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memoria.
8-XII-2027. Selección de Horacio Cárdenas Zardoni / Felipe Garrido.
Miguel Ángel Porrúa, editor; Academia Mexicana de la Lengua; Creadores Eméritos (INBA).
Margarita Palacios: Gracias por los poemas de Eduardo Casar, donde la vida se cuela por
las grietas de la realidad, la inocencia desaparece sin piedad bajo los escombros y la belleza
alegre, sin motivo cae ensangrentada. Fina selección en la que cada uno da su propio paso.
Adolfo Castañón: Gracias por la entrega 2019 de Un poema al día. Trae dos poderosos
poemas de Josep M. Muria Romani, tomados del libro Dimensiones inconcretas, que la
editorial Costa Amic publicó en1980. El primero, “Noche”, abre su bóveda al firmamento
etéreo donde “Los pájaros sin cuerpo / derraman sus perfiles / encima de mis huellas /
afluentes del nocturno”. Podría pensarse que es un himno a la noche alzado por alguien que
“con pecho descubierto / por las pistas de cósmica cera" respira el aire de la historia y del
universo, y declina y "desgrana" sus amores. Viene a la mente la imagen inmaculada de
Novalis. El segundo, titulado "Tiranía", está escrito bajo el sol rojo de la guerra. Sus versos
se levantan para señalar a "los cretinos / y los asesinos” que han lucrado con “la baba
negruzca del mal". El hombre justo que cantó a la noche en el primer poema, afirma aquí su
probidad en un mundo desgarrado. Viene a la mente Miguel Hernández. Gracias, querido
Felipe, por esta entrega; saludos a José María.
Bernardo Bátiz: Vuelvo a lo mismo; nada sé de Josep M. Muria Romaní; me topo con él
en la madrugada, antes de las oraciones de la mañana. Y me asombro y disfruto los
dodecasílabos fluidos, plenos de belleza, ricos de significados de su mundo interior que
crea el otro, el exterior, moldeado por el poeta con sus frases certeras, su desbordada
imaginación, arquitectura gramatical irrepetible, del mundo personal del artista. Y yo, que
también escribí versos que no gustaron ni a su destinataria, envidio en secreto (pero
disfruto) las ideas insinuadas, las construcciones irrepetibles: “vivir eternamente en tu
regazo ciego” la noche que no complace ni a mi ni al poeta porque termina y se torna
madrugada. Y la Tiranía, esbozada con una reja de metáforas: “batutas de hierro”, “ladridos
de perro”, y un dedo que señala para que los cretinos sonrían.