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Ponencia de la Magistrada: YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

Mediante escrito presentado en fecha 18 de febrero de 2014, por la profesional del


derecho María Santaella de Terán, en su carácter de apoderada judicial del ciudadano

venezolano JUAN JOSÉ MOGOLLÓN JUSTO, fue solicitado el exequátur de la sentencia

N° 667/12, dictada en fecha 28 de febrero de 2013, por el Juzgado de Primera Instancia 16,

Gran Vía de les Corts Catalanes, 111, Barcelona, Reino de España, mediante la cual resultó

disuelto el matrimonio que hasta entonces existía entre el indicado solicitante y la ciudadana
dominicana KEURSI TAPIA PÉREZ.

En la señalada fecha, se recibieron los autos, dándose cuenta en Sala de los mismos, el

14 de marzo de 2014, correspondiéndole la ponencia a la Magistrada quien previo

conocimiento de lo solicitado con tal carácter suscribe la presente decisión:

El 12 de mayo de 2014, fue admitida la solicitud ordenándose las correspondientes

notificaciones, tanto a la Fiscalía General de la República Bolivariana de Venezuela, como a

la Dirección de Migración y Zonas Fronterizas del Servicio Administrativo de Identificación,

Migración y Extranjería, adscrita al Ministerio del Poder Popular para las Relaciones

Interiores y de Justicia.

Cumplido lo anterior según lo ordenado, el 23 de noviembre de 2012, el abogado

Néstor Luis Castellano Molero, Fiscal Primero del Ministerio Público para actuar ante la Sala

Plena y Salas de Casación y Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, informó sobre

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la comisión que le fue conferida a los fines de ejercer la representación de dicha institución

en el procedimiento instaurado.

El 22 de mayo de 2014, a través de oficio N° 0908 003912, que riela inserto en el folio
N° 36 de los autos, suscrito por Juan Carlos Dugarte, Director General del Servicio

Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería, se informó a la Sala, que “...de

conformidad con lo establecido en el artículo 54 de la Ley Orgánica de Procedimientos

Administrativos (...) en nuestros sistemas de movimiento migratorio no aparece registrada

la ciudadana KEURSI TAPIA PÉREZ, de nacionalidad Dominicana...”, parte contra la cual

se pretende que obre la ejecutoria.

El 29 de julio de 2014, con fundamento en que no se ha logrado la citación personal de

la indicada ciudadana, la representación judicial de la parte solicitante, pide la

correspondiente “…notificación por carteles…”, la cual se ordenó en fecha 6 de agosto de

2014, tal como consta en el folio inserto en el expediente respectivo, con el número 40.

Consignadas las publicaciones, fue solicitada la designación del defensor ad litem,

cargo que recayó sobre el abogado Emil José Rico Gómez, Defensor Público Auxiliar ante la

Sala Constitucional, Plena, Político Administrativa, Electoral, Casación Civil y Casación

Social del Tribunal Supremo de Justicia y Corte Primera y Segunda de lo Contencioso

Administrativo, quien previa notificación, en fecha 14 de noviembre de 2014, aceptó la

representación judicial conferida.

Como se desprende del escrito que se encuentra consignado a los autos a partir del

folio 55 al 60, con fecha 3 de febrero de 2015; no obstante la aceptación indicada, la defensa

pública de la parte contra la cual se pretende que obre la ejecutoria solicitada, fue asumida

por la Defensora Pública Provisoria (1°) ante la Sala Constitucional, Plena, Político

Administrativa, Electoral, Casación Civil y Social del Tribunal Supremo de Justicia y Corte

Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo, quien en el respectivo escrito de

contestación a la solicitud, se opuso a la misma, “...por cuanto no se le respetó a la

ciudadana KEURSI TAPIA PÉREZ, las garantías procesales para ejercer su debido proceso

y su derecho a la defensa conforme a nuestra legislación...”.

