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Unidad 9.

La literatura y los estudios de género

1. El feminismo
El feminismo reivindica para la mujer un nuevo estatus personal, social y político, consistente
en la adquisición de derechos reservados anteriormente a los varones. El machismo, por su
parte, se define como “actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres”
(DRAE).

1.1. El feminismo en la historia

La preocupación por la condición de la mujer no es una cuestión reciente. Diferentes


sociedades a lo largo de la historia han procurado determinar las capacidades y
potencialidades femeninas, para justifica el papel que se les asignaba en el seno de la
colectividad.

En la tradición occidental, coincidieron pensadores diversos en suponer a las mujeres menos


capaces que los varones intelectual y moralmente. Desde los más misóginos autores
medievales (tachaban a las mujeres de tramposas, habladoras, viciosas…). Todo ello
corroboraba la idea de que ella había de permanecer retirada en la casa y bajo la tutela del
varón. Su educación no fue públicamente reglada y se limitaba al aprendizaje en el hogar de
las tareas domésticas.

Hubo al largo de los siglos voces que discreparon y buscaron para la mujer la mayor dignidad
y autonomía personal, como María de Zayas o Benito Jerónimo Feijoo. Pese a todo, la
aparición de un movimiento feminista organizado no se produjo hasta mediados del siglo
XIX.

1.2. El feminismo en España

Campo Alange aseguraba en 1964 que en el siglo XIX no hubo en España un verdadero
movimiento feminista, sino solo alguna pensadora combativa y aislada que clamaba en el
desierto. Las organizaciones feministas no se dieron en este momento en España porque no se
dieron las condiciones económicas, políticas y sociales apropiadas.

A pesar de todo, a partir de 1870 se multiplican en España los textos sobre la cuestión
femenina. Concepción Arenal, por ejemplo, ataca el principio de la inferioridad intelectual de
la mujer y propone su acceso a diversas profesiones ya en los años sesenta. Sin embargo, la
desigualdad jurídica de la mujer en España del siglo XIX era palmaria. Los años clave en la
historia del feminismo español son los transcurridos entre la Primera Guerra Mundial y la
guerra civil española. En ese periodo se intensificó el desarrollo industrial y muchas mujeres
se incorporaron al mundo del trabajo; se crearon organizaciones femeninas de diverso signo y
con diferente objetivo…

Pero, hay que destacar, que el feminismo español no tuvo un desarrollo independiente de los
partidos políticos, sino que se vio envuelto en el conflicto ideológico entre la izquierda y la
derecha, lo que, unido a la fuerte influencia de la Iglesia, determinó su fracaso como

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movimiento específico. Se obtuvo el voto femenino en la II República (1931), tras la
destacada intervención de Clara Campoamor.

1.3. La evolución del movimiento feminista contemporáneo

El movimiento feminista es una de las corrientes sociales internacionales de más importancia


en los últimos dos siglos. Los grupos feministas han trabajado en diversos países, y han
logrado mejorar sensiblemente la condición social, cultural y política de las mujeres. Desde
los años setenta se produce una multiplicación de asociaciones feministas en España.

Esta marcha hacia la igualdad culmina con la consolidación general de una conciencia, no
vinculada a ninguna organización feminista ni a partido alguno, ante la cual la mujer aparece
en la vida cotidiana como ser autónomo y capaz, que no ha de subordinarse a nadie por razón
de su sexo.

2. Las teorías feministas en el estudio de la literatura


El movimiento feminista ha procurado combinar la acción política y la acción cultural, en su
afán de lograr un cambio de mentalidad. Entre sus herramientas conceptuales destaca la
noción de género. Ortner mostró la necesidad de distinguir entre el sexo biológico y el género.
El género es una construcción cultural.

Frecuentemente las sociedades han prescrito un rol, una función y comportamiento a las
mujeres, pero la experiencia demuestra que aducir el determinismo biológico de la mujer ha
sido a menudo un mecanismo de refuerzo de las situaciones de opresión femenina, y que a
condición social femenina no viene tanto predeterminada por la anatomía como por las
atribuciones culturales.

2.1. Los estudios feministas clásicos

La clase, la religión, la educación, la ley o la ideología determinan los roles atribuidos a


hombres y mujeres más que la disposición biológica de sus órganos. El género es una
elaboración cultural, una construcción histórica. En el terreno de la teoría y crítica literaria se
han producido abundantes reflexiones sobre los problemas que conciernen a la mujer en
cuanto a sujeto u objeto de discurso.

Antes de bucear en los estudios literarios feministas de carácter académico, es necesario


recordar que escritoras de diversas nacionalidades y épocas se han referido a las especiales
condiciones en que desarrollan su labor las mujeres que deciden dedicarse a la creación
literaria, como Virginia Woolf.

La historiografía crítica suele distinguir dos corrientes principales en las teorías feministas
que estudian la literatura: la anglonorteamericana y la francesa.En una primera fase, la
producción feminista en el estudio de la literatura puso el énfasis en la cuestión política y
exploró el concepto de patriarcado, con el afán de denunciar la opresión femenina. Por su
parte, el feminismo francés ha destacado la proyección del orden simbólico sobre lo
puramente biológico y ha promocionado un discurso feminista antilogocéntrico.

