la arena y pegó con la barra de hierro directamente en la pólvora,
produciendo un estallido, que hizo que la barra de hierro volara
por los aires y le atravesara la cara -como se puede observar en
la figura.
Gage no sólo sobrevivió al accidente, sino que tampoco vio

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afectada su capacidad motora o verbal: se expresaba

correctamente y articulaba lógicamente el pensamiento.
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Había, aparentemente, sólo perdido la visión en su ojo

izquierdo.
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Pero, sin embargo, algo más que la falta de visión en uno de

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sus ojos había cambiado para siempre en la vida Phineas Gage,

un joven reconocido por su correcto comportamiento.
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John Harlow, quien fue el médico que estudió y describió su caso, relató de la siguiente manera la
personalidad de Phineas:
Es una persona irregular, irreverente, cayendo a veces en las mayores

blasfemias. No manifiesta la menor atención por sus compañeros, es
impaciente por las restricciones o los consejos cuando entran en
conflicto con sus deseos; a veces obstinado de manera pertinaz,
caprichoso y vacilante. Imagina muchos planes que son abandonado.
Los daños producidos en la CPF y los cambios en la personalidad del joven están corroborados en la
presentación de Harlow, datos que quedaron muy bien documentados en los anales de la medicina.
Algunos de los detalles de la vida de Phineas después del accidente, dicen que trató de regresar
nuevamente a su trabajo en el ferrocarril, pero debido a su comportamiento tan alterado y cambiante
no pudo seguir en el.
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Su vida perdió sentido, no por incapacidad física o intelectual, sino por su nuevo carácter. Fue
despedido de todos aquellos trabajos en los que se empleó, trabajó en un circo exhibiendo su
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accidente y su herida, y terminó viviendo con su madre, dándose a la bebida y malas compañías.
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Sus familiares decidieron donar su cráneo y su barra de hierro al Museo de Medicina de la Universidad
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de Harvard.
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El caso Phineas Gage es muy importante y reconocido, pues fue el primero que demostró claramente
que una lesión cerebral producida en los lóbulos frontales llega a modificar las convenciones morales
en una persona, su capacidad de llevar a cabo planes y de adaptarse a vivir en un medio social, pero
mantiene intactos el razonamiento abstracto, el habla y el intelecto básico.
Antonio Damasio se ha interesado modernamente en el caso de Gage y lo ha comparado con

pacientes suyos, como al que él llama Elliot y que considera un Phineas moderno, quien a raíz de un
tumor cerebral vio afectada la región ventromedial del lóbulo frontal de su cerebro y por dicha
afección vario su conducta y personalidad.
Existen fuertes evidencias que prueban la relación del área frontal ―principalmente su región
ventromedial― con el razonamiento social y personal, la toma de decisiones en contextos reales y,
en general, el valerse por uno mismo en medios sociales complejos, pero también con el sentir
emociones y sentimientos.
Elliot, si bien experimentó una transformación en su carácter, no quedó con tan malos modales como
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Gage, pero, al igual que este, perdió la capacidad de sacar su vida personal y social adelante.
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Su capacidad para sentir emocionesconcientemente había sido alterada. Era capaz de contar historias
de su vida, con total frialdad como si relatara la de un desconocido.
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Con estos casos se pudo ir descubriendo cómo las emociones y los sentimientos son una parte
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importantísima en la toma de decisiones y en la racionalidad, y cómo cosas tan tradicionalmente

enfrentadas como la razón y la pasión deben trabajar en forma conjunta.
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Las funciones ejecutivas (FE):
En la clase 13, presentamos una lista de las funciones ejecutivas, aquellas que
distingue como tales el Dr. Rosler, y expresamos que las listas de las FE, pueden
variar según el autor, por lo cual, cuando uno lee sobre las mismas, no encontrara
siempre coincidencia entre los autores.
Por ellos vamos a conocerlas desde diferentes miradas.
Las funciones ejecutivas (FE) hacen referencia a una constelación de capacidades

implicadas en la resolución de situaciones novedosas, imprevistas o cambiantes y,
de forma consensuada, pueden agruparse en una serie de componentes (Lezak,
1995; Stuss y Levine, 2000): las capacidades necesarias para formular metas, diseño
de planes, las facultades implicadas en la planificación de los procesos y las
estrategias para lograr los objetivos. Asimismo, en las habilidades implicadas en la
ejecución de los planes, el reconocimiento del logro/no logro y la necesidad de
alterar la actividad, detenerla y generar nuevos planes de acción. Finalmente,
inhibición de respuestas inadecuadas, correcta selección de conductas, su
organización en el espacio y en el tiempo, flexibilidad cognitiva en la monitorización
de estrategias, supervisión de las conductas en función de estados motivacionales o
afectivos y toma de decisiones.
Estas funciones son primordiales en todos los comportamientos necesarios para

