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Título: El diálogo de fuentes en la jurisprudencia. ¿Se trata solo de retórica?


Autor: Habib, Javier I.
Publicado en: LA LEY 31/05/2022, 1 - LA LEY2022-C, 438
Cita: TR LALEY AR/DOC/1744/2022
Sumario: I. Introducción.— II. El diálogo de fuentes como control de constitucionalidad.— III. El diálogo de
fuentes como interpretación integradora.— IV. El diálogo de fuentes como análisis de proporcionalidad.— V.
Aclaratoria.— VI. Conclusión.
(*)

I. Introducción
El "diálogo de fuentes" se ha convertido en tópico recurrente entre abogados, académicos, relatores de
sentencias, y jueces de distintas competencias. La intuición indica que se trata de una herramienta jurídica que
permite resolver conflictos entre leyes: dos fuentes (por ejemplo, un artículo de la Ley de Seguros y otro de la
Ley de Defensa del Consumidor) entran en un conflicto (porque uno manda resolver el caso de manera "X" y el
otro de manera "Y") que es resuelto a través de un "diálogo". Pero no solo no es claro en qué consiste esta
conversación entre dos normas, sino que, como lo hemos argumentado en un comentario a jurisprudencia
reciente (1), la terminología de la "integración" y la "armonización" que suele acompañar al "diálogo de
fuentes", lejos de realizar el pluralismo democrático que semánticamente denotan, suele esconder una arbitraria
intención de hacer prevalecer—a modo todo o nada— una fuente sobre la otra.
En este trabajo me propongo identificar las funciones que acomete el diálogo de fuentes en las sentencias
judiciales. Si bien existe una influyente bibliografía acerca de lo que el "diálogo de fuentes" debería hacer (2), no
existen más que estudios fragmentarios acerca de lo que los jueces hacen con este concepto (3). En este sentido
existe una incógnita generalizada. Todos conocemos la función de, por ejemplo, el control de constitucionalidad
(lo usamos para argumentar la inaplicabilidad de una disposición a un caso concreto). Pero ¿para qué sirve el
"diálogo de fuentes"?
Para contestar esta pregunta recolecté 135 sentencias en las que se dice "diálogo de fuentes"; y las leí
intentando entender la función que cumple el concepto denotado (4). Los resultados de mi investigación indican
que no hay uniformidad en el uso de estas palabras, sino que existen cuatro típicas funciones de este diálogo.
Expondré estos cuatro tipos de diálogos de fuentes. Pero la intención no es tanto elaborar una tipología de
diálogos de fuentes cuanto demostrar que para todos los usos que se les da a estas palabras existen ya otros
términos jurídicos. Verbigracia, mi tesis es que el diálogo de fuentes hace las veces de "control de
constitucionalidad" (argumento de la sección 1), "interpretación sistemática" (sección 2), "interpretación
integradora" (sección 3) o "análisis de proporcionalidad" (sección 4). En otras palabras, no existe una función
operativa que sea propia a esta terminología.
Un posible corolario de mi estudio de los casos revisados sería la recomendación —a operadores y
académicos— de no seguir aplicando o estudiando esta categoría, puesto que a sus tipos le preexisten conceptos
de mayor refinamiento técnico. Con todo, no dejaré de indicar posibles contribuciones de este "diálogo de
fuentes", y de advertir acerca de su innegable rol retórico en el discurso jurídico contemporáneo.
II. El diálogo de fuentes como control de constitucionalidad
La primera función del diálogo de fuentes es la de autorizar al juez a aplicar un derecho constitucional. Por
lo general se trata de casos que cuentan con una respuesta legal que el juez, por alguna razón, no quiere aplicar.
El juez acude al diálogo de fuentes para invalidar la ley en el caso concreto, con base en un derecho
constitucional. Es común entre estos casos que el juez opere como si, indubitadamente, esa fuera la opción
correcta, a veces sin siquiera mencionar una atendible justificación para aplicar la ley que se invalida (como otro
derecho constitucional).
En estos casos, el diálogo de fuentes cumple la misma función que cumple la doctrina de la "supremacía de
la Constitución", en su clásica versión de la lesión "manifiesta, clara e indudable" de un derecho subjetivo (5).
Dentro de esta categoría, podemos dividir dos subtipos de casos.
II.1. Similitud plena
En un primer subtipo, la similitud entre el diálogo de fuentes y el control de constitucionalidad es plena. De
esta manera se han resuelto casos de derecho laboral (6), derecho falimentario (7), filiación (8), adopción (9) y
multas administrativas (10). Hay otros. Nos concentremos en uno, para ilustrar mi punto.
El instituto de la "compensación económica" otorga derechos a una persona a reclamar a su exconviviente
sumas que permitan remediar el desequilibrio económico que se produzca con la separación. El Código Civil y
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Comercial establece que la acción caduca a los seis meses de cesada la convivencia (arts. 525 y 523). En un
caso reciente (11) la actora había iniciado acciones pasado el plazo de caducidad. El juzgado de origen no hace
lugar a la demanda. La actora pone en crisis la sentencia, señalando haber sido víctima de violencia doméstica.
La vocal de Cámara, Dra. Pamphile, reconoce que la finalidad de la brevedad del plazo legal es la de evitar que
la prolongación del conflicto repercuta negativamente en la vida de los hijos. Sin embargo, advierte que el plazo
de seis meses puede llegar a ser exiguo. Tal es el caso de la reclamante que, según consta en las actuaciones,
dejó su hogar en condiciones de violencia tanto física como verbal, lo que le impidió hacerse de la debida
información letrada. Y dice:
"las disposiciones del Código Civil y Comercial, en materia de caducidad, deben interpretarse en un diálogo
de fuentes, que no puede desprenderse de las directivas dadas en las Reglas de Brasilia sobre Acceso a la
Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad, la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer y, en especial, con la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convención de Belém do Pará".
En otras palabras, la aplicación de la ley es injusta, puesto que en el caso concreto ofende derechos humanos
reconocidos por la Constitución. Por ello nuestra jueza determina improcedente el plazo de caducidad legal.
Como se nota, el mismo efecto habría sido logrado con el "control de constitucionalidad".
