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El análisis del discurso es una práctica interpretativa y una disciplina que, si bien surgió dentro de

la lingüística, se ha constituido en un campo académico interdisciplinario. Las investigaciones de


esta disciplina, preocupadas por entender el lenguaje en uso, estudian sistemáticamente el discurso
escrito, oral y audiovisual. El análisis del discurso se ha desarrollado en diferentes países desde
diferentes perspectivas, tales como la escuela francesa, el análisis crítico del discurso (ACD), el
análisis feminista crítico del discurso (AFCD), el análisis multimodal, el análisis de la conversación,
entre otras. Todas estas disciplinas se agrupan en el vasto campo de los Estudios del discurso.

Índice
 1 Historia
 2 Enfoques
 3 Métodos
 4 Ramas de estudios del discurso
 4.1 Análisis lingüístico
 4.2 Análisis de la conversación
 4.3 Psicología cognitiva
 4.4 Inteligencia artificial-informática
 4.5 Análisis crítico del discurso
 4.6 Aplicaciones
 5 Crítica
 6 Véase también
 7 Referencias
 8 Bibliografía
 9 Enlaces externos

Historia
El primer lingüista moderno que comenzó el estudio de la relación de las condenas y acuñó el
nombre de "análisis del discurso", que después denota una rama de la lingüística aplicada, fue
Zellig Harris. Su método consistía en utilizar un criterio de la distribución complementaria, como
hace el campo de la fonología, retoma procedimientos de la lingüística descriptiva enfocándose
también en las conexiones entre la situación social y el uso lingüístico. El análisis del discurso (AD)
como disciplina independiente surgió en los años 1960 y 1970 en varias disciplinas y en varios
países al mismo tiempo: la antropología, la lingüística, la filosofía, la poética, la sociología, la
psicología cognitiva y social, la historia y las ciencias de la comunicación.9 El desarrollo del AD
fue paralelo y estuvo relacionado con la emergencia de otras transdisciplinas, como la semiótica o
semiología, la pragmática, la sociolingüística, la psicolingüística, la socioepistemología y la
etnografía de la comunicación. En los últimos años, el AD se ha hecho muy importante como
aproximación cualitativa en las ciencias humanas y sociales.
Teun van Dijk (1992) sugiere que en todos los niveles del discurso podemos encontrar "huellas del
contexto". Estas huellas o indicios permiten entrever características sociales de participantes, como
por ejemplo género, clase, origen étnico, edad, origen, posición y otras formas de pertenencia
grupal. Además, sostiene que los contextos sociales son cambiantes y, como hablantes de una
lengua, seguimos pasivamente los dictados del grupo, sociedad o cultura.
Helena Calsamiglia y Amparo Tusón en su libro “Las cosas del decir: Manual de análisis del
discurso” habla del discurso como una práctica social que surge a partir del uso lingüístico
contextualizado oral o escrito. El discurso es parte de la vida social y a la vez un instrumento que
crea la vida social.  De esta forma, podemos decir que el discurso refleja la sociedad y es a través
del discurso que podemos comprender las relaciones que existen en la sociedad. En todos los
discursos hay un fin y una independencia con el contexto.
El discurso tiene dos características: en primer lugar, es complejo; manifiesta su organización en
varios modos, debido a que puede ser escrito, oral o iconográfico. En segundo lugar, es
heterogéneo; posee diversas reglas que permiten al hablante hacer discursos coherentes y
apropiados a los distintos contextos a pesar del amplio rango de acción, no solo tiene el fin de
transmitir información, sino que también es reciproco e interactivo entre hablantes.

Enfoques
Según el enfoque sobre el discurso (como texto, estructura verbal, proceso mental, acción,
interacción o conversación), hay muchas líneas en el AD, como la gramática del texto, el análisis de
la conversación, la psicología del procesamiento del texto, la psicología discursiva (una tendencia
de origen británico en la psicología social), la estilística, la retórica, la ideología, el análisis de la
argumentación, el análisis de la narración, la teoría de géneros y mucho más. El análisis crítico del
discurso es un enfoque especial que toma posición política y analiza el papel del discurso en la
reproducción de la dominación (como abuso de poder), así como en la resistencia contra ésta.

