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Derecho Constitucional I

Universidad Central de Chile


Escuela de Derecho y Humanidades
Profesora: Dra. Katherine Becerra Valdivia

PODER JUDICIAL
Apuntes de clases

I. PODER JUDICIAL

1. Generalidades1
“En lo que se refiere a las disposiciones procesales, la Carta de 1980, continuadora
de las de 1833 y 1925, no trata en forma sistemática la función jurisdiccional ni su
ejercicio, pero sí contienen normas que, analizadas en conjunto y ordenadas por áreas,
nos permiten concluir cuáles son las materias procesales que tiene fundamento en ella.
Debemos recordar que el capítulo sexto lo destina al tratamiento de lo que denomina
“Poder Judicial”, concepto ya obsoleto por cuanto, en verdad, lo que el Derecho Procesal
regula es el ejercicio de la función jurisdiccional que corresponde a cualquier órgano que
tenga el carácter de Tribunal, ya sea que forme parte o no del Poder Judicial, y es
precisamente el nombre del capítulo tercero el que ha inducido a dar una serie de
interpretaciones y algunos alcances que no corresponden a las normas constitucionales.
En primer término, afirmo como premisa que la función legislativa y administrativa,
establecidas indudablemente por la Constitución Política, agotan su eficacia cuando el
sujeto desajusta su conducta a las normas que en ellas se expresan. Si se cumpliera todo
lo que dice la constitución y se realizara el derecho integralmente, los tribunales estarían
de más, no habría conflicto, procesos, ni se necesitarían procedimientos y, en síntesis,
no necesitarían de Derecho Procesal orgánico ni funcional.
Pero la historia nos ha demostrado, y los hechos de cada día nos lo confirman, que
desgraciadamente cada vez hay más conflictos de intereses de relevancia jurídica
producidos por la acción de los sujetos.
El conflicto existe y se resuelve; el punto está en saber cómo y cuándo se le pone
fin. El quebramiento del sistema legal y administrativo provoca la intervención de un
mecanismo procesal para dar eficacia real a la norma mediante su restablecimiento por
la sentencia, con lo cual ésta adquiere una vigencia real. Esa vigencia real la tiene la
norma desde que de perfecciona, pero, en verdad, sólo cuando se cumple adquiere
vigencia real. Si esto ocurre en forma natural y voluntaria, no hay conflicto, el cual se
produce cuando esa norma queda incumplida o quebrantada.

1.1. Formas de solución del conflicto de intereses de relevancia jurídica. Cabe


preguntarse ¿quiénes pueden infringir las normas y cómo se restablece su imperio?

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El extracto que a continuación se presenta ha sido obtenido de: COLOMBO CAMPBELL, JUAN: Bases
Constitucionales del Derecho Procesal.

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Para su análisis, recurriremos en primer término al artículo 76 de la Constitución


Política que señala las normas que regulan la solución de los conflictos de los particulares
entre sí, en concordancia con los artículos 6º y 7º del mismo cuerpo legal.
En efecto, el citado artículo 76 expresa: “La facultad de conocer de las causas
civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece
exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley”. O sea, que la generalidad de los
conflictos que se produzcan entre particulares tienen una solución jurisdiccional
amparada por la propia Carta Fundamental en el citado precepto y que está
complementado por los artículos 6º y 7º, que establecen que “los órganos del Estado
deben someter su acción a la Constitución ya las normas dictadas conforme a ella”, y que
estos mismos órganos “actúan válidamente, previa investidura regular de sus integrantes,
dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley”. Es interesante esta
referencia que se hace a la competencia.
De esos preceptos arranca la idea central que todo conflicto de intereses de
relevancia jurídica, sea de carácter civil o criminal, tiene en el proceso una forma de
solución. Y surge un punto de interés que se plantea en torno a los otros medios de
solución de conflictos: si tiene cabida la autotutela y la autocomposición como formas de
solución dentro del ámbito constitucional.
Pienso que, de acuerdo con el artículo 76 sólo existe el proceso como forma de
solución. Resulta curioso observar que si uno examino todo el Derecho Constitucional,
enfocado desde el ángulo procesal, inclusive los textos orgánicos y funcionales, en
ninguna parte se establece que el proceso es la única forma que se puede usar, y que se
prohíben, por ende, la autotutela y la autocomposición. Por ello resulta necesario hacer
un poco de teoría para aclarar las ideas. La solución está en el mismo artículo 76, ya
citado, y en unas palabras que se vienen repitiendo desde la Constitución de 1833, que
dicen que la facultad “de conocer” y de “resolver” pertenece exclusivamente a los
tribunales establecidos por la ley. Se ha pensado que esta disposición estaría enmarcado
solamente la labor de los poderes ejecutivo y legislativo, al expresar que “Ni el Presidente
de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales,
avocarse causas pendientes, revisar los fundamentes o contenidos de sus resoluciones y
hacer revivir procesos fenecidos”; mas, este artículo también enmarca la labor propia de
los particulares y, ateniéndose exclusivamente a ella, estos particulares no podrían
autotutelarse ni autocomponer sus litigios con efecto de cosa juzgada, sino que deberían
acudir exclusiva y necesariamente a la vía del proceso.”