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En fecha 24 de febrero de 2015, mediante el auto correspondiente, el juzgado de


sustanciación de esta Sala, de conformidad con lo establecido en los artículos 85 y 98 de la

Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, fijó para el día “…diez (10) de marzo del

presente año, a las 11:00 a.m…”, la audiencia para la presentación de los informes orales, la

cual se llevó a cabo de acuerdo con lo previsto, en presencia de los Magistrados de esta Sala

de Casación Civil, Doctores, Guillermo Blanco Vásquez, Presidente; Luis Antonio Ortiz

Hernández, Vicepresidente; Yris Armenia Peña Espinoza, Isbelia Pérez Velásquez y Marisela

Godoy Estaba; el Secretario, Doctor Carlos Wilfredo Fuentes, y, el ciudadano Alguacil

Ronald Cedeño.

Asistieron igualmente, las abogadas, María Santaella de Terán, apoderada judicial de la

parte solicitante; Teresa Elizabeth López Cruz, Defensora Pública Provisoria (1°) ante la Sala

Constitucional, Plena, Político Administrativa, Electoral, Casación Civil y Social del

Tribunal Supremo de Justicia y Corte Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo,

actuando en su carácter de defensora ad litem de la persona contra la cual se pretende que

obre la ejecutoria solicitada; el abogado Néstor Luis Castellano Molero, Fiscal Primero del

Ministerio Público ante las Salas de Casación Civil y Sala Constitucional del Tribunal

Supremo de Justicia, quienes en el orden señalado, informaron oralmente, de lo cual se

levantó acta que se encuentra consignada a partir del folio N° 66 al 68 del expediente bajo

análisis.

-I-

DE LO SOLICITADO

Ratificando el contenido del escrito que consta a partir del folio 1 al 4 de los autos

respectivos, la apoderada judicial del solicitante, pidió a la Sala lo siguiente:

“…declare la EJECUTORIA de la sentencia dictada por el Juzgado de


Primera Instancia 26 (sic) de Barcelona - España, de fecha 28 de febrero de
2013, concediendo el correspondiente exequátur a la sentencia número 667/12,
objeto de la solicitud, con todos los pronunciamientos legales...”.

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-II-

OPINIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO

La representación fiscal, en su intervención oral, al exponer el informe

correspondiente, determinó el incumplimiento del requisito contenido en el ordinal 5° del


artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado, expresando, respecto al otorgamiento

de las garantías procesales correspondientes al demandado en el juicio decidido por la


sentencia extranjera cuya validez jurídica se pretende, lo que sigue:

“...Se desprende del texto de la sentencia en torno a la citación de la


demandada que “Admitida a trámite la demanda y transcurrido el término de
emplazamiento sin contestar la demanda, la demandada fue declarada en
rebeldía y, tramitado el expediente, se señaló día para la vista principal a la
que comparecieron únicamente el actor representado y asistido por el
Procurador y Letrado; la parte actora se ratificó en su solicitud de divorcio
solicitando prueba documental, quedando los autos a la vista para su
resolución en el mismo día. TERCERO: En la tramitación del presente
procedimiento se han observado todas las prescripciones legales...”, en lo cual
si bien se señala que se han observado todas las prescripciones legales, no
obstante se desprende que al mencionado proceso solo asistió la parte actora y
sus representantes y a pesar de estar la demandada en rebeldía, la misma no
contó con ningún tipo de asistencia y por ende no ejerció algún mecanismo de
defensa en su favor. En relación a que resulta indispensable garantizársele el
derecho a la defensa al menos con un defensor ad litem, ha dicho esta Sala:
(...Omissis...)
En razón de lo anterior, esta Representación Fiscal concuerda con lo expuesto
por la defensora pública de la demandada en divorcio y por ello no debe
concedérsele fuerza ejecutoria en la República Bolivariana de Venezuela a
dicha sentencia dictada el 28 de febrero de 2013, por el Juzgado de Primera
Instancia N° 16 de Barcelona, Reino de España, conforme a la cual se acordó
el divorcio de los ciudadanos JUAN JOSÉ MOGOLLÓN JUSTO y KEURSI
TAPIA PÉREZ....” (Destacado de lo transcrito).

