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SALA CONSTITUCIONAL

MAGISTRADO PONENTE: FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ

El 30 de mayo de 2013, fue recibido en esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
proveniente de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil,
Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del
Estado Delta Amacuro, oficio N° 171-2013 y adjunto expediente N° 114-2013, contentivo de la acción de
amparo constitucional ejercida por la ciudadana YSMAR DEL VALLE VIZCAINO CEDEÑO DE SILVA,
titular de la cédula de identidad N° 9.863.013, contra el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil,
Tránsito, Bancario y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, con ocasión a la
demanda que, por cobro de bolívares, incoó el ciudadano Jorge Antonio Rodríguez, abogado, inscrito en
Inpreabogado bajo el N° 115.745, actuando como endosatario en procuración del ciudadano Juan Pérez Guerra,
titular de la cédula de identidad N° 8.928.437, contra el ciudadano Edinson Manuel Silva, titular de la cédula
de identidad N° 8.951.660.

Tal remisión obedeció a la apelación interpuesta, el 16 de mayo de 2013, por la accionante contra la
decisión dictada, el 13 del mismo mes y año, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con
Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del Tránsito y
Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, que declaró inadmisible la solicitud de
amparo.

El 3 de junio de 2013, se dio cuenta en Sala del presente expediente y se designó ponente al Magistrado
FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ, quien, con tal carácter, suscribe el presente fallo.

Efectuado el estudio de las actas que conforman el presente expediente, pasa esta Sala a decidir la
apelación interpuesta, previas las siguientes consideraciones:

I
ANTECEDENTES

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El 7 de mayo de 2013, la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño de Silva, ejerció acción de amparo
constitucional contra el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito, Bancario y Agrario de la
Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, cuyo conocimiento le correspondió a la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, la cual,
mediante decisión dictada el 13 de mayo de 2013, la declaró inadmisible.

Seguidamente, el 16 del mismo mes y año, la parte accionante, apeló del fallo, motivo por el cual, se
ordenó remitir el expediente a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.

II
DE LA ACCION DE AMPARO CONSTITUCIONAL

Como fundamento de la presente acción de amparo constitucional, la parte accionante alegó lo siguiente:

Que el 24 de febrero de 1990, contrajo matrimonio con el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna,
procreándose tres (3) hijas, quienes actualmente cuentan con 22, 14 y 9 años de edad, respectivamente.

Que durante la unión matrimonial adquirió con su propio peculio, unas bienhechurías ubicadas en una
parcela de terreno ejido municipal, en la Prolongación de la Calle La Planta del Barrio Leonardo Ruíz Pineda,
“de esta ciudad” [Tucupita]”, según se evidencia de documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de
Registro Público del Territorio Federal Delta Amacuro del 24 de febrero de 1992, bajo el N° 69, folios 148 al
150, Protocolo Primero, Primer Trimestre año 1992.

Que con motivo de la demanda de divorcio incoada por su cónyuge en el año 2003, ante el Juzgado de
Primera Instancia de Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Delta
Amacuro (Exp. 4151-03), solicitó medida de prohibición de enajenar y gravar sobre el inmueble antes descrito,
la cual fue acordada el 5 de abril de 2004, a tal fin se libró el oficio respectivo al Registrador Subalterno. Que,
igualmente, solicitó en la demanda de divorcio que la autorizaran para arrendar el inmueble “para cubrir la
necesidades económicas de nuestras hijas, debido a que mi esposo no duerme en la casa, y estoy presionada
económicamente para cubrirlas, y el padre de las niñas no ayuda a sufragarlas”.

A tal efecto, el 4 de mayo de 2004, el Juzgado de Primera Instancia de Protección del Niño y del
Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, en cuaderno separado de obligación
alimentaria, dictó un mandamiento de ejecución al Tribunal Ejecutor de Medidas “a fin de que me hiciera a mi
persona YSMAR DEL VALLE VIZCAINO CEDEÑO, ENTREGA MATERIAL DEL INMUEBLE, en beneficio de
mis hijas”, lo cual ocurrió, el 18 de mayo de 2004.

Que, en razón de que su cónyuge no cumplía con sus obligaciones alimentarias, procedió a arrendar parte
del inmueble al ciudadano Carlos David Astudia Mendoza, quien lo ocupa desde hace más dos (2) años. A tal

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efecto, afirma que “la otra parte de la casa la ocupo yo, debido a que cada quince (15) paso varios días en mi
casa, haciéndole mejoras y los últimos de cada mes cobrar el alquiler, y en las vacaciones escolares,
temporadas de carnaval, semana santa y el mes de Diciembre pernoto (sic) con mis hijas en dicho inmueble que
me fuera entregado por el Juzgado Ejecutor de Medidas del Estado Delta Amacuro”.

Que, el 23 de enero de 2013, el Juzgado de los Municipios Tucupita, Casacoima, Pedernales, Antonio
Díaz y con competencia en lo Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial del Estado Delta
Amacuro, se trasladó al inmueble que adquirió para la comunidad conyugal a fin de realizar una notificación
judicial. “Fue que me di por enterada que según no era dueña de mi casa, que adquirí y construí con tanto
esfuerzo dentro de la comunidad conyugal. La cual esta arrendada por una parte, y por otra parte la ocupaba
yo, debido a que mi señor esposo Edinson Manuel Silva Luna, sin mi consentimiento como esposa, había cedido
fraudulentamente al ciudadano JUAN PEREZ G. con cédula de identidad No.8.951.660, la casa que poseo en
construcción, aun siendo un bien de la comunidad conyugal, debido a que aun estamos casados (…) y yo no he
autorizado mi consentimiento para esa cesión de derechos”.

Que, estando en conocimiento de la entrega material efectuada a su favor, el ciudadano Edison Manuel
Silva Luna realizó el montaje legal en perjuicio de sus hijas y su persona.

Que el abogado Carlos Zambrano Zapata, quien era el Juez del Juzgado de Protección del Niño y del
Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro y fue recusado por su persona en el juicio
de divorcio, actualmente es el apoderado del supuesto propietario de la casa adquirida dentro de la comunidad
conyugal, quien además insiste y exige la entrega del inmueble.

Que el referido abogado Carlos Zambrano Zapata practica terrorismo judicial, un acoso y una guerra
psicológica tanto al arrendatario Carlos David Astudia Mendoza y su familia, como a su persona “para que le
CANCELEN al abogado CARLOS ZAMBRANO ZAPATA, LA PENSION DE ARRENDAMIENTO del inmueble
del cual obtengo parte de la OBLIGACION DE MANUTENCION para mis dos (02) menores hijas”. Que, tan es
así, que el ciudadano Juan Pérez, le entregó un contrato de arrendamiento al inquilino y a su esposa, cuya
vigencia comenzaría a correr el 23 de enero de 2013 hasta el 23 de enero de 2014.