Métodos
Los métodos del AD son en general cualitativos: descripción detallada de las estructuras y
estrategias de los discursos escritos o hablados, en varios niveles: sonidos y estructuras visuales y
multimedia, la sintaxis (estructuras formales de las oraciones), la semántica (las estructuras del
sentido y de la referencia), la pragmática (los actos de habla, la cortesía, etc.), la interacción y la
conversación, los procesos y representaciones mentales de la producción y de la comprensión del
discurso, y las relaciones de todas esas estructuras con los contextos sociales, políticos, históricos y
culturales.
En ese sentido, el AD se distingue del análisis de contenido en que este es, en términos generales,
un método más bien cuantitativo de las ciencias sociales que se aplica a grandes cantidades de
textos, por ejemplo con una codificación de propiedades observables de los mismos.

Ramas de estudios del discurso


Dentro y entre las disciplinas hay muchos enfoques de análisis del discurso:

Análisis lingüístico
Una aproximación, que se podría llamar analítica, tiene su inspiración principal en la lingüística, y
es más explícita, sistemática y de escritura en general más accesible que el enfoque filosófico. Aquí
se estudia sistemáticamente y en muchos detalles las estructuras del discurso como objeto verbal
(texto, argumentación, narración), como los temas, la coherencia local y global, los pronombres, el
estilo, etcétera. Los nombres más destacados en esta línea muy diversa (y de origen sobre todo
europeo) son: János Petöfi, Wolfgang Dressler, Robert de Beaugrande, Teun A. van Dijk, Ruth
Wodak, Talmy Givón, Sandra Thompson, Robert Longacre, Michael Halliday, John Sinclair,
Malcolm Coulthard, Petr Sgall, Frans van Eemeren y Wallace Chafe. En Argentina se pueden
mencionar, entre otros, los trabajos de Elvira Arnoux

Análisis de la conversación
Otra línea más bien analítica, que surgió de la microsociología y la etnometodología, sobre todo en
EE. UU., se enfoca sobre el discurso como interacción, primero en el análisis detallado de las
estructuras y estrategias de la conversación cotidiana, y después también en las interacciones
verbales en las instituciones y organizaciones. Esta línea, que se conoce sobre todo como análisis de
la conversación, tiene muchas relaciones con la pragmática, la sociolingüística interactiva, en
psicología discursiva (dentro de la psicología social) y la línea de la etnografía de la comunicación
en antropología. Analistas prominentes de la conversación son, entre otros, Erving Goffman,
Harvey Sacks, Emmanuel Schegloff, Gail Jefferson, John Heritage, Paul Drew, Paul ten Have,
Charles Goodwin, Marjorie Goodwin, Douglas Maynard y Amparo Tusón Valls.
En etnografía y antropología se destacan sobre todo: Dell Hymes, John Gumperz, Elinor Ochs y
Alessandro Duranti. Y en la pragmática del discurso y de la conversación, Jef Verschueren, Jan
Blommaert, y Stephen Levinson. De otra perspectiva también: Deborah Tannen y Deborah
Schiffrin. En psicología discursiva: Michael Billig, Jonathan Potter, Pedro Aguilar y Derek
Edwards.

Psicología cognitiva
Inspirada por las complejidades del aprendizaje humano o la adquisición del conocimiento
(fundamentos epistemológicos) (Audi, 1998), en el inicio de los 70 surge una corriente de
investigación en el estudio del rol que desempeñan los "procesos mentales" (atención, memoria,
percepción, concentración, solución de problemas, etc.) en el proceso de comprensión de "textos" y
en un marco que posteriormente conocemos como "ciencia cognitiva".
En la psicología cognitiva, el estudio del discurso es en general experimental (de laboratorio) y se
enfoca sobre las estrategias y representaciones mentales de la producción, la comprensión, la
memorización y la recuperación del discurso o de su información.
Explica, por ejemplo, lo que normalmente memorizamos y olvidamos después de leer un texto, o lo
que hace la producción o la comprensión más fácil o más difícil. Este enfoque relaciona los
procesos de producción o de comprensión con un análisis explícito del rol crucial del conocimiento
sociocultural compartido en la comunicación y la interacción. Una de las nociones que se han usado
con mucho éxito en esta línea es la noción de modelo mental, una representación en la memoria a
largo plazo, sobre la situación o los hechos a los que se refiere un discurso. En ese sentido,
comprender un discurso quiere decir poder construir un modelo mental del referente del discurso:
un fragmento del mundo real o ficticio.
Las figuras más prominentes en esta área son: Walter Kintsch, Teun A. van Dijk, Art Graesser,
Mary Ann Gernsbacher y Tom Trabasso.

