Universidad Nacional de La Plata
Clase I.
Facultad de Psicología
PSICOTERAPIA II
Ficha bibliográfica
“EN MEDIO DE SPINOZA” (2da Edición)
Gilles Deleuze
[Compilación a cargo de María Florencia Moratti Serrichio]
Mayo 2012
Una biografía: http://www.youtube.com/watch?v=WNVMP167Kzc
“En medio de Spinoza reúne las clases dictadas por Gilles Deleuze en
torno a la obra del filósofo holandés. Esta segunda edición completa el
curso con clases y fragmentos de clases que no fueron publicadas en la
primera.
¿Cómo conciliar que haya una lectura y una comprensión analfabeta de
Spinoza con el hecho de que sea uno de los filósofos que constituye el
aparato de conceptos más minucioso del mundo? (..) Deleuze no se cansa
de decir una y otra vez que nada de eso tienes sentido si no se pone al ni -
vel en que lo ponía Spinoza: la vida. ¿Por qué Spinoza llama “ética” a su
ontología? Con esa pregunta Deleuze se obliga a permanecer en un plano
en el que la filosofía hace uno con los problemas de existencia y las mane-
ras de vivir.”1
1 El contenido del presente escrito es un resumen textual de las clases dictadas por
Gilles Deleuze en 1980/81 y compiladas en la Segunda Edición aumentada y
Dios y la filosofía. Causalidad inmanente y plano fijo.
Spinoza fue precedido por todos aquellos que tuvieron más o menos au-
dacia en lo concerniente a la causa inmanente, es decir, esta causa extra-
ña tal que no solamente permanece en sí para producir, sino que lo que
produce permanece en ella. Dios está en el mundo, el mundo está en
Dios.
La Ética de Spinoza está construida sobre una primera gran proposición:
Proposición especulativa o teórica: no hay más que una única sustancia
absolutamente infinita,
Esto quiere decir que poseyendo todos los atributos, y lo que llamamos
criaturas no son las criaturas sino los modos o las maneras de ser de
esta sustancia.
No hay ninguna jerarquía en los atributos de Dios, de la sustancia ¿Por
qué? Si la sustancia posee igualmente todos los atributos, no hay jerar-
quía entre ellos, uno no vale más que el otro. Si el pensamiento es un atri-
buto de Dios y lo extenso es un atributo de Dios o de la sustancia, no ha-
brá entre ellos ninguna jerarquía. Eso es lo que Spinoza va a llamar Dios,
puesto que es absolutamente infinito. Es Spinoza quien logra hacer lo
que muchos tuvieron ganas de hacer: liberar completamente la causa in-
manente de toda otra subordinación a otros procesos de causalidad, no
hay más que una causa y esta es inmanente.
Todo pasa como en un plano fijo que no va a ser en absoluto un plano de
inmovilidad puesto que todas las cosas van a moverse. Para Spinoza solo
cuenta el movimiento de las cosas sobre ese plano fijo. Esta es la tentati-
va más fundamental para dar un estatuto a la univocidad del ser, un ser
corregida de “En Medio de Spinoza” (Cactus, Serie Clases. Octubre 2008); para
uso como material de lectura en Psicoterapia II, materia de quinto año de la
Licenciatura en Psicología de la UNLP.
absolutamente univoco. Es precisamente eso lo que Spinoza define como
la sustancia que posee todos los atributos iguales, que posee toda cosa
como modos. Y tienen ahí esa especie de plano sobre el cual todo es
aplastado y donde todo se inscribe.
Clase II.
Ontología y Ética. El sistema del juicio y la moral.
Tomo el principio de la Ética ¿Cómo puede comenzar una ontología, una
ontología desde el punto de vista de la inmanencia, donde el ser está lite-
ralmente por todas partes? Ahora bien, el hecho es que Spinoza no co-
mienza por la sustancia absolutamente infinita, no comienza por Dios.
Sino por el estatuto de los elementos constituyentes de la sustancia, es
decir, los atributos.
La ontología tendrá un principio. Como el ser está por todas partes, hace
falta precisamente que la ontología tenga un principio distinto del ser
mismo.
Spinoza se hace una concepción muy extraordinaria de los cuerpos, una
concepción verdaderamente cinética. En efecto, define el cuerpo como
una relación de velocidades y lentitudes entre elementos no formados.
¿Por qué? Porque la individualidad del cuerpo es su forma, y si nos dice
que la forma del cuerpo es una relación de velocidades y lentitudes en-
tre sus elementos, es preciso que los elementos no tengan forma en sí
mismos. Sera su relación de velocidades o lentitudes lo que constituirá
la forma del cuerpo, pero en sí mismos estos elementos entre los cuales
se establecen relaciones de velocidad y de lentitud son sin forma, no
formados.
Sucede que “nosotros” que no somos la sustancia absoluta, no conoce-
mos más que dos atributos: la extensión y el pensamiento. Lo que hay
además de ser en tanto que ser desde el punto de vista mismo de una on-
tología, es aquello de lo cual el ser se dice, es decir, el ente, el existente.
El ser se dice de lo que es, del ente, del existente.
¿Qué quiere decir entonces que una piedra y un sabio, un cerdo y un filó-
sofo valen lo mismo? En tanto que existente valen lo mismo. Hay un
punto de vista donde se ve con toda claridad que el sabio y el demente
no son uno superior al otro. Entonces el ser, el ser univoco, es forzosa -
mente un ser igual. No que forzosamente todos los entes valgan lo mis-
mo, sino que el ser se dice igualmente de todos los entes, se dice igual-
mente de todo lo que es, sea un cerdo o un filósofo.
¿Qué es el ente? Es la manera de ser. Ustedes son maneras de ser ¿eso
quiere decir que Spinoza no cree en la individualidad? Al contrario, hay
pocos autores que han creído y captado tanto la individualidad. Pero te-
nemos la individualidad de una manera de ser.