Que, adicionalmente, el abogado Carlos Zambrano Zapata presentó ante la Superintendencia Regional de
Arrendamiento de Vivienda del Estado Delta Amacuro, una solicitud de desalojo del inmueble contra el
arrendatario ciudadano Carlos David Astudia Mendoza, la cual cursó bajo el N° 04-2013, cuyo resultado fue “no
se le dio trámite”.

Que fue con la notificación que efectuó el Juzgado de los Municipios Tucupita, Casacoima, Pedernales,
Antonio Díaz y con competencia en lo Contencioso Administrativo del Estado Delta Amacuro, donde participa
al arrendador Carlos David Astudia Mendoza que el propietario es el ciudadano Juan Pérez, que se da por
enterada de las acciones ocultas y fraudulentas que venía desarrollando su esposo, ciudadano Edinson Manuel
Silva Luna.

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Que, con ocasión a la mencionada notificación, se percata que su cónyuge tramitó un título supletorio
ante el “Juzgado de Instancia en lo Civil del Estado Delta Amacuro”, el cual nunca mencionó. De igual modo,
ocultó la existencia de la demanda por intimación al pago que incoara en su contra el ciudadano Juan Pérez, en
la cual efectuó el convenimiento donde cedió la casa a favor de la parte demandante. Ello, pese a que el
ciudadano Edinson Manuel Silva Luna, tenía conocimiento “que el tribunal me había hecho ENTREGA
MATERIAL en su totalidad en fecha 18-05-2004 de dicho inmueble”.

Que el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna, habiendo firmado la entrega total de la casa de la Calle La
Planta a favor de su persona y sus hijas, tramitó un título supletorio, el cual quedó registrado el 21 de noviembre
de 2005, bajo el N° 43, Tomo 6, Protocolo Primero, Cuarto Trimestre, año 2005; siendo que, el documento más
antiguo es el de su persona y se encuentra protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del
Territorio Federal Delta Amacuro, el 24 de febrero de 1992, bajo el N° 69, folios 148 al 150, Protocolo Primero,
Primer Trimestre, año 1992. Y, el documento mediante el cual se homologó la cesión efectuada el 8 de agosto de
2006, en el juicio de cobro de bolívares, fue protocolizado ante la Oficina Inmobiliaria de Registro Público del
Estado Delta Amacuro, el 18 de octubre de 2006, bajo el N° 28, Tomo 1, Protocolo Primero, Cuarto Trimestre,
año 2006, a pesar de existir una medida de prohibición de enajenar y gravar dictada en el juicio de divorcio,
notificada a la Oficina Inmobiliaria de Registro Público del Estado Delta Amacuro, el 5 de abril de 2004.

Que, por lo antes expuesto interpone la presente acción de amparo constitucional contra la decisión
dictada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Delta Amacuro el 8 de agosto de 2006, que homologó el convenimiento suscrito entre los ciudadanos
Juan Pérez Guerra y Edinson Manuel Silva Luna, con el propósito de que se restablezca la situación jurídica
infringida a fin de que sus menores hijas continúen percibiendo los cánones de arrendamiento del inmueble
descrito, el cual contribuye a su manutención.

III
DEL FALLO APELADO

El 13 de mayo de 2013, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con competencia Múltiple
en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Tránsito, Agrario y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, declaró inadmisible la presente acción de amparo bajo las
consideraciones siguientes:

“…En el caso objeto de esta decisión, estima la Sala, que una vez analizado el presente expediente, que
se trata propiamente de una acción de Amparo y no de un Amparo ‘sobrevenido’, porque lo que se
pretende es la nulidad de una sentencia definitiva, concretamente el fallo dictado el 08-08-2006, por el
Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito, Bancario y Agrario de la Circunscripción
Judicial del Estado Delta Amacuro (…) en el JUICIO DE INTIMACIÓN DE PAGO intentado por el
abogado JORGE ANTONIO RODRÍGUEZ, endosatario en procuración del ciudadano JUAN PEREZ
GUERRA, contra el demandado EDINSON MANUEL SILVA LUNA, exp. No.8664-2006, y que la
misma fue ejecutada por el Tribunal de Medidas de [la] circunscripción Judicial del estado Delta
Amacuro. Por cuanto no se encuentra dicha Jueza antes mencionada, al frente del referido Juzgado,
contra la cual no consta en autos que el accionante haya ejercido los medios ordinarios de los cuales
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disponía para lograr el restablecimiento de la situación jurídica infringida, sino un amparo autónomo
como único recurso a ejercer, según se desprende de autos’. Así se decide.
Tal y como se desprende de esta Jurisprudencia Patria, mal podría prosperar una acción de amparo
constitucional cuando resulta evidente la existencia de otros instrumentos procesales aptos para lograr el
establecimiento de la situación jurídica que se denuncia como infringida. En el caso bajo análisis se
observa que no consta en autos que la parte accionante haya ejercido los medios ordinarios de los cuales
disponía para lograr el restablecimiento de la situación jurídica infringida, sino que interpone un amparo
autónomo como único recurso a ejercer; siendo necesario para su admisibilidad y procedencia, además
de la denuncia de violación de derecho fundamental, que no exista otro medio procesal ordinario
adecuado, quiere decir que existiendo forma de ejercer un medio ordinario que solucione el asunto,
quedando a todas luces precisado que la accionante tiene los medios procesales expeditos establecidos en
la Ley para agotar las vías que resuelva los hechos alegados y que mal podría esta sentenciadora admitir
la presente solicitud por cuanto la presunta parte agraviada optó por recurrir directamente a la vía de la
acción de amparo constitucional.
DISPOSITIVA
Con base a los razonamientos explanados, obrando de conformidad con lo establecido en el artículo 6
ordinales 4° y 5° de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales, LA
CORTE DE APELACIONES DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL CON COMPETENCIA
MÚLTIPLE (…) DECLARA: UNICO: INADMISIBLE LA PRESENTE ACCION DE AMPARO
CONSTITUCIONAL intentada por la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño de Silva (…)”.

IV
FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN

La ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño, en la oportunidad de ejercer el recurso de apelación
contra el fallo dictado, el 13 de mayo de 2013, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con
competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Tránsito, Agrario y
Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, la fundamentó en los siguientes términos:

Que uno de los medios ordinarios para impugnar el acto denunciado como lesivo sería el recurso de
apelación, sin embargo, ratificó que nunca fue citada en el juicio de intimación seguido por el abogado Jorge
Antonio Rodríguez, endosatario en procuración del ciudadano Juan Pérez Guerra contra el demandado,
ciudadano Edinson Manuel Silva Luna. En lo que respecta a un juicio de nulidad a la homologación del
convenimiento suscrito el 3 de agosto de 2006, es un procedimiento ordinario “que se tarda todos los años del
mundo” y tiene una caducidad de 5 años, según lo establece el artículo 170 del Código Civil que dispone: “la
acción corresponde al cónyuge cuyo consentimiento era necesario y caducará a los cinco (5) años de la
inscripción del acto en los registros correspondientes”.

