Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CIENCIAS E INGENIERIA
PROFESORES:
Carlos Romero Izaga
Gabriela Keiko Nakama Hokamura
M. Dolores Velasco Corrionero
"Los textos han sido seleccionados para el uso exclusivo de los alumnos del curso
“IND201 Ética Profesional en Ing. Industrial” Queda prohibida su difusión y
reproducción por cualquier medio o procedimiento total o parcial, fuera del marco del
presente curso"
1
Cuando dos o más personas se ponen de acuerdo para realizar un
negocio, desde el punto de vista de los principios morales, siempre existe un
contrato, sea implícito o explícito. Sí el contrato expresa con la debida claridad
la voluntad de las personas, todas están obligadas a cumplir con lo que han
prometido. Aun cuando no exista un documento escrito, de todas maneras existe
un contrato implícito. Un contrato, sea explícito o implícito, surge de un acuerdo
entre dos o más personas acerca de un intercambio comercial a realizarse según
las costumbres establecidas y conocidas por todos. Es suficiente que los
contratantes hayan dado su palabra para que exista un contrato implícito. Sus
respectivos derechos y obligaciones morales surgen del acuerdo mutuo a que
se ha llegado.
Es recomendable que los contratos en el mundo de los negocios sean
claros y explícitos: es decir, es mucho mejor poner todo por escrito. De este
manera se minimiza la posibilidad de malos entendidos y tergiversaciones. A
veces se cree que por la gran amistad que existe entre los contratantes, no es
necesario escribir nada ya que son personas cumplidoras de su palabra. Sin
embargo, si se desea conservar la amistad, es mejor poner todo por escrito. De
lo contrario, se corre el riesgo de perder tanto la amistad como el negocio que
es materia del contrato.
2
morales, no es necesario que tengan esta edad mínima. Además, a veces hay
personas que tienen la edad legal exigida para poder firmar un determinado
contrato, pero les falta la suficiente madurez como para poder asumir las
obligaciones contraídas. En tales casos, legalmente pueden firmar un contrato,
pero no deben hacerlo por carecer de la suficiente madurez.
1.3 Todas las personas que entran en una relación contractual deben tener
acceso a la información relevante
Todas las personas que entran en una relación contractual deben tener la
oportunidad de conseguir la información que les permita determinar el valor de
lo que van a recibir a cambio de lo que ofrecen o pagan. Por ejemplo, si se trata
de comprar un vehículo usado, el comprador tiene el derecho de llevarlo a un
buen mecánico para ver cómo está el motor, si tiene el chasis desviado, etc. Si
es tan descuidado que por flojera no toma esta medida, es problema suyo. Lo
que se defiende por principio es su derecho a tener acceso a la información
relevante, no la utilización de tal información.
Este requisito, para que un contrato sea justo, está muy vinculado a la
madurez de la persona y su capacidad de saber cómo conseguir la información
pertinente. Por ejemplo, si un campesino que sabe poco de vehículos es el
comprador, no sería moralmente lícito que el vendedor se aprovechara de su
ignorancia.
3
pero sí la suficiente libertad. Sólo se exige que las personas estén libres de serias
amenazas contra la salud o la vida, de ellas mismas o de terceras personas y
éste no es el caso del mayorista. Por lo tanto, el contrato es justo y el mayorista
debe cumplir con la venta de las cajas de jabón, aun en el caso de que a última
hora aparezca alguien que le ofrezca un mejor precio.