2. Bases Constitucionales del Poder Judicial

Con esto nos referimos a ciertos principios, en virtud de los cuales, se lleva a
cabo la función del Poder Judicial, y que infunden a todo el ordenamiento jurídico
procesal.

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2.1 Jurisdicción de los Tribunales

Esta es definida generalmente como “el poder que tienen los tribunales de justicia
para resolver, por medio del proceso y con efecto de cosa juzgada, los conflictos de
relevancia jurídica en cuya solución les corresponda intervenir”.
La jurisdicción es una función pública que está implícita en una serie de
disposiciones legales. Por primera vez en nuestra historia constitucional hay un
reconocimiento de ella en el artículo 19, Nº 3º, de la Carta de 1980, cuando, a propósito
del debido proceso, dice que “toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe
fundarse en un proceso previo legalmente tramitado”. Antes teníamos que extraer el
concepto de “jurisdicción” del artículo 80 de la Carta de 1925, actual artículo 76,
derivando esa idea de la facultad que tienen los tribunales para conocer de las causas
civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado. Hoy, en el artículo 19
tenemos un fundamento directo de la jurisdicción que lo consagra sustancialmente y
terminológicamente.
Por otra parte, los artículos 5º, 6º y 7º nos dicen que la jurisdicción emana de la
soberanía. Es función pública cuyo ejercicio corresponde privativa y exclusivamente a los
tribunales establecidos por la ley y, cada vez que un órgano la ejerza, es un tribunal de
justicia, llámese como se llame y esté donde esté ubicado en el ordenamiento jurídico.
Ello explica que existan una serie de órganos públicos netamente administrativos que por
ley están facultados para resolver conflictos, y en la medida que tengan jurisdicción para
ello, en mi opinión, son tribunales y caen dentro del marco constitucional y legal que
estamos examinando.
Corresponde ahora precisar, ¿cuál es el alcance de la jurisdicción? La respuesta la
encontramos en el artículo 77 de la Constitución Política. Expresa que una ley orgánica
determinará la organización y atribuciones, de los tribunales, y aquí viene lo importante,
“que sean necesarios para la pronta y cumplida administración de justicia en todo el
territorio de la República”. Vemos que el objetivo de la jurisdicción es precisamente
resolver los conflictos buscando la “pronta y cumplida administración de justicia”, porque
si los conflictos no se resuelven rápida y eficazmente, es como si no se resolvieran. El
alcance de la jurisdicción es, pues, resolver los asuntos exactamente como reza la
Constitución, en forma pronta y cumplida.
Otro tema vinculado a la jurisdicción y que está en la Constitución Política es el
que se refiere a quién ejerce la función jurisdiccional. El artículo 76 también es categórico
en cuanto afirma que la función jurisdiccional pertenece a los tribunales establecidos por
la ley, vale decir, es la ley la que establece cuáles son los tribunales de justicia encargados
de dirimir y resolver las controversias. Ellos se clasifican en constitucionales, ordinarios,
especiales, arbitrales y contenciosos-administrativos. Pero todos tienen un factor común:
ejercen jurisdicción, y es por ese motivo que son tribunales. Siendo así, que concluye que
es la función la que califica al órgano, y no éste a la función.
Para terminar el tema de la jurisdicción, hay que referirse a cómo se desenvuelve
o desarrolla su ejercicio en el proceso a través de los momentos jurisdiccionales, que son