-III-

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

A los fines de resolver respecto a la solicitud formulada, para determinar la ley


aplicable, debe tomarse en cuenta la jerarquía de las fuentes en materia de Derecho

Internacional Privado.

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Atendiendo a dicha jerarquía, el orden de prelación de las aludidas fuentes, aparece

claramente expuesto en el artículo 1° de la Ley de Derecho Internacional Privado, en los


términos siguientes:

“…Los supuestos de hecho relacionados con los ordenamientos jurídicos


extranjeros se regularán, por las normas de Derecho Internacional Público
sobre la materia, en particular, las establecidas en los tratados internacionales
vigentes en Venezuela; en su defecto, se aplicarán las normas de Derecho
Internacional Privado Venezolano (sic); a falta de ellas, se utilizará la
analogía y, finalmente, se regirán por los principios de Derecho Internacional
Privado generalmente aceptados…”.

Como lo dispone la citada norma, en la materia que ocupa a esta Sala en el caso
particular, para resolver lo solicitado, en primer lugar deben aplicarse las normas de Derecho

Internacional Público sobre la materia. (En particular las establecidas en los tratados
internacionales vigentes en la República Bolivariana de Venezuela). En segundo lugar, las
normas de derecho internacional privado y en tercero, la analogía. Debiendo aplicarse, en

defecto de todo lo anterior, los principios generales del derecho.

En el caso de autos, se ha solicitado que por el procedimiento de exequátur, se declare

fuerza ejecutoria en la República Bolivariana de Venezuela, de una sentencia dictada por un


tribunal de Barcelona, Reino de España, países entre los cuales no existe tratado público
alguno en materia de reconocimiento y ejecución de sentencias de divorcio, en razón de lo

cual debe la Sala dejar establecido, que a los efectos de resolver lo solicitado en el presente
caso, lo aplicable es la Ley de Derecho Internacional Privado venezolano vigente,

específicamente su artículo 53, el cual contiene los requisitos que debe cumplir el fallo
extranjero objeto del presente procedimiento, objeto con el cual procede la Sala a dejar

establecido a continuación, lo siguiente:

1.- Se desprende del propio texto del fallo del cual se trata, que lo resuelto fue un
asunto judicial que corresponde al campo del derecho privado, como lo es la disolución de

matrimonio, materia regulada por el derecho civil, razón por la cual se estima cumplido el
requisito contenido en este primer ordinal, según el cual, para ser válida jurídicamente en la

República Bolivariana de Venezuela, debe tratarse de una sentencia dictada en materia civil o
mercantil o, en general, en materia de relaciones privadas.

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2. El carácter de cosa juzgada del fallo extranjero sometido a revisión, se desprende de

lo siguiente:

Dicha sentencia indica, que el lapso para interponer recurso de apelación ante el
juzgado que la dictó es de “...veinte días a contar desde el siguiente a su notificación...”.

Ahora bien, en la “...DILIGENCIA DE ORDENACIÓN...” de fecha 5 de abril de 2013,

emanada por el mismo juzgado sentenciador y que riela inserta en el folio 17 de los autos, se
expresa que:

“...siendo firme la sentencia dictada, líbrese exhorto al Registro Civil de


Barcelona a fin de que se practiquen los asientos correspondientes.
Tal y como venia solicitado, líbrense dos testimonios de la sentencia dictada
en el presente procedimiento, con expresión de su firmeza y haciendo entrega
de los mismos al procurador instante, por precisarlos para la presentación en
el ayuntamiento.
Modo de impugnación: mediante recurso de reposición ante este Secretario
judicial, sin que la interposición del mismo tenga efectos suspensivos. El recurso
debe interponerse por escrito en el plazo de CINCO DIAS hábiles contados
desde el siguiente de la notificación, con expresión de la infracción cometida
a juicio del recurrente, sin cuyos requisitos no se admitirá el recurso (art. 451
y 452 LEC)...”.