II.2. La retórica del "piso mínimo"
Hablar de un "piso mínimo de derechos" tiene que significar que existen posiciones jurídicas favorables (12)
(no solo derechos, sino también privilegios, poderes, libertades, etc.), que en ningún caso deben ser menguadas
(por algún derecho o principio que se le oponga). Esta terminología goza de la autoridad de aparecer en los
Fundamentos del Proyecto de Código Civil y Comercial (13). Sus efectos son análogos a los de la terminología
del "núcleo duro" (14). Analicemos un caso en materia de reproducción humana asistida.
En la fecundación in vitro se forman embriones en un plato de laboratorio para ser implantados en una
persona gestante. Se suelen formar varios embriones. La intención es contar con material genético suficiente
para el caso en que la implantación (o cualquier etapa ulterior) fuera infructuosa. En cuanto a los embriones que
sobraran de un intento exitoso, quedan "crioconservados". Una de las finalidades de esta conservación es obvia:
su disponibilidad para ulteriores intentos. La cuestión jurídica emerge en el caso en que, por cualquier motivo,
los propietarios quieren deshacerse de esos embriones crioconservados. Eso fue lo acontecido en C.M.L. (15).
Los peticionantes deseaban cesar la criopreservación y descartar los embriones criopreservados, ya que preveían
no tener más hijos. Para decidir, el Juzgado Nº 8 de Familia de La Plata considera necesario efectuar un análisis
de la naturaleza jurídica del embrión no implantado. En este contexto nos dice:
"La herramienta que posibilitará arribar a una respuesta adecuada la encontramos en los arts. 1º y 2º del
Cód. Civ. y Com. de la Nación, que dotan de elasticidad y flexibilidad al ordenamiento jurídico interno
permitiendo el diálogo de fuentes, con el afán de alcanzar soluciones que respeten el piso mínimo que emerge
de la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos".
Aunque no resulte claro qué es lo que el Juzgado quiere decir con este párrafo, lo cierto es que prosigue
argumentando que el art. 19 del Cód. Civ. y Com. —que establece que el derecho a la vida comienza "a partir
de la concepción"— responde a la tradición jurídica argentina, pero no contempla la situación de quienes
acuden a centros médicos para concebir in vitro. Para el Juzgado resulta paradójico que el Código Civil y
Comercial continúe con la visión histórica, estando la ley 26.862, que admite la revocación del consentimiento
hasta antes de la transferencia a la persona gestante. Según el Juzgado, es mejor como entendimiento para la
"concepción" el asumido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que lo asocia a "implantación". De
allí que, si la vida humana comienza con la implantación en la gestante, no hay cortapisas para autorizar a la
clínica a cesar la crioconservación. Y luego de este razonamiento, un pasaje que revela el significado de "piso
mínimo":
"La posición aquí esgrimida resiste el control de constitucionalidad-convencionalidad interno potenciando
de este modo la protección de derechos humanos en juego, como el derecho humano a formar una familia, a
gozar de los beneficios del progreso científico y tecnológico, entre otros. Así como existe un derecho a formar
una familia existe un derecho a no formarla".
El piso mínimo estaría conformado por los derechos recién enunciados (no formar una familia, gozar de los
beneficios del progreso científico, etc.) Esos derechos son violados cuando se pone cortapisas a la autorización
de hacer cesar la crioconservación. Tal escollo es inconstitucional o, como lo dice el Juzgado, no supera "el
control de constitucionalidad-convencionalidad interno".
II.3. El diálogo de fuentes como interpretación sistemática

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La "interpretación sistemática" se usa para llenar vacíos. Supongamos que necesitamos conocer el
significado de la palabra "X", consignada en el artículo "Y", que versa sobre el enriquecimiento sin causa. El
juez no busca el significado en un diccionario de habla hispana (interpretación literal), ni investiga los debates
legislativos para entender lo que el legislador quiso decir (interpretación histórica), ni apela a un principio que
encuentra en "Y" para dotarla de un significado (interpretación finalista). El juez encuentra el significado que
busca en otro ámbito del derecho, supongamos, en un artículo del capítulo del Código dedicado al comodato. Se
le llama "interpretación sistemática", porque con ella se resuelve un problema apelando a otras piezas del
sistema.
Un reciente caso en materia de legitimación para reclamar el daño moral nos muestra cómo el diálogo de
fuentes suele ser utilizado a la manera de la interpretación sistemática (16).
Una menor había sufrido quemaduras graves de un fuego presuntamente emergente de una bengala que llegó
a manipular dentro del automóvil en el que sus progenitores la transportaban. Los progenitores alegaron haber
sufrido penosas afecciones morales por tener que ver a su hija padecer durante el prolongado período que
duraron los tratamientos médicos y de rehabilitación. Según el art. 1741, "los ascendientes" están legitimados a
reclamar "indemnización de las consecuencias no patrimoniales" cuando el damnificado directo hubiera sufrido
una "gran discapacidad". La cita al diálogo de fuentes aparece como una precisión respecto al método de
investigación implementado para discernir el significado de "gran discapacidad". Al razonamiento está el Dr.
Roberto Loustaunau.
Loustaunau comienza advirtiendo que no hay consenso respecto a lo que debe entenderse por "gran
discapacidad". Y luego de precisar que para interpretar el alcance de esta norma, se deben extraer "pautas
conceptuales de otras disposiciones", elabora una interesante introspección respecto a la naturaleza de los
conceptos jurídicos. "Cada categoría es diseñada de acuerdo a los propósitos que subyacen al sistema en el que
se inserta". El "concepto de la incapacidad sobreviniente", por ejemplo, tiene por propósito compensar las
lesiones que generen "un desmedro patrimonial laboral o vital". Se trata de un concepto "médico y funcional
que... opera en orden a establecer un tipo particular de daño económico". En contraste, el concepto de
discapacidad necesitado, "no se determina —o al menos no totalmente— bajo concepciones médicas o
funcionales". Por ello es que "no podemos hallarlo" en el Derecho Privado. El concepto que necesitamos "opera
mayormente en el terreno del derecho internacional de los derechos humanos". Se trata, en efecto, de lo que dice
el art 1º in fine de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. El mismo "aprehende a
quienes «tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con
diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones
con las demás»" (citas omitidas).
Habiendo encontrado el concepto de discapacidad apropiado para llenar el vacío dejado por el art. 1741 del
Cód. Civ. y Com., precisa:
"No se trata más que del denominado diálogo de fuentes que prescribe actualmente el art. 1º del Código
Civil y Comercial, y que obliga a los jueces a resolver los casos «según las leyes que resulten aplicables,
conforme con la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte»".