Entonces, forzosamente, estoy en el ser puesto que soy una manera de
ser. Forzosamente hay inmanencia. ¿Qué implica entonces una manera
de ser? Quiere decir que yo estoy dentro. ¿Dentro de qué? Soy en el ser
del cual soy una manera. ¿Y el otro? El otro también, es en el ser del cual
es una manera. Entonces si chocamos ¿se trata de dos maneras de ser
que se golpean? Sí, son dos maneras del ser que se golpean. ¿Por qué?
Sin duda no son compatibles, puede que haya incompatibilidad de la velo-
cidad y la lentitud. ¿Por qué traigo la velocidad y las lentitudes? Porque fi-
nalmente, manera de ser o modo de ser, es eso: una relación de veloci-
dad y de lentitud sobre el plano fijo de la sustancia absolutamente infi-
nita.
¿Qué es un cuerpo? Es un modo de la extensión. Y un alma es el modo
del pensamiento. Pero todos los atributos son iguales, no hay ninguna su-
perioridad de un atributo sobre otro. Jamás podremos decir entonces mi
cuerpo es menos que mi alma. Aun mas, es estrictamente igual., es la
misma manera de ser.
¿Cómo se distinguen mi cuerpo y mi alma? Se distinguen por el atributo
que implican. El cuerpo es el modo de la extensión, el alma es el modo
del pensamiento. Soy una única y misma modificación de la sustancia que
se expresa en dos atributos, en el atributo de la expresión como cuerpo,
en el atributo del pensamiento como alma.
Y aquí en un sentido es la primera vez que podemos comprender en qué
una ética no es lo mismo que una moral. La Moral es inseparable de una
especie de jerarquía de los valores. No hay moral si algo no vale más que
otra cosa. La expresión más simple de la jerarquía de los valores es esa
especie de tensión de relación inversamente proporcional: si es el cuerpo
el que actúa, es el alma la que la padece, y si el alma actúa, es el cuerpo el
que padece. Por todo esto es que se llama paralelismo de los atributos.
De modo que ¿cuál será la tarea de la filosofía como ética? Sera acceder a
este conocimiento del cuerpo y a esta conciencia del alma que sobrepa-
san el conocimiento llamado natural que tenemos de nuestro cuerpo y la
conciencia natural que tenemos de nuestra alma. Esto quiere decir, que
somos un conjunto de relaciones de velocidad y de lentitud entre molécu-
las pensantes que son un conjunto de relaciones de velocidad y de lenti-
tud entre moléculas extensas.
¿Por qué se llama ética y no ontología?
En la ética no hay ni bien ni mal, hay bueno y hay malo. He aquí exacta -
mente la soldadura entre la ética y la ontología. Mientras que la moral es
el arte del bien y del mal y su distinción u oposición es triunfo de uno
sobre otro, la ética es el arte de lo bueno y de lo malo y de su distin-
ción, en la medida en que la distinción no coincida con aquella del bien
y del mal.
Hay dos diferencias fundamentales entre la moral y la ética, es decir entre
el arte de lo bueno y lo malo y la disciplina del bien y del mal. Creo que lo
bueno y lo malo implican dos cosas que son ininteligibles para la moral:
Implican en primer lugar que hay entre los entes, existentes, Pero ¿qué
cantidad? La ética es fundamentalmente cuantitativa.
Segundo: lo bueno y lo malo designan una oposición cualitativa entre mo-
dos de existencia. Distinción cuantitativa entre los entes, oposición
cuantitativa entre modos de existencia.
Clase III.
La distinción ética de los existentes. Potencia y Afecto.
Aquellos que gustan de la moral, son aquellos que gustan del juicio. Juz-
gar implica siempre una instancia superior al ser, algo superior a una on-
tología. Implica siempre lo Uno más que el ser. El Bien que hace ser y que
hace actuar es el Bien superior al ser, es lo Uno.
En una Ética es completamente diferente, no juzgan. La pregunta es en
cambio ¿cómo es posible? Buscan los modos de existencia involucrados y
no los valores trascendentes. Es la operación de la Inmanencia.
El punto de vista de una ética es ¿De qué eres capaz, qué puedes? De ahí
esta especie de grito de Spinoza ¡¿Qué puede un cuerpo?! Jamás se sabe
de antemano qué puede un cuerpo, jamás se sabe cómo se organizan y
cómo están envueltos en alguien los modos de existencia.
Si éticamente, es decir, ontológicamente, se trata de una diferencia de
cantidad entre dos entes, es que se trata de definir a cada persona, ani-
mal o cosa, por lo que puede.
Un moralista define al hombre por lo que ES. Es la esencia.
Hay que ver a las cosas como pequeños paquetes de poder. Desde el pun-
to de vista de una ética todos los existentes son vinculados a una escala
cuantitativa que es la POTENCIA. Esta cantidad diferenciable es la poten-
cia: es decir, las acciones y pasiones de las cuales algo es capaz. Lo que la
cosa es capaz de hacer y soportar.
Y si no hay esencia general es porque a este nivel de la potencia todo es
SINGULAR. Un pez no puede lo mismo que el pez de al lado. Habrá una di-
ferenciación infinita de la cantidad de potencia según los existentes. Y es
siempre por definición lo que tienen los existentes.
Se trata una vez más de la pregunta que puede un cuerpo. Que puede en
virtud de su potencia. Esta cantidad, potencia, es una escala cuantitativa
especial, es una escala intensiva. Por lo tanto seria la intensidad de la
cosa lo que reemplazaría a la esencia. Es por potencia que actúo y es por
potencia que sufro, puesto que la POTENCIA ES LO QUE PUEDO TANTO
EN ACCION COMO EN PASION. Esos son los dos Modos de existencia cua-
litativa: hacer algo o sufrir algo es existir.