mantener la autonomía personal. También fundamentan la personalidad y el
mantenimiento del comportamiento: la conciencia, la empatía y la sensibilidad social.
En general, dentro de este concepto se incluyen habilidades vinculadas a la

capacidad de organizar y planificar una tarea, seleccionar apropiadamente los
objetivos, iniciar un plan y sostenerlo mientras se ejecuta, inhibir las distracciones,
cambiar de estrategias de modo flexible si el caso lo requiere, autorregular y

controlar el curso de la acción para asegurarse que la meta propuesta esté en vías
de lograrse. En síntesis, organización, anticipación, planificación, inhibición de
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respuestas inadecuadas y/o automáticas, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva,

autorregulación del comportamiento, atención en el procesamiento no automático
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de la información, solución de problemas, control de impulsividad y estabilidad

comportamental. Constituyendo requisitos importantes para resolver problemas de
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manera eficaz y eficiente, siendo llevados a cabo por el sistema directivo (Beviridge,
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Jarrold y Pettit, 2002).
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Podes considerar que las funciones ejecutivas, nos permiten
Atención ejecutiva;
Formulación de metas;
Planificar a corto, mediano y largo plazo;
Organizar y planificar una o varias tareas;
Llevar a cabo un plan y perseverar en él;
Prever consecuencias de las acciones y problemas a mediano y largo plazo;
Prevenir y resolver conflictos;
Retardar la gratificación;
Capacidad de inhibición;
Inhibir distracciones o estímulos irrelevantes;
Perseverancia;
Monitoreo y ajustes de conducta;
Empatía;
Flexibilidad - Desarrollo y cambio de estrategias;
Adaptación a los cambios;
Toma de decisión;
Ética y valores.
En los últimos años se han detallado varios componentes de la función ejecutiva:
Inhibición:
Habilidad para resistir los impulsos y detener una conducta (generalmente

automatizada) en el momento apropiado. Por ejemplo, si de repente cambiara el
código que rige las señales de los semáforos y tuviéramos que parar ante la luz
verde, deberíamos inhibir la respuesta dominante de continuar la marcha
sustituyéndola por otra diferente (en este caso, frenar). La estrategia aprendida
―anteriormente válida para resolver la tarea― deberá mantenerse en suspenso ante

una nueva situación, permitiendo la ejecución de otra respuesta. También puede
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implicar demorarse temporalmente, esperando un momento posterior más adecuado

para la puesta en práctica de una acción y dejar de lado distractores que alejan de
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la tarea, plan u objetivos.
Todo cambio de conducta, o de modos de proceder, exige de capacidad de

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inhibición.
Asociación
Planificación:
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Para conseguir una meta, toda persona debe elaborar y poner en marcha un plan
estratégicamente organizado de secuencias de acción. No sólo modificamos
conductas motoras, sino que también planificamos nuestros pensamientos con el fin
de desarrollar un argumento sin mover un solo músculo. De igual forma recurrimos
a ella en procesos de recuperación de la información almacenada en la memoria
declarativa, tanto semántica como episódica o perceptiva (veremos el tema de la
memoria en próximas clases).
Flexibilidad:
Es la capacidad de alternar distintos criterios de actuación que pueden ser necesarios

para responder a las demandas cambiantes de una tarea o situación. Además,
implica en la vida de relación poder comprender otros puntos de vista. Dentro de las
características del mundo actual cambiante y globalizado, la flexibilidad es
fundamental en la vida laboral.
Memoria de trabajo:
También llamada memoria operativa, permite mantener activa una cantidad limitada
de información necesaria para cumplir con una tarea o guiar la conducta. Es decir,
durante el transcurso de una situación o acción, el sujeto necesita disponer de una
representación mental tanto del objetivo como de la información relevante y de
aquella que posee para cumplir una tarea. Esta capacidad tiene elementos comunes
con la memoria prospectiva, que implica el recuerdo de la intención de hacer algo.
Monitorización:
Es el proceso que discurre en paralelo a la realización de una actividad. Consiste en

la supervisión necesaria para la ejecución adecuada y eficaz de los procedimientos
en curso. La monitorización permite al sujeto darse cuenta de las posibles
desviaciones de su conducta sobre la meta deseada. De este modo, puede corregirse
un posible error antes de ver el resultado final.