Reiteró que fue el 23 de enero de 2013, con motivo de la notificación que efectuara el Juzgado de los
Municipios Tucupita, Casacoima, Pedernales, Antonia Díaz de la Circunscripción Judicial del Estado Delta
Amacuro, que tuvo conocimiento que “no era dueña de mi casa, que adquirí y construí con tanto esfuerzo dentro
de la comunidad conyugal. La cual esta arrendada por una parte, y otra parte la ocupo yo”.

Así las cosas, alegó que la vía más expedita para no vulnerar el derecho a la alimentación de sus hijas,
era la acción de amparo constitucional, razón por la cual, solicitó se declare con lugar la apelación.

V
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DE LA COMPETENCIA

En primer lugar, esta Sala pasa a pronunciarse acerca de su competencia para conocer de la apelación de
la decisión de amparo dictada por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple
en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Estado Delta Amacuro, en tal sentido, observa:

La Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, publicada en la Gaceta Oficial N°5.991
Extraordinario del 29 de julio de 2010, reimpresa en Gaceta Oficial Nº 39.522 del 1º de octubre de 2010,
establece en el artículo 25, numeral 19, que la Sala Constitucional es competente para “conocer las apelaciones
contra las sentencias que recaigan en los procesos de amparo constitucional autónomo que sean dictadas por
los juzgados superiores de la República, salvo contra la de los Juzgados Superiores en lo Contencioso
Administrativo”.

En el caso sub iudice, la sentencia apelada ha sido dictada por la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del
Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, al conocer, en primera instancia,
de la acción de amparo interpuesta contra el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito,
Bancario y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro. Siendo ello así, esta Sala resulta
competente para conocer de la presente apelación, y así se declara.

VI
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Una vez asumida la competencia, pasa de seguidas esta Sala Constitucional a decidir y, al respecto,
establece lo siguiente:

En primer término debe esta Sala Constitucional pronunciarse respecto a la admisibilidad de la


apelación interpuesta por la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño de Silva, en razón de no haberlo
hecho la primera instancia constitucional, para lo cual observa:

El fallo que declaró la inadmisibilidad de la presente acción de amparo se dictó el 13 de mayo de 2013
y el recurso de apelación se interpuso el 16 del mismo mes y año, por tanto, su presentación fue tempestiva, al
haber sido ejercido dentro del lapso de tres (3) días que establece el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, y así se declara.

Seguidamente la Sala observa:

El 13 de mayo de 2013, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con competencia Múltiple
en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Tránsito, Agrario y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, declaró inadmisible la presente acción de amparo, con
fundamento en los numerales 4 y 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías

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Constitucionales, sin embargo, en el análisis efectuado para justificar dichas causales, el a quo constitucional
sólo efectuó consideraciones que justificaran la causal contenida en el numeral 5 del artículo 6 de la ley antes
mencionada, esto es, que la parte no agotó los recursos ordinarios preexistentes a fin de impugnar el acto
denunciado como lesivo.

Ahora bien, conforme quedaron expuestos los hechos en la primera parte del presente fallo, la ciudadana
Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño de Silva, señaló como hecho lesivo, el auto dictado, el 8 de agosto de 2006,
por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito, Bancario y Agrario de la Circunscripción
Judicial del Estado Delta Amacuro, mediante el cual homologó el “convenimiento” efectuado por el ciudadano
Edison Manuel Silva, en el juicio que, por cobro de bolívares, incoó en su contra el ciudadano Jorge Antonio
Rodríguez, actuando como endosatario en procuración del ciudadano Juan Pérez Guerra.

Según alega la accionante, el ciudadano Edison Manuel Silva en el “convenimiento” cedió, sin su
conocimiento, los derechos que tenía sobre un inmueble propiedad de la comunidad conyugal, inmueble éste
sobre el cual pesaba una medida de prohibición de enajenar y gravar dictada con ocasión al juicio de obligación
alimentaria incoado por su persona en contra del ciudadano Edison Manuel Silva, y se encontraba parcialmente
arrendado con el objeto de cubrir las necesidades de sus menores hijas. Adicionalmente, alegó que fue con
ocasión a la notificación efectuada, el 23 de enero de 2013, por el Juzgado de los Municipios Tucupita,
Casacoima, Pedernales y Antonio Díaz y con competencia en lo Contencioso Administrativo de la
Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, en la persona del arrendatario que ocupa parte del inmueble
“…que me di por enterada que según no era dueña de mi casa…”.

Tomando en consideración lo antes expuesto y efectuado el examen a las actas que cursan al presente
expediente, entre ellas, las copias certificadas de las actuaciones del juicio que, por cobro de bolívares, incoó el
ciudadano Jorge Antonio Rodríguez, actuando como endosatario en procuración del ciudadano Juan Pérez
Guerra contra el ciudadano Edison Manuel Silva, se verificó que la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño
de Silva no fue parte actora ni demandada, así como tampoco fue notificada ni se requirió de su aceptación
respecto de la cesión que efectuare su cónyuge del inmueble que formaba parte de la comunidad conyugal,
motivo por el cual, no era posible que agotara los recursos ordinarios contra el acto denunciado como lesivo, lo
que hace inaplicable la causal de inadmisibilidad contenida en el numeral 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, máxime si tomamos en consideración que desde el
momento en que efectuó la cesión por parte del ciudadano Edison Manuel Silva (8 de mayo de 2006), hasta el
momento en que el cesionario verificó la notificación del arrendatario (23 de enero de 2013), transcurrieron
aproximadamente 7 años.

Igual razonamiento efectúa esta Sala para desaplicar la causal de inadmisibilidad invocada por el a quo
constitucional, contenida en el numeral 4 del artículo 6 ejusdem, puesto que mal podría afirmarse que la
accionante consintió el acto lesivo, si el mismo ocurrió a sus espaldas. Estas previas consideraciones conducen a
afirmar que, en el presente caso, la acción de amparo incoada por la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino
Cedeño de Silva, no estaba incursa en las causales de inadmisibilidad declaradas en el fallo dictado, el 13 de

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mayo de 2013, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil,
Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del
Estado Delta Amacuro, motivo por el cual, se anula la decisión apelada, y así se decide.

Ahora bien, la consecuencia de la declaratoria de nulidad anterior, en principio, da cabida a que esta Sala
Constitucional reponga la causa al estado en que un juzgado superior, actuando como primera instancia
constitucional, se pronuncie nuevamente respecto a la presente acción de amparo con prescindencia de las
causales de inadmisibilidad aquí examinadas.

