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Título: La notificación adecuada en los procesos colectivos


Autores: Kalafatich, Caren - Verbic, Francisco
Publicado en: RDCO 274, 15/10/2015, 1390
Cita Online: AR/DOC/5338/2015
Sumario: I. Introducción. Breve contexto de los procesos colectivos en Argentina. — II. El caso "Consumidores
Libres". Sus consideraciones sobre la notificación. — III. La notificación: precisiones sobre el concepto y su
finalidad. — IV. La notificación adecuada: nuestra propuesta
(*)

(**)

I. Introducción. Breve contexto de los procesos colectivos en Argentina


Desde la reforma operada en el año 1994 la Constitución Nacional de la República Argentina (CNA)
reconoce la existencia de derechos "de incidencia colectiva" en cabeza de diversos sectores o grupos de
habitantes (1). Asimismo, confiere legitimación procesal a distintos actores sociales y políticos para accionar en
defensa de tales derechos en sede judicial. A pesar de la claridad de este marco constitucional y de haber
transcurrido más de 20 años desde la señalada reforma, todavía no han sido sancionadas leyes reglamentarias
que establezcan regímenes procesales adecuados para debatir y resolver conflictos colectivos ante los estrados
de la justicia (2).
En este escenario, y frente a la proliferación de procesos colectivos (principalmente de consumo) ante los
Tribunales de justicia de todo el país, dada la falta de legislación adecuada en esta materia la Corte Suprema de
Justicia de la Nación (CSJN) asumió —a lo largo de los últimos diez años— un rol determinante en el
establecimiento y desarrollo de diversos principios, reglas de debate e institutos procesales orientados a ordenar
este tipo de discusiones sea a través de precedentes o bien a través de su propia competencia reglamentaria (3).
Como corolario de este contexto, podemos afirmar que en el campo de los procesos colectivos (en general, y de
consumo en particular) existe una enorme inseguridad jurídica que complejiza la labor de todos los operadores
jurídicos. Una de las tantas cuestiones que concurren para generar esta inseguridad, sobre la cual versa este
trabajo, es la falta de regulación de un sistema de notificaciones adecuado.
II. El caso "Consumidores Libres". Sus consideraciones sobre la notificación.
En fecha 5 de Mayo de 2015 la Sala C de la Cámara Nacional en lo Comercial se expidió en los autos
"Consumidores Libres Coop. Ltda. c/ Bank Boston S.A. s/ Sumarísimo" (Expte. Nº4787/2005) sobre diversas
cuestiones relativas a la tutela colectiva del consumidor. Por razones de espacio, en este trabajo nos
enfocaremos puntualmente en el análisis de las modalidades de publicidad y notificación definidas por la
sentencia para garantizar que los miembros del grupo puedan tomar efectivo conocimiento de la orden judicial
y, consecuentemente, reclamar los derechos allí reconocidos a su favor.
El Juez de Primera Instancia había ordenado que: "Respecto de aquellos consumidores que no sean usuarios
al momento en que deba efectuarse el reintegro, el Banco procederá a publicar edictos por cinco días en un
diario de circulación nacional (...)" (4). Contra dicha resolución la actora se agravió por considerar insuficiente la
notificación edictal. En este sentido, planteó que el a quo no incluyó otros medios de notificación más directos
como ser el envío de cartas a cada uno de ellos. Consecuentemente, solicitó se amplíen los modos de anoticiar a
los beneficiarios de la sentencia.
