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El incidente de nulidad de actuaciones es un procedimiento especial que tiene por objeto la rescisión de la resolución
firme que ha puesto fin al proceso, cuando en la misma se ponen de relieve vulneraciones de derechos fundamentales que
no han podido ser denunciadas en el proceso por el cauce ordinario previsto para ello (normalmente, por el régimen de
recursos ordinarios o extraordinarios).
REGULACIÓN LEGAL:
241 LOPJ (Reformado por las LO 5/1997, 13/1999 y 13/2009)
228 LEC
CARACTERÍSTICAS:
EXCEPCIONALIDAD: por regla general, no procede promover nulidad de actuaciones, pues las nulidades se
ponen de relieve por el cauce de los recursos previstos en la ley.
SUBSIDIARIEDAD: garantiza la subsidiariedad del recurso de amparo, y que la lesión detectada no sea
remediada en primera instancia por el Tribunal Constitucional, sino por la Jurisdicción ordinaria.
COMPLEMENTARIEDAD: complementa el sistema de recursos previsto en las leyes procesales.
INSTANCIA DE PARTE (NO DE OFICIO): un tribunal no puede rescindir de oficio una sentencia, de apreciar
ex post que se había incurrido en una causa de nulidad, pues está vinculado por su firma –actos propios—.
No se admitirán con carácter general incidentes de nulidad de actuaciones: 228 LEC.
Excepcionalmente, sí.
Cómo se promueve: Por escrito motivado.
Quiénes (legitimación activa): quienes sean parte legítima o hubieran debido serlo en
el proceso.
Competencia: El mismo Tribunal que dictó la resolución firme cuya nulidad se pide
(no vulnera, según la jurisprudencia, el derecho al juez no prevenido).
Plazo: 20 días hábiles (desde la notificación o desde que se tuvo conocimiento del
defecto).
Admitido a trámite:
No tiene efectos suspensivos de la resolución impugnada (salvo acuerdo
expreso).
Se da traslado a las demás partes para alegaciones.
Plazo común de 5 días para alegaciones por escrito (con documentos, en su caso).
Si se promueve el amparo sin intentar la nulidad, siendo esta procedente, el recurso de amparo está
abocado a la inadmisión, por falta de agotamiento de la vía judicial previa. (Por ej., recurro en amparo
del ATS de inadmisión del recurso de casación sin promover el incidente).
Si intento el incidente de nulidad simultáneamente al recurso de amparo, por ej., por razones de
prudencia, porque dudo de la procedencia del incidente, lo normal es que el Tribunal Constitucional
inadmita el recurso de amparo por extemporaneidad del mismo, dado que la demanda es prematura,
pues no se puede interponer la demanda de amparo hasta que el proceso no haya concluido. EN caso
de recursos simultáneos puede ocurrir que el incidente sea resuelto en sentido contrario al recurso de
amparo, haciendo inútil este.
En los procesos sobre protección del derecho al honor (en los que este suele confrontarse con el
derecho a la libertad de información/opinión), el Tribunal Constitucional sostiene desde la STC
176/2013 (asunto Álvarez Cascos), que no es necesario promover el incidente de nulidad, aun cuando
por aplicación literal de la norma fuera este procedente.
Eso ocurre, por ej., cuando la demanda suplica la tutela del derecho al honor y el juzgado la estima;
apelada, la Audiencia Provincial confirma la sentencia estimatoria; y recurrida la sentencia de la
Audiencia en casación, el Tribunal Supremo revoca las dos anteriores y aprecia, en casación, la
vulneración del derecho a la libertad de expresión. Así paso en el caso resuelto por la STC 176/2013,
pero el demandante en amparo no promovió el incidente de nulidad. En interpretación literal de la
ley, el incidente era procedente, dado que la primera vez que se había lesionado en el proceso el
derecho al honor era la sentencia de casación, contra la que no cabía recurso alguno, por lo que se
daban los presupuestos del art. 241 LOPJ.
Así lo entendía el Tribunal Constitucional hasta esta sentencia, por aplicación de la doctrina del ATC
200/2010. Sin embargo, en la STC 176/2013 el tribunal considera que, aun siendo cierto lo anterior,
no se puede ignorar que el debate sobre la prevalencia de uno u otro derecho fundamental estaba
abierto ya desde la primera instancia, por lo que no se puede defender que las partes no hubieran
alegado sobre la cuestión. De manera que exigir, en estos casos, el incidente, podría entenderse como
una actuación superflua, considerado además que difícilmente el Tribunal Supremo cambiaría lo
decidido en sentencia en virtud de las nuevas alegaciones vertidas en el incidente de nulidad.
De todos modos, si el recurrente, aun no siendo necesario, lo hubiera promovido, tampoco podría
considerarse en estos casos el incidente como una actuación superflua, que aboque a la inadmisión
del amparo por extemporaneidad: en conclusión, el incidente de nulidad es, en estos casos, de hecho,
un expediente procesal facultativo.
Cuando se trata de un amparo del art. 43 LOTC (lesión causada por un acto del poder ejecutivo o sus
agentes), nunca es necesario el incidente de nulidad, dado que, en esos casos, el administrado ha
tenido la oportunidad de poner remedio a una eventual lesión en el proceso contencioso-
administrativo. Por ej., recurrimos la sanción gubernativa de tráfico porque no se nos dio trámite de
audiencia (art. 24.1 CE) en el expediente sancionador: en este caso, disponemos de todo el
contencioso-administrativo para remediarlo. Si la jurisdicción no nos da la razón, es totalmente
innecesario acudir al incidente de nulidad, por lo que si lo hacemos el amparo será inadmitido por
alargamiento indebido de la vía judicial: extemporaneidad.
Otra cosa es el caso de los amparos mixtos. Siguiendo el ejemplo anterior, si consideramos que la
sentencia que puso fin al contencioso-administrativo causó una nueva lesión de derecho fundamental
(por ejemplo, error patente en la motivación: art. 24.1 CE), que se añade a la denunciada en el
expediente administrativo (indefensión art. 24.1 CE).
De ser así, en este caso y en otros como este, el administrado puede fundar su recurso de amparo en
una vulneración causada por el poder ejecutivo (art. 43 LOTC) y otra por el poder judicial (art. 44
LOTC). Se trata de los recursos de amparo mixtos. ¿Debo promover el incidente de nulidad de
actuaciones en estos casos?
Pues, en el ejemplo, sólo si queremos fundar el amparo en la vulneración del art. 24.1 CE por error
patente en la motivación, dado que dicha lesión, según se dice en el ejemplo, se produjo en la
sentencia que puso fin al proceso, por lo que, al no poder ser denunciada mediante los recursos
procedentes, se da el presupuesto del art. 241 LOPJ.
En coherencia con lo expuesto, si aunque entendamos que hemos sufrido dos vulneraciones,
decidimos centrarnos sólo en la causada en el expediente, sin invocar la causada por la jurisdicción (el
error patente), entonces no es necesario promover el incidente, sino que podemos directamente
irnos al amparo constitucional. (Seguro que el TC encuentra otros motivos para inadmitirnos el
recurso, pero desde luego no que hayamos agotado mal la vía o la hayamos alargado indebidamente:
esto es una pequeña broma para poner fin al documento).