Inteligencia artificial-informática
Relacionadas con la psicología cognitiva y las ciencias cognitivas en general, pero también con la
gramática formal y la lógica, encontramos las líneas de la informática del discurso, como
Inteligencia artificial. Aquí se escriben programas que simulan la producción, la comprensión y la
traducción del discurso, y se representan los conocimientos (generales o especializados) que el
programa necesita para esos procesos. El interés de estas investigaciones es construir máquinas que
sean agentes inteligentes, capaces de adaptarse a las circunstancias y las metas, con capacidades
humanas. Entre las capacidades humanas que involucran las facultades intelectuales que se han
desarrollado, la de mayor relevancia es la de dialogar en una lengua verbal y una de sus
características es poder extraer el sentido a mensajes contradictorios o ambiguos. Referentes
importantes en esta área son: Bonnie Lynn Webber, Bárbara Grosz y Roger Schank.

Análisis crítico del discurso


Artículo principal: Análisis crítico del discurso
El análisis crítico del discurso (ACD) considera el discurso como una práctica social y estudia
cómo los discursos inciden en (producen, reproducen, transforman) las relaciones de poder. Se
interesa sobre todo por el análisis del racismo, el sexismo, el clasismo y la pobreza, y se relaciona
con movimientos sociales como el feminismo, el pacifismo, el ecologismo, la antiglobalización, etc.
El ACD no tiene métodos fijos, sino que usa los más adecuados para el planteamiento y análisis de
los problemas sociales, que son su objetivo principal. Los nombres más conocidos en ACD son
Michel Pêcheux, Norman Fairclough, Ruth Wodak, Luisa Martín Rojo, Teun A. van Dijk, Adriana
Bolívar, Sara Isabel Pérez,10 Eni Orlandi,11 Theo van Leeuwen, Ian Parker, Gunther Kress y Paul
Chilton.12

Aplicaciones
Todas esas líneas o estilos de AD tienen una dimensión más bien teórica, una dimensión descriptiva,
analítica y una dimensión aplicada. Las aplicaciones del AD se encuentran en todas las áreas de la
sociedad, como los medios de comunicación (estudio de los efectos), la educación (como los textos
escolares, la interacción en el aula, aprendizaje de las lenguas), la publicidad y la propaganda, la
política y la salud (para el análisis de trastornos del lenguaje y de la comunicación).
El análisis del discurso nos permite entender las prácticas discursivas producidas en la sociedad. El
discurso más allá de las interacciones sociales entre individuos, puede llegar a ser un arma
poderosa, usada en muchos ámbitos como medio de divulgación de información, o como método de
persuasión en las masas, siendo así también un instrumento de acción social, por el poder que este
significa al tener un buen uso del hecho comunicativo .

Crítica
Se cuestiona al AD por su relativismo y por carecer de fin pragmático. En cuanto a la primera
crítica, se hace porque, dependiendo del enfoque discursivo que se tome, un mismo objeto de
estudio puede representar diferentes evidencias de distintos procesos discursivos no estrictamente
relacionados entre sí. En lo que respecta a su carencia de utilidad, se critica a esta disciplina por no
aportar ninguna conclusión, herramienta o teoría de valor para el desarrollo científico de la
lingüística. Al basarse las conclusiones de las experiencias en las observaciones teóricas y en la
subjetividad de los propósitos de cada especialista, difícilmente llegan aquellas a proporcionar
aportes significativos para definir qué es el discurso o cómo opera la lengua, y mucho menos para
dar cuenta de las reglas inmanentes del lenguaje.

Véase también
 Control social
 Investigación cualitativa
 Lista de prejuicios cognitivos
 Pensamiento crítico

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Señales de advertencia de actividades prohibidas; un ejemplo de control social.