Para Spinoza el tirano, el esclavo y el sacerdote son impotentes porque
en cierta manera necesitan entristecer la vida. Tienen necesidad de hacer
reinar la tristeza, porque el poder que tienen no puede estar fundado
más que sobre la tristeza.
El tirano tiene necesidad de la tristeza de sus súbditos porque no hay te -
rror que no tenga como base una especie de tristeza colectiva. El sacerdo-
te tiene necesidad de la tristeza del hombre acerca de su propia condi-
ción. Necesitan cultivar la tristeza para poder juzgar la vida. La vida se
hace juzgable al inocularle la tristeza. De allí deviene la proposición moral
que habla de una naturaleza humana miserable.
El esclavo es aquel que se siente tanto mejor cuanto peor va todo. Siem-
pre es preciso rebajar las cosas.
A esto Spinoza opone la concepción de un hombre fuerte y potente. Una
potencia que está siempre en acto (no confundir con estar “en
potencia”). Esto quiere decir que a cada instante está efectuada, jamás
habrá un instante en que mi potencia no esté efectuada, por lo tanto no
existe el “había en mí algo mejor de lo que hice o sufrí”. Eso hace retornar
a la moral.
¿Qué ES LO QUE EFECTÚA A CADA INSTANTE LA POTENCIA? EL AFECTO:
es lo que en un momento dado llena mi potencia. La potencia es una ca-
pacidad que no existe nunca independientemente de los afectos que la
efectúan.
¿Qué será el afecto? Pueden ser percepciones luminosas, visuales, auditi-
vas. Pueden ser sentimientos, esperanza, pena, amor, odio, tristeza, aleg-
ría. Pueden ser pensamientos. Percepciones, sentimientos, conceptos,
etc., son modos de llenado, efectuaciones de potencia.
Los afectos tienen dos polos: tristeza y alegría. ¿Cómo se distinguen?
Si es la tristeza lo que llena la potencia, entonces la disminuye.
Cuando la potencia esta efectuada por alegrías, entonces aumenta.
Por esto la potencia es una cantidad extraña, porque en sí misma no es
una cantidad, SINO QUE ES EL PASAJE DE UNA CANTIDAD A OTRA. ES LI-
TERALMENTE UNA CANTIDAD TRANSITIVA, UNA CANTIDAD DE PASAJE.
Entonces ser una manera de ser, es ser un pasaje, la potencia nunca es
una cantidad absoluta, es una relación diferencial.
Clase IV.
Su problema político es que hay que hacer ética en política y comprender
por qué las personas luchan por su esclavitud. Parecen estar tan conten-
tos de ser esclavos que están dispuestos a todo para seguir siéndolo.
La negación tanto del bien como del mal no le impide a Spinoza hacer una
ética. ¿Cuál es el estatuto del mal desde el punto de vista de la ética?
Para Spinoza la filosofía del juicio es la catástrofe, porque implica el pri-
mado de lo Uno superior al ser. No se puede juzgar al ser más que en
nombre de algo que es superior a él. En un sentido general hay lo bueno y
lo malo. Yo no paro de meterme en situaciones que me enferman. Para la
ética se tratará de no encerrarse en esa situación. La ética sería el arte de
operar una especie de selección a nivel de la situación misma.
El hombre razonable es aquel que hace una especie de selección. Experi-
menta. Busca lo que es veneno y lo que no, e intenta eliminarlo. Esto será
llamado por Spinoza el “esfuerzo de la razón”: esfuerzo por seleccionar
de las situaciones aquello que es capaz de darme “alegría” y eliminar
aquello que es capaz de darme “tristeza”. Esto es la ética.
Clase V.
El estatuto de los modos y el problema del mal.
Un cuerpo está constituido por un conjunto de relaciones de movimiento
y reposo. ¿Qué es lo que asegura finalmente su persistencia? Yo perseve-
ro en mí mismo en la medida en que ese conjunto de relaciones que me
constituye es tal que las relaciones más complejas no cesan de pasar en
las menos complejas, y las menos complejas no cesan de reconstruir las
más complejas.
Por ej.: yo no ceso de rehacer hueso. Ustedes dirán que no vemos mucho
que eso se mueva. Pero es un conjunto de relaciones de movimiento y re-
poso, donde todo el tiempo saco minerales. En espacialidad no es nada,
es un esqueleto, es muerte. Pero en duración, el hueso es un conjunto de
relaciones entre partículas que no cesan de deshacerse y rehacerse. Por
esto en Spinoza aparece la formula “tendencia a perseverar en el ser”. No
define la cosa de modo sustancial.
¿Qué es una cosa mala? Una cosa cuya relación descompone la totalidad
o parte de mis relaciones constitutivas. Es decir, que fuerza a mis relacio-
nes a tomar otra dirección que no corresponde a mi conjunto. Será llama -
do malo todo aquello que descompone el conjunto de relaciones de un
cuerpo; y será llamado bueno, todo aquello que compone directamente
con mis relaciones.
Lo que corresponde a acción-pasión, o movimiento y reposo, en el cuerpo
es, en el alma, percepción. El paralelismo no pone en relación movimien-
to y reposo en la extensión y movimiento y reposo en el alma, sino movi-
miento y reposo como modos de la extensión y percepciones del alma.
Todas las partículas por ínfimas que sean, tienen un cierto poder de per-
cepción. De esta manera a toda partícula de la extensión le corresponde
un modo de discernimiento en el pensamiento. Discernimiento como Afi-
nidad, Elecciones. Toda partícula discierne: el movimiento y el reposo mo-
lecular en la extensión, solo son posibles si les corresponde un discerni-
miento en el pensamiento. Una partícula de hidrogeno no confunde a una
partícula de oxigeno con una de carbono. Spinoza participa plenamente
de una teoría de las pequeñas percepciones.