En el fallo en comentario la Cámara Comercial hizo lugar al pedido de ampliación de medios de
notificación. Frente al vacío de normas ya mencionado, para resolver de esta manera realizó una interpretación
constitucional del art. 54 LDC a la luz de la Regla 23 de Procedimiento Civil Federal de los Estados Unidos. El
considerando 8º del voto mayoritario sostuvo: "las acciones de clase pierden por completo su sentido si no se les
otorga la más amplia difusión, desde que, como es obvio, de nada valdría a los beneficiarios contar con una
sentencia a su favor si no se enteran de su existencia", a ello adicionó que se "debe notificar de la mejor manera
posible de acuerdo con las circunstancias a todos los miembros de la clase, incluyendo las notificaciones
individuales a todos aquellos que puedan ser razonablemente identificados". Seguidamente continuó diciendo
que "Al no existir una manera definida para efectuar esas notificaciones personales, se ha entendido concedida a
los tribunales una gran discreción para determinar la forma de practicarlas".
En esta línea la decisión sostiene que si bien "no existe entre nosotros ninguna norma semejante al citado
art. 23 del referido código norteamericano" (...) la preocupación por identificar a los destinatarios de una acción
de clase y cumplirla frente a cada uno de ellos —lo cual presupone su identificación- viene implícita en el art.
54 de la ley 24.240". Para apoyar tal hipótesis echó mano a la doctrina del precedente de la CSJN "Halabi",
donde se sostuvo la necesidad de arbitrar en cada caso colectivo "un procedimiento que garantice la adecuada
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notificación de todas las personas que puedan tener un interés en el resultado del litigio" (5) .
Con base en estos argumentos, la decisión en comentario entendió que "sin adecuada difusión y esmerado
esfuerzo en lograr la más amplia notificación a los consumidores, se acrecentaría el riesgo de que los intereses
canalizados por vía de una acción de clase queden sin real tutela y las normas que la regulan convertidas en letra
muerta".
Esta sentencia, cabe destacar, no es un hecho aislado. Hay otros fallos que han seguido una línea similar,
ordenando incluso que notas simples como las ordenadas en esta oportunidad se remitan junto a la factura del
servicio (6). También se han empleado cartas certificadas (aquellas piezas postales que permiten conocer si llegó
a destino, cuándo y quién la recibió), que son mucho más costosas. Esto ha generado que su utilización sea
limitada (7).
Otra cuestión que vale subrayar es la necesaria reflexión en torno a la probable insuficiencia de la misiva
simple como medio de notificación. Sin descartar su utilidad, entendemos que no puede —o, al menos, no sin
riesgos a lesionar principios fundamentales- ser utilizada como único medio de comunicación. Necesariamente
debe considerársela como un modo "complementario" a otros que permitan un mayor control y transparencia
sobre el acto procesal de la notificación a los fines de mantener incólume el debido proceso constitucional
colectivo (8).
III. La notificación: precisiones sobre el concepto y su finalidad
La palabra notificación, que en voz latina es "notificare", proviene de "notius" (conocido) y "facere" (hacer).
De esta forma vemos que su significado es "hacer conocer" (9). En los procesos colectivos debe entenderse por
notificación toda comunicación destinada a hacer conocer a los miembros del grupo la existencia del proceso o
alguno de los actos procesales allí desarrollados.
En general se ha dicho que la notificación concede a los miembros del grupo los poderes de fiscalización,
participación y control, así como también posibilita el ejercicio de opción de salir de la incidencia de la decisión
colectiva cuando el sistema así lo permite (10). Los elementos que componen este instituto son tres: (i) los
medios o modos de comunicación (postales o electrónicos, televisivos, etc.); (ii) su contenido; y (iii) su modo de
redacción.
Ahora bien, cuando uno piensa en notificaciones o publicidad de un proceso judicial lo primero que imagina
son cédulas, edictos, registros de juicios universales y demás modalidades tradicionales de comunicación. La
realidad, sin embargo, nos muestra que las cédulas son costosas y de complicado trámite, los registros de juicios
universales se encuentran muy lejos de la comunidad, y muy poca gente desayuna leyendo los edictos del diario
(mucho menos los del Boletín Oficial).