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los de conocimiento, juzgamiento y cumplimiento de la sentencia. La Constitución actual


presenta una importante novedad, a propósito de estos momentos, en su artículo 76. Ella
se contempla en sus dos últimos incisos, que se refieren fundamentalmente a la “facultad
de imperio”. En efecto, el inciso 3º de la referida norma expresa: “ Para hacer ejecutar
sus resoluciones y practicar o hacer practicar los actos de instrucción que decreten, los
tribunales ordinarios de justicia y los especiales (que no están establecidos en ninguna
parte en forma categórica) que integran el Poder Judicial, podrán impartir órdenes
directas a la fuerza pública o ejercer los medios de acción conducentes de que
dispusieren. Los demás tribunales lo harán en la forma que la ley determine”i.
Y agrega su inciso final: “La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite el
mandato judicial y no podrá calificar su fundamento u oportunidad, ni la justicia o
legalidad de la resolución que se trata de ejecutar”. Se ve como la facultada de imperio
quedó reforzada en el texto constitucional, reafirmándose así el concepto de jurisdicción.

2.2. Principio de Inexcusabilidad

En relación con lo que se ha expresado anteriormente, el artículo 76 contempla en


su inciso 2º otro concepto de rango constitucional que se relaciona con el poder-deber
de la jurisdicción. Expresa: “Reclamada su intervención -de los jueces- en forma legal y
en negocios de su competencia, no podrán excusarse de ejercer su autoridad, ni aún por
falta de ley que resuelva la contienda o asunto sometidos a su decisión ”. Es la regla de
la inexcusabilidad contenida en el art. 1° Código Orgánico de Tribunales, que ahora
adquiere fundamento constitucional.
Lo anterior significa que el juez debe resolver siempre los conflictos que sean
sometidos a su conocimiento, aun a falta de ley expresa, recurriendo al espíritu general
de la legislación y a la equidad natural.

2.3. Independencia

Este principio de vital importancia para llevar a cabo la función judicial, lo vemos
establecido en el art. 76 de la Constitución, cuando indica que “La facultad de
conocer,......corresponden exclusivamente a los tribunales establecidos por ley” y en la
parte que recalca “Ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno,
ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o
contenido de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos.”
Lo anterior también se ve reforzado por las normas del capitulo I de nuestra carta
fundamental, en especial la del art. 6° inc. 1°, cuando señala que “los órganos del Estado
deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella” , y
también en el art. 7° inc. 2° que indica “ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo
de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra

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autoridad o derechos que los que expresamente se les haya conferido en virtud de la
Constitución o las leyes”.
Lo que se pretende resguardar es que la función jurisdiccional se ejerza con
estricta sujeción a los principios jurídicos, con conocimientos técnicos, en donde no
tengan cabida ningún tipo de influencias.

2.4. Imperio de los Tribunales

El imperio es la facultad que tiene los tribunales para hacer cumplir sus
resoluciones y practicar o hacer practicar loa actos de instrucción que decrete.
Esta facultad la encontramos en el art. 76 inc. 2 y 3 de nuestra Carta Política, que
señalan: “Para hacer ejecutar sus resoluciones, y practicar o hacer practicar los actos de
instrucción que determine la ley, los tribunales ordinarios de justicia y los especiales que
integran el Poder Judicial, podrán impartir órdenes directas a la fuerza pública o ejercer
los medios de acción conducentes de que dispusieren. Los demás tribunales lo harán en
la forma que la ley determine.

La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite el mandato judicial y no podrá
calificar su fundamento u oportunidad, ni la justicia o legalidad de la resolución que se
trata de ejecutar.”
Lo anterior se traduce en la práctica en emitir órdenes a la fuerza pública, es decir,
a Carabineros o Investigaciones, para el cumplimiento de sus resoluciones. Por lo tanto
este principio se relaciona directamente con el tercer momento jurisdiccional, así como
con la independencia del poder judicial, pues no necesita recurrir a ningún otro poder del
Estado para hacer cumplir sus dictámenes.