Luego de elaborar precisiones conceptuales acerca de esta noción de discapacidad, y advertir diferencias
fundamentales con la incapacidad del derecho privado (aquella debe ser a largo plazo), nuestro agudo juez
procede a resolver el caso, concluyendo que no es posible afirmar que la damnificada directa haya sufrido la
"gran discapacidad" que el art. 1741 requiere para habilitar el reclamo de los ascendientes.
Recapitulemos. Nuestro juez necesitaba conocer el significado de una palabra de un artículo en materia de
daños. Al significado lo encuentra en un artículo de otro sector del Derecho: La Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad. El juez efectúa una interpretación sistemática.
Quiero terminar esta sección enfatizando un aspecto de las interpretaciones sistemáticas. Quien lee una
buena interpretación sistemática siente que el razonamiento es imparcial. Eso es lo que siento en la lectura del
caso analizado. Aunque el concepto de discapacidad del Derecho de los derechos humanos no haya sido
diseñado para integrar al art. 1741 del Cód. Civ. y Com., ni hay certeza alguna de que el art. 1741 nos reenvíe al
concepto de discapacidad de la mencionada Convención, el argumento del Dr. Loustaunau fluye de manera
orgánica, sin ruidos, como si fuera que las piezas fueron hechas para ser unidas. Muchos otros casos pueden ser
encasillados como ejemplos de interpretación sistemática (17). Pero en muchos otros, como veremos, aunque se
integren piezas de distintas partes del sistema, la sensación es de arbitrariedad.
III. El diálogo de fuentes como interpretación integradora
La tercera función del diálogo de fuentes consiste en construir una solución de acuerdo al propio

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entendimiento de lo justo. El método procede en tres pasos. Primero, se argumenta que estamos ante un vacío
legal. Segundo, se elige una de las dos o más posibles decisiones para el caso ("en lugar de fallar a favor de la
aseguradora, fallaremos a favor del consumidor"). Y tercero, se dota a la decisión tomada, de un ropaje jurídico,
que es importado de otro o varios otros sectores del Derecho (Derecho privado general, Derecho constitucional,
etc.).
Como lo caracteriza el Dr. Fabiano en un representativo caso de este tipo (18), se trata de una operación
finalista y sistemática. Finalista, en cuanto a que la decisión tomada busca realizar alguna de las finalidades del
derecho (por ejemplo, proteger al consumidor). Y sistemática, en cuanto a que se articula a la decisión con
categorías del ordenamiento jurídico todo (Derecho del consumidor, privado general, constitucional, etc.) (19).
En lo que sigue expondré dos casos. Con el primero, pondré en evidencia los tres pasos del razonamiento.
Con el segundo, argumentaré que estamos ante lo que comúnmente se llama "interpretación integradora".
III.1. Sittner
En "Sittner" (20) tocaba determinar el plazo de prescripción aplicable a los contratos de seguro con
consumidores. La actora pretendía el plazo de tres años, previsto en el art. 50 LDC. La aseguradora demandada
requirió se imponga el plazo de un año, establecido en el art. 58 de la Ley de Seguros. Se trataba de un supuesto
en la que dos subsistemas estaban llamados a intervenir. Primera instancia opta por el plazo anual, de la Ley de
Seguros. La actora pone en crisis el fallo argumentando que correspondía aplicar el plazo de 3 años de la LDC.
La Cámara revoca la sentencia, pero sin darle razón a la apelante. En lugar del plazo trienal, establece una
opción inadvertida, de 5 años, tomada del Código Civil y Comercial.
A mi juicio, la decisión se mueve en tres direcciones. Primero, la Cámara comienza argumentando que
existe un vacío legal. Nos dicen que en casos similares venían aplicando el plazo de tres años previsto por el art.
50 de la Ley de Defensa del Consumidor. Sin embargo, ese plazo no puede continuar vigente, puesto que según
cambios recientes (ley 26.994), el plazo trienal es solo válido para sanciones administrativas, no para "acciones
judiciales como las ahora tratadas."
La segunda fase del razonamiento consiste en invalidar el plazo anual de la Ley de Seguros. Este párrafo
marcaría la etapa finalista de la decisión. Si bien existe un plazo aplicable para el caso y, en consecuencia, no
deberíamos tener que concluir que estamos ante un vacío legal, "el plazo de un año previsto por la ley especial
resulta absolutamente breve y prácticamente condenatorio de los derechos de los asegurados". El plazo de un
año es invalido porque "resulta contrario a los principios protectorios de los consumidores dispuesto por el art.
42 y art. 75 inc. 22 CN" Y se recuerda que "la Constitución es ley suprema", sin recordar que también promueve
el desarrollo del comercio (art. 14) y la división de los poderes.
El tercer movimiento argumentativo tiene lugar a partir de una invocación al diálogo de fuentes, como una
regla que manda a efectuar integraciones normativas (21). Se dice, concretamente, que, para resolver el vacío
legal corresponde efectuar una "escala técnica" en el Código Civil y Comercial, en particular, el art. 2560, que
prevé un plazo de cinco años, para las acciones que no tengan plazo especial. Esta ultima sería la etapa
sistemática del razonamiento. Como el plazo de la Ley de Seguros es inconstitucional, y la LDC no tiene plazo,
se debió buscar, por préstamo a la legislación común, un plazo para el caso. Ese plazo es de 5 años.
Quiero enfatizar por qué este no es un ejercicio de interpretación sistemática. Declarado el vacío, el juez no
procedió a aplicar lo que el sistema le decía. Si la LDC no prevé plazo, no hay vacío legal, porque el vacío
dejado por la mencionada ley, es inmediatamente (sistemáticamente) cubierto por la Ley de Seguros. El juez no
quiere "elaborar soluciones meramente mecánicas". El juez tiene una finalidad clara: fallar en beneficio del
consumidor (22).
En el caso que analizaremos a seguido pondremos en evidencia que este movimiento finalista-sistemático
explica al razonamiento conocido como "interpretación integradora".