De modo que, como lo certifica el referido documento, se trata de una sentencia firme.
Por lo cual, debe considerarse cumplido este segundo requisito.

3. Constata la Sala, que la decisión cuyo pase legal se pretende, no versa sobre derechos
reales respecto a bienes inmuebles situados en la República, ni le fue arrebatada a Venezuela
la jurisdicción exclusiva que le correspondería, si así fuere, para conocer del asunto, por
cuanto solamente declara la disolución del vínculo matrimonial. No decide asunto alguno

relativo a derechos reales ubicados en la República Bolivariana de Venezuela, en razón de lo


cual, debe dejarse determinado que, de acuerdo con lo indicado, se considera cubierto a los
fines legales pertinentes, el requisito aquí analizado.

4. Necesariamente exige este ordinal, que el tribunal del Estado sentenciador, haya
tenido jurisdicción para conocer de la causa de acuerdo con los principios generales de
jurisdicción consagrados en el Capítulo IX de la Ley de Derecho Internacional Privado, para
lo cual, en el presente caso, procede la Sala a examinar lo siguiente:

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Conforme con lo dispuesto en el artículo 42 de la Ley de Derecho Internacional


Privado, el cual establece:

“…Los tribunales venezolanos tendrán jurisdicción para conocer de los juicios


originados por el ejercicio de acciones sobre estado de las personas o las
relaciones familiares:
1. Cuando el derecho venezolano sea competente, de acuerdo con las
disposiciones de esta Ley, para regir el fondo del litigio;
2. Cuando las partes se sometan expresa o tácitamente a su jurisdicción,
siempre que la causa tenga una vinculación efectiva con el territorio de la
República…”.

De la norma transcrita se desprenden dos criterios atributivos de la jurisdicción, tales


son: el paralelismo y la sumisión de las partes.

Según el indicado en primer lugar, esto es: el paralelismo: la jurisdicción para conocer
del asunto le corresponde al tribunal del Estado cuyo derecho resulte aplicable al fondo de la
controversia, lo que se determina mediante el domicilio del demandante, de conformidad con
el artículo 23 eiusdem.

Respecto a la determinación del domicilio, los artículos 11, 15 y 23 de la Ley de


Derecho Internacional Privado disponen lo siguiente:

“…11: El domicilio de una persona física se encuentra en el territorio del


estado donde tiene su residencia habitual…”.
(…Omissis…)
“…15: Las disposiciones de este capítulo se aplican siempre que esta ley se
refiera al domicilio de una persona física y, en general, cuando el domicilio
constituye un medio de determinar el Derecho aplicable o la jurisdicción de
los tribunales…”.
“…23: El divorcio y la separación de cuerpos se rigen por el domicilio del
cónyuge que intenta la demanda…”.

De conformidad con las citadas normas, el derecho aplicable para resolver el divorcio
es el del domicilio del cónyuge demandante, el esposo, en el caso de especie, hoy solicitante
del exequátur, quien no obstante es venezolano, para el momento en el cual introdujo la
demanda, se encontraba domiciliado en Camp Arriassa, portería 69, piso 7, puerta 4,

Barcelona, Cataluña, Distrito San Martín, Código Postal 8020, Reino de España, razón por la
cual se encuentra debidamente cumplida la presente exigencia.

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5. En cuanto a que en el proceso judicial resuelto por el fallo cuya validez se pretende,

debe haber sido citado el demandado con tiempo suficiente para comparecer y que se le
hayan otorgado las garantías procesales que le aseguren una razonable posibilidad de
defensa, corresponde a la Sala destacar lo siguiente:

Se lee claramente en la sentencia extranjera del caso de especie, lo siguiente:

“...Admitida a trámite la demanda y transcurrido el término de emplazamiento


sin contestar la demanda, la demandada fue declarada en rebeldía...”.