El control social es el conjunto de prácticas, actitudes y valores destinados a mantener el orden
establecido en las sociedades.1 Aunque a veces el control social se realiza por medios coactivos o
violentos, el control social también incluye formas no específicamente coactivas, como los
prejuicios, los valores y las creencias.
Entre los medios de control social están las normas sociales, las instituciones, la religión, las leyes,
las jerarquías, los medios de represión, el adoctrinamiento (los medios de comunicación y la
propaganda),23 los comportamientos generalmente aceptados, y los usos y costumbres (sistema
informal, que puede incluir prejuicios) y leyes (sistema formal, que incluye sanciones).1
Si partimos de la existencia de un derecho figura como es lógico, una división fundamental de la
conducta (jurídicamente relevante) en lícita e ilícita, podrá admitir con seguridad que el fin del
derecho (en un sentido abstracto) sea el de aumentar al máximo las conductas lícitas, deseadas; y
disminuir las ilícitas, las indeseadas; por otra parte, en relación con ambos tipos de conducta, el
derecho puede actuar a "priori" o "posteriori", es decir puede adelantarse o esperar a que se
produzcan esas conductas. En resumidas palabras, el derecho puede, teóricamente, operar de cuatro
maneras: previniendo, reprimiendo, promocionando y premiando la conducta.45

Índice
 1 Introducción
 2 Historia del término
 3 Medios de control social
 3.1 Medios informales
 3.2 Medios formales
 3.3 Regulación del control social
 4 Véase también
 5 Referencias
 6 Bibliografía
 7 Enlaces externos

Introducción
El control social aparece en todas las sociedades como un medio de fortalecimiento y supervivencia
del grupo y sus normas. Las normas menores y las leyes son las que conforman los grupos. La
implantación de una moral social (por las influencias sociales que genera) y la crítica liberal como
autodefensa y como interpretación de sucesos e intereses, es el camino hacia el cambio social.
Actúa sobre la desviación social (leyes) y anomia (normas).
La cognición social o perspectiva del comportamiento desviado de forma correcta —cierta—, tiene
un esquema de estereotipos y juicios de valor en su versión no científica, y es posible y habitual
como conocimiento científico —profesional—; es de hecho imposible una sociedad sin normas
(Estado de Derecho) y la cuestión es su precisa naturaleza y los mecanismos para el caso, sin cargar
con más problemas adicionales, solamente el bien común con una normativa funcional para el orden
social. Como el control es importante, a su vez tiene que haber control sobre los controladores con
un consenso en la normativa para un equilibrio de poderes y controles, que no sea represivo en su
actitud.
El control social persuasivo para el logro de la conformidad funciona principalmente con ideas y
valores, que se traducen en actitudes respetuosas de las normas. Se tiende a una moral libre,
opcional, personalizada, menos reglas y con menos control.

Historia del término


El término "control social" fue introducido por primera vez en la sociología por Albion Woodbury
Small y George Edgar Vincent en 1894; sin embargo, en ese momento, los sociólogos solo
mostraron un interés esporádico en el tema.6
Algunos filósofos sociales han desempeñado un papel en el desarrollo del control social como
Thomas Hobbes en su obra Leviatán que analiza el orden social y cómo el Estado ejerce esto
usando el poder civil y militar; así como De los delitos y las penas de Cesare Beccaria que
argumenta que las personas evitarán el comportamiento delictivo si sus actos resultan en un castigo
más severo, afirmando que los cambios en el castigo actuarán como una forma de control social.7
El sociólogo Émile Durkheim también exploró el control social en la obra La división del trabajo
social y analiza la paradoja de la desviación, afirmando que el control social es lo que nos hace
cumplir las leyes en primer lugar.8
La sociedad utiliza ciertas sanciones para hacer cumplir un estándar de comportamiento que se
considera socialmente aceptable. Los individuos y las instituciones utilizan el control social para
establecer normas y reglas sociales, que pueden ejercer los compañeros o amigos, la familia, las
organizaciones estatales y religiosas, las escuelas y el lugar de trabajo. El objetivo del control social
es mantener el orden en la sociedad y garantizar la conformidad de aquellos que se consideran
desviados o indeseables en la sociedad.7
Los sociólogos identifican dos formas básicas de control social:
1. Medios informales de control – Internalización de normas y valores por un proceso conocido
como socialización, que es "el proceso por el cual un individuo, nacido con potencialidades
conductuales de un rango enormemente amplio, es llevado a desarrollar un comportamiento
real que está confinado al rango más estrecho de lo que es aceptable para él por las normas
de grupo".9
2. Medios formales de control social - Sanciones externas impuestas por el gobierno para evitar
el establecimiento de caos o anomia en la sociedad. Algunos teóricos, como Émile
Durkheim, se refieren a esta forma de control como regulación.
Como se definió brevemente anteriormente, los medios para imponer el control social pueden ser
informales o formales.10 El sociólogo Edward A. Ross argumenta que los sistemas de creencias
ejercen un mayor control sobre el comportamiento humano que las leyes impuestas por el gobierno,
sin importar la forma que tomen las creencias.11
El control social es considerado uno de los fundamentos del orden dentro de la sociedad.12