A pesar de todo ello, los abogados nos hemos puesto de acuerdo en que estas modalidades de comunicación
son aptas para permitir que la discusión procesal avance y también para resguardar los derechos de las partes y
terceros con interés en el conflicto a resolver. Hemos aprendido a convivir con ellas sin cuestionarlas
demasiado, y de hecho las experiencias recientes que buscan utilizar (y utilizan) la informática para mejorar
nuestras comunicaciones han sido resistidas por grandes sectores de la comunidad jurídica (11).
Si esta falta de modernización en el modo de comunicarnos en el marco del proceso es cuanto menos
delicada en el campo de los procesos individuales, en el contexto de casos colectivos asume, lisa y llanamente,
un carácter peligroso. Peligroso para los miembros del grupo representados por el legitimado colectivo,
peligroso para la efectividad de la solución dictada por la eventual sentencia a dictarse y peligroso para la
legitimidad del sistema frente a la sociedad (12).
Desde el derecho comparado y ante a falta de regulación de un modelo de notificación adecuado en el
esquema de acciones colectivas en Brasil, Gidi ha sostenido que una de las repercusiones negativas de la falta
de comunicación adecuada es el debilitamiento del poder político de las acciones colectivas y del poder de
movilización social de los miembros del grupo afectado. (13)
Entendemos que esta dimensión política de las acciones colectivas, y su necesaria conexión con el nivel de
conocimiento de las mismas por parte de la comunidad, es algo fundamental para que las discusiones que allí se
desarrollan no sean tan permeables al fuertísimo lobby desarrollado por los sectores de poder que deben
enfrentar este tipo de planteos, así como también para evitar que los casos colectivos queden perdidos en la
burocracia judicial general (puesto que no se ha reconocido todavía el principio de trato prioritario de estas
causas, a pesar de tratarse de asuntos de intereses público que involucran enormes números de personas) (14).
IV. La notificación adecuada: nuestra propuesta
Sin un sistema de notificación adecuada los procesos colectivos, como herramienta de acceso a la justicia y

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pilar de la tutela judicial efectiva, pierden su utilidad y su potencial de impacto para modificar conductas que
provocan vulneraciones masivas de derechos. Frente a la ausencia de legislación específica en la materia y dada
la amplia libertad de elección de medios que brinda "Halabi", entendemos conveniente proponer como concepto
de "notificación adecuada" aquella que se ajusta a la finalidad a la que se destina. Esto es, a hacer conocer de
manera efectiva la existencia del proceso colectivo o de las decisiones que en él se tomen, a fin de que los
consumidores que integran la clase representada puedan ejercer sus derechos u obligaciones. En esta línea,
consideramos necesario extender el examen de "adecuación" de la notificación a su contenido y la redacción
(esto es, no limitarlo sólo a la modalidad), e incluso a su relación con las características del grupo al cual se
pretende informar a través de la misma.
Partiendo de esta premisa, es fundamental tener presente que los modos de notificación no se agotan en las
cédulas, edictos y cartas simples, como así tampoco en los registros públicos. Por el contrario, es grande la
cantidad de medios que pueden emplearse en función de las particularidades del grupo y del caso, como por
ejemplo: banners informativos en la página web de la demandada, publicidad televisiva, carteles en las oficinas,
publicidad en redes sociales de la demandada y de instituciones públicas y del tercer sector involucradas en la
temática, emails, mensajes de texto y anuncios expresos en las facturas, entre otros. Una incipiente y tímida
jurisprudencia parece haber comenzado a abrir camino en este sentido (15), y el fallo que dispara el presente
trabajo se inscribe en esta línea brindando claros fundamentos de principio en torno a la trascendencia del
instituto en el campo de la tutela colectiva de consumo.