Por esto se entiende la tendencia a perseverar en el ser, como modo de
las partículas de discernir con cual puede componerse. Discernimiento
para lo bueno y para lo malo, para lo que compone y lo que descompone.
Es lo más cercano a una teoría de la información.
Clase VI
El criterio Ético de lo bueno y de lo malo. Discusión sobre el simbolismo.
“La acción de golpear, en tanto que es considerada físicamente, en tanto
que consideramos solo el hecho de que un hombre levanta el brazo, cie-
rra el puño y mueve su brazo entero de arriba hacia abajo con fuerza, es
una virtud que se concibe por la estructura del cuerpo humano.”(B. de
Spinoza, Ética, Libro IV, prop LIX, escolio). La Virtud se trata de una efec -
tuación de la potencia del cuerpo. Es lo que mi cuerpo puede hacer.
“Si entonces un hombre, llevado por la cólera o por el odio es determina -
do a apretar el puño o a mover el brazo, eso ocurre porque una sola y
misma acción puede estar asociada a cualquier imagen de cosa.” (Ídem)
Llama “Determinación de la acción a la asociación, al lazo que une la ima-
gen de la acción a una imagen de cosa. Es verdaderamente una relación
de asociación.
¿Qué es lo que hago cuando precipito mi puño sobre un gong o sobre la
cabeza de mi madre? Ambos tienen una potencia. Sin embargo, en el
caso de la cabeza, yo descompongo la relación constituyente de la poten-
cia de la cabeza. La cabeza no soporta: o bien mi madre se desvanece, o
bien muere.
Sin embargo la potencia del gong son los armónicos. Aquí asocie mi ac-
ción a la imagen de algo cuya relación se componía directamente con esa
acción. Este es el criterio de la ética en Spinoza.
Toda acción será descompuesta, analizada, según dos dimensiones: la
imagen del acto como potencia del cuerpo (lo que puede el cuerpo) y la
imagen de la cosa asociada (objeto sobre el cual se aplica el acto). Y entre
ambas hay una relación de asociación.
Clase VII
Tres pertenencias de la esencia: Potencia, afecciones y afectos.
Hace falta una palabra para la imagen de cosa asociada a una acción: la
llamaremos una AFECCION. Es afección de mi potencia. La determinación
de mi potencia bajo tal o cual acción.
¿En que sentido no hay ni bien ni mal? En el sentido de que soy siempre
tan perfecto como puedo serlo en función de las afecciones que determi-
nan mi potencia. No puedo decir que estoy privado de un estado mejor
porque no tiene ningún sentido. Quiere decir que mi espíritu compara un
estado que tengo con uno que no tengo pero no es una relación real. “es
tanto como decir que la piedra esta privada de visión”.
En efecto el ciego es tan perfecto como puede en función de las afeccio-
nes de su potencia, en función de las imágenes de cosa de las que es ca-
paz. Por lo tanto no carezco de nada. No pertenece a m esencia mas que
la afección que experimento aquí y ahora.
Las esencias singulares son eternas, lo cual es un modo de decir que la es-
encia no dura. Las esencias son eternas pero las pertenencias de la esen-
cia son instantáneas. No pertenece a mi esencia más que lo que experi-
mento actualmente.
Estamos jugando con tres términos: eternidad, instantaneidad, duración.
Eternidad: Modalidad propia de la esencia
Instantaneidad: modalidad de la afección de la esencia. La afección es
verdaderamente un corte instantáneo. Es la relación horizontal entre una
acción y una imagen de cosa.
Duración: La afección implica un AFECTO: la imagen de cosa asociada a un
efecto, envuelve una transición. Toda afección instantánea envuelve un
pasaje, una transición. Por cercanos que sean los dos momentos A’ y A’’,
hay un pasaje del estado anterior a uno actual. Es precisamente lo que
Spinoza llama Duración.: el pasaje de una cosa a otra en tanto que vivido.
Toda afección envuelve el pasaje por el cual se accede y se sale de ella ha-
cia otra afección. Para pensar la línea completa seria en tres tiempos: A’:
afección de hace un momento
A: afección instantánea del momento presente A’’: afección por venir.
Por más que las aproxime al máximo siempre las separa una transición
que consiste en un aumento o disminución de mi potencia: el Afecto.
Las tres pertenencias de la esencia: La esencia pertenece a si misma bajo
la forma de la eternidad; la afección pertenece a la esencia bajo la forma
de la instantaneidad; el afecto pertenece a la esencia bajo la forma de la
duración.
Los pasajes no pueden ser vividos más que en afecto, que no son solo au -
mentos o disminuciones, sino aumentos y disminuciones de potencia vivi-
dos (y no necesariamente concientes).
En términos de potencia no puede haber tristeza buena porque toda tris-
teza es disminución de potencia.
¿Por qué la tristeza es disminución de potencia? La tristeza es un afecto
envuelto por una afección. La afección es la imagen de cosa que me causa
tristeza. El afecto de tristeza está envuelto en una afección. La imagen de
cosa que me causa tristeza puede ser muy vaga o confusa. La cosa que
me da tristeza es aquella cuyas relaciones tienden a descomponer una o
la totalidad de mis relaciones, lo cual me afecta de tristeza.
Cuando tienen sentimientos de odio, busquen siempre la tristeza de base.
Su potencia de actuar fue disminuida, impedida. Y si tienen un corazón
diabólico, por más que crean que ese corazón florece en las alegrías del
odio, jamás quitaran ellas la sucia pequeña tristeza de la cual partieron.
Esas alegrías, son alegrías de compensación: envenenadas por la tristeza
de partida.