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2.2. La mujer y la literatura: autora, heroína, lectora

Todos estos planteamientos del feminismo literario clásico han obtenido reconocimiento
académico, han provocado desarrollos parciales posteriores y han sido objeto de reacciones
que han iniciado nuevos caminos en la crítica feminista.

Diversas autoras españolas se han referido a lo largo de la historia a los obstáculos que
hallaron por su condición de mujeres a la hora de escribir. De ahí que nuestras escritoras se
refieran a la osadía de la mujer que escribe, o escondían su actividad literaria (pseudónimos,
la búsqueda de un varón respetado que ampare sus creaciones…). La heroína y otros
personajes femeninos han sido especial objeto de atención de una frondosa rama de la crítica
literaria ocupada en explorar las imágenes de la mujer.

Para terminar, conviene que atendamos a la mujer lectora y para ello es imprescindible
referirse al enorme interés que ha despertado la lectura entre los especialistas actuales de
diversas disciplinas.

3. Las escritoras en el canon. Un vistazo a la historia


El conjunto de textos denominados “literatura” se resiste a una caracterización general y
privativa. Pero lo cierto es que los manuales elementales de literatura española, los profesores
de enseñanzas medias y el hombre común de aceptable cultura manejan siempre una lista
similar de autores y obras que se consideran esenciales en nuestra tradición: el canon.

Es imprescindible constatar que el canon literario no responde a criterios de evaluación


objeticos y eterno, sino que resume un juicio estético concreto de editores, escritores,
profesores, eruditos, críticos y otros lectores cualificados, un juicio sometido a la
circunstancia en que se emite.

Los estudios feministas forman parte de quienes denuncian las limitaciones y arbitrariedades
del canon y procuran desmitificar y desenmascarar los cimientos ideológicos subyacentes en
los análisis literarios tradicionales. Los críticos feministas procuran poner de relieve la
desatención a las escritoras, imágenes y sensibilidad femeninas.

La existencia o no de una escritura femenina con rasgos propios es asunto teórico en debate;
pero la intención de eludir los roles culturalmente asignados por la tradición, la firme
determinación de no limitarse al gineceo, es patente en escritoras vivas diversas.

4. Literatura y educación para la igualdad


Las diferencias de género dan lugar a desigualdades y falta de equidad en lo que se refiere a
expectativas laborales, sociales y personales.

4.1. El género y los contenidos curriculares

No se trata solo de que hoy se hayan de modificar las estrategias y técnicas educativas para
lograr una mayor equidad en la configuración y evaluación implícita de ambos sexos; hay que
contemplar también el hecho de que los contenidos curriculares fijados por las autoridades

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educativas frecuentemente vulneran el principio de igualdad de género, puesto que perpetúan
universos simbólicos que asignan un papel subsidiario y marginal al ser femenino.

No se trata ahora de discutir qué textos son lo bastante artísticos para merecer la atención del
estudiante, ni tampoco de ampliar el catálogo, ya difícilmente abarcable, de autores que
integran el canon pedagógico, sino de proporcionar a los adolescentes una fiel noticia de las
coordenadas que acotaron la práctica literaria a lo largo de la historia. Las siguientes vías de
acción docente son:

a. La adecuada selección de textos y la reflexión crítica de su contenido.


b. La referencia a los contextos, textuales y extratextuales, en que la historia de las
mujeres se hace visible.
c. La noticia sobre la peculiar experiencia femenina en el campo de la escritura,
tradicionalmente reservado a los hombres.
d. Una reflexión axiológica específica sobre los textos que transparentan casos de
violencia de género.

4.2. Los materiales del profesor

El profesor de Literatura en la educación secundaria es un agente cultural de efecto decisivo


en los gustos, aficiones y conocimientos de un importante sector de la población. De su labor
se deriva en gran parte la lectura y evaluación de los clásicos que va a realizar a lo largo de
toda su vida esa población, y es responsable de la reactivación de formas y contenidos de esos
textos, la apropiación y asimilación de esos mensajes, y la reinterpretación de los mismos.

El profesor de literatura debe reclamar y reunir una serie de materiales textuales y teóricos
que doten de sentido a sus clases, que las liguen a la formación personal y a la educación en
valores de sus estudiantes.

5. La aportación de la crítica feminista al aula: textos para el análisis de la


práctica literaria desde una perspectiva de género
Parece conveniente que el profesorado de Secundaria maneje una selección de todo ello. Se
han utilizado versiones ligeramente modernizadas de los textos, más adecuadas para
educación secundaria:

 María de Zayas y Sotomayor: novelas amorosas y ejemplares.


 Normativa del siglo XIX: orden número 1299, 22 de julio de 1878. Compilación
legislativa de instrucción pública.
 El poeta Carvajal, en el cancionero de Lope Stúñiga.
 Virginia Woolf: profesiones para la mujer.

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