Luego de dicho señalamiento, se afirma en el fallo bajo examen que:

“...En la tramitación del presente procedimiento se han observado todas las


prescripciones legales...”.

Precisamente lo indicado, debe ser constatado por la Sala, a los efectos de determinar
el cumplimiento o no del requisito bajo examen, razón que conlleva a referir en el presente
fallo, lo que sigue:

En su sentencia del 27 de septiembre de 2012, al resolver la solicitud de exequátur


relativa al fallo dictado por el Juzgado de Primera Instancia Nº 75, de Madrid, N°568/08,
Reino de España, mediante la cual se declaró disuelto por divorcio el vínculo matrimonial
que hasta entonces existía entre Claudio José Gregorio Saleta González y Zudella Carolina

González Aguilar; la Sala se pronunció de la siguiente manera:

“...De lo expuesto, en el texto de la sentencia cuyo pase se pretende, se


evidencia que la demandada fue citada en el juicio de divorcio y que fue
declarada en rebeldía, pues no compareció al juicio. A tal efecto, el fallo
expresó:
“SEGUNDO.- Por auto de fecha 24 de septiembre de 2008, se admitió a
trámite la demanda, declarándose este juzgado competente para su
conocimiento, acordandose (sic) dar traslado de la misma a la parte
demandada y emplazándola para que se persone y la conteste en el plazo
de veinte días, si a su derecho conviene. La parte demandada no
compareció en tiempo y forma, y por providencia de 28-04-09, fue
declarada en rebeldía, y se señaló día para la celebración de la vista.
El día 18-05-09, tuvo lugar la celebración de la vista, a la que asistió la
representación y defensa de la parte actora en su demanda, y propuesta la
citada en legal forma, y afirmándose (sic) el actor en su demanda, y
propuesta la prueba documental, se admitió y quedaron los autos
conclusos para sentencia”.
En el caso planteado, se trata de un proceso que fue seguido en el
Reino de España, lugar en el cual la declaratoria de rebeldía del
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demandado ocurre cuando ya ha sido citado. En tal sentido, esta Sala


de Casación Civil mediante decisión N° 498, del 9 de noviembre de
2010, caso María Victoria López Díaz y Federico Guillermo García
Balestrini, Exp. N° AA20-C-2008-000543, estableció, lo siguiente:
“…Señala la sentencia extranjera cuyo pase se solicita, lo siguiente:
“…se admitió a trámite la demanda formulada y se acordó dar traslado
de la misma al demandado para contestar, trámite que no evacuó
siendo declarado en rebeldía, por Providencia de fecha 9 de junio de
2004 y señalándose día y hora para la celebración de la vista que tuvo
lugar con el resultado que consta en la grabación nº 101/04…”. (Negrillas
de la Sala).
De la transcripción anterior, se evidencia que el demandado fue declarado
en rebeldía por el juzgado extranjero, pues no compareció a dar
contestación a la demanda de divorcio incoada en su contra.
El artículo 496.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de España, señala, lo
siguiente:
(...Omissis...)
Respecto de la declaración de rebeldía en el proceso, los catedráticos
Valentín Cortés Domínguez, Vicente Gimeno Sendra, Víctor Moreno
Catena, en su libro “Derecho Procesal Civil, Parte General”, 3º edición,
Editorial Colex, año 2000, pág.191 y se, señalan lo siguiente:
‘…Concepto
A) La rebeldía como ausencia del demandado en el proceso Como (sic)
tal ausencia, la rebeldía es la situación jurídica contraria a la
comparecencia en el proceso (496.1 LEC).
(…Omissis…)
b) Si la rebeldía hemos dicho que es la situación contraria a la
personificación del demandado, no cabe duda de que para que se
produzca tal situación es necesario un proceso regularmente
constituido y un emplazamiento o una citación regular conforme a
derecho. Por tanto, antes de proceder a la declaración de la rebeldía
es necesario que el juez examine de oficio la validez de la citación o
del emplazamiento del demandado. (Negrillas de la Sala).
De lo expuesto por los mencionados autores, la declaración de rebeldía
ocurre cuando el demandado no comparece a la contestación de la
demanda y el juez de la causa verificó previamente que la citación se ha
realizado conforme a la ley procesal.
La Sala considera que al demandado, hoy solicitante del exequátur, sí se
le garantizó el derecho a la defensa en el proceso de divorcio, pues la
declaración de rebeldía, denota que no compareció para contestar la
demanda, pero dicha declaración conlleva una garantía del sentenciador
extranjero de que la citación fue realizada efectivamente conforme a la
legislación procesal…”. (Negrillas y subrayado del fallo citado).
De lo antes expuesto, es evidente que se ha cumplido el 5º requisito del
artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado, sobre la citación de la
demandada en juicio extranjero, pues fue citada de acuerdo con la legislación
española y al no comparecer a la contestación fue declarada en rebeldía; y,