¿Qué pasa cuando encuentro un cuerpo cuya relación no se compone con
la mía?
Consagro una parte de mi potencia para ponerlo a distancia. Esa cantidad
de potencia que consagro a investir la huella de la cosa no conveniente,
es potencia que me es quitada, inmovilizada.
He aquí lo que quiere decir que mi potencia es disminuida. No es que ten-
ga menos, es que una parte de ella es sustraída, en el sentido de que esta
necesariamente afectada a conjurar la acción de la cosa. Ya no dispongo
de una parte de mi potencia: la tonalidad afectiva por lo tanto es la triste -
za. Tanta potencia inmovilizada endurece mis relaciones. Hay un endure-
cimiento de la potencia.
En la experiencia de la alegría jamás hay lo mismo que la tristeza. No hay
para nada un investimiento de una parte endurecida que haría que una
cierta cantidad de potencia sea sustraída a mi poder. Porque cuando las
relaciones se componen, las dos cosas cuyas relaciones se componen for-
man un individuo superior, un tercer individuo que las engloba y que las
toma como parte. Desde entonces mi potencia está en expansión.
Es siempre componiendo mis relaciones con otras relaciones y bajo tal
perfil que invento ese tercer individuo del cual el otro y yo mismo no se -
remos más que partes, sub-individuos. Y cada vez que proceden por com-
posición de relaciones, aumenta la potencia.
Se trata de una concepción CUANTITATIVA DE LA INDIVIDUACION. Una
cantidad que es una potencia, una intensidad… y por ende, en este senti-
do le cabe el término de “eternidad”. Una eternidad que en tanto dura-
ción no cesa de disminuir y aumentar su potencia, efectuándose aquí y
ahora tan perfectamente como es capaz.
Llamó RAZON o ESFUERZO DE LA RAZON, CONATUS DE LA RAZON a la
tendencia a seleccionar, a tomar relaciones, a este aprendizaje de las re-
laciones que se componen o no se componen. Ese aprendizaje por el mo-
mento no puede guiarse más que por signos. El lenguaje de los signos es
el lenguaje de lo equivoco. Un signo tiene siempre varios sentidos… por lo
tanto me las arreglo como puedo. Estamos obligados a pasar por allí para
construir nuestro aprendizaje de seleccionar alegrías, eliminar tristezas.
Llegar a un conocimiento aproximativo a través de signos de las relacio-
nes que me convienen y las que no.
Entonces el PRIMER ESFUERZO DE LA RAZÓN es hacer todo lo que está en
mi poder para aumentar mi potencia de actuar. Las alegrías-pasión son
las que aumentan mi potencia de actuar en función de signos todavía
equívocos en los que no poseo esa potencia.
Entonces la pregunta es ¿cómo ese aprendizaje puede llevarme a algo
más seguro, en el que este más seguro de mí mismo?
Clase VIII
El mundo de los signos.
¿Qué es lo que Spinoza llama signo? Mi percepción (o afección) es un sig -
no. Son impresiones. Una percepción es la impresión de un cuerpo exte-
rior sobre mi cuerpo. Un signo será entonces el efecto de un cuerpo exte -
rior sobre mi cuerpo.
Entonces, el signo-impresión indica más de la naturaleza del cuerpo afec -
tado que del afectante. Estos serán los SIGNOS INDICATIVOS: nos indican
mucho más sobre estados de nuestro cuerpo que de la naturaleza de las
cosas.
Del signo indicativo pasa al SIGNO IMPERATIVO a través dela ilusión de la
finalidad. Las finalidades son peligrosas en tanto distribuyen nuestras
obediencias y órdenes. En el mundo de las finalidades no dejan de man-
dar, obedecer, ordenar.
El tercer tipo de signos son los SIGNOS INTERPRETATIVOS, La interpreta-
ción se vuelve una situación trágica. Interpretamos cuando no compren-
demos nada.
Clase IX
Salir del mundo de los signos.
Vivimos en un mundo de INTERPRETACIONES, IMPERATIVOS E INDICATI-
VOS. ¿Qué tenemos en el otro extremo de la cadena? Tenemos de cierto
modo el ideal que nos propone Spinoza: llegar al mundo de la univocidad,
a un mundo que ya no sería el de los signos siempre equívocos, sino un
mundo de expresiones univocas, donde lo que se dice, se dice en un úni-
co y mismo sentido.
En las condiciones de este problema, saldríamos adelante con la introduc-
ción de un cuarto tipo de signos, lo suficientemente extraños para darnos
no la certeza, sino la posibilidad de salir: son los SIGNOS VECTORIALES, ES
DECIR, LOS AFECTOS. Los afectos son signos del aumento o disminución
de potencia. Los dos vectores son la alegría y la tristeza.
¿De qué modo nos permiten los afectos salir del mundo equivoco de los
signos?
Seleccionar las alegrías tanto como esté en mí significa que hay tristezas
inevitables. No existen dos líneas puras una de alegría y otra de tristeza.
Pero en cambio puedo inflar la tristeza, inflarla al infinito, hacer la adición
y re-adición de la tristeza, hundirme dentro.
Vayamos al SEGUNDO ASPECTO DE LA RAZON: en tanto que solo conozco
los cuerpos por los efectos que tienen sobre el mío, permanezco en el do-
minio de las afecciones y de los afectos correspondientes, estos afectos
son pasivos, son pasiones: puesto que remiten a los efectos de un cuerpo
exterior sobre el mío.
