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Exp. N° 06-0585
En la misma fecha se dio cuenta en Sala del escrito que antecede y se acordó
agregarlo al expediente respectivo.
El 16 de junio de 2009, esta Sala, en decisión núm. 794, declaró inadmisible por
anticipada la solicitud de tramitación de mero derecho presentada por la parte
accionante, abogado Rafael Napoleón Villegas Ávila.
En la misma fecha, esta Sala dejó constancia del escrito que antecede y se
agregó al expediente.
1.- Que “[e]n efecto para mi criterio, el Artículo 231 del Código de Procedimiento
Civil colide con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
específicamente con el Artículo 26, al ordenar éste (sic) Artículo (sic) que toda
persona tiene derecho de acceder a los órganos de administración de justicia y a
obtener con prontitud la decisión correspondiente; además viola los principios
constitucionales relativos a la garantía del Estado de ofrecer una justicia
gratuita, accesible, imparcial y expedita contenidos en el éste (sic) mismo Artículo
26; y además va contra los principios de economía procesal y de igualdad de las
personas ante la ley”.
2.- Que “[d]e acuerdo con Sentencial (sic) de la Sala de Casación Civil N° 00079
de fecha 25-02-2004, la Sala (sic) Civil le dá (sic) una nueva interpretación a este
Artículo 231 del Código de Procedimiento Civil (C.P.C.) y dice que en todo caso de
muerte de uno de los litigantes la parte correspondiente debe solicitar al Tribunal la
citación (sic) de los herederos desconocidos mediante el Edicto ordenado en ése
Artículo 231 del C.P.C. (sic) si no quiere correr el riesgo de que la causa le perima.
Antes la jurisprudencia decía que esto solo se debía hacer en aquellos casos en los
cuales se comprobará que eran desconocidos los sucesores de una persona
determinada que ha fallecido (Así reza el artículo 231 C.P.C.)”.
4.- Que “[l]es consigno igualmente copia de las facturas pasadas por un cliente mío
a los diarios ´La Nación´ y ´Los Andes´ de San Cristóbal Estado Táchira, las cuales
ascienden a casi ochocientos mil bolívares, y eso que éste es un edicto publicado en un
tamaño bastante pequeño. Me pregunto cuánto hubiese tenido que pagar si habitara en
Caracas. He aquí una de las pruebas de cómo (sic) este Artículo 231 del C.P.C. (sic),
viola el principio constitucional de gratuidad de la justicia”.
9.- Que “[c]on el debido respeto propongo para una próxima y eventual reforma
del Código de Procedimiento Civil propuesta por el Tribunal Supremo de Justicia, que
ésto (sic) se solucionaría simplemente con un Artículo que ordenara a los Jueces que
en todos los casos de demandas sobre bienes producto de una herencia se nombre un
defensor adlitem a los herederos desconocidos con el objeto de protegerles sus
derechos, siempre que se desprenda del Acta de defunción o de algún otro documento
público que existen tales herederos desconocidos. O cambiar el encabezamiento del
Artículo 231 del C.P.C. diciendo: ´Cuando se desprenda del Acta de defunción o de
algún documento público que hay y que son desconocidos los sucesores…´,esto porque
es muy difícil comprobar que son desconocidos los sucesores de una persona fallecida,
y mandar a publicar el Edicto sólo en la puerta del Tribunal o Cartelera o página web
que debería existir en todos los Tribunales y nombrarles en todo caso, se presente
alguien o no un defensor, sin suspender la causa. (Modificar el Artículo 232
Ejusdem)”.
10.- Que “[s]inceramente creo qué (sic) éste Artículo 231 del C.P.C. fue ideado por
algún legislador con el fin de beneficiar a las clases oligárquicas de su país, con el
objeto de que los excluidos de siempre y de todas partes no pudieran demandarlos. Este
Artículo (sic) 231 sólo beneficia y más actualmente, a los dueños de prensa; y va
contra el principio de igualdad que todos tenemos para acceder a los órganos de
administración de justicia para hacer valer nuestros derechos e intereses; y además, va
contra el principio de no discriminación por causas económicas ya que no garantiza
una justicia gratuita, imparcial, expedita y sin dilaciones”.