Medios de control social


Medios informales
Las medidas informales son aquellas que no están institucionalizadas, como por ejemplo, los
medios de comunicación, la educación o las normas morales, las cuales no tienen una formalización
a través de normas o leyes escritas.
Son más importantes que los formales porque transmiten hábitos, normas y valores determinados.
La instancia policial es un ejemplo: es un mecanismo de control social informal que se deriva del
Estado. Se inició tras la Revolución Francesa controlando a nivel legislativo. Sus competencias
garantizan el poder desmesurado del Estado, pero es una instancia estatal con capacidad de castigo
y represión contra el ciudadano puesto que los que controlan o tienen poder someten al resto.
Su función principal es el mantenimiento de leyes y del orden público. A partir de los años 80
(siglo XX), aparece la seguridad ciudadana. Como hecho político, se añade una función de
vigilancia (represor contra las incidencias) que desemboca en el Estado intervencionista. Se vincula
a la transformación urbana de las ciudades (las grandes avenidas permiten el paso del ejército con
los caballos).
A esta función de represión se le añade la salvaguarda: prevención en primer lugar y función
asistencial de la población.
La paradoja fundamental de la policía es que simultáneamente es preventiva y represora, ya que «el
policía que está para ayudar también te puede detener».

Medios formales
Las medidas formales de control social son las que se implementan a través de estatutos, leyes y
regulaciones contra las conductas no deseadas. Dichas medidas son respaldadas por el gobierno y
otras instituciones por medios explícitamente coactivos, que van desde las sanciones hasta el
encarcelamiento o el confinamiento.
En los estados de derecho los objetivos y mecanismos de control social están recogidos en la
legislación explícita.

Regulación del control social


Para lograr el éxito del control social este debe ser regulado en relación de toda la sociedad y deben
existir agencias de control social que puedan ordenarlo, evitando la marginación como fenómeno
social, la estabilidad social se pone en peligro cuando las agencias pierden poder.

Véase también
 Lavado de cerebro
 Programación neurolingüística
 Desinformación
 Control mental
 Manipulación mental
 Propaganda
 Ad nauseam
 Prejuicio cognitivo
 1984 (novela)
PROPAGANDA

La propaganda es una forma de transmisión de información que tiene como objetivo influir en la
actitud de una comunidad respecto a alguna causa o posición, presentando solamente un lado o
aspecto de un argumento. Esta es usualmente repetida y difundida en una amplia variedad de
medios con el fin de obtener el resultado deseado en la actitud de la audiencia.
De modo opuesto al suministro de información libre e imparcial, la propaganda, en su sentido más
básico, presenta información parcial o sesgada para influir una audiencia. Con frecuencia presenta
hechos de manera selectiva y omite otros deliberadamente para sustentar una conclusión, o usa
mensajes controlados para producir una respuesta emocional, más bien que racional, respecto de la
información presentada. El efecto deseado es un cambio en la actitud de una audiencia determinada
acerca de asuntos políticos, religiosos o comerciales. La propaganda, por lo tanto, puede ser usada
como un «arma de guerra» en la lucha ideológica o comercial.
Mientras que el término «propaganda» ha adquirido en algunos casos una connotación sumamente
negativa debido a los ejemplos de su uso más manipulador y chauvinista (p. ej., la propaganda nazi
para justificar el Holocausto), el sentido original de la palabra era neutro.
Cuando la propaganda tiene como fin el promover el consumo y las ventas de bienes o servicios, es
llamada publicidad. Debido a que este último campo de la actividad informativa es muy amplio y
extendido, generalmente se prefiere darle al término propaganda un significado más restringido a
los ámbitos ideológico, político o religioso.