En otro orden, además de la amplitud de medios y su necesaria relación con las particularidades del caso
(especialmente en este campo nos referimos a la cuantía de las pretensiones individuales, en clave de incentivo
para ejercer derechos), entendemos que el concepto de la notificación adecuada debe extenderse también al
lenguaje que se utilice para generar el contenido del medio seleccionado. En este sentido, es una realidad que el
lenguaje jurídico resulta de difícil comprensión para las personas ajenas a la práctica forense. Este problema es
aún más grave si pensamos en sectores especialmente vulnerables como personas de bajos recursos o sin acceso
a la educación formal, así como en conflictos complejos en los cuales el producto o servicio en discusión
presenta una dificultad particular como sucede con los contratos financieros de tarjeta de crédito o los de seguro
(16), entre otros (17). De esta forma entendemos que para que exista "notificación adecuada" su lenguaje debe
tener en consideración las características del grupo al cual se destina (v. gr. jubilados, amas de casa, etc.) y, esto
es fundamental, debe ser sencillo y en lenguaje natural (por supuesto, sin incurrir en errores conceptuales) a fin
de garantizar su compresión por quienes no son abogados.
En lo que refiere al contenido de la notificación (entendido como los datos mínimos que necesariamente
debe contener), consideramos que además de aquellos estrictamente técnicos tales como la definición de la
clase, términos del acuerdo o sentencia, propuesta de honorarios, etc., debería incluirse toda otra información
adicional que a criterio del Juez -y previo examen de adecuación al grupo destinatario- sea considerada
necesaria a los efectos de allanar el acceso a la justicia de los miembros del grupo para permitirles conocer, por
ejemplo, cómo proceder para ejecutar o liquidar su daño individual (en las acciones de responsabilidad
genérica) u obtener la restitución de las sumas que le corresponden, dónde pueden dirigirse para asesorarse
(datos de oficinas públicas de Defensa del Consumidor o del propio representante de la clase), etc.
Finalmente, cabe concluir que sin un adecuado y razonable sistema de publicidad y notificaciones será
imposible dotar de legitimidad social al sistema de tutela colectiva de consumo, mucho menos garantizar el
acceso a la justicia y la tutela judicial efectiva de los afectados. Creemos que la falta de legislación convoca a
procesalistas, consumeristas, miembros de la comunidad política y de los sectores económicos (Cámaras,
Federaciones) a trabajar en conjunto a fin de encontrar y promover las herramientas más eficientes para dotar de
efectividad a los procesos colectivos y al derecho del consumidor y, de ese modo, hacer efectivo el derecho
constitucional a un debido proceso colectivo reconocido por la CNA.
(*) Abogada por la Universidad Nacional del Litoral. Abogada de la Asociación Civil Usuarios y
Consumidores Unidos UCU). Email carenkalafatich@gmail.com
(**) Abogado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.
Profesor Adjunto Ordinario de Derecho Procesal II (designación en trámite) y Secretario Académico de la
Maestría en Derecho Procesal de dicha casa de estudios. Secretario General de la Asociación Argentina de
Derecho Procesal. Abogado de la Asociación de Defensa del Consumidor Usuarios y Consumidores Unidos
(UCU). Email fverbic@hotmail.com. El presente trabajo fue presentado como ponencia en el "I CONGRESO
SUDAMERICANO DE DERECHO DEL CONSUMIDOR", celebrado en la ciudad de Santa Fe del 2 al 4 de
Septiembre de 2015.
(1) Entre otros, arts. 41, 42, 43, 75 incs. 17, 19 y 22 CN

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(2) Las únicas normas vigentes en la materia con aplicación en todo el territorio nacional son la Ley
General del Ambiente N° 25.675 (LGA) y la Ley de Defensa del Consumidor N° 24.240 (LDC). Ambas regulan
mayormente derechos sustantivos, pero también contemplan algunas disposiciones procesales que resultan
aplicables a casos que involucran conflictos colectivos en esas áreas específicas del derecho. Estas normas
procesales de índole colectiva, sin embargo, carecen de la sistematicidad mínima que supone cualquier
mecanismo procesal que se digne de tal (VERBIC, Francisco. "La Corte Suprema argentina y la construcción
del derecho constitucional a un debido proceso colectivo" en Int'l Journal of Procedural Law, Volume 5 (2015),
No. 1).