III.2. Fresno
La señora Fresno (23) había comprado un sillón por internet ($9,999.01), pagando además transporte ($349)
y obligándose por intereses de financiación. El sillón nunca fue entregado. A tres meses del incumplimiento, en
la audiencia conciliatoria organizada por la Oficina de Defensa del Consumidor, la vendedora le promete
entregar el sillón en menos de 15 días y compensar su espera con un vale de compras por $1.500. Tampoco
cumplió. La mencionada Oficina inicia acciones legales. El juez de primera instancia condena a la demandada a
abonarle, entre otros rubros, la suma de $30.000 en concepto de daño moral, fundado en el art. 1741 del Cód.
Civ. y Com. La demandada se agravia en que se había concedido remedio por daño moral sin que el
demandante haya aportado pruebas al respecto. La Cámara confirma la sentencia, por entender que las
"dilaciones e incomodidades innecesarias" por las que había pasado la actora eran prueba suficiente del daño

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moral. El diálogo de fuentes aparece para justificar la pregunta que emerge si se piensa el asunto desde el punto
de vista del Derecho de los contratos:
¿Por qué el deudor contractual debería responder por daños morales, si el contrato no estableció una
cláusula al respecto?
"Debemos destacar que en materia contractual el art. 961, Cód. Civ. y Com., resulta mucho más claro y
determinante que el derogado 1198, Cód. Civil, ya que establece que los contratantes se obligan a todas las
consecuencias que puedan considerarse en los términos obligacionales del contrato, con los alcances en que
razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor, lo que interpretado en un coherente
diálogo de fuentes normativas impone al proveedor profesional en una relación de consumo... a una mayor y
más amplia asunción obligacional, porque cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las
consecuencias (Cfr. art. 1725, Cód. Civ. y Comercial)".
El mensaje es el siguiente: las obligaciones no solo son aquellas expresamente estipuladas en el contrato,
sino también aquellas que se puedan integrar echando mano a reglas y principios externos al contrato. La
búsqueda de cláusulas no es arbitraria, sino que está guiada por el pensamiento de "un contratante cuidadoso y
previsor". Aquí se inserta el diálogo de fuentes. El diálogo de fuentes nos tiende un puente hacia los distintos
elementos substantivos que van a hacer las veces de cláusulas contractuales. Siguiendo el diálogo de fuentes,
hay que visitar el derecho del Título V "Otras fuentes de obligaciones" (el énfasis es mío). Allí está el art. 1741,
que prescribe la reparación del daño moral. Un contratante previsor, según el criterio de un hombre previsor,
habría incluido una cláusula de reparación del daño moral. Como el daño ha ocurrido; luego, cabe resarcirlo.
Se trata, en efecto, de la famosa "interpretación integradora". Un concepto desarrollado en sede contractual,
por medio del cual los jueces han podido declarar nulas ciertas clausulas y/o agregar cláusulas que no existían
en el contrato (24). La interpretación integradora, parece claro, es una interpretación sistemática: el intérprete
estudiará al ordenamiento todo en búsqueda de elementos que puedan darle letra a su proyecto de solución. Pero
el elemento finalista también es obvio. Como queda claro en el caso revisado, el juez, antes de buscar una
norma que sustente el reclamo del daño moral, juzgó prudente responsabilizar a la demandada por las afecciones
sentimentales de la actora. Podría haber considerado que el contrato solo responsabilizaba por daños materiales,
o que este ya era suficiente (la sentencia, además, agregó $150,000 en concepto de daño punitivo).
III.3. Tres puntos
Con todo, el uso del diálogo de fuentes como interpretación integradora ilumina dos puntos quizá no antes
observados. Primero, la interpretación integradora puede ser utilizada en ámbitos distintos al derecho
contractual (25). Segundo, la manera en la que los jueces articularon el diálogo de fuentes explica el
funcionamiento de la interpretación integradora: se trata de una operación finalista-sistemática. Por último,
existe un nexo conceptual entre la norma cuya función manda a buscar materia normativa (el contrato debe decir
lo que un contratante previsor habría dicho) y las normas substantivas que estipulan lo que un contratante
previsor habría dicho (derecho del consumidor, principio de la buena fe, etc.). Este nexo conceptual —aunque
pecando por excesivo rigor analítico— puede ser llamado "diálogo de fuentes".
IV. El diálogo de fuentes como análisis de proporcionalidad
El diálogo de fuentes también es usado para proporcionar la aplicación de dos principios en tensión. La
intención es lograr una solución que satisfaga, en el mayor grado posible, ambos principios. Aquí corresponde
situar a los famosos casos de "pagaré de consumo", en donde se aplica el diálogo de fuentes para armonizar el
principio de la circulación de la riqueza (propio del derecho cartular) y el principio de protección del
consumidor. Estudiemos separadamente:
Uno de los instrumentos jurídicos del comercio es el llamado "pagaré". Se trata de un documento escrito en
el que se precisa un monto debido, el deudor de ese monto, un lugar de pago y el título de "pagaré", a efectos de
que no queden dudas de que se está ante este documento. La particularidad jurídica del pagaré es que ante la
negativa de pago por parte del deudor, el portador del documento puede peticionar su ejecución en un juzgado
especial, con proceso breve, en el que por definición no se atienden las defensas que el deudor pueda esgrimir.
A estos efectos, se dice que es característica jurídica del pagaré que no precise la causa de la deuda (recibo el
pagaré en pago de la mercadería "X"). Se evita esta información para no dar siquiera lugar a que en el proceso
se oigan planteos del deudor (¡la mercadería que me entregaste estaba toda podrida!). La finalidad de este
instrumento es obvia: evitando los planteos que caracterizan a la justicia civil, el pagaré busca agilizar el cobro
de las deudas, a fin de promover las transacciones comerciales.
El art. 36 de la Ley de Defensa del Consumidor establece que en todo contrato de préstamo para consumo
debe consignarse, "de modo claro": a) el bien o servicio que se adquirirá; b) el precio que costaría, si fuera
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pagado al contado; c) los importes a desembolsar; d) la tasa de interés efectiva anual; e) el total de los intereses
a pagar o costo financiero total; entre otros puntos. En el caso en que "el proveedor omitiera incluir alguno de
estos datos en el documento que corresponda, el consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del contrato
o de una o más cláusulas". La finalidad de esta disposición es obvia: se da un shock informativo al consumidor
inadvertido del costo real del préstamo, a fin de protegerlo.