Sin embargo, habiéndose revisado los elementos que fueron acompañados en copias certificadas por la
parte accionante del amparo, quien en definitiva alega que el acto denunciado como lesivo fue producto de la
conducta fraudulenta del ciudadano Edinson Manuel Silva en perjuicio de sus hijas y de la comunidad conyugal,
esta Sala, en ejercicio de su función tuitiva del orden público, conforme a los artículos 11 y 17 del Código de
Procedimiento Civil, que permiten la actuación ex oficio en tutela de ese orden público, así como la represión de
los actos contrarios a los deberes de lealtad y probidad que pesan sobre las partes y sus apoderados, y con
fundamento en el artículo 257 constitucional, según el cual el proceso es un instrumento fundamental para la
realización de la justicia, pasa inmediatamente al análisis acerca de las copias certificadas aportadas por la parte
accionante en amparo referidas a las actuaciones ocurridas en el procedimiento donde tuvo lugar el acto
denunciado como lesivo, esto es, el juicio de cobro de bolívares (vía intimación), que incoó el ciudadano Jorge
Antonio Rodríguez, actuando como endosatario en procuración del ciudadano Juan Pérez Guerra, contra el
ciudadano Edison Manuel Silva Luna, así como también de los demás recaudos consignados, entre ellos, las
copias certificadas de las actuaciones ocurridas en el procedimiento de fijación de obligación alimentaria
incoado por la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño de Silva contra el ciudadano Edison Manuel Silva.

Dicho análisis se efectuará en virtud de que de la lectura de los hechos que planteó la accionante y de su
petitorio se colige que el objeto de la pretensión de amparo no es otra que se restablezca la situación jurídica
infringida, mediante la declaratoria de inexistencia de la decisión que homologó la cesión que efectuara su
cónyuge (ciudadano Edison Manuel Silva Luna) en el juicio de cobro de bolívares anteriormente descrito y que,
según afirma la accionante, fue efectuado a sus espaldas en perjuicio no solo de la comunidad conyugal sino de
los derechos de alimentación de sus menores hijas.

Así tenemos:

Exp. 8664-2006 (Juicio por Cobro de Bolívares -vía intimación)

El 14 de junio de 2006, el ciudadano Jorge Antonio Rodríguez, actuando como endosatario en


procuración de una letra de cambio a favor del ciudadano Juan Pérez, titular de la cédula de identidad N°
8.928.437, incoó demanda por cobro de bolívares contra el ciudadano Edison Manuel Silva, titular de la cédula
de identidad N° 8.951.660.

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El 15 de junio de 2006, el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito, Agrario y


Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, admitió la demanda y ordenó la intimación
de la parte demandada.

El 22 de junio de 2006, el Alguacil del tribunal de la causa consignó las resultas de la intimación.

El 14 de julio de 2006, compareció el abogado Jorge Antonio Rodríguez y solicitó que, en razón de la
falta de oposición de la parte demandada al decreto de intimación, “se proceda como sentencia pasada en
Autoridad de Cosa Juzgada”.

El 18 de julio de 2006, el a quo con vista a la falta de oposición de la parte actora, declaró firme el
decreto de intimación.

El 3 de agosto de 2006, los ciudadanos Juan Pérez y Edinson Manuel Silva (parte actora y demandada,
respectivamente) presentaron escrito mediante el cual, solicitaron al tribunal de la causa homologar “el presente
convenimiento (…) en los términos y condiciones” siguientes:

“Yo, Edison Manuel Silva, titular de la cédula de identidad N°V.8.951.660 cedo y traspaso todos los
derechos de propiedad que tengo sobre el bien inmueble constituido por una (01) casa y un (01) galpón
ubicados en calle La Planta y Calle La Guaricha. S/N (…), a los fines de solventar el pago total del
monto de la demanda. Y Yo, Juan Pérez G, (…) acepto la cesión de los derechos de propiedad que se me
hace sobre los bienes inmuebles anteriormente descritos, en los términos y condiciones aquí
establecidos...”.

El 8 de agosto de 2006, el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito, Agrario, Bancario
de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro le impartió la homologación al acuerdo suscrito por las
partes.

Exp. 4151-2003 (Juicio por Obligación Alimentaria)

El 13 de noviembre de 2003, la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño de Silva, incoó ante el
Juzgado de Primera Instancia de Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del
Estado Delta Amacuro, demanda contra el ciudadano Edinson Manuel Silva por cobro de obligación
alimentaria.

El 17 de marzo de 2004, el apoderado judicial de la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño de Silva
solicitó al tribunal el decreto de una medida de prohibición de enajenar y gravar sobre el inmueble
(bienhechurías) ubicadas en la Calle La Planta del Barrio Leonardo Ruíz Pineda de la Ciudad de Tucupita,
Municipio Tucupita, Estado Delta Amacuro.

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El 5 de abril de 2004, el Tribunal de Primera Instancia de Protección del Niño y del Adolescente de la
Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, acordó en conformidad con la medida cautelar solicitada
por la parte actora y, en consecuencia, decretó la medida de prohibición de enajenar y gravar sobre el inmueble
descrito, para lo cual libró los oficios correspondientes al Registrador Subalterno.

El 4 de mayo de 2004, el tribunal de la causa antes mencionado, ordenó que el ciudadano Edinson
Manuel Silva efectuara la entrega material del inmueble ubicado en la Calle La Planta, N° 144 de esta Ciudad de
Tucupita, Estado Delta Amacuro a la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaino Cedeño, para lo cual libró comisión al
Juzgado Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro

El 18 de mayo de 2004, el tribunal ejecutor de medidas comisionado, en cumplimiento de la misión que


le fue encomendada procedió a poner en posesión del inmueble arriba descrito a la ciudadana Ysmar del Valle
Vizcaino Cedeño.

Cursa igualmente en copia certificada (folio 54 del presente expediente), que el abogado Carlos Agelvis
Zambrano, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 52.582, actuando como apoderado judicial del ciudadano Juan
Pérez Guerra, titular de la cédula de identidad N° 8.928.437, presentó solicitud ante el Juzgado de los
Municipios Tucupita, Pedernales, Casacoima y Antonio Díaz y con competencia en lo Contencioso
Administrativo del Estado Delta Amacuro, mediante la cual requirió el traslado y constitución del juzgado al
inmueble (casa y galpón) ubicado en la calle La Planta con salida a Calle La Guaricha, Municipio Tucupita,
Estado Delta Amacuro a fin de practicar la notificación de los ocupantes o inquilinos del referido inmueble,
respecto de los siguientes particulares: “PRIMERO: Que mi representado es el único y exclusivo propietario del
inmueble donde se encuentra constituido el Tribunal. SEGUNDO: Que toda relación o derecho que creyere o
tuviere sobre el inmueble donde se encuentra constituido el Tribunal, deberán tratarlo directamente con mi
representado quien es el único y exclusivo dueño o en todo caso, conmigo que soy apoderado judicial.
TERCERO: Que no existe convención o contrato válido vigente con mi representado y que por tanto la relación
jurídica que mantenía con sus anteriores dueños feneció. CUARTO: Que mi representado está en la disposición
de regularizar la permanencia con las personas que se encuentran en el inmueble, por lo que deberán
manifestar ante el Tribunal su intención de regularizar esta situación o en el mejor de los casos proceda con la
desocupación del inmueble. QUINTO: Que mi representado tiene un familiar o pariente consanguíneo con la
necesidad urgente de ocupar ese inmueble, ya que carece de vivienda para vivir. A los fines consiguientes
acompaño copia del documento debidamente registrado bajo el N° 28, del Tomo 1, protocolo primero del
Cuarto Trimestre que llevó la Oficina Inmobiliaria de registro Público del estado Delta Amacuro el 18 de
octubre de 2006, el cual consta la propiedad del inmueble para que previa confrontación que se haga con el
original que presento a efectos videndi, se certifique y agregue a esta solicitud”.