El segundo aspecto de la razón supone el primero. Supongan que han lo-
grado seleccionar las alegrías. De seguro siempre puede ser destruida (la
muerte, la enfermedad, la perdida de seres amados), una línea puede ser
completamente interrumpida. Pero ustedes buscan el encuentro con
cuerpos que les convienen, sea el sol, el ser amado o una colección de es-
tampillas… de este modo, no dejan de aumentar su potencia, pero per-
manecen en la pasión. Todo ocurre como si hubiera un momento de esta
acumulación de potencia donde se ha aumentado tanto el afecto pasi-
vo, que se diría que entra en posesión de su potencia. Eso quiere decir
que se sale del dominio de las pasiones.
Todo ocurre como si al final dela selección de esa línea de alegría se al-
canzara un punto, un umbral variable para cada quien en el que puedo
decir Ah! Aquel posee su potencia! Quiere decir que ya no conozco los
cuerpos solamente por los efectos que tienen sobre el mío; cuando poseo
mi potencia es preciso que algo haya cambiado: ahora capto composicio-
nes de relaciones entre un cuerpo y el mío. ¿En qué consiste ese conoci-
miento? Empezar poco a poco a seleccionar. ¿Qué es saber nadar? Se tra-
tará ciertamente de organizar el encuentro. Saber nadar es ante todo sa-
ber presentar a la ola el aspecto de nuestro cuerpo bajo el cual este se
conjuga en su movimiento con el movimiento de la ola. Cuando alcanzan
ese saber vivir, pueden decir que poseen su potencia. Antes solo podían
decir que tendían a aumentarla.
A través de una especie de salto, puede elevarme a la comprensión de
algo común, que es una relación compuesta entre el cuerpo exterior y el
mío. Jamás se aprende abstractamente.
Cuando llego a composiciones de relaciones y a relaciones compuestas,
mis ideas son necesariamente adecuadas ¿Por qué? De las ideas siempre
derivan afectos, pero esta vez los afectos ya no son pasiones (aumentos o
disminuciones de potencia) sino ACCIONES, AFECTOS ACTIVOS. Son ex-
presiones de mi potencia, y no aumentos o disminuciones de ella.
El segundo estado de la razón es entonces: LA CONQUISTA DE LAS RELA-
CIONES Y DE LAS COMPOSICIONES DE RELACIONES, DE DONDE DERIVAN
AFECTOS ACTIVOS QUE DESDE ENTONCES NO PUEDEN SER MAS QUE ALE-
GRIAS. Estas Ideas de composiciones de relaciones son las “Nociones Co-
munes”: así como las afecciones en el primer modo son ideas inadecua-
das, las nociones comunes son necesariamente nociones adecuadas, por-
que al ser comunes al menos a dos cuerpos, nos permiten salir del mundo
de los signos. ¿Por qué? Porque una noción común es forzosamente uni-
voca, no puede decirse en muchos sentidos; se dice en un único y mismo
sentido del otro cuerpo y del mío.
TERCERA ETAPA: consiste en elevarse de las nociones comunes al conoci-
miento de las esencias singulares de cada cosa. Su esencia es el grado de
potencia tomado en sí mismo, esto desborda las nociones comunes, de
modo que habrá algún otro tipo de idea para captar las esencias. Las no-
ciones comunes son trampolines para llegar al conocimiento de las esen-
cias.
Primer género de conocimiento: conjunto de afecciones y de los afectos-
pasiones que derivan de ellas.
Segundo genero de conocimiento: La razón: será el conjunto de nociones
comunes univocas y de los afectos activos que derivan de ella.
Tercer género de conocimiento: conocimiento de las esencias.
Alcanzar el 2do o 3er género de conocimiento es construir nuestra propia
eternidad como eternidad vivida.
Entonces UN INDIVIDUO ESTA COMPUESTO DE TRES NIVELES:
Primero: Usted, yo, el gatito, la mesa. Son las partes extensivas que les
pertenecen.
Segundo: relaciones de movimiento y reposo, lentitud y velocidad, consti-
tuyentes a la vez de un individuo y entre individuos.
Todo individuo está compuesto por un número muy grande de partes que
constituyen ellas mismas sub individualidades al infinito. Tengo una infini-
dad de partes que me componen y entran en mi composición ¿Qué es lo
que hace a la unidad? Las relaciones que me componen… y ellas en tanto
tal, expresan mi esencia. Digo que son mis partes en la medida en que
efectúan mis relaciones. Si la relación falta, entonces no son sus partes. Si
la relación subsiste, son sus partes, aun si ellas cambian.
Tercero: esencias singulares que les pertenecen. El modo mismo del indi-
viduo, siendo como tal una parte de la potencia divina. ¡Una parte de la
potencia no es lo mismo que una parte extensiva! ES UNA INTENSIDAD.
Clase X
Teoría de la Individuación.
El individuo como conjunto de partes y el infinito en el siglo XVII.
Se trata de una concepción intensiva del individuo que desde entonces se
distingue por un lado de la concepción extensiva, que buscara la indivi-
dualidad en una extensión cualquiera, y se opone también a una concep-
ción cualitativa, que buscara la individualidad en una cualidad.
Por lo tanto si intento agrupar en una misma fórmula las tres dimensio-
nes de la individualidad diría que: a) un individuo es una parte intensiva,
es decir un grado de potencia;
b) en tanto que grado de potencia se expresa en una relación de
movimiento y reposo, velocidad y lentitud;
c) un número muy grande de partes extensivas pertenecen al indivi-
duo bajo esa relación.
Todo cuerpo es un cuerpo compuesto, y de composición en composición
podemos llegar a la Naturaleza entera; ya que hay composiciones al infi-
nito. Decir “composición” implica precisar que una relación no es lo mis-
mo que una suma.
¿Qué serian esos cuerpos simples? Ellos se distinguen entre si únicamen-
te por velocidad y lentitud, movimiento y reposo. Los cuerpos compues-
tos, por el contrario, se distinguen por muchos aspectos; por ej., figura y
tamaño. Los cuerpos simples van por infinidades; y son ellas las que se
distinguen a nivel de los cuerpos compuestos por figura y tamaño.