Siglo XX
Sin embargo, no es hasta la Primera Guerra Mundial cuando se inicia la sistematización del uso de
la información al servicio de los intereses belicistas. El periodista Walter Lippmann y el relacionista
público Edward Bernays fueron los responsables de orquestar la primera campaña antialemana en
Estados Unidos para que el pueblo estadounidense diese su visto bueno a la entrada de este país en
la contienda.
Un ambiente de rivalidad internacional materializado en actitudes chovinistas, sumado a la tensión
propia de la época (agresivas políticas coloniales, conflictos anclados en la memoria como la guerra
franco-prusiana) iniciaron el conflicto. Los sectores belicistas estimularon la agresividad
recurriendo al empleo de todos los medios a su alcance, entre los que destacó el uso de la prensa y
el collage masivo de carteles propagandísticos. Los medios de comunicación (prensa y radio)
pasaron a ser controlados y censurados por los gobiernos.
Los mensajes propagandísticos intentaban evitar la desmoralización y el derrotismo, hubo un fuerte
control de la información que se recrudeció especialmente tras la crisis de 1917.
La guerra civil española constituye un verdadero hito, fue la antesala de la Segunda Guerra
Mundial, donde se pondrían en práctica los elementos persuasivos más importantes. Como parte de
la propaganda franquista ha quedado implantada la idea de que en la guerra civil española había dos
bandos enfrentados. De esta manera se le pretendió dar legitimidad al hecho de apoyar con las
armas un levantamiento contra el legítimo gobierno democrático.
Durante la Alemania Nazi, Adolf Hitler buscó modificar el sentido peyorativo que había adquirido
el término propaganda en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. En este sentido, su
primera acción propagandística consistió en imbuir en el pueblo alemán un concepto positivo de la
propaganda. Joseph Goebbels era el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del
gobierno. Usó lo que hoy en día se conoce como el marketing social, ensalzando sentimientos de
orgullo, promoviendo odios y en ocasiones mintiendo y convenciendo de cosas alejadas de la
realidad. También tuvo otras técnicas y métodos como el de hacer esperar al público alemán por las
noticias en tiempos de victoria para crear un fuerte suspenso y hacer que cuando recibieran las
buenas noticias, la alegría sería más duradera.
La propaganda ideológica durante la Segunda Guerra Mundial y la evaluación de sus efectos,
confirmaron la eficacidad de los mecanismos de persuasión, haciendo de la guerra ideológica un
componente primordial en los conflictos armados posteriores.
En la Guerra Fría (1946-1989), la oposición y tensión entre las dos principales potencias mundiales
de la segunda mitad del siglo XX: Estados Unidos y la URSS, que representaban a la forma de
gobierno capitalista y comunista, respectivamente. No obstante, los intereses de ambos países
evitaron un enfrentamiento directo entre las dos potencias. Por ello, el desarrollo de aquel periodo
estuvo marcado específicamente por el combate simbólico y retórico impulsado por los dirigentes
de cada uno de los bloques en cuestión. De este modo, la propaganda cobrará un valor especial.
En el caso de los estadounidenses, la Voz de América, un ejemplo de propaganda blanca, operaba
como estación oficial de radio del gobierno. Gracias al control de este medio de comunicación, el
ejecutivo podía emitir su discurso de manera que llegara al grueso de la población. Más tarde, el
abuso de este canal será considerado por algunos críticos como una violación de la soberanía
popular. El uso de la propaganda gris lo llevará a cabo especialmente fuera del territorio, sobre todo
en la URSS y Europa del Este, donde se emitirán noticias y programas de entretenimiento en los
que se insertarán mensajes correspondientes a la ideología estadounidense. Dichos contenidos serán
emitidos por dos emisoras controladas por la CIA, Radio Free Europe y Radio Liberty.
Por lo que respecta a los soviéticos, estos pusieron en marcha unas estrategias similares a las de los
estadounidenses. También los ideólogos comunistas hicieron uso de una estación oficial que
transmitiera sus discursos oficiales, Radio Moscow. A su vez, utilizaron la propaganda gris en
territorio estadounidense a través de las emisoras Radio Peace y Freedom. Pero los soviéticos, en el
marco de su sistema estatalista, emplearon también la escuela como medio en el que desplegar su
propaganda anti-americana. Se pretendía crear en los niños una mala imagen sobre el modo de vida
estadounidense y hacer creer que la URSS era una potencia con muchos más recursos y riqueza.
Desde ambos sectores del conflicto se introdujo la llamada propaganda negra, sobre todo en
periodos de crisis.