Dicha actuación se llevó a cabo el 23 de enero de 2013, quedando notificado el ciudadano Carlos David
Astudia Mendoza, titular de la cédula de identidad N° 25.398.192.

Es preciso indicar que, según se evidencia de la copia certificada del fallo dictado, el 20 de septiembre de
2012, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil,
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Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado
Delta Amacuro (folio 40), el abogado Carlos Agervis Zambrano fungió como abogado asistente del ciudadano
Edinson Manuel Silva, en el juicio de divorcio incoado contra la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno.

Ahora bien, esta Sala Constitucional en anteriores oportunidades ha dictaminado que en los supuestos en
que se denuncie el acaecimiento de un fraude procesal para el reclamo de la declaración de inexistencia de un
juicio por ese motivo, quien pide la tutela jurisdiccional debe acudir a la vía del juicio ordinario, conforme a los
artículos 338 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, para que se resuelva la controversia entre las
partes que emerge del fraude que se alega, a menos que se evidencie, de manera inequívoca, de las actas
procesales la prueba suficiente sobre la utilización del proceso con fines diversos a los que constituyen su
naturaleza, con lo cual podrá declararse el fraude procesal y, por ende, la inexistencia del juicio, cumpliendo así
la función tuitiva del orden público que compete a este Alto Tribunal.

En relación con este punto, es oportuno precisar que, para la declaración del fraude procesal en sede
constitucional, es necesario que, de los medios de prueba que consten en el expediente, aparezca patente o
manifiesto la instrumentación del proceso hacia objetivos que no le corresponden, lo cual presupone que la
complejidad del asunto no haga preciso el amplio debate contradictorio –en especial el probatorio- propio del
juicio ordinario, para el establecimiento de hechos relevantes en cuanto al fraude que hubiere sido denunciado.

Así, en lo que respecta a las características propias del fraude procesal, esta Sala, en sentencia del 4 de
agosto de 2000, (caso: Hans Gotterried Ehvert Dreger), sostuvo lo siguiente:
“...El fraude puede consistir en el forjamiento de una inexistente litis entre partes, con el fin de crear un
proceso dirigido a obtener fallos o medidas cautelares en detrimento de una de las partes, o de terceros
ajenos al mismo, lo que constituye la simulación procesal; o puede nacer de la colusión de una persona,
que actuando como demandante, se combine con otra u otras a quienes demanda como litisconsortes de
la víctima del fraude, también demandada, y que procurarán al concurrir con ella en la causa, crear al
verdadero codemandado situaciones de incertidumbre en relación con la fecha real de citación de todos
los demandados; o asistir con él en el nombramiento de expertos, con el fin de privarlo de tal derecho; o
sobreactuar en el juicio, en los actos probatorios, etc., hasta convertirlos en un caos. También -sin que
con ello se agoten todas las posibilidades- puede nacer de la intervención de terceros (tercerías), que de
acuerdo con una de las partes, buscan entorpecer a la otra en su posición procesal.
Se está ante una actividad procesal real, que se patentiza, pero cuyos fines no son la resolución leal de
una litis, sino perjudicar a uno de los litigantes o a los terceros (incluso ajenos a cualquier proceso),
pudiéndose dar el caso que el actor convierta a los posibles testigos del demandado en codemandados,
para evitar que puedan testimoniar a su favor en dicha causa. El fraude procesal puede tener lugar dentro
de un proceso, o mediante la creación de varios juicios, en apariencia independientes, que se van
desarrollando para formar con todos ellos una unidad fraudulenta, dirigida a que en una o varias causas la
víctima quede indefensa o disminuida en su derecho, aunque los procesos aparezcan desligados entre sí,
con diversas partes y objetos, que hasta podrían impedir su acumulación. Se trata de varias personas
concertadas entre sí que demandan consecutiva o coetáneamente a otra, y que fingen oposición de
intereses, o intereses distintos, pero que en realidad conforman una unidad de acción; fingimiento que
igualmente puede ocurrir dentro de una causa, si el actor demanda junto a la víctima, a quienes se hallan
en colusión con él...”.

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En el presente caso, observa esta Sala Constitucional que en el juicio donde se alega ocurrió el supuesto
acto lesivo, es evidente la falta de contención que caracterizó al proceso, en el cual, luego que se practicó la
intimación de la parte demandada, ésta no ejerció ningún tipo de defensa para enervar el decreto intimatorio, con
lo cual, éste quedó firme. Más aún, en fase de ejecución de sentencia, compareció el ciudadano Edinson Manuel
Silva Luna y mediante escrito solicitó se homologara el “convenimiento” ahí efectuado “a los fines de solventar
el pago total del monto de la demanda”

Si el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna estaba de acuerdo en los hechos y en el derecho que invocó
el ciudadano Jorge Antonio Rodríguez, en principio, no era necesario el juicio de cobro de bolívares, ni el
reconocimiento judicial por vía del supuesto “convenimiento” que fue homologado y mediante el cual cede los
derechos de propiedad sobre el inmueble que ahí describe, pues bastaba que, extrajudicialmente, honrara la
deuda con su acreedor, ciudadano Juan Pérez Guerra.

Aun cuando no es suficiente que la parte intimada no ofrezca resistencia a su intimación o que convenga
en los hechos que fundamentan la demanda que haya sido interpuesta contra ella, para considerar que el proceso
fue utilizado como un medio distinto para un verdadera resolución de controversias, hace falta, además, que a
través de éste se logre algo que por otro medio no se pueda lograr.

En el caso que nos ocupa, nos encontramos con que la consecuencia de esa falta de contención fue que
el decreto de intimación quedó definitivamente firme y la parte intimada a objeto de “solventar el monto de la
demanda” suscribió un supuesto “convenimiento” homologado por el tribunal de causa, mediante el cual su
persona (ciudadano Edison Manuel Silva Luna), cedió los derechos de propiedad que tenía sobre un bien
inmueble “constituido por una (01) casa y un (01) galpón ubicados en la calle La Planta y Calle La Guaricha”.

Sobre dicho inmueble, verificó esta Sala Constitucional de los recaudos consignados por la parte
accionante, no sólo pesaba una medida de prohibición de enajenar y gravar dictada, el 5 de abril de 2004, por el
Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, con
motivo del juicio de obligación alimentaria instaurado por la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de
Silva contra el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna, sino que, adicionalmente, se encontraba en posesión de la
accionante en amparo (Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva) con motivo igualmente de la medida cautelar
acordada en su favor y en el de sus menores hijas.