Ahora vamos al caso que nos ocupa. Es práctica usual de las empresas que se dedican a prestar para
consumo la de pedir al mutuario que, al recibir el préstamo, firme un pagaré, que sería cobrado por la financiera
en caso de que el mutuario incumpla con sus obligaciones. Las financieras eligen al pagaré en virtud de ser estos
fácilmente ejecutables. Aquí aparece la tensión: mientras que el derecho comercial repele información relativa a
la razón de la emisión del título, el derecho del consumo pide que se la detalle minuciosamente. Y así surge la
pregunta: ¿Es ejecutable el pagaré para consumo?
Los que piensan como comercialistas dicen que el título —sin expresión de la causa de la deuda— es
plenamente ejecutable. Los que piensan como consumeristas dicen (como expresamente lo establece el 36 LDC)
que el título es nulo. En un reciente fallo plenario de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul
(26), el vocal Galdós, en recomendable voto, elabora una solución que armoniza esta antinomia. Para lograr ello,
cita seis veces al "diálogo de fuentes". El voto no está escrito de manera lineal, aunque sí puede ser
concatenado. En mi opinión, el voto eslabona dos momentos.
En el primer momento de su razonamiento, el Dr. Galdós nos presenta la solución intermedia. No hay que
ejecutar el pagaré, si aparece tal y como fue diseñado por los comercialistas. Tampoco hay que anularlo, como
pretenden los consumeristas. Su propuesta es que el juez acepte el pagaré tal y como fue emitido; e intente
integrarlo, con la información requerida por el Derecho del consumidor.
Lo interesante de este primer momento del razonamiento es que, en la formación de esta solución
intermedia, Galdós va integrando normas de distintos sectores del Derecho. Dice: el pagaré de consumo
"mantiene su vigencia como título ejecutivo (art. 521 inc. 5º del Cód. Civ. y Com.)". Pero debe exhibir en sí, o
adjuntos, "los requisitos que inexorablemente deben cumplimentar las operaciones de financiación o crédito
para el consumo y la protección del consumidor (insisto: de linaje constitucional)". En cuanto a su oportunidad
procesal, "debe acompañarse en Primera Instancia teniendo como límite el dictado de la sentencia definitiva,
oportunidad en que el juez debe analizar la habilidad del título, sin que se admita su integración en la alzada". Y
cita jurisprudencia varia. Todo esto "debe realizarse respetando el derecho de defensa del consumidor, la
bilateralidad del proceso y el principio de congruencia (arts. 15 de la Constitución provincial; 34 inc. 5º, 163
inc. 6º, 529, 542 ss. y cdtes. del Código Procesal)".
Este, a mi juicio, es ejemplo de una compleja interpretación integradora. Nuestro juez va formando una
figura (que llama "pagaré de consumo" y clasifica como "título complejo") (27) con elementos varios del
derecho positivo. Lo que distingue al razonamiento de Galdós de la interpretación integradora es la segunda
parte del razonamiento. Como se verá, Galdós no integra a efectos de realizar un fin jurídico particular (por
ejemplo, proteger el consumidor). Galdós, por el contrario, integrará para lograr un balance; proporcionar dos
principios en tensión. Veamos:
Nos dice:
"esta solución ... no solo respeta el enfático principio protectorio del consumidor, de jerarquía legal y
supralegal, sino que además compatibiliza adecuadamente el diálogo de fuentes entre aquel subsistema, el
régimen de derecho privado y otros microsistemas (el derecho cambiario y el juicio ejecutivo) armonizándolos
razonable y coherentemente". [cita numerosa normativa]
"la manera propuesta ... procura resolver el conflicto de normas mediante "la coordinación de fuentes", que
en lugar de "excluir un microsistema", integre las fuentes plurales en pugna, complementando dos
racionalidades regulatorias diferentes" [cita omitida]
En otras palabras, esta tercera posición (que no considera suficiente al título del derecho comercial, pero que
tampoco lo anula) es una posición que otorga, en lo posible, a ambos principios en tensión (favorece al derecho
comercial, en cuanto a que le da validez al título, y al derecho del consumidor, en cuanto a que requiere se
integre la información del 36 LDC). Y agrega un argumento interesante:
"No puede desconocerse que la instrumentación de pagarés —como forma de recuperar rápidamente un
crédito— constituye una práctica frecuente en el comercio. El crédito constituye una herramienta fundamental
del tráfico comercial y de acceso a un sinnúmero de bienes y servicios que de otro modo muchas personas no
podrían adquirir 'y poner un celo excesivamente proteccionista al consumidor puede acarrear un acentuado
achicamiento de la oferta y, por ende, una elevación del costo crediticio, perjudicándolo por vía indirecta'" [cita

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omitida]
Concluyendo, podrá parecer raro para un iusprivatista leer a un juez elaborar soluciones ad hoc, que no
aplican reglas de Derecho, sino que balancean principios. Para un constitucionalista no es el caso. El Derecho
constitucional, en efecto, conoce este tipo de razonamientos. Tan así es, que los teóricos del Derecho
constitucional, bajo el nombre de "análisis de proporcionalidad", han desarrollado una teoría que ofrece un
preciso lenguaje técnico para lograr el mismo resultado.
IV.1. El análisis de proporcionalidad: medios alternativos menos lesivos
En efecto, el análisis de proporcionalidad busca lograr una proporción justa entre dos principios que se
oponen (28). Para lograr ello, nos requiere pensar el problema de acuerdo a tres categorías. Primero, debemos
postular una medida inicial de trabajo. Le llaman M. En nuestro caso, sería: "los pagarés que expresan causa no
son ejecutables". Para analizarla, se establece que la medida "M" sirve un principio. El principio en este caso
sería facilitar las transacciones comerciales (P1). La tercera categoría es el principio al que la medida afecta. En
nuestro caso es la protección del consumidor. Le llamaremos "P2".
Así enmarcado el asunto, corresponde estudiarlo con tres preguntas: primero, ¿es idónea la medida? Aquí
hay que evaluar si "M" está realizando "P1". Quizás, en los hechos, "M" no está facilitando a las transacciones
comerciales, en cuyo caso, habría que descartarla. Pero si "M", en el caso, está sirviendo a "P1", cabe elaborar la
segunda pregunta: ¿es necesaria la medida? Aquí se intenta determinar si existen medidas alternativas a "M"
que, sirviendo a "P1", no afecten a "P2". Si no logramos imaginar esa medida (una que, propiciando la
circulación de la riqueza, no afecte los derechos de los consumidores) entonces cabe pasar al tercer paso,
llamado "análisis de proporcionalidad en sentido estricto", en el que, con ayuda de la matemática de la
proporción, se fuerza al juzgador a explicitar sus preferencias.