12.- Que “[s]iguiendo éste mandato y por las razones expuestas, es por lo que
solicito como como (sic) en efecto formalmente lo hago, que esa Sala
Constitucional, ANULE U ORDENE SU NO APLICACIÓN del Artículo 231 del
Código de Procedimiento Civil, por ser evidentemente inconstitucional, ya que
contradice flagrantemente el Artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; y por ende, igualmente viola el Artículo 257
Ejusdem (sic) el cual prescribe, que el proceso constituye un instrumento fundamental
para la realización de la justicia y que las Leyes procesales (C.P.C) establecerán la
simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán
un procedimiento breve. Y además porque viola el Artículo 2 de nuestra Carta
Magna”.
II
OPINIÓN DE LA ASAMBLEA NACIONAL
2.- Que “[l]a citación por edicto que dispone la ley es para aquellos casos
especialmente en los que este (sic) comprobado que son desconocidos
aquelllos (sic) sucesores de una persona que ha fallecido y esté comprobado o
reconocido un derecho de ésta referente a una herencia u otra cosa común, y cuyas
características principales son, que deben ser desconocidos lo sucesores, prueba del
derecho de la persona fallecida a una herencia u otra cosa común, y que mediante el
edicto se llama de manera general a quienes se crean asistidos del derecho y no a
personas determinadas, constituyendo de tal manera el edicto un mecanismo que
garantiza el derecho de terceros frente al desconocimiento de actos jurídicos que
afectan sus derechos”.
5.- Que “[l]o anterior permite concluir que la sola lectura del referido artículo
21, proscribe los tratamientos desiguales respecto de quienes se encuentren en
análogas o similares situaciones de hecho, con independencia de que el motivo
discriminante sea alguno de los que fueron enunciativamente recogidos en ese precepto
constitucional”.
6.- Que “[l]a parte recurrente alega de manera errada, que el artículo 231 del
C.P.C. infringe, el principio constitucional de igualdad ante la ley, considera esta
representación que el legislador no estableció un supuesto que permita dar tratamiento
diferente entre iguales, lo que previó fue un mecanismo de protección o garantía de los
derechos sucesorales de aquellas personas que por alguna razón sean desconocidos en
la relación jurídica del proceso respectivo y además puedan ser lesionados sus
derechos o intereses, en consecuencia el articulo (sic) 231 del C.P.C. se encuentra en
perfecta armonía con el artículo 21 constitucional”.
que integran la citada norma, toda vez que, muchas veces pasan desapercibidos por los
operadores de justicia. Resulta que bajo la concepción clásica del derecho se viene
sencillamente se oigan las pretensiones formuladas por las partes, sino que estén
intrínsecos otros elementos que deben tomarse en cuenta dentro del contexto de la
esta (sic) supeditada a dos elementos centrales, que orientan su actuar, uno que el juez
cual tiene la obligación de pronunciarse, esto es, la justicia formal, cuya referencia es
la eficacia, apuntando ésta al respeto de las formas establecidas por la ley, hasta la
garantía del derecho a la defensa, cuya violación se impone por la alteración de los
que tiene su asidero más visible en la frase ´la tutela efectiva de los derechos´, lo que
protección de los bienes jurídicos de los sujetos que intervienen durante el proceso que
quien tiene una función que impone un vinculo innegable con los derechos
resolución definitiva que se adopte al final del proceso, porque es la única garantía de
judicial, en cuyo estado no pueden obviarse los principios que informan al proceso”.
en las leyes”.
derecho que se le nombre al beneficiado defensor para que sostenga sus derechos
gratuitamente y la exención del pago de honorarios a los auxiliares de justicia, tales
todos los ciudadanos que requieran que el Estado desarrolle las actuaciones
necesarias para que el ejercicio de sus derechos sea real y efectivo. Sin embargo, la
gratuidad de la justicia está establecida para todos los ciudadanos por el simple hecho
Poder Público del Estado, siendo entonces éste el que deba sufragar los gastos de un
sistema que justifica su propia existencia, a diferencia del beneficio de justicia gratuita
del proceso, los cuales son sufragados en su totalidad por partidas presupuestarias que
en el Texto Constitucional, hace alusión a una garantía procesal que permite el acceso
a toda persona sin discriminación alguna, debido a que es el Estado quien mantienen
este sistema de justicia, por lo cual se establece taxativamente que el Poder Judicial no
se encuentra facultado para establecer tasas, aranceles, ni exigir pago alguno por sus
personas, que carecen de las condiciones económicas para sufragar los gastos del
fiscales, papel sellado, derechos de registro y otros, y, en general para satisfacer los
normas adjetivas que regulen los requisitos de procedencia, modo, tiempo, lugar, entre
16.- Que “[v]isto lo anterior, se puede afirmar que las leyes procesales tienen
como finalidad brindar protección a los sujetos del proceso otorgando además de
orden en el proceso a objeto que la acción interpuesta obtenga el fin perseguido, sin
que subsisten en materia de publicación de edictos, respecto a las cargas que tienen las
partes en juicio, dado que son servicios prestados por empresas de comunicación de
publicación, que incide en el proceso, formaría parte de otro debate el considerar que
al exigir la publicación del edicto, lo hace con el fin de garantizar los derechos de
armonía con los principios de igualdad entre las partes, de la tutela judicial efectiva y
Venezuela”.