Al encontrarse el inmueble en estas condiciones, no tenía el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna la
facultad para disponer de la propiedad ni de la posesión, pues si bien era copropietario del bien conjuntamente
con la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva, dicho inmueble estaba sometido, además de la
medida de prohibición de enajenar y gravar, a una medida cautelar destinada a garantizarle a la ciudadana
Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva la posesión del inmueble con el objeto de cubrir la obligación
alimentaria para con sus menores hijas.

Llama la atención de esta Sala Constitucional, el hecho de que habiendo el ciudadano Edinson Manuel
Silva Luna efectuado la cesión del inmueble en favor del ciudadano Juan Pérez el 3 de agosto de 2006, cuya

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homologación se produjo el 8 del mismo mes y año, no haya sido sino transcurridos aproximadamente 7 años,
cuando este último efectuó actos dirigidos a hacer valer su derecho de propiedad, tales como la solicitud
formulada ante la Superintendencia Nacional de Arrendamiento de Viviendas (Sunavi) y la notificación judicial
dirigida a los ocupantes del inmueble. Ello, en criterio de quien juzga, constituye un indicio respecto a la mala fe
con que actuaron tanto el cedente como cesionario, para evitar que la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno
Cedeño de Silva tuviera conocimiento de la cesión efectuada por su cónyuge sin su consentimiento, pues por
disposición del artículo 170 del Código Civil, la acción de nulidad de aquellos actos cumplidos por un cónyuge
sin el consentimiento del otro caduca a los cinco (5) años de la inscripción del acto en los Registros
correspondientes.

De otro lado, respecto a la solicitud formulada por el ciudadano Juan Pérez ante la Superintendencia
Nacional de Arrendamiento de Viviendas (Sunavi), considera importante esta Sala transcribir el contenido de la
comunicación suscrita, el 25 de abril de 2013, por la abogada Emelys López, Inpreabogado N° 71.341,
Funcionaria de la Superintendencia Regional de Arrendamiento de Vivienda en el Estado Delta Amacuro,
dirigida al ciudadano Carlos Agervis Zambrano en su carácter de Apoderado Judicial del ciudadano Juan Pérez,
cuyo contenido es el siguiente:
“…Con todo respeto me dirijo a usted, en su condición de apoderado judicial del ciudadano JUAN
PÉREZ, a fin de notificarle que una vez leído y revisado su escrito introducido ante esta oficina regional
de Superintendencia de Arrendamiento de vivienda, le manifiesto que en fecha 11/04/2013, acudió a este
despacho la otra parte afectada quien presentó escrito y documentación referente al inmueble ubicado en
la calle la planta, la cual al ser comparada con la documentación presentada por usted, se evidencia que
hay incongruencia o contradicciones, visto que existe documento protocolizado ante la oficina
subalterna de registro Público del Estado Delta Amacuro de fecha 24 de febrero de 1992, asentado bajo
el N° 69 folios 148 al 150, protocolo primero que acredita a la ciudadana: YSMAR DEL VALLE
VISCAINO (sic) CEDEÑO DE SILVA, propietaria de la casa construida con su propio peculio dentro de
la comunidad conyugal. Además se puede evidenciar que el señor EDISON (sic) MANUEL SILVA
LUNA, intentó una demanda de divorcio en el año 2003, expediente N° 4151-03, por ante el juzgado de
primera instancia de protección del niño y del adolescente de la circunscripción judicial (sic) del Estado
delta Amacuro y en el transcurso del proceso la Señora YSMAR DEL VALLE VIZCAINO CEDEÑO
DE SILVA, solicitó una medida de prohibición de enajenar y gravar sobre el inmueble, la cual fue
acordada por el tribunal ya nombrado en fecha 05 de abril de 2004, emitiéndose oficios al registrador
Subalterno y notario público de esta ciudad números JP01-301 Y JP01-302, respectivamente, recibidos
antes (sic) estas oficinas el 05-04-2005.
En fecha 04 de mayo del año 2004, el juzgado de protección del niño y del adolescente de la
Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, en el cuaderno separado de obligación alimentaria
exp N° 4-153-03, dictó un mandamiento de ejecución al tribunal ejecutor de medidas de la
circunscripción judicial del Estado delta Amacuro, a los fines de que el señor EDISON (SIC)
MANUEL SILVA LUNA, hiciera entrega material del inmueble a la ciudadana: YSMAR DEL VALLE
VISCAINO (sic) CEDEÑO DE SILVA, en beneficio de sus menores hijas.
El tribunal ejecutor de medidas (sic) del Estado Delta Amacuro, en fecha 18-05-2004, notifica la misión
al ciudadano EDISON (SIC) MANUEL SILVA LUNA, quien procede a hacer entrega formal del
inmueble en su totalidad a la ciudadana YSMAR DEL VALLE VISCAINO (sic) CEDEÑO DE SILVA,
en beneficio de sus menores hijas (se omiten los nombres de las menores (…), recibiendo conforme el
inmueble en su totalidad, la ciudadana YSMAR DEL VALLE VISCAINO (sic) CEDEÑO DE SILVA,
quien también recibe de parte del señor: EDISON (SIC) MANUEL SILVA LUNA, las llaves del
inmueble objeto de esta medida.

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Ahora distinguido abogado Carlos Agervis Zambrano, apoderado Judicial del señor Juan Pérez, con todo
respeto le manifiesto:
Primero: Como es que su representado es propietario del inmueble ubicado en la calle la planta (sic),
según documento registrado en el año 2006, existiendo un documento registrado en el año 1992, que
acredita como dueña a la señora YSMAR DEL VALLE VISCAINO (sic) CEDEÑO DE SILVA.
Segundo: Como es que el señor EDISON (SIC) MANUEL SILVA LUNA, cedió a su representado Juan
Pérez, un bien inmueble de la comunidad conyugal, sin la autorización ni consentimiento de la señora:
YSMAR DEL VALLE VISCAINO (sic) CEDEÑO DE SILVA, si aun están casados.
Tercero: Si pesando sobre el inmueble una medida de prohibición de enajenar y gravar y aun habiendo
el ciudadano EDISON (SIC) MANUEL SILVA LUNA, entregado el inmueble a la ciudadana YSMAR
DEL VALLE VISCAINO (sic) CEDEÑO DE SILVA, una vez notificado por el tribunal (Sic) Ejecutor
de medidas, como es que este ciudadano presenta un título supletorio y que exista una demanda de
intimación de pago, de la cual manifiesta la ciudadana: YSMAR DEL VALE VISCAINO CEDEÑO DE
SILVA, enterarse en fecha 23-01-2013, cuando se trasladó el tribunal (sic) de los Municipios Tucupita,
Casacomia, Pedernales y Antonio Díaz, con competencia en lo Contencioso Administrativo del Estado
Delta Amacuro a realizar una notificación al inquilino CARLOS DANIEL ASTUDIA MENDOZA,
ciudadano este a quien la señora YSMAR DEL VALLE VIZCAINO CEDEÑO DE SILVA, le da en
arrendamiento parte de la casa, para la manutención de sus hijas.
Cuarto: Como es que el señor EDISON (sic) MANUEL SILVA LUNA, procede a ceder o traspasar al
ciudadano JUAN PÉREZ, los derechos de propiedad sobre el bien inmueble que fue entregado por el
tribunal ejecutor de medida (sic) del Estado Delta Amacuro, por la obligación de alimentos de sus
menores hijas y sin el consentimiento de la señora YSMAR DEL VALLE VIZCAINO CEDEÑO DE
SILVA, estando aun casado con esta y existiendo una prohibición de enajenar y gravar sobre el referido
inmueble.
Quinto: Que aun así existe un documento más antiguo que acredita como propietaria, a la señora
YSMAR DEL VALLE VIZCAINO CEDEÑO DE SILVA, protocolizado en el año 1992, bajo el N° 69
folios 148 al 150 y la sección o traspaso de este inmueble al señor JUAN PÉREZ, fue protocolizada en
fecha 21 de noviembre de 2005, bajo el N° 43 tomo 6, protocolo primero, cuarto trimestre del año 2005.
Por todas las incongruencias evidenciadas y en virtud que la ciudadana YSMAR DEL VALLE
VIZCAINO CEDEÑO DE SILVA, manifiesta va a proceder judicialmente en contra de todos los que
han tratado de despojarla del bien inmueble. Esta Superintendencia Regional de Arrendamiento de
Vivienda, le recomienda que las partes aclaren la situación jurídica presentada (real propietario
propietaria), por la vía judicial y posteriormente informen a esta superintendencia la decisión definitiva,
a fin de tramitar el procedimiento Administrativo que fuere necesario...”.