2.5. Inamovilidad de los Jueces

La inamovilidad es un privilegio o garantía consagrado en beneficio de los jueces,


que consiste en que no pueden ser removidos mientras observen el buen comportamiento
exigido por la Constitución y las leyes.
La norma del artículo 82 reza: “Los jueces permanecerán en sus cargos durante
su buen comportamiento; pero los inferiores desempeñarán su respectiva judicatura por
el tiempo que determinen las leyes.”
Es un derecho que le asiste al juez para no ser separado, destituido suspendido o
trasladado, en el ejercicio de sus funciones, sin causa legal.
Lo anterior, es la regla general, pero existen algunas excepciones en las cuales los
jueces si cesaran en sus funciones que también están establecidas en la Constitución:
a. Los jueces cesarán en sus funciones al cumplir 75 años de edad;
b. por renuncia
c. incapacidad legal sobreviviente
d. en caso de ser depuestos de sus destinos, por causa legalmente sentenciada.

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e. La Corte Suprema por requerimiento del Presidente de la República, solicitud de parte


interesada, o de oficio, podrá declarar que los jueces no han tenido buen comportamiento
y, previo informe del inculpado y de la Corte de Apelaciones respectiva, en su caso,
acordar su remoción por la mayoría del total de sus componentes. Estos acuerdos se
comunicarán al Presidente de la República para su cumplimiento.
La norma relativa a la edad no regirá respecto al Presidente de la Corte
Suprema, quien continuará en su cargo hasta el término de su período.

2.6. Generación de los Jueces

La designación de los jueces debe ajustarse al precepto del artículo 78 y, respecto


de algunos tribunales, a normas especiales.
La regla general que contiene la disposición citada es que el nombramiento de los
jueces debe hacerse por el Presidente de la República a propuesta del propio sistema
judicial.
En efecto, tratándose de los ministros y fiscal de la Corte Suprema los elegirá de
una nómina de cinco personas, que en cada caso propondrá la misma Corte. En dicha
lista figurará por derecho propio el ministro más antiguo de Corte de Apelaciones que
figure en lista de mérito. Los otros lugares se llenarán en atención a los méritos de los
candidatos, pudiendo excepcionalmente en estos cargos figurar abogados que no sean
jueces.
A su vez, los ministros y fiscales de las Cortes de Apelaciones se designarán
también por el Presidente de la República, a propuesta en terna de a Corte Suprema. En
esa terna ocupará un lugar el juez de letras más antiguo de asiento de Corte, que es el
cargo inferior al que se trata de proveer, siempre que exprese su interés (o sea, en este
caso debe postular). Los otros lugares se llenarán en atención al mérito de los candidatos.
Por último, los jueces de letras son designados por el Presidente a propuesta en
terna de la Corte de Apelaciones respectiva.
El inciso final del artículo 78, regula el nombramiento de ministros suplentes
precisando que, tratándose de ministros de Corte de Apelaciones, lo hará la Corte
Suprema, y en el caso de jueces, la Corte de Apelaciones respectiva.
Debemos agregar que la Constitución Política contempla reglas para la designación
de otros jueces.

2.7. Responsabilidad

Los jueces, sin excepción, tienen responsabilidad penal, civil y disciplinaria.


El artículo 79 dispone: “Los jueces son personalmente responsables por los delitos de
cohecho, falta de observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el
procedimiento, denegación y torcida administración de justicia y, en general, de toda
prevariación en que incurran en el desempeño de sus funciones.

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“Tratándose de los miembros de la Corte Suprema, la ley determinará los casos y el modo
de hacer efectiva esta responsabilidad”.
La disciplina arranca del artículo 82, que otorga competencia a la Corte Suprema
para controlar directiva, correccional y económicamente a todos los tribunales de la
República, con la sola exclusión de los miembros de los Tribunales Constitucional y
Calificador de Elecciones. Tampoco interviene en los procesos militares en tiempo de
guerra.
Los miembros de los Tribunales Superiores de Justicia tienen, además,
responsabilidad política de acuerdo con el artículo 52, letra c), pudiendo ésta hacerse
efectiva por la acusación que la Cámara de Diputados entable ante el Senado de
conformidad con el artículo 53, N° 1.

