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9 de diciembre de 2022 Critica a la educación

como reproductora
social

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


UNIDAD 12-A SUB-SEDE CHILAPA
LICENCIATURA EN INTERVENCIÓN EDUCATIVA
CORRIENTES EN EDUCACIÓN PARA JÓVENES Y ADULTOS
SILVIANO CRUZ LUIS ÁNGEL

luis silviano
Introducción
La educación como un transmisor de conocimientos y aprendizajes, que ha
atravesado diferentes cambios en el transcurso del tiempo, por medio de la cual se
han presentado múltiples enfoques a fin de recabar una mejor compresión de las
diferentes dimensiones que existen en el marco pedagógico y educativo desde
donde se plantean las críticas a la educación respecto a las practicas
educacionales que se implementan, son las adecuadas para responder a las
transformaciones sociales del contexto sociocultural en una sociedad determinada,
y a su vez, a la diversidad que existe en una comunidad estudiantil inserta en los
establecimientos, la cual no ha sido correctamente visibilizada y correspondida, al
prevalecer una teoría universal del aprendizaje, donde la configuración de las
prácticas educativas se diseña y planifica desde una mirada del desarrollo que
predetermina y naturaliza los conocimientos a los que se debe acceder en cada
etapa de la práctica de la libertad.
En efecto, el ámbito de la educación bancaria tiene que recorrer las necesidades y
los cambios del mundo estudiantil en función de las intenciones de un sistema
educativo más amplio tiene por objetivo exponer el cómo la educación se
corresponde con las diversas prácticas sociales, culturales y políticas de un poder
hegemónico, el cual transmite pautas para planificar, organizar y estructurar el
aprendizaje a enseñar, de la diversidad presente en la realidad actual.
se desarrollaran algunos elementos que pueden suscitar una comprensión más
amplia en relación a lo que se planea abordar; primeramente, se expondrá una
idea concisa
respecto al por qué se puede considerar la educación como una práctica social,
cultural y
política; posteriormente, se adentrará en el enfoque ecológico de Bronfenbrenner y
como los
diversos sistemas que componen el ambiente impactan en el alumno, otorgando
énfasis en la
importancia de situar el desarrollo humano, los aprendizajes y la conducta;
asimismo, se
expondrán los contrastes desde dos teorías psicológicas en educación a fin de
ilustrar los
vínculos existentes entre aprendizaje y desarrollo, y sus influencias en las
enseñanzas que se
imparten a nivel educativo, estas son; la teoría maduracionista del desarrollo y la
perspectiva
situacional; por otro lado, se vislumbraran los planteamientos de la perspectiva
crítica de la
educación para comprender cómo las instituciones educacionales promueven y
reproducen la
desigualdad en base a un orden social; lo cual se ligaran a los planteamientos de
las escuelas
inclusivas para una justicia social que impulsan e incentivan la idea de una
educación para
todos, en base a calidad y equidad educativa; finalmente, se concluye respecto a
la relació
se desarrollaran algunos elementos que pueden suscitar una comprensión más
amplia en relación a lo que se planea abordar; primeramente, se expondrá una
idea concisa
respecto al por qué se puede considerar la educación como una práctica social,
cultural y
política; posteriormente, se adentrará en el enfoque ecológico de Bronfenbrenner y
como los
diversos sistemas que componen el ambiente impactan en el alumno, otorgando
énfasis en la
importancia de situar el desarrollo humano, los aprendizajes y la conducta;
asimismo, se
expondrán los contrastes desde dos teorías psicológicas en educación a fin de
ilustrar los
vínculos existentes entre aprendizaje y desarrollo, y sus influencias en las
enseñanzas que se
imparten a nivel educativo, estas son; la teoría maduracionista del desarrollo y la
perspectiva
situacional; por otro lado, se vislumbraran los planteamientos de la perspectiva
crítica de la
educación para comprender cómo las instituciones educacionales promueven y
reproducen la
desigualdad en base a un orden social; lo cual se ligaran a los planteamientos de
las escuelas
inclusivas para una justicia social que impulsan e incentivan la idea de una
educación para
todos, en base a calidad y equidad educativa; finalmente, se concluye respecto a
la relació
Se desarrollaran algunos elementos que pueden suscitar una comprensión más
amplia en relación a lo que se planea abordar, primeramente, se expondrá una
idea concisa respecto el por qué se puede considerar la educación como una
práctica social, cultural y política, posteriormente, se imparten a nivel educativo
por otro lado, los planteamientos de la perspectiva crítica de la educación para
comprender cómo las instituciones educacionales promueven y reproducen el
currículum oculto en base a las escuelas inclusivas para una justicia social que
impulsan la idea de una educación para todos, en base a calidad y equidad
educativa.