Cabe destacar que lo que ocupa a esta Sala Constitucional no es la verosimilitud del vínculo entre
quienes fueron parte actora y parte demandada en el juicio de cobro de bolívares tantas veces descrito, sino el
concierto de ambas partes para dirigir la ejecución contra un bien del cual el ciudadano Edinson Manuel Silva
Luna no tenía la plena disposición, lo cual ocurrió en perjuicio de la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno
Cedeño de Silva y sus menores hijas, quienes resultaban terceras ajenas al proceso.

La precisión que antecede es de vital importancia puesto que permite fijar los límites de
pronunciamiento del presente fallo. Así, el acto que a juicio de esta Sala, constituye un fraude procesal no fue la
acción de cobro de bolívares de una letra de cambio cuyo pago se intimó. Lo relevante a efecto de las
consecuencias de una eventual declaratoria de fraude procesal, es la actuación del ciudadano Edinson Manuel
Silva Luna al disponer de los derechos que tenia sobre un bien que, en primer lugar, era de la comunidad
conyugal y por tanto requería del consentimiento de su cónyuge (lo cual no ocurrió); en segundo lugar, que ese

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bien inmueble estaba en posesión de su cónyuge Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva por efecto de una
medida cautelar y, en tercer lugar, pesaba sobre él una medida de prohibición de enajenar y gravar dictada, el 5
de abril de 2004, por el Juzgado de Primera Instancia de Protección del Niño y del Adolescente de la
Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro.

El hecho de que el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna estaba impedido de disponer libremente de los
derechos de propiedad que tenía sobre el bien de la comunidad conyugal, no era ajeno al conocimiento del
ciudadano Juan Pérez Guerra, pues del título supletorio por él consignado ante el tribunal de la causa a fin de
solicitar se decretara medida cautelar (folio 68 y 69), se desprendía que el ciudadano Edinson Manuel Silva
Luna, era de estado civil “casado”.

Dicha circunstancia constituía además un elemento de vital importancia para que el tribunal no
impartiera la homologación del acto de disposición, pues a tenor de lo dispuesto en el artículo 154 del Código
Civil “Cada cónyuge tiene la libre disposición y administración de sus propios bienes, pero no podrá disponer
de ellos a título gratuito, ni renunciar herencias o legados, sin el consentimiento del otro”. (Negrillas de la
Sala)

Adicionalmente, los artículos 168 y 170 eiusdem, disponen:

Artículo 168.- Cada uno de los cónyuges podrá administrar por sí solo los bienes de la comunidad que
hubiere adquirido con su trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la legitimación en juicio,
para los actos relativos a la misma corresponderá al
que los haya realizado. Se requerirá del consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u
oneroso o para gravar los bienes gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes
muebles sometidos a régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos de
comercio, así como aportes de dichos bienes a sociedades. En estos casos la legitimación en juicio para
las respectivas acciones corresponderá a los dos en forma conjunta.(…)

Artículo 170.- Los actos cumplidos por el cónyuge sin el necesario consentimiento del otro y no
convalidados por éste, son anulables cuando quien haya participado en algún acto de disposición
con el cónyuge actuante tuviere motivo para conocer que los bienes afectados por dichos actos
pertenecían a la comunidad conyugal.
Quedan a salvo los derechos de los terceros de buena fe que, no habiendo participado en el acto realizado
con el cónyuge, hubiesen registrado su título con anterioridad al registro de la demanda de nulidad.
(negrillas de la Sala)

Conforme las disposiciones que regulan el régimen de los bienes de la comunidad conyugal, resulta
claro que ningún cónyuge tiene libre disposición de los bienes que conforman la comunidad conyugal sin contar
con el consentimiento del otro, pues no se trata de una comunidad ordinaria en la que la sociedad puede existir
entre personas cualquiera, sino de una comunidad que surge con ocasión a un vínculo matrimonial, el cual como
institución, cuenta con la expresa protección constitucional en los términos consagrados en el artículo 77 del
Texto Fundamental, que dispone:

“Artículo 77: Se protege el matrimonio entre un hombre y una mujer, fundado en el libre
consentimiento y en la igualdad absoluta de los derechos y deberes de los cónyuges…”.

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De lo anterior, se colige que, así como no es válido que un cónyuge disponga libremente de los bienes de
la comunidad conyugal sin el consentimiento del otro cónyuge, tampoco es válido que se pretenda disponer,
como en el caso que aquí se analiza, de los “derechos de propiedad” que un cónyuge tenga sobre determinado
bien, pues aceptar lo contrario llevaría al absurdo de consentir que aun cuando la ciudadana Ysmar del Valle
Vizcaíno Cedeño de Silva mantiene un vínculo matrimonial con el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna, los
bienes habidos en la comunidad conyugal, sin haber sido esta liquidada, están en sociedad con el ciudadano
Juan Pérez.

Tal absurdo no fue advertido por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito,
Agrario, Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, pese a que, como quedó apuntado
en líneas anteriores, del título supletorio que consignó el abogado Jorge Antonio Rodríguez para solicitar el
decreto de la medida de prohibición de enajenar y gravar se desprendía que el ciudadano Edinson Manuel Silva
Luna, era de estado civil casado, por lo que el inmueble, salvo prueba en contrario, formaba parte de una
comunidad conyugal y, por ende, los derechos de propiedad no podían ser cedidos por uno solo de los
cónyuges.