A mi juicio, el análisis del doctor Galdós se resuelve en el paso "2" (29). En otras palabras, Galdós diseña
una medida alternativa a "M1", que promueve la circulación de la riqueza (porque no destierra al pagaré del
ámbito de los préstamos para el consumo), pero que no afecta el principio protector del consumidor (porque
respeta el mandato del art. 36 LDC) (30).
V. Aclaratoria
Este artículo clasificó jurisprudencia en cuatro categorías inducidas. Como es de esperar, hay casos que no
cuadran en ninguna de las cuatro categorías. Sin embargo, los casos inclasificables, tienen todavía una nota
común. El diálogo de fuentes no cumple una función imprescindible. Por ejemplo, en un caso de la Suprema
Corte de la Provincia de Buenos Aires, la demandada, propietaria de un tambo y cabezas de ganado, había
rescindido unilateralmente el último de los sucesivos contratos de tres meses que había firmado con el
explotador. La demandada firmaba contratos de tres meses para minimizar las penalidades que la ley 25.169
(art. 11 inc. b) impone a la rescisión de contratos de larga duración. Los jueces invocan el diálogo de fuentes, y
hablan de derechos humanos. En paralelo, sin embargo, resuelven el caso con dos conocidos conceptos del
Derecho contractual. La idea de "la realidad de las cosas" que mandaba entender que no se trataba de sucesivos
contratos de tres meses, sino de un "contrato relacional" que ya llevaba 7 años. Y la doctrina de la buena fe (31).
En otro caso del Superior Tribunal de Justicia de Santiago del Estero (32), la Oficina de Defensa del Consumidor
había impuesto una multa a una comercializadora de automóviles por sendos incumplimientos a la LDC. La
demandada argumenta que Defensa del Consumidor no está facultada a determinar montos de daños y ordenar
indemnización, puesto que al representar al consumidor es parte, no juez. La Corte santiagueña primero
despliega el espacioso discurso del diálogo de fuentes y los derechos del consumidor, para luego señalar que ya
se había expedido en un sentido favorable a la legitimación del organismo administrativo en un precedente:
"Azar Gastamiza, Carlos S. c. Despegar.com s/ supuesta infracción a la Ley 24.240. Apelación" (23/08/2017).
Creo que aquí cabe situar a los casos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (33).
VI. Conclusión
En este trabajo intenté identificar las funciones que cumple el llamado "diálogo de fuentes" en la
jurisprudencia. Son cuatro las funciones. Todas se asimilan a conceptos del Derecho ya existentes. Estos son: el
control de constitucionalidad; la interpretación sistemática; la interpretación integradora; y el análisis de
proporcionalidad.
Podría decirse, si mis conclusiones son correctas, que el diálogo de fuentes no cumple una función que le
sea propia y que, en honor a la brevedad, podríamos descartar este experimento y quedarnos con los conceptos
que gozan ya de un revisado desarrollo. Sin embargo, es obvio que el llamado "diálogo de fuentes" está
cumpliendo una función retórica. Su semántica es afín al vocabulario liberal progresista del "pluralismo", la
"integración", la "armonización", "el diálogo".

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Tampoco corresponde menospreciar lo que ingeniosos magistrados están logrando con esta terminología. El
Dr. Fabiano de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Santa Fe, usando el vocabulario del
"diálogo de fuentes", explicita un relevante aspecto de la interpretación integradora: se trata de una operación
finalista y sistemática. El Dr. Loustaunau, de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Mar del Plata,
nos enseña, con profunda reflexión, que para unir conceptos en la interpretación sistemática, hay que detectar
compatibilidad entre sus funciones. O el Dr. Galdós, de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de
Azul, quien da un admirable ejemplo de cómo el análisis de proporcionalidad puede ser utilizado para resolver,
de manera rápida y prudencial, cuestiones urgentes de la vida comercial.
(A) Profesor Titular de Metodología de la Investigación (Univ. de San Pablo, Tucumán). Posgrado otorgado por
la Universidad de Salamanca. Master in Comparative European and International Laws (European University
Institute). PhD sobre la Filosofía del Derecho Privado (EUI). Ex fellow del Safra Center for Ethics (Univ. de
Tel Aviv).
(1) HABIB, Javier - OVEJERO SILVA, Bruno, "Sittner y el llamado 'diálogo de fuentes'", Revista Argentina de
Teoría Jurídica, 212 (21)
(2) LIMA MARQUES, Cláudia, "Superação das antinomias pelo diálogo das fontes: O modelo brasileiro de
coexistencia entre o Código de Defensa do Consumidor e o Código Civil de 2002" (2004) Revista da ESMESE,
N 7. Disponible en https://core.ac.uk/download/pdf/79073279.pdf (último acceso 9 de febrero 2021). SOZZO,
Gonzalo, "El diálogo de las fuentes en el derecho del consumidor argentino" disponible en
http://www.justiciasantafe.gov.ar/ckfinder/userfiles/files/centro-de-capacitacion-judicial/actividades-2017/4355.pdf
(último acceso 5 de febrero de 2021).
(3) En materia de accidente de tránsito: MOREA, Adrián O., "La prioridad de paso en avenidas: ¿silencio legal
o diálogo de fuentes?", TR LALEY AR/DOC/3520/2020. Pagaré en operaciones de consumo: TAMBUSSI,
Carlos E., "Ejecución de pagarés de consumo y diálogo de Fuentes", TR LALEY AR/DOC/2962/2015. Laboral:
SHINA, Fernando E., "La corte suprema y las actualizaciones de los créditos laborales. El diálogo de fuentes y
los créditos laborales", TR LALEY AR/DOC/2579/2017. Secuestro prendario: ARIAS CÁU, Esteban J. -
NASIF, Sofía, "El régimen de defensa del consumidor, el secuestro prendario y el diálogo de Fuentes", TR
LALEY AR/DOC/2077/2018. Seguros: BAROCELLI, Sergio Sebastián, "Contratos de seguros y derecho del
consumidor. Diálogo de fuentes y perspectivas a la luz del nuevo código civil y comercial", TR LALEY
AR/DOC/5192/2015.