Los cuerpos simples no poseen magnitud porque lo que va por infinidades
son términos infinitamente pequeños. Un infinitamente pequeño no es
un átomo, no tiene magnitud ni forma y solo existe en la colección infinita
de la que forma parte.
Los cuerpos simples son los términos últimos, infinitamente pequeños,
evanescentes. Son más pequeños que cualquier cantidad dada. ¿Esto que
implica? Que a los términos infinitamente pequeños no podemos tratar-
los uno por uno. Existen colectivamente.
Una relación sí es finita, pero posee infinidad de términos. La proposición
de base es que EXISTE LO INFINITO ACTUAL, lo infinito en acto.
Lo Infinito Actual: nos dice que efectivamente hay términos últimos, pero
estos están en el infinito (los términos últimos son los cuerpos simples, in-
finitamente pequeños).
Clase XI
Teoría de la Individuación.
El individuo como relación y potencia y las variaciones en el concepto de
límite.
Tres cosas sobre el individuo:
-De una parte es relación;
-Por otra parte es potencia; -Y finalmente es un modo.
Algo común a estos tres términos: ES POR Y BAJO ESOS TRES TERMINOS A
LA VEZ QUE EL INDIVIDUO NO ES SUSTANCIA.
Si es relación, no es sustancia: porque la sustancia concierne a un término
y no a una relación. Si es potencia, tampoco es sustancia: pues lo que es
sustancia es fundamentalmente la forma. Si es grado, no es sustancia: ya
que todo grado remite a una cualidad que la sustancia gradúa.
El individuo es relación:
Es quizás una de las primeras veces en la historia del individuo en que va
a esbozarse una tentativa por pensar la relación en estado puro; es decir
una relación separada de sus términos. Pensarla, pone en juego una in-
manencia mutua del infinito y de la relación.
Implica necesariamente lo infinito bajo la forma de lo infinitamente pe-
queño. Hay un equilibrio entre lo finito y lo infinito en una teoría de las
relaciones.
A nivel del individuo finito vamos a encontrar un límite, pero eso no impi-
de que haya infinito, relaciones que se compongan de un individuo a otro.
El individuo es Potencia:
Cada cosa se esfuerza (conatus), cada cosa tiende a perseverar en su ser.
La potencia es la tendencia misma o el esfuerzo en tanto que tiende hacia
un límite. Concretamente viviremos como potencia todo lo que es capta-
do bajo el aspecto de tender hacia un límite.
Clase XII
Teoría de la Individuación.
Infinitamente pequeños, relaciones diferenciales y grados de potencia.
Los infinitamente pequeños entran en conjuntos infinitos, y esos conjun-
tos infinitos no equivalen unos a otros, hay distinciones entre ellos. ¿Có-
mo son esos términos evanescentes? No tiene ninguna interioridad. Los
cuerpos simples solo tienen entre sí relaciones estrictamente extrínsecas,
relaciones de exterioridad. Es decir que los cuerpos simples reaccionan
los unos sobre los otros, no tienen interioridad.
Si solo tienen relaciones de exterioridad ¿Qué permite distinguir el con-
junto infinito que me corresponde, del conjunto infinito que le correspon-
de al vecino?
Un conjunto de partes infinitamente pequeñas me pertenece a mí y no a
otro en la medida en que efectúa una cierta relación. Si las partes que me
componen toman otra relación, ya no me pertenecen, pertenecen a otra
individualidad, a otro cuerpo. De allí la pregunta ¿Cuál es la relación?
Una cierta relación de movimiento y reposo. Entre términos infinitamente
pequeños solo puede haber un tipo de relación: relaciones diferenciales.
Porque los términos infinitamente pequeños son términos evanescentes,
las únicas relaciones que pueden tener entre sí son las que subsisten
cuando los términos se desvanecen.
Desde entonces, ¿qué es lo que me permite distinguir un conjunto infini-
to de otro? LOS CONJUNTOS INFINITOS TIENEN POTENCIAS DIFERENTES.
Lo que aparece evidentemente en este pensamiento del infinito actual es
la idea de la potencia de conjunto.
¿Qué es lo que hace que yo esté caracterizado por tal relación? Respuesta
de Spinoza y última capa del individuo: las relaciones características que
me constituyen expresan mi esencia singular. Las relaciones de movi-
miento y reposo no hacen más que expresar mi esencia. Eso quiere decir
que ninguno de nosotros posee las mismas relaciones.
La esencia singular y las relaciones características en las cuales esta esen-
cia se expresa son eternas, mientras que lo transitorio y lo que define mi
existencia es únicamente el tiempo durante el cual partes extensivas infi-
nitamente pequeñas me pertenecen (existir es tener una infinidad de par-
tes extensivas en el tiempo).
¿Qué es una cantidad intensiva? Pueden decir que una cantidad intensiva
es más grande que otra, pero no pueden decir cuánto. Un calor es más
grande que otro, pero no pueden decir cuánto. Se trata de magnitudes no
aditivas. Son múltiples. Es una cantidad no extensiva, que no se mide en
el tiempo, que no tiene partes homogéneas que puedan medirse; sino
que es aprehendida en el instante. No es una síntesis del tiempo (como
las cantidades extensivas) sino una síntesis del instante.
Clase XIII.
La eternidad vivida.
Las tres capas de la individualidad y los tres géneros de conocimiento.
¿Qué es lo que hace que a primera vista estemos condenados a tener
solo ideas inadecuadas y afectos pasivos (primer nivel)?
Es en tanto que tenemos partes extensivas que estamos condenados a las
ideas inadecuadas. El régimen de las partes exteriores, es precisamente el
régimen de las ideas inadecuadas, de las percepciones confusas y de los
afectos pasivos que derivan de ellas.