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además al ser una de las solicitantes del exequátur demuestra su conformidad


con el fallo que declaró el divorcio...”.

Como se desprende de lo citado, determinó la Sala en la referida sentencia, el


cumplimiento del ordinal 5° del artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado,
considerando debidamente citada, la demandada declarada en rebeldía en el juicio de
divorcio resuelto por el fallo extranjero español objeto de aquella solicitud de exequátur.

Ahora bien, al aplicar dicho criterio al caso de especie, debe la Sala hacer referencia a
la Ley de Enjuiciamiento Civil vigente en el Reino de España, país en el cual fue dictado el
fallo que pretende hacerse valer en la República Bolivariana de Venezuela; cuyo artículo 1°

dispone lo siguiente:

“...En los procesos civiles, los tribunales y quienes ante ellos acudan e
intervengan deberán actuar con arreglo a lo dispuesto en esta Ley...”.

El artículo 496.1, de la ley en referencia, que regula en el “...TÍTULO V...”,


“...De la rebeldía y de la rescisión de sentencias firmes y nueva audiencia al demandado

rebelde...”; contempla:

“...1. El Secretario judicial declarará en rebeldía al demandado que no


comparezca en forma en la fecha o en el plazo señalado en la citación o
emplazamiento, excepto en los supuestos previstos en esta ley en que la
declaración de rebeldía corresponda al Tribunal.
2. La declaración de rebeldía no será considerada como allanamiento ni como
admisión de los hechos de la demanda, salvo los casos en que la ley
expresamente disponga lo contrario...”. (Negrillas de la Sala).

Sobre la figura jurídica de la rebeldía, los autores españoles Andrés de la Oliva Santos
e Ignacio Diez-Picazo Giménez, en su obra “...Derecho Procesal Civil. El Proceso de
Declaración...”. Conforme a la Ley/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, definieron,

“...es una situación jurídica que se crea en el proceso por el hecho de la incomparecencia
del demandado...” (...) “...ha de ser inicial y total...” y “...es expresamente declarada por el
tribunal, incluso de oficio...”.

                Se trata, de acuerdo con los indicados autores, de una figura jurídica,


consecuencia de la incomparecencia del demandado al proceso judicial
incoado en su contra, que no impide la continuación del juicio.