Desarrollo
El fenómeno educativo responde a intenciones sociales, culturales y políticas, y a
la
función formativa y metas de desarrollo que posee la sociedad. Se considera que
el individuo
no se desarrolla aisladamente de su contexto, sino que se construye en base a él.
En este
sentido, la escuela prepara a los estudiantes como seres sociales tomando un rol
de agente
formador en pos de impulsar el proceso de socialización y adaptación del individuo
a su
contexto, favoreciendo la constante interrelación simbiótica y recíproca entre
sujeto-entorno en
medios situados ya sea de la familia, el aula de clases, la comunidad estudiantil,
etc. A su vez,
se transmiten diversas pautas culturales que imperan en la sociedad en donde se
desenvuelven las instituciones educativas, preservando valores, costumbres y
normas, siendo
así, el escenario cultural (y social) se transforman en marcos referenciales para la
construcción
y adquisición de los conocimientos que se aspiran conseguir, no pasando por alto
el status quo,
es decir, el momento histórico determinado en el que estas se sitúan. Por otro
lado, las diversas
estrategias y praxis educacionales que moldean la educación, sus contenidos,
objetivos y sus
currículos, están terciadas por acciones políticas de mayor orden, las que de
forma transversal,
se corresponden con las características culturales y sociales del país. En efecto, la
educación
se transforma en un mecanismo hegemónico de reproducción social, cultural y
político que no
son neutrales, definiendo qué y cómo se debe aprender, los conocimientos a
adquirir, las
materias relevantes, los reglamentos, normas y comportamientos a seguir, por
medio de
intenciones educativas y dinamismos universales que delimitan aquello a lo que se
debe
acceder según edad, tema que se expondrá con mayor detalle más adelante
El desarrollo educativo responde a intenciones sociales, culturales y políticas, y a
la función formativa y metas de desarrollo que posee la sociedad, se considera
que una persona no se desarrolla aisladamente de su contexto, sino que se
construye en base a él. En este sentido, la escuela prepara a los estudiantes como
seres sociales tomando en cuenta la herencia cultural, formador de la
reproducción cultural y social así mismo impulsa dentro del aula de clases, la
comunidad estudiantil, etc. A su vez, se transmiten diversas pautas culturales que
ejercen en la sociedad en donde se desenvuelven las instituciones educativas,
preservando valores, costumbres y tradiciones, siendo así, el escenario cultural y
social se transforma en un sistema educativo para la construcción y adquisición de
los conocimientos que se aspiran a conseguir, no pasando por alto el status quo,
es decir, el momento histórico determinado en el que estas se sitúan.
Por otro lado, las diversas estrategias y praxis educacionales que moldean la
educación, sus contenidos, objetivos y currículum, están relacionadas por
acciones políticas de mayor orden, las que, de forma transversal, se corresponden
con las características culturales y sociales. En efecto, la educación se transforma
en un mecanismo hegemónico de reproducción social, cultural y político que no
son neutrales, definiendo qué y cómo se debe aprender, los conocimientos a
adquirir, las materias relevantes, los reglamentos, normas y comportamientos a
seguir, por medio de intenciones educativas universales que delimitan aquello a lo
que se debe acceder.
Por otro lado se traerá para ello el concepto de corresponsabilidad, es decir, que
lo que se aprende está mediado por todos los escenarios de la vida del alumno, el
coreconocimiento, que refiere a reconocer significativamente todos los contextos
que propicien la enseñanza y el aprendizaje, y la coacción, que fomenta el trabajo
conjunto de todos los contextos (Amartya Sen), a fin de comprender la necesidad
de abrir los límites de la institución educativa que se conforma más bien como un
espacio individualista y cerrado en su mismo entorno, para derivar una mirada
horizontal hacia las correspondencias de los microsistemas que conforman al
estudiante, especialmente, en la relación bidireccional de la familia, escuela y la
comunidad, todo esto, a partir de un enfoque más socioeducativo a miras de
vincular a los diversos agentes que son participe del desarrollo del alumno. Se
debe considerar también, que la educación está mediada por pautas y modelos
educativos, como lo son las políticas educativas a partir de la cual se dan forma a
los proyectos educativos institucionales (PEI) desde donde se conforman los
objetivos docentes, la visión, metas, valores y propuestas de la institución, por tal
motivo, existe una correspondencia directa desde nivel macrosistéma (creencias,
ideologías, sistema político, económico, cultural y educativo) hacia los niveles
mesosistéma (relación y comunicación entre familia y escuela), exosistéma
(políticas y leyes educativas, así como el PEI) y microsistémico (familia, escuela,
aula, docentes), que son establecidas en una cultura específica, con un modelo
social y económico que diferirá según el tiempo en que se desarrollen.