Es porque estoy compuesto de una infinidad de conjuntos infinitos de
partes extensivas, que tengo continuamente percepciones de las cosas,
percepciones exteriores, percepciones de mí mismo.
Hay una correspondencia entre géneros de conocimiento y dimensiones
de la individualidad. ¿Qué quiere decir finamente esta coincidencia?
Quiere decir que los géneros de conocimiento son modos de existencia,
manera de vivir.
Cada individuo posee las tres dimensiones a la vez y sin embargo hay indi-
viduos que nunca saldrán del primer género de conocimiento.
Cada individuo posee las tres dimensiones, pero no por eso posee los tres
géneros de conocimiento, puede muy bien permanecer en el primero.
¿Qué quiere decir que siento, experimento que soy eterno? ¿Qué es esa
experimentación?
Ustedes tienen partes extensivas que los componen. En tanto que exis-
ten, no es cuestión de renunciar a ellas. ¿Qué seria renunciar a las partes
extensivas? No como más que hierba, vivo en una gruta, etc. A Spinoza
esto no le interesa en lo absoluto. Incluso le parece que el asceta es pro-
fundamente malvado y que mantiene un odio inexpiable contra el mun-
do, contra la naturaleza. No es entonces esto lo que nos quiere decir Spi-
noza. Abjurar las partes extensivas sería matarse.
Experimentar que soy eterno no quiere decir que hay un antes y un des-
pués. Aquí y ahora experimento algo que no puede estar bajo la forma
del tiempo. Y si no puede estar bajo la forma del tiempo ¿de qué se trata?
Hay dos sentidos opuestos de la palabra “parte”:
1-Las partes extensivas que tengo sobre el modo del tiempo y en dura -
ción.
2-cuando hablo de las partes intensivas, de la esencia, ya no se trata de
una parte que tengo sino de una que soy. Soy un grado de potencia. Soy
parte de la potencia de Dios, dice Spinoza.
Experimento aquí y ahora que soy eterno, es decir, que soy una parte in-
tensiva o un grado de potencia irreductible a las partes extensivas que
poseo.
Pero si no he actualizado mi esencia ni aun mis relaciones y permanezco
bajo la ley de las partes extensivas, no tengo ni siquiera idea de lo que es
experimentar que soy eterno.
( frag. del Capítulo XV) ¿Qué es lo que hay si intento definir los estados
del tercer género de conocimiento? Certidumbre. Una certidumbre que
Spinoza expresa bajo el término insólito de conciencia. Una conciencia
que se ha elevado a potencia.
Casi diría que es la última potencia de la conciencia, la conciencia interna
de la cosa. Una conciencia de sí.
Sin embargo lo que capta de este modo al interior de sí es una potencia
exterior. Se podría decir como reconocen prácticamente que han alcanza-
do el tercer género: es cuando afrontan una potencia exterior y esa po-
tencia exterior está en ustedes que la afrontan, que la captan dentro
suyo. Hay que mantener las dos cosas.
Es por eso que Spinoza dice finalmente que el tercer género de conoci-
miento existe cuando ser conciente de sí mismo, de Dios y del mundo
no hace más que uno. Soy indisolublemente conciente de mí mismo, el
mundo, los otros y Dios.
¿Por qué es que uno está a la vez seguro y no obstante muy vulnerable?
Estamos muy vulnerables porque solo falta un punto minúsculo para que
esa potencia nos arrastre. Nos desborda tanto que en ese momento ocu-
rre como si estuviéramos abatidos por una enormidad. Y al mismo tiempo
estamos seguros. Lo estamos porque el objeto de esta conciencia, por ex-
terior que sea en tanto que potencia, es captado dentro de mí.
La conquista del tercer género consiste en llegar a estados de felicidad en
los que al mismo tiempo, haya certidumbre de que pase lo que pase, de
cierta manera, nadie puede quitármelos. Es la auto-afección: conciencia
de la potencia que ha devenido conciencia de si-
(continúa Cap. XIII) Ya no se trata de una moral que juzga de acuerdo a
valores externos, sino que ustedes se juzgan a sí mismos por los afectos
que llenan su existencia.
Spinoza no soporta al hombre que se hace sufrir a sí mismo. Piensa que el
tipo que llena su existencia de afectos tristes y se juzga a sí mismo en la
miseria, es el fondo de la miseria; en el sentido que se ha hecho el peor
modo de existencia. Son personas contagiosas que solo quieren expandir
la tristeza.
Por esto no nos habla de pruebas morales, sino de una prueba de existen-
cia, de auto-experimentación.
Clase IV
Spinoza tiene dos definiciones de cuerpo: Una definición cinética y una
dinámica.
Cinética: todo cuerpo se define por una relación de movimiento y reposo.
Dinámica: todo cuerpo se define por un cierto poder de ser afectado.
“Las sustancias no tienen más que un único atributo.” ¿Qué es lo real-
mente nuevo en esto? Que las mismas formas se digan de Dios y de las
cosas es una proposición que para la gran mayoría de los filósofos de la
época es una herejía.
Todas las formas que pueden ser atribuidas a Dios, se las atribuye bajo la
misma forma al hombre.
Este ser en tanto que ser es el mismo para todo y para todos; este ser úni-
co, este ser unívoco, no es pensado solamente en un concepto lógico,
sino que es la realidad física en sí misma, es la Naturaleza.
Desde entonces las criaturas están en Dios y Dios está en las criaturas. Sin
embargo ¿es el mismo ente? No, Dios y los hombres no son lo mismo.
Pero las mismas formas se dicen de Dios y de los hombres. No existe
igualdad de esencia, pero existe igualdad de ser para las esencias desigua-
les. Desde entonces una ontología deviene posible.