Procedimiento Civil”.
III
violación del derecho de acceso a la justicia, en virtud de que el Edicto que se ordena
cite a los herederos, en forma alguna afecta el núcleo fundamental de dicho derecho y
como lo afirma el accionante un gasto innecesario, motivo por el cual solicitamos que
ocasión propicia, (…) Conveniente (…) favorecedor, (…) beneficioso (…) a tiempo…´,
Público, esta de igual forma debe declararse sin lugar, en virtud de que el
establecimiento de determinados actos, tales como la publicación de un edicto
suspensión del juicio mientras tanto se realice efectivamente dicho llamado, no pueden
aparato judicial en la forma prevista en la ley para que ello se materialice y sea
llevado a los autos, a fin de que el juicio se reanude, pues una oportuna respuesta que
refiere la Constitución”.
señaló: “…considera el Ministerio Público que debe de igual forma declararse sin
relación alguna con lo que ha de entenderse por imparcialidad, pues una cosa es que
1999, dispone que el edicto mediante el cual se llame al proceso a los sucesores
más inmediatos a tal lugar, y ello puede constituir en algunos supuestos, la violación
ejemplo, el juicio se lleve a cabo en lugares remotos del interior del país, en razón de
Magna”.
esa Sala Constitucional, solicitamos que la presente causa se decida como de mero
IV
extemporánea del cartel; (ii) en caso de haber operado las consecuencias por
incumplimiento de la carga procesal todavía existan razones suficientes de orden
lapso de los treinta (30) días de despacho, tal como lo acordó la sentencia 1238/2006,
Para dar respuesta al pedimento formulado por esa representación, esta Sala
correspondiente pronunciamiento:
consignó diligencia para dejar constancia de la entrega del cartel (f.42 del
expediente).
siguiente: (i) el Juzgado de Sustanciación dio por recibida la causa el día 29 de junio de
2006, referida por esta Sala luego de haber dictado la sentencia de admisión N° 1282
del 28 de junio de 2006; (ii) el recurrente se dio por notificado de la admisión el día 20
de julio de 2006 y pidió la expedición del cartel, por lo que a partir de allí debía
1238/2006 para librar el cartel; (iii) con base en ello, al tercer (3er) día de despacho, 27
de julio de 2006, se libró el cartel de notificación, momento a partir del cual empieza a
transcurrir el lapso de los treinta (30) días de despacho para el retiro, publicación y
consignación del cartel; (iv) el referido cartel fue retirado por el recurrente el 28 de
septiembre de 2006, y publicado al día siguiente, momento éste último que, empieza a
emplazamiento.
La anterior consideración debe sumársele que esta Sala en el año 2006 no dio
despacho en el período correspondiente a las vacaciones judiciales entre los días martes
Conforme a lo anterior, los treinta (30) días empezaron a transcurrir a partir del
martes primero de agosto de 2006. Debido a la suspensión del lapso por vacaciones
observa del conteo de los tres (3) días de despacho luego de la publicación del cartel
Siendo ello así, esta Sala observa el cabal cumplimiento por parte del recurrente
por la representación del Ministerio Público, ni la perención del 267, cardinal 1, del
declara.