(3) Por ejemplo con la creación del Registro Público de Procesos Colectivos de acceso público y gratuito
desde la página web oficial de la CSJN. Sobre la evolución de la tutela colectiva de derechos en Argentina me
remito en general a Verbic, Francisco "Tutela colectiva de derechos en Argentina. Evolución histórica,
legitimación activa, ámbito de aplicación y tres cuestiones prácticas fundamentales para su efectiva vigencia",
RDP, Número Extraordinario sobre Procesos Colectivos, Santa Fe, 2012.
(4) "Consumidores Libres Coop. Ltda. y otros c/ Bankboston N.A. s/ sumarísimo" (Expte. N° 091020)
Juzgado Comercial N° 13, Secretaría N° 26, 25/04/2011.
(5) C.S.J.N, "Halabi Ernesto c. P.E.N.", del 24.02.2009; Fallos 322:111.
(6) "Usuarios y Consumidores Unidos c/ AMX S.A. y otro s/ Materia a categorizar" de la Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de Pergamino en fecha 18/09/2014.
(7) En este sentido ver: acuerdo colectivo celebrado en autos "PADEC c/ Banco Santander Rio S.A. s/
Sumarísimo" donde la notificación se limitó a aquellos consumidores cuyo resarcimiento supere el costo del
medio utilizado.Disponible online
https://www.santanderrio.com.ar/banco/wcm/connect/4fab86e7-43d0-487d-adff-3aab0f98727b/Acuerdo-.pdf?MOD=AJPERES&C
(8) En esta línea, sobre medios complementarios de notificación pueden verse los fallos: "Consumidores
Financieros Asociación Civil c/ Liderar Compañía Argentina de Seguros S.A. s/ordinario" C.N.A.Com., Sala F,
(22/08/13); "Usuarios y Consumidores Unidos c/ AMX S.A..." C.A.C.C.P. (18/09/14).
(9) PEYRANO, Jorge W. "Lecciones de Procedimiento Civil", 2da. Ed., Ed. Zeus S.R.L., Rosario P.289
(10) SPÍNOLA GOMES, Técio. "A notificação adequada no processo civil coletivo brasileiro como
instrumento de garantia do acesso à justiça" publicado em Dirrito.it (ISSN 1127-8579), 21/03/2013.
(11) VERBIC, Francisco. "Publicidad y notificaciones en los Procesos Colectivos de Consumo", nota a
fallo publicada en el Diario La Ley del 15 de Abril de 2015.
(12) VERBIC, Francisco. "Publicidad y notificaciones..."
(13) GIDI, Antonio. A Class Actions como instrumento de tutela colectiva de direitos. São Paulo: RT,
2007.
(14) "Si asumimos que la creación de un fuero especializado en materia de conflictos colectivos se
encuentra hoy lejos de poder concretarse por razones de diversa índole, cabría ponderar la necesidad de brindar
a este tipo de casos un trato prioritario en la agenda de los tribunales. Sea en atención a la trascendencia
institucional o social de la materia en discusión o al gran número de personas afectadas por el hecho generador
del conflicto, no parece razonable que una causa colectiva merezca el mismo trato que un cobro ejecutivo o
daños y perjuicios individual" (VERBIC, Francisco. "Procesos Colectivos", Ed. Astrea, Buenos Aires, 2007).
(15) VERBIC, Francisco. "Publicidad y notificaciones...".
(16) BENGOLEA, Adrián & KALAFATICH, Caren. "Reflexiones y propuestas en torno a la tutela judicial
de los usuarios y consumidores" Presentada en el XXVII Congreso Nacional de Derecho Procesal disponible
online http://www.procesal2015.org.ar/index.php/programacion-academica/ponencias
(17) Tengamos presente que aun cuando podamos asegurar que la información llegue a conocimiento de sus
destinatarios, de nada servirá si el lenguaje utilizado para comunicar les resulta inaccesible (conf VERBIC,
Francisco. "Publicidad y notificaciones...").

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