LA ATENCIÓN Y LA CONCENTRACIÓN

Recibimos estímulos del medio ambiente de forma constante: imágenes, sonidos,

texturas, aromas, palabras escritas, luces y sensaciones internas. Pero nuestro cerebro no es
capaz de recibir y procesar toda esta información de forma simultánea, y debe seleccionar
dónde “poner la energía” para poder atender y procesar ese estímulo. En pocas palabras, la
atención es justamente eso: es la capacidad cognitiva gracias a la cual se pone el foco en un
estímulo, e implica necesariamente dejar de lado otros estímulos que, en ese momento, son
irrelevantes.

Aunque parece bastante sencillo definir y delimitar qué es la atención, se trata de un

proceso cognitivo que, a su vez, se divide en distintos sub-tipos:

 La atención focalizada es aquella capacidad cognitiva que permite dirigir los

recursos atencionales a un estímulo definido.
 La atención sostenida implica la capacidad de mantener la atención durante
un período determinado de tiempo, y es lo que normalmente llamaríamos
“concentración”.
 La atención selectiva es el tipo de atención que se pone en juego cuando
decidimos focalizar la atención en un estímulo, ignorando o inhibiendo otros
estímulos irrelevantes.
 La atención alternante implica la capacidad para cambiar de un set atencional
a otro set atencional sin perder efectividad.
 La atención dividida representa la capacidad cognitiva por la cual se atiende a
más de un set atencional de forma simultánea, sin alternar entre uno y otro,
sino atendiendo a más de uno a la vez.

Las bases neuroanatómicas de la atención están distribuidas en varios sectores del

cerebro en forma de redes. Michael Posner y Steven Petersen describieron tres redes

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Módulo 4 – Lección 2
Dra. María Josefina Gonzalez Aguilar
Material de la Universidad Austral para su uso exclusivo en el curso “Introducción a la Psicología” de Coursera. Prohibida la
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neuronales que serían el sustento de los distintos tipos de atención: la red de alerta, la red de
orientación y la red ejecutiva ¿De qué se encargaban estas redes?

 La red de alerta incluía dos tipos de alertas: la fásica y la tónica. La alerta fásica
es aquella red que produce una activación automática y, por lo tanto, es la que
resulta en respuestas más rápidas. La alerta tónica, por otra parte, respondería
a la capacidad de sostener la atención en el tiempo, y es la que hace que la
persona se mantenga atenta y concentrada en una actividad específica. La red
de alerta se extiende a distintas áreas neuroanatómicas como el locus cerúleo
(una región del tallo cerebral), la corteza prefrontal (una región que se
encuentra justo antes de la intersección entre el lóbulo frontal y el lóbulo
parietal) y la corteza fronto-parietal derecha (una región de asociación entre el
lóbulo frontal y el parietal).
 La red de orientación sostiene la capacidad de dirigir la atención hacia un
estímulo específico. Hay distintas regiones por las cuales se extiende esta red,
entre las que se encuentran los lóbulos parietales, la región de asociación
entre los lóbulos temporales y los parietales, y unos núcleos específicos del
tálamo (una estructura que se encuentra en el interior del encéfalo).
 La red ejecutiva es aquella red que sostiene actividades atencionales más
complejas, como por ejemplo utilizar la atención para resolver una situación
novedosa, cuando se requiere cambiar de un set atencional a otro, o cuando
se debe sostener la atención a un objetivo ignorando otros distractores o
interferencias. En el caso de la red ejecutiva, los lóbulos frontales y una región
cerebral llamada cíngulo anterior juegan un papel esencial.

La atención es considerada una función cognitiva básica, ya que, si ésta falla,

probablemente también se observen fallas en otras funciones como la memoria, el lenguaje o
la percepción: muchas veces los pacientes se quejan por “haber olvidado dónde dejaron sus
llaves” cuando, en realidad, “nunca prestaron atención a dónde las dejaron”.

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