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                Los autores a los cuales se hizo referencia, comentaron sobre el citado artículo lo
siguiente:

“...Los efectos que se derivan de la declaración de rebeldía son los siguientes:


A) La declaración de rebeldía no será considerada como allanamiento ni
como admisión de los hechos de la demanda. Salvo los casos en que la ley
expresamente disponga lo contrario. Así pues, la rebeldía del demandado no
revela al actor de la carga de probarlos hechos en que se funda su demanda, ni
significa tampoco, incluso aunque dichos hechos llegaran a probarse, que el
tribunal deba automáticamente estimar la demanda. Es perfectamente posible,
por tanto, que aun permaneciendo el demandado en rebeldía, la demanda sea
desestimada. Hay casos en que la ley excepciona esta regla y sí anuda a la
incomparecencia y no contestación al efecto de entender admitidos los hechos
alegados en la demanda (v. arts. 602 y 618 LEC), o, incluso, los efectos
propios de un allanamiento (v. art. 440.2), o similares a un allanamiento (v.
arts. 816.1 y 825 LEC).
B) La rebeldía trae consigo la preclusión, es decir la imposibilidad de
que si el demandado comparece posteriormente, realice aquellos actos cuyo
plazo de realización ya haya transcurrido. Así el artículo 499 LEC dice que:
Cualquiera que sea el estado del proceso en que el demandado rebelde
comparezca, se entenderá con él la sustanciación, sin que ésta pueda
retroceder en ningún caso...”. De este modo el demandado rebelde puede
comparecer en el proceso en cualquier momento de la sustanciación del
mismo, pero debe aceptar el proceso en el estado en que éste se encuentre, sin
que su comparecencia dé lugar a que se retrotraigan las actuaciones y sin que
se le permita realizar los actos que ya hayan precluido. No obstante, como
excepción a esta regla, al demandado en rebeldía que, por cualquiera causa
que no le sea imputable, hubiera comparecido después del momento
establecido para proponer prueba en la primera instancia, se le permitirá pedir
en la segunda instancia que se practiquen todos aquellos medios de prueban
que convengan a su derecho...”.

Se desprende tanto de la legislación como de la doctrina española citadas, tal como fue
declarado en el juicio resuelto por la sentencia objeto de la solicitud examinada por la Sala;

que la incomparecencia de la parte demandada al proceso judicial del cual se trata, produce
su declaratoria de rebeldía, sin impedir la continuación del juicio. Solo deberá ser notificada
a la parte demandada dicha declaratoria conforme a derecho, para que la misma produzca sus
efectos.

Contempla la Ley de Enjuiciamiento Civil al respecto, en su artículo 497, lo siguiente:

“...1. La resolución que declare la rebeldía se notificará al demandado por


correo, si su domicilio fuere conocido y, si no lo fuere, mediante edictos.
Hecha esta notificación, no se llevará a cabo ninguna otra, excepto la de la
resolución que ponga fin al proceso.
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2. La sentencia o resolución que ponga fin al proceso se notificará al


demandado personalmente, en la forma prevista en el artículo 161 de esta ley.
Pero si el demandado se hallare en paradero desconocido, la notificación se
hará publicando un extracto de la misma por medio de edicto, que se publicará
en el Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma o en el "Boletín Oficial del
Estado”.
Lo mismo será de aplicación para las sentencias dictadas en apelación, en
recurso extraordinario por infracción procesal o en casación.
Cuando se trate de sentencia condenatoria de desahucio por falta de pago de
rentas o cantidades debidas, o por expiración legal o contractual del plazo, y
el demandado citado en forma no hubiera comparecido en la fecha o en el
plazo señalado en la citación, la notificación se hará por medio de edictos
fijando copia de la sentencia en el tablón de anuncios de la Oficina Judicial.
3. No será necesaria la publicación de edictos en el "Boletín Oficial" de la
Comunidad Autónoma o en el ''Boletín Oficial del Estado'' en aquellos
procedimientos en los que la sentencia no tenga efecto de cosa juzgada y en
los procesos de desahucio en los que se acumule la acción de reclamación de
las rentas y cantidades debidas. En estos casos bastará la publicidad del edicto
en el tablón de anuncios de la Oficina Judicial.
4. Esta publicación podrá ser sustituida, en los términos que
reglamentariamente se determinen, por la utilización de medios telemáticos,
informáticos o electrónicos, conforme a lo previsto en el artículo 236 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial.
Al demandado rebelde que, por carecer de domicilio conocido o hallarse en
ignorado paradero, hubiese sido citado o emplazado para personarse mediante
edictos, se le comunicará la pendencia del proceso, de oficio o a instancia de
cualquiera de las partes personadas, en cuanto se tenga noticia del lugar en
que pueda llevarse a cabo la comunicación...”.