Las anteriores consideraciones conducen a esta Sala Constitucional a afirmar que el acto mediante el
cual los ciudadanos Edinson Manuel Silva Luna y Juan Pérez, acordaron, el primero, efectuar la cesión de los
derechos sobre el inmueble antes descrito y, el segundo, a aceptarla, obteniendo indebidamente la homologación
del tribunal de la causa, se concertó para burlar los derechos de propiedad y posesión que sobre él tenía la
ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva, lo cual, como ha sido declarado por esta Sala
Constitucional en anteriores oportunidades, constituye un fraude procesal, al pretender utilizar el proceso, en
este caso, en detrimento de un tercero ajeno al mismo, con infracción a sus derechos y garantías
constitucionales.

En consecuencia, con fundamento en los artículos 11 y 17 del Código de Procedimiento Civil, conforme
a los cuales el sentenciador puede, de oficio, tomar las medidas necesarias tendentes a prevenir o a sancionar
“las faltas a la lealtad y probidad en el proceso, las contrarias a la ética profesional, la colusión y el fraude
procesal, o cualquier acto contrario a la majestad de la justicia”, a fin de evitar que el proceso se convierta en
un fraude contra la administración de justicia, en resguardo del orden público constitucional conforme a los
fallos citados ut supra, esta Sala estima, que debe declararse inexistente la decisión dictada por el Juzgado de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, el 8
de agosto de 2006, que homologó el convenimiento suscrito entre los ciudadanos Juan Pérez Guerra y Edinson
Manuel Silva Luna, en el juicio que, por cobro de bolívares, incoó el ciudadano Jorge Antonio Rodríguez,
actuando como endosatario en procuración del ciudadano Juan Pérez Guerra, titular contra el ciudadano Edison
Manuel Silva, sin que ello impida al ciudadano Juan Pérez Guerra solicitar al tribunal de la causa la ejecución
del decreto de intimación que quedó definitivamente firme contra el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna, sin
menoscabo de los derechos fundamentales de la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva, quien no
fue parte en la litis.

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En conclusión, la Sala declara con lugar el recurso de apelación interpuesto por la ciudadana Ysmar del
Valle Vizcaíno Cedeño de Silva, revoca la decisión dictada, el 13 del mismo mes y año, por la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, que
declaró inadmisible la solicitud de amparo; y en vista del fraude procesal advertido, se declara con lugar la
acción de amparo y a fin de restablecer la situación jurídica infringida de la accionante, esta Sala anula la
decisión dictada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado Delta Amacuro, el 8 de agosto de 2006, que homologó el convenimiento suscrito entre los
ciudadanos Juan Pérez Guerra y Edinson Manuel Silva Luna.

Como consecuencia de lo anterior, esta Sala anula igualmente el asiento registral de la decisión dictada
por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
Delta Amacuro, el 8 de agosto de 2006, inscrito en la Oficina Inmobiliaria de Registro Público del Estado Delta
Amacuro, el cual quedó anotado bajo el número 28, Tomo 1, Protocolo Primero, Cuarto Trimestre de 2006, del
18 de octubre de 2006.

La Sala debe puntualizar que el anterior pronunciamiento lo efectúa con apoyo al criterio vinculante que
estableció en la decisión dictada el 16 de julio de 2013, N° 993 (caso: Víctor Antonio Cruz Weffer), según el cual
en las demandas de amparos en las cuales se ventile la resolución de un punto de mero derecho, el Juez
constitucional puede pasar a dictar, sin necesidad de convocar y celebrar la audiencia oral, la decisión de fondo
que permita restablecer inmediatamente y en forma definitiva la situación jurídica infringida o la situación que
más se asemeje a ella, cuando el punto se trate de mero derecho.

Por último, esta Sala Constitucional, ordena remitir copia certificada de la presente decisión al Colegio
de Abogados de adscripción del ciudadano Carlos Agelvis Zambrano, titular de la cédula de identidad N°
8.927.293 e inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 52.582, quien, por una parte, actuó como abogado asistente
del ciudadano Edinson Manuel Silva Luna, en el juicio de divorcio incoado por éste contra la ciudadana Ysmar
del Valle Vizcaino, según se evidencia de la copia certificada de la decisión dictada, el 20 de septiembre de
2012, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil,
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado
Delta Amacuro y, por otra parte, según se evidencia de poder redactado por su persona, el cual quedó anotado en
la Oficina Notarial Tucupita del Estado Delta Amacuro, bajo el N° 19, Tomo 64, del 8 de noviembre de 2012, se
constituyó en apoderado judicial del ciudadano Juan Pérez Guerra, parte actora en el juicio de cobro de bolívares
seguido contra el ciudadano Edinson Manuel Silva Luna. Tal remisión se efectúa a fin de que se determine la
responsabilidad disciplinaria a la que haya lugar. Así se decide.

VI
DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República, por autoridad de la ley, declara:

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1) CON LUGAR la apelación interpuesta por la ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva
contra la decisión dictada, el 13 de mayo de 2013, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal con Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del
Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, que declaró inadmisible la
solicitud de amparo, la cual se revoca.

2) DECLARA la comisión de fraude procesal por parte de los ciudadanos Juan Pérez Guerra y Edinson
Manuel Silva Luna. En consecuencia, declara CON LUGAR la acción de amparo interpuesta por la
ciudadana Ysmar del Valle Vizcaíno Cedeño de Silva. A fin de restablecer la situación jurídica
infringida, anula la decisión dictada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito
de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, el 8 de agosto de 2006, que homologó el
convenimiento suscrito entre los ciudadanos Juan Pérez Guerra y Edinson Manuel Silva Luna.

3) ANULA el asiento registral de la decisión dictada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, el 8 de agosto de 2006,
inscrito en la Oficina Inmobiliaria de Registro Público del Estado Delta Amacuro, el cual quedó anotado
bajo el número 28, Tomo 1, Protocolo Primero, Cuarto Trimestre de 2006, del 18 de octubre de 2006.

4) Remítase copia certificada de la presente decisión al Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil
y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro, así como también a la Oficina
Inmobiliaria de Registro Público del Estado Delta Amacuro.

5) Se ordena remitir copia certificada de la presente decisión al Colegio de Abogados de adscripción del
ciudadano Carlos Agelvis Zambrano, titular de la cédula de identidad N° 8.927.293 e inscrito en el
Inpreabogado bajo el N° 52.582, a fin de que se determine la responsabilidad disciplinaria a que haya
lugar. Así se decide.

Publíquese, regístrese. Devuélvase el expediente al tribunal de origen, es decir, a la Corte de Apelaciones


del Circuito Judicial Penal con Competencia Múltiple en lo Civil, Mercantil, Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Delta Amacuro. Cúmplase lo
ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los 16 días del mes de octubre dos mil trece. Años: 203º de la Independencia y 154º de
la Federación.

La Presidenta,

GLADYS MARIA GUTIÉRREZ ALVARADO


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El Vicepresidente,

FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ


Ponente
Los Magistrados,

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES

JUAN JOSE MENDOZA JOVER

El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

FACL/
Exp. N° 13-0462

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