Vista la debida actuación del recurrente, esta Sala encuentra inoficioso emitir
Ministerio Público, por lo que procederá a decidir el fondo del presente recurso de
Asimismo, la sentencia 1135 del 14 de junio de 2004 (caso: Irma Teresa Lara),
estableció el alcance de los gastos judiciales al concluir: “…dada la consagración en la
Constitución del derecho a la gratuidad de la justicia y por ende, la no aplicación al
proceso de alguna de las normas sobre arancel judicial señaladas en la Ley de Arancel
Judicial, las costas del proceso son de dos clases: 1) procesales -gastos hechos en la
formación del proceso-; y 2) personales -honorarios que se pagan a los abogados,
peritos y demás profesionales que han intervenido en el proceso-, en lo que respecta a
la primera de éstas -los costos del proceso-, han quedado reducidos básicamente a los
honorarios de los auxiliares de justicia que no sean integrantes de cuerpos de
funcionarios del Estado, previstos en las leyes como auxiliares de justicia
profesionales, con derecho a devengar honorarios”.
A tal efecto, esta Sala considera necesario referirse en extenso al fallo dictado el
19 de noviembre de 2002 –previamente ratificado en la referida sentencia1943/2003-
también para precisar los límites y alcances de la gratuidad de la justicia y su
diferenciación con la institución legal del beneficio de justicia gratuita:
“... la gratuidad de la justicia a la cual hace referencia el artículo
26, dada su redacción e interpretación sistemática, se refiere a
la gratuidad del proceso y no al beneficio de justicia gratuita
como cree el accionante. El primero, es un derecho
constitucional de exención de gastos procesales; y, el segundo,
un privilegio particular para algunas personas por carecer de
recursos económicos (artículo 175 del Código de Procedimiento
Civil), y su ámbito abarca no sólo la gratuidad del proceso sino el
derecho que se le nombre al beneficiado defensor para que sostenga
sus derechos gratuitamente y la exención del pago de honorarios a
los auxiliares de justicia, tales como: intérpretes, peritos,
depositarios, asociados, prácticos u otros.
Es así como ambos, la gratuidad de la justicia y el beneficio de
justicia gratuita, son derechos derivados del reconocimiento del
derecho a la igualdad, a la tutela judicial efectiva y el de petición,
procurando asegurar el acceso a los tribunales de todos los
ciudadanos que requieran que el Estado desarrolle las actuaciones
necesarias para que el ejercicio de sus derechos sea real y
efectivo. Sin embargo, la gratuidad de la justicia está
establecida para todos los ciudadanos por el simple hecho de
que la administración de justicia es un servicio público y una
manifestación del Poder Público del Estado, siendo entonces
éste el que deba sufragar los gastos de un sistema que justifica
su propia existencia, a diferencia del beneficio de justicia gratuita
que, como se ha establecido, tiene un ámbito de aplicación mayor
pero un supuesto de procedencia restringido, pues implica sufragar
los gastos de patrocinio y honorarios auxiliares de justicia de
quienes carezcan de recursos económicos. Por tanto, implica con
respecto a aquél, una situación de excepción ante el cual el Estado
asume los gastos a plenitud, para evitar que queden sin ejercerse los
derechos constitucionales, y se atente con ello el Estado de
Derecho, su fundamento no es más que proteger el derecho a la
igualdad”.
Finalmente, se precisa el reciente fallo dictado por esta Sala con respecto al
artículo 231 del Código de Procedimiento Civil (s.1024 del 11 de julio de 2012), del
cual, debe citarse la siguiente conclusión:
De acuerdo con la decisión que fue transcrita, el Juez ad
quem ordenó que la citación de los supuestos sucesores o
herederos desconocidos del demandante se realizara por medio
de ‘…la publicación de un único edicto en el cual se llamará a
todas aquellas personas herederos desconocidos del de
cujus…’, fundamentándose en un análisis e interpretación
autónoma, realizado por el mismo juzgador conocedor de la causa,
que lo lleva a la desaplicación de todo el contenido del artículo 231
del Código de Procedimiento Civil, considerando que su
aplicación resultaría violatorio de los principios del artículo 26 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, dejando
a la accionante en estado de indefensión.