De modo que, hecha la notificación de la declaratoria en rebeldía conforme con lo

dispuesto en la citada norma, no se lleva a cabo ninguna otra, excepto la de la resolución que
ponga fin al proceso.

Lo anterior, permite a la Sala, negar la razón a los argumentos dados tanto por el

representante del Ministerio Público como por la Defensora Pública al oponerse a lo

solicitado en el presente caso, por cuanto, en el Reino de España, basta la incomparecencia


de la parte demandada debidamente citada o emplazada conforme a derecho para que se

produzca la respectiva declaratoria en rebeldía, continuándose el juicio hasta sentencia, sin

necesidad de nueva notificación, ni de la designación de un defensor para el demandado


rebelde.

De allí que, por haberse determinado que en el presente caso, fue declarada en rebeldía

la esposa demandada por no haber comparecido al proceso en el lapso que le fue establecido
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para ello en la correspondiente citación, se estima cumplido el requisito examinado,


considerándose que dicha demandada fue debidamente citada, conforme con lo establecido en

la Ley de Enjuiciamiento Civil.

6.- Con fundamento en los autos debe dejar establecido la Sala, que no es

incompatible, la sentencia extranjera cuya fuerza ejecutoria se pretende, con sentencia


anterior que tenga fuerza de cosa juzgada, ni consta que se encuentra pendiente ante los

tribunales venezolanos, un juicio sobre el mismo objeto y entre las mismas partes, iniciado

antes de haberse dictado dicho fallo.

Para determinar el cumplimiento de la presente exigencia legal, ha sido revisado

exhaustivamente el contenido del expediente respectivo, sin encontrar la Sala en lo


consignado ante este Supremo Tribunal, exista algún juicio pendiente ante los tribunales

venezolanos con identidad de objeto y partes, incoado con anterioridad a aquel que concluyó
mediante la sentencia extranjera objeto del presente procedimiento, motivo suficiente para

considerar satisfecho, al igual que los anteriores; el requisito al cual se refiere este ordinal.

Como resultado del análisis precedentemente expuesto, en la parte dispositiva del

presente fallo, se concederá lo solicitado.

Ello, por cuanto la sentencia extranjera objeto de la decisión aquí contenida, cumple,

como ya fue determinado por la Sala, con los ordinales que contienen los requisitos
concurrentes que exige el artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado vigente en

la República Bolivariana de Venezuela, necesarios para que la misma adquiera validez

jurídica solicitada. Así se decide.

D E C I S I Ó N

Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de

Venezuela y por autoridad de la ley, CONCEDE FUERZA EJECUTORIA en el territorio de

la República Bolivariana de Venezuela, a la sentencia dictada en fecha 28 de febrero de 2013

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por el Juzgado de Primera Instancia N° 16, Gran Vía de les Corts Catalanes, 111, Barcelona,

Reino de España, contentiva de la declaratoria de disolución del vínculo matrimonial que

hasta entonces existía entre JUAN JOSÉ MOGOLLÓN JUSTO y KEURSI TAPIA PÉREZ.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Archívese el expediente. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los veintinueve (29) días del mes de abril de dos

mil quince. Años: 205º de la Independencia y 156º de la Federación.

Presidente de la Sala,

____________________________
GUILLERMO BLANCO VÁSQUEZ

Vicepresidente,

______________________________
LUIS ANTONIO ORTIZ HERNÁNDEZ

Magistrada-Ponente,

____________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

Magistrada,

_________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrada,

________________________
MARISELA GODOY ESTABA
Secretario,

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________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp.: Nº AA20-C-2014-000156

Nota: Publicada en su fecha a las

Secretario,

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