En otra perspectiva, Gesell describe la Teoría maduracionista del desarrollo y
crecimiento humano, el cual en base a una especie de determinismo universal,
sostiene que
todos los niños/as se desarrollan conductual y fisiológicamente en una secuencia
generalizada,
la cual concede un conjunto de atributos y características deseadas y normativas
según rango
etario para cada alumno. Cabe destacar, que aun si el desarrollo es considerado
universal, lo
En otra perspectiva, Gesell describe la Teoría maduracionista del desarrollo y
crecimiento humano, el cual, en base a una especie de determinismo universal,
sostiene que todos los niños(as) se desarrollan conductual y fisiológicamente en
una secuencia generalizada, la cual concede un conjunto de atributos y
características deseadas y normativas según rango etario para cada alumno.
Cabe destacar, que aun si el desarrollo es considerado universal, los avances que
alcancen cada niño(a) son individuales en función de sus cualidades biológicas y
cognitivas, así como del contexto específico en donde se desenvuelve cada sujeto
(aunque no dependerá de este).
En esta perspectiva, se considera el crecimiento como parte del cambio formal y
funcional, de manera que parte de su conocimiento está compuesto por
descripciones normativas y categóricas que determinan el desarrollo propio de un
sujeto, en este sentido, los cambios que se observan en el desarrollo de cada
individuo son iniciados por la predisposición inherente, Gesell sostiene que la
estructura del desarrollo está determinada por la maduración biológica.
En la práctica educativa se desplaza este enfoque al clasificar por niveles a los
estudiantes según los aprendizajes y el ritmo de adquisición de los conocimientos
esperados, puesto que se instaura una generalización a partir de lo cual se
estructura aquello que debe suceder en el proceso de desarrollo desde una visión
de la educación opresora. Se entiende el aprendizaje como un proceso individual y
homogéneo propio del desarrollo biológico, que va a depender de las
competencias cognitivas de cada alumno. Por ejemplo, desde esta teoría se
postula que los niños y niñas necesitan madurar y desarrollar de mejor manera su
conocimiento antes de poder iniciar el proceso formal de la lectura, asimismo, se
ha visto que la edad mental para comenzar con este tipo de aprendizaje es entre
los 6 o 7 años.
Siendo así, al transcurrir las etapas se comienzan a añadir nuevos aprendizajes
más complejos en función del desarrollo biológico y cognitivo de los estudiantes.
Se considera también, que aquellos que no cumplan con estos supuestos
universales estarán fuera de la norma, por lo que cualquier fracaso o éxito
académico será atribuido al propio individuo y a sus capacidades, en
consecuencia, los desvíos son considerados como anómalos en el estudiante al
no alcanzar un conocimiento que ha de estar establecido como natural en las
fases del desarrollo, ya que se prevé que para cada etapa se encuentra diferentes
capacidades, habilidades y aprendizajes por adquirir.
Por otra parte, la perspectiva situacional con un enfoque sociocultural se considera
el aprendizaje como un proceso colaborativo de un conjunto de situaciones que
propician el desarrollo del individuo, el cual está mediado por la interacción social
que surge en un determinado marco cultural. Por tal motivo, los cambios que se
perciben en el escenario individual se explican tras el reconocimiento del sujeto en
función de su interacción con el mundo objetivo y social, otorgando especial
énfasis a la relación existente entre sujeto y situación y la construcción de
aprendizajes que surge de aquella interrelación, la cual puede ser guiada por la
Zona de Desarrollo Próximo (ZDP).