(4) Se trata de los 128 casos que resultan de la búsqueda de jurisprudencia con palabras "diálogo de fuentes",
Legal One de La Ley Online. Más 7 casos de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires. Por una cuestión de
espacio no enumero todos los casos.
(5) Sobre esto, la clásica exposición de BIDART CAMPOS, G., "Tratado Elemental de Derecho Constitucional
Argentino", Ediar, 2007, t. I, ps. 456-462. Recientemente, YLARRI, J. S., "El control judicial de
constitucionalidad en Argentina". El Derecho Público Iberoamericano, (15) (2019), ps 45-86.
(6) CLaboral Santa Fe, sala II, "Vergara, Domingo Aquilino c. Liberty Art S.A. (hoy Swiss Medical Art S.A.) s/
demanda prest. ley 24.557", 30/08/2016 (se utiliza el diálogo de fuentes para declarar la inconstitucionalidad del
IBM)
(7) CNCom., sala F, "Fundación Educar s/ concurso preventivo", 15/12/2021 (se utiliza el diálogo de fuentes
para declarar la inconstitucionalidad del régimen de privilegios).
(8) JFamilia Nro. 2, Mar del Plata, "C. M. F. y otros s/ materia a categorizar", 24/11/2017, TR LALEY
AR/JUR/103023/2017 (se utiliza el diálogo de fuentes para declarar la inconstitucionalidad del régimen del art.
558 in fine del Cód. Civ. y Com.).
(9) TColegiado Familia Nro. 5, Rosario, "R., N. E. s/ guarda", 01/08/2017 (caso de entrega de guarda directa en
el que se utiliza diálogo de fuentes para evitar aplicar o declarar inconstitucional los arts. 600 inc. 2º, 611, 634
inc. h del Cód. Civ. y Com.).
(10) JCobros y Apremios II, Concepción, "Fiscalía Civil, Comercial y del Trabajo c. FI. M. D. V. s/ Cobro
ejecutivo", 02/10/2019, LLNOA 2020 (diciembre) (Se utiliza el diálogo de fuentes para declarar la
inconstitucionalidad de una multa reglamentaria impuesta a una accionante por faltar a la mediación).
(11) CCiv., Com., Lab. y Minería, Neuquén, Sala I, "M., F. C. c. C., J. L. s/ compensación económica",
06/07/2018, RCCyC 2018 (octubre), 91, TR LALEY AR/JUR/39399/2018.
(12) Tomo este término de LÓPEZ de ZAVALÍA, "Derechos Reales", Zavalía, Buenos Aires, 1989, t. 1, §3,
n.2, p. 46 y ss.
(13) LORENZETTI, R.L. - HIGHTON de NOLASCO, E. - KEMELMAJER de CARLUCCI, A., "Fundamentos
del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación", VI) LIBRO TERCERO: Derechos personales, III,
1 (2015).
(14) Ver CNCom., sala F, "HSBC Bank Argentina S.A. c. García, Dora Claudia s/ secuestro prendario",

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23/08/2021, TR LALEY AR/JUR/125945/2021. Aquí se cita al "núcleo duro" y "piso mínimo" como
sinónimos. En el caso se "declara la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 12.962" (secuestro prendario) en
contratos con consumidores por considerarse que tienen prioridad los derechos del consumidor.
(15) JFamilia Nro. 8, La Plata, "C. M. L. y otro/a s/ autorización judicial", 30/09/2019, TR LALEY
AR/JUR/29698/2019.
(16) CCiv. y Com., Sala II - Mar del Plata, "Verdinelli, Néstor Omar y Otra c/ Ramos, Gustavo Gabriel Y Otra
S/ Daños y Perjuicios", 8/3/2021.
(17) Ver, por ejemplo, JDistr. Judicial Nro. 4 en lo Civil y Comercial de 2a Nom. de Reconquista, "Vicentin
S.A.I.C. s/ Concurso preventivo", 19/06/2020. El Poder Ejecutivo nacional había decretado la intervención de la
cerealera. El directorio de la sociedad pide la inconstitucionalidad del decreto. El juez del concurso se declara
incompetente respecto al punto y, sin embargo, ordena se restituya a los directivos. Se da, por lo tanto, una
situación en la que el interventor permanece incólume, pero los directores de la sociedad retoman su labor. Aquí
nuestro juez apela al diálogo de fuentes para determinar la función de estos interventores. A esto lo logrará
tomando prestado de lo establecido por la Ley General de Sociedades (arts. 114, 115 y cctes.).
(18) CCiv. y Com., Santa Fe, sala I, "Paoletti, Juan Carlos y otros c. Baravalle, Andrea Patricia y otros s/medida
autosatisfactiva - ordinario", 28/04/2016, TR LALEY AR/JUR/17999/2016.
(19) Lima Marques alude a esta concepción en un pasaje de su famoso trabajo: "Este actual y necesario "diálogo
de fuentes" permite y conduce a la aplicación simultánea, coherente y coordinada de múltiples fuentes
legislativas convergentes con el propósito de una protección efectiva". Ob. cit., 44 (la traducción es mía). Se
trata, en efecto, de combinar cualquier fuente sea, a los efectos de maximizar la protección para el consumidor.
["Este atual e necessário 'diálogo das fontes' permite e leva à aplicação simultanea, coerente e coordenada das
plúrimas fontes legislativas convergentes com finalidade de proteção efetiva" (citas omitidas)].
(20) CNCom., sala F, "Sittner, Nélida Élida c/ La Meridional Compañía Argentina de Seguros S.A. s/
Ordinario" (2020) Expte. Nº 15767/2018, TR LALEY AR/JUR/493/2020.
(21) La cita al diálogo de fuentes dice: "al no contar la ley 24.240 con un plazo de prescripción propio para las
acciones judiciales, no cabe aplicar fórmulas meramente mecánicas, sino que se tiene que acudir para su
valoración al diálogo de fuentes, y a una integración normativa teniendo presente a la Constitución Nacional;
los Tratados Internacionales y los fundamentos del Código Civil y Comercial".
(22) En reciente caso, la doctora Gómez Alonso de Díaz Cordero, nos da una definición muy expresiva: Es claro
que en virtud del diálogo de fuentes ... debe buscarse de entre las normas que resulten aplicables, aquellos
pasajes que resulten más beneficiosos para el débil. CNCom., sala B, "Teveles, Daniel Aldo y otro c. Citibank
NA s/ ordinario", 29/09/2021, TR LALEY AR/JUR/149155/2021.