Sobre esta materia ver sentencia rol N° 2032-2010 de la Corte Suprema,


de fecha 15 de septiembre de 2010.

2.8. Principio de Legalidad

Este principio se relaciona directamente con el tribunal, los jueces y el proceso. El


art. 19 N° 3, inciso 4°: ” Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el
tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la
perpetración del hecho.”
Por su parte el articulo 77 señala que: “Una ley orgánica constitucional determinará
la organización y atribuciones de los tribunales que fueren necesarios para la pronta y
cumplida administración de justicia en todo el territorio de la República. La misma ley
señalará las calidades que respectivamente deban tener los jueces y el número de años
que deban haber ejercido la profesión de abogado las personas que fueren nombradas
ministros de Corte o jueces letrados.”
Por principio de legalidad debe entenderse la vinculación de los diferentes poderes
del Estado, y en este caso el Poder Judicial, a la ley; a esa ley que ha sido elaborada por
la representación popular asentada en el Parlamento. Sólo en su referencia a dicha norma
encuentran, pues, tales poderes la condición -entendida aquí, en su doble acepción, a la
vez como "fundamento" y como "condicionamiento"- de su capacidad de actuar.
De este modo, el principio de legalidad es, al mismo tiempo: 1) un principio de
legitimidad, en cuanto que su actuación queda apoyada así en un Derecho
democráticamente consentido, y 2) un principio de limitación formal o jurídica, en cuanto
que su actividad halla en dicho Derecho la frontera del obrar legítimo". Es decir, en el
primer caso estamos hablando del criterio de vinculación positiva y en el segundo sobre
la vinculación negativa.2

2
Cazor Aliste, Kamel: PRINCIPIO DE LEGALIDAD Y CRITERIOS DE VINCULACION POSITIVA Y NEGATIVA
EN LA CONSTITUCION en Revista de Derecho, Universidad Austral de Chile, Vol. VIII, diciembre 1997, pp. 91-
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3. Superintendencia de la Corte Suprema3

“Facultad de origen constitucional (artículo 82 inc. 1° Constitución Política de la


República) por la cual se le ha encargado y confiado la suprema administración de lo
judicial, la dirección y cuidado de tal ramo con superioridad sobre los demás órganos que
lo sirven.
“La Corte Suprema tiene la superintendencia directiva, correccional y económica
de todos los tribunales de la nación. (82, inciso 1°, 1ª. parte Constitución Política de la
República). “Corresponde a la Corte Suprema en pleno:…4°. Ejercer las facultades
administrativas, disciplinarias y económicas que las leyes le asignan, sin perjuicio de las
que le correspondan a las salas en los asuntos de que estén conociendo en conformidad
a los artículos 542 y 543. En uso de tales facultades, podrá determinar la forma de
funcionamiento de los tribunales y demás servicios judiciales, fijando los días y horas de
trabajo en atención a las necesidades del servicio”. (artículo 96 N° 4° Código Orgánico
de Tribunales)

SUPERINTENDENCIA DIRECTIVA (ADMINISTRATIVA):4

Le permite dirigir, enderezar, llevar rectamente hacia su objetivo, encaminar la


intención y las operaciones de todos los órganos que lo integran hacia su propio fin.

Respecto al personal interviene en:

• Nombramientos
• Permutas
• Traslados
• Declaración de mal comportamiento
• Remoción

OTROS:

• Cancelación o desconocimiento de la nacionalidad chilena


• Declaración de injustificadamente errónea o arbitraria la resolución que declara
reo o condena a una persona (19 N° 7 letra i)

3
El texto que sigue corresponde a: Segura Peña, Nibaldo: SUPERINTENDECIA DE LA CORTE SUPREMA en
Jornada de Reflexión Corte Suprema, Reñaca, 23-25 nov. 2007 en pagina web:
http://www.cortesuprema.cl/reflexion/2007/superintendencia.doc
4
Ver AUTOS ACORDADOS en superintendencia económica. Al parecer hay confusión entre estos los conceptos:
superintendencia directiva y la administrativa, o bien, son dos aspectos similares para la Constitución como para el
Código Orgánico de Tribunales.