Siglo XXI
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 el gobierno estadounidense inició lo que
denomina Guerra contra el terrorismo, comprendida como una Guerra de cuarta generación, donde
se hizo uso de los medios masivos, especialmente de los medios televisivos; sin excluir internet. La
política estadounidense se ha centrado en propagar el supuesto Choque de civilizaciones,
propaganda que promovió y logró el respaldo popular necesario para la invasión de Irak de 2003
con el argumento de que Saddam Husein poseía armas de destrucción masiva y que apoyaba a la
red Al Qaeda.
Estados Unidos en relación al programa nuclear de Irán utilizó en 2006 la denominación de
fascismo islámico en una retórica tendente a justificar un ataque contra Irán.
Si bien los gobiernos cuentan con la capacidad de difundir su retórica por medios masivos globales
en forma extensa, los grupos que son atacados mediaticamente y los que se oponen a las guerras se
valen de los medios alternativos y de internet principalmente, logrando influir en la opinión pública.
Por otra parte, la estrategia de los medios alternativos es distinta, ya que se centran en ofrecer
información que no se publica en los grandes medios y la participación horizontal del espectador al
poder publicar su opinión junto con la información alternativa, situación que contradice los
principios de la propaganda.
A comienzos de 2022 Rusia invadió Ucrania y el canal de televisión Russia Today y la agencia de
noticias Sputnik fueron bloqueados en muchos países de Occidente. Se acusó a Rusia de realizar
propaganda en favor de la invasión bélica. Además, plataformas sociales como Facebook,
Instagram, Tik Tok o Twitter fueron bloquedas por parte del gobierno ruso para evitar que los
mensajes de Occidente pudieran ser transmitidos en Rusia.

Características
La meta de la propaganda es aumentar el apoyo (o el rechazo) a una cierta posición, antes que
presentarla simplemente en sus pros y sus contras. El objetivo de la propaganda no es hablar de la
verdad, sino convencer a la gente: pretende inclinar la opinión general, no informarla. Debido a
esto, la información transmitida es a menudo presentada con una alta carga emocional, apelando
comúnmente a la afectividad, en especial a sentimientos patrióticos, y apela a argumentos
emocionales más que racionales.
La propaganda se inserta en el campo de la comunicación, un terreno que engloba diversas áreas de
conocimiento que, por su naturaleza, pueden dar lugar a confusión. Se articula a partir de un
discurso persuasivo que busca la adhesión del otro a sus intereses. Es de carácter monológico y
requiere el recurso del anuncio. La propaganda generalmente se repite y se dispersa sobre una
amplia variedad de medios con el fin de crear el resultado deseado en las actitudes de la audiencia.
Su planteamiento consiste en utilizar una información presentada y difundida masivamente con la
intención de apoyar una determinada opinión ideológica o política. Aunque el mensaje contenga
información verdadera, es posible que sea incompleta, no contrastada y partidista, de forma que no
presente un cuadro equilibrado de la opinión en cuestión, que es contemplada siempre en forma
asimétrica, subjetiva y emocional. Su uso primario proviene del contexto político, refiriéndose
generalmente a los esfuerzos patrocinados por gobiernos o partidos para convencer a las masas;
secundariamente se alude a ella como publicidad de empresas privadas.
En cuanto al discurso periodístico, la propaganda tiende a esquematizar y simplificar los conceptos
en lugar del carácter más argumentativo del periodismo.
En el caso del discurso pedagógico, este presenta el problema desde diversos puntos de vista que
permiten al receptor formarse un criterio propio. En cambio, la propaganda se repliega en un solo
punto de vista que tiende hacia el dogmatismo.
La propaganda, cuando es utilizada de forma no ética, es en realidad un modo de desinformación y
censura y usa la metodología de la retórica para convencer a los destinatarios de la misma. En el
sentido político del término se desarrolló fundamentalmente en el siglo XX con la Sociología
moderna y la consolidación de la sociedad de masas. El ministro de propaganda de Adolf Hitler,
Joseph Goebbels, sociólogo, lo primero que hizo para llegar al poder fue apoderarse de los medios
de comunicación de masas para adoctrinar al pueblo con propaganda política.