(23) CCiv., Com., Lab. y de Minería, General Pico, Sala B, "Fresno, Valeria Liz c. Frávega SACIEI s/
sumarísimo", 09/02/2021 RCCyC 2021 (junio), 235, con nota de Franco Raschetti SJA 04/08/2021, 95 JA
2021-III, TR LALEY AR/JUR/636/2021.
(24) LÓPEZ de ZAVALÍA, "Teoría de los contratos", Zavalía, Buenos Aires, 2006, t. I, p. 434, desarrolla el
concepto con el caso del art. 1339 del Código Civil italiano. El artículo establece que "los precios de los bienes
y servicios, impuestos por las leyes o por las normas corporativas, son insertas de derecho en el contrato, aun en
sustitución de las cláusulas discordes puestas por las partes". En un sistema en el que predominan las reglas que
precisan consecuencias para situaciones de hecho de la vida real, la actividad del juez podría (al menos parecer)
no estar guiada por principios. En ese sentido, su integración del contrato se parecería más a una interpretación
sistemática. Pero en un sistema en el que se acude casi por mandato a principios y valores (ver los tres primeros
artículos del Código) parece evidente que, antes que integrar, cabe elegir el principio que guiará la intervención.
Un principio literalista tendrá ciertas consecuencias; y un principio de interpretación según criterios como la
justicia conmutativa tendrá otras. Todo dependerá de la predisposición del juez. De allí que, usando las
perceptivas palabras del Dr. Fabiano (arriba citadas), la interpretación integradora es finalista (en cuanto a que
esta dirigida por un principio) y sistemática (en cuanto a que se sirve de las piezas del ordenamiento jurídico
todo, para armar su posición).
(25) Ver el interesantísimo voto del Dr. Colotto en C3a Civ., Com., Minas, de Paz y Trib., Mendoza, "Sandres,
María del Carmen y Otros c. Coto C.I.C.S.A. y Otros s/ acción de amparo", 30/06/2020, TR LALEY
AR/JUR/30087/2020, en donde utiliza el diálogo de fuentes para integrar contenido en el derecho de propiedad.
En esta teoría, el dueño ya no es amo y señor de la cosa, sino que tiene deberes para con la comunidad, en virtud
de los arts. 41, 43 y 75 inc. 22 CN y la Ley General del Ambiente 26.575.
(26) CCiv. y Com., Azul, en pleno, "HSBC Bank Argentina c. Pardo, Cristian D. s/ cobro ejecutivo",
09/03/2017, LA LEY 27/03/2017, 5, con nota de Edgardo I. Saux, LA LEY, 2017-B, 176 y nota de Marcelo C.
Quaglia y Lucas Menossi, TR LALEY AR/JUR/1822/2017.
(27) Un pagaré de consumo no es ni un pagaré puro y duro, en cuanto a que enuncia información causal, y en
cuanto a que el proceso en el que es ejecutado, se da intervención al emisor/consumidor del título. Tampoco es

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un proceso de contrato de consumo... Es un pagaré de consumo, con una regulación especial, que más adelante
expondrá a manera de manual.
(28) Ver la sucinta exposición de ALEXY, R., "Ponderación, control de constitucionalidad y representación",
trad. René González de la Vega, TR LA LEY AR/DOC/2715/2008.
(29) CLÉRICO, L., "Derechos y proporcionalidad: Violaciones por acción, por insuficiencia y por regresión.
Miradas locales, interamericanas y comparadas", Instituto de Estudios Constitucionales del Estado de Querétaro
(2018). Ver una conceptualización general en 39-43, y una exposición precisa de casos comparables en 81-87.
(30) Aunque también podría argumentarse, en base a otro argumento del doctor Galdós, que la medida queda
despachada en el primer análisis de idoneidad. Galdós nos dice: no puede desconocerse que la instrumentación
de pagarés —como forma de recuperar rápidamente un crédito— constituye una práctica frecuente en el
comercio. El crédito constituye una herramienta fundamental del tráfico comercial y de acceso a un sinnúmero
de bienes y servicios que de otro modo muchas personas no podrían adquirir "y poner un celo excesivamente
proteccionista al consumidor puede acarrear un acentuado achicamiento de la oferta y, por ende, una elevación
del costo crediticio, perjudicándolo por vía indirecta" [cita omitida]. En otras palabras, lo que Galdós nos dice es
que la medida de la no obligatoriedad de los pagarés de consumo ni siquiera fomentan el principio de la
circulación de la riqueza. Puesto que es exactamente la obligatoriedad de estos documentos lo que incentiva a
las empresas financieras a llevar acabo su actividad de poner dinero en circulación.
(31) SC Buenos Aires, "Álvarez, Carlos Alberto contra Estancia El Alba S.A. Daños y perjuicios.
Incumplimiento contractual", 5/4/2017, TR LALEY AR/JUR/8897/2017
(32) ST Santiago del Estero, "De Arcos, Ysabel Liliana c. Yhumak S.A. s/ Supuesta Infracción de la Ley 22240
- Apelación", 10/07/2019, TR LALEY AR/JUR/63697/2019.
(33) Ver por ejemplo "Grippo y otros c/ Campos y otros s/ daños y perjuicios" (relativo a la culpa concurrente
de los padres-conductores de la víctima del accidente de tránsito) y "Ontiveros c/ Prevención ART SA" (relativo
a la cuantificación de la indemnización de una jueza que no había sufrido merma en su capacidad laboral). En
ambos casos, el juez votante, Dr. Lorenzetti, por la manera en que escribe, parece estar aplicando un método.
Primero, procede a enumerar las fuentes y principios que estarían involucrados en la resolución del conflicto. Y,
luego de ello, procede a decidir. No obstante, no logro entender la función que cumple el diálogo de fuentes.
Puesto que luego de enumerar las fuentes llamadas a decidir, procede a decidir de una manera tal que, leyendo
la decisión sin leer la parte en la que se menciona diálogo de fuentes, me quedo con la impresión de que nada
cambia. En mi entendimiento, el diálogo de fuentes no cumple una función operativa. A lo mejor, es usado para
enumerar las fuentes que se aplicarán. Algo así como una "anunciación de fuentes".

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