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• Recursos contra resoluciones de las Cortes de Apelaciones en gestiones de


desafuero parlamentario (Art. 61 inc. 3).

SUPERINTENDENCIA CORRECCIONAL (DISCIPLINARIA)

Importa el ejercicio, en grado superior de la facultad, tanto de enmendar o corregir


lo errado o defectuoso, como de censurar o castigar a quien incurre en esas deficiencias. 5

ESPECÍFICAMENTE:

• Declarar que los jueces no han tenido buen comportamiento (art. 80, inc. 3°)
• Reconvenir a tribunal o autoridad competente que ha dejado impune delito
cometido por juez o funcionario judicial (art. 79 inc. 1° Constitución Política de la
República y 540 Código Orgánico de Tribunales)
• Amonestar a las Cortes de Apelaciones o censurar su conducta cuando ejercen de
modo abusivo sus facultades legales discrecionales o faltaren a cualquiera de sus
deberes anexos a su ministerio, sin perjuicio de formar proceso al tribunal o
ministros delincuentes, si la naturaleza del caso así lo exigiere.
• Calificaciones (art. 276 Código Orgánico de Tribunales)
• Visitas (art. 553 y siguientes, 586 y siguientes Código Orgánico de Tribunales)
• Casos contemplados en los artículos 541 inc. 2°, 542, 543 Código Orgánico de
Tribunales

SUPERINTENDENCIA ECONÓMICA

Toda medida que conduzca a la perfecta disposición de los diversos elementos


necesarios para la mejor prestación del servicio.
Se ejerce mediante “AUTOS ACORDADOS”, reglas generales abstractas dispuestas
por la Corte Suprema, Cortes de Apelaciones, y el Tribunal Constitucional (VER artículo
93 N° 2° Constitución Política de la República, tácitamente reconoce su incorporación y
existencia al derecho nacional como herramienta legal de tribunales superiores),
encaminadas al mejor funcionamiento y ejercicio de las atribuciones que el constituyente
o legislador confían a la magistratura, cuando o en cuanto no le han sido señaladas
directamente al confiárselas. 6 7

5
La jurisdicción disciplinaria de la Corte Suprema es por su naturaleza y por su esencia, privativa, exclusiva y
excluyente, sin que se admisible que un mismo funcionario sujeto a ella pueda estar también sometido a otra
jurisdicción disciplinaria e independiente (Informe del Senado, 22 de julio 1952, Repertorio pág. 209 (Mencionado
por A.Silva B. op cit.)
6
Silva Bascuñan, op. cit.
7 Código Orgánico de Tribunales : Artículo 96: Corresponde a la Corte Suprema en pleno:…8° Conocer de todos los

asuntos que leyes especiales le encomiendan expresamente .

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No obstante, pueden revestir un alcance mayor cuando, por carencia de


normas contenidas en la misma Carta o en la ley, la Corte Suprema se encuentra en la
necesidad de proveer a tal carencia, con el objeto de facilitar a los particulares el ejercicio
de las acciones o recursos consagrados por el ordenamiento jurídico.

CASOS:

• Procedimiento por acción Indemnizatoria de la letra i) del N° 7 artículo 19


Constitución Política de la República – 3 agosto 1983)

• Tramitación y fallo del recurso de amparo (artículo 21 – 19 diciembre 1932)

• Reglamentación del Recurso de Queja (13 noviembre 1963 – 6 nov. 1972)

• Tramitación y fallo Recurso de Protección (artículo 20 Constitución Política de la


República) 29 marzo 1977 – 27 junio 1992 – 9 mayo 1998 8

• Forma de funcionamiento de los tribunales y demás servicios judiciales (9 marzo


1999).

EN LO MERAMENTE ECONÓMICO:

Administrar recta y prudente de los bienes 9”

i
Véase el actual inciso 3º.-

Todos los autos acordados de carácter y aplicación general que dicte la Corte Suprema deberán ser
publicados en el Diario Oficial.”
8
Ver crítica Silva B. op. cit. pág. 146 T. VIII
9
Esta función la ejerce la Corte Suprema con apoyo de la Corporación Administrativa del Poder Judicial (Titulo
XIV Código Orgánico de Tribunales)

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