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Comprende dos aspectos:
El primero se refiere al hábito de controlar el propio rendimiento durante la

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realización de una tarea o inmediatamente tras finalizarla, con el objeto de

cerciorarse de que se haya alcanzado nuestra finalidad apropiadamente.
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El segundo aspecto es el de autocontrol (self-monitoring). Refleja la consciencia de

los efectos que la propia conducta provoca en los demás. Se trata de un proceso
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mental, conocido también como proceso metacognitivo. Tener en cuenta las
consecuencias de nuestras acciones es un punto sumamente importante y que debe
ser trabajado.
Procesos auto-regulatorios:
Son los responsables de la organización del comportamiento, permitiendo la

compleja resolución de problemas. Estudios recientes han apoyado la hipótesis de
que la maduración de las redes atencionales está implicada en el desarrollo de la
autorregulación, siendo la corteza prefrontal la relacionada con ambos procesos
(González, Carranza, Fuentes, Galiám y Estévez, 2001).
Control emocional:
Refleja la influencia de las FE en la expresión y regulación de las emociones,

permitiendo el desarrollo de las habilidades intra e interpersonales.
Como podemos observar, las FE son fundamentales en la vida de toda persona y

debemos tener presente, que, debido a su relación con la corteza prefrontal, que se
agota fácilmente, debemos estar atentos a poder cuidarnos, darnos espacios para
recuperarnos de las exigencias, construir contextos pro-humanos y así gozar de las
mismas cuando las necesitamos.
Bibliografía:
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En A.R. Luria et al. (Eds.) (9 – 46): Lenguaje y psiquiatria. Madrid:
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Corteza prefrontal y funciones ejecutivas

En este apunte, retomaremos nuestro estudio de la corteza prefrontal y las funciones

La corteza prefrontral y las funciones ejecutivas

No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que

La CPF es el área más evolucionada de nuestro cerebro y el hogar de la

autoconciencia: en ellos residen nuestras facultades superiores, que hacen posible

La clasificación filogenética es una categorización científica de las distintas especies

El "árbol de la vida" del naturalista británico

Para su armado se utiliza información proveniente de fósiles, así como aquélla

generada por la comparación estructural y molecular de los organismos.

especies. Se construye tomando en cuenta la teoría de la evolución, que nos indica

que todos los organismos son descendientes de un ancestro común: la protocélula.

La genética moderna, sin embargo, considera que representar la historia de la

La ontogenia (también llamada morfogénesis u ontogénesis) describe el desarrollo

La CPF nos permite observarnos, hacer metacognición, trazar planes, plantearnos

Evolutivamente se desarrollaron durante la etapa de transición entre homínidos y

La CPF o córtex prefrontal, se encuentran por delante de la corteza motora primaria

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La CPF ocupa un área de la corteza cerebral mucho mayor a la de cualquier otro

animal. Las áreas prefrontales corresponden, en el hombre, al 30% del total de la

Según palabras de uno de sus más importantes

También los compara con los directores ejecutivos,

CEOs y líderes de una organización.

Igual que en una gran empresa o en una gran orquesta,

el cerebro consta de diversos componentes que

organizaciones humanas, el cerebro tiene su CEO, director o líder: en la corteza

El estudio científico de la neuropsicología del lóbulo frontal se inicia con Alexander

Luria consideraba que las áreas prefrontales debían estar

El concepto de función ejecutiva (FE) fue aportado por

UCLA y autor del libro Cortex and Mind. Fuster es uno de

conjunto, aunque el lóbulo frontal y sus principales

mantiene la memoria a corto plazo) fueron los temas que

más despertaron su interés.

Muriel Lezak es una reconocida neuropsicóloga y

El caso Phineas Gage:

Un caso emblemático que permitió comprender la

Gage, un hombre de 25 años reconocido por su

La barra de 6 Kg. de peso y un metro de largo que

Sin embargo, ya no fue la misma persona: su personalidad había cambiado, se volvió

El reconocido neurólogo Antonio Damasio ha

al igual que su esposa Hanna Damasio, quien utilizó

los restos del cráneo y la barra para hacer una

simulación por ordenador de la posible trayectoria

Este hecho es también un pilar básico en el concepto de "funciones ejecutivas",

Un poco más de historia del caso Gage

Phineas Gage era un capataz de ferrocarril, considerado por sus

Una de sus tareas era la de realizar explosiones. En aquellos

Gage debía hacer un agujero en la roca, colocarle pólvora, insertar

Gage no sólo sobrevivió al accidente, sino que tampoco vio

afectada su capacidad motora o verbal: se expresaba

Había, aparentemente, sólo perdido la visión en su ojo

Pero, sin embargo, algo más que la falta de visión en uno de

sus ojos había cambiado para siempre en la vida Phineas Gage,

Es una persona irregular, irreverente, cayendo a veces en las mayores

Antonio Damasio se ha interesado modernamente en el caso de Gage y lo ha comparado con

importantísima en la toma de decisiones y en la racionalidad, y cómo cosas tan tradicionalmente

Por ellos vamos a conocerlas desde diferentes miradas.

Las funciones ejecutivas (FE) hacen referencia a una constelación de capacidades

Estas funciones son primordiales en todos los comportamientos necesarios para

En general, dentro de este concepto se incluyen habilidades vinculadas a la

cambiar de estrategias de modo flexible si el caso lo requiere, autorregular y