Técnicas de propaganda
Artículo principal: Técnicas de propaganda

 Fabricación de falsos documentos


 Inspiración del miedo
 Testimonios
 Mentalidad «gregaria»
 Redefinición de palabras o conceptos
 Buscar la desaprobación
 Generalizar o estereotipar
 Imprecisiones intencionales o mentiras por omisión
 Proyección
 Simplificación exagerada
 Eslogan
Trucos de propaganda política (Clyde R. Miller)

 Insulto y difamación del adversario


 Explotación de tópicos y lugares comunes
 Referencia a la autoridad y el prestigio
 Ser modesto, ponerse en el lugar de los más desgraciados
 Técnica de la mentira, falsedad y calumnia
El fenómeno de la propaganda se ha diversificado y tecnificado en un alto grado, al mismo tiempo
que los medios de comunicación también se desarrollan. En las sociedades capitalistas, el auge de la
publicidad comercial y de la propaganda política han sido parejos desde principios del siglo XX
hasta la actualidad. Son las grandes empresas y expertos publicitarios los que hoy en día organizan
las campañas electorales de los políticos en sus más mínimos detalles.
La Psicología Social sirve de ayuda e inspiración de la propaganda. Una serie de técnicas derivan de
la falacia, otras usan la manipulación emocional. También se ha afirmado que la industria y los
políticos emplean la llamada «seducción subliminal» como técnica de publicidad y propaganda.
Jean-Léon Beauvois ha creado el concepto de propaganda oscura (propagande glauque en francés)
para definir los procesos de influencia inconscientes que tienen como objetivo crear un apriori
positivo o negativo de determinado concepto. Ejemplos de ello serían la sonrisa o el tono afable de
un presentador de televisión a la hora de hablar de temas que desea valorizar, pero sin entrar nunca
un verdadero debate de ideas (el proceso de construcción europea, el crecimiento económico, los
derechos humanos, etc.). Otro ejemplo podría ser la ausencia de héroes vinculados, por ejemplo, a
ideologías comunistas o revolucionarias en las grandes películas comerciales. Estas películas
vehiculan además numerosos estereotipos, tanto étnicos como históricos. El Pentágono financia y/o
apoya proyectos cinematográficos, con un fuerte contenido patriótico. Según Beauvois, estos
procesos son los más activos en la fábrica de las opiniones de base en las sociedades democráticas
occidentales.
Éric Hazan ha seguido una metodología más heterodoxa en su estudio sobre las formas actuales de
propaganda. Inspirándose de los análisis de Victor Klemperer respecto a la lengua de la Alemania
Nazi, el editor francés ha estudiado las palabras, los giros y los procedimientos a través de los
cuales la lengua pública actual acoge y transmite valores ideológicos sin pretender nunca hacerlo.
Anne Morelli ha elaborado un sistema analítico de la propaganda de guerra basado en las obras de
Arthur Ponsonby y George Demartial.

Diferencia entre propaganda y publicidad


En inglés, la palabra propaganda tiene connotaciones negativas. No es necesariamente así en otras
lenguas, y el uso del término puede llevar a malentendidos con gente de otros idiomas. Por ejemplo,
en Brasil y algunos países hispanoamericanos, el término propaganda fue adoptado como sinónimo
de publicidad comercial. No obstante, esta definición está reflejada en el diccionario de la Real
Academia Española.
Por lo que respecta a la frontera entre publicidad comercial y política, la principal diferencia es el
tipo de conducta que se propone modificar. En el caso de la publicidad, se pretende influir en las
conductas de consumo de una persona mediante campañas o acciones publicitarias en diferentes
medios y con diferentes objetivos (lanzamiento de un producto, posicionamiento de marca,
recordación de marca, etc.) para que el consumidor lleve a cabo un acto de consumo en un corto o
largo plazo. Mientras que en la propaganda se trata de que una persona se adhiera a una ideología o
creencia.
Otra de las discrepancias es que la publicidad comercial se dirige al individuo, mientras que el
público objetivo de la propaganda es el grupo social para identificar al ciudadano con los valores
del conjunto. No obstante, en la actualidad la frontera entre ambos términos se vuelve difusa debido
a la convergencia de intereses entre las grandes empresas y partidos políticos.
El uso del cine, radio y televisión como herramientas
propagandísticas
Un filme o programa televisivo propagandístico es aquel cuyo fin es el de utilizar la fuerza de estos
medios para influenciar en la opinión del espectador y convencerlo para apoyar una causa
determinada, como podría ser en el campo político o religioso. Muchos países sumergidos en
dictaduras totalitarias han visto cómo sus líderes han utilizado estos medios para ganarse la
confianza y el apoyo de la población, así como de aislarles de cualquier influencia u opinión
proveniente del exterior.

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