En tal sentido, la gratuidad de la justicia consagrada en el artículo
26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se
circunscribe a la prohibición de exigir algún pago por concepto de
las actuaciones desempeñadas por el órgano administrador de
justicia, siendo que esta prohibición no se extiende en modo
alguno a los efectos económicos del proceso que no revisten
carácter impositivo y que deben cumplirse en virtud de las cargas
procesales que representan para los accionantes. Por otro lado,
cabe destacar que el beneficio de justicia gratuita consagrado en el
artículo 175 del Código de Procedimiento Civil resulta distinto al
principio de gratuidad de justicia, por cuanto se encuentra referido
no sólo al deber que posee el Estado de cubrir los gastos del
sistema de justicia, sino que lleva inmerso la exención a quien se le
conceda tal beneficio, de disfrutar de otros conceptos como son,
que se le nombre un defensor que sostenga sus derechos
gratuitamente, exención del pago de tasas u honorarios a los
auxiliares de justicia, tales como intérpretes, peritos, depositarios,
asociados, prácticos y otros, los cuales estarán obligados a prestar
gratuitamente sus servicios en el asunto cuando actúen a solicitud
del beneficio de la justicia gratuita -artículo 180 del Código de
Procedimiento Civil- (Vid. Sentencia n.° 1.943 del 15 de julio de
2003, caso: Héctor R. Blanco Fombona y otro).
Así pues, se puede concluir que el beneficio de justicia procede a
favor de aquellas personas a quienes el Tribunal o la Ley concedan
este beneficio y su ámbito abarca no sólo la gratuidad del proceso
sino el derecho que se le nombre al beneficiado, defensor para que
sostenga sus derechos gratuitamente y la exención del pago de
honorarios a los auxiliares de justicia, tales como: intérpretes,
peritos, depositarios, asociados, prácticos u otros, tal como ha sido
señalado y sostenido por la Jurisprudencia de nuestro más alto
Tribunal, sin que con ello, se incurra en violación de los principios
establecidos en el artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, tal como lo infirió el sentenciador de
primera instancia, ya que lo que se busca es mantener un equilibrio
del derecho a la defensa de ambas partes en juicio.
De lo anterior se colige que el derecho a la justicia gratuita se relaciona con la
imposibilidad de exigir tributos ni sufragios de cualquier naturaleza por concepto
exclusivo de prestación de servicios por parte del Estado sin que ello impida el derecho
de los particulares de percibir sus ingresos por su trabajo al brindarlo de manera
eventual y auxiliar en complemento de la jurisdicción.
Aunado a ello, el artículo 231 del Código de Procedimiento Civil debe analizarse
con el consiguiente artículo 232 eiusdem en su sentido complementario: “Si
transcurriere el lapso fijado en el edicto para la comparecencia, sin verificarse ésta, el
Tribunal nombrará un defensor de los desconocidos, con quien se entenderá la
citación, hasta que según la ley cese su encargo”. La finalidad de ambas disposiciones
procuran el emplazamiento de los causahabientes, cuando se desconozca su existencia;
caso contrario, al constatar en autos los herederos, dicha normativa es inaplicable, en los
términos señalados por la Sala de Casación Civil en decisión del 8 de agosto de 2003
(Margen de Jesús Blanco vs. Inversiones y Gerencia C.A. y otros): “...Si precisamente
el heredero es desconocido, no puede aspirarse a la previa comprobación de la
existencia de éste como requisito para la publicación del edicto, si en efecto
resulta incierta su inexistencia. El carácter de desconocido lo hace de difícil
comprobación previa, y la única forma de evitar posteriores reposiciones es
atender a la situación procesal inmediata, producto de la muerte de una de las
partes, y dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 231 del Código de
Procedimiento Civil, a fin de sanear el proceso de nulidades posteriores. Por otra
parte, los efectos de la cosa juzgada sólo deben afectar a quienes se han hecho
parte en el proceso, y sería indeseable que una sentencia afecte intereses de
terceros, no citados en juicio, como podrían ser los eventuales herederos
desconocidos quienes no se habrían podido hacer parte en el proceso por el
incumplimiento de la citación a que se hace referencia el artículo 231 del Código
de Procedimiento Civil...”.
En el presente caso, al contrario de lo señalado por el recurrente, el
desarrollo jurisprudencial de esa Sala que tanto cuestiona pretende equilibrar de la
mejor manera posible la tutela del interés del demandante sin perjudicar a quienes
no hayan acudido al proceso (en caso de corroborarse posteriormente su existencia)
y la de formular un pronunciamiento, sin necesidad de reponer la causa
nuevamente en detrimento del derecho a una tutela judicial efectiva que le asiste a
la parte.
Exp.- 06-0585
CZdM/