El conocimiento que se obtiene de este desarrollo es flexible y dinámico, al ser
influidos por la cultura, la sociedad y el contexto en que se encuentre cada
persona, por medio de lo cual, el aprendizaje se obtiene en base a una
colaboración con diversos escenarios. Si se deriva esta perspectiva a la práctica
educacional, se dará cuenta de la relevancia que se otorga a la Zona de
Desarrollo Próximo (ZDP) para potenciar el aprendizaje y desarrollo de cada
estudiante en base a las diversas relaciones interpersonales que se dan en los
establecimientos, así como a la comprensión de las diferencias en los
rendimientos y capacidades en función de la individualidad de cada alumno, su
contexto, situación y cultura, también, el apoyo de los docentes para integrar sus
habilidades personales como la especificidad del aprendizaje, de tal forma que se
propicie un desarrollo más adecuado.
Como ya se ha mencionado, las escuelas son un mecanismo distribuidor de
elementos pertenecientes a las dimensiones sociales, culturales y políticas, pero la
perspectiva crítica de la educación cuestiona la idea de cómo las instituciones
educacionales reproducen la educación opresora de un determinado orden social
y político hegemónico de ideologías dominantes por medio de estrategias de
clase, que propician la manifestación. En este sentido, existe la presencia de un
poder económico y político que modela la selección y organización del currículum
educacional, que estructura y distribuye aquellos aprendizajes, conocimientos,
valores, normas sociales y culturales (habitus).
De forma consecuente, las escuelas inclusivas abordan la necesidad de
cuestionar los fundamentos y bases que contienen las prácticas educativas al
estar gobernadas por componentes políticos, sociales y económicos que
jerarquizan, y estratifican los diversos contenidos y aprendizajes que se deben
distribuir en los establecimientos educacionales, de tal forma no se expresan,
fomentan la reproducción de educación bancaria. Por su lado, se establece y
promueve la incorporación de la inclusión a las instituciones, a fin de instaurar el
reconocimiento, valoración y respeto de la multiplicidad de diversidades en la
comunidad estudiantil, enfatizando en la relevancia de implantar el currículum
oculto, que considere la individualidad, las capacidades y necesidades específicas
de cada alumno a las que debería responder el sistema educativo.
Conclusión
La educación sistemática responde a metas educativas políticas, sociales y
culturales, a través de las cuales han surgido planteamientos que cuestionan las
prácticas educativas para responder adecuadamente a las necesidades de la
comunidad estudiantil. En resumen, se sostiene que, como lo establece el modelo
educativo, se articula a la necesidad de comprender el desarrollo y la conducta
humana de forma situada y contextual. Asimismo, de reconocer los efectos que
han tenido las diversas teorías en las prácticas psicoeducativas, como lo son, el
llevar a cabo en el proceso de enseñanza un determinismo universal en base a
estándares generales que promueven la jerarquización, y la idea de atribuir la
responsabilidad de la adquisición de aprendizajes y habilidades al propio sujeto,
viendo como aquello que no se alcanza en función de lo que se considera
normativo, lo que conlleva a que muchas veces no se tome en cuenta que la
matriz central de los problemas es el sistema y cómo se configura la educación,
por ende, es importante que se enfoque la mirada en la individualidad de cada
estudiante que aprende a su propio ritmo, así como en el contexto fuera del
establecimiento en donde está inserto el estudiante, lo cual puede ser relevante en
el desarrollo de aprendizaje, así como para la explicación de las diferencias en los
rendimientos académicos, de igual forma, promover un aprendizaje situado en
reconocer el proceso de construcción de los conocimientos en relación a la
situación contextual en donde se produce, y a la vez, cuestionar el hecho de que
no solo sea entregar y recibir conocimientos, sino, fomentar el aprendizaje.
También, propiciar el pensamiento crítico, que incentive a repensar los
conocimientos que se están recibiendo y su trasfondo, así como el carácter
reproductor de la cultura dominante en las escuelas a través de la transmisión de
los diversos aprendizajes. Por otro lado, se debe atender a la diversidad como un
enriquecimiento en la comunidad estudiantil a través del trabajo colaborativo para
el desarrollo de políticas, prácticas educativas, así como una cultura con una
visión más inclusiva, en eliminar las barreras para el acceso a los conocimientos y
aprendizajes, camino para lo cual queda mucho por recorrer. Hasta este punto, se
puede reafirmar que la práctica educativa definitivamente está mediada por
elementos sociales, culturales y políticos que mantienen un rol reproductor de
poder y desigualdad que ha sido naturalizado en la actividad de enseñanza y
aprendizaje de manera individualista que clasifica y categoriza a los alumnos,
siendo interceptado por los principios ideológicos mismos del sistema educativo
que se piensan neutrales y equitativos, pero que en definitiva, no son